VOTO CONCURRENTE QUE FORMULA EL SEÑOR MINISTRO SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO, EN LA CONTROVERSIA CONSTITUCIONAL 42/2009, RESUELTA POR EL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, EN SESIÓN DE DOS DE JUNIO DE DOS MIL ONCE. En la resolución tomada por la mayoría de los integrantes del Pleno, se determinó que la Ley de Deuda Pública del Estado de Querétaro, no es inconstitucional porque hace referencia a los requisitos y presupuestos constitucional, al contenidos establecer, entre en otras el artículo 117 cosas, que la contratación de deuda pública se realizará con o través de instituciones del sistema financiero mexicano; que los empréstitos se deberán contratar y pagar en moneda nacional; así como que deben destinarse a una inversión pública productiva. Sobre el particular se argumentó que lo anterior es así, en atención a que ese ordenamiento prevé las bases generales en materia de deuda tal como lo determina el artículo 117, fracción VIII, de la Constitución Federal, ya que en sus artículos 1º y 7º señala que dicha Ley tiene por objeto sentar las bases para la contratación y administración de la deuda pública y, que la contratación de deuda pública se apegará a lo siguiente: a. Se realizará con o a través de instituciones del sistema financiero mexicano, b. los empréstitos se deberán contratar y pagar en moneda nacional, dentro del territorio nacional, y c. los empréstitos se destinarán a la inversión pública productiva. Los numerales 1º y 7º, de la Ley de Deuda Pública del Estado de Querétaro, disponen: “Artículo 1. La presente Ley es de orden público y tiene por objeto establecer las bases para la contratación y administración de la deuda pública, en términos de las fracciones XI del artículo 17 y VII del artículo 22 de la Constitución Política del Estado de Querétaro, a cargo de los siguientes sujetos: I. El Gobierno del Estado de Querétaro, por conducto del Poder Ejecutivo; II. Los municipios del Estado, por conducto de los ayuntamientos; III. Los organismos descentralizados estatales o municipales; IV. Las empresas de participación mayoritaria, estatal o municipal; y V. Los fideicomisos públicos, en que el fideicomitente sea alguna de las entidades señaladas en las fracciones anteriores. Asimismo, esta ley regula los mecanismos para la afectación, en su caso, de las participaciones federales que correspondan al Estado y a sus municipios, así como los demás ingresos que correspondan a las entidades. “Artículo 7. La contratación de deuda pública será efectuada con apego a lo siguiente: I. Se realizará con o a través de instituciones del sistema financiero mexicano; II. Los empréstitos se deberán contratar y pagar en moneda nacional, dentro del territorio nacional; y III. Los empréstitos se destinarán a inversión pública productiva.” 2 Los artículos transcritos establecen que el objeto de la Ley de Deuda Pública del Estado de Querétaro, es el de sentar las bases para la contratación y administración de la deuda pública y, que dicha contratación se realizará con o a través de instituciones del sistema financiero mexicano; que los empréstitos se deberán contratar y pagar en moneda nacional; así como que deben destinarse a una inversión pública productiva. Por ello, la mayoría de los Ministros integrantes del Tribunal Pleno, consideraron que la Ley impugnada no es inconstitucional porque prevé las bases generales que en materia de deuda pública ordena la Constitución Federal, de ahí que se reconozca su validez. Al respecto, aun cuando se comparte el sentido en cuanto a que la Ley de Deuda Pública del Estado de Querétaro, es acorde al espíritu y contenido del artículo 117 de la Constitución Federal, disiento de las razones por las cuales el criterio de la mayoría lo consideró así, por lo siguiente: No es la primera vez que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación analiza si una legislación en la que se establecen requisitos y condiciones para que los Municipios accedan a la contratación de deuda pública se ajusta o no al ámbito constitucional. Este Alto Tribunal ha sido sensible en relación a la necesidad de establecer controles estrictos para la contratación de deuda pública, en virtud de que estamos en presencia de recursos públicos que requieren de un control estricto. De ahí la importancia de los asuntos en donde los Municipios se duelan de los controles ambiguos y excesivos que el Estado ejerce respecto a la posible contratación de deuda que quiera realizar, y la trascendencia de definir los presupuestos 3 constitucionales que deben regir la contratación de deuda pública reconocidos en el artículo 117 de la Constitución Federal. El artículo 117, fracción VIII, de la Constitución Federal, establece: “Artículo . 117. Los Estados no pueden, en ningún caso: I…. … VIII.- Contraer directa o indirectamente obligaciones o empréstitos con gobiernos de otras naciones, con sociedades o particulares extranjeros, o cuando deban pagarse en moneda extranjera o fuera del territorio nacional. Los Estados y los Municipios no podrán contraer obligaciones o empréstitos sino cuando se destinen a inversiones contraigan públicas organismos productivas, inclusive descentralizados y los que empresas públicas, conforme a las bases que establezcan las legislaturas en una ley y por los conceptos y hasta por los montos que las mismas fijen anualmente en los respectivos presupuestos. Los ejecutivos informarán de su ejercicio al rendir la cuenta pública. …” Del contenido del artículo 117 constitucional, se aprecia que es claro al disponer que para que los Estados y Municipios puedan adquirir obligaciones o empréstitos éstos deben destinarse a inversiones públicas productivas. Asimismo, de conformidad con la fracción VIII, del referido precepto constitucional, el endeudamiento público local es controlado por las legislaturas locales a través de la expedición de una ley en la que se establezcan las bases, conceptos y montos aplicables a la deuda pública que regulen la estructura y 4 procedimientos para la autorización, ejercicio y