127 LOS PROCESOS DE COOPERACIÓN Y CONFLICTO EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES: CONTINUIDAD Y CAMBIO Inmaculada Marrero Rocha Dpto. Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales Universidad de Granada 1.CUESTIONES INTRODUCTORIAS: PROCESOS Y ESTRUCTURA EN LA SOCIEDAD INTERNACIONAL Llamamos procesos internacionales, ya sean de cooperación o conflicto1, al entramado relacional que se produce en el marco del sistema internacional. La evolución de ese entramado relacional ha dado lugar a la aparición de determinadas reglas y elementos organizativos que informan y condicionan las interacciones entre los actores de las Relaciones Internacionales. Por tanto, el aspecto dinámico de la sociedad internacional es lo que se denomina proceso, en contraposición con conceptos más estáticos como el de estructura del sistema relacional. La estructura puede ser entendida como la configuración del poder producto de las relaciones entre los actores. En este sentido, la conexión entre estructura y proceso se presenta en una doble dirección. Por una parte, los procesos erosionan una estructura de poder determinada y provocan la aparición de otra, mientras que, al mismo tiempo, la estructura 1.Coincidimos con la definición de «conflicto» que se hace en el capítulo «Una Teoría de los conflictos basada en la complejidad» y en el inicial «Pax Orbis. Complejidad e imperfección de la Paz». Sin embargo, en este trabajo sólo abordamos los conflictos que se manifiestan con cierto grado de violencia y los contraponemos con la cooperación, que no es sino una gestión pacífica de las mismas fuentes de conflictividad. 128 inmaculada marrero rocha de poder condiciona las características de los procesos. Realmente, han sido siempre las potencias internacionales las que han configurado la estructura de poder, han establecido las reglas de juego en el sistema y han determinado la «agenda internacional de problemas» 2. El número de potencias que participaban en la elaboración de las normas de convivencia de la sociedad internacional y en su aplicabilidad ha marcado las características de la estructura de poder —multipolar, bipolar y unipolary su permanencia en el tiempo3. Y, a pesar de que la multiplicación de categorías de actores en las Relaciones Internacionales impide hablar de una sociedad internacional exclusivamente de Estados, lo cierto es que han sido éstos los principales artífices de la estructura de poder y los que han sentado las bases para su funcionamiento. A los Estados se les sigue atribuyendo la responsabilidad de la fragilidad, inoperancia e inadecuación de determinadas reglas de convivencia en el marco de la sociedad internacional, y a ellos también se les reclama la modificación o el cambio de la estructura. En consecuencia, el estudio de las Relaciones Internacionales debe realizarse desde el conocimiento de la estructura de poder internacional, deteniéndose en cuestiones tales como la identificación de las grandes potencias, el orden en la jerarquía de poderes en el plano internacional, las normas básicas de convivencia y los vectores de cambio de la estructura, que son fundamentales para analizar el entramado relacional de cada época histórica. En la etapa histórica actual, nos encontramos con una estructura internacional que está adquiriendo un carácter claramente unipolar, en la que una sola potencia, que supera en términos globales al resto de los Estados en atributos de poder clásicos o tradicionales —poder económico, político, militar— y en atributos intangibles —prestigio, difusión cultural, reputación científico-académica, entre otros— 4 quiere 2.Sobre la estructura de poder del sistema internacional en CLARK, Ian (1989) The Hierarchy of States. Cambridge, y KENNEDY, Paul (1989) Auge y caída de las grandes potencias. Barcelona. 3.Sobre esta cuestión se recomienda a TRUYOL y SERRA, Antonio. (1998) Historia del Derecho Internacional Público. Madrid, pp. 101-105. 4.La teoría dualista del poder de Joseph Nye identifica como poder duro una serie de capacidades o atributos de fuerza clásicos, como el poder militar, la coerción económica, o la presión político- diplomática, y como poder blando a la capacidad que tiene un Estado para que la ciudadanía de otros Estados legitimen sus políticas. Es una forma de seducción que consiste en hacer que otros deseen lo que tú tienes mediante una serie de medios los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 129 consolidar su predominio a través de un cambio de las reglas básicas del funcionamiento del sistema, que le posibiliten determinar el marco relacional para conservar su situación de potencia hegemónica 5. Por ello, en ocasiones, la estructura estará tan asentada y fortalecida por las relaciones que en ella se desarrollan, y su mantenimiento puede estar avalado por el Estado o Estados más fuertes del sistema, que son los que realmente configuraron dicha estructura. Pero no hay que descartar la posibilidad de que los procesos prevalezcan dejando a la estructura obsoleta, si no traduce la configuración de poder que se extrae de un marco relacional determinado. Entonces, el proceso de cambio en la estructura se convierte en algo inevitable. En estas páginas nos centraremos en este aspecto más dinámico de la sociedad internacional, los procesos, por dos motivos fundamentales: primero, porque a través del conocimiento de los procesos se puede caracterizar la estructura del sistema y, segundo, porque los vectores de cambio en el entramado relacional nos proporcionan indicios sobre elementos de transformación o bien de continuidad en la estructura internacional. Barbé define el proceso como las redes de interacción que se originan entre los actores del sistema6. Hocking y Smith, en la misma línea, califican los procesos internacionales de «interacciones internacionales», que definen como procesos políticamente relevantes de comunicación e intercambio de actores en el sistema internacional 7. Esas redes de interacción o procesos pueden ser de cooperación o conflicto, a la vez que se presentan con diversa intensidad, siendo la máxima manifestación de la cooperación los procesos de integración regional y el máximo grado de conflicto, la guerra. Por tanto, la cooperación y el conflicto son los que promocionan los principios y el modo de vida de país que ejerce ese poder blando a través de la promoción de su cultura, su cine, su industria o su sistema educativo, entre otras cuestiones (NYE, Joseph S. (2003) La paradoja del poder norteamericano. Madrid, pp. 36-63). 5.Sobre la contraposición entre hegemonía estatal y gobernanza global, véase KRAHMANN, Elke (2005) «American Hegemony and Global Governance? Competing Visions of International Security», International Studies Review, Vol. 7, Nº 4, pp. 531-546. y sobre el poder military como la principal fuente de hegemonía mundial de EE.UU. en POSEN, Barry (2003) « Command and the Commons: The Military Foundation of U.S. Hegemony», International Security, Vol. 28, Nº 1, pp. 5-46. 6.BARBÉ, Esther (2003) Relaciones Internacionales. Madrid, p. 218 7. HOCKING, Brian y SMITH, Michael (1990) World Politics. An Introduction to International Relations. Nueva York, p. 217. 130 inmaculada marrero rocha dos «tipos ideales» de procesos que pueden manifestarse en distintos grados, que pueden ir, en el caso de conflicto, desde una situación de discordia hasta un enfrentamiento armado y, en el caso de la cooperación, desde una mera coincidencia de intereses hasta una integración de diversos ámbitos de la política estatal bajo la autoridad de instituciones internacionales. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se trata de dos productos relacionales que no son simplemente identificables por varias razones. La evolución de la sociedad internacional ha propiciado una multiplicación de los procesos internacionales y una continua interrelación del conflicto y de la cooperación. Como señalan Braillard y Djalili, la cooperación y el conflicto son procesos que difícilmente pueden encontrarse en estado puro, ya que el conflicto puede provenir de un proceso de cooperación frustrado o derivar en un proceso de cooperación8. Por ejemplo, en el ámbito de los procesos de integración, que constituyen la máxima expresión de la cooperación internacional, se pueden producir serios conflictos de intereses entre actores, principalmente estatales. Al mismo tiempo, la incompatibilidad de intereses puede dar lugar a procesos conflictuales porque resulta imposible adaptar esas incompatibilidades o porque la adaptación a través de la cooperación fracasa. Un ejemplo de este tipo de situaciones puede encontrarse en el programa nuclear norcoreano, que desde la década de los noventa es el centro de la incompatibilidad de intereses de Corea del Norte con EE.UU. y sus aliados en la zona. La desnuclearización de Corea del Norte ha dado lugar a procesos de cooperación, que se han manifestado en la celebración de rondas multilaterales de negociación y hasta en la creación de una organización internacional, hoy fallida, para la gestión del programa nuclear civil norcoreano y, también, a procesos de conflicto que se han materializado en la aplicación de sanciones políticas y económicas a este Estado9. 8.BRAILLARD, Philippe et DJALILI, Mohammad Reza (1989) Les relations internationales, Paris, p. 99. 9.Sobre los primeros momentos de la cooperación internacional ante el descubrimiento del programa nuclear norcoreano en PIGRAU SOLÉ, Antoni (1997) El régimen de no proliferación de las armas nucleares. Madrid, pp. 148-149 y 204-222 y sobre el proceso de negociación actual y las crisis de ese proceso en KOEPKE, Jim (2006) My North Korea Vacation. Nueva York, y CHA, Victor D. y KANG, David C. (2005) Nuclear North Korea. Nueva York,. los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 131 A pesar de la intensidad y de la variedad que han experimentado los procesos en ese continuum cooperación y conflicto, lo cierto es que los primeros son más abundantes que los segundos y se multiplican con mayor facilidad. Sin embargo, los procesos conflictuales tiene una repercusión mediática mucho mayor debido a los daños que ocasionan y a su vez por la estimulación académico-política que provocan. En efecto, la predicción, prevención y análisis del conflicto son cuestiones que obtienen un amplio tratamiento académico-científico, además de una atención política prioritaria. Tampoco hay que olvidar que los procesos conflictuales de gran intensidad que han concluido en grandes guerras suelen cambiar radicalmente la estructura del sistema. Sin embargo, la cooperación acostumbra a acomodarse y promover una estructura sistémica determinada y es la manifestación más común de la actividad de los actores. Evidentemente, la sociedad internacional sustenta un entramado relacional que marca diferencias con respecto a etapas históricas anteriores. El aumento del número de actores estatales, de organizaciones internacionales y de otras categorías de actores ha propiciado un incremento de los procesos internacionales, a la vez que éstos han crecido en intensidad y complejidad. Además, el objeto material de los distintos procesos internacionales se ha ampliado y diversificado enormemente para incluir temas y aspectos que tradicionalmente han sido ámbitos de la política interna de los Estados, blindados por el ejercicio de competencias soberanas, tales como los derechos y libertades de los ciudadanos, la lucha contra la delincuencia, la protección del medio ambiente o la gestión de la inmigración, entre otros. Ello ha tenido como principal consecuencia la ampliación de la agenda internacional de cooperación, como también una internacionalización de los conflictos internos. Este cambio en la naturaleza de los procesos internacionales ha sido interpretado como una consecuencia de un proceso de dimensiones mayores, llamado globalización10, —al que se le atribuyen unos orígenes 10.Como señala García Pérez después del examen de la inabarcable relación de artículos y monografías publicadas sobre globalización, realizada por Rodríguez Manzano y Teijo, llega a la conclusión de que «Se trata de una expresión de moda cuya mera utilización permite acreditar cualquier discurso o justificar cualquier decisión política. Se trata de la expresión más utilizada en los últimos tiempos y, sin duda, la menos definida». En RODRÍGUEZ MANZANO, Irene y TEIJO, Carlos (1999-2000) «Monografías y artículos sobre globalización (1995-1998), Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas, Vol. 1, Nº 1, pp. 153-157. 132 inmaculada marrero rocha casi remotos derivados del proceso de interdependencia gradual que experimenta la sociedad internacional desde su nacimiento, que supone un estadio más de esa interdependencia global— que, en las dos últimas décadas, se ha agudizado y está significando la redefinición y la reestructuración del ejercicio de competencias estatales y una exclusión social en la conducción del proceso a nivel planetario; lo que evidentemente ha tenido eco en las relaciones de cooperación y conflicto que tienen lugar en la sociedad internacional. Por ello, tanto la cooperación como el conflicto serán analizados a la luz del fenómeno de la globalización, capaz de transformar la naturaleza de determinados procesos, a la vez que parece escapar de la esfera de control estatal. 2. LOS PROCESOS DE COOPERACIÓN ANTE EL FENÓMENO DE LA GLOBALIZACIÓN. Los procesos de cooperación constituyen una interacción básica del sistema internacional y, como expone la Profesora BARBÉ, la forma más extrema de cooperación es la integración, aunque algunos autores entiendan los procesos de integración como una «lógica superadora del sistema de Estados»11 . La cooperación es la manifestación predominan- 11.BARBÉ, Esther (2003) Relaciones Internacionales, op. cit., p. 226. Sobre la especificidad del fenómeno de la integración, el Profesor Liñán Nogueras señaló que (...) la especificidad de la integración como sistema de relaciones internacionales, se enfrenta mediante un estudio comparativo de este fenómeno con los de «relaciones hegemónicas» y el de la cooperación que tanto que fenómenos correspondientes a diversas situaciones históricas con condicionantes materiales distintos. Que la entidad del cambio en dichas condiciones en el momento actual es notable intenta estudiarse en un acercamiento a las variaciones introducidas en el contexto económico internacional en el que se hallan los orígenes del fenómeno de integración, variaciones que al no ser iguales para la sociedad internacional, dada la desigualdad existente en la misma, provoca la limitación regional del fenómeno de la integración regionalidad que es, en consecuencia, una característica sustancial del mismo y no una reducción espacial de carácter coyuntural, tal y como en ciertas ocasiones se ha defendido. LIÑÁN NOGUERAS, Diego. J. (1978) La integración: factor de modificación del concepto de soberanía (Contribución a la teoría evolucionista). Granada, p. 9. En 2003, Lake elaboró un estudio sobre la evolución del concepto de soberanía a la luz del proceso de globalización en el que ponía de manifiesto como desde los años ochenta la concepción clásica de la soberanía estaba prácticamente obsoleta y propone una visión constructivista de la soberanía que se fundamenta en la jerarquía los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 133 te de la sociedad internacional, aunque pueda presentarse con distinta intensidad. Por ello, desde el intercambio diplomático más rutinario hasta la creación de una organización internacional en la que los Estados miembros decidan atribuir competencias soberanas a unos órganos supranacionales pueden considerarse procesos de cooperación 12. Además, la promoción de la cooperación para aliviar y superar problemas comunes que no pueden tener un tratamiento de carácter exclusivamente estatal constituye no sólo un deber moral sino, también, una obligación legal, desde el momento en que los Estados miembros de las Naciones Unidas se comprometieron por el Artículo 1.3 de la Carta de San Francisco a Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter, económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión. Por esto, los Estados no suelen negar la necesidad de cooperar ni su predisposición a hacerlo, por el contrario, los fracasos de los procesos de cooperación normalmente se atribuyen a la predisposición de otros a no afrontar la negociación desde la óptica de una redistribución de coste-beneficio equitativos, y sí desde el ejercicio de poder en términos clásico-realistas. De ahí que los procesos de cooperación siempre encierren un potencial conflictual, cuando no existe confianza entre las partes ni reciprocidad de beneficios 13. A pesar de la problemática de las interacciones de cooperación, son muchas las ocasiones en las que existen necesidades e intereses comunes, además de valores compartidos que promueven los procesos de poder en la sociedad internacional (LAKE, David (2003) «The New Sovereignty in International Relations», International Studies Review, Vol. 5, Nº 3, pp. 303-323). 