deslocalización y empresas conserveras de productos acuícolas

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DESLOCALIZACIÓN PRODUCTIVA: EL CASO DE LAS EMPRESAS CONSERVERAS DE PESCADO
Núñez Gamallo, Ramón. Instituto Universitario de Estudios Marinos.
Universidade da Coruña.
ranuga@udc.es
ÍNDICE
1.
PRECEDENTES TEÓRICOS. ________________________________________________ 2
2.
CAUSAS Y TIPOS DE DESLOCALIZACIÓN. _____________________________________ 6
3.
FACTORES QUE INCIDEN EN LA DECISIÓN DE DESLOCALIZACIÓN DE LAS EMPRESAS. __ 9
4.
EL CASO ESPAÑOL.___________________________________________________________
5.
LA INDUSTRIA CONSERVERA DE PESCADO. __________________________________ 12
11
5.1. ALGUNAS NOTAS SOBRE EL MERCADO DEL ATÚN EN CONSERVA. _____________________ 14
5.2. EL SECTOR DE LA CONSERVA DE PESCADO EN GALICIA. ____________________________ 15
5.3. RAZONES PARA LA DESLOCALIZACIÓN DE LA INDUSTRIA CONSERVERA DE PESCADO. ____ 22
6.
CONCLUSIONES. _______________________________________________________ 25
7.
BIBLIOGRAFÍA. ________________________________________________________ 26
1
INTRODUCCIÓN.
En el presente trabajo se introduce al lector en el marco conceptual relativo a los procesos de
deslocalización productiva y a continuación se realiza una aproximación al mundo de la
industria agroalimentaria española y gallega, y, de forma más específica, de la industria
conservera de pescado, analizando el comportamiento de las inversiones realizadas por este
sector en el extranjero para así poder detectar la incidencia de los fenómenos de
deslocalización en este sector industrial.
1. PRECEDENTES TEÓRICOS.
La deslocalización se puede definir como el fenómeno mediante el cual aquellos productos
que pueden ser fabricados y consumidos en ciertos territorios geográficos, pasan a ser
producidos en un lugar, se transforman en una segunda área; y pueden llegar a ser consumidos
en un tercer entorno geográfico. Así, una empresa se deslocaliza cuando traslada su actividad,
o parte de ella, de un lugar a otro. El término puede ser ambiguo, ya que tal traslado a menudo
es observado de forma distinta por quienes sufren el levantamiento geográfico y por quienes
se benefician del nuevo asentamiento.
Como señala Michalet (2001), la movilidad de las implantaciones industriales o empresariales
en general se traduce en un cuestionamiento constante de las ventajas de localización de los
territorios. Con la globalización, son los territorios y, finalmente, los lugares los que se ponen
en competencia los unos con los otros a partir de la rivalidad empresarial.
En principio, las empresas tenderán a producir en varios países en lugar de uno solo para
poder beneficiarse de reducciones de costes y así, ser más competitivas. Según la teoría de la
localización, la ubicación de la planta depende del bien producido, del coste de producción, de
los costes de transporte, de las barreras aduaneras y del acceso a los mercados.
La progresiva reducción de los costes de transporte y de los costes aduaneros durante la
última década ha incrementado el fenómeno de la desintegración del proceso productivo en
diferentes actividades y su deslocalización, relocalización o externalización en distintos
países, de acuerdo con la ventaja comparativa tanto en costes como en calidad del capital
humano de cada uno. En este sentido, Eckel (2003) realiza un análisis que muestra como
cuando los costes de transporte caen, las compañías comienzan a relocalizar los procesos de
producción intensivos en factor trabajo hacia países de bajos niveles salariales e insiste en que
2
este hecho no tiene por qué perjudicar necesariamente a los trabajadores del país de nivel
salarial más elevado.
Las teorías relativas al comercio internacional basadas en la ventaja comparativa de Ricardo,
o la versión más restringida de la ventaja absoluta, suponen que los distintos países se
especializan en distintos tipos de producción, es decir, las distintas industrias se asentarán en
determinados países, lo que marcará la especialización del país. La teoría de las proporciones
factoriales, nos muestra que es lo que determina dicha especialización y nos enseña que cada
país se especializará en función de la abundancia relativa de factores de la producción, de tal
forma que los países donde el capital sea relativamente abundante se especializarán en
industrias intensivas en capital y los países con abundancia relativa de factor trabajo
presentarán una especialización en industrias intensivas en dicho factor.
Siguiendo a Midelfart - Knarvik, K. H. y Overman H. G. (2002) los modelos tradicionales de
la ventaja comparativa nos ayudan a entender algunos incrementos de la especialización
derivados de la integración, aunque ofrecen una débil explicación de la concentración espacial
de la actividad económica, por lo que es necesario introducir los rendimientos crecientes a
escala para poder explicar las desigualdades entre regiones con dotaciones factoriales
similares.
Aunque la teoría de las proporciones factoriales nos ofrece una explicación satisfactoria del
funcionamiento del comercio internacional, los hechos empíricos han mostrado desde los años
60 del pasado siglo en adelante un comportamiento que no encaja con los postulados de esta
teoría, que es, por así decirlo incompleta, y, desde los años 80 en adelante se ha estudiado el
comportamiento de los flujos comerciales introduciendo elementos nuevos como nuevas
estructuras de mercado (la competencia monopolística), la diferenciación de productos, tanto
vertical como horizontal, etc.
Estas nuevas teorías ofrecen una visión más compleja de la especialización comercial entre
países. Esta complejidad responde al esquema general del modelo de las proporciones
factoriales: cada país se especializará en aquel factor definido con una mayor precisión:
capital, trabajo, capital humano, capital tecnológico, etc. en el que presente abundancia
relativa. Sin embargo, dejan abierta la posibilidad de existencia de otros factores como causa
de la especialización, como por ejemplo el papel del accidente histórico, por el que se ilustra
cómo países o regiones que se convierten en grandes productores de cualquier bien o servicio,
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tienden a continuar siendo grandes productores aún en contra de lo que según las ventajas
comparativas cabría esperar.
Entre las teorías de la localización industrial quisiéramos destacar el modelo propuesto por
Krugman, que otorga una especial importancia a los costes de transporte y a las economías
externas en la determinación de esta especialización, a través de la tensión entre estas
economías externas y los costes sociales derivados de la aglomeración industrial. Asimismo,
destaca la influencia del tamaño de los mercados y su crecimiento, y la especialización
industrial es, por tanto, un proceso acumulativo y de aglomeración. Utiliza un modelo de
competencia monopolística en el cual las empresas están sujetas a rendimientos crecientes y
un aspecto destacado es que los cambios pueden ser discontinuos, no necesariamente son
graduales, jugando un papel importante el “accidente histórico”.