destino de los empréstitos. En cuanto al concepto de deuda pública local, esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha sostenido, lo siguiente: “DEUDA PÚBLICA LOCAL. LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE LA REPÚBLICA EXIGE LA COPARTICIPACIÓN LEGISLATIVO-EJECUTIVO DE LAS ENTIDADES FEDERATIVAS PARA EL ENDEUDAMIENTO LOCAL. Con la reforma de 1981 al artículo 117, fracción VIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se permitió a los Estados y Municipios acceder a financiamiento para sus actividades en condiciones más flexibles que antaño, estableciéndose un esquema de coparticipación legislativo-ejecutivo para el tema del crédito público, que busca que éste se ejerza disciplinada, responsable y cuidadosamente, a través de los pesos y contrapesos recogidos en dicho precepto constitucional, conforme al cual: 1) Al Poder Legislativo Estatal le fueron atribuidas expresamente facultades para legislar en materia de deuda pública local, esto es, se le otorgaron atribuciones de orden presupuestal, consistentes en aprobar los conceptos y montos máximos de la deuda pública local que deben fijarse anualmente en los respectivos presupuestos y 2) Al Poder Ejecutivo y, en su caso, a los Municipios, se les impuso, para la obtención y ejercicio del financiamiento, el deber de sujetarse tanto a la normativa local que fuera expedida, como a la autorización del Congreso Estatal relativa a los conceptos y montos en que puede ejercerse; así como el deber de informar al propio Congreso, al rendir 5 la cuenta pública, del ejercicio realizado. A ese respecto, se puntualiza que la normativa local que desarrolle la facultad que asiste a los Estados para acceder a financiamiento no puede soslayar la importante responsabilidad que la Constitución General de la República ha atribuido a la representación popular, a través del Poder Legislativo, mediante las facultades consistentes en: I) aprobar la asunción del crédito; II) autorizar los conceptos del crédito; III) autorizar el monto o el monto máximo del crédito; IV) legislar en materia de ingresos públicos, que es donde se verá reflejado el crédito (como ingreso del Estado) y, además, es de donde provendrán generalmente los fondos para pagarlo; y, V) en el caso de los Congresos Estatales, aprobar los presupuestos de egresos, que es en donde se preverá qué ingresos destinar para los pagos y/o contraprestaciones que resulten a cargo del Estado con motivo del financiamiento, de manera que dicho procedimiento corresponsabilidad debe de colaboración entenderse y como manifestación de los pesos y contrapesos que exige el principio de división de poderes.” (Número de registro IUS 163,475. Novena Época. Instancia: Pleno. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo XXXII, noviembre de 2010. Tesis: P./J. 102/2010. página: 1210). Del criterio transcrito podemos advertir que este Tribunal ha definido que la facultad del legislador local para normar el endeudamiento público local, tiene como acotamiento constitucional específico, que la normatividad que se produzca deba reflejar y ser consistente con esas funciones presupuestales constitucionalmente asignadas al Poder Legislativo, así la 6 normatividad que desarrolle la facultad que asiste a los Estados para acceder a financiamiento, no puede soslayar la importante responsabilidad que la Constitución ha atribuido a la representación popular, a través del Poder Legislativo, de aprobar o autorizar “… los conceptos y hasta por los montos que fijen anualmente en los respectivos presupuestos”; antes bien, debe hacerla patente y respetarla, so pena de su invalidez. De lo anterior se sigue que los principios que rigen la contratación de deuda pública reconocidos en el artículo 117, fracción VIII, de la Constitución Federal, son los siguientes: a) Que exista una Ley que contemple el concepto de actividad pública productiva, delimitando cuáles se ubican en ese supuesto; b) Que las Legislaturas locales establecerán las bases, conceptos y montos aplicables a la deuda pública, asimismo establece los principios básicos para que pueda darse su contratación; y, c) Que esos montos estén contemplados en el presupuesto de egresos de los Estados. En la resolución tomada por la mayoría de los integrantes del Pleno, se sostuvo que para considerar que la norma impugnada es acorde a lo dispuesto por la referida fracción VIII, del artículo 117, bastaba que la Ley definiera el concepto de actividad pública productiva, sin tomar en consideración los principios reseñados en los incisos b) y c). Así las cosas, estimo necesario para que se considere que una norma respeta lo dispuesto en el artículo 117, fracción VIII, de la Constitución Federal, que se requiera: 1. la existencia de una ley que prevea el concepto de actividad pública productiva; 2. 7 que se realice conforme a las bases, montos, plazos y modalidades que establezca otra ley y, 3. finalmente, que esos montos los contemple el presupuesto respectivo de los Estados. Por los razonamientos expuestos, es que el que suscribe disiente de las consideraciones con base en las cuales se estimó que la Ley impugnada sí hace alusión a los requisitos y presupuestos contenidos en el artículo 117 constitucional, al establecer, entre otras cosas, que la contratación de deuda pública se realizará con o través de instituciones del sistema financiero mexicano; que los empréstitos se deberán contratar y pagar en moneda nacional; así como que deben destinarse a una inversión pública productiva. Pues se insiste, basta que esté previsto en una Ley el concepto de inversiones públicas productivas (delimitando cuáles se considerarán como actividades públicas productivas), así como las bases, conceptos y montos aplicables a la deuda pública y se contabilice en el Presupuesto, para que se considere que la Ley se apega a los requisitos y presupuestos contenidos en el segundo párrafo de la fracción VIII, del artículo 117 constitucional. ______________________________________________ MINISTRO SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO 8