¿Sacarán los tecnócratas a Europa de la crisis? La delicada situación económica que atraviesan algunos países de la zona euro ha provocado movimientos significativos en algunos Gobiernos. Los políticos propiamente dichos han dejado paso a lo que se ha dado en llamar tecnócratas, es decir, técnicos o persona especializadas en materia de economía, que ejercen su cargo público con tendencia a hallar soluciones eficaces por encima de otras consideraciones ideológicas o políticas. "Un tecnócrata es alguien que tiene una probada capacidad técnica en áreas muy concretas", explica Federico Steinberg, investigador principal de Economía y Comercio Internacional del Real Instituto Elcano y profesor del Departamento de Análisis Económico de la Universidad Autónoma de Madrid. Y añade que "están avalados por su larga experiencia. No suelen formar parte de ningún partido político. La clave es que tienen capacidad para poder realizar reformas y tomar decisiones impopulares porque no están preocupados de volver a ser reelegidos en unas elecciones democráticas". Sin embargo, Ángel Saz profesor del Instituto de Gobernanza y Dirección Pública de ESADE, sostiene que “la dicotomía entre políticos y tecnócratas es incorrecta y no es útil”, aunque reconoce que “algunos políticos llegan al poder sin estar preparados”. Los tecnócratas han tomado recientemente las riendas en Grecia e Italia con el objetivo de llevar a cabo las reformas necesarias para poder sacar de la crisis económica a unos países muy endeudados, con altos déficits fiscales y fuertemente presionados por los mercados financieros, que cada vez les han exigido una rentabilidad más alta para comprarsus bonos. Según los últimos datos publicados el pasado mes de octubre por Eurostat (la oficina estadística de Unión Europea), la deuda de Italia ascendía en 2010 a 1,842 billones de euros, equivalente al 118% del Producto Interior Bruto (PIB), con un déficit del 4,6% del PIB. Mientras que Grecia padece una deuda del 145% del PIB y un déficit del 10,6%. En ambos casos superan con creces los límites fijados por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento europeo de una deuda del 60% del PIB y un déficit del 3%. “Da la sensación en el caso de Italia de que unos políticos pasan la batuta a otros políticos para que hagan reformas y tomen unas medidas poco populares y con grandes costes electorales”, opina Saz. “El problema más grande es que los incentivos electorales y electoralistas distorsionan los mensajes de los políticos, unos mensajes que bajo esa limitación no son válidos en situaciones críticas y difíciles como las actuales”, argumenta. ¿Quiénes son estos tecnócratas? Lucas Papademos, exvicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) y exgobernador del Banco Central Griego, tomó posesión el pasado 11 de noviembre de su cargo de primer ministro de Grecia junto a los miembros de su gobierno de unidad nacional. Fue la figura elegida tras semanas de negociación por el hasta ahora partido gobernante, el PASOK, el principal partido opositor, Nueva Democracia, así como el derechista LAOSpara liderar un Gobierno que saque al paaís de la delicada situación económica. Este tecnócrata, que sustituyó en el cargo a Yorgos Papandreu, estudió Ciencias Físicas, Ingeniería y Económicas en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts. Posteriormente, enseñó Economía en la Universidad de Columbia de Nueva York y tuvo un alto cargo en el departamento de Economía de la Reserva Federal en Boston. En Italia, el ex primer ministro Silvio Berlusconi decidió dimitir de su cargo como primer ministro el pasado 12 de noviembre después de fuertes presiones internacionales y nacionales para que lo hiciera. Finalmente, el parlamento italiano acordó que le sustituiría en el cargo Mario Monti, que estudió Economía en la Universidad Bocconi de Milán y en la Universidad de Yale en Estados Unidos. Además, el nuevo primer ministro ha trabajado como profesor de economía en la Universidad de Turín y en 1984 fue nombrado rector de la Universidad Bocconi. En 1994, se convirtió en Comisario Europeo de Mercado Interior y Servicios y en 1999, se hizo cargo de la cartera comunitaria de Competencia. “Los perfiles de estas dos personas son distintos”, valora Mauro Guillén, director del Lauder Institute, The Wharton School. “Monti tiene experiencia política en Europa como comisario. Papademos tiene experiencia como banquero central solamente. Ambos son competentes. Pero lo que importa ahora es si van a poder actuar como políticos”, añade. Para Steinberg, los perfiles de Monti y Papademos son “muy buenos” y “encajan perfectamente en la descripción de tecnócrata”. Considera que poner al frente del Gobierno a tecnócratas de este tipo “no asegura que se vayan a solucionar los problemas de un país”, sin embargo, mantiene que “es una alternativa muy interesante, ya que los políticos que ocuparon anteriormente este cargo han demostrado que son incapaces de hacerlo”. Uno de las críticas que han recibido los nuevos gobiernos formados por tecnócratas en Grecia e Italia es que no han sido elegidos por el pueblo en las urnas de forma democrática, por lo que algunos consideran que su legitimidad no es plena. Las opiniones al respecto son dispares. Mientras que para Ángel Sazlos gobiernos “tienen el respaldo de los parlamentos, por lo que su legitimidad democráticas es absoluta”, Steinberg considera que ese problema existe, por lo que “esto debe tratarse de una solución alternativa para un momento muy puntual, siempre y cuando dentro de poco tiempo se establezcan la celebración de elecciones democráticas”. Capear la tormenta A lo largo de la historia no hay muchos ejemplos de casos