12. HOLSTI ha contabilizado que cada día se producen miles de interacciones entre actores del sistema internacional que tienen un carácter cooperativo. A veces se trata de intercambios técnicos-administrativos que no llegan a tener una gran trascendencia internacional y otras veces son procesos que afectan de manera muy directa a la esfera privada de los individuos con una repercusión internacional notoria. (HOLSTI, Kalevi J. International Politics, op. cit., pp. 378 y ss.) 13.Sobre la interrelación entre los procesos de cooperación y conflicto en un ejemplo práctico, se recomienda GUEST, A. (1995) «Conflict and Cooperation in a Context of Change: A Case of Study of Senegal River Basin», en MACMILLAN, John y LINKLATER, Andrew. Boundaries in Question: New Directions in International Relations. London, pp. 163-175. 134 inmaculada marrero rocha de cooperación entre los Estados. Asimismo, estos procesos han demostrado ser cada día más complejos como consecuencia del aumento del número de actores participantes, el incremento de los ámbitos objeto de la cooperación, además de la diversificación de las características e intensidad del entramado relacional. Ahora bien, parece que el principal factor o motor de la singularidad que están adquiriendo las interacciones de cooperación se debe a un proceso de carácter global y de una complejidad a veces difícil de aprehender, cuya evolución encierra dudas e incertidumbres, llamado globalización 14. Según Randle, la internacionalización, transnacionalización y la globalización son tres momentos de un mismo proceso, que se diferencia por el grado de interpenetración de las actividades económicas y de las economías nacionales en el ámbito mundial. Por ello, la globalización constituye el último grado de un proceso de interdependencia15. Analizar la globalización resulta una labor complicada no sólo por la complejidad inherente al fenómeno sino por el hecho de que sea un 14.Anthony Giddens entiende que la globalización puede definirse como la intensificación de las relaciones sociales a escala mundial que vinculan realidades distantes de tal modo que los acontecimientos locales son modelados por hechos que ocurren a muchas millas de distancia y viceversa (citado en RANDLE, Patricio H. (1999) Soberanía Global: A donde lleva el mundialismo, Madrid, pp. 183-184). Como señala Berta Lerner, la globalización marca el inicio de una etapa en la que un solo sistema económico prevalece en el mundo después de la desaparición del bloque comunista, incluso regímenes como Cuba o, especialmente, China mantienen su autoritarismo pero aceptan, en buena parte, las reglas de apertura capitalistas. Por tanto, se trata de un proceso fascinante, de compleja naturaleza, que se desenvuelve bajo las premisas neoliberales. Si como desarrolló Max Weber el capitalismo nació de la doctrina calvinista, el neoliberalismo es la doctrina de la globalización. El neoliberalismo aboga por la integración de las economías nacionales con base en las leyes de la oferta y la demanda, por la eficiencia individual y por disminuir la intervención del Estado y favorecer la extensión de las fuerzas privadas en el terreno económico y social. Ahora bien, recientemente, el neoliberalismo aboga por un mayor estatismo una vez que se pusieron de manifiesto las dificultades e inconvenientes que se presenta para que las fuerzas privadas puedan cubrir y complejos rubros del área social (educación, salud, vivienda) y pueda desempeñarse a la vez como guías y promotoras de las la economía; en suma, ser juez y parte del proceso económico. (LENER SIGAL, Berta (1999) «Un panorama general de la globalización: Génesis, evolución y perspectivas», Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas, Vol. 1, Nº 1, pp. 11-13 (11-40). 15.RANDLE, Patricio. H. Soberanía Global: A donde lleva el mundialismo, op. cit., p. 63. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define globalización como Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales. los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 135 proceso que sigue desarrollándose a la vez que se examina, por lo que al investigador le resulta arriesgado prever sus derivaciones y sus consecuencias reales. Normalmente, el análisis de la globalización se centra en identificar sus distintas manifestaciones o consecuencias, como la presencia de una red de conexiones entre territorios, personas, capitales, bienes y servicios; la intensificación de las relaciones políticas, económicas y culturales; la existencia de un sistema complejo de dependencia mutua o la formación de la economía global integrada derivada del desarrollo tecnológico y de las comunicaciones 16. El tratamiento de la globalización se realizará desde la perspectiva de su incidencia en los procesos de cooperación, obviando un análisis completo del fenómeno en sí, de su origen y de sus distintas dimensiones que, por otra parte, siguen siendo objeto de un amplio tratamiento desde el punto de vista de muy diversas disciplinas científicas 17. Siguiendo las reflexiones de la profesora García Picazo, la consecuencia más visible de la globalización es una aceleración económica y transformación tecnológica que afecta al modo de vida de los individuos, penetrando en los Estados y condicionando las estructuras de poder nacionales y los modos de actuación estatales 18. Además, también produce un traslado de lo público a lo privado, haciendo que el propio Estado deje de controlar ámbitos de la vida económica, social, cultural y política que supuestamente deben estar bajo su regulación, pero que no puede gestionar a través de los mecanismos tradicionales de control y de regulación19. Evidentemente, desde el punto de vista estatal, estos 16.AXTMANN y GRANT señalan que la globalización es un proceso multifacético que se manifiesta de diversas formas: intercambio económico, innovación tecnológica, turismo global, migración masiva, investigación global en materia nuclear, medioambiental y riesgos para la salud (AXTMANN, Roland. y GRANT, Robert (2000) «Living in a Global World. Globalization and the Future of Politics» en Trevor C. Salmon (ed.) Issues In International Relations. Londres, pp. 25-54). 17.Véanse, entre otros, McGREW, Anthony. G. y LEWIS, Paul. G. (1992) Global Politics. Cambridge. 18. GARCÍA PICAZO, Paloma (2000) ¿Qué es esa cosa llamada Relaciones Internacionales?. Madrid, p. 78. 19.En muchos medios de comunicación se ha calificado a la globalización como un fenómeno irremisible ya que «la integración de las economías nacionales ha cambiado el modo en el que funciona el mundo», Sin embargo, The Economist ha puesto de manifiesto que los Estados no soportarán las presiones de la globalización y tarde o temprano frenarán el proceso utilizando todos los medios a su alcance. La presión por competir erosionará la 136 inmaculada marrero rocha efectos pueden considerarse ampliamente negativos. No obstante, autores como Ortega Carcelén han querido ver principalmente los aspectos positivos de esa globalización, como son la modernización económica, el progreso tecnológico y científico, la tutela universal de los derechos humanos y el aumento de la cooperación, además de una mayor regulación internacional20. En mi opinión, el análisis de la globalización desde la perspectiva de las Relaciones Internacionales no debe circunscribirse únicamente a elaborar un elenco de consecuencias positivas o negativas, sino debe hacerse atendiendo a la afectación de fondo de la característica fundamental de la sociedad internacional: el ejercicio de las competencias soberanas de los Estados en sus relaciones exteriores, y cómo esto ha repercutido en la elaboración de la agenda global de cooperación o las diferencias de las interacciones de cooperación entre las diversas regiones del globo. Por ello, el fenómeno de la globalización no conlleva una amenaza material al ejercicio de la soberanía estatal proveniente de otros Estados con mejores atributos de poder, lo que sí hace es alterar el principio organizador del sistema interestatal en funcionamiento desde la aparición del Estado moderno21. capacidad de los gobiernos de diseñar sus propias políticas económicas (...) Se dirá que la libertad absoluta no existe —ni tampoco la soberanía total— pero una cosa es aceptar recortes explícitamente mediante acuerdos y otra recibir presiones de lobbies globales imposible de resistir (The Economist: «On the World», 18 de octubre de 1997, p. 79). 20. Muchas controversias entre Estados siguen sin resolverse, pero la consolidación de la Unión Europea en un continente que dió lugar a dos guerras mundiales es un ejemplo de integración regional admirado en todas partes. Se siguen dando violaciones de derechos humanos pero la acción de las ONG, la transparencia que ofrecen los medios de comunicación, la vigilancia de Naciones Unidas y otros organismos internacionales hacen que esas transgresiones sean cada vez más difíciles. A pesar de los problemas que conlleva, la globalización económica constituye una fuerza de progreso que está sacando de la miseria a millones de personas. En ORTEGA CARCELEN, Martín (2006) Cosmocracia. Política global para el S.XXI. Madrid, p. 10. 21.Como expone HINOJOSA, es necesario abandonar el concepto clásico de soberanía estatal, ya que el Estado soberano se identifica cada vez con el ejercicio de una serie de competencias funcionales. Esta concepción aparece como consecuencia de que las capacidades del Estado-nación para liderar un modelo social y político se cuestionen ante el fenómeno de la globalización, que ha erosionado lo que son atributos tradicionales de la soberanía estatal (HINOJOSA MARTÍNEZ, Luis Miguel (2005) «Globalización y Soberanía de los Estados», Revista Electrónica de Estudios Internacionales, Nº 10, (www.reei.org). los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 137 Fulvio Attiná ha señalado cómo la preeminencia del Estado como sistema político se encuentra sometida a una serie de fuerzas corrosivas que transforman y redefinen sus capacidades y competencias en el marco interno y en el plano internacional22. A partir de ahí, se produce una colisión entre la estructura tradicional estatocéntrica y las consecuencias derivadas de la globalización, como la aparición de nuevos actores y la multiplicación de procesos internacionales cada vez más complejos23. En este sentido, las teorías de la interdependencia derivadas del paradigma globalista ponen de manifiesto el declive del Estado en su papel de único protagonista y los estructuralistas señalan el nacimiento de subsistemas regionales que ahondan las diferencias entre el primer mundo y el mundo desarrollado, desde que esa interdependencia no se presenta con la misma intensidad en todas las partes del planeta, con lo que los efectos del proceso no son los mismos para todas las sociedades 24. Por ello, una manera genérica de entender la globalización es considerarla como un proceso de creación de un sistema de dimensiones mundiales en el que ningún acontecimiento, proceso o acción significativa queda circunscrita el área geográfica en que ha tenido origen y viceversa. Acontecimientos, procesos y acciones al nivel global del sistema repercuten deliberada o involuntariamente sobre todos los sistemas locales, aunque no de la misma forma25. 22.Según ATTINÁ, el análisis de la globalización debe realizarse desde una doble vertiente: 1) entender y explicar la naturaleza de los cambios a los que se refiere el término globalización y 2) identificar y explicar los cambios que la globalización produce en la política (en la economía, en la seguridad, en las reglas del juego, etc) ATTINÁ, Fulvio (2001) El sistema político global. Introducción a las Relaciones Internacionales. Barcelona, p. 157. 23. GARCÍA PICAZO , Paloma (2006) Teoría Breve de Relaciones Internacionales. Madrid, p. 71. 24.Sin embargo, autores como Ruggie han puesto de manifiesto como la gobernanza privada produce sólo soluciones parciales (a la demanda de la ciudadanía) lo que está favoreciendo la vuelta del sector público. En RUGGIE, John Gerard (2003) «Taking Embedded Liberalism Global: The Corporate Connection», en HELD, David. y KOENING-ARCHIBUGI, Mathias. Taming Globalization: Frontiers of Governance, Cambridge, pp. 27 y ss. Véase también, JAHN, Detlef. (2006) «Globalization as Galton’s Problem: The Missing Link in the Análisis of Diffusion Patterns in Welfare State Development», International Organization, Vol. 60, Nº 2, pp. 401-431. 25.ATTINÁ, Fulvio. Ibid., p. 160. 138 inmaculada marrero rocha Otra de las formas en la que el Estado ha visto afectado el ejercicio de competencias soberanas a nivel interno ha sido sin duda, como señala David Held, el hecho de que los gobernantes tomen decisiones en el marco de organizaciones internacionales que no están sometidas a un control democrático26. A partir de ahí, la ciudadanía empieza a observar que la creación de diversos regímenes internacionales, que tienen como principal objetivo regular la cooperación para atender a las necesidades e intereses de los individuos que los Estados no puede satisfacer en el plano individual, suponen trasladar ámbitos de la vida política, económica y social que se encontraban en una régimen de decisión y control democrático a instancias en las que las decisiones no se adoptan a través de estos parámetros y escapan a cualquier participación, directa o indirecta ciudadana. Y, aunque los Estados intentan buscar soluciones legislativas y administrativas internas, la economía mundial anula las posibilidades de políticas económicas autónomas y condiciona otras facetas de la vida estatal. Ante esta situación, muchos como Ortega Carcelén se han aventurado a afirmar la viabilidad de un sistema político más amplio en el que se legitimen democráticamente las decisiones, en definitiva, una democracia a nivel mundial que desarrolle un sistema de derechos y valores27. Sin embargo, el diseño, las características y la viabilidad de este tipo de proyecto global todavía se encuentran poco desarrollados, tanto en un plano teórico como en el ámbito político. Las diferencias entre Estados y regiones, las diversidades entre regímenes y sistemas políticos estatales y, también, entre los valores de la ciudadanía constituyen el contrapunto de las propuestas a favor de un sistema político global 28. 