Otros autores como Midelfart (2004) encuentran que la relocalización es una alternativa poco
atractiva en el caso de que los costes comerciales no sean los suficientemente altos y en
presencia de elevados “efectos spillover” del conocimiento intraindustrial. Sin embargo, en el
caso de elevados costes comerciales, y “efectos spillover” del conocimiento intraindustrial
insignificantes y, unido a unos relativamente más importantes “efectos spillover”
interindustriales, este tipo de comportamiento puede ser realmente más eficiente desde el
punto de vista empresarial.
El fenómeno de la deslocalización tiene como vehículos principales de expresión la inversión
directa extranjera (IDE), pudiendo ir acompañada o no por el cierre de la planta en el país de
origen, y para las relaciones entre casas matrices y filiales
Por su parte, como señalan Baldwin y Ottaviano (2001), la inversión en las dos direcciones
está dirigida por fuerzas análogas a aquellas que gobiernan el comercio en el modelo de
dumping recíproco de Brander y Krugman. Específicamente, las empresas que producen
múltiples variedades diferenciadas tienen un incentivo a utilizar los costes comerciales para
reducir la competencia entre variedades. Hacen esto asentando la producción de algunas
variedades en el exterior. Puesto que las variedades están diferenciadas, todas las variedades
son vendidas en todos los mercados, cuesten lo que cuesten donde son producidas. Mientras la
IDE desplaza algunas exportaciones de áreas y de mercados también crea un flujo de
importaciones en sentido contrario. Como consecuencia, el patrón de comercio y de inversión
es intrínsecamente similar. Además, Baldwin y Martin (2003) sugieren que la relación entre el
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crecimiento y la aglomeración depende de la movilidad capital entre las regiones y de las
capacidades de asentamiento geográfico.
Así, en un sentido amplio, podemos considerar a la deslocalización como aquel proceso por el
cual una empresa situada en un país toma la decisión de abandonar su actividad parcial o
totalmente para situarla en otro país, cualquiera que sea la causa que la determine.
Eckel (2003) señala que esta tendencia arranca gracias a los avances tecnológicos que
permiten a las empresas multinacionales (EMN) segmentar la cadena de valor añadido y
generar diferentes fragmentos de la producción en diferentes países. Como consecuencia, las
EMN están relocalizando principalmente los procesos manufactureros intensivos en factor
trabajo desde los países de salarios elevados hacia los países en desarrollo de salarios bajos,
algunas ubicándose en lugares próximos y accesibles a la disponibilidad de los recursos; y
otras cerca de las áreas de mayor capacidad de demanda.
Otra aportación singular a la cuestión de la deslocalización es la que ofrecen Baldwin y
Krugman (2004) señalando que los países con generosos estados del bienestar tienden a ser
países que siempre han sido ricos, y por tanto, naciones que ofrecen al capital el marco
propicio para el desarrollo económico como las ventajas de las infraestructuras, la experiencia
acumulada, el know–how, etc. En resumen, ofrecen economías externas favorables. Además,
dentro de unos límites, esto mismo les permite retener a los factores móviles de la producción
incluso mientras elevan o mantienen tipos impositivos más elevados que los países menos
desarrollados. Además, la presencia de fuerzas derivadas de la aglomeración hace que la
industria tienda a situarse concentrada, acentuando el proceso de polarización. Estas fuerzas
de aglomeración significan que la industria no es indiferente a la localización en situaciones
de equilibrio; cuestiones impositivas aparte, cada empresa industrial entiende que gana más
en el “centro” de lo que podría ganar en la “periferia”. Así, los gobiernos de países del
“centro” pueden elevar más sus impuestos que los de la “periferia”, pero sólo hasta cierto
punto ya que hay un límite impositivo.
El papel de la incorporación de tecnología y la segmentación de procesos productivos
derivada es vital en los procesos de deslocalización y externalización, como de forma
esquemática se muestra en el gráfico nº 1
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Gráfico nº 1 Tecnología y ciclo de vida del producto
Paradigmas
t
ló i
Antiguo
paradigma
tecnológico
Transición
entre
paradigmas
Madurez
Innovación
Descomposició
n en
Difusión del
nuevo
paradigma
tecnológico
Nuevo impulso
para las
variedades
que utilicen
las nuevas
tecnologías
Ciclo de vida del producto
Tiempo
En este sentido, como posible manera de que los espacios retengan o desarrollen nuevas
actividades productivas, el papel de la innovación es fundamental.
Sin embargo, los procesos de deslocalización o relocalización se centran principalmente en las
industrias tradicionales y/o en aquellas intensivas en fuerza de trabajo no cualificado, siendo
las plantas que más fácilmente se trasladan o deslocalizan las de ensamblaje y aquellas
relativas a actividades de bajo valor añadido.
Normalmente, los flujos de relocalización se establecen desde países avanzados hacia
economías más atrasadas, siendo el mercado objetivo normalmente el del país de origen y no
el del país de asentamiento
2. CAUSAS Y TIPOS DE DESLOCALIZACIÓN.
Las motivaciones principales de las empresas consisten en la búsqueda de costes laborales
bajos, estabilidad política, instituciones consolidadas y fiables, infraestructuras, capital
humano y una estructura impositiva razonable. Cuando los países alcanzan una serie de
requisitos mínimos como estabilidad en sus instituciones y cierto desarrollo económico, el
factor crucial será entonces el coste de la fuerza de trabajo, que, en último término, constituye
la partida de más peso en la cuenta de resultados de las empresas.
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De acuerdo con Glickman y Woodward (1989) y Agarwal (1997) la elección de las empresas
podría ser más bien entre relocalización y pérdida de cuota de mercado más que entre
relocalización frente a producción doméstica. Si las relocalizaciones pueden prevenir la
erosión de las ventas reduciendo los costes de producción, también pueden ayudar a mantener
el empleo en el lugar de origen de la IDE.
Eckel (2003) demuestra que el impacto de la búsqueda de eficiencia a través de la IDE sobre
el empleo se puede dividir en un efecto relocalización y en un efecto eficiencia (a su vez
directo e indirecto). Mientras que la relocalización reduce el empleo, el efecto eficiencia
incrementa la demanda de trabajo y aumenta el empleo. Es más probable que el empleo
crezca si la internacionalización de la producción es alta y si la oferta de capital es elástica. El
punto crucial en el análisis es que el empleo probablemente aumentará si la extensión de la
producción inducida por los ahorros de coste es grande. Este análisis muestra que si el
producto crece; el empleo no necesariamente disminuye; y los trabajadores no son siempre los
perdedores de la globalización.
