¿Ve usted claramente? Por Jean Walters Revista El Rosacruz A.M.O.R.C. ¿Ha pensado alguna vez lo que constituye una visión clara? John Rogers, autor de Visión Interna y Visión Externa, dice: "Tener visión es ver las cosas tal como son", una afirmación simple y, sin embargo, terminante. ¿Con qué frecuencia vemos las cosas tal como son en realidad? Se ha convertido en una tendencia cultural, casi en una necesidad, crear imágenes falsas, vivir en un mundo de fantasía o, por lo contrario, vivir tan abstraído en el momento, que el individuo no distingue los efectos que ese momento producirá en el futuro. Finalmente, esas tendencias desapercibidas causan problemas de largo alcance en la forma como vemos la vida, porque queremos ver las cosas tal como son, antes de empezar a verlas, antes de ver en forma clara lo que nos rodea y lo que se encuentra delante de nuestro sendero. Tratamos de buscar lo mejor en la gente, y eso es bueno. La búsqueda persistente de lo positivo nos ayuda asentirnos satisfechos con nosotros mismos y con la vida en general. Sin embargo, cuando nos concentramos demasiado intensamente en sólo ciertos aspectos de una persona (sean aspectos negativos o positivos) con toda seguridad nos enfrentaremos a un problema, porque dejaremos de reconocer otros atributos importantes de su personalidad. En esta forma, nos engañamos a nosotros mismos. Con esto no queremos decir que debemos concentrarnos únicamente en las debilidades, las imperfecciones, etc. de la gente, sino que debemos reconocer todas las facetas del ser humano. Viendo la situación general Un hombre es una combinación de muchos atributos. Si usted sólo se fija en ciertos aspectos de su personalidad, no estará preparado para vérselas con toda la persona. Por no percibir correctamente, a la larga lo cogerán desprevenido. No le estoy sugiriendo que juzgue a la gente que le rodea, sólo que la vea tal como es. "Enamorarse" es un ejemplo excelente de la forma como la gente se crea falsas imágenes. Los puntos de vista populares sobre el amor entre dos personas, usualmente coinciden con el concepto del Príncipe Encantador y Blanca Nieves: el príncipe rescata a la joven y la lleva heroicamente en su gran caballo blanco a un castillo en las nubes, en donde todos viven por siempre libres de preocupaciones, arrobados por una suprema felicidad. Todos quisiéramos ser la hermosa Blanca Nieves o el valiente Príncipe Encantador, quien hace que todas las cosas sean mejores. Quizás nadie nos ha dicho que el Príncipe Encantador y Blanca Nieves son personajes de un cuento simbólico, no de una historia verdadera. Así pues, conocemos a un joven (o a una joven) y de inmediato nos concentramos en las características del cuento, anchos hombros, bien parecido, alto, fuerte, etc. Preferimos pasar por alto otras características, por ejemplo, si es pertinaz, dominante, egoísta... en fin, lo que usted quiera. Luego, a medida que pasa el tiempo y los aspectos negativos se vuelven tan evidentes como para no pasarlos desapercibidos, nos sentimos víctimas del engaño, frustrados, resentidos. Algunas veces nuestra atracción por la belleza es tan fuerte, que nos engañamos a nosotros mismos para eludir un mundo de imperfecciones. Esta actitud nos parece un poco más fácil, por lo menos hasta que ya no nos es posible rehuir la realidad. Sin embargo, en tales casos no es la situación la que lo engaña. Las otras personas tampoco lo engañan. ¡Es usted mismo quien se engaña! Su desilusión estuvo basada en la falsa imagen que usted mismo se formó de la otra persona. Si la hubiera visto tal como es en realidad (ni buena, ni mala, sino sólo un ser humano) podría haber evitado la frustración. Este tipo de ilusión es muy común. Ocurre diariamente con los padres, los hijos, los jefes, los vendedores, camareros, amigos, enemigos, con todo el mundo. La Sinceridad Usted puede volver a la realidad. La clave está en la sinceridad. Repito, vuelva a ver las cosas tal como son. Si elimina los conceptos de "buenos" y "malos" le será más fácil percibir la verdad, porque en la realidad no existe ni el bien ni el mal. Todas las cosas son como son, neutrales. La forma como usted percibe a la gente y a las cosas, y la manera como las relaciona con su vida, es lo que las hace buenas o malas, pero en si mismas no son ni lo uno ni lo otro. Por ejemplo, usted no puede decir que los automóviles son malos porque pueden matar. No es culpa del automóvil si se le usa como un arma letal. El automóvil es neutral: es el conductor quien determina cómo lo usa, en forma constructiva o destructiva. Este principio es aplicable también a la gente. Por ejemplo, Juan nace en el seno de una familia pobre y crece en la zona más paupérrima de una gran ciudad. Cuando llega a la adolescencia, Juan tiene varias alternativas, tiene la opción de dirigirse por diferentes rumbos. Puede juzgar que su situación es mala, considerarse un desamparado, creer que no tiene futuro y darse por vencido. O bien, puede pasar por alto su situación desventajosa y concentrarse en buscar buenos amigos, en estudiar, hacer las cosas lo mejor posible, desplegar sagacidad y fortalecer las ataduras de la sociedad. A la larga, Juan opta por ver su situación tal como es, considera las ventajas y las desventajas. Elige aprender a sacar el mejor provecho posible de su situación y usa esto como una fuerza motivadora (como un catalizador) para progresar. Muchos que han vivido en la pobreza desarrollaron actitudes dinámicas que los motivaron para realizar grandes hazañas. ¡Las opciones, siempre disponemos de ellas! Si usted se permite ver las cosas correctamente verá la situación total y, por consiguiente, sus opciones se tornarán claras. Recuerde, siempre disponemos de opciones. Un ejemplo común de tener una perspectiva parcial sucede con las relaciones. A María, una joven vivaz y comunicativa, le gusta pasar mucho tiempo al lado de su amigo Miguel. Por otra parte, Miguel es un tipo introspectivo y necesita pasar mucho tiempo a solas. La diferencia entre la personalidad de María y la de Miguel funciona como un estimulante y ellos se llevan muy bien, excepto cuando la necesidad de actividad de María interfiere con la preferencia de Miguel de pasar un rato tranquilo. María puede rehusarse a reconocer esa diferencia y optar por sentirse lastimada y rechazada cuando Miguel no concuerda con sus planes, o puede ver las cosas tal como son y comprender que lo único que él necesita es pasar el tiempo tranquilo. En esos momentos María podría reunirse con otros amigos para satisfacer su necesidad de diversión y actividad. Si sigue esta segunda opción, María puede continuar siendo amiga de Miguel, apreciar que su personalidad es diferente a la suya y sentirse bien consigo misma. Si María opta por no reconocer la personalidad de Miguel y trata de que él satisfaga sus necesidades mientras desatiende las suyas propias, no sólo perderá un buen amigo sino que abrigará resentimientos y sentimientos de repudio. Pagamos un precio muy alto por nuestra incomprensión, cuyo resultado son los sentimientos heridos, la frustración, malas interpretaciones y confusión. En última instancia, todos debemos enfrentarnos a la verdad, porque ese es el único camino para estar en paz consigo mismo. Deben ser honestos con ustedes mismos y ver las cosas tal como son. Así podrán analizar cada situación en su justa perspectiva, viendo cada persona, cada cosa y cada situación con claridad. En esa forma estarán capacitados para hacer decisiones prudentes que les ayudarán a vivir con toda su potencialidad.