LOS JUECES Y LAS LENGUAS ESPAÑOLAS PROPIAS OFICIALES DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS. Vuelve a estar en la actualidad el debate sobre el deber del conocimiento de los Jueces y Magistrados de las lenguas propias oficiales de las Comunidades Autónomas conforme a sus Estatutos. Y así, es sabido que en algunas Comunidades Autónomas que cuentan con una lengua propia, como Cataluña, Galicia o el País Vasco sus Estatutos establecen la cooficialidad, junto al castellano, del catalán (o aranés en Arán), gallego o euskera con fundamento en el artículo 3.2 de la Constitución Española. Dicho debate viene propiciado por la reforma del Estatuto catalán cuyo proyecto se está tramitando en la actualidad en el Congreso de los Diputados. Así el artículo 6 del proyecto de Estatuto establece que:”1.- La lengua propia de Cataluña es el catalán. Como tal, el catalán es la lengua de uso normal y preferente de todas las Administraciones públicas y de los medios de comunicación públicos de Cataluña, y es también la lengua normalmente utilizada como vehicular y de aprendizaje en la enseñanza”. “2.- El catalán es la lengua oficial de Cataluña. También lo es el castellano, que es la lengua oficial del Estado español. Todas las personas en Cataluña tienen el derecho y el deber de conocer las dos lenguas oficiales. Los poderes públicos de Cataluña deben establecer las medidas necesarias para facilitar el ejercicio de estos derechos y el cumplimiento de este deber.”Asimismo, el artículo 33 del referido proyecto establece: “ DERECHOS LINGÜISTICOS ANTE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS Y LAS INSTITUCIONES ESTATALES”1.-Los ciudadanos tienen el derecho de opción lingüística. En las relaciones con las instituciones, las organizaciones y las administraciones públicas en Cataluña, todo el mundo tiene derecho a utilizar la lengua oficial que elija….””2.- Para garantizar el derecho de opción lingüística, los jueces y los magistrados, los fiscales, los notarios, los registradores de la propiedad y mercantiles, los encargados del Registro Civil y el personal al servicio de la Administración de Justicia, para prestar sus servicios en Cataluña, deben acreditar en la forma establecida en el presente Estatuto y las leyes, que tienen un conocimiento adecuado y suficiente de las lenguas oficiales, que los hace aptos para ejercer las funciones propias de su cargo o su puesto de trabajo.” El Consell Consultiu de la Generalitat alertó de que jueces y magistrados constituyen un cuerpo único en todo el Estado y que los temas referentes a su movilidad corresponden a la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ). El redactado final, al parecer, mantiene el requisito pero remite su perfil definitivo a “la forma y con el alcance que la ley determine”. Es decir, este punto estatutario no entraría en vigor si no se modifica la LOPJ. Y ello plantea de nuevo la cuestión de una posible reforma de la LOPJ, en cuyos artículos 341 y 530 se establece el conocimiento de las lenguas propias, en las comunidades en que son oficiales, como un mérito preferente en los concursos para órganos jurisdiccionales de su territorio y no como un requisito. En mi opinión, y sin representar a nadie, y considerando que la Constitución no lo impide, me parece que el deber de conocer la lengua propia de la comunidad autónoma, que es cooficial junto al castellano en el ámbito de aquélla, constituye coherentemente la última consecuencia de la “oficialidad” de la lengua propia, pues si sólo se establece el derecho de conocerla pero no el deber de conocerla, dicha oficialidad es de segundo grado, al menos en relación con el castellano, lengua que todos los españoles tienen el deber de conocer como expresamente establece el art. 3.1 de la Constitución. Ahora bien, sentado esto, me parece también claro que el nivel de exigencia de dicho conocimiento no puede ser igual respecto de quienes tienen vecindad administrativa en una Comunidad Autónoma con lengua oficial propia que se enseña obligatoriamente en la educación secundaria, que quienes tienen una vecindad administrativa fuera de aquélla. Por ello considero que el conocimiento de la lengua propia, oficial en el territorio de una comunidad autónoma, debe de ser un requisito en los concursos de traslado para órganos jurisdiccionales con sede en dicha comunidad autónoma para garantizar así mínimamente el derecho de los ciudadanos de dicha comunidad autónoma a utilizar dicha lengua en el ámbito de aquélla, y que ese derecho no sea en la realidad papel mojado, pero entendido que dicho conocimiento deberá ser básico o elemental -, mientras que deberá seguir siendo un mérito preferente en los concursos referidos el conocimiento medio o superior de dicha lengua propia oficial de la comunidad en cuestión. Así, por ejemplo, en Cataluña, bastaría con obtener el nivel del certificado “B” de la Junta Permanent de la Generalitat o análogo, como requisito para acceder a un órgano jurisdiccional sito en Cataluña, mientras que constituiría un mérito preferente el obtener el certificado “C” o análogo, que es el que se exige actualmente a los funcionarios de la Generalitat de Cataluña. Finalmente quisiera decir que en Cataluña casi todos los jueces y magistrados que ejercen en su ámbito territorial tienen reconocido el conocimiento del catalán- bastando el certificado “B” o análogo-. El que dicho mismo conocimiento se constituya en requisito no sería ninguna tragedia. Carlos Mir Puig. Magistrado de la Audiencia Provincial de Barcelona.