ABONOS VERDES: su importancia y utilización

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ABONOS VERDES:
su importancia y utilización
Ing. Agr. Norberto A. Colacelli
Cátedra de Uso del Suelo.
Facultad de Agronomía y Zootecnia - UNT.
DEFINICIÓN: Se denomina así a las plantas de
vegetación rápida que se entierran en el propio lugar,
destinadas especialmente a mejorar las condiciones
físicas del suelo y mantener o, en lo posible, aumentar el
contenido de humus.
HISTORIA: El uso de especies leguminosas como abono verde para mejorar los
suelos data de hace muchos siglos, ya que las primeras civilizaciones griegas, romanas y
chinas los usaban. Aún en los tiempos actuales, la incorporación de grandes cantidades
de materia orgánica, ya sea en forma de material verde o rastrojos de cosechas para
abonadura, es una práctica corriente y recomendada para mejorar y mantener el
contenido de materia orgánica y la productividad de los suelos, en casi todas las
regiones de producción del mundo.
En la República Argentina, las primeras experiencias fueron desarrolladas por la sección
Forrajeras de la estación Experimental Agropecuaria de Pergamino, durante los años
1946-50, con diversas leguminosas anuales y perennes.
OBJETIVOS:
- Incrementar la cantidad de materia orgánica, o nitrógeno asimilable.
- Reducir la pérdida de nitrógeno mineral por lavado.
- Concentrar elementos nutritivos probablemente deficientes en la superficie del suelo
dejándolos en ella en forma asimilable.
- Como forma de reducir las malezas.
Los abonos verdes son incapaces, generalmente, de conferir todos los beneficios al
suelo de manera simultánea y aún no conferir ninguno de ellos.
El contenido de humus solamente aumenta de un modo significativo si se añade al
suelo un material resistente a la descomposición y este tipo de material es típicamente
pobre en nitrógeno.
La mayor o menor facilidad de descomposición se puede evaluar mediante la relación
C/N; o sea el contenido de carbono de material con respecto al contenido de nitrógeno.
Cuanto más estrecha es esta relación mas fácilmente se descompone el residuo. La
relación C/N de un rastrojo de cereal, por ejemplo, oscila alrededor de 80 y esta misma
relación para un cereal joven está en valores de 20-25.
El nitrógeno asimilable sólo aumentará en el suelo si se añade material fácilmente
descomponible rico en nitrógeno (relación C/N baja), tal como las plantas jóvenes. De
donde se deduce que el efecto de un abono verde depende del estado de desarrollo en
que se halle cuando se lo entierra.
Así, por ejemplo, un centeno joven se descompone rápidamente con una gran
producción de CO2 (dióxido de carbono), y consecuentemente deja muy poco residuo,
pero bastante nitrato (NO3-) que en la forma más asimilable del nitrógeno, mientras que
ese mismo centeno pero maduro se descompone mucho mas lentamente, dejando un
buen residuo húmico y disminuyendo el nitrógeno disponible, ya que el mismo es
utilizado por los microorganismos del suelo para descomponer el residuo y se transforma
en nitrógeno orgánico no disponible para los vegetales.
Los abonos verdes se han utilizado en gran parte del mundo con más éxito para
incrementar la cantidad de nitrógeno asimilable que para aumentar la cantidad de
humus.
CONSIDERACIONES GENERALES: La especie elegida para utilizarla como
abono verde, tiene que desarrollarse como una cosecha secundaria entre las cosechas
principales, y, por lo tanto la práctica está especialmente recomendada en regiones
donde los inviernos son suficientemente suaves y húmedos como para permitir el
crecimiento de un cultivo durante ese período.
No tiene que competir con la cosecha principal de modo alguno, y en particular por
agua, o sea que esta práctica no es utilizable en zonas áridas.
Por ello, regiones que tienen un período de desarrollo largo, tales como las regiones
de inviernos suaves y con lluvia bien distribuida, o sistema de riego adecuado, son las
más aptas para la utilización de esta técnica.
La práctica es beneficiosa en las regiones tropicales y subtropicales húmedas, y en
los huertos frutales cuando la época de crecimiento se extiende al período de reposo de
los árboles, es recomendable también donde se cultiva algodón y maíz.
Los abonos verdes pueden ser particularmente útiles en suelos salinos, porque en
comparación con el barbecho, reducen la evaporación de la superficie del suelo y, por
ello, su contenido salino, pues absorben al agua del subsuelo y sombrean la superficie.
Además cuando se entierran, sus residuos contribuyen a incrementar la asimilabilidad
del fósforo, oligoelementos y su descomposición libera dióxido de carbono (CO2) que
disminuye el pH, lo que mejora las condiciones para el cultivo siguiente.
Las leguminosas que se utilizan como abono verde es porque aumentan las reservas
de nitrógeno del suelo, si embargo, estas plantas normalmente crecerán en forma
adecuada y fijarán nitrógeno suficiente para hacer que su cultivo valga la pena, si el
suelo contiene cantidades adecuadas de Ca (calcio), P (fósforo) y K (potasio) y S
(azufre).
El N liberado durante la descomposición del abono verde sólo beneficia a la cosecha
siguiente si está lo suficientemente desarrollada como para absorber el N
inmediatamente después de liberado y antes que el NO3- producido se pierda por
lixiviación del suelo, período bastante corto, particularmente en suelos ligeros bajo
condiciones templadas y húmedas, pues las proteínas de las plantas verdes se
descomponen rápidamente.
Por el contrario, la cosecha principal no deberá sembrarse demasiado pronto después
de enterrado el abono verde, pues el período que dura la primera etapa de la
descomposición es muy desfavorable para la germinación y para el desarrollo de las
plántulas.
