RECURSOS. Poder de recurrir. Condiciones de interposición: Tempestividad. Supuestos de excepción. RECURSOS IN PAUPERIS. Flexibilización de exigencias formales: Sentido. I. La voluntad del imputado de impugnar la sentencia debe decisión de su abogado defensor. Ello así, pues en materia imputado, el poder de recurrir pertenece originariamente a defensor, quién sólo puede deducir impugnaciones en el específica actividad de asistencia y representación de aquél. primar sobre la de recursos del éste y no a su contexto de su II. El art. 449 del C.P.P. establece bajo pena de inadmisibilidad que los recursos deberán interponerse en las condiciones de tiempo y forma que se determinan. Consecuentemente con ello, el 455 del mismo cuerpo legal, establece que el recurso no será concedido por el Tribunal que dictó la resolución impugnada cuando no fuere interpuesto en tiempo. Hubo ciertas circunstancias que justificaron la apertura de la vía recursiva aún cuando su presentación fue tardía. Tales como el caso en que el imputado privado de su libertad, antes de fenecido el plazo había solicitado una audiencia con el Presidente de la Cámara, a través de un escrito que llegó al Tribunal un día después de su vencimiento, que no se proveyó, y procedió sólo a citárselo después a fin de notificarle la denegatoria del recurso. En otro de los casos, el imputado también se encontraba privado de su libertad y alojado en un establecimiento distante a donde el Tribunal interviniente tenía su sede, condición que imposibilitaba un contacto fluido con su defensor técnico para, de esa forma, hacerle saber tempestivamente su voluntad de impugnar la sentencia. También se contempló la situación en que al condenado que se hallaba internado en un establecimiento carcelario al tiempo de la interposición del recurso, el Tribunal no le proveyó de los fundamentos del fallo. En otro precedente, se consideró que la presentación extemporánea del escrito de un imputado privado de su libertad se debió a una demora en el envío y recepción de sus escritos, sumado a la inactividad del Tribunal frente a sus peticiones. Los precedentes apuntados, citados a modo ejemplificativo, fueron trazando una clara línea de análisis, en donde el común denominador era que se trataba de imputados que se encontraban privados de su libertad, y se dieron particulares circunstancias que imposibilitaron que su manifestación de voluntad de impugnar la decisión fuera interpuesta en término. III. En la interposición in pauperis de los recursos, la doctrina elaborada pretorianamente por la Corte Suprema de Justicia de la Nación permite la flexibilización de toda exigencia de admisibilidad formal, pues ello atiende a la situación de desvalimiento de los imputados privados de la libertad; de allí que dichas alegaciones valgan sólo como expresión de la voluntad de impugnar que deben ser fundadas jurídicamente por el defensor. TSJ, Sala Penal, A. n° 124, 29/4/10, “GAITAN, Ariel Rolando p.s.a. incumplimiento de los deberes de asistencia familiar -Recurso de Queja-”. Vocales: Dras. Cafure de Battistelli, Tarditti y Blanc de Arabel. AUTO NÚMERO: CIENTO VEINTICUATRO Córdoba, veintinueve de abril de dos mil diez. Y VISTOS: Los autos “GAITAN, Ariel Rolando p.s.a. incumplimiento de los deberes de asistencia familiar -Recurso de Queja-” (Expte. “G”, 4/10). DE LOS QUE RESULTA: Por auto N° 1, del 2 de febrero de 2010, el Juzgado de Menores de Cuarta Nominación de esta ciudad, resolvió: “I) No conceder por extemporáneo el recurso de casación interpuesto por la defensora oficial Marcela Giletta en contra de la sentencia número diecinueve dictada en estos autos (arts. 455, 475, 474, y 449” (fs. 605 vta.). Y CONSIDERANDO: I. La Sra. Asesora Letrada Penal del 19° Turno, Dra. Marcela Giletta, interpone el presente recurso de queja en contra del auto mencionado. Luego de reseñar los antecedentes de la causa que consideró relevantes, manifiesta que el Tribunal ha incurrido en contradicciones en relación a su postura sobre el alcance “del derecho del imputado a recurrir y el desarrollo del recurso”. Ello así, pues a pesar de la extemporaneidad de la presentación efectuada por el imputado con fecha 02 de diciembre del año pasado, le corrió vista la defensa para que sustentara jurídicamente tal petición, ordenando incluso dejar en suspenso la orden de captura librada contra Gaitán, quien se había presentado espontáneamente ante el Tribunal (fs. 02). En esta