¿Están aumentando las catástrofes naturales? Análisis del crecimiento de la amenaza de catástrofes naturales en todo el mundo Recientemente el mundo ha sido testigo de una serie de catástrofes naturales, desde terremotos en Haití, Chile, Nueva Zelanda y Japón, hasta inundaciones por Europa, Pakistán y Australia. Parece que la cantidad y la gravedad de las catástrofes naturales está en aumento. ¿Pero es esta afirmación realmente cierta? Un análisis de los expertos en seguros, reaseguros e investigación económica de Allianz nos proporciona una imagen más matizada. Las inundaciones de Pakistán en agosto de 2010 fueron las peores que se recuerdan. Afectaron a millones de personas y provocaron más de 1500 muertos. Las inundaciones en la República Checa, Polonia, Hungría, Eslovaquia y Alemania ese mismo año, provocaron muchAs menos víctimas mortales, pero las pérdidas causadas fueron de decenas de millones de euros. Entretanto, el volcán islandés que entró en erupción el 21 de marzo de 2010, mandó una nube de cenizas sobre el oeste de Europa durante casi un mes. Causó pocos daños físicos y pocas pérdidas para las aseguradoras de inmuebles, pero la interrupción del tráfico aéreo que provocó llevó a pérdidas significativas a la industria aérea y a las aseguradoras de viajes, así como a las cadenas de suministro. “Acontecimientos terribles como las grandes catástrofes naturales ponen de manifiesto el valor y la importancia de los seguros en la sociedad. Ahora es el momento de ayudar a la gente,” dice Clement B. Booth, miembro del Consejo de Allianz SE El terremoto de Japón del 11 de marzo de 2011, con una magnitud de 9.0 grados, fue el cuarto más grande registrado en el mundo y desencadenó una serie de consecuencias. Se ha cobrado miles de vidas y será muy caro para Japón, los mercados mundiales y la industria aseguradora –no sólo por los siniestros relacionados directamente con el desastre, sino también por las llamadas pérdidas relacionadas con la interrupción del negocio. Este tipo de pérdidas se presentan, por ejemplo, cuando la producción de un fabricante se interrumpe debido a una falta de entrega de piezas de un proveedor que ha sido afectado directamente por los acontecimientos de Japón. Estas reclamaciones relacionadas con la interrupción del negocio pueden terminar siendo mucho más costosas que las pérdidas físicas originales. Una semana después del terremoto, varios expertos hablaron de sus estimaciones acerca de las pérdidas. El modelador de catástrofes EQECAT estimó que las pérdidas totales aseguradas alcanzarán los 12.000 millones de dólares, mientras que la agencia de modelos de riesgos AIR Worldwide ha estimado que los gastos asegurados ascenderán a entre 15.000 y 35.000 millones de dólares. Algunos analistas han sugerido que el coste del terremoto en la industria de los seguros podría ser de más de 60.000 millones de dólares. Aunque estas estimaciones son por el momento especulaciones, y Allianz y la industria aseguradora opinan que es demasiado pronto para confirmar el total de pérdidas aseguradas, sí apuntan a una gran escala de potenciales daños financieros asociados con esta catástrofe. Japón está situado en una zona sísmica muy activa, por lo que los terremotos son una catástrofe común, según Markus Treml, experto en sismología de Allianz SE Reinsurance. Los temblores a menudo van acompañados por tsunamis e incendios a gran escala. Como resultado, “las aseguradoras utilizan a menudo los modelos de riesgo de los terremotos para calcular la probabilidad de los daños que aseguran. Los tsunamis y los incendios se deben examinar teniendo en cuenta su incidencia real,“ dice Treml. Millones de terremotos El US Geological Survey (USGS) estima que “varios millones” de terremotos se producen en todo el mundo cada año, 20.000 de los cuales se localizan desde su Centro de Información Sísmica Nacional. “Sin embargo, la cantidad de seísmos grandes –los que tienen una magnitud de 6.0 grados o mayor– se ha mantenido relativamente constante”, añade Markus Treml. Desde su punto de vista, la cobertura permanente de los medios de comunicación también apoya la impresión de que hay un crecimiento de las catástrofes naturales a nivel mundial. ”Vemos imágenes y vídeos del suceso en cuestión de segundos en YouTube, Twitter o Facebook. Esto hace que las catástrofes resulten más reales para nosotros, sin importar dónde ocurren“, añade Markus Treml. Aunque el USGS registró veintidós terremotos con una magnitud superior a los 7 grados en 2010, todos menos unos cuantos miles de las 227.000 víctimas mortales registrados ese año provenían del gran terremoto que azotó Haití el 12 de enero de 2010. El mayor terremoto registrado ese año fue el seísmo de magnitud 8.8 que afectó a la costa