1 VASCO DE QUIROGA FUNDADOR DE PUEBLOS * por Antonio A RRIAGA La ciudad de Uruapan, en Michoacán, nació en los momentos en que se fundía la cultura indígena con la española para dar nacimiento a nuestro mundo de mexicanos. Las fundaciones de fray Juan de San Miguel Fray Juan de San Miguel fue uno de los primeros religiosos franciscanos que llegaron a Nueva España en la misión del 1527. Los tarascos habían huido a la sierra por el horror que les causara Nuño Beltrán de Guzmán; y fray Juan de San Miguel, lleno de celo por la conversión de las almas, penetró hasta los lugares más remotos; no quedó cumbre, gruta o monte de toda esta provincia, dice el padre Larrea, que no recorriera a pie de scalzo, descubriendo en sus retiros a los indígenas, hasta lograr que bajaran a este lugar, a la vida pública y sociable. Este hom bre extraordinario, el año de 1536 aprendió la lengua tarasca, redujo a los indios a la civilización, y fundó los pueblos de Ta ncítaro, Charapan, Periban y otros muchos de la sierra; estableció en todos ellos iglesias y hospitales, y concluida la conquista de la sierra, fundó a Uruapan el año de 1540. Viendo el sitio tan fecundo, ameno y vistoso, y que el cielo se le inclinaba con tan lindo agrado, y descubriendo en los sem blantes el afecto con que lo miraban, hizo alto el colono, caudi- * Discurso pronunciado en la conmemoración del IV centenario de su muerte. 2 llo del pueblo, y fundó a Uruapan en el mejor lugar que conte nía todo el valle y que tiene todo el reino de Michoacán, repa rtiendo la población en sus calles, plazas y barrios, con la mejor disposición que pudiera la aristocracia de Roma, según refiere el cronista, dando a cada vecino su posesión, mandando que desde luego hiciesen casas y huertas, plantando de todas frutas y aclimatando nuevas, y distribuyó agua de pie para la verdura, con tan linda disposición que todo Uruapan parece un país fla menco, de frutales tan levantados que en competencia de los pinos suben al cielo. A un lado del pueblo está un ojo de agua de doce varas, tan profundo y corpulento que discurriendo hacia el poniente, a tiro de piedra es un rió c a u d a l o s o . Construyó la iglesia, el hospital o huatapera que ahora se ha reconstruido como un programa del gobierno de Michoacán y del Instituto Nacional Indigenista, y que se complementa al fundarse el Centro Indigenista en la sierra de Uruapan, después que a todos los pueblos tarascos se les han restituido sus tierras. Fray Juan de San Miguel estableció escuelas de primeras letras y de música, enseñó las artes a los indígenas, y los defendió valerosamente de la opresión de los conquistadores, logrando fundar veinte hospitales en la región para salvar a los naturales de las pestes que se sucedían y asolaban a los pueblos. Las fundaciones de Vasco de Quiroga Aquella labor la recogió don Vasco de Quiroga, y la extendió en forma prodigiosa, según afirmación del propio cronista Larrea; don Vasco convierte los hospitales en organismos con sentido económico, social y agrario. “Ante nosotros se presenta don Vasco con media vida en la penumbra, y el resto de su tránsito terrenal bajo la luz creadora del sol de los trópicos.” Y hasta parece, desde nuestro punto de vista, que sus primeros sesenta años fueron una larga prepar ación para la tarea definitiva. 3 Ahora sabemos, gracias a la investigación realizada por el padre Warren, que en 1525 fue enviado como juez de residencia del corregidor español a Orán, en Argelia; sus rectos principios morales se manifiestan en su trato con moros y judíos, cuando les da la razón frente a los españoles, y surgiendo como el gran humanista de la historia, firma el Tratado de Paz de Tremecén, estado árabe vecino de Orán, en Argelia. El castellano viejo se hizo criollo en los trabajos de la Segun da Audiencia y en las fundaciones de Santa Fe, y se acercó a los indios, es decir, a la tierra, hasta confundirse con ellos con amor de padre en su amada diócesis michoacana, en la primitiva Tzintzuntzan, que le fue ingrata, y en Pátzcuaro, lugar de ale gría y de agua cantante, donde al fin estableció su casa como centro de un hogar donde él era el patriarca; sus hermanos fue ron los indios viejos, representantes de la tradición, y sus hijos, los muchachos indios y las niñas morenas que simbolizaban el porvenir de la raza. No es razonable el empeño de acaparar la gloria de don Vas co para los fines de una tendencia exclusiva, política o confesional. Mientras más alto está una persona es también más rica y complicada; y hay espíritu cuyas facetas se multiplican según la variedad infinita de sus estados de alma. Es preciso mantenerse fuera del apasionamiento partidista, y reconocer, con sereno sentido histórico, que don Vasco fue pastor y guía, reformador y letrado, ideólogo y jurista, empresario, místico, realista y militante, pacífico, español, criollo, indio, castellano y michoacano. Tuvo don Vasco de Quiroga como ocupación primordial en su vida fundar pueblos dividiéndolos en calles, plazas y edificios; fue un auténtico descubridor de nuestro paisaje; para él la inquietud y la preocupación son las condiciones indispensables de la acción, la santa, la divina acción, de la que no pudo prescindir en su vida. Realmente la divisa de su existencia la encontramos en aquel verso del poeta Shelley: “El gozo del alma está en la acción.” 4 Don Vasco de Quiroga, seguidor de la tradición de la cultura indígena, resolvió construir la ciudad de Pátzcuaro en el mismo sitio del pueblo indígena. Tradicionalista genial, superpuso la Colonia en la época precortesiana. El nacimiento del Pátzcuaro colonial Según la Relación de Michoacán, el nombre originario de Pátzcuaro fue el de Tzacapu-Hamacutin Pátzcuaro, que significa “en donde está la piedra qué se llama la entrada al paraíso”, o sea la entrada en el Tlalocan tarasco. La puerta del cielo por donde acudían y subían los tarascos estaba en el lugar llamado Petazecua; eran unas peñas en alto, encima de las cuales asentaron sus cúes. Hoy día se encuentra allí la huerta del templo de la Compañía de Jesús. En sus correrías por las orillas del lago llegaron los tarascos a una región boscosa, cerrada, de grandes pinos y encinos, y si guieron el único camino, señalado por el río Guanil. Dice la Relación: “ E s t a b a t o d o c e r r a d o c o n á r b o l e s y c o n e n c i n a s g r a n des, y llegaron a la fuente del patio del Obispado, lugar en donde nace el manantial descubierto por don Vasