68| RODRÍGUEZ, Ventura (Ciempozuelos, 1717 - Madrid, 1787) (Atribuido) Proyecto de fachada de una iglesia o catedral (Ca. 1748-1750) Dib/14/25/3 Dibujo sobre papel amarillento verjurado : pluma, pincel, trazos de lápiz negro, tinta negra y aguadas grises ; irreg., 361 x 437 mm. Barcia n.º 1656. El dibujo, a lápiz, pluma y aguadas grises muy delicadas, representa el alzado de una gran iglesia catedral. Se trata, sin duda, de una propuesta ideal, no vinculada a proyecto alguno de los conocidos de Ventura Rodríguez (1717-1787), a pesar de haber sido estos muy numerosos (Pulido y Díaz 1898; Íñiguez 1935, 1949; Chueca 1942, 1943, 1949; Reese 1976; Marías 1985; Sambricio 1986; Tovar, 1982, 1985, 1994; Blanco 1996; o Rodríguez Ruiz 2002). Barcia había pensado que podría tratarse de una propuesta de Ventura Rodríguez para la fachada de su proyecto de San Francisco el Grande, de 1761 (véanse, en este catálogo, los dibujos B 1663 y B 1664). Esa relación se ha mantenido desde entonces, al menos cuando la historiografía se ha detenido en este dibujo, lo que no ha sido muy frecuente (véanse los catálogos de las exposiciones Madrid 1983, n.º 3 y Madrid 1992, n.º 212). Sin embargo, ya Reese, en 1976, descartaba, con razón, la posibilidad de vincularlo al proyecto de Ventura Rodríguez para San Francisco el Grande y mucho menos como alzado de la planta que conocemos (B 1664) por una copia del siglo XIX. Con posterioridad, yo mismo (Rodríguez Ruiz 2002, 2004) vinculé esta fachada con el proyecto de Ferdinando Fuga para la fachada de la basílica de Santa Maria Maggiore de Roma, especialmente con su segunda propuesta, de 1741 (Bianchi 1955, n.º 50, fig. 13; Pane 1956, pp. 84 y ss; Kieven 1988, 1991), efectivamente construida en 1743. El elegantísimo y cuidado proyecto de Fuga tuvo que acomodarse y dar respuesta proporcional y compositiva no solo a la fachada existente y al mosaico del cuerpo superior, sino también al edificio para los canónigos que había construido Flaminio Ponzio a la derecha de la fachada, realizando otro cuerpo simétrico similar al otro lado. Fueron las proporciones de las pilastras de la construcción de Ponzio las que dieron la escala de las columnas del pórtico, con cinco huecos, que levantó Fuga en el cuerpo inferior de su fachada, alternado la decoración y jerarquización de los mismos en el centro y en los extremos. Sobre el pórtico levantó Fuga un cuerpo superior, la logia de las bendiciones, distribuido en tres ejes, siendo el principal más alto y rematado por un frontón, corriendo sobre esta segunda planta una balaustrada cornada por estatuas y dejando sus tres vanos como una pantalla transparente para poder visualizar el mosaico de la fachada primitiva, iluminado, además, por huecos en la bóveda. En las obras y en el protagonismo de Fuga tuvo un papel importantísimo el cardenal Trojano Acquaviva, mecenas del arquitecto y representante de Felipe V en Roma, no en balde el rey de España era protector de la basílica. Todas estas resumidas precisiones sirven para considerar que el proyecto y las obras de Fuga en Santa María Maggiore pudieran haber sido conocidas en Madrid en la década de los años cuarenta, no solo por su condición de tutor, a partir de 1747, de los primeros pensionados de la Academia de San Fernando en Roma, José de Hermosilla y Miguel Fernández (Bérchez 1993), sino sabiendo, además, que continuó posteriormente las mismas en la reforma del interior (véase, en este catálogo, el dibujo AB 2291) y en el nuevo altar mayor, en forma de baldaquino. Del antiguo baldaquino conserva la Biblioteca Nacional un dibujo, hasta ahora inédito (B 7802), del siglo XVII y muy próximo a la estampa grabada con el mismo altar en P. De Angelis, Basilicae S. Mariae Mag- 93 gioris…, Roma, 1621, pág. 95. En este dibujo, la fachada de Fuga para la basílica se Santa Maria Maggiore es usada con una fidelidad tan extraña que denota un conocimiento directo del proyecto o de la construcción de la misma, aunque es cierto que en el dibujo de la Biblioteca Nacional se incorpora a una idea de iglesia o catedral con cúpula sobre tambor —lo que no ocurre en la de Roma— y con dos campanarios en los extremos de la fachada, en la mejor tradición de Borromini, Carlo Fontana o Juvarra, todos bien conocidos de Ventura Rodríguez, ya fuera por medio de estampas en el caso de los dos primeros, o, además, personalmente, como ocurre con el segundo, del que fue delineante durante su breve y decisiva estancia en España (1735-1736). Y ese conocimiento no solo lo testimonian sus escritos y referencias documentales, sino sus otros grandes proyectos de iglesias. En primer lugar, el de catedral, presentado en 1748 a la Accademia di San Luca (Kubler 1957; Marconi et al. 1974, entre otros), como agradecimiento obligado a su nombramiento como «académico di merito» en 1745, confirmado con diploma del 1747 (reproducido en Pulido y Díaz 1898, pp. 24-25), y no como «académico de gracia», como se ha afirmado en alguna ocasión. Y, en segundo lugar, con su proyecto, no construido y del que se sentía especialmente orgulloso (Rodríguez Ruiz 2002), para San Francisco el Grande de Madrid (1761). Todos estos datos apuntan a un conocedor de la obra de Fuga (Hermosilla y Miguel Fernández lo fueron en Roma e incluso dibujaron sus obras) que usa de su solución para Santa Maria Maggiore, proporcionada a la escala y consideración casi de conservación del patrimonio de una obra previa, para idear un nuevo proyecto con cúpula, cuyo tambor no conocemos, a pesar de que se ha especulado incompresiblemente con la idea de que el cuerpo superior de la fachada fuera el diseño de aquel (Madrid 1992, n.º 212), incluso criticando su desconocimiento de las proporciones, lo que sí es llamativo. Si Ventura Rodríguez pudo conocer mediante dibujos la obra de Fuga, lo que no es imposible, también es cierto que las maneras gráficas del dibujo encajan con dificultad en las más características del arquitecto, siendo siempre estas muy complejas. En el verso de este dibujo se encuentra otro, trazado a pluma, que representa parte de una planta cuyo destino no es conocido, aunque pudiera ser parte de un proyecto de reforma o intervención en un edificio anterior de disposición irregular. [DR] 94