de Bio-Bio, en Chile, el 27 de febrero. Provocó más de 500 muertos, y aproximadamente la mitad de éstos se debieron al tsunami que provocó el terremoto. Aunque la energía liberada por este terremoto fue más de 500 veces la que azotó Haití, las muertes fueron muy escasas debido a los estrictos códigos de construcción de Chile, que se remontan a 1935 (y revisados por última vez en 2003) y a las menores intensidades máximas de agitación. Durante los últimos 40 años, las reclamaciones de seguros relacionadas con el clima o la meteorología han incrementado drásticamente. Según Allianz, el promedio del coste de los sinestros por década ha aumentado en menos de 5.000 millones de dólares durante las décadas de 1970 y 1980, a los 40.000 millones de dólares en 2010. “Clientes en todo el mundo, catástrofes en todo el mundo: Allianz Global Corporate & Specialty suele gestionar las grandes siniestros dondequiera que ocurran. Aún así, cualquier desastre plantea nuevos retos en la gestión de los siniestros y, por supuesto, el cliente siempre es lo primero“. Axel Theis, Consejero Delegado de Allianz Global Corporate & Specialty La mayoría de las pérdidas aseguradoras de catástrofes se concentran el los EE.UU. y Europa (60% y 28% respectivamente). Esto se debe a que las catástrofes naturales tienen un efecto enorme en las zonas con una alta densidad de población y estructuras de gran tamaño, y algunas de las zonas más pobladas del mundo se encuentran en áreas de una gran actividad sísmica o en áreas costeras con riesgos propensos a huracanes e inundaciones. Como los seguros han aumentado por la rápida expansión de la cantidad de propiedades residenciales y empresariales en estos lugares, también ha aumentado la cantidad de reclamaciones y pagos. En consecuencia, las reclamaciones más caras a las aseguradoras provienen de países desarrollados, en los que la penetración del mercado de los seguros es muy alta tanto para propiedades residenciales como empresariales. Katrina y sus hermanos Las mayores pérdidas financieras en los últimos años se han producido en Estados Unidos. El huracán Katrina en 2005 fue el tercer mayor huracán que ha llegado a EE.UU. y la catástrofe natural más cara que nunca hubiese ocurrido, con unas pérdidas para los aseguradores de 60.000 millones de dólares. Se cree que murieron casi 2.000 personas en la tormenta, y más de un millón de residentes de la Costa del Golfo se vieron obligados a trasladarse. Hasta un 80% de la ciudad de Nueva Orleans se inundó. EE.UU. también sufrió las mayores pérdidas en la industria aseguradora por un terremoto en 1994, el seísmo de Northridge, California, que costó 15.300 millones de dólares. De acuerdo con un estudio conjunto de World Wide Fund for Nature (WWF) y Allianz que se dio a conocer en noviembre de 2009, llamado Principales Puntos Críticos (Major Tipping Points), EE.UU. está en riesgo de sufrir peores desastres naturales debido al incremento del nivel del mar provocado por el cambio climático y al aumento de la urbanización. De acuerdo con el informe, un aumento en el nivel del mar de 15 cm en la costa noreste de EE.UU. significaría un incremento en el nivel del mar de 65 cm en ciudades como Baltimore, Boston, Nueva York, Philadelphia y Providence. Un aumento del nivel del mar como éste podría incrementar la exposición de activos de una estimación de 1,359 a 7,425 billones de dólares. Una cuestión crítica es el impacto que un huracán podría tener en la zona de Nueva York - potencialmente, el coste podría ser de un billón de dólares actualmente, alcanzando los 5 billones de dólares hacia mediados de siglo. El aumento a la exposición a las catástrofes naturales en regiones como EE.UU. y Europa está obligando a las compañías aseguradoras y reaseguradoras a ver nuevos modelos de riesgo, emitir bonos de catástrofe, revisar las estructuras de precios y considerar posibles deducciones y exclusiones en sus pólizas. Sin embargo, la industria también se enfrenta a retos difíciles a la hora de evaluar los riesgos de catástrofes naturales y las responsabilidades en regiones en desarrollo como Sudamérica y Asia, especialmente cuando se espera que la población en ambas zonas crezca rápidamente. Por ejemplo, Naciones Unidas dice que habrá cerca de 3.500 millones de personas viviendo en ciudades asiáticas en 2050, frente a los 230 millones en de 1950. El crecimiento del riesgo asiático Scott Ryrie, Consejero Delegado de Allianz SE Reinsurance en AsiaPacífico, señala que ciudades como Pekín, Delhi, Jakarta, Mumbai, Shangai y Taipei, se encuentran situadas en zonas sísmicas, y también tienen riesgo de inundaciones o tifones. En Filipinas, por ejemplo, 62 de sus 79 provincias se ven afectadas regularmente por ciclones tropicales, con consecuencias