EL DERECHO EDJ 2008/192729 Audiencia Provincial de Murcia, sec. 5ª, S 16-6-2008, nº 134/2008, rec. 120/2008. Pte: Larrosa Amante, Miguel Angel RESUMEN Frente a la resolución de instancia que desestimó la oposición a la ejecución, la AP desestima el recurso de apelación interpuesto por la demandada y confirma la misma. La Sala comparte con el juez de instancia que no cabe acoger la causa de oposición basada en la falta de legitimación pasiva de ambos ejecutados, porque la asunción de deuda la asume el firmante del pagaré personalmente si no existe antefirma que determine que están actuando en nombre de un tercero, y en el caso de autos los firmantes de dicho pagaré no hicieron constar que actuaran en representación de otra persona jurídica. NORMATIVA ESTUDIADA Ley 19/1985 de 16 julio 1985. Cambiaria y del Cheque art.9 art.94 art.95 CLASIFICACIÓN POR CONCEPTOS JURÍDICOS PAGARÉ REQUISITOS PAGO Y FALTA DE PAGO ACCIÓN CAMBIARIA Directa En juicio declarativo Demanda ejecutiva Sentencia de remate FICHA TÉCNICA Favorable a: Ejecutante; Desfavorable a: Ejecutado Procedimiento: Apelación, Juicio ejecutivo Legislación Aplica art.9, art.94, art.95 de Ley 19/1985 de 16 julio 1985. Cambiaria y del Cheque Cita Ley 1/2000 de 7 enero 2000. De Enjuiciamiento Civil Cita art.248 .4 de LO 6/1985 de 1 julio 1985. Poder Judicial ANTECEDENTES DE HECHO Primero: Por el Juzgado de Primera Instancia núm. 1 de Cartagena en los referidos autos, tramitados con el núm. 867/07 , se dictó sentencia con fecha 29 de noviembre de 2007 , cuya parte dispositiva es del tenor literal siguiente: "Se desestima la oposición deducida en este juicio cambiario por la procuradora Dª Milagros González Conesa, en nombre y representación de D. Jon y D. Braulio , mandando seguir adelante la ejecución de los bienes embargados a los referidos ejecutados y con su importe efectuar entero y cumplido a la parte actora de la suma de 24.613 € de principal, más 7.300 € calculados para intereses y costas, sin perjuicio, esta última cantidad de ulterior liquidación, con expresa condena en costas a los ejecutados". Segundo: Contra dicha sentencia, se preparó recurso de apelación por D. Jon y D. Braulio que, una vez admitido a trámite, interpuso en tiempo y forma, exponiendo por escrito y dentro del plazo que al efecto le fue conferido, la argumentación que le sirve de sustento. Del escrito de interposición del recurso se dio traslado a D. José Miguel emplazándolas por diez días para que presentaran escrito de oposición al recurso o, en su caso, de impugnación de la resolución apelada en lo que les resultara desfavorable, dentro de cuyo término, presentaron escrito de oposición al recurso. Seguidamente, previo emplazamiento de las partes por término de treinta días, fueron remitidos los autos a este Tribunal, donde se formó el correspondiente rollo de apelación, con el núm. 120/08, que ha quedado para sentencia sin celebración de vista, tras señalarse para el día 10 de junio de 2008 su votación y fallo. Tercero: En la tramitación de esta instancia se han observado las prescripciones legales. © El Derecho Editores, S.A. 1 Ricardo Martínez-Moya Asensio FUNDAMENTOS DE DERECHO Primero: Se interpone recurso de apelación por los ejecutados contra la sentencia totalmente desestimatoria de su oposición al presente juicio cambiario. Se funda dicho recurso en la falta de legitimación pasiva de ambos ejecutados, pues no firmaron en nombre propio sino en representación de la mercantil Run Spa S.L. de la que son administradores . Entiende que la sentencia acepta una de las posiciones doctrinales que existen sobre la firma de los pagarés sin antefirma sin justificar el porqué de dicha opción y sin entrar a valorar las circunstancias concretas y debidamente probadas en estas actuaciones. En tal sentido considera que está absolutamente probada la intervención en nombre de la mercantil, dada su condición de administradores mancomunados de la misma, la titularidad de la mercantil de las cuentas corrientes contra las que se libraron los pagarés, la firma mancomunada exigible para la disposición de ambas cuentas y finalmente por el hecho de que se trata del pago de una deuda de la sociedad por trabajos en sus instalaciones. De todo ello deduce que se actuó en nombre de la sociedad y por ello no están obligados al pago de los pagarés en nombre propio. Por la parte apelada se opone al recurso y se solicita la íntegra confirmación de la sentencia dictada pues resuelve la cuestión en la forma que ya ha sido declarada por esta misma sección en sentencia de 8 de marzo de 2005 . En los pagarés entiende la apelada que la responsabilidad deriva del firmante