Por otra parte, las operaciones entre distintas empresas en distintos países generan altos costes
de transacción y contractuales, que se pueden reducir en buena medida si se procede a su
internalización. En este sentido, las nuevas tecnologías permiten controlar mejor los costes de
transacción y reducir las ventajas de la internalización, lo que permite externalizar o
subcontratar diferentes actividades productivas, a otras empresas en el mismo país
(outsourcing) o en otros países (offshoring). La externalización se ha concentrado
principalmente en servicios, offshoring, durante los últimos años.
Sin embargo, La Ferla (2004) plantea que el outsourcing o abastecimiento foráneo debe
contemplarse más como una opción estratégica de la empresa que como una simple vía de
reducir los costes, ya que las firmas se exponen a una serie de riesgos, como por ejemplo los
derivados de la situación política, inestabilidades financieras, corrupción gubernamental, etc.
También a una serie de dificultades de origen cultural, logístico, o de carencia de
infraestructuras básicas.
Por otra parte, el menor coste de la fuerza de trabajo, que aunque es considerado un factor
muy importante, es normalmente sobrevalorado, dado que las empresas no se trasladan de
forma automática allá donde los salarios sean más bajos, sino que la fuerza de trabajo debe
reunir ciertas características en cuanto a la flexibilidad de los mercados de trabajo locales, de
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la propia cualificación de los trabajadores así como de su experiencia y habilidad. Además,
los salarios normalmente vienen determinados por la productividad, así, no es suficiente el
argumento de salarios más bajos, se necesita complementar con la productividad del trabajo.
En otras palabras, es preciso tener en cuenta el binomio salarios – productividad.
Además, en lo referente al empleo es importante el considerar el saldo neto, ya que en ciertas
condiciones, el proceso de deslocalización puede ser positivo a largo plazo, ya que promueve
la reestructuración económica y favorece la aparición de nuevos sectores, lo que puede elevar,
en el medio y largo plazo, el empleo de una determinada zona o región. En suma, las
empresas desean producir o suministrarse donde sea menos caro y, en cambio, vender en los
mercados de mayor poder de compra. Los procesos de deslocalización pueden afectar a
algunas empresas de un sector, a determinados segmentos de la producción de un sector o
pueden incidir sobre todo un sector.
Como apunta Edwards (2003) la globalización se observa como una fuerza irresistible que
está cambiando la naturaleza de las relaciones económicas, políticas y sociales y se concluye
es de hecho una amenaza significativa a los trabajadores en circunstancias particulares, pero
éste no es el caso general. En algunas circunstancias, las oportunidades presentadas a mover
la producción hacia los países de salarios bajos son considerables y una sombra omnipresente
sobre la conducta de relaciones laborales cotidianas. En otras circunstancias, las amenazas
para cambiar el lugar de la producción tienen poca sustancia.
Además, analizando los flujos mundiales de IDE, se observa que la mayor parte (60%) se
establece entre países desarrollados, siendo los flujos hacia los países en desarrollo
minoritarios. La IDE por trabajador es más elevada en los países desarrollados que en los
países en desarrollo.
Los procesos de deslocalización se plasman a través de la inversión directa extranjera (IDE),
ya sea por el establecimiento de filiales, de adquisiciones de empresas o por la creación de
empresas conjuntas. Sin embargo, no debemos indentificar la empresa deslocalizada con la
empresa multinacional (EMN) ya que no necesariamente tienen por qué coincidir. También el
establecimento de acuerdos de cooperación y de compra venta de licencias tienen un papel
destacado en los procesos de deslocalización.
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A este respecto, Gastón y Nelson (2001) muestran como el impacto negativo de la IDE sobre
los mercados laborales es mixta. Por una parte, el efecto directo de la IDE sobre los salarios y
el empleo domésticos para la mayoría de los países es bastante pequeño. La evidencia sobre
las localizaciones lugares de salarios bajos está también
lejos de ser concluyente. Sin
embargo, la actividad multinacional parece estar asociada con un gran uso de más
trabajadores cualificados en grandes plantas intensivas en capital. En este sentido, a pesar de
los flujos migratorios y de la liberalización comercial, la IDE puede haber jugado un papel en
el ensanchamiento de la brecha salarial que se ha convertido en evidente en las últimas
décadas. Esta conclusión es defendible particularmente para los países en desarrollo, donde el
tamaño de los flujos de inversión extranjera en relación con el tamaño de la inversión
doméstica es probable que sea económicamente significativo en los sectores manufactureros
del país en desarrollo. Para los países desarrollados, parece claro que los trabajadores menos
cualificados y no afilados a sindicatos están bajo un gran riesgo en el nuevo escenario global.
Este hecho, esto puede estimular a los responsable de la política económica a responder con
regulaciones y reformas para las inversiones en sus países. Una respuesta política alternativa
podría tomar la forma de aumento de la generosidad de los mecanismos de bienestar que
igualase la distribución de la renta y las transferencias después de impuestos.
3. FACTORES QUE INCIDEN EN LA DECISIÓN DE DESLOCALIZACIÓN DE LAS EMPRESAS.
El proceso de deslocalización debe ser observado como un flujo, en el sentido de que algunas
empresas o segmentos o incluso sectores se pueden marchar de sus emplazamientos actuales,
pero también pueden venir otras compañías y sectores a ocupar su lugar, e incluso, se pueden
desarrollar nuevos sectores productivos, nuevas actividades que permitan que el efecto
resultante sobre el empleo sea positivo, lo que parece imprescindible tanto para las que
puedan venir como para las que se puedan desarrollar de forma autóctona es que tengan más
capital tecnológico y desarrollen actividades más sofisticadas.
La deslocalización comprende dos rasgos característicos: se trata de un fenómeno
permanente, y, por tanto difícilmente reversible, y además es un proceso difuso, porque es
bastante difícil delimitar, en algunas ocasiones, lo que es una deslocalización de lo que puede
tratarse de otro tipo de fenómeno relacionado con la IDE o las EMN ya que en un mundo
globalizado, al menos desde el punto de vista comercial y financiero, los conceptos de
mercado nacional, de aduanas, pierden su significado, con lo que desarrollar
políticas
monetarias, financieras y de tipo de cambio se hace tremendamente difícil.
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En el caso de la deslocalización de productos y bienes intermedios, las personas más
perjudicadas han sido los trabajadores con menor cualificación. En la externalización de
servicios, los afectados también pueden ser trabajadores de cualificación media e incluso alta.
Esto supone una ola de deslocalización no prevista hace una década.