devastadoras. Las “zonas de peligro” sísmico de China cubren aproximadamente la mitad del país. “En comparación con EE.UU, debido a la mayor base de población, Asia es 590 veces más vulnerable a los terremotos, 62 veces más vulnerable a las inundaciones, y 40 veces más vulnerable a los ciclones tropicales”, comenta Ryrie. Incluso aquellos con bajas exposiciones a catástrofes pueden ser afectados de forma severa e inesperada, dice, como lo demuestran los tsunamis que asolaron los países de la costa del Océano Índico el 26 de diciembre de 2004. “Por lo tanto, Asia se arriesga a perder mucho más en los desastres naturales a medida que aumentan las zonas urbanizadas”, añade. “Las compañías aseguradoras y reaseguradoras tienen un problema particular en los mercados en desarrollo“, dice Ryrie. “Por un lado, hay un potencial enorme para vender productos y servicios en estos mercados en crecimiento. La desventaja es que la industria podría proporcionar cobertura para riesgos enormes, particularmente cuando el crecimiento de la propiedad residencial o comercial no está relacionado con ninguna mejora en las normas de construcción o la capacidad de soportar las sacudidas sísmicas o los fuertes vientos“, dice. Por ejemplo, cuando el tifón Nari afectó a Taipei en 2001 a una velocidad de viento relativamente baja, causó 500 millones de dólares en daños. Las fuertes lluvias inundaron la red de metro después de que el sistema de bombeo fallara. Las arterias principales de tráfico dentro y fuera de la capital se paralizaron durante semanas. El gobierno de Taiwán gastó posteriormente 6.000 millones de nuevos dólares taiwaneses (198 millones de dólares americanos) en un proyecto de desviación de inundaciones para mitigar los daños en la cuenca del río Keelung. Este proyecto tuvo mucho éxito y demuestra cómo la planificación puede ayudar a reducir el efecto de las inundaciones. Ryrie dice que la industria de los seguros necesita desarrollar nuevos estándares de información y herramientas de evaluación de riesgos. “Hay muy pocos datos históricos en Asia con respecto a cómo se construyen los edificios, si tienen el permiso de construcción necesario, y si cumplen con las normas de construcción aceptadas. Como resultado, existe el peligro de que las aseguradoras estén poniendo precio al riesgo sin un conocimiento completo del mismo, y por lo tanto, están tomando más riesgos de catástrofes en su contabilidad. Además, las empresas que realizan modelos de riesgo tienen mucho trabajo por hacer en este ámbito, ya que los datos de exposición están poco desarrollados.“ Abordar todos los factores de riesgo El factor principal que está detrás del incremento de las pérdidas aseguradoras es, simplemente, el crecimiento económico. El valor de los inmuebles aumenta y las zonas con alta densidad de población se amplían, a menudo, en zonas muy expuestas al riesgo. Al mismo tiempo, el número de de seguros en estas zonas es cada vez mayor. También hay una relación entre la actividad humana y el cambio climático, que tendrá un impacto en la volatilidad de las tormentas, las inundaciones y en los niveles del agua y las regiones costeras. “Allianz está siguiendo muy de cerca todos los factores que conducen al aumento de las reclamaciones por catástrofes naturales”, dice Armin Sandhövel, Consejero Delegado de Allianz Climate Solutions. “Además de los datos de análisis de riesgos, encargamos estudios científicos y trabajamos junto a nuestros clientes para entender mejor todas las implicaciones. El cambio climático es el factor que necesita ser estudiado más de cerca, ya que sus implicaciones en el futuro son más difíciles de evaluar.“ Con el fin de apoyar el crecimiento de la prosperidad en todo el mundo, las aseguradoras seguirán trabajando en nuevas coberturas y continuarán ampliando su presencia en los mercados emergentes. Allianz también seguirá colaborando con los responsables políticos y sectoriales para desarrollar códigos de seguridad y luchar contra el cambio climático en todo el mundo. Clement B. Booth es miembro del Consejo de Allianz SE. Axel Theis es Consejero Delegado de Allianz Global Corporate & Specialty. Scott Ryrie es Consejero Delegado de Allianz SE Reinsurance en Asia-Pacific. Armin Sandhövel es Consejero Delegado de Allianz Climate Solutions. Markus Treml es un experto en riesgos de catástrofes naturales de Allianz SE Reinsurance. Por favor, diríjase a www.agcs.allianz.com para más detalles. “Unas pocas precauciones le pueden ayudar a protegerse de las pérdidas graves y los trastornos de una catástrofe natural“, dice Lyman Munson, vicepresidente de servicios de riesgo en la compañía aseguradora Fireman‘s Fund. “Proteger su casa es vital para mantener a su familia segura y confortable“.