Objetivo: cómo los fieles laicos están llamados a participar en la misión de la Iglesia, o sea, cuál es la misión que tienen los laicos en la Iglesia y en el mundo, para renovarnos en nuestro entusiasmo por ser “discípulos y misioneros” de Cristo en su Iglesia. El contenido de esta presentación es el tema de estudio y reflexión n. 2, sobre el apostolado de los laicos en la Iglesia y en el mundo, propuesto por la Comisión central para la revisión de los estatutos del R.C. En el block de notas podrá encontrar el texto íntegro. Las imágenes son de la red. * Actualización: Graciela G. de Madero www.missionkits.org Fecha: noviembre 2014 recursos@regnumchristi.org Tel. 01-800-288-2334 * Preguntas o solicitudes sobre el proceso de revisión, favor de comunicarse a: DT Mty: estatutosRCmty@arcol.org o DT Mx: comrcmex@regnumchristi.net Esta presentación NO pretende ser un tratado completo sobre el tema, sino un esquema, modificable, de apoyo para facilitar su exposición en una actividad de formación. El apostolado de los laicos ÍNDICE Objetivos del subsidio. A. La misión de la Iglesia. ¿Qué es evangelizar? ¿Qué es el Reino de Dios? El triple oficio de Cristo y la misión de la Iglesia. ¿Cómo evangeliza la Iglesia? Tres modalidades: pastoral, nueva evangelización y misión ad gentes. B. El apostolado de los fieles laicos. ¿Por qué es una responsabilidad de los laicos? Somos discípulos misioneros. ¿Está capacitado para llevarlo a cabo? Recapitulemos las ideas principales. OBJETIVOS 1. Comprender cuál es la identidad y misión de los laicos al entender cómo están llamados a participar en la misión de la Iglesia, para fundamentar el amor y la responsabilidad hacia la misión personal. 2. Entender qué es el Reino de Dios e inferir la relación con la propia vida. 3. Comprender la diferencia entre las diversas modalidades del apostolado eclesial. 4. Identificar las diversas formas en que los laicos pueden colaborar en el apostolado propio de los clérigos. 5. Redescubrir o conocer qué es el apostolado laical y qué implicación tiene en la vida de un cristiano y en la misión de la Iglesia. (Volver al índice) 1. La misión de la Iglesia Continuar la misma misión de Jesucristo. ¿Por qué? Es su Cuerpo Místico, su instrumento para manifestar el misterio del amor de Dios al hombre. ¿Cuál es la voluntad del Padre? Que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. ¿Cuál es esta misión? Es la misión filial, hacer por amor la voluntad del Padre. El fin de la Iglesia Por ser convocatoria de salvación, la Iglesia es por su misma naturaleza: misionera. Su fin es reunir a todos los hombres en la comunión con Dios y entre sí mismos. La Iglesia constituye el germen y el comienzo del Reino de Dios en la tierra, es germen eficaz de la civilización de la justicia y del amor cristianos. ¿Qué es evangelizar? La “buena noticia” = Jesús. El Evangelio es Jesús mismo. Evangelizar es llevar esta buena noticia a los demás. Transmitir a Jesús: anunciarlo y comunicarlo. manifestar, testimoniar, compartir que “Jesús es el Señor”: Kerygma 1. Jesús es el Hijo de Dios encarnado que nos ama. 2. Ha dado su vida por nuestra salvación. 3. Está vivo acompañándonos. 4. Nos reconcilia con el Padre. 5. Nos hace hombres nuevos, su presencia todo lo renueva. Papa Francisco: «evangelizar es hacer presente en el mundo el Reino de Dios». Llamados a ser apóstoles por el bautismo y la confirmación. La Iglesia: comunión misionera y misión que genera comunión. Exige coherencia entre las palabras y la vida = dar testimonio de vida cristiana santa. Jesús es el ideal: en Él persona y misión coinciden. Evangelizar por atracción y no por proselitismo: primereando, involucrándonos, acompañando, fructificando y festejando. El Concilio Vaticano II: La Iglesia ha nacido con el fin de que, por la propagación del Reino de Cristo en toda la tierra, para gloria de Dios Padre, todos los hombres sean partícipes de la redención salvadora, y por su medio se ordene realmente todo el mundo hacia Cristo. A la actividad evangelizadora la define como “apostolado”. La vocación cristiana, por su misma naturaleza, es vocación al apostolado. ¿Qué es el Reino de Cristo? No es una realidad política o geográfica. Es acoger la Redención y experimentar la primacía del amor de Dios que libera del pecado y te da la libertad de, por amor, vivir la voluntad de Dios. Es la anticipación del Reino de Dios en esta tierra. ¿Qué tiene que ver conmigo? La Iglesia o reino de Cristo crece por medio de los fieles laicos. La misión de anunciar el reino e instaurarlo en todos los pueblos es el principio de ese reino. La espera no debe debilitar sino avivar la preocupación de cultivar esta tierra. El triple oficio de Cristo y la misión de la Iglesia Cristo es Sacerdote, Profeta y Rey. La Iglesia participa de este triple oficio de Cristo. ¿Cómo? Del sacerdocio de Cristo: • Santifica. • Dispensa la gracia sobrenatural. • Reconcilia al hombre con Dios. Del profetismo de Cristo: • Enseña. • Predica. • Llama a la conversión. De la realeza de Cristo: • Sirve y sana. • Obra la caridad. • Restaura las relaciones sociales y el mundo. Las tres expresiones del