Desde el punto de vista económico, uno y otro tipo de descentralización de los procesos de
producción tiene efectos positivos, tanto para el país desarrollado de origen como para el país
en desarrollo de destino. En el país de origen, las empresas que deslocalizan o externalizan
reducen sus costes y se hacen más competitivas. En el país de destino, aumenta el empleo y la
renta de sus ciudadanos.
En todo caso, las empresas persiguen mejoras organizativas que se pueden basar en los
siguientes puntos:
a. Las condiciones del mercado de trabajo del país de recepción.
b. Una adecuada dotación de infraestructuras, que permita elevar los rendimientos de las
inversiones asociadas al proceso de deslocalización.
c. Bajos costes del terreno y de ubicación.
d. En unos incentivos fiscales atractivos y también impuestos no demasiado gravosos y
también se tiene en cuenta el nivel de los servicios públicos que los distintos países
pueden ofertar a sus ciudadanos.
e. En condiciones industriales especiales que hacen referencia a la resistencia al proceso
deslocalizador que pueden presentar industrias, al accidente histórico, a la existencia
de distritos industriales y a la presencia de externalidades.
Las reglas del juego de la competencia internacional determinan que las actividades
productivas de bienes y servicios intensivas en mano de obra de poca o baja cualificación
tiendan a desaparecer en los países más desarrollados y a localizarse en los países en
desarrollo, que las pueden acometer con menor coste, lo que permite a éstos aprovechar sus
ventajas comparativas en mano de obra más barata y mejorar su crecimiento, mientras que los
países que las pierden se especializan en producciones que utilizan su capital físico y humano
mas abundante, aumentando su productividad y su crecimiento.
En suma, las políticas de deslocalización y relocalización se encuentran asociadas a las
estrategias empresariales, a los procesos de desmaterialización productiva y al desarrollo
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tecnológico en sus aplicaciones sectoriales. Como señalan Baldwin y Octaviano (2001) la
actividad global de las EMN es una amalgama de distintos tipos de comportamientos que
pueden ser explicados por varios y muy diferentes modelos.
4.
EL CASO ESPAÑOL.
España ha sido un país típico en el que este fenómeno de la deslocalización le ha beneficiado
durante muchos años y le ha permitido aprovecharse de sus ventajas compartivas salariales
para atraer inversión extranjera Como pone de manifiesto Muñoz Guarasa (2002).
El número de estudios relativos al caso español no es muy abundante, destacando los
realizados por Myro, Fernández y Mora (1996) que analizan el proceso completo de
deslocalización, es decir, de la desinversión en España y de la localización de la empresa en
otro país. Y el de Merino de Lucas (2001) que examina el proceso de desinversión en España.
Muñoz Guarasa (2002) plantea un estudio similar que incluye, además, el sector servicios.
En el período 1993-2000 se ha producido en España un proceso de desinversión, de la misma
forma que está ocurriendo en los demás países comunitarios, como consecuencia de los
reajustes en las estructuras productivas de las empresas hacia la concentración y
especialización como respuesta al avance del proceso de integración europea. La industria ha
sido la mayor responsable del proceso desinversor, siendo la agroalimentaria la más afectada,
especialmente en los años 1998-2000.
En general, según Muñoz Guarasa (2002) el proceso desinversor de la industria en España
atiende más a las estrategias de reestructuración productiva y accionarial que están teniendo
lugar en Europa que a pérdida de ventajas comparativas (costes laborales).
Por otra parte, Ruesga y Da Silva (2004) muestran cómo históricamente, España ha sido un
importador neto de capital, pero esta situación cambia radicalmente tras 1997. Una de las
variables principales en la determinación de la capacidad competitiva de las empresas, en el
corto plazo, es su presencia en los mercados, es decir, su cuota. Por tanto, la cuota de mercado
es una de las más importantes ventajas de las empresas.
Para las empresas, el realizar sus inversiones fuera, aparte de las tradicionales ventajas de la
posesión de la propiedad, significa que deben tener suficiente capacidad financiera para poder
realizar sus operaciones. En este sentido la formación de grandes conglomerados,
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especialmente en el sector servicios español ha sido fundamental. Las empresas españolas han
elegido los países latinoamericanos como destino fundamental de sus inversiones. Desde 1997
en adelante, más de la mitad de la IDE realizada por las empresas españolas en el exterior se
ha dirigido hacia esa región.
La característica principal de las inversiones españolas en Latinoamérica es que está realizada
por pocas y grandes compañías, con elevados volúmenes y destinos sectoriales muy
concentrados. Esto se debe a que se han realizado los desembolsos iniciales en la compra de
compañías ya existentes, muchas de ellas vinculadas a los respectivos sectores públicos de
cada país.
5. LA INDUSTRIA CONSERVERA DE PESCADO.
La globalización es el crecimiento de la interdependencia entre los mercados, y en la pesca
esto ocurre principalmente a través de tres canales: el comercio de pescado y productos
preparados, la inversión directa extranjera en pesca propiamente dicha y en el proceso de
productos de la pesca (deslocalización) y por medio de la oferta de servicios pesqueros, que
incluyen tanto la extracción, el proceso y la gestión de las pesquerías como señala Schmidt
(2004), en su trabajo para la OCDE.
Una característica interesante de las pesquerías es que el proceso de globalización se ha
producido durante décadas debido a cambios en la dotación relativa de recursos, a cambios en
los patrones de consumo y de la demanda, el avance técnico y la disponibilidad de
posibilidades pesqueras con consecuencias sobre los flujos comerciales y el acceso a los
recursos. Durante las últimas décadas, el incremento de la sobreexplotación de importantes
recursos pesqueros con valor comercial tanto en los países desarrollados como en los países
en desarrollo ha acentuado el proceso de globalización.
El mayor reto consiste en eliminar las restricciones que existen en la extracción de recursos y
en el comercio. A este respecto, se debe llegar a acuerdos sobre la gestión de los recursos
pesqueros. Aunque el sector pesquero ha sufrido un largo proceso de globalización, no existe
un mercado integrado de pescado, productos pesqueros, derechos de extracción, y
posibilidades de gestión de servicios.
Un análisis centrado en los productos del mar lo presenta Josupeit (2004a) que muestra cómo
la producción mundial de pescado enlatado ha crecido durante los últimos 15 años,
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exceptuando 1992 debido a la crisis de la planta más importante de Tailandia. El atún es el
producto enlatado más importante en cuanto a volumen, presentando su producción una fuerte
tendencia al crecimiento. Seguido por el camarón, que se produce principalmente en Tailandia
y China, que registra un crecimiento espectacular pasando de 3000 Tm en 1998 a 46.000 en
2002.
