SANTO TOMÁS. ACTO, POTENCIA: Igual que en Aristóteles. Lo aplica también a la distinción entre esencia y existencia o ser: la esencia es potencia, la existencia o ser es el acto de ser (actus essendi). CONSULTA TODOS LOS TÉRMINOS DE ARISTÓTELES. ABSTRACCIÓN: Operación del entendimiento consistente en separar algún aspecto de un todo para su conocimiento o consideración. Esta noción tiene más de una aplicación en Tomás de Aquino. Una de ellas se refiere a la formación de los conceptos, que tiene lugar del siguiente modo: 1) la percepción sensible capta objetos particulares, 2) quedando una imagen de éstos en la memoria o imaginación; 3) el entendimiento, a su vez, actúa sobre estas imágenes despojándolas de sus elementos individuales, separando la forma universal (abstracción) y formando así el concepto correspondiente. ANALOGÍA. Los medievales hablan de término análogo si su significación no es exactamente la misma en todas sus aplicaciones, pero entre todas éstas hay cierta conexión que garantiza la unidad de la noción: la analogía se halla, pues, entre la univocidad y la equivocidad. S.Tomás distingue dos clases de analogía, a) La analogía es de atribución si el término se aplica en cada caso por referencia a algo a lo que corresponde primariamente la significación (así, “sano” se dice del clima, de la comida, etc., por referencia a la salud del organismo). b) Hay analogía de proporcionalidad cuando lo significado por el término se da, en los distintos casos conforme a cierta proporción. Ambas formas de analogía tienen lugar, según Tomas de Aquino, en aquellos términos que se aplican a Dios y al resto de los seres. CREACIÓN: Producción de algo sin materia preexistente: Suma Teológica. Como se excluye toda materia previa, a veces se define la creación como producción a partir de nada, de la nada (ex nihilo). Según el cristianismo, el mundo es creado por Dios y sólo Dios tiene potencia creadora DIOS: Ser supremo en el que no hay distinción real entre esencia y existencia o ser: su esencia es su ser; de ahí que Tomás de Aquino lo caracterice precisamente como “el ser mismo subsistente” (ipsum esse subsistens). ENTE: participio del verbo “ser”. Significa lo que es, lo que tiene ser. En este uso insiste Tomás de Aquino para distinguir la esencia (“lo que”) y la existencia (“es”, “tiene ser”). Tal distinción es real y Aquino la interpreta a través de las nociones de potencia y acto. ENTENDIMIENTO: Facultad superior de conocimiento. Aquino toma de Aristóteles la distinción entre entendimiento agente (activo) y posible (pasivo): aquél es la capacidad de universalizar a partir de las imágenes sensibles, éste es la capacidad de conocer lo universalizado. Según Aristóteles, sólo el entendimiento activo (en acto) es incorruptible y es el mismo para toda la especie humana, mientras que el pasivo es individual y corruptible, mortal. Frente a esta interpretación (defendida por Averroes), Tomás de Aquino sostuvo que ambas capacidades se dan en cada alma individual, defendiendo de este modo la inmortalidad del alma individual. INDIVIDUACIÓN: la forma específica a) es la misma en todos los individuos de la especie, lo que significa que por sí es indiferente a cualquier individualización y, sin embargo, b) se halla de hecho individualizada, multiplicada en distintos individuos. El “principio de individuación”, factor individualizador de la forma específica, es, según Tomás de Aquino, la materia determinada cuantitativamente (materia signata quantitate). LEY: “ordenación de la razón para el bien común dada a conocer adecuadamente por aquél a quien compete cuidar de la comunidad”. Ley es, pues, el establecimiento de un orden racional a modo de norma o medida. LEY ETERNA: Puesto que en el universo hay orden y la ley es ordenación, cabe decir que existe una ley universal. Considerada desde quien la instituye (Dios), esta ley universal se denomina ley eterna. LEY NATURAL: La ley eterna regula de distinto modo el comportamiento de los seres irracionales y el del hombre: 1)aquéllos son regidos por leyes físicas, mientras que 2) los seres humanos son regidos por leyes morales acordes con su razón y libertad. El conjunto de estas leyes morales es la ley natural. La ley natural es, pues, “la participación de la ley eterna en la criatura racional” (Suma teológica), es la parte de la ley eterna que se refiere al hombre como ser racional y libre”. LIBERTAD: El objeto propio de la voluntad es el bien; la voluntad lo desea necesariamente, lo mismo que a la felicidad en tanto que bien total y fin último. Pero, los demás bienes no aparecen al ser humano como bienes totales y absolutos, sino como bienes parciales y limitados y, por tanto, la voluntad no se halla necesariamente inclinada a apetecerlos. La libertad consiste, pues, 1) en sentido negativo en que “la voluntad no se halla determinada necesariamente hacia los bienes particulares por una inclinación natural” y 2) de forma positiva en que, frente a ellos, “la voluntad se determina a sí misma sin necesidad” (De veritate) VERDAD: La verdad consiste en la adecuación de la cosa y el entendimiento. Aquino distingue la verdad en tres ámbitos: en el del ser, en el del conocer y en el del decir. a) En el ámbito del ser, la verdad consiste en la conformidad del ser de las cosas con el entendimiento divino. b) En el ámbito del conocer, la verdad consiste en la conformidad del conocimiento con el ser de la cosa conocida. c) En el ámbito del decir, en fin, la verdad es la conformidad de lo que se dice con lo que se piensa. Esta última forma de verdad suele denominarse “veracidad”. VOLUNTAD: La voluntad es el apetito racional (o bien, apetito intelectual), es decir, la facultad de desear aquello que el entendimiento presenta como algo bueno. El objeto propio de la voluntad es, pues, el bien, lo bueno. La doctrina tomista afirma a) la primacía del entendimiento sobre la voluntad (en cuanto que el bien a que ésta tiende es conocido y presentado como tal por el entendimiento) y b) la libertad de la voluntad frente a aquellos bienes que nuestro entendimiento muestra como parciales y limitados.