apostolado eclesial Se requieren laicos comprometidos en los tres casos. Acción pastoral • Ayuda a crecer en la vida cristiana. • Administra sacramentos, la enseñanza oficial de la doctrina y la promoción del culto público. • Es actividad propia de los pastores, los laicos colaboran. Nueva evangelización • Vuelve a presentar el Evangelio para que se vivan las exigencias del bautismo. • Donde se ha perdido la compenetración entre la fe y la cultura, se necesita la iniciativa del apostolado laical. • Un nuevo espíritu, nuevos métodos de hacer apostolado. Misión ad gentes • Presenta el Evangelio donde todavía no se conoce, buscando la conversión e inserción en la Iglesia. • Toda la Iglesia debe colaborar, es una tarea primordial. (Volver al índice) B. El apostolado de los fieles laicos Nunca puede faltar en la Iglesia. Están destinados por Dios al apostolado = EVANGELIZAR. El bautismo La confirmación Inserción en Cristo Deber Derecho de evangelizar ¿Cómo? Por su talento, su “índole secular”, evangelizan el mundo desde dentro, como fermento. Pueden colaborar en el apostolado del clero, participando en la vida de la parroquia. Se valora el compromiso especial de laicos, solteros o casados, que se consagran para siempre o temporalmente al servicio de la Iglesia. Se ejerce personal o asociadamente. Somos discípulos misioneros Seamos conscientes y promotores de la responsabilidad que han de asumir los laicos en la misión de la Iglesia. ¿Por qué no se toma conciencia de esta responsabilidad? El Papa Francisco dice: No hay formación… para asumir responsabilidades importantes. No hay espacio para poder expresarse y actuar en sus Iglesias particulares. No hay un compromiso por aplicar el Evangelio en la transformación de la sociedad. Pero hay muchos laicos participando… Sí, pero no se penetra con valores cristianos el mundo social, político y económico. Por eso, la formación de laicos y la evangelización de los grupos profesionales e intelectuales es un desafío importante. La misión exige una formación continúa para proclamar, defender y trasmitir la doctrina. Sólo se es misionero en la medida que se es discípulo de Cristo. El apostolado laical Se dirige a ordenar las realidades temporales según el plan de Dios. Las edades: infancia, juventud, adultos, ancianos. Informar La vida social: familia, ciudad, país, etc. Hacerse instrumentos, medios, para que el mundo recupere su sentido original. Las circunstancias de vida: alegría, tristeza, enfermedad, deporte, pérdidas, diversiones, etc. Transformar La cultura. El ejercicio profesional y servicio social: arte, educación, política, medicina, investigación, etc. Renovar Que todo contribuya a la santificación del mundo, para la gloria de Dios. El apostolado laical Cada laico tiene el deber, según su condición, de impregnar y perfeccionar el orden temporal con el espíritu evangélico y dar testimonio en su vida diaria. Hay lugares y circunstancias en las que sólo los laicos pueden hacer presente a Cristo. Instrumento para comprender lo que la Iglesia espera de los laicos. El apostolado, personal o asociado, siempre es profundamente eclesial. Bajo su propia responsabilidad y en nombre propio. Programan y actúan, respetan la autoridad del obispo. El clero no debe restringir el espacio de los laicos, por ejemplo en la educación religiosa de los hijos no pueden sustituir a los papás, sólo los deben apoyar. Lo mismo en la política y la promoción social. En los sacerdotes o en las personas consagradas, el laico puede encontrar una ayuda pero nunca una sustitución. Colaboración en el ministerio de los sacerdotes. Ocasional o permanentemente, por un encargo especial o por haber recibido un ministerio, el laico, bajo la dependencia de la jerarquía colabora en: La pastoral litúrgica y sacramental (lectorado, acolitado, ministro extraordinario de la Eucaristía). La promoción del culto público. La catequesis parroquial. La enseñanza en seminarios. La animación de la vida cristiana mediante la pastoral de parroquias o de otras instituciones eclesiásticas. Conclusión La política, lo social, la economía… La familia, la educación, el trabajo, el sufrimiento… Cultura, ciencia, artes, medios comunicación. Laicos comprometidos en estas áreas, su testimonio y apostolado, edifica el reino de Dios. Recapitulemos las ideas principales La misión de la Iglesia es continuar la misión de Cristo en el mundo, es decir, evangelizar. Evangelizar es hacer presente en el mundo el Reino de Dios. La Iglesia evangeliza unida a Cristo Sacerdote, Profeta y Rey. La acción evangelizadora de la Iglesia presenta tres modalidades: pastoral, nueva evangelización y misión ad gentes. El apostolado de los fieles laicos: El laico es responsable ─de acuerdo con su condición─ de la misión de la Iglesia porque él es Iglesia. Su “índole secular” lo capacita de manera específica para el apostolado laical. Ordena las realidades temporales según el plan de Dios de forma que sirvan al descubrimiento y promoción de la dignidad de los hijos de Dios y, a través de ellas, éstos puedan dar gloria a Dios y merecer en Cristo su salvación. Volver al índice P. R. C. G. D.