26. HELD, David (2002) La democracia y el orden global: del Estado moderno al gobierno cosmopolita. Barcelona. 27.Ortega Carcelen propone la realización de un sistema político mundial llamado «cosmocracia», basándose en los siguientes presupuestos: el desarrollo y el progreso que ha sufrido una buena parte de la sociedad internacional es innegable, la democracia es el sistema político más extendido, el uso de la fuerza armada ha disminuido en los últimos años, las organizaciones internacionales han aumentado su peso y los individuos pueden identificarse con entidades trasnancionales (ORTEGA CARCELEN, Martín. Cosmocracia. Política global para el S.XXI, op. cit., pp. 280 y ss). 28.Véase HIRST, Paul y THOMPSON, Graham (1996) Globalization in Question: The International Economy and the Possibilities of Governance. Cambridge,. los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 139 2.1. Las nuevas amenazas para la paz y la seguridad internacional y el desarrollo de una agenda global de cooperación. Una de las manifestaciones más claras del fenómeno de la globalización ha sido la progresiva inhabilidad del Estado para satisfacer individualmente las necesidades de la ciudadanía y el hecho de que cada vez sean más los ámbitos que escapan a su control y regulación 29. Y, en ese contexto, la cooperación internacional aparece como única alternativa para que los poderes públicos puedan ofrecer a la ciudadanía una serie de condiciones políticas, económicas, sociales y culturales aceptables. Por tanto, la concertación y la cooperación en el marco de las organizaciones internacionales se realizan sobre la base de la existencia de una serie de problemas comunes que afectan a un número significativo de Estados. Al conjunto de cuestiones objeto de la cooperación internacional se las denomina la «agenda internacional». * Durante el período bipolar la agenda de cooperación internacional estaba fuertemente influenciada por la necesidad de hacer frente a amenazas clásicas para la integridad territorial y la independencia política de los Estados, a la vez que procurar que las tensiones entre los bloques no concluyesen con un enfrentamiento nuclear. Por otra parte, la fractura ideológica Este-Oeste propició la aparición de agendas de cooperación internacional que tenían un carácter claramente «regional» y que respondían a las necesidades y a los modelos de cooperación política y económica defendidos por cada bloque. Los procesos internacionales de cooperación se reducían a las negociaciones en materia de control de armamento y desarme que, en definitiva, a pesar de estar auspiciados, en ocasiones, por organizaciones internacionales y respaldadas por otros Estados, se dirimían principalmente entre EE.UU. y la URSS30. Otros intentos de ampliar y diversificar la agenda de cooperación internacional quedaron prácticamente relegados o pospuestos, como fue el caso de grupos de países en vías de desarrollo y sus propuestas de crear un Nuevo Orden 29.SASSEN, Saskia (1996) Losing Control? Sovereignty in an Age of Globalization. Nueva York. * .Nota editores (N.E.) Véase el capítulo Otra Economía para hacer posible la Paz. 30.Sobre el protagonismo de EE.UU. y la URSS en los procesos de cooperación durante la Guerra Fría y las diferencias con la situación actual, véase CAREY, Roger (2000) «The Contemporary Nature of Security», en SALMON, Trevor C. (ed.) Issues In International Relations. Londres, pp. 55-75. 140 inmaculada marrero rocha Económico Internacional distinto del que se había instaurado a partir de la Conferencia de Bretton Woods, que se había mostrado ineficaz para procurar el desarrollo económico y social global y equitativo. Esta propuesta no consiguió una acogida mayoritaria, además de que encontró la negativa de las economías capitalistas occidentales. En términos generales, la agenda de cooperación internacional durante la Guerra Fría respondía a problemas que se originaban en partes concretas del planeta y de los que podía responsabilizarse directamente a un grupo concreto de Estados. Además, la solución o el tratamiento del problema no solía ser una cuestión de responsabilidad compartida. En la actualidad, sin embargo, el proceso de globalización ha cambiado la agenda de problemas del sistema global, fundamentalmente porque la conservación de la soberanía y de la integridad territorial han dejado de estar amenazadas inminentemente, y porque problemas claves de la cooperación internacional que tuvieron una influencia fundamental después de la II Guerra Mundial, como el establecimiento de unas reglas del comercio internacional y para los intercambios financieros, han cedido espacio ante cuestiones como la elaboración de reglas para la convivencia social, la protección de los derechos humanos, la protección de la biosfera, los problemas de subdesarrollo o la reglamentación de la protección de los recursos naturales, que ya acaparan gran parte de las interacciones internacionales y son los protagonistas de las demandas de grupos no gubernamentales y de la opinión pública 31. 31.La profesora Barbé ha recogido las diferentes nociones que, dentro de la lógica de la seguridad compartida, se han desarrollado en los últimos años por diferentes autores, así encontramos los conceptos de comunidad de seguridad, integrado por un grupo de personas que se han integrado con el fin de evitar entre ellos las luchas físicas; régimen de seguridad, que representaría las reglas, principios y normas que permiten a los estados refrenarse en su comportamiento, con la creencia de que los demás harán lo mismo, lo que según su autor beneficiará la cooperación en el largo plazo; complejo de seguridad, que aplicable a los niveles regionales se define como un grupo de Estados, cuyas preocupaciones en materia de seguridad los vinculan entre sí, de tal forma que no es posible considerar sus seguridades nacionales las unas al margen de las otras; por último, encontramos sistema de seguridad el cual está muy relacionado con el anterior, de hecho su sentido es equivalente, sólo que éste, se usa en espacios institucionalizados. (BARBÉ, Esther (1995) La Seguridad en la nueva Europa, pp. 41- 45 y en BARBÉ, Esther y ORIETA, Perni (2001) «Más Allá de la Seguridad Nacional» en DE CUETO, Carlos y JORDÁN, Javier (coords): Introducción a los Estudios de Seguridad y Defensa. Granada, pp. 19–32, donde además recoge los conceptos de seguridad compartida y seguridad global). los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 141 La inclusión de este tipo de asuntos o cuestiones en la agenda de cooperación internacional es consecuencia directa de una ampliación del concepto de seguridad internacional que supera la concepción estrictamente nacional y territorial que dominó todo el período de la Guerra Fría. Hoy en día la seguridad se entiende como la consecución y mantenimiento de unas condiciones apropiadas para el desarrollo normal y el progreso en la vida socio-económica y política de la comunidad nacional, para lo cual los Estados se preocupaban de llevar a cabo actuaciones capaces de incidir en los ámbitos económicos, social, cultural y medioambiental, a través de la realización de políticas internas y de la cooperación internacional 32. 32. Han surgido diversos conceptos que ponen de manifiesto el carácter multidimensional de la seguridad como: a) Seguridad Militar: necesidad de hacer frente a las amenazas militares tanto internas como externas y la capacidad de hacer frente a amenazas que no son militares como las migraciones masivas, el crimen organizado o el terrorismo a través principalmente de instrumentos militares; b) Seguridad Económica: capacidad de acceder a los recursos económicos y financieros necesarios y a los mercados para mantener unos niveles aceptables de bienestar y de desarrollo de la sociedad nacional; c) Seguridad de la sociedad o identitaria: capacidad de las sociedades para hacer frente a las amenazas o riesgos que pueden afectar a su cultura o a su identidad social (despoblación, migraciones, genocidios, plagas, guerras, etc); d) Seguridad Medioambiental: capacidad para mantener la biosfera local y planetaria en las condiciones necesarias para que sea soporte físico de la existencia humana (puede dañarse por las guerras, fenómenos naturales, actuación deliberada del hombre, accidentes, etc.); e) Seguridad Humana (concepto gestado por el PNUD en su informe sobre desarrollo humano de 1994), que es un concepto mucho más amplio que se refiere a la seguridad de las personas en sus vidas cotidianas, que se alcanza no mediante la defensa militar de las fronteras de un país, sino con la consecución del desarrollo humano, es decir, garantizando la capacidad de cada cual para ganarse la vida, satisfacer sus necesidades básicas, valerse por sí mismo y participar en la comunidad de forma libre y segura. Gran parte de los conflictos actuales no son causados por agresiones externas, sino en gran medida por factores políticos, económicos y culturales de carácter interno (quiebra del Estado, de la economía, exacerbación étnica, actuación de los señores de la guerra, etc.) por lo que resulta poco útil la defensa armada de las fronteras, el análisis geopolítico de los conflictos, el interés nacional de los Estados y el equilibrio militar entre ellos; f) Seguridad regional: la coincidencia de valoraciones y concepciones sobre el contenido del concepto de seguridad han propiciado que en diversas partes de globo se esté creando un concepto de seguridad colectiva regional frente a la subordinación del concepto de seguridad a una perspectiva de carácter nacional como ha sucedido en épocas anteriores en las que las instituciones internacionales como la OTAN, la UEO, etc. eran valedoras de una perspectiva de la seguridad más ligada al conflicto, la guerra y la utilización exclusiva de instrumentos militares. Para ello era necesario compartir una serie de valores e intereses y tener una voluntad común de protegerlos y de prevenirlos colectivamente. Hoy en día el concepto de la seguridad de algunas regiones 142 inmaculada marrero rocha Después del fin de la bipolaridad se han hecho más significativas una serie de circunstancias, que hoy se consideran nuevas amenazas para la paz y la seguridad internacional que perturban el desenvolvimiento normal de las condiciones socio-económicas y políticas de un Estado, provocando una importante transformación en los términos de seguridad y defensa, lo que ha conducido a una confusión tanto en el contenido como en la delimitación entre ambos. La confusión aparece en el momento en el que para hacer frente a las «nuevas amenazas» para la seguridad se recurre a instrumentos de carácter militar, que han estado ligados tradicionalmente a las cuestiones estrictamente de defensa territorial. No hay que olvidar que la identificación de las amenazas y los riesgos para la seguridad ha estado siempre condicionada a los determinantes internos de los Estados (factores físicos, económicos-sociales, político-estructurales, humanísticos y culturales) y a la distribución del poder, las características de la sociedad y el sistema internacional del momento 33. La multidimensionalidad del concepto de seguridad actual es clara consecuencia del desarrollo y extensión de los sistemas políticos liberales y las economías de mercado, la aparición de otros actores en las Relaciones Internacionales y los procesos de interdependencia y globalización. Ahora bien, las características de algunos Estados y las circunstancias regionales no se elabora de la misma manera que en otras, sobre todo por la diversidad de valores y de los instrumentos que se diseñan para hacer frente a las amenazas para la seguridad. En los últimos años, el concepto de seguridad hemisférica está acaparando el debate en el seno de la OEA, donde la mayoría de los Estados quieren hacer valer los aspectos más humanos y sociales de la seguridad y la cooperación internacional como principal instrumento, en contraposición con la agenda de seguridad norteamericana. El autor que más ha trabajado las principales dimensiones de la seguridad; militar, económica, de la sociedad y medioambiental, además de tratar los problemas que plantea la seguridad tras el fin de la guerra fría, véanse entre otras en Barry Buzan. Véase BUZAN, Barry New patterns of global security in the twenty-first century. International Affairs, Jul 91, Vol. 67 Iss 3, pp. 431-452, BUZAN, Barry, WÆVER, Ole y DE WILDE, Jaap (1998) Security. A New Framework for Analysis. London, BUZAN, Barry y WÆVER, Ole. Regions and Powers. The Structure of International Security. Cambridge. 33.Para una mejor comprensión de los procesos para determinar las amenazas y los riesgos para la seguridad véase: SÁNCHEZ, Javier (1999) El Debate de Seguridad (1980 – 1997). Barcelona. pp. 51–64. Aunque quizás Buzan B. ofrece una mejor explicación de cómo se lleva a cabo este proceso atendiendo a los condicionamientos propios de los diferentes Estados, gracias al concepto de segurización, BUZAN, Barry y WÆVER, Ole (2003) Regions and Powers. The Structure of International Security, Cambridge, pp. 23–45. los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 143 concretas siguen marcando distancias entre las concepciones de seguridad predominantes en algunas zonas del planeta. En efecto, no existe una coincidencia entre el concepto de seguridad y la identificación de las amenazas por parte de los Estados de Europa Occidental y los Estados de la región del Magreb, Oriente Medio o del Sudeste Asiático. Incluso, si comparamos las estrategias de seguridad de los EE.UU. en septiembre de 2002 y marzo de 2006 y la de la propia Unión Europea34, podremos apreciar diferencias en cuanto a la jerarquía de amenazas por su peligrosidad y, sobre todo, por los instrumentos que cada una propone para hacerles frente. Por tanto, hay Estados que aún siguen manteniendo una concepción muy nacional de la seguridad y desarrollan una política exterior donde predomina la defensa y la prevención a través del uso de instrumentos militares que acaban por generar políticas que refuerzan el papel de los ejércitos y de la industria de armamentos, como EE.UU., Corea del Norte o Irán, cada uno por circunstancias distintas. Mientras que otros, como el Reino Unido, son capaces de combinar un concepto de seguridad tradicional con un concepto más actual. La elaboración de una agenda global de cooperación es evidentemente una construcción de los Estados de la sociedad internacional. Pero, la diferencia entre la situación actual y la anterior radica en que la desaparición de la amenaza territorial inmediata y del enfrentamiento Este-Oeste35 han propiciado que cada vez más Estados pertenecientes 34.A National Security Strategy, The White House, September, 2002 y National Security Strategy, White House, March 2006. Mientras que en el caso de la UE priman las estrategias preventivas y la utilización de instrumentos económicos y políticos-diplomáticos, en el caso de EE.UU nos encontramos con un importante predominio de los instrumentos militares de carácter curativo (Estrategia de Seguridad Europea, Una Europa segura en un mundo mejor, Consejo de la Unión Europea, 12 de diciembre de 2003). 