Sin embargo, el crecimiento de las exportaciones de productos enlatados fue inferior a la del
conjunto de las exportaciones de productos pesqueros con lo que ha disminuido su
participación en el total mundial en el período 1998 a 2002. Tailandia es el mayor exportador
de conservas de pescado en 2002, China está en segundo lugar, Dinamarca es el tercer
exportador y España el cuarto exportador mundial con una tendencia al crecimiento en el
período 94-02.
Por el lado de las importaciones nos encontramos con que Japón es el primer importador
mundial, pero con una tendencia a la baja; el segundo importador es el mercado
norteamericano, que presenta un fuerte aumento en los últimos años; y todos los demás
grandes importadores son países de la UE (Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido)
En 2002 los tres primeros productores mundiales de atún enlatado fueron Tailandia, USA y
España, que presenta una fuerte tendencia al crecimiento, mientras que los otros dos están
estables.
También destaca Josupeit (2004c) otra serie de aspectos relacionados con la dinámica del
sector, como que es un sector intensivo en factor trabajo ya que “…emplea mucha gente, en
mayoría mujeres. Además, muchos países están involucrados en la producción de conservas
de pescado, con un traslado de las plantas de producción desde los países desarrollados a los
países en desarrollo, donde la mano de obra es más barata. La producción de conservas ha
crecido bastante en los últimos años, a causa de la conserva de atún…”
Además señala que existen una serie de dificultades que habrá que afrontar en el corto plazo
como la sobre-explotación de los recursos (especialmente atunero), los aranceles sobre
muchos productos de valor añadido, y la futura irrupción de China en los mercados mundiales
que ya está adquiriendo una importancia extrema como productor de conservas.
Sin embargo, también se observan oportunidades pero habrá que superar los desafíos del
futuro como añadir más valor al producto utilizando menos pescado. En este sentido las
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ensaladas de atún, comidas listas en latas, varias salsas y pescado en conserva suponen una
respuesta adecuada. El crecimiento de los supermercados y sus marcas será positivo para los
productores de conservas, un producto muy fácil de mantener al nivel de la gestión de
supermercados, mucho más fácil que el pescado fresco o congelado.
5.1. ALGUNAS NOTAS SOBRE EL MERCADO DEL ATÚN EN CONSERVA.
Dentro del sector de la conserva, la producción de atún adquiere especial relevancia. Las
especies de atún son muy móviles y, por tanto escapan a la jurisdicción nacional, por lo que es
necesario establecer acuerdos en las organizaciones internacionales para gestionar estos
recursos. Los principales factores que inciden sobre las capturas son, como muestran Josupeit
y Catarci (2004), el aumento de la demanda para alimentación humana, los métodos de pesca
cada vez más sofisticados, los marcos reguladores y, finalmente, factores climáticos. El atún
para el consumo directo puede ser fresco o refrigerado, congelado, o transformado en filetes,
lomos, etc. tanto congelados como frescos. Los aumentos de demanda de atún enlatado
incrementan la demanda de materia prima, las capturas, el procesamiento y los precios.
El atún es el tercer producto del mar que se consume a nivel mundial por detrás de los
camarones y de los denominados peces de fondo. Además, es la única especie que se explota,
produce y procesa a gran escala por grandes compañías, en el caso español podríamos citar
como ejemplos Conservas Calvo y JEALSA.
Desde los años 80 el comercio del atún ha aumentado tanto en relación con las capturas, como
en lo relativo a su cuota de participación sobre las exportaciones de productos del mar.
Estados Unidos es el principal importador de atún enlatado, seguido de los países europeos,
especialmente el Reino Unido y Francia. Mientras que los principales productores de atún
enlatado son Tailandia, los propios Estados Unidos y España.
Las importaciones de atún han incrementado mucho más en términos de valor que en
cantidad, es decir, los precios han aumentado notablemente, aunque desde los años 90 se ha
estabilizado debido al comportamiento de las importaciones de Japón y de la crisis de la
industria conservera de Tailandia. Los precios, por lo tanto, han experimentado subidas y
bajadas desde los 80 y son más elevados en Europa que en Norteamérica.
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España se ha convertido en la década de los 90 en el tercer productor de atún enlatado del
mundo. La concentración de la industria en pocas compañías ha conducido a una mejora en la
eficiencia. Además, es el segundo país exportador; aun cuando aparece, en 2002, Ecuador
como un nuevo protagonista en el comercio internacional.
En los últimos años se produce una reducción de la producción de atún enlatado en los países
industrializados debido a los costes del factor trabajo (Josupeit, 2004b). Las recientes
inversiones de países europeos en varios países de América Central y Suramérica han
incentivado aumentos de la producción en esos países provocando cambios en la ubicación de
las plantas productoras de conservas.
Por otra parte, Josupeit y Franz (2003) muestran como la demanda de productos pesqueros en
los países desarrollados apenas crecerá en los próximos 30 años, por el contrario, aumentará,
de forma considerable, en los países en vías de desarrollo, especialmente en los asiáticos.
Según los estos autores este incremento se producirá aun considerando la hipótesis en que el
consumo per cápita se mantenga constante (alrededor de los 16 kg. por persona y año)
En el campo de la distribución y comercialización de los productos, la FAO pone de
manifiesto que el empleo de técnicas innovadoras de envasado del atún en conserva, como las
bolsas herméticas esterilizadas, se está popularizando cada vez más entre los consumidores de
los Estados Unidos de América y Europa. Se percibe como una iniciativa estratégica
importante de las industrias transformadoras para intentar añadir valor a un producto que se
ha visto fuertemente afectado por un recorte de gastos y una intensa competencia de precios
en los últimos años. Si bien el volumen de ventas en bolsas sigue siendo modesto en términos
absolutos, el crecimiento es fuerte y la proporción de los productos envasados en bolsas
herméticas esterilizadas en las importaciones estadounidenses de atún en conserva alcanzó el
11 por ciento en 2002.
5.2. EL SECTOR DE LA CONSERVA DE PESCADO EN GALICIA.
La industria conservera y de transformación de productos de la pesca es de una importancia
capital en el tejido industrial gallego, derivada de la gran relevancia que tiene el sector
pesquero, que es el motor de esta actividad industrial.
En Galicia, según el Libro Blanco de la Agricultura y Desarrollo Rural del Ministerio de
Agricultura, Pesca y Alimentación, y con relación al sector industrial, el sector alimentario
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participa con el 16,78% del empleo, el 19,48% de las ventas netas de producto, el 18,76% de
las inversiones en activos materiales y el 14,25% del valor añadido. Los subsectores más
significativos son el de la industria de pescado, el lácteo el cárnico y el de alimentación
animal. Aunque se detectan deficiencias tanto en lo referente a la producción ecológica como
en el bajo número de certificaciones de calidad.