última oportunidad, el juzgador consideró a la voluntad impugnaticia del encartado como una instancia “in pauperis”, otorgándole la flexibilización que en relación a dichas presentaciones contempla la Corte Suprema de Justicia de la Nación en consonancia con las garantías constitucionales, dándole la posibilidad de encaminar el recurso intentado. Sin embargo, en contraposición a lo resuelto entonces, denegó luego la concesión del recurso de casación articulado por la defensa, considerando que éste no se efectuó en término. De esta manera, estima que el a quo ha escindido la voluntad del incoado –a la que dio cauce a pesar de ser presentada fuera del término y encontrarse Gaitán en libertad- en contraste a la exigencia impuesta de hecho a la suscripta como defensora pública, omitiendo realizar un emplazamiento concreto que al menos clarificara desde qué momento comenzaba a computarse el término previsto por el art. 474 del C.P.P. y despejara toda duda sobre el rigor formal al que sujetaba ahora la voluntad recursiva, teniendo en cuenta que la misma ya había sido notificada al anterior defensor (Dr. Cabrera Paulí) con fecha 3/12/09. De esta manera, el derecho primeramente acordado al encausado resultó ulteriormente denegado por causas ajenas a su proceder, careciendo de toda razonabilidad el cambio de postura adoptado en perjuicio de Ariel Rolando Gaitán, violando la máxima “venire contra factum proprium non vale” que conforme a su recepción en la fórmula acuñada por el más Alto Tribunal consiste en que “nadie pude ponerse en contradicción con sus propios actos ejerciendo una conducta incompatible con una anterior, deliberada y jurídicamente eficaz” teoría de los actos propios- (fs. 2 vta.). Según la defensa, el Tribunal consideró que el término había fenecido en dos oportunidades diferentes sin quedar claro cuál de las dos tiene efectos jurídicos relevantes a los fines de la concesión del recurso articulado. Aclara que la defensa técnica viene a completar la personalidad jurídica del imputado en el proceso encausando su pretensión, y por lo tanto el “término para recurrir” es uno solo para ambos, empero pareciera que el a quo les dio un tratamiento distinto, lo que a la postre termina afectando los derechos del traído a proceso (fs. 3). Acota, que la firmeza de la sentencia condenatoria había sido decretada con fecha 1 de diciembre, oportunidad en la que se dispuso la captura del imputado, lo cual se dejó en suspenso atento el pauperis presentado. Sin embargo, el Tribunal le vuelve a otorgar ese carácter mediante decreto de fecha 30 de diciembre de 2009, sin notificar a las partes de dicho proveído vedando toda posibilidad de oponerse a ello. Destaca, que desde el momento en que interpuso la queja contra la indebida denegatoria del recurso de casación, va de suyo que indirectamente se cuestiona la firmeza adjudicada al fallo condenatorio y su “ejecutoriedad”, atento el efecto suspensivo que dicha impugnación traería aparejada en caso de ser admitida (art. 453 C.P.P.), motivo por el cual, en modo alguno ello se erige en obstáculo para la concesión del recurso (fs. 3). La impugnante insiste en que erróneamente el a quo ha denegado la concesión del recurso invocando su “extemporaneidad”, cuando en todo caso debió atenuar el nivel de exigencia recaído sobre la defensa –pública- en desmedro exclusivo de los intereses del imputado, incurriendo finalmente en un excesivo rigorismo formal que compromete el real ejercicio del derecho de defensa en relación a su derecho de recurrir ante un Tribunal Superior (C.A.D.H., art. 8 inc. 2, ap. H) en consonancia con el art. 75 inc. 22° de la Constitución Nacional. Cita jurisprudencia al respecto (fs. 3 vta.). La injusta denegatoria produce un perjuicio cierto e irreparable ya que, de no mediar la interposición presente, la sentencia condenatoria es pasible de ejecución, teniendo en cuenta que Ariel Rolando Gaitán fue condenado a una pena de cumplimiento efectivo, encontrándose por tanto en juego su libertad y junto a ella la conculcación de otros derechos que afectarían incluso a la víctima dada la naturaleza alimentaria del delito atribuido (fs. 3 vta.). Por último agrega, que no es su intención “dilatar” el plazo de la ley (art. 474 del C.P.P.), sino que a partir de la categorización de la presentación del imputado efectuada por el Tribunal como “recurso in pauperis” permitió interpretar que se estaba dando cauce a la voluntad recursiva