35.En este sentido, algunos parecen confirmar la tesis de expuesta en FUKUYAMA, Francis (1992) El fin de la historia y el último hombre. Barcelona. Sin embargo, el propio Fukuyama en una reciente entrevista realizada por Pavlos Papadopoulos, contestaba a la pregunta de ¿Existen aspectos de la globalización que pueden llevar a una homogeneización aún mayor? de la siguiente manera: Creo que simultáneamente va a ocurrir una homogeneización y una afirmación de las identidades culturales. En términos de las instituciones económicas y políticas, las culturas son cada vez más homogéneas, puesto que no existen muchas alternativas. Ya no es posible tener un cierto nacionalismo económico «peronista» o un cierto tipo de socialismo. Dada la naturaleza de la economía global, sólo existe una cierta cantidad de maneras en que un sistema político o económico puede ser organizado, ser viable y competitivo. Para llegar a ser una sociedad avanzada, un país tiene que ser 144 inmaculada marrero rocha a ámbitos geográficos distintos coincidan en la necesidad de incluir en una misma agenda internacional una serie de problemas y cuestiones que tienen una dimensión global.36 A esto hay que añadir, como acelerador del proceso de construcción de una agenda global, el hecho que otros actores y fuerzas trasnacionales de origen privado cuenten con mejores instrumentos para hacer valer sus demandas en el marco de organizaciones internacionales e influenciar la voluntad estatal, para que la cooperación internacional no se circunscriba únicamente a cuestiones relacionadas democrático y tiene que estar conectado al mercado global. En relación con esto, existe una mayor homogeneización de las instituciones y de las ideologías. En el nivel cultural, no está claro que la homogeneización proceda tan rápido. En cierto sentido, existe una resistencia a la homogeneización cultural. Se pone de manifiesto cómo las reacciones ante la homogenización que provoca la globalización también han sido confirmadas por el autor que predijo un mundo sin política y homogéneo después del final de la Guerra Fría. 36.Las principales amenazas a la seguridad nacional e internacional por los altos niveles de violencia que conllevan y el grado de peligro que implican para toda la sociedad internacional son: el terrorismo, el narcotráfico, los fundamentalismos y extremismos antidemocráticos, el contrabando de armas, materiales y sustancias críticas, la proliferación y el descontrol de las armas de destrucción masiva, el desarrollo y la transferencia irresponsable e ilegal de las tecnologías sensibles de doble uso y algunos tipos de delitos de la criminalidad organizada. Otros problemas como los procesos migratorios y la situación de los refugiados, el crecimiento excesivo de la población frente a la falta de desarrollo de las economías nacionales y la degradación de los sistemas ecológicos y del medio ambiente, no sólo son considerados factores de riesgo para los países y la comunidad internacional, sino que también son asumidos como amenazas al desarrollo humano y la calidad de vida del hombre, en todos los lugares del mundo. Es cierto que estos peligros generalmente no comprometen seriamente la integridad territorial y la soberanía de los Estados, aunque sí afectan el normal funcionamiento de las instituciones democráticas y el regular desarrollo de las economías nacionales, afectando a los derechos y la calidad de vida de las personas. En definitiva, las nuevas amenazas no sustituyen a las tradicionales amenazas militares, coexisten con ellas con la diferencia de que las nuevas amenazas se manifiestan de diferentes formas, intensidad y consecuencias, de acuerdo con sus características intrínsecas y según las condiciones de fortaleza del país o región en los que inciden. Además, a pesar de que resulta posible hacer diferencias conceptuales entre riesgos y amenazas, todas las amenazas conllevan algún tipo de riesgo y los riesgos de alta peligrosidad pueden ser considerados amenazas, aunque sea difícil identificar a los sujetos que las provocan. Aunque la clasificación de los nuevos riesgos o amenazas puede resultar extremadamente compleja, podrían organizarse a nivel de dimensiones: Militares (proliferación de armamentos, ataques de ejércitos o guerrillas irregulares), delictivas (terrorismo, narcotráfico, corrupción, tráfico de armas, de personas, delitos económicos, etc.), ecológicas (degradación los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 145 con la estricta esfera del interés nacional37. La agenda internacional se ha convertido en una agenda global, desde el momento en que se entienden por problemas o cuestiones globales aquellas que, en primer lugar, tienen un origen que no se puede atribuir claramente a uno o varios territorios nacionales concretos, como el terrorismo internacional, el crimen internacional organizado, la pobreza, o el agujero de la capa de ozono. En segundo lugar, tienen efectos globales porque no respetan las fronteras nacionales, como las migraciones masivas, las olas de refugiados o la degradación medioambiental. Y, por último, necesitan una solución global que se llegue a materializar en un régimen internacional que escape del control y de la administración estrictamente estatal. Evidentemente, la agenda global no es una cuestión zanjada sino que es objeto de una gran polémica tanto por lo que se refiere a su determinación como respecto a su desarrollo. Son muchos los intereses en juego a la hora de fijar el contenido de la agenda de cooperación. Por ejemplo, en el caso de las organizaciones internacionales, el hecho de que la solución de problemas o cuestiones internacionales necesite de una respuesta global, que sólo puede articularse en el marco de la cooperación internacional, les ha otorgado un importante incremento en el volumen de sus actividades y mayor protagonismo internacional. A partir de ahí, las organizaciones internacionales dejan de ser un mero foro de concertación y negociación interestatal para desarrollar cada vez más funciones que escapan de un control total interestatal, lo que refuerza su autonomía y su influencia en los procesos internacionales. En efecto, organizaciones como la OTAN han redefinido sus funciones medioambiental, catástrofes ecológicas), económicas (crisis económicas), social (migraciones, crecimiento excesivo de la población, exclusión social generalizada, fundamentalismos y extremismos antidemocráticos) y política (falta de libertades, carencia de democracia, corrupción política). SAINT-PIERRE, Héctor Luis (2003) «Reconceptualización de las nuevas amenazas: de la subjetividad de la percepción a la seguridad cooperativa», en Nuevas Amenazas; LÓPEZ, Ernesto y SAIN, Marcelo F. (compiladores). Buenos Aires; PERRY y CARTER han realizado una clasificación de peligros o riesgos que afectan a EE.UU., distinguiendo entre riesgos de tipo A, que amenazan toda la supervivencia occidental; riesgos de tipo B, que suponen desafíos inminentes pero no riesgos estratégicos, y de tipo C, que son las crisis internacionales que no afectan directamente a Occidente pero pueden condicionar sus intereses. (En CARTER, Ashton B. y PERRY, William J. (1999) Preventive Defense: A New Security Strategy for America. Washington D.C., pp. 11-15). 37.Rourke desarrolla el contenido de la agenda global de los últimos años en ROURKE, John T. (2000) International Politics on The World Stage, Burr Ridge, pp. 389-550. 146 inmaculada marrero rocha como consecuencia del final de la Guerra Fría, ampliando su ámbito geográfico y funcional de actuación38. Igualmente, la gestión de crisis internacionales en el ámbito de Naciones Unidas ha experimentado un crecimiento y una diversidad funcional sin precedentes. Además, la adecuación fáctica del sistema de seguridad colectiva de Naciones Unidas ha diversificado enormemente las decisiones del Consejo de Seguridad, que suponen la imposición de medidas coercitivas dirigidas a particulares —embargo de cuentas bancarias, restricciones de movimientos o elaboración de listas de terroristas internacionales—39. Las organizaciones no gubernamentales también han visto incrementado su protagonismo internacional como consecuencia del carácter global de la agenda de cooperación internacional. El carácter no gubernamental de las ONGs les ha proporcionado un cierto margen de libertad a la hora de identificar los temas que necesitan un tratamiento y una solución global. Al mismo tiempo sus opiniones y presiones se respaldan en una legitimidad moral y ética que les presupone la opinión pública internacional, al considerarles en cierta medida el mejor de los medios para transmitir el punto de vista de la ciudadanía y para identificar las necesidades de los individuos y el origen de problemas como la pobreza, las violaciones de los derechos fundamentales o la degradación medioambiental 40. 38. GARDNER, Hall (2004) Nato and the European Union: New World, New Europe, New Treats. Aldershot; FRANTZEN, Henning A. (2005) NATO and the Peace Support Operation: 1991-1999. Nueva York, y BONO, Giovanna (2003) NATO’s Peace Enforcement, Task and Policy Communities. Aldershot. 39. WET y NOLLKAEMPER analizan las posibilidades de que tribunales nacionales revisen la legalidad de la Resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que pueden entrar en conflicto con el Derecho Internacional de los Derechos humanos, en el caso de la imposición de sanciones de carácter económico contra particulares sospechosos de estar relacionados con el terrorismo internacional (DE WET, Erika y NOLLKAEMPER, André (2002) «Review of Security Council Decisions by Nacional Courts», German Yearbook of International Law, Vol. 45, pp. 166-202. ROSAND califica al Consejo de Seguridad como un «legislador global» a la luz de las resoluciones que imponen obligaciones a los Estados miembros para prevenir actos terroristas internacionales y las sospechas la legalidad y legitimidad de este tipo de decisiones (ROSAND, Eric (2005) «The Security Council As «Global Legislador»: Ultra Vires or Ultra Innovate?», Fordham Internacional Law Journal, Vol. 28, Nº 3, pp. 542-590. Véase, también, GOWLLAND-DEBBAS, Vera (ed.) (2004) Nacional Implementation of United Nations Sanctions, The Hague/Leiden). 40.Joaquín Estefanía señala algunas de las demandas de los ciudadanos que intentan transformar la agenda global para hacerla más humana: (...) no a los programas del FMI y del BM, que perjudican a los más pobres; no a la contaminación, motivada por un los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 147 La intervención de los Estados en la determinación de la agenda de cooperación global es crucial, aunque la cuestión más importante reside en el hecho de que no todos los Estados la aceptan por igual y tampoco todos participan de la misma forma en las soluciones que se ofrecen a esos problemas o cuestiones globales. Resulta difícil encontrar opiniones oficiales que no admitan la degradación medioambiental como un problema que afecta a toda la sociedad internacional en su conjunto y que, por lo tanto, necesita de la cooperación internacional. Pero, sin embargo, existe una serie de circunstancias que hace difícil que el desarrollo y ejecución de la agenda global disfrute del mismo consenso que su fijación o determinación por varias razones. En primer lugar, la filosofía que inspira las estrategias y actuaciones de Estados, organizaciones internacionales y muchas de las ONGs para aplicar la agenda de cooperación son claramente occidentales, lo cual suscita un serio rechazo por parte de los Estados que no comparten esos principios o las ONGs que denuncian la injusticia de las estructuras económicas internacionales, basadas en la expansión de una filosofía económica liberal como la principal causante de la pobreza, la desigualdad y el origen de muchos conflictos. En segundo lugar, hay Estados que siguen manteniendo unos esquemas territoriales para hacer frente a sus necesidades nacionales y se muestran desconfiados ante las medidas que se adoptan en sedes internacionales y los efectos para el ejercicio de sus competencias soberanas. Además, normalmente, se trata de Estados que están excluidos de los principales foros de cooperación internacional por las características de sus regímenes o por su no aceptación de determinadas normas internacionales, que en principio parecen contrarias a sus intereses nacionales o a los objetivos que se han marcado en el plano internacional. Se trata de los «Estados gamberros»41, así calificados por EE.UU. Ahora bien, también modelo de desarrollo incontrolado; no al pago de la deuda externa, que impide crecer a los países afectados por los créditos; no a la opacidad y la falta de transparencia de instituciones como la OMC (ESTEFANÍA, Joaquín (2002) Hijo/a. ¿Qué es la globalización?. La primera revolución del siglo XXI. Madrid, p. 74). 41.El calificativo de Estados gamberros ha sido recogido en documentos oficiales del Departamento de Defensa norteamericano como las estrategias de seguridad de septiembre de 2002 y la de marzo de 2006. Ahora bien, autores como Noam Chomsky han reaccionado ante este tipo de calificativos y con gran ironía comparan las características que presentan estos Estados para ser calificados como gamberros con las de EE.UU. llegando a conclusiones bastante irónicas sobre la condición de Estado gamberro que también tiene 148 inmaculada marrero rocha EE.UU. ha sido calificado como Estado gamberro porque sus objetivos en la lucha contra el terrorismo internacional le han llevado a inflingir normas de derecho internacional42. Por último, existen Estados que siguen manteniendo necesidades de seguridad dentro de parámetros territoriales clásicos porque son objetivo claro de amenazas serias para su integridad territorial o independencia política, por lo que las amenazas globales no son una prioridad de sus políticas exteriores, y en la práctica se resisten a participar en iniciativas de cooperación global. Son Estados, como Corea del Norte o Irán, que se sienten fuertemente amenazados ya que sus programas nucleares, militar en el primer caso y todavía civil en el segundo, suscitan una reacción contraria por parte de organizaciones internacionales como Naciones Unidas o Estados como EE.UU. y sus aliados por lo que no descartan la posibilidad de que se apliquen sanciones o que se tomen medidas coercitivas militares que puedan poner en peligro su integridad territorial e independencia política 43. En definitiva, la determinación y el desarrollo de la agenda global de cooperación es producto de una dialéctica entre la estructura del sistema internacional y las demandas que provienen fundamentalmente de foros e instituciones de cooperación internacional, ONGs y opinión pública, que provocan en muchas ocasiones la reacción de los Estados contra la modificación de los objetivos y características de los procesos de cooperación a nivel internacional, que puede redundar en una erosión de la estructura de poder existente en el sistema internacional. Por tanto, el acercamiento al análisis de la cooperación en el ámbito de las Relaciones Internacionales no debe nunca desentenderse de la dialéctica que subyace al diseño de los objetivos y de la naturaleza del entramado relacional de la cooperación. EE.UU (CHOMSKY, Noam (2000) Rouge State: A Guide for the World’s Only Superpower. Monroe). 42.Sobre la respuesta en términos bélicos al terrorismo internacional y los riesgos que ello entraña para el ordenamient jurídico internacional, en RAMÓN CHORNET, Consuelo (2005) «Derechos y libertades ante las nuevas amenazas a la seguridad internacional», en RAMÓN CHORNET, Consuelo (ed.), Derechos humanos y libertades ante las nuevas amenazas a la seguridad global. Valencia, pp. 233-255. 