Cuadro nº 1
Indicadores económicos de la industria agroalimentaria Gallega, 2001
personas y miles de % / total industria
€
alimentaria española
% / ventas
Ocupados
27.188
7,51
-Ventas
4.389.655
7,03
100
Valor añadido
877.828
5,87
20,00
Gastos de personal
469.523
5,88
10,70
Inversiones en activos materiales
186.568
6,91
4,25
Fuente: INE, encuesta anual de empresas, 2001
Fuente: La industria de la alimentación en España (IAE)
El cuadro nº 1 muestra el peso de la industria agroalimentaria gallega sobre el conjunto del
Estado, representando el 7% de las ventas nacionales. Para el caso de las conservas de
pescado, ANFACO estima que las conserveras gallegas representan el 75% de la producción
española de conservas y semiconservas de pescados y mariscos, y el 68% del valor de negocio
del sector en 1998. Además según esta misma asociación, en 1999 en Galicia se ubicaban el
40% de las plantas productoras y se generaba el 78% del total del empleo en el sector en
España.
Según la tabla input – output del sector “Conservas y Nuevos Transformados”1, que ofrece los
datos de 1999, los consumos intermedios representan el 60,45% del valor total de la
producción, mientras que el resto, el 39,55% sería el valor añadido como se muestra en el
cuadro nº 2.
Cuadro nº 2
Estructura de costes del sector Conservas y Nuevos Transformados. Principales
componentes.
Consumos intermedios
60,45
Valor añadido
39,55
Valor total de la producción
100,00
Fuente: García Negro, M.C. (2003): Táboas input – output pesca – conserva galegas 1999.
1
Que en la definición que ofrece la tabla incluye para las conservas de pescado y marisco:
• La conservación de pescado, crustáceos y moluscos: secado, salazón, salmuera, enlatado, etc.
• La producción de productos derivados de pescado, crustáceos y moluscos: producción de pescado
cocinado, huevas, caviar, sucedáneos de caviar, etc.
• La fabricación de harinas de pescado.
Mientras que los nuevos transformados son aquellos son aquellos productos nuevos que son distintos a la
conserva tradicional y del pescado congelado a granel.
16
Dentro de éste último, como se aprecia en el gráfico 2 sus dos componentes principales son el
excedente bruto de explotación y los sueldos y salarios brutos y las cotizaciones a la
seguridad social. Sin embargo, estas dos magnitudes solamente representan el 32,7% y el
6,8% respectivamente del valor de la producción, por lo que dentro de esta industria, los
costes laborales no son los más destacados.
Gráfico nº 2. Distribución del valor añadido del sector
Conservas y Nuevos Transformados
Otros ; 0,03
Costes laborales;
17,27
Excedente bruto de
explotación; 82,7
Fuente: García Negro, M.C. (2003): Táboas input – output pesca – conserva galegas 1999.
Dentro de los consumos intermedios, el gráfico 3 nos muestra cómo destacan los productos
procedentes de la pesca que suponen más de un 35%, mientras que el mejillón y los mariscos
representan el 8 y el 1,5% respectivamente. Los aceites y grasas alcanzan el 6% y los
productos metálicos son el otro gran input intermedio de este sector con un peso del 22,5%.
Así, las materias primas más importantes suponen más del 70% del total y subrayan, por tanto
un elemento muy destacado dentro de los costes empresariales.
17
Gráfico nº 3. Distribución de los consumos intermedios del sector Conservas
y Nuevos Transformados
Servicios financieros;
1,5
Mariscos; 1,7
Transporte; 3,8
Mayoristas y
comercio; 4,3
Aceites y grasas; 6
Productos de la
pesca ; 35,5
Otros; 6,5
Mejillón; 8
Publicidad y otros
servicios; 10,2
Productos metálicos;
22,5
Fuente: García Negro, M.C. (2003): Táboas input – output pesca – conserva galegas 1999.
Otros consumos intermedios destacados serían los servicios comerciales y el transporte con
un 8%, los servicios financieros ocuparían el 1,5% y los gastos en publicidad y otros
servicios un 10,2%. Hay que destacar que hemos identificado prácticamente todos los
componentes de los consumos intermedios: el 92,7%.
Esta fuente, cuenta, sin embargo, con la ventaja de ofrecer datos de carácter estructural, es
decir, que ofrecen una gran estabilidad a lo largo del tiempo, ya que están relacionados
directamente con la configuración de los procesos productivos y éstos suelen ser bastante
estables a lo largo de un período razonablemente largo de tiempo (hasta su total amortización,
o hasta que un cambio tecnológico obliga a cambiar la función de producción), aunque hagan
referencia a datos de 1999.
Con respecto a la concentración empresarial, el número de empresas disminuye de año en
año. Sin embargo, el sector conservero gallego sigue siendo un sector fuertemente disperso,
coexistiendo con empresas líderes, que sería el caso de las 3 empresas en Galicia que facturan
por encima de los 10.000 millones de pesetas. Un segmento intermedio, con 10 empresas que
presentan una facturación superior a los 2.500 millones de pesetas. Y el resto de las empresas,
que representan el 25% de la facturación del sector.
18
De estos datos se puede observar que la mayoría de la industria conservera gallega se sigue
componiendo de pequeñas y medianas empresas de carácter familiar, con pocos empleados y
que, básicamente, se dedican a un mercado interno muy restringido con pocas posibilidades
de expansión y, por tanto, de incremento de necesidades de personal destinado a tal objetivo.
Sin embargo, el sector está realizando esfuerzos para aumentar las posibilidades de expansión
de las empresas, que comienzan a utilizar consultorías externas para mejora de procesos
productivos de manera importante. Además, las principales innovaciones realizadas por las
empresas en los últimos años se localizan en el área de control de calidad y en la de proceso
industrial.
En la actualidad las industrias conserveras están dando mucha importancia a los temas
medioambientales. El avance que se está dando desde fuera del sector y desde las
Administraciones Públicas a la implantación de Sistemas de Gestión Medioambiental, hace
que cada vez se mire más hacia el medioambiente como un área en la cual es necesario tener
la tecnología disponible para llevar a cabo actuaciones dirigidas a disminuir el impacto
ambiental de la fábrica y de los procesos productivos.