similares que poder tomar como ejemplo y ver si esta solución puede ser eficaz o no. Guillén reconoce que no conoce “ninguna experiencia positiva”, aunque comenta que “la gente suele citar de ejemplo a Chile bajo Pinochet [que gobernó entre 1973-1990 y confió el manejo económico a un grupo de tecnócratas denominados los Chicago Boys, en referencia al lugar donde la mayoría de ellos estudiaron sus postgrados], pero no lo veo como el modelo a seguir”. En la misma línea, Steinberg señala que "en la historia más reciente podemos encontrar ejemplos de tecnócratas a los mandos de un país en Latinoamérica, a finales de los 80 y principios de los 90 [como Argentina]. La gran diferencia respecto a lo que está ocurriendo hoy en Europa es que aquellos sí que fueron elegidos democráticamente en las urnas”. Sin embargo, ambos coinciden en señalar los problemas que se pueden encontrar los gobiernos de tecnócratas a la hora de implementar las duras medidas de ajuste que las economías necesitan. Guillén apunta: “Los políticos están para crear coaliciones y para organizar apoyos para las políticas que se quieran poner en práctica. Los tecnócratas están para asesorar, fundamentalmente. Corremos el riesgo de que los tecnócratas no electos fracasen si se encuentran con oposición popular a sus políticas”. En la misma línea, Steinberg sostiene que “si las reformas y las medidas que quieren imponer son muy duras, se pueden encontrar con la desaprobación del pueblo y una presión social muy grande que les obligue a abandonar sus cargos antes de tiempo y sin terminar su tarea”. En su opinión, las reformas se tienen que hacer, son necesarias. Así que, en este sentido, "hay que explicárselas muy bien a los ciudadanos, especificar los planes qué se van a llevar a cabo y por qué hay que ejecutarlos”. Saz también habla en la misma dirección al respecto: “La respuesta social será muy importante tanto en Grecia como en Italia para la sostenibilidad de los nuevos gobiernos. Si hay duras protestas y, por ejemplo, se paraliza todo durante días, por muy tecnócrata que seas no podrás sostener un país en esa situación”. Los políticos, en entredicho A la espera de que el tiempo juzgue si la decisión de elegir tecnócratas para dirigir un país es correcta o no, la situación pone en primera línea del debate democrático actual a la figura de los políticos y a su capacidad para afrontar situaciones realmente críticas. “Lo ideal sería que los líderes políticos también tuvieran capacidades técnicas para poder afrontar situaciones como éstas. Actualmente nos encontramos con todo tipo de políticos, depende mucho de cada país. En Europa actualmente son la mayoría de un alto perfil político y muy poco perfil técnico”, declara Steinberg. Los expertos creen que la opinión pública no debería demonizar a los políticos o a la clase política. Guillén sostiene "que lo que necesitamos es mejores políticos, no descalificarlos a todos. Me gustaría que en estos momentos tuviéramos a Kohl, Thatcher y Mitterrand al mando en Europa. Desgraciadamente, Merkel, Cameron y Sarkozy no están a la altura de las circunstancias”. Para Saz, los políticos identifican y saben perfectamente por donde tienen que ir, qué medidas tienen que tomar en momentos como los actuales, pero no son capaces de hacerlo por su alto coste electoral. “Parece ser que en España [en las recientes elecciones presidenciales del 20 de noviembre] han salido reforzados los partidos políticos que ya han tomado medidas duras en los sitios [comunidades autónomas] donde gobiernan o que han mostrado su intención de hacerlo. Y se ha demostrado que eso no les ha supuesto ninguna carga electoral [negativa], sino todo lo contrario. Parece que el electorado entiende que hay que tomar ciertas decisiones que no se pueden evitar en la situación económica actual. Y han elegido a partidos que ven capaces de hacerlo”, asegura este profesor de ESADE. España es otro de los países europeos que se han visto obligados a cambiar de Gobierno por la crisis. Sin embargo, allí se ha hecho con la disolución de las Cortes y mediante la celebración de elecciones democráticas. El Partido Popular, liderado por Mariano Rajoy, ganó en las urnas al partido socialista, gobernante en los últimos ocho años, por una amplia mayoría que le otorga el control total del Parlamento y el Senado. Esta agrupación de centro-derecha ha asegurado a lo largo de la campaña electoral que tomará las medidas que sean necesarias para equilibrar las cuentas públicas, hacer que la economía despegue y se reduzca la alta tasa de paro. Saz dice que no sabe si este cambio puede hacer que los políticos sean a partir de este momento mucho más realistas y transparentes a la hora de gobernar. "Ahora mismo, en Europa es muy difícil presentarse a unas elecciones sin abordar dos temas claves. Por un lado, las reformas y ajustes que se tienen que llevar a cabo en el ámbito nacional, y por el otro, abrir el melón sobre lo que hay que hacer en el continente ante la crítica situación”, señala respecto a las tendencia políticas que pueden nacer a partir de ahora en Europa. Mauro Guillén “duda mucho” de que la colocación de tecnócratas en el poder sea una tendencia que se pueda extender y afianzar en los próximos años.“Estamos en democracia. Por tanto, todo tiene que pasar por unas elecciones”. Steinberg también ve muy difícil que pueda haber líderes de altas capacidades técnicas y poco perfil políticos "porque las estructuras partidistas en Europa son fuertes. Lo que sí espera todo el mundo es que cada vez más los gobiernos estén formados por personas altamente cualificadas en ministerios en los que se necesita de un alto nivel técnico de conocimiento”, concluye.