BOLETIN DE LECTURAS SOCIALES Y ECONOMICAS - UCA - FCSE ECONOMÍA POST-KEYNESIANA ( Foundations of post-Keynesian Economic Analysis por Marc Lovoie ed. Elgar 1992, 481 pgs ) El libro sobre Fundamentos del Análisis Económico post-keynesiano de M. Lovoie constituye una novedad, que no reside tanto en su contenido como en la claridad que denota un singular poder de síntesis, lo cual no es frecuente al tratarse una temática tan amplia como controvertida. Emplea un lenguaje de estilo pulido que va dirigido a los estudiantes avanzados y especialistas. Para el autor, en esencia, el análisis post-keynesiano concuerda con el clasicismo ricardiano; no así con el marginalismo neoclásico, al cual se enfrenta con tenacidad, a la que considera que no es relevante detenerse en ella. Sostiene Lovoie que la corriente post-keynesiana no es originada por las ideas de John Maynard Keynes sino por el tratamiento que hacen de las mismas autores como Michal Kalecki, Joan Robinson y Nicholas Kaldor, entre otros. El libro lo componen cinco capítulos que se inician ( a nuestro entender correctamente desde el punto de vista metodológico ) con los aspectos microeconómicos. La elección no es el resultado de una pulcritud en el procedimiento sino que más bien va dirigida a sacar provecho del mayor rigorismo en la estructura lógica de este enfoque, para luego proyectar su firme convicción de que la macroeconomía post-keynesiana se puede construir partiendo de sólidos fundamentos microeconómicos. Los capítulos 1 y II están referidos al consumidor y al productor. En los siguientes capítulos considera aspectos relativos a moneda y crédito; demanda efectiva y empleo; acumulación de stocks y capacidad productividad, y finaliza con la inflación. Desarrolla modelos de comportamiento del consumidor y del productor ( recordamos que el análisis post-keynesiano reconoce la existencia de incertidumbre e interdependencia en el comportamiento del individuo ), señalando los cambios que se producen en la demanda por efecto del ingreso-inducido y el precio de oferta. En esta concepción el precio deriva más del costo de producción-administrado que del mecanismo compensatorio del mercado. Un nivel dado de demanda se forma por los hábitos e ingresos de las diferentes clases, figurando la oferta como la variable residual, ajustada por cambios en la utilización de la capacidad productiva. Menos atención presta el autor al aspecto monetario y crediticio que lo presenta enfrentado con la causalidad ortodoxa del encadenamiento de las reservas controladas por la banca central a través de los depósitos bancarios. En los modelos post-keynesianos el dinero bancario se vuelca al proceso productivo como consecuencia de los requerimientos de adelantos en efectivo. Las firmas piden prestado a los bancos para comprar inputs. Esta demanda de crédito genera el "flujo de ingresos". La oferta monetaria resulta ser orientadora del crédito v determinante de la demanda. Las reservas disponibles están destinadas a cubrir eventuales desvíos en los pasivos del banco. El modelo del "circuito monetario" se presenta como un avance del post-keynesianismo, aunque no nos resulta clara la línea divisoria que lo separa del modelo ortodoxo del 'flujo circular al que se le ha agregado el proceso de creación de depósitos. El autor se muestra escéptico en aceptar la idea de que la oferta monetaria endógena sea una concepción post-keynesiana. Los capítulos sobre la demanda efectiva y el empleo; la acumulación y capacidad productiva, son abordados con un lenguaje de alto tecnicismo. Considera que la demanda efectiva es la determinante del empleo dentro del contexto del corto plazo, pasando luego a compatibilizar el principio de demanda efectiva con el crecimiento y distribución del ingreso, y haciendo un esfuerzo tratando de proyectar alguna luz sobre este controvertido tema. El capítulo último lo dedica Lovoie a la inflación. Para los post-keynesianos la inflación no es un fenómeno monetario ya que consideran a la inflación corno un sub-producto de la lucha entre empresarios y trabajadores por la distribución del ingreso. Entendernos que esta concepción pueda explicar razonablemente una inflación moderada en la que se llegue a negar, en forma categórica, el efecto de la cantidad de dinero. Pero esta apreciación se torna insostenible cuando enfrentamos situaciones de hiper-inflación, corno las que nos tocó vivir. Armando V. Lago