A pesar de todo lo expuesto, los ejemplos de dos de las mayores empresas del sector muestran
un comportamiento muy diferenciado del conjunto, para ello basta con observar los casos de
JEALSA y Conservas Calvo. Sin embargo, no debemos olvidar que otras compañías también
han incrementado su capacidad productiva y han buscado nuevos mercados, especialmente en
Europa, aunque algunas, como Isabel, han emprendido también la aventura americana.
Así, el sector conservero gallego se está transformando de forma acelerada, especialmente
desde la entrada del nuevo siglo, gracias a la concentración y a la internacionalización,
constituyéndose, junto con las demás actividades relacionadas con la pesca, en el mayor
inversor internacional de Galicia, con más de 600 millones de euros invertidos en 15 países
diferentes, la industria pesquera es la más multinacional de los sectores gallegos. Empresas
armadoras, acuícolas, elaboradoras y conserveras gallegas son propietarias de unas 35 plantas
industriales fuera de España y más de 50 filiales domiciliadas en otros países.
19
Recuadro nº 1. JEALSA
La empresa JEALSA, fundada en 1958 amplía de forma importante su
capacidad productiva en 1991 y en los últimos años emprende una decidida
política de crecimiento y expansión internacional, así, en 2000 establece una
joint venture con la Star italiana para crear la firma Mare Aperto, además, en
2001 absorbe a empresa Escurís, con lo que se amplía tanto la cuota de mercado
del grupo como la gama de productos ofertados, aunque su principal producción
es el atún procesado, su planta principal es de las más modernas del mundo. En
2004 ha adquirido la mayor conservera de Chile, Robinson Crusoe.
Esta empresa tiene además 4 buques atuneros, participa en la atunera Albacora
SA y tiene dos filiales: Sant Yago y Nicro 7, es decir, está integrada tanto
vertical como horizontalmente.
Los mercados principales son el europeo, especialmente Francia y Portugal,
aunque el Reino Unido, Alemania, Austria, Bélgica y Holanda también ocupan
un lugar destacado. El último mercado europeo al que ha accedido es el italiano
mediante la joint venture Mare Aperto.
Jealsa Rianxeira adquiere la división de conservas de pescado y marisco de la
chilena Robinson Crusoe con el objeto de beneficiarse de la gran riqueza
marisquera que posee el país latinoamericano y duplicar la facturación del
negocio conservero de la chilena que se sitúa actualmente en 12 millones de
dólares (14,52 millones de euros).
Con esta compra, Jealsa Rianxeira da un paso decisivo en su estrategia de
crecimiento en América Latina donde ya está presente a través de una planta de
tratamiento y transformación de atún en Guatemala.
20
Recuadro nº 2. Conservas CALVO
Conservas Calvo es líder en España con un 25% del mercado del atún. Es la
mayor conservera española y la cuarta atunera mundial. Además, ocupa el
segundo puesto en Italia y el 8% del mercado portugués. Además de otros
países de la Unión Europea, y también MERCOSUR.
La empresa posee dos plantas en Galicia, anunciando su intención de que la
planta ubicada en Carballo sea el centro tecnológico y estratégico. Además tiene
una importante implantación en el exterior con plantas de producción en Italia,
Venezuela y El Salvador, esta última inaugurada en junio de 2004, y más
recientemente, ha adquirido la conservera brasileña Gomes da Costa, el primer
grupo conservero de Brasil, con un 50% de cuota del mercado brasileño. Este
último movimiento ha venido propiciado por el hecho de que los Fondos de
Inversión Norteamericanos se tengan que adaptar a la normativa nueva de su
país ha propiciado la compra.
La planta de El Salvador aprovecha las instalaciones de otra conservera francesa
que se instaló allí hace 28 años, además se eligió este país para poder
aprovechar el próximo Tratado de Libre Comercio (TLC) de los países
centroamericanos con Estados Unidos que es el primer mercado mundial,
además han constituido una filial en este último país para atender sobre todo a la
fase de distribución de los productos de la empresa.
Además esta empresa también presenta integración vertical, que se manifiesta
en su flota de barcos propios (Calvo Pesca). El mercado de Calvo SA se reparte
casi a partes iguales entre el nacional (52%) y el extranjero según datos de la
propia empresa facilitados a los medios de comunicación.
21
5.3. RAZONES PARA LA DESLOCALIZACIÓN DE LA INDUSTRIA CONSERVERA DE PESCADO.
Entre las principales causas que pueden empujar a la deslocalización de este tipo de industria
hacia otras áreas geográficas nos encontramos, en primer lugar, el fuerte peso de los costes de
personal, que junto con la materia prima llegaban al 80% de los costes totales, y, además, se
trata de productos que no presentan dificultades para su transporte. Sin embargo, no debemos
minusvalorar el acceso a las materias primas, especialmente en el ámbito de la pesca, dadas
las restricciones a las que está sujeta la actividad, y a la mayor disponibilidad del recurso en
los países de destino de las inversiones, debido, en parte, a la elevada sobreexplotación de los
recursos gestionados en las áreas de pesca de los países desarrollados.
Para ilustrar las fuertes diferencias de los costes salariales podemos tomar como referencia los
costes de remuneración por hora que elabora la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
un indicador que tiene en cuenta los niveles, las tendencias y la estructura de las
remuneraciones por hora de los trabajadores del sector manufacturero de una serie de
economías seleccionadas2.
2
Los datos se presentan en relación con la economía norteamericana. Este indicador es muy parecido a los
costes laborales, pero no se corresponde por entero con la definición de la OIT.
22
Gráfico nº 4 Costes de remuneración por hora, (EEUU =
Fuente: OIT, Key Indicators of the Labour
www.ilo.org/public/english/employment/strat/KILM/
Market
(KILM).
100), en 2001
Disponible
en
En este gráfico se observa cómo España presenta unos costes de compensación que suponen
alrededor del 60% de los norteamericanos, situándose en un escalón medio del grupo de
países seleccionados. Fijándonos en los países seleccionados con menor coste de
remuneración horaria, encontramos cómo México o Brasil presentan unos niveles muy
reducidos, tanto en relación a la economía norteamericana, como también a la propia
economía española, lo que implica un diferencial de coste de la fuerza de trabajo con los
citados países y, por extensión, también con países similares y de la misma área geográfica.
El desarrollo de marcas de calidad y también marcas blancas puede condicionar el traslado de
la fabricación de aquellas de menor valor hacia otros espacios económicos. La capacidad de
competir del sector también dependerá de su capacidad para generar nuevos productos,
nuevas fórmulas de comercialización, de distribución y de su habilidad para tener una visión
global de los mercados, en los cuales la competencia internacional es extremadamente fuerte.