43.FOOT, Rosmary, MACFARLANE, S. Neil y MASTANDUNO, Michael (2003) US Hegemony and Internacional Organizations, Nueva York. los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 149 2.2. La especialización y fragmentación de la cooperación en los sistemas regionales La difusión del pensamiento económico liberal ha dado lugar a que muchos Estados, según Rosencrance44, prefieran redimensionarse y conquistar mercados en vez de territorios, dando lugar al Estado comerciante, que, a pesar de revestirse de ideales democráticos, persigue la expansión territorial a través del intercambio comercial. Este fenómeno que algunos han convenido en llamar desterritorialización constituye una de las principales consecuencias de la globalización. A pesar de haber sido promovida a nivel estatal, ha caído en buena parte bajo el control de las empresas, cuyas sedes sociales se encuentran en los territorios de Estados con economías de mercado desarrolladas y utilizan las infraestructuras nacionales para aumentar su presencia internacional y maximizar beneficios. Cuando la expansión económica empieza a erosionar la soberanía nacional a la vez que las condiciones políticas, económicas y sociales empiezan a presentar la misma línea de evolución aunque a ritmos diversos, los ámbitos locales reaccionan ante esa tendencia de homogeneización de la vida social y buscan elementos de identificación, normalmente relacionados con la pertenencia a un territorio, como alternativa a la realidad estatal que no ha sido capaz de protegerse ante el fenómeno de erosión de la globalización 45. Sobre esta cuestión, Randle llega a la conclusión de que la globalización —nueva o vieja— en su esencia avanzada, debilita a los Estados nacionales, erosiona la soberanía y hace crecer a las corporaciones desarraigadas y así, las culturas nacionales se convierten en poca cosa más que en 44.En este sentido, Rosencrance afirma que «el territorio pasó de moda» y pone los ejemplos de Italia o Japón, Estados que con poca extensión del territorio y con escasos recursos naturales se han colocado entre las siete naciones más ricas del mundo. (ROSENCRANCE, Richard (1996) «The Rise of the Virtual State», Foreign Affairs, Vol. 75, Nº 4, pp. 45-61.) 45.John Cassidy mantiene que la globalización económica es probablemente la única efectiva, ya que la globalización política y cultural no presentan ni la misma intensidad ni los mismos resultados que la económica (CASSIDY, John (1996) «The Decline of Economics» The New Yorker, 2 de diciembre, pp. 50-60). Sobre las consecuencias de la globalización para los seres humanos «refugiados, inmigrantes, y demás parias», véase la interesante obra BAUMAN, Zygmunt (2005) Vidas desesperadas. La modernidad y sus parias. Barcelona. 150 inmaculada marrero rocha preferencias de consumo46. A partir de ahí, la globalización coexiste con otro fenómeno denominado la fragmentación, que consiste en que lo local se defiende de lo global cerrándose y marcando sus propias diferencias47, ya que lo global amenaza con terminar con la integridad local y sus elementos culturales, políticos, económicos y sociales, que puede manifestarse en separatismo y un nacionalismo exacerbados 48. Igualmente, la globalización no ha podido engullir de la misma manera a todas las regiones del planeta, de manera que se siguen dando elementos como los intereses, los valores, cultura común, experiencia histórica, ideología o religión que, en términos muy generales, marcan diferencias de unas regiones a otras49. Aunque la división regional, atendiendo a criterios de carácter geográfico, puede contener elementos de artificialidad, ya que la formación de regiones, hoy en día, puede ser una realidad más allá de 46.RANDLE, Patricio. H. Soberanía Global, op. cit., p. 185. 47.Sobre el resurgimiento de nacionalismos, la afirmación lingüística, cultural, étnica o religiosa, MACLUHAN dice «que la nueva tecnología perturba la imagen, lo mismo particular que colectiva, en toda sociedad; de tal modo, que crean el temor y la ansiedad y han de comenzar una nueva búsqueda de identidad (…) La reacción más natural es conectar con el período inmediatamente anterior para buscar imágenes familiares y consoladoras» (MACLUHAN, Marshall (1985) Guerra y paz en la aldea global. Barcelona, p. 76). 48. GRAY no comparte la opinión de que la globalización pueda provocar un proceso de homogenización, ya que si los capitales y la producción se mueven libremente a través de las fronteras lo hacen para sacar provecho de las diferencias que presentan las regiones, localidades y Estados. En definitiva, la homogeneización parece tener una incompatibilidad natural con la globalización (GRAY, John (2000) Falso amanecer. Los engaños del capitalismo global. Barcelona, pp. 57 y ss). 49.La Profesora García Segura ha querido identificar seis dimensiones básicas en las que la globalización se ha hecho notar en el medio internacional: (a) una dimensión político institucional, reflejo de la proliferación de actores e instituciones distintas del Estados; b) una dimensión político normativa que se manifiesta en la difusión de principios y valores con vocación universalista; c) una dimensión psicológica que se manifiesta en la percepción del mundo como un sólo espacio; d) una dimensión ecológica reflejo de riesgos y amenazas globales; e) una dimensión ideológica, que presenta a la globalización como un hecho irreversible; f) una dimensión global que aparece en una tendencia a la homogenización de usos y costumbres). Pero lo cierto es que esta dimensión tiene normalmente una manifestación más regional que global. (GARCÍA SEGURA, Caterina (1999) «La globalización en la sociedad internacional contemporánea: dimensiones y problemas desde la perspectiva de las Relaciones Internacionales», en Cursos de Derecho Internacional Vitoria-Gasteiz. Madrid, pp. 341 y ss. (315-350). los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 151 la continuidad territorial50, desde mi punto de vista, el criterio regional sigue siendo el más acertado para describir las distintas características y niveles que presentan los procesos de cooperación entre los Estados de la sociedad internacional aunque no tengan continuidad regional. En efecto, una serie de interacciones y de estructuras internacionales escapan, al me­nos en parte, al dominio del sistema global y dan muestra de una relativa autonomía. Estas discontinuidades se traducen, esencialmente, en la existencia de sistemas o bloques regionales, que son la expresión de conjuntos de interacciones específicas o de intensidad particular centradas en un ámbito geográfico o funcional común51. Los sistemas o bloques regionales se construyen alrededor de un equilibrio entre fuerzas locales, producto de intereses y de un destino común que dan lugar al establecimiento de una diferencia entre «interior» y «exterior». En otros términos, se fundamentan sobre una realidad geográfica o funcional que determina un cierto sentimiento de identidad, que, desde el punto de vista de su relación con el sistema internacional general, puede llegar a propiciar que el sistema regional se constituya como un elemento de rivalidad de la realidad global 52. Tradicionalmente, el análisis del regionalismo se ha desarrollado desde un punto de vista geográfico53, a través del examen de las característi- 50.Y, en este sentido, RANDLE apunta que, aunque existen regiones geográficas, como el sistema de Estados europeos, América Latina, Oriente Medio o el Cono Sur Africano, que presentan una serie de similitudes, también existen grupos de Estados, como el G-8, que de alguna manera forman una región sin continuidad geográfica, pero con elementos económicos y políticos comunes que propician la cooperación en la «región» (RANDLE, Patricio. H. Soberanía Global: A donde lleva el mundialismo, op. cit., pp. 143 y ss.). 51.BRAILLARD, Philippe. et DJALILI, Mohammad Reza. Les relations internacionales, op. cit, pp. 75-97. 52.Ibid, p. 80. 53.Según Berta LERNER, el sistema internacional está conformado por cuatro bloques o sistemas, a los Braillard y Djalili llaman subsistemas regionales: el bloque regional europeo, el americano, el asiático y el africano. Ahora bien, dentro de cada uno de estos bloques cabría hacer distinciones en las zonas en las que los procesos de cooperación se presentan en niveles e intensidad muy distintos. El bloque de mayor consolidación y unidad es el bloque europeo, que lleva varias décadas desarrollando un proceso de integración económica al que se han sido adhiriendo progresivamente todos los Estados que acreditaban un nivel de crecimiento económico adecuado, economías de mercado desarrolladas y sistemas políticos democráticos y de derecho. Sobre la base de esas premisas, los procesos de cooperación entre los Estados que forman parte del espacio de integración europeo al igual que con los que aspiran a integrarse o sólo a mantener ciertos vínculos contractuales 152 inmaculada marrero rocha cas, instituciones y procesos de todos los sistemas o bloques regionales que pueden identificarse en la sociedad internacional —que constituye un aspecto ampliamente tratado por autores como Attiná, Braillard y Djalili o Truyol y Serra—54. Sin embargo, como advierte Väyrimen, el final de la Guerra Fría, la globalización económica y la complejidad creciente de las Relaciones Internacionales han hecho que el concepto «región» se conciba desde una concepción meta-geográfica, que asume que las unidades estatales continentales encajan juntas de manera clara y definitiva, y corra el riesgo de convertirse en una idea vacía 55. Los cambios que ha experimentado la sociedad internacional han provocado una redefinición de las estructuras globales y también regionales de cooperación. Por ello, la concepción permanente y estática de la región basada en la continuidad geográfica parece superada cuando se utilizan parámetros de análisis más contingentes que permiten concluir que las regiones desaparecen y reaparecen, y se transforman en función de factores económicos, políticos y culturales. Los principales obstáculos para la definición de región provienen, sin duda, de los cambios que ha experimentado la sociedad internacional en un nivel global y nacional. Durante la Guerra Fría, la mayor parte de las regiones tenía el carácter de grupos político-mercantiles de Estados vecinos que encontraban su lugar en el esquema internacional más amplio. han alcanzado un número y una eficacia sin parangón en otros ámbitos regionales. En estos momentos, el bloque europeo representa una versión del capitalismo que se traduce en un Estado del bienestar, que ha brindado a sus ciudadanos unas condiciones de vida muy superiores a las de países pertenecientes a otros bloques, algunos, también, con un desarrollo económico importante. Y a pesar de que la inserción de los Estados europeos en la economía mundial a veces no les ha procurado la posibilidad de mantener altas tasas de crecimiento económico y periódicamente padecen situaciones de crisis económicas, lo cierto es que los logros han amortiguado ese tipo de contextos. Recientemente, John Agnew ha publicado una monografía en la que propone una revisión de los espacios, a la vez que expone la convivencia entre espacios modernos y primitivos en la situación actual (AGNEW, John (2005) Geopolítica. Una re-visión de la política mundial. Madrid). 54. ATTINÁ, Fulvio. Introducción al sistema internacional, op. cit.,... , pp. 114-117; BRAILLARD, Philippe. et DJALILI, Mohammad Reza. Les relations internationales, op. cit. Capítulo IV, pp. 75-97 y TRUYOL Y SERRA, Antonio (1991) La sociedad internacional. Madrid. Capítulo III: «Del sistema de Estados de civilización cristiana a la sociedad de Estados civilizados». 55. VÄYRYNEN, Raimo (2003 ) «Regionalism: Old and New», International Studies Review, Vol. 5, Nº1, pp. 25-26 (25-52). los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 153 Ocasionalmente, las creadas por motivos políticos y militares propiciaron el establecimiento de súper-regiones, como el Tratado de la Organización del Atlántico Norte y la Organización para la Unidad Africana, hoy Unidad Africana56. Sin embargo, desde finales de los ochenta, las organizaciones subregionales y micro-regionales son mucho más frecuentes 57. Esta tendencia es, en parte, una respuesta a la fragmentación de los grandes bloques de poder, especialmente en Asia Central y en Europa del Este, pero también refleja la necesidad de reaccionar a las presiones creadas por la globalización económica a través de medios locales58. Un segundo cambio radica en la creciente diferenciación entre las regiones físicas, geográficas y estratégicas principalmente, y las regiones funcionales, económicas, medioambientales y culturales. Las regiones físicas hacen referencia a espacios territoriales, militares y económicos controlados principalmente por los actores estatales, mientras que las regiones funcionales se definen por factores no territoriales tales como la cultura y el mercado, y a menudo están influidos por actores no estatales59. El estudio de las regiones físicas dentro de la disciplina generalmente estaba basado en la noción de anarquía, que condujo a los Estados soberanos a buscar el control de territorios delimitados y a formar complejos de seguridad a escala regional. Como resultado, las regiones se definen como categorías espaciales de Estados que la lógica de la anarquía ha facilitado, positiva o negativamente, en una relación de dependencia mutua. Por el contrario, el estudio de las regiones funcionales 56.Ibid., p. 26. 57.Por ejemplo, el Consejo de Ministros Báltico, el grupo de Visegrado (Polonia, Rep. Checa, Rep. Eslovaca, Hungría), el grupo de Shanghai (China, Kazajstán, Kirguizia, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán, India y Pakistán). 58.REMIRO BROTÓNS, Antonio (1999) «Universalismo, multilateralismo, regionalismo y unilateralismo en el nuevo orden internacional», Revista Española de Derecho Internacional, Vol. 51, Nº 1, pp. 11-57. 59.La distinción entre las regiones físicas y las regiones funcionales está permanentemente presente en la distinción de Manuel Castells entre «espacio de lugares» (space of places) y «espacio de flujos» (space of flows). Él define un lugar como «un ámbito local cuya forma, función y significado están contenidas en sí mismos en el marco de fronteras de contigüidad física». Los lugares están enraizados históricamente, si bien se encuentran delimitados cada vez más por los flujos de información y personas. El espacio de flujos hace relación a la «organización material de las prácticas sociales que funcionan a través de flujos» y redes (CASTELLS, Manuel (1998) La era de la información. Madrid, Vol. 1, pp. 423 y ss.). 154 inmaculada marrero rocha no necesita partir de la asunción de la anarquía. La fuerza motora en las regiones funcionales es alternativamente: la economía, por ejemplo, redes de producción; el medio ambiente, por ejemplo la lluvia ácida; la cultura, por ejemplo, comunidades de identidades. En definitiva, mientras que las definiciones físicas de las regiones normalmente son utilizadas por los Estados en un intento de reafirmar sus fronteras y de organizarse en grupos territoriales exclusivos, la conceptualización funcional de las regiones emana de la interacción entre procesos económicos, medioambientales y culturales de tipo subnacional o trasnacional, que los Estados no están en condiciones de controlar, al menos no totalmente. El control de los lugares y el control de los flujos requieren diferentes ideas e instrumentos, dependiendo de qué definición de región se emplea60. El propio regionalismo está atravesando también un proceso de renovación metodológica que se manifiesta en la división entre racionalistas y constructivistas. Desde una perspectiva racionalista, las regiones se dibujan y se comparan en el tiempo y en el espacio de forma inductiva, usando datos sobre los lazos institucionales y económicos entre Estados. En la actualidad, la mayor parte de los economistas adoptan la región como una realidad institucional que se da por supuesta, por ejemplo, la Unión Europea, la NAFTA o el Mercosur, por tanto se utilizan esas regiones dadas para estudiar los cambios en el comercio intrarregional e interregional61. En contraste con esta delineación material de las regiones, el enfoque constructivista pone énfasis en cómo las regiones surgen de una redefinición de las normas y las identidades llevadas a cabo por los 60.ROSENCRANCE, Richard (1991) «Regionalism and the Post-Cold War Era», International Journal, Vol. 46, Nº 3, pp. 373-393. 