Los abonos verdes pueden ser relativamente ineficaces por 2 razones:
1) Dado que los materiales incorporados son rápidamente descompuestos y por lo tanto
su efecto sobre la agregación del suelo es casi nulo.
2) Al añadir al suelo un residuo de muy fácil descomposición (relación C/N estrecha) se
estimula en tal forma a los microorganismos del suelo que éstos no sólo degradan el
material agregado, sino que atacan las formas más estables de materia orgánica,
pudiendo llegar a producir disminuciones en los contenidos de materia orgánica del suelo
tratado.
CARACTERÍSTICAS QUE DEBE REUNIR UNA ESPECIE PARA
SER UTILIZADA COMO ABONO VERDE:
No cualquier especie vegetal se adapta satisfactoriamente a ser utilizada como abono
verde, estas deben satisfacer algunas características.
1) Deben desarrollarse como cosecha secundaria entre las cosechas principales.
2) Deben crecer satisfactoriamente en suelos pobres.
3) Deben producir gran volumen de masa verde.
4) Deben consumir la mínima cantidad de agua posible.
5) Deben tener un ciclo de crecimiento rápido.
6) Deben poseer un sistema radicular extenso y penetrante con el cual explore la mayor
extensión posible, sobre todo en profundidad.
Época de siembra: depende del plan perseguido; pero se puede afirmar que los
abonos verdes están supeditados a las lluvias y/o posibilidades de riego.
Incorporación al suelo: Es conveniente una incorporación parcial dado que facilita
la aireación, la profundidad depende del tipo de suelo de que se trate, pero por lo
general en suelos sueltos se los puede enterrar a mayor profundidad que en los más
compactos. Entre los 5 y 7 cm es una profundidad conveniente. La maquinaria que se
puede utilizar para esta tarea son: la rastra de discos o un arado de discos a poca
profundidad.
ESPECIES UTILIZADAS COMO ABONOS VERDES:
Desde el punto de vista de la clasificación sistemática se puede agrupar los abonos
verdes en:
Leguminosas: Trébol rojo, Trébol blanco, Melilotus, Vicia, Lupino, etc.
Gramíneas: Trigo, Centeno, Sudan-grass, Avena, Cebada, etc.
Desde el punto de vista de sus hábitos de crecimiento se pueden clasificar:
Otoño-invierno: Cereales, Vicia, tréboles.
Primavera-Verano: Soja, Caupí, Sudan.Grass, Lespedeza.
Desde el punto de vista del tipo de suelo en que se desarrollan mejor:
Suelos sueltos: Lupino.
Suelos compactos: Habas, Trébol blanco, Trébol encarnado, alfalfa.
Suelos calcáreos: Vicia, Trébol amarillo.
Es posible implantar 2 cultivos juntos para obtener abono verde, para esto es
importante que ambos cultivos se beneficien mutuamente como en el caso de las
leguminosas y las gramíneas.
DESVENTAJAS: Sin duda el principal inconveniente que plantea la realización de
este tipo de práctica es la competencia por agua. En áreas de escasas precipitaciones los
abonos verdes compiten con el cultivo posterior, dejando por los procesos de
descomposición el suelo más ligero y abierto. En regiones más húmedas (600-700mm)
el hecho que un abono verde utilice alrededor de 200mm de agua, puede perjudicar en
mucho al cultivo principal, ante la menor sequía. Se puede concluir que a pesar de sus
ventajas, es necesario contemplar los daños que podrían ocasionar en regiones donde el
agua es un factor limitante.
CONCLUSIONES: El manejo racional de los abonos verdes, se puede convertir en un
valioso aliado para: a) Evitar pérdidas de nutrientes por lixiviación. b) Controlar la
erosión. c) Mantener o adicionar materia orgánica al suelo.
La cantidad de material que se puede acumular con las incorporaciones varía
fundamentalmente por:
-
Cantidad del cultivo incorporado.
Naturaleza del cultivo.
Grado de aireación del suelo.
Condiciones climáticas.
Momento del ciclo en que se hace la incorporación.
En general los abonos verdes de leguminosas superan ampliamente a los de
gramíneas, en lo que atañe a su efecto en los rendimientos del cultivo siguiente, y el
grado de residualidad dependerá de:
-
Cantidad del material enterrado.
Calidad del material enterrado, (C/N).
Condiciones del suelo.
Factores climáticos.
Los abonos verdes de gramíneas superan a los de leguminosas en cuanto a la
cantidad de material verde producido para enterrar. Las experiencias en nuestro país y
el mundo indican que los abonos verdes son útiles para aumentar la cantidad de N
disponible y, a lo sumo mantener los contenidos de materia orgánica.
En síntesis esta técnica es eficaz para poner a disposición del cultivo principal
mayores cantidades de NO3-. Es también significativo el efecto de concentrar nutrientes
en la superficie del suelo, evitando la pérdida por lixiviación de los mismos.
En cuanto a poder aumentar o mantener los contenidos de materia orgánica y sus
consecuentes mejoras en la estructura del suelo su efecto es mucho mas relativo ya
que, como se dijo anteriormente, las fracciones húmicas producidas son muy lábiles y
por lo tanto su efecto en el suelo es efímero, en el mejor de los casos actúan en ese
período agrícola. El aporte de abonos verdes, junto a rotaciones y manejo de residuos
de cosecha, a los que se le suma el estiércol animal, han logrado recuperaciones de
suelos que ninguno de ellos podrían haber logrado por si sola.¤
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