del pagaré personalmente si no existe antefirma que determine que están actuando en nombre de un tercero. Aceptar la posición de los apelantes sería contrario a la buena fe mercantil y al propio contenido de la Ley Cambiaria y del Cheque. Segundo: Sentadas las premisas anteriores, debe anticiparse que el recurso interpuesto debe ser desestimado e íntegramente confirmada la acertada sentencia dictada en instancia, haciendo suyos esta Sala los fundamentos de la misma, por estar completamente ajustados a la interpretación mayoritaria que de la cuestión planteada se realiza en los tribunales de justicia. El recurso interpuesto insiste en los mismos argumentos dados en la primera instancia con respecto a la legitimación pasiva al sostener que los firmantes del pagaré , los ejecutados - apelantes, no lo hicieron como personas físicas sino como administradores de una sociedad mercantil y por ello no deben de responder de las deudas sociales con sus propios bienes. Se trata de la vieja polémica sobre los efectos de la falta de la antefirma en un efecto cambiario, de acuerdo con lo previsto en el artículo 9 LCCH . Es evidente que no se desconoce por esta Sala, ni tampoco por el apelante, la existencia inicial de una cierta división judicial en relación a esta cuestión que generó resoluciones contradictorias en atención a un criterio de carácter más formalista dado que estamos en presencia de un título cambiario, según el cual la exigencia de antefirma es imperativa en los pagarés, por lo que su ausencia genera la obligación personal del firmante del pagaré ; junto a éste coexistía un criterio más flexible, en virtud del cual era posible excluir la responsabilidad personal del firmante si resultaba absolutamente probado que éste actuaba en nombre de una sociedad y no en nombre propio. No obstante es preciso señalar que esta diferente valoración e interpretación del artículo 9 LCCH cada vez tiene una menor intensidad al haber prevalecido como solución mayoritaria y prácticamente unánime en la jurisprudencia menor, la tesis de contenido más formalista en virtud de la cual responde del pagaré el firmante de un pagaré siempre que no empleé la denominada antefirma. De hecho, si se examinan bien las dos corrientes se puede apreciar que en el fondo no son tan diferentes, pues en todo caso estamos en presencia de un problema de prueba, de tal manera que los ejecutados están obligados a probar que el tenedor del pagaré conocía de forma absoluta y directa, sin género alguno de dudas, que la firma del efecto cambiario se hacía en nombre de la sociedad y no en nombre propio. Dicho criterio es el seguido en la Audiencia Provincial de Murcia, tanto en su Sección 2ª (sentencias de 24 de octubre de 2006 y 15 de febrero de 2007 ) como por esta Sección 5ª (sentencias de 22 de marzo de 2004, rollo 447/03, y 8 de marzo de 2005, rollo 537/04 ). Igualmente es el criterio seguido en las Audiencias Provinciales de Valencia (9ª) de 2 de mayo de 2006, 15 de junio de 2006 y 13 de diciembre de 2007; Valladolid (3ª) de 10 de diciembre de 2007; Zamora (1ª) de 30 de noviembre de 2007; Jaén (2ª) de 20 de noviembre de 2007; Madrid (10ª) de 20 de noviembre de 2007 y (14ª) de 21 de octubre de 2005; Alicante (4ª) de 27 de febrero de 2005 ó Asturias (4ª) de 20 de diciembre de 2004, entre otras muchas resoluciones por tratarse de un tema muy recurrente en la interpretación del artículo 9 LCCH . Tercero: Esta Sala tiene sentado ya en su sentencia de fecha 8 de marzo de 2005 , en relación con la falta de legitimación del firmante de un pagaré , cual debe ser su criterio en la exégesis del artículo 9 de la Ley Cambiaria y del Cheque de aplicación por la remisión que al mismo hace el artículo 96 de dicha ley cambiaria, al señalar el primer párrafo del artículo 9 que todos los que pusieren firmas a nombres de otro en letras de cambio deberán hallarse autorizados para ello con poderes de las personas en cuya representación obrase, expresándolo claramente en la antefirma. Evidentemente, si examinamos los pagarés cuya ejecución se sigue en el presente juicio cambiario, pagaré nominativo, los firmantes de dicho pagarés no hicieron constar que actuaran en representación de otra persona jurídica, pues se limitó a estampar su firma y rúbrica en el lugar reservado a la firma del librador, sin que hiciera constar ni el nombre social de la sociedad en cuyo nombre actuaba y representaba, ni la expresión "por poder (pp.)". Por tanto, el representante que suscribe el pagaré sin indicar su condición suscita en el tercero la apariencia de que él se ha obligado personalmente y por ende debe pechar con las consecuencias de ser