En este sentido, el caso de Calvo con su planta productiva de El Salvador es un claro ejemplo
de deslocalización productiva como estrategia empresarial en el que se combinan como
23
motivaciones los menores costes de la fuerza de trabajo del país centroamericano en relación
a los que existen en España, el acceso al mayor mercado mundial para este tipo de productos:
el norteamericano, el aprovechamiento de condiciones naturales y de infraestructuras
preexistentes, y el acceso a la materia prima.
Los procesos de deslocalización industrial se pueden observar a través de los flujos de IDE,
en nuestro caso hacia el extranjero. De todas formas, no debemos identificar la IDE con la
deslocalización, ya que no toda la IDE responde a estrategias de deslocalización por parte de
las empresas, que pueden utilizarla para otro tipo de estrategias como el acceso a nuevos
mercados, o a fuentes de materias primas, que es la que más se relaciona con el tema que nos
ocupa, sin que se trate de procesos de deslocalización propiamente dichos. Sin embargo, la
IDE es uno de los vehículos principales del fenómeno de la deslocalización dado que el
cambio de emplazamiento de cualquier instalación productiva supone, por una parte, unos
gastos derivados de la liquidación de las instalaciones y, por otro, el traslado de fondos
financieros para invertirlos en las nuevas plantas productivas.
Cuadro nº 3
Participación de Galicia en la inversión bruta española en el exterior
miles de €
Grupo 04 alimentación, bebidas y tabaco
1999 % / total Galicia
0,00
% / total grupo 04
0,00
2000 % / total Galicia
0,00
% / total grupo 04
0,00
2001 % / total Galicia
0,16
% / total grupo 04
0,04
Fuente: Registro de las inversiones españolas en el exterior.
Boletín Económico del ICE, nº 2730, de 27 de mayo al 30 de junio de 2002
El cuadro 3 nos muestra cómo el inicio del proceso se aprecia en 2001, año en que pasamos
de unas inversiones para el conjunto sectorial amplio de alimentación, bebidas y tabaco, nulas
a una incipiente presencia. Lo que indica que como estrategia presente y futura se debería
considerar un posible impulso de los procesos de deslocalización productiva especialmente
dadas las dificultades para el acceso a las materias primas como por los elevados costes de
personal. De todas formas, debemos recordar la escasa dimensión y la atomización de las
empresas, tanto en el ámbito estatal como gallego.
Sin embargo, aunque los datos oficiales publicados no los recogen aún, los casos recientes y
bien conocidos de JEALSA, y especialmente Conservas Calvo, indican cómo se ha iniciado
24
ya un proceso de deslocalización productiva en una de las variedades que permiten una gran
escala de producción a escala global.
6. CONCLUSIONES.
Los procesos de deslocalización y relocalización se encuentran asociados a las distintas
estrategias empresariales, a los procesos de desmaterialización productiva y al desarrollo
tecnológico en sus aplicaciones sectoriales. Estas estrategias vienen condicionadas por la
fuerte caída de los costes de transporte y comunicación, y por los avances en cuanto a la
reducción de los costes de gestión de la cadena productiva en los últimos años.
El diferencial en el coste del factor trabajo es un aspecto fundamental, en especial para las
actividades productivas muy intensivas en trabajo, y, sobre todo, las que requieren más bajo
nivel de cualificación. Aunque, si se trata de un proceso de externalización, que afecta
principalmente a los servicios, los trabajadores de formación media e incluso alta también se
verán inmersos en el proceso y quedan afectados especialmente en el corto plazo.
Las condiciones fiscales, logísticas o de acceso a las materias primas, entre otros aspectos que
indicen sobre el coste de producción de las empresas, adquieren con el tiempo un papel cada
vez más relevante.
La configuración empresarial del sector productivo no permite el aprovechamiento de las
posibilidades que abre el fenómeno de la globalización dadas, en general, sus particularidades,
especialmente en lo referente a su reducido tamaño empresarial, la falta de diferenciación de
producto, el utilizar una estrategia de competencia en precios, la reducida capacidad
inversora, la fuerte heterogeneidad que presenta esta industria y las limitaciones que padece
en cuanto al acceso a las materias primas. Además, y especialmente en el caso del atún, por
ser una de las principales producciones y porque permite una gran escala de producción,
mercado en el que los flujos de importación y exportación muestran una paulatina
relocalización de los procesos productivos y un cambio de los abastecimientos desde los
países industrializados hacia los países menos desarrollados.
Asimismo, se trata de un sector muy vulnerable a todo lo que comporta la globalización de los
mercados: principalmente el incremento de la competencia, tanto por parte de productos
similares como por el incremento en la variedad de productos disponibles para los
consumidores. Existe, por tanto, un riesgo, de deslocalización del sector hacia países
25
sudamericanos y del sudeste asiático, que cuentan con factores competitivos importantes en
precios frente a la producción gallega, como muestra el ejemplo de Conservas Calvo.
En este sentido, se trata de un sector particularmente propenso a los procesos de
deslocalización dado que se trata de un sector muy atomizado, que, en general, presenta una
productividad baja, un bajo valor añadido en su producción, y escasa capacidad de
innovación, que presenta unos elevados costes de personal y baja cualificación de las
plantillas, además de tener limitado, en gran medida, el acceso a las fuentes de materias
primas.
A pesar de todo, las grandes empresas del sector tienen capacidad para deslocalizar parte de
su producción, estando ya internacionalizadas y siendo su número muy reducido, destacando
las empresas mencionadas JEALSA y Conservas Calvo. Además, al margen de estos dos
casos, no se ha detectado un proceso generalizado de fusiones o adquisiones en este sector, ya
sea entre pequeñas empresas que se unen o aumento del tamaño de las grandes por esta vía,
aunque si se han dado algunos casos puntuales. En este sentido, no se ha producido aun una
fuerte concentración del sector como respuesta estratégica a la fuerte competencia en los
mercados internacionales y en el propio mercado doméstico tradicional. Aunque los casos
como el de JEALSA u otras como Isabel S.A., muestran la dirección a seguir en el futuro.
En resumen, este sector corre el riesgo de deslocalizarse debido a la competencia
internacional que propicia la aparición de la actividad productiva en otras zonas y no como
parte de una estrategia de sus empresas, al menos de la gran mayoría, dado que son de
reducida dimensión y con poca capacidad para realizar un proceso de deslocalización dirigido,
esto es lo que se puede concluir de los pobres flujos de inversión hacia el extranjero de este
subsector.
La excepción a lo anterior queda perfectamente ilustrada con los ejemplos de Calvo y su
implantación en la república de El Salvador, Venezuela y Brasil. O el caso de Jealsa y su
estrategia de expansión internacional.
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