Revisión del género Micromeria 243 la «maresía», donde adquiere un aspecto achaparrado y subcrasiforme, propio de las plantas que crecen en estos parajes, como en los húmedos barrancos y terraplenes en dominios del monte verde, con una ecología totalmente opuesta a la anterior, en donde se presenta como ejemplares muy llamativos por su verdor y talla, que a menudo sobrepasa los 6070 cm. de alt., y más aún si se hallan en flor, por la abundancia y vistosidad de sus inflorescencias. Su alta presencia en la mayoría de los pinares y especialmente en los meridionales —más xéricos—, pone nuevamente de manifiesto la euritopía de esta especie. Tal diversidad ecológica, es la causa de la baja fidelidad fitosociológica que posee M. herpyllomorpha, que interviene en la mayoría de las comunidades de degradación de las distintas formaciones del piso basal y montano de la isla, en las cuales a menudo es difícil realizar un inventario sin que se halle presente. Asimismo, su abundancia es alta y su constancia manifiesta en las comunidades de fanerógamas pioneras que intervienen en la colonización de los conos —lapillis y arenas— y corrientes de lava recientes y subrecientes, en la mayor parte de la región meridional de la isla. Dejando a un lado las comunidades halófilas que viven en el cinturón costero, agrupadas en casi su totalidad dentro de la clase ChritmoLimonietea Br.-Bl. (1947), a las que M. herpyllomorpha llega de modo accidental como transgresiva del dominio superior de la Euphorbietea macaronesica Rivas Goday-Esteve (1965) nom. emend. A. Santos (1975), se analiza a continuación el importante papel que juega esta especie en la dinámica de las distintas comunidades de los referidos pisos basal y montano. La importancia de M. herpyllomorpha (incl. M. varia sensu A. SANTOS, 1975, et al.) en las comunidades de degradación de las distintas asociaciones de la Euphorbietea-macaronesica en la isla de La Palma, ya fue denunciada por A. SANTOS (1975). Se presenta esporádicamente en los núcleos residuales de la climax semidegradada, como lo demuestra la alta presencia de Euphorbia obtusifolia como elemento más extendido, además de Echium breviramae, Retama monosperma, Kleinia neriifolia, Messerschmidia fruticosa, Periploca laevigata, Artemisia canariensis, Rubia fruticosa, etc., por citar sólo algunas de las especies entresacadas de los inventarios realizados en situaciones en las que está