demandado en el juicio cambiario y pagar el importe del pagaré en la fecha del vencimiento. La razón de adoptar tal solución se encuentra en que el tenedor del pagaré puede desconocer la condición con que el firmante del mismo ha actuado, debiendo partirse del principio de buena fe mercantil que hace presumir que la declaración cambiaria la efectúa la persona que la firma y en consecuencia debe responder personalmente si no refleja que actúa por otra persona o entidad colocando la antefirma. Otro motivo es el principio de seguridad jurídica, pues no puede dejarse al arbitrio del demandado aceptar o no la legitimación pasiva según que sea el demandado personalmente o lo sea la sociedad que mantuvo relaciones Ricardo Martínez-Moya Asensio 2 © El Derecho Editores, S.A. comerciales con el acreedor, pues si se demandara a la sociedad (a pesar de no constar antefirma) podría alegar ésta que no consta su declaración cambiaria y que el deudor es el que firmó personalmente el efecto. Se apoya esta conclusión en la diferencia sustancial existente entre letra de cambio y pagaré , pues en éste no existe la persona del librado y por consiguiente no se dan los supuestos de discordancia entre librado y aceptante que dan lugar al planteamiento de la cuestión indicada en las letras de cambio, de suerte que ante la carencia de antefirma en el pagaré , no consta en el documento dato alguno que permita colegir que la firma haya sido estampada en nombre de otro. Asimismo hay que señalar que la expedición del pagaré en esta forma, sin expresión de "contemplatio domini" supone una asunción de deuda por parte de quien lo emite, usual en el tráfico mercantil, especialmente en supuesto de dificultades económicas por parte de la sociedad, de forma que la expedición del pagaré en estas condiciones debe perjudicar a quien lo emite, y que, de no aceptarse esta solución, y hubiera de demandarse a la sociedad, ésta siempre podría alegar que no había firmado al efecto, con el consiguiente perjuicio para el tenedor, poseedor de un título valor eminentemente formal que incorpora la promesa pura y simple de pagar una cantidad de dinero a favor o a la orden de persona determinada , con arreglo a los artículos 94 y 95 de la Ley Cambiaria citada. La circunstancia de que los firmantes de los pagarés ejecutados seas Administradores mancomunados de la sociedad, o el que la cuenta bancaria donde deba abonarse el pagaré sea la misma de la sociedad, e incluso que la deuda se entendiese que es de la sociedad, no pueden considerarse factores decisivos a estos efectos, ya que, antes al contrario, lo que ponen de manifiesto es la confusión entre la persona física y la jurídica, que refuerza esa voluntad de asumir la deuda como propia frente al tercero, sin perjuicio de las relaciones internas que puedan mediar entre el socio firmante y la sociedad. Por todo ello procede desestimar el recurso de apelación y confirmar la sentencia apelada en su integridad. Cuarto: De conformidad con lo previsto en el artículo 398.1 en relación con el artículo 394.1, ambos de la Ley de Enjuiciamiento Civil , al ser desestimado el recurso procede la imposición de las costas de esta alzada a la parte apelante. Vistos los artículos citados y demás de general y pertinente aplicación. FALLO Que desestimando el recurso de apelación interpuesto por la Procuradora Dª Milagrosa González Conesa, en nombre y representación de D. Jon y D. Braulio , contra la sentencia dictada en fecha 29 de noviembre de 2007 por el Juzgado de Primera Instancia núm. 1 de Cartagena , en los autos de Juicio núm. 867/07, debemos CONFIRMAR Y CONFIRMAMOS íntegramente la citada resolución y todo ello con expresa condena a la parte apelante al pago de las costas de esta alzada. Notifíquese esta sentencia conforme a lo establecido en el artículo 248.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial , haciéndole saber, en su caso, los recursos que contra la misma pudieran ser interpuestos y, en su momento, devuélvanse los autos originales al Juzgado de procedencia, de los que se servirá acusar recibo, acompañados de certificación literal de la presente resolución a los oportunos efectos de ejecución de lo acordado, uniéndose otro al rollo de apelación. Así, por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. Publicación.- En la misma fecha fue leída y publicada la anterior resolución por el Ilmo. Sr/a. Magistrado que la dictó, celebrando Audiencia Pública. Doy fe. DILIGENCIA: Seguidamente se procede a cumplimentar la notificación de la anterior resolución. Doy fe. Número CENDOJ:30016370052008100106 © El Derecho Editores, S.A. 3 Ricardo Martínez-Moya Asensio