61.Así, el enfoque económico alimenta el debate entre regionalistas y multilateralistas, pero los argumentos no necesariamente contribuyen al estudio de la dinámica de la regionalización económica. Por ejemplo, en los años noventa, los índices de concentración del comercio regional más altos se encontraban en el Mercosur y en la Comunidad Andina de Naciones, seguidos por la ASEAN, la NAFTA y la Unión Europea, mientras que un estudio de la intensidad de la integración en varias regiones, basado en nueve indicadores diferentes, mostraba que la Unión Europea estaba, en primer lugar, seguida por el Mercosur. En CAMMACK, Paul (1999) MERCOSUR: From Domestic Concerns to Regional Influence. In Subregionalism and World Order, en GLENNHOOK y KEARNS, Ian. Nueva York. Sobre el funcionamiento del MERCOSUR se recomienda MARTÍNEZ PUÑAL, Antonio (2005) El Sistema institucional del Mercosur: De la intergubernamentalidad hacia la supranacionalidad. Santiago de Compostela,. los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 155 gobiernos, los grupos cívicos y las empresas. La «construcción social» de las regiones significa que las regiones están delimitadas por la percepción colectiva de identidades y significados con fronteras difusas y a menudo cambiantes. Este enfoque rechaza la concepción estática de las regiones y las considera como estructuras cognitivas cambiantes, cimentadas en lazos económicos e institucionales62. A partir de ahí, el constructivismo subraya los usos instrumentales del regionalismo para promover fines específicos de naturaleza política y económica. Algunos autores han intentado conectar ambos conceptos de región, físico y funcional, poniendo el acento en las consecuencias que la globalización y la formación de la identidad han tenido en la difuminación de las fronteras y en los retos extraterritoriales a la soberanía que estas fuerzas traen consigo. Sugieren que las definiciones física y funcional de región pueden ser vistas como una secuencia temporal, en la cual el territorio gradualmente da lugar al espacio. De hecho la transición de un regionalismo físico a un regionalismo funcional se debe al incremento de la capacidad de interacción del sistema. En un sistema internacional de baja capacidad la proximidad física importa; los Estados están inevitablemente vinculados a sus vecinos por las preocupaciones económicas y de seguridad. A medida que se incrementa la capacidad de interacción del sistema, se favorece la capacidad de los actores de trascender a sus vecinos inmediatos y desarrollar relaciones más amplias. La transición del regionalismo geográfico al regionalismo funcional es, en buena parte, consecuencia del final de la Guerra Fría. Durante la etapa bipolar, en Europa, en particular, la disuasión nuclear de los Estados Unidos y el control político-militar de la Unión Soviética sobre Europa del Este limitaron la autonomía de los Estados individuales y les hicieron parte de unidades más amplias. Los sistemas de seguridad local existieron, pero en un segundo plano, ensombrecidos por el protagonismo de potencias exteriores. Sin embargo, el final de la Guerra Fría parece haber propiciado un auge del regionalismo y una restauración de la «soberanía regional» y el esclarecimiento de «distintos poderes regionales con un papel hegemónico en sus áreas geográficas». Los cambios en la 62.Véase MURPHY, Alexander B. (1991) «Regions as Social Constructs: The Gap Between Theary and Practice», Progress in Human Geography, Vol. 15, Nº 1, pp. 2235 y ADLER, Emanuel (1997) «Imagine (Security) Communities: Cognitive Regions in International Relations», Millennium, Vol. 26, Nº 2, pp. 249-277. 156 inmaculada marrero rocha estructura internacional y los nuevos retos de la seguridad hacen suponer que en el futuro asistamos a un desarrollo del regionalismo, capaz de promover el orden y estabilidad en las regiones. Ciertamente, en lugares como África63, Oriente Próximo64 o el Sudeste asiático, es posible 63.Desde una perspectiva geográfica, los procesos de cooperación del sistema o bloque regional africano tienen su origen en el Movimiento panafricano que dio lugar a la creación de la Organización para la Unidad Africana (OUA) en 1963. A pesar que el sistema africano cuenta con esta organización de cooperación general y de otras múltiples organizaciones de cooperación específica en materia económica, que han generado una inflación de instituciones internacionales, el nivel de institucionalización no ha venido acompañado por procesos de cooperación que pongan de manifiesto ese tipo de necesidad, son muchas las razones que explican el bajo nivel de los procesos de cooperación. En primer lugar, a pesar de la popularidad de la idea panafricana, el subsistema africano es un sistema fragmentado, caracterizado por la balkanización del continente en unos 54 Estados de fronteras inseguras, a menudo artificiales pues han sido «heredadas» del período de la colonización al transformarse las antiguas demarcaciones administrativas de la Potencia colonial en las fronteras internacionales de los nuevos Estados, que son causa de conflictos que mi­nan las relaciones interafricanas y constituyen un freno al desarrollo económico y social de este continente. En segundo lugar, en el plano político, la existencia de regímenes dictatoriales y con elevadas cotas de corrupción, y la presencia continuada de nuevas y antiguas potencias coloniales «supervisando» sus intereses económicos han constituido un importante freno para que apareciesen intereses y necesidades comunes, especialmente, en el plano económico, por la debilidad de las corrientes de intercambios económicos entre sus miembros y por la importante extra­versión de sus economías, en gran parte en provecho de las antiguas metrópolis. Por último, los conflictos que ha padecido y padece África se deben a causas esencialmente endógenas de delimitación de fronteras, luchas intestinas entre facciones rivales por el acceso al poder o tendencias secesionistas, en las que la intervención de instituciones internacionales de cooperación hasta el momento ha tenido poco éxito. En definitiva, la fragmentación del sistema, la pervivencia de los factores que provocan conflictos internos y conflictos entre los Estados de la zona y la dependencia de la ayuda económica y el apoyo político y militar de los Estados occidentales han hecho del continente africano, el sistema regional con el entramado relacional en materia de cooperación más pobre del sistema internacional (KELLER, Edmond J. (1997) «Rethinking African Regional Security», en LAKE David A. y MORGAN Patrick M. Regional Order: Building Security in the New World, University Park, PA., pp. 325 y ss). 64.Oriente Próximo es un claro ejemplo de los límites del regionalismo geográfico amplio, ya que ha sido tratado como subsistema dentro del bloque regional asiático. La región de Oriente Próximo se ha caracterizado por el deseo constante de que los procesos de cooperación entre los Estados de la zona culminaran con la construcción de una unidad, basada principalmente en los factores religioso y cultural. Íntimamente conectada con esta aspiración, surgió la Liga de los Estados Árabes. Por lo que se refiere a la cooperación política, la confrontación con Israel ha sido uno de los principales desencadenantes de este tipo de procesos. Sin embargo, otros factores como las disensiones internas y la variedad de regímenes políticos que existen entre los pueblos árabes, así como las diferencias en los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 157 identificar tendencias que apuntan a una disminución de la presencia de las potencias internacionales, especialmente de Rusia. El concepto de regionalidad ha sido usado para describir la situación en la que un proceso de regionalización ha avanzado lo suficientemente lejos como para que la región alcance algunas características regionales intrínsecas65. Es decir, la regionalidad sería una variable que hace referencia a los grados de regionalización que han tenido lugar en términos de especialidad, cooperación e identidad. En efecto, de la comparación de ciertas regiones, por ejemplo Europa occidental66 y Asia del este67, se torno al fenómeno del integrismo islámico han acentuado la división en el seno del mundo árabe. Además, a pesar del elemento unificador que constituye el Islam, religión predominante en esta región, este subsistema se caracteriza por una profunda heterogeneidad étnica, religiosa, cultural, política, económica, social y, cada vez más, ideológica. A esto hay que añadir la proximidad de esta región con Europa y Rusia, la importancia que tuvo en este subsistema la confrontación Este-Oeste, la importancia estratégica de los recursos petrolíferos de algunos de sus miembros y la Guerra de Irak como factores que han determinado que en Oriente Medio no exista una estructura de cooperación regional que agrupe a todos los países del subsistema. Sin embargo, es cierto que los países de Oriente Medio, sea a través de algunas estructuras de cooperación sub-regional, o a través de organizaciones abiertas a países exteriores, han establecido algunos vínculos de cooperación. 65.SCOTT, Allen J. (1998) Regions and World Economy: The Coming Shape of Global Production. Oxford. 66.En el ámbito político, el sistema europeo también presenta altos niveles de cooperación, aunque la ampliación político-económica del sistema tras la caída del muro de Berlín ha incrementado el volumen de los procesos de conflicto, tanto en términos políticos como en términos militares, sobre todo en el espacio post-soviético y, especialmente, como consecuencia de la desmembración de la Antigua Yugoslavia y de los conflictos en Bosnia Herzegovina y en Kosovo. Sin embargo, son muchos los que confían en las fuerzas centrípetas del proceso de integración europea y en su capacidad para eliminar progresivamente las situaciones y focos de conflicto y progresar en el ámbito de la integración política y defensiva (sobre los avances en el marco de la cooperación política y defensiva se recomiendan: LIÑÁN NOGUERAS, Diego. J. (2006) «La política exterior y de seguridad común de la Unión Europea: la subordinación permanente», Studi sull’integrazione europea, Vol. 1, Nº 2, pp. 211-224; RAMÓN CHORNET, Consuelo (coord.) (2005) La política de seguridad y defensa en el Tratado Constitucional. Valencia; y TELO, Mario (ed.) (2001) European Union and New Regionalism. Regional actors and global governance in a post-hegemonic era. Aldershot. 67.En el caso del sistema asiático, a pesar de su continuidad geográfica, no existe un verdadero sistema internacional continental. En efecto, este continente, que representa el más vasto espacio del globo, se caracteriza por su diversidad política, geoestratégica, económica, cultural y religiosa que ha tenido un importante reflejo en las características y en la fragmentación que tienen los procesos de cooperación de la zona. Dentro del bloque 158 inmaculada marrero rocha pueden establecer diferencias que hacen referencia al hecho de que en Europa por ejemplo tenemos una regionalización más cerrada y centralizada que en Asia, con una regionalización más abierta y descentralizada, debido a la existencia de múltiples centros de poder. La regionalización de la Unión Europea descansa sobre instituciones multilaterales formales, pero en Asia del este, la regionalización está basada principalmente en relaciones bilaterales de tipo político y en redes de negocios 68. asiático, los subsistemas más importantes son el del Sudeste asiático, el de Asia del Sur y el de Oriente Medio, que constituye un caso particular, en el límite de Asia y de África. La cooperación en el marco del subsistema regional del Sudeste asiático se ha visto claramente determinada por la existencia de dos cuasi superpotencias, una económica (Japón), y otra demográfica (China), alrededor de las cuales gravitan países menos importantes (las dos Coreas, Taiwan, etc.). En segundo lugar, la influencia extranjera constituye el segundo factor determinante de la cooperación en la zona. En efecto, en esta región han estado siempre físicamente presentes EE.UU., la URSS y China. La URSS (hoy Rusia) y China, por su proximidad geográfica y los EEUU, por sus bases y su presencia naval en el Pacífico. Y, aunque este subsistema haya estado, así, marcado por la confrontación ideológica, estratégica y económica (p.e., Guerras de Corea y Vietnam) y hoy haya dejado de ser un lugar de enfrentamiento directo entre las potencias en presencia, lo cierto es que la herencia de la Guerra Fría ha sido fundamentalmente la inexistencia de un marco de solidaridad regional. Ciertamente, el sistema asiático se caracteriza por su rivalidad (competición) geoestratégica y económica. El hecho de que la mayor parte de estos países sea muy dinámico económicamente ha dado lugar a la creación de la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (ASEAN), la organización internacional más importante de este subsistema, que pretende crear una zona de libre cambio entre algunos de los países de la zona, además de otros objetivos más generales de cooperación política, cultural, técnica y científica (KATZENSTEIN, Peter J. (1997) «Asian Regionalism in Comparative Perspective», en KATZENSTEIN, Peter y. SHIRAISHI, Takashi, Network Power: Japan and Asia, Cornell University , Ithaca, pp. 158 y ss. y BRAILLARD, Philippe. et DJALILI, Mohammad Reza. Les relations internationales, op. cit., pp. 75 y ss). 68.Otra consecuencia de la regionalidad es que las regiones no necesitan tener fronteras establecidas. Las fronteras están en constante cambio, incluso regiones claramente basadas en Estados son susceptibles de expandirse y contraerse. Por ejemplo, después de conseguir su independencia, los Estados bálticos se convirtieron inmediatamente en miembros de una más amplia región nórdico-báltica. Igualmente han pretendido, y conseguido, unirse a la OTAN, un marco transatlántico, cuyas fronteras territoriales se han expandido y difuminado en los últimos diez años. Además, las regiones se amplían y se contraen de formas más sutiles. Así, organizaciones regionales diseminan sus nuevas funciones fuera de su ámbito territorial, creando variadas zonas de conformidad con ellas. Esta influencia es particularmente fuerte si el cumplimiento de sus normas es una condición previa para ser admitido como miembro del sistema regional. Por esta razón, los procesos de ampliación de la Unión Europea, la OTAN o el Consejo de Europa han creado regímenes políticos los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 159 En conclusión, podría decirse que los principales cambios políticos y económicos han alterado la relación entre las distintas capas del sistema internacional y estos cambios han tenido efectos diferentes en las esferas político-militares y funcionales. Con la contracción del Estado, el nivel nacional ha perdido parte de su influencia. Ello ha tenido por consecuencia un fomento de nuevos lazos entre los sistemas o niveles regionales y global, por un lado, y entre éstos y los niveles locales, por otro. En otras palabras, los espacios internacionales están en un proceso de reorganización vertical en el que el énfasis está cambiando, desplazándose hacia arriba y hacia abajo en relación con el nivel nacional. La reorganización es evidente, por ejemplo, en el papel que las presiones empresariales desde abajo juegan en la formación de asociaciones económicas de carácter regional. Este cambio tiene un particular impacto en la esfera funcional, donde la organización del poder del Estado está disminuyendo y en la que el mercado global y las iniciativas locales están aumentando. Al mismo tiempo también asistimos a un proceso de reorganización horizontal en las Relaciones Internacionales, en el que unidades regionales y subestatales desarrollan redes que atraviesan las fronteras de los Estados69. Como consecuencia de estas transformaciones que se extienden mucho más allá de su ámbito territorial formal (HAFTENDORN, Helga, KEOHANE, Robert O. y WALLANDER, Celeste A. (1999) Imperfect Unions: Security Institutions Over Time and Space. Oxford). 