09-c.qxd 7/31/04 10:47 PM Page 1 Análisis / Política La Plata, domingo 1º de agosto de 2004 I 9 N S E G U R I D A D El peligro de perder la capacidad de asombro Poco a poco, lentamente, los argentinos nos hemos acostumbrado a una realidad que en verdad se debería resistir. El problema es cuando, sin darnos cuenta, se modifican los hábitos al punto de la resignación. Y ya nada asombra. Primero fueron las rejas, las alarmas, las cocheras, los cercos, y tantas otras medidas de seguridad. Se siguió por extremar los recaudos a la hora dejar o ir a buscar a los chicos a la escuela, porque hubo casos aberrantes. chas veces se desearía tener un patrullero, a menos cuando se advierte una situación sospechosa, que, vale reiterar, ahora son cada vez más frecuentes. Y hay mucho para mejorar en cuanto a la presencia policial en las calles. Pero tampoco se podrá correr detrás del avance del delito, gastando más y más recursos hasta que cualquier presupuesto resulte insuficiente Gradualmente, se fue asimilando una nueva realidad que deterioró al extremo la calidad de vida. Hoy se vive en una situación en que todos resultan sospechosos. Todos desconfían de todos. ¿Quién se animaría a entrar a su casa si ve un auto desconocido en la cuadra, aunque en verdad se trate de dos amantes? Por eso hay que volver a asombrarse. A pensar y tomar conciencia de que lo que sucede no es normal, y que además, no es propio de nuestro país. Así como tampoco es normal que ya no exista casi la histórica clase media argentina. En verdad, el tema es más que grave y cualquier episodio puede derivar en una tragedia. Cada vez son más las personas que deciden obtener la autorización para portar armas. Y pocos saben lo que puede llegar a ocurrir cuando enfrenten una situación límite. Porque en ese momento varias familias ya no serán las de antes. La vida cambia, y hasta cuesta tomar conciencia del deterioro diario de la calidad de vida. Semejanzas Por supuesto que todo tiene correlato con el tema económico. Porque así como la brecha entre ricos y pobres se parece a los países latinoamericanos más castigados, lo mismo sucede con el nivel de violencia e inseguridad. Cada vez El futuro Está bien que ahora el país adquirió las características más comunes de Latinoamérica. Pero se trata de nivelar hacia arriba. Así como crece la pobreza, se extiende el delito. La sociedad argentina no debe acostumbrarse a convivir con una situación que no es normal. Más allá de las soluciones que debe aportar el Estado, existe la obligación de no bajar los brazos Primer examen para Rosatti Legislatura. Temen que se repitan los incidentes La Legislatura porteña volverá a tratar este miércoles el polémico Código de Convivencia, durante una sesión que representará la primera prueba para las nuevas autoridades del área de Seguridad y Justicia de la Nación, ante la convocatoria de organizaciones de desocupados, sociales y políticas, que manifestarán en esa jornada. Los legisladores de todos los bloques llegarán el miércoles al recinto para abordar los ejes de la reforma al Código incluidos en la primera parte de la norma, entre los que se incluye la baja en la edad de imputabilidad de los menores. Deberán afrontar, eso sí, una marcha de los actores sociales que se oponen a las modificaciones del Código. La penúltima terminó en caos. La masiva concurrencia que habrá a la Legislatura obligó a las autoridades del cuerpo a pedir un fuerte operativo de seguridad que garantice la sesión, y a los nuevos responsables del área a poner la mira en la convocatoria y a diseñar un esquema que evite incidentes. menos gente tiene más recursos. Cada vez más gente se sumerge en la pobreza y la indigencia. Cada vez, en definitiva, nos parecemos más a Colombia. Algunos analistas encontrarán diferencias y es probable que existan muchas. Pero no se trata de establecer un debate teórico, sino de tomar conciencia de las sensaciones que se van incorporando a la vida cotidiana, casi sin advertirlo. Tampoco se trata de echar culpas sobre la Policía, en tanto institución. Es cierto que mu- El punto es que, además de reclamar una rápida respuesta institucional, es la sociedad misma la que debe tomar conciencia. No para reaccionar en forma violenta. No para que la sociedad se arme y tome el camino de la justicia por mano propia. Pero sí para no dejarse llevar por un deterioro que aumenta la injusticia y reaccionar cada tanto con una marcha que nos conmocione. La Argentina no es el país que puede ser, y los argentinos podemos recuperar la calidad de vida que supimos tener. De otra forma, estaremos hipotecando el futuro de nuestros hijos.