HISTORIA PARA MI MUERTE Karvood (seudónimo) Algún momento pararé de pensar, razonar y encontrar motivos para escribir. He sido malhechor de actos, esclavo de mis pensamientos y dictador de mis ideas, necesito escribir, es obvio, necesito ser infeliz, necesito el dolor, ese dolor que desgarra el alma, que tuerce tus entrañas como un elixir divino. Cerrar mis ojos y esperar ese segundo, el segundo que se convierte en eternidad, se convierte en el puente entre nosotros. He deseado, desde un comienzo, tener palabras para reproducir mis sentimientos, sin embargo, no puedo, sólo puedo tener fe en que me comprendas... Por si interesa, mi nombre es Vicente, siempre fui especial, según mis tutores he nacido como genio, el mesías que salvaría al mundo de la mediocridad y la incertidumbre, por mi cuenta, creo que sólo soy lo que desearon ser ellos, soy sus deseos más ocultos, más resentidos. Entonces, te preguntarás porque te escribo, sólo deseo que sepas que todavía existo. Deseo que sepas que en este mundo de pequeñas polillas donde sólo se alimentan de recuerdos antaños, fracasos y placeres de ellos mismos, de esa gente que sólo deambula sin rumbo ni dirección, donde por un par de segundos pudieron ser iluminados por esa chispa de vida que llaman amor, estoy yo, tal vez el único vivo deseoso de renacer en ti. Estudio Arte (por si te interesa). No me creería ud. si le dijera que todos estos meses en los cuales he estado viviendo en la situación que estoy he olvidado bastante de mi vieja vida, los pocos recuerdos que me quedan sirven para advertirle a ud. mi experiencia, para que no caiga en lo yo estoy inmerso. De mi antigua vida sólo tengo 2 recuerdos, el primero, era una especie de ritual que realizaba de vez en cuando, lanzaba mis oleos al mar (claramente los embutía en una botella para que no se estropearan). Aunque no lo creas siempre pensé que esté tipo de ritual era una verdadera catarsis, claro está, que mis creaciones no las veía otra persona más que yo. Obviamente te preguntarás el motivo de este ritual. Siempre he pensado que un extraño valora más las cosas cuando no sabe de quien y de donde vienen, tenía la absurda esperanza que alguien, encontraría una de esas pequeñas botellitas y destapara el suspiro de vida, creía que la imaginación era como el mar, inmenso y solitario, lleno de un liquido que forma la vida, pero al mismo tiempo no es más que un desierto inexplorado por la razón humana, y el único ente capaz de descubrir de destapar ese pozo es el espíritu. Como te imaginarás al lanzar este trozo de mi existencia, lo hacía con todas mis sueños y mejores deseos, aunque con la 1 incertidumbre de que alguna vez tuviera algún percance en su majestuoso vuelo. El otro recuerdo eres tu, no me acuerdo del momento exacto, fue una semana de invierno en donde nuestros ojos, fuente de la imaginación, se cruzaron buscando un poco de cada cual, nunca creí que transcendieras tanto, aunque no te conozco y últimamente sólo mi alimento eres tu, debo confesar que hasta ahora me parece bastante patético decir lo que estoy diciendo, pero me parece necesario. Como toda historia, ud se dará cuenta, existe cierto lapso en el cual sucede un cambio, una explosión, el clímax de la historia, como ya he dicho: deseo tener las palabras para reproducir mis sentimientos, espero ahora ser comprendido. Fue uno de esos días de mi insólito ritual, el cual me viste, tus el fuego en tus cabellos de fuego sólo eran apaciguados por tu bufanda amarilla, me sorprendiste cometiendo la peor de mis fechorías, fueron así rotas todas mis esperanzas de buscar una ocasión para conocerte, pero fue injusto, fue ese intervalo oscuro y profano, el que yo solo guardaba para de vez en cuando, fuiste capaz de profanar aquel momento, movida por curiosidad fuiste la única en descubrir la cruenta práctica que hacía, por un segundo sentí vergüenza, en el siguiente sentí rabia y por último sentí lastima, si, sentí lastima de mi mismo, de mi cruel destino, de mi insípida e inmoral práctica, sentí por primera vez miedo, miedo de mi, ¿en que monstruo me había convertido?, en que lacra de ser humano, dejar que se desperdiciara el grandioso tesoro que tenía, la verdadera escencia de la vida, había sido todo botado en un desierto sin retorno. Sentí como se desgarró mi corazón, como mis piernas se movieron solas, como mis ojos no reaccionaron a mirarte, como en menos de un instante ya estaba en mi estudio, junto con los únicos placeres que me provocaban felicidad a mi sucio y inherente cuerpo. Tome el vino, como en un acto de solemnidad lo alcé al frente de rostro, lo vi reflejado en el, y luego en un solo sorbo bebí el veneno de sangre. Las drogas las deje junto a la ducha, la había llenado y temperado para está frívola ocasión. Más rápido que mis pensamientos por primera vez había actuado mi cuerpo, me sentía ligero, me sentía encerrado, fue cuando el vino se mezclaba como un suicida con mi sangre, el agua con la sangre y el vino con el agua, provocaban la melodía de mi muerte, estos fueron mi sepulcro eterno, por primera vez entendí la razón de mi existencia, comencé a apretar cada vez más fuerte mi única arma frente a la antipatía de mi vida, quería aniquilarme deseaba no existir; como en un ataque de ira contra el mundo tomé la soga y comencé a apretar cada vez más fuerte, mis manos indefensas no podían en contra de aquel poder, anhele con todas mis fuerzas que este minuto pasara, pero fue eterno, era algo inevitable, no 2 tenía alternativa fui hecho para servir a un ser superior, nunca tuve la opción no podía destruir este vínculo. La mano cada vez más fuerte, cada vez prepotente me aniquilaba a cada segundo, no tuve opción sólo me deje llevar, solté la soga de mi cuello y me rendí, me rendí a esta fuerza. Fue hay cuando lo comprendí, me negaba a ser salvador de esta mísera sociedad, me negaba a nacer, había tomado desde un comienzo mi cordón umbilical e intrínsecamente había tratando de ahórcame, pero la maldita mano me tomó una pierna, había luchado hasta agotar mis fuerzas, luché en contra de los gemidos, luché en contra de mi destino, pero no fue suficiente, luego de unos segundos sentí el escalofrío de la superficie, pensé en no respirar asfixiarme de una vez, pero todos mis intentos fueron en vano, fue entonces cuando lloré, lloré por estar en este mundo con una sucia mujer, por no tener un padre, por ser lo que soy. Si me reconoces, sálvame... 3