PENSAR Como se empieza a escribir un poema… si lo único que queda es el recuerdo Como dejar plasmadas en letras… lo que mi alma resguarda Como olvidar un pasado si ha sido arrancado desde lo más profundo de la tierra Es otro día más aún sigo aquí esperando no se qué… Debe ser que la necesidad me ha llenado el alma de delirios Cada vez me pregunto cuál es el ideal Cuál es la meta a la que hay que llegar Mi cuerpo ha cambiando y sigue por los senderos oscuros de la duda y la desolación Ahora como yo los pájaros migran El frío y el gris invierno vuelven y congelan los sentimientos… se desvanecen El fruto de la tierra dejó de germinar Ahora el único sonido que retumba en la hierba son los amargos golpes del fuego del cañón y cada vez que intento recordar mis ojos se deshacen por las amarguras del dolor y me convierto en un vagabundo habitante de ciudad Ahora mi poema tiene un sentido Lo escribo debido a la ausencia… Del calor de una taza de café Del olor de la cosecha que se borra lentamente de mi memoria De tus manos acariciando mi rostro húmedo y enrojecido por el viento De las sonrisas compartidas en las noches cuando solo éramos tú y yo Ahora sé que ya no necesito de un poema para volver de nuevo a aquel momento A aquella Selva… a aquel Rio… dónde se nace se vive y se muere cada vez en un instante justo antes de pensar… Franklin Hernández Docente de Danza - Liceo Boston