sin cortapizas (fs. 3 vta.). La pretensión de la defensora, es que se admita el presente embate, se deje sin efecto el auto impugnado, analice en forma total las actuaciones y la impugnación presentada y, consecuentemente, considere sustancialmente el recurso de casación deducido y, luego, decida lo que por derecho corresponda (fs. 4). II. El art. 449 del C.P.P. establece bajo pena de inadmisibilidad que los recursos deberán interponerse en las condiciones de tiempo y forma que se determinan. Consecuentemente con ello, el 455 del mismo cuerpo legal, establece que el recurso "no será concedido por el Tribunal que dictó la resolución impugnada... no fuere interpuesto en tiempo...". Ello así, y cotejada la resolución por la cual se agravia el recurrente (sentencia Nº 19, del 13/11/09 - fs. 565/574-), quedó firme al fenecer el término de quince (15) días para la interposición del recurso de casación (C.P.P., art. 474), contado de conformidad al modo previsto por el art. 181 C.P.P.. En efecto, el cómputo del término comenzó el día siguiente a la lectura de los fundamentos (14 de noviembre) y vencía el sábado 28 del mismo mes, y por aplicación del segundo párrafo del art. 181, tal vencimiento se cumplió el 1° de diciembre a las 10:00 hs., sin que hasta ese momento haya manifestación alguna de recurrir (certificado de fs. 578). En mérito a tales razones, es que nos permite arribar a la conclusión de que la impugnación objeto de análisis ha sido presentada extemporáneamente, por lo cual ha sido debidamente denegada. Repárese, que el día de la audiencia el imputado estando en libertad, compareció asistido por su abogado defensor, el Asesor Letrado Penal, Dr. Raúl Cabrera Paulí, en cuya ocasión se les comunicó a ambos la fecha de la lectura de los fundamentos de la resolución (ver acta de fs. 559/563 vta.), a la que no asistieron pese encontrarse debidamente notificados (fs. 575). Posteriormente, y antes de que se venza el plazo para interponer el recurso de casación, el defensor del imputado solicitó se curse citación a su defendido para que concurra a su despacho (30/11/09, certificado de fs. 576), la que fue cursada ese mismo día (fs. 577). El día 1° de diciembre, el Sr. Asesor Letrado, le solicita que nuevamente curse una citación a su defendido (fs. 580). El 2 de diciembre, el imputado se presentó ante el Juzgado de Menores, a poner de manifiesto la voluntad de impugnar el decisorio (fs. 581). Frente a esa manifestación, ese mismo día, el Tribunal corre traslado al Asesor Letrado interviniente a fin de que fundamente técnica y jurídicamente la expresión de su defendido a pesar de comunicarle que no era oportuna (fs. 582). Con fecha 10 de diciembre de 2009, compareció la Sra. Asesora Letrada, Dra. Marcela Gilleta, a fin de informar que ella asumiría la defensa del imputado, solicitando se arbitren los medios para facilitar los autos con el propósito de fundamentar técnicamente el recurso “in pauperis” presentado por el imputado (fs. 592). Al proveerle dicha petición, el Tribunal le hace saber que “sin perjuicio de los términos procesales en curso” (fs. 593). De la reseña efectuada, y como bien lo asume la defensora es la voluntad del imputado de impugnar la sentencia la que debe primar sobre la decisión de su abogado defensor. Ello así, pues en materia de recursos del imputado, el poder de recurrir pertenece originariamente a éste y no a su defensor, quién sólo puede deducir impugnaciones en el contexto de su específica actividad de asistencia y representación de aquél (AYÁN, Manuel N., “Recursos en materia penal”, Ed. Marcos Lerner, Cba., p. 173). Precisamente, el Tribunal tuvo en cuenta, el comparendo de Gaitán en el que puso de manifiesto su voluntad de impugnar la decisión condenatoria, que fue realizado un día después de vencido el término para recurrir. En ese contexto, el Tribunal obró más que correctamente al correrle traslado de la presentación extemporánea, pues le posibilitó a la defensa técnica exponer razones extraordinarias que pudieran haber flexibilizado el término de vencimiento, empero de la lectura del escrito casatorio no surge de manera alguna que así lo hiciera. No es por tanto un obrar en contrario con sus actos –como lo entendió la defensa-, sino todo lo opuesto, pues posibilitó una vez más al ahora asesor técnico ejercer la defensa jurídica ante el superior, pudiendo demostrar que su asistido se encontraba en alguna situación especial que