69.Las fronteras de las distintas zonas políticas y económicas no necesariamente coinciden con las fronteras nacionales, incluso pueden dividir Estados individuales. Piénsese por ejemplo en las zonas occidentales de Estonia, Ucrania y Moldavia, mucho más relacionadas con las regiones centrales de Europa que las partes orientales estos países, con mayor relación con Rusia. Las llamadas súper-regiones europeas están basadas en divisiones históricas y funcionales. Algunos ejemplos de estas súper-regiones son: la Costa atlántica, la Liga báltica, Mitteleuropa (Europa central), el Arco Alpino, la cuenca del Danubio, la Península balcánica o la Federación eslava. No es necesario precisar que las fronteras entre estas regiones son más bien impresionistas y no están basadas en hechos empíricos sólidos. De manera parecida, los triángulos de desarrollo en el sudeste asiático combinan regiones subestatales. Zonas económicas transnacionales, como el Programa de Desarrollo del Área del río Tumen (Rep. Pop. China, Mongolia, Rusia, Corea del Norte, Corea del Sur), en el marco del PNUD, han sido establecidas también en el Noreste asiático. Este proyecto tiene una dimensión estratégica y estato-céntrica más fuerte que las zonas trasnacionales del sudeste asiático, que están marcadas principalmente por las condiciones del mercado y la necesidad de encontrar un hueco en el mercado global. La cooperación económica en el Sudeste asiático comprende el sur de China, Hong Kong y Taiwán, pero también tiene implicaciones geopolíticas, ya que es probable que incremente la influencia de la 160 inmaculada marrero rocha verticales y horizontales en el mundo, se está produciendo una fractura entre el carácter estático de las regiones físicas y el carácter dinámico de las regiones funcionales. Ante esta fractura resulta aconsejable alejarse del estudio regional basado exclusivamente en el análisis de la cooperación en el marco de las organizaciones internacionales y acercarse a la regionalización estudiando también aspectos de la sociedad, la economía y la cultura70. 3. LOS PROCESOS CONFLICTUALES Y LA EVOLUCIÓN DE LAS CAUSAS DE LOS CONFLICTOS ARMADOS El conflicto constituye otra de las interacciones básicas del sistema internacional, al igual que lo son de los objetos de estudio de otras disciplinas sociales como la psicología, la sociología o la ciencia política. En el ámbito de las Relaciones Internacionales las situaciones de crisis y conflicto acaparan gran parte de la atención de la opinión pública porque sobre todo se inscriben en un marco de violencia que provoca graves consecuencias materiales y humanas. La esencia definitoria de los procesos conflictuales sigue siendo prácticamente la misma, como diría Duroselle, la existencia de intereses divergentes que provoca un choque de voluntades opuestas entre actores 71, la utilización de diversos instrumentos por parte de los actores para hacer valer sus intereses, pudiendo desembocar en el uso de la fuerza y por último, el carácter evolutivo del conflicto que hace posible que la tensión entre las partes puede pasar por varias etapas en las que la intensidad del conflicto varia al igual que el posicionamiento de las partes 72. República Popular China. En VÄYRYNEN, Raimo (2003) «Regionalism: Old and New», loc. cit., p. International Studies Review, Vol. 5, Nº1, pp. 31 y ss. 70.VAN STADEN, Alfred y VOLLAARD, Hans (2004) «The Erosion of State Soverreignty: Towards a Post-territorial World», en KREIJEN, G. (ed): State, Soverignty and International Governance. Oxford, pp. 177-181. 71.DUROSELLE, Jean Baptiste (1964) «La nature des conflicts», Revue FranÇaise de Science Politique, Vol. 14, Nº 2, p. 295. 72.Sobre esta cuestión se recomienda algunos trabajos clásicos como ARON, Raymond (1985) Paz y guerra entre las naciones. Madrid, y BULL, Hedley (1997) The Anarchical Soceity. An Study of Order in World Politics. Londres. los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 161 Los conflictos internacionales suelen ser de larga duración, e implican un proceso en desarrollo en distintas fases. La primera fase es la de tensión, entendida como las actitudes y predisposiciones, tales como desconfianza o sospecha, que la población y los políticos de una parte tienen hacia la otra parte. La segunda fase la constituye la crisis, caracterizada por la explosión repentina de acontecimientos inesperados. Como señala Barbé, un conflicto puede durar décadas, pero, ocasionalmente, acciones hostiles de una de las partes aumentan la tensión y la percepción de amenaza que tiene la otra parte, hasta tal punto que la parte amenazada se ve forzada a responder a sabiendas de que las opciones extremas son la guerra o la rendición. Los elementos distintivos de una crisis son: el efecto sorpresa en la acción del adversario, la percepción de una gran amenaza, la percepción de tener poco tiempo para responder, y la percepción de las consecuencias negativas que puede acarrear la inactividad73. Por último, la guerra constituye la dimensión militar del conflicto, y aunque puede dar lugar al fin del conflicto, el alto coste de sus consecuencias para las partes casi siempre la hace indeseable74. Es más, cuanto mayores sean las dimensiones del conflicto armado y el número de Estados implicados más probabilidades existen de que se produzca un cambio importante en la estructura de poder internacional e, incluso en las normas de funcionamiento de las Relaciones Internacionales. Baste recordar que el sistema internacional siempre ha entrado en una nueva etapa histórica coincidiendo con la finalización de un conflicto armado75. Además, los distintos modelos de legitimidad que han existido a lo largo de la historia han tenido como principal referente los tratados internacionales de paz que ponían fin a los conflictos y establecían nuevas condiciones de convivencia 76. 73.BARBÉ, Esther. (2003) Relaciones Internacionales, op. cit, p. 221. 74.Singer y Small han definido la guerra internacional como «un conflicto militar librado entidades nacionales de las cuales por lo menos una es un Estado y que, como mínimo, produce mil bajas entre el personal militar» (SINGER, J. David y SMALL, Melvin (1972) The Wages of War 1816-1965, Nueva York, p. 27.). 75.Sobre los distintos conceptos de poder y la relación con la estructura y las instituciones en BARNETT, Michael y DUVALL, Raymond (2005) «Power in International Politics», International Organzation, Vol. 59, Nº 1, pp. 39-75. 76.Véanse, entre otros, NOLTE, Ernst (1994) La guerra civil europea, 1917-1945. Nacionalsocialismo y Bolchevismo. México; TOYNBEE, Arnold (1963) El reajuste de Europa. Barcelona, y RENOUVIN, Pierre (1982) Historia de las Relaciones Internacionales. Madrid. 162 inmaculada marrero rocha Como se puso de manifiesto en las páginas que trataron los procesos de cooperación, el conflicto, sobre todo el armado, acapara gran parte de la actividad de los estudiosos de la disciplina, tradicionalmente por las necesidades gubernamentales, a las que se han unido las de la sociedad civil que se muestra incapaz de considerar como ajena la destrucción y el sufrimiento de la ciudadanía de otros Estados y que, por tanto, reclama mayores esfuerzos para eliminar la violencia extrema en el marco no sólo de conflictos internacionales, sino también de conflictos internos77. Barbé sostiene que el conflicto es una situación en la que los actores tienen intereses incompatibles que les llevan a oponerse, bien sea por la posesión de bienes escasos o por la realización de valores incompatibles, llegando incluso al uso de la fuerza para alcanzar sus objetivos78. De esta definición se extraen dos consecuencias respecto al origen de los conflictos: la escasez de una serie de bienes, como el territorio o los recursos energéticos, entre otros, y la incompatibilidad de valores, que podrían ser religiosos o políticos, entre otros. Y, aunque la escasez de bienes haya sido una constante como causa de los conflictos, lo cierto es que a medida que la sociedad internacional ha evolucionado también se han diversificado y modificado los bienes considerados escasos cuya posesión puede desembocar en un conflicto. Igualmente, los valores que defienden los actores, principalmente los Estados no siempre han sido los mismos ni han inspirado de la misma manera su actuación en el plano internacional. La sociedad internacional ha vivido conflictos religiosos como la Guerra de los Treinta años que terminó con la Paz de Westfalia de 1648 o conflictos con un alto componente ideológico-político como las Guerras Napoleónicas o la Guerra Fría. De la misma manera, los bienes escasos siguen siendo aquellos clásicos, como el territorio y los recursos naturales, pero hoy en día las consecuencias locales de la degradación medioambiental y la caducidad de muchas fuentes energéticas han engrosado las causas de los conflictos79. 77.El estudio de los conflictos constituye el eje de aproximaciones como la corriente de la Resolución de Conflictos (Conflict Resolution) o la perspectiva de la Investigación de la Paz (Peace Research). Véase HAMPSON, Fen Osler y MALONE, David M. (eds) (2002) From Reaction to Conflict Prevention. Opportunities for the UN System. BoulderLondon,. 78.BARBÉ, Esther. (2003) Relaciones Internacionales, op. cit,, p. 221. 79.Sobre la incompatibilidad de objetivos (recursos, valores o posición de poder) de los Estados y las probabilidades de conflicto, se recomienda a BARTOS, Otomar J. y WEHR, Paul (2002) Using Conflict Theory. Cambridge, especialmente, pp. 12-50. los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 163 La utilización de la fuerza armada constituye la manifestación más grave e intensa de un conflicto que puede haber pasado por una etapa de crisis en la que las partes decidieron que la mejor vía para resolver el choque de voluntades era el enfrentamiento con armas. Lo cierto es que existen numerosos conflictos que pueden encontrarse en una etapa de estancamiento, que no de solución, o de continuidad, pero que no han dado lugar a considerar el uso de la fuerza armada como vía de solución. En estos casos, la vía de la negociación y de la cooperación constituye la principal senda para gestionar el conflicto. Sin embargo, cuando se trata de un conflicto armado, la cooperación claramente ha fracasado para resolver la contraposición de voluntades por lo que es necesario desarrollar a nivel teórico cuáles fueron las causas o los factores que llevaron al conflicto de la etapa de crisis a la lucha armada 80. Smith ha desarrollado un análisis sobre las causas de los conflictos acotando temporalmente su estudio desde la etapa de la posguerra hasta los primeros años posteriores al fin de la Guerra Fría, llegando a la conclusión de que existen muy pocas condiciones necesarias para la guerra, pero muchas condiciones suficientes, de las cuales sólo algunas se aplican a tal o cual conflicto concreto. La guerra es posible simplemente por la existencia de armas para combatir y una disputa entre dos o más partes. Sin embargo, la cuestión de la probabilidad de la guerra es mucho más compleja 81. Sobre todo, teniendo en cuenta que la mayor parte de los conflictos armados actuales son conflictos internos. 80. GARDNER, Anne Marie (2002) «Diagnosing Conflict: What Do We Know?», en HAMPSON, Fen Osler y Malone, David M., From Reaction To Conflict Prevention. Boulder-London, pp. 15-40. 81.El total anual global de conflictos armados aumentó fuertemente a principios de los años 90, de 56 en 1990 (y 47 en 1989) a 68 en 1992. En esa época el optimismo inicial producido por el fin de la Guerra Fría fue suplantado por un nuevo pesimismo, como reacción ante la aparentemente imparable nueva oleada de conflictos en la era de la posguerra fría. Sin embargo, posteriormente el número de conflictos armados se fue estabilizando e incluso, más tarde, disminuyó. El total de 118 guerras en el período 1990-1999 se desglosa de la siguiente manera: 100 son principalmente guerras civiles; 2 son esencialmente guerras civiles; 5 son guerras de independencia; 6 son guerras interestatales; y 1 es guerra transnacional. El autor afirma que son los nuevos conflictos violentos en Europa (incluyendo a Rusia, Turquía y el Cáucaso) los que explican los dos tercios del aumento en la incidencia anual de guerras durante los primeros años de la década de los 90; en aquel entonces, esa región era una de las más violentas del mundo. Igualmente, el declive del número anual de conflictos armados después de 1992 también se debió en gran medida a cambios ocurridos 164 inmaculada marrero rocha A pesar de que los conflictos internos fueron más frecuentes que los conflictos internacionales desde 1945, es cierto que a partir del final de la Guerra Fría es cuando empiezan a tener mayor relevancia internacional. Esto se debe, en primer lugar, al hecho de que la información de lo que ocurre en los distintos Estados fluye con mayor facilidad y también las reacciones contra la violencia. En segundo lugar, la interdependencia en un mundo global ha provocado que las consecuencias de los conflictos armados se dejen cada vez más sentir en el ámbito de Estados que no participan en los mismos. Situaciones tales como migraciones masivas y olas de refugiados, violaciones de derechos fundamentales o las consecuencias materiales y humanas de la participación por parte de las fuerzas armadas de un Estado en la gestión del conflicto interno constituyen elementos que aumentan la atención de los conflictos internos y las probabilidades de que se conviertan en un asunto internacional. Finalmente, son cada vez más las organizaciones internacionales y los Estados que participan en la gestión de conflictos internos utilizando estrategias internacionales82. Todo esto ha favorecido la inclusión de los conflictos internos en el análisis de causas de los conflictos, también, por que los conflictos que pueden considerarse internacionales, en los que al menos estén implicados dos Estados o un Estado y otra entidad nacional distinta de un Estado, son ya una minoría83. en Europa, hasta el bajón particularmente pronunciado entre 1997 y 1998. El aumento de conflictos violentos en Europa estuvo, por su parte, muy concentrado en las regiones de los Balcanes y del Cáucaso, en el marco del proceso de desintegración de Yugoslavia y de la Unión Soviética. El hecho de que aquel estallido de comienzos de los años 90 ya se haya calmado sugiere que la proliferación de guerras en Europa en esa época, contrariamente a lo que muchos comentaristas temían, no inauguraba una nueva era de conflictos violentos en el continente. En realidad, dichos conflictos eran los síntomas trágicos y violentos del reajuste social, económico y político tras el colapso de los sistemas de poder en Yugoslavia y en la Unión Soviética. A medida que dichos ajustes se iban asimilando, tanto a escala nacional como internacional, sus consecuencias afortunadamente se tornaban menos dramáticas y menos violentas. (SMITH, Dan (2000) «Tendencias y causas del conflicto armado», en Berghof Handbook for Conflict Transformation, Berghof Research Center for Constructive Conflict Management. Dirección URL: http://www.berghof-handbook.net, pp. 1-4 y 5). 