¿por que tenemos tantas dificultades para establecer los limites a

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¿POR QUE TENEMOS TANTAS
DIFICULTADES PARA
ESTABLECER LOS LIMITES A
LOS HIJOS Y A LAS HIJAS?
A lo largo de los últimos años se han ido sucediendo una serie de cambios
significativos en la sociedad. Estos cambios han llegado también a la
educación. Se han cuestionado valores tradicionales y la forma de educar, sin
embargo, todavía no se ha definido, de manera clara, un modelo educativo que
dé respuesta a cómo educar hoy. Por eso, los padres y las madres vivimos
cierta desorientación y, con alguna frecuencia, nos balanceamos entre
aspectos educativos contradictorios. Así, por ejemplo, podemos pasar del grito
y de la amenaza para que el hijo o la hija realice una tarea, a acabar
haciéndosela nosotros.
Ante esta situación de confusión, los niños están “crecidos”, tienen más
información, piensan que todo es posible,... por lo que el proceso para
establecer los límites se puede convertir en una continua pelea, con el
consiguiente desgaste psicológico para todos.
Considero fundamental que los padres y las madres entendamos que los niños
necesitan unos límites claros para poder madurar adecuadamente. Ellos los
buscan y, además, tienen que comprobar la solidez de cada uno de los límites.
Si los padres nos mostramos blandos o no mantenemos una constancia,
estamos invalidando los límites. De esta forma garantizamos que el niño
continúe “peleando” hasta que encuentre uno, definido y estable. He
comprobado que lo más útil es establecerlos por medio de pactos.
Cada edad requiere unos límites específicos. Si estos no se asumen cuando
corresponde, resultará más difícil a medida que los niños se hagan más
mayores.
A la hora de poner los límites los niños tienden a resistirse y utilizan los
recursos que les funcionan para saltárselos. Por ejemplo, si ellos descubren
que no soportamos verles llorando o pataleando, los utilizarán para conseguir
aquello que quieren.
También tenemos serias dificultades para decir “No” ante determinadas
demandas que nos hace el hijo. Pensamos que si decimos “no”, nos va a
querer menos, máxime si entonces nos dice frases como: “Eres una mala
madre” o “Tú no me quieres”.
Por último, señalo la sobreprotección como otro de los grandes problemas
relacionado con los límites, pues para que los hijos “estén bien o no sufran” les
solucionamos los problemas que pueden y necesitan resolver solos.
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