permitiera sortear el vencimiento del plazo. Debe destacarse que si bien en la interposición in pauperis de los recursos, doctrina elaborada pretorianamente por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se permite la flexibilización de toda exigencia de admisibilidad formal, ello atiende a la situación de desvalimiento de los imputados privados de la libertad, de allí que dichas alegaciones valgan sólo como expresión de la voluntad de impugnar que deben ser fundadas jurídicamente por el defensor (T.S.J., Sala Penal, A. nº 75, 22/3/99, "Aramburu"; A. n° 160, 29/4/99 “Martínez”, entre otros). Es así, que hubo ciertas circunstancias que justificaron la apertura de la vía aún cuando su presentación fue tardía. Tales como, el caso en que el imputado privado de su libertad, dos días antes había solicitado una audiencia con el Presidente de la Cámara, a través de un escrito que llegó al Tribunal un día después de su vencimiento, y al que no se proveyó, y procedió sólo a citárselo diez días después, a fin de notificarle la denegatoria del recurso. Es más, el último día antes del vencimiento del plazo, el imputado había confeccionado su libelo recursivo habiéndolo recibido el mismo día de su fenecimiento. En dicha presentación, además, el imputado solicitaba la designación de un nuevo defensor, pedido al que no se le imprimió trámite alguno hasta después de casi un mes (Cfr. TSJ, Sala Penal, A. n° 275, 6/8/99). En otro de los casos, el imputado que también se encontraba privado de su libertad, y alojado en un establecimiento distante a donde el Tribunal interviniente tenía su sede, condición que imposibilitaba un contacto fluido con su defensor técnico para, de esa forma, hacerle saber tempestivamente su voluntad de impugnar la sentencia (Cfr. TSJ, Sala Penal, A. n° 151, 7/7/06, “Zárate”). Como también, se contempló la situación en que al condenado que se hallaba internado en un establecimiento carcelario, y al tiempo de la interposición del recurso el Tribunal no se le ha provisto de los fundamentos del fallo (Cfr. Sala Penal, S. n° 39, 17,3/08, “Sosa”). En otro precedente, se consideró que la presentación extemporánea del escrito de un imputado privado de su libertad, se debió a una demora en el envío y recepción de sus escritos, sumado a la inactividad del Tribunal frente a sus peticiones (Cfr. TSJ, Sala Penal, S. 169, 30/6/09, “Mansilla”). Los precedentes apuntados, citados a modo ejemplificativo, fueron trazando una clara línea de análisis, en donde el común denominador era que se trataba de imputados que se encontraban privados de su libertad, y se dieron particulares circunstancias que imposibilitaron que su manifestación de voluntad de impugnar la decisión fuera interpuesta en término. Esta situación especial, en autos no ha sido verificada, desde que el encartado gozaba de su libertad de locomoción, se encontraba debidamente notificado de la audiencia de lectura de los fundamentos, acto en el que estaba acompañado de su defensor, empero no compareció sin que se haya justificado su ausencia, y luego un día después de fenecido el término hizo conocer al Tribunal su voluntad de impugnar sin justificar de manera alguna su tardanza, gozando de la asistencia de un letrado hasta el mismo día en que se vencía el término. Por estas razones, se encuentra debidamente fundada la denegación al recurso de casación interpuesto por el imputado, con la asistencia de la Sra. Asesora Letrada Penal, por resultar su presentación extemporánea. III. En consecuencia, corresponde desechar la queja deducida en autos por la Sra. Asesora Letrada Penal del 19 Turno, Dra. Marcela Giletta a favor del imputado Ariel Rolando Gaitán (arts. 443, 469 y 488 C.P.P.). Con costas (arts. 550 y 551 ibidem). Por todo lo expuesto, el Tribunal Superior de Justicia, por intermedio de la Sala Penal; RESUELVE: Desechar la queja deducida en autos por la Sra. Asesora Letrada Penal del 19 Turno, Dra. Marcela Giletta a favor del imputado Ariel Rolando Gaitán (arts. 443, 469 y 488 C.P.P.). Con costas (arts. 550 y 551 ibidem). Protocolícese, hágase saber y oportunamente bajen Dra. Aída TARDITTI Presidenta de la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia Dra. María Esther C AFURE DE B ATTISTELLI Vocal del Tribunal Superior de Justicia Dra. M. de las Mercedes BL ANC G. DE ARABEL Vocal del Tribunal Superior de Justicia Dr. Luis María SOSA LANZ A CASTELLI Secretario del Tribunal Superior de Justicia