82. HAMPSON, Fen Osler. «Preventive Diplomacy at the United Nations and Beyond», From Reaction to Conflict Prevention. Opportunities for the UN System, op. cit., pp. 139158 y ANDERSON, Mary B. (2000) «Experience with Impact Assessment: Can We Know What Good We Do?», en Berghof Handbook for Conflict Transformation, Berghof Research Center for Constructive Conflict Management. 83.De los 118 conflictos armados ocurridos entre 1990 y finales de 1999, diez pueden definirse estrictamente como conflictos interestatales. Cinco de los conflictos armados los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 165 Actualmente, a las causas de conflicto armado tradicionales, la lucha por un recurso escaso o los valores contrapuestos, hay que añadir otras causas profundas que explican la aparición de un conflicto interno que puede devenir en la lucha armada e internacionalizarse, cuando afecte a otros Estados o entidades nacionales no participantes o cuando es objeto de una intervención política, económica o, incluso militar, por parte de otros Estados u organizaciones internacionales. Esas causas profundas son, según Smith, las condiciones de pobreza económica; los sistemas políticos represivos; la degradación de recursos renovables (en particular, la erosión de suelos, la deforestación y la escasez de agua); y las políticas basadas en la diversidad étnica 84. Ahora bien, la existencia de este tipo de condiciones en las sociedades estatales no desemboca siempre en un conflicto armado, por tanto habría que pensar que existen otras causas desencadenantes que tienen que ver, en primer lugar, con la relación que se produzca entre las distintas causas y, especialmente, pueden definirse estrictamente como «guerras de independencia», aun cuando los rebeldes en muchos otros conflictos bélicos también gustan de definirse así. Cien de las guerras eran principal o exclusivamente conflictos internos. Smith pone los siguientes ejemplos: dos guerras que no se incluyeron en el total de cien, en 1999 y 2000, eran asuntos exclusivamente internos a Etiopía en casi todos sus aspectos, salvo que la mayoría de los combates se produjeron en el territorio de Somalia, su vecino. Mientras que la guerra en la República Democrática del Congo (antigua Zaire) entre 1998 y 2000, forma una categoría especial de tipo transnacional. Se trataba, parcialmente, de una guerra civil sobre el mantenimiento o no en el poder del presidente Laurent Kabila, pero también parcialmente era una guerra internacional sobre poder e influencia regionales. Angola, Chad, Namibia, Sudán y Zimbawbe se aliaron con las tropas del presidente Kabila, mientras que Ruanda y Uganda lucharon contra ellos y, en el 2000, también entre sí (SMITH, Dan. «Tendencias y causas del conflicto armado», loc. cit., p. 1). 84.Según SMITH se entiende que se produce un conflicto étnico cuando en la disputa, no sólo participan grupos étnicos diferentes, sino que dicha diferencia étnica es de por sí crucial para el conflicto. Ello significa que la diferencia étnica, en sí, no constituye una causa de conflicto, ya que son muchos Estados en el que conviven diferentes etnias sin que se haya producido conflicto. La definición de etnia es un tema muy controvertido, ya que se utilizan elementos religiosos, raciales, culturales y lingüísticos para identificarlas. Pero, la construcción de una identidad étnica particular no es tanto la combinación de experiencias históricas, mitos y creencias religiosas compartidas como tales; estos factores sólo se tornan decisivos cuando existe una percepción común de que dichos factores distinguen significativamente a los miembros de un grupo de los de otros grupos. Dos factores que pueden fomentar este tipo de percepción compartida son las experiencias de discriminación (comparado a los otros grupos) y la movilización política deliberada en defensa de los supuestos intereses del grupo (Ibid., p. 7). 166 inmaculada marrero rocha con la existencia de una serie de factores desencadenantes del conflicto que hagan que los factores de fondo den lugar o no a un conflicto armado85. En este sentido Dessler ha puesto de manifiesto cómo la guerra es un asunto en el que los decisores políticos son los que interpretan los acontecimientos y la necesidad de utilizar la fuerza. Por tanto, las causas de fondo sólo conducen a los acontecimientos hacia la guerra a través de la política y la explicación de sus causas debe abarcar tanto las causas estructurales como los factores situados en la esfera de las decisiones tomadas por protagonistas políticos, por lo que una explicación pormenorizada de las causas del conflicto armado debe combinar ambos niveles. Por ello, con gran acierto Dessler analiza, en un primer nivel, las causas de fondo, que son fundamentalmente las diferencias de carácter político, social, económico o nacional entre distintos grupos dentro de un mismo Estado, lo que implica normalmente que se excluya de la toma de decisiones a ciertos grupos para favorecer a otros y que además se mantengan o profundicen las diferencias económicas y sociales entre diversos sectores de la población86. El segundo nivel de análisis propuesto por Dessler y revisado por Smith es el de las estrategias de movilización, que abarca tanto los objetivos de los principales protagonistas políticos como la manera de perseguirlos. Aquí el análisis se centra en la estrategia utilizada por el político para hacer ver y denunciar las causas profundas87. Por ello, resulta necesario poner de manifiesto cuál ha sido la conceptualización de los problemas por parte de los políticos y la forma en la que los han presentado a la población. El tercer nivel de análisis es el de los factores desencadenantes que son los que determinan el momento temporal del inicio del conflicto armado. Aunque este 85.LAKE ha realizado un interesante trabajo sobre las causas de conflictos internos, especialmente por lo que se refiere al papel que desempeñan las posiciones extremistas de los representantes de las facciones enfrentadas (LAKE, David (2003) International Relations Theory and Internal Conflict, International Studies Review, Vol. 5, Nº 4, pp. 81-90). 86.DESSLER, David (1994) «How to Sort Causes in the Study of Enviromental Change and Violent Conflict», en GRAEDER, Nina y SMITH, Dan. Enviroment, Poverty, Conflict. Oslo, pp. 24 y ss. 87.Sobre esta cuestión, Little y Silber han analizado la estrategia de movilización nacionalista desarrollada por Milosevic y el inicio de la guerra de los Balcanes (LITTLE, Alan y SILBER, Laura (1995) Yugoslavia: Death of a Nation. Nueva York). los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 167 nivel de análisis no nos permite averiguar por qué comenzó un conflicto, sí que arroja luz sobre lo que ocurriese en un determinado momento. Normalmente, se trata de acontecimientos concretos o acciones que un individuo o un grupo reducido llevan a cabo y que dan lugar a que el resto se convenza de que el uso de la violencia es el mejor recurso. Por último, también existen elemento catalizadores, que son factores que afectan a la intensidad y la duración del conflicto. Aquí el análisis se circunscribe al cambio en el equilibrio de las fuerzas de las partes en conflicto como consecuencia de una intervención directa o indirecta exterior (de un Estado, organización internacional o fuerza multilateral), los condicionantes naturales que pueden desequilibrar las fuerzas, como las características del terreno, o el clima, los condicionantes materiales, como la disponibilidad de armas, o elementos menos concretos pero igualmente importantes, como las opiniones culturales sobre cómo conducir una guerra. Otro de los elementos de las relaciones conflictuales que también ha despertado un interés importante entre los estudiosos de las relaciones internaciones son las causas de la continuidad de los conflictos antiguos que a escala global persisten. En primer lugar, la diferencia entre conflictos «dirimidos» y «suspendidos» es fundamental para comprender el problema del conflicto armado hoy día. Se refieren a guerras que se reanudan no sólo tras haberse firmado los alto el fuego, sino incluso después de haberse celebrado acuerdos de paz. En los últimos diez años se pueden incluir en esta categoría de guerras que han vuelto a comenzar, incluso después de haberse firmado alto el fuego o acuerdos de paz, los casos de Angola, Burundi, Camboya, Chechenia, Croacia, la República Democrática del Congo, Eritrea y Etiopía, Kosovo, Liberia, Filipinas, Ruanda, Sierra Leona, y Sri Lanka. A menudo la reanudación de hostilidades es más feroz y destructora que antes, y casi siempre con un altísimo coste entre la población civil. Los motivos de reanudación de una guerra son múltiples pero pueden agruparse en cuatro categorías: a) la ausencia de sinceridad de una o ambas partes (el caso del RUF Frente Unido Revolucionario de Sierra Leona, por ejemplo, al que no se le puede tener confianza a la hora de acatar acuerdos); b) La desilusión de una o ambas partes. Para observadores externos, este caso puede parecer igual al anterior, es decir, la insinceridad; c) los desacuerdos internos o incluso fragmentación en el seno de uno o ambos bandos y d) la persistencia de las causas subyacentes del conflicto armado. La experiencia en estos casos claramente indica que si no se tratan las raíces 168 inmaculada marrero rocha profundas del conflicto, los esfuerzos de reconstrucción están condenados a ser simplemente cosméticos88. La evolución de los marcos teóricos que analizan la naturaleza de los conflictos ha dado lugar a explicaciones mucho más complejas que superan un tipo de análisis fundamentalmente basado en el examen de recursos escasos que provocan ambiciones incompatibles y, también, el estudio de valores contradictorios que desembocan en conflicto 89. Sin embargo, las aportaciones de autores como Smith y Dessler, desde una perspectiva constructivista, ponen de manifiesto que las causas profundas de los conflictos no desencadenan las mismas consecuencias, sino que son los individuos que acaparan la esfera de decisión los que construyen la situación de lucha armada a partir de la instrumentación de las causas, y que cuando desde la percepción de los decisores se desarrolla en una estrategia de movilización efectiva, sólo es necesario que se produzca el acontecimiento adecuado, que puede ser casual o provocado, para que se desencadene el conflicto armado90. 4. ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES La complejidad de la Sociedad Internacional actual es producto de la evolución de su entramado relacional. La internacionalización de la vida política, económica, social y cultural, el incremento del número de actores de las Relaciones Internacionales, el aumento del espacio 88.Por ejemplo, la mayoría de los observadores estiman que, cinco años después del Acuerdo de Dayton para acabar la guerra en Bosnia-Herzegovina, existe un gran riesgo de reanudación de las hostilidades si se retirasen las fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz (En SMITH, Dan. «Tendencias y causas del conflicto armado», loc. cit., p. 5). 89.En este sentido, la tesis de Huntington sólo podría desembocar en un verdadero conflicto, siempre que el enfrentamiento entre los valores y principios de las distintas civilizaciones se desarrollase a través de una estrategia de movilización por las elites que representan esas distintas civilizaciones y también que se diese una serie de acontecimientos puntuales que desencadenase el conflicto armado (HUNTINGTON, Sammuel (1997) El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial. Barcelona). 90.El análisis de los conflictos militares a través de una perspectiva constructivista da al traste con las concepciones clásicas de la guerra como la de Clausewitz, que identificó la guerra como fenómeno de naturaleza política que refleja las condiciones económicas, tecnológicas e intelectuales de cada época (CLAUSEWITZ, Karl (1982) De la guerra. Barcelona, pp. 321 y ss.). los procesos de cooperaciÓn y conflicto... 169 físico en el que tienen lugar procesos con dimensión internacional o la aparición de nuevos riesgos para la seguridad internacional hacen que resulte más complicado identificar, analizar y gestionar las situaciones de cooperación y conflicto. Especialmente, cuando a muchos de los actores involucrados o afectados por este tipo de procesos —Estados, instituciones y organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales, opinión pública o personalidades del ámbito social, político y cultural, entre otros—, se les discuten sus competencias y legitimidad para participar en su gestión o solución. En este contexto, los Estados, como los actores y sujetos originarios de las Relaciones Internacionales, se resisten a perder protagonismo a favor de otros nuevos actores de legitimidad discutida, como el crimen internacional organizado o los grupos terroristas internacionales, o actores cuya autonomía se pone frecuentemente en entredicho, como las regiones o municipios, y que quieren hacer valer sus ideas e intereses o influenciar las relaciones de cooperación o conflicto. El panorama anteriormente expuesto dota de una complejidad * sin precedentes a las Relaciones Internacionales, aunque buena parte de los procesos de cooperación y conflicto pasan desapercibidos para la opinión pública internacional porque sus protagonistas no son los actores más relevantes, o porque los intereses en juego y las consecuencias para la estructura de poder internacional no son lo suficientemente impactantes. De hecho, los grandes conflictos armados, las rondas de negociación multilaterales y las conferencias internacionales que terminan con la conclusión de un tratado de derecho internacional siguen siendo los aspectos que mayor tratamiento mediático y académico reciben. Esta situación ha provocado una triple consecuencia. La primera es que cada vez sean menos los estudios o ensayos en los que se aborde la cooperación y el conflicto a través de un marco de comprensión global y asumiendo los riesgos derivados de teorizar sobre ámbitos tan que admiten tantas discusiones e interpretaciones por las distintas escuelas de pensamiento que se enmarcan dentro de esta disciplina. Otra consecuencia ha sido la renuncia a construir una teoría de la Relaciones Internacionales que aborde la naturaleza de los procesos por parte de las corrientes teóricas anti-racionalistas o reflectivistas provenientes de del constructivismo, la teoría crítica, post-modernismo y feminismo, entre N. E. Véase el capítulo «Pax Orbis. Complejidad e imperfección de la Paz». *. 170 inmaculada marrero rocha otros, que comparten su desconfianza ante la posibilidad de llegar a un conocimiento científico sobre las características de la política mundial, ya que la realidad internacional es un fenómeno socialmente construido. La tercera consecuencia de que los procesos internacionales sean cada vez más complejos e inabarcables es la tendencia a la especialización radical, volcada en el análisis de categorías concretas de relaciones de cooperación y conflicto, en procesos con participación de una tipología concreta de actores, o el estudio de procesos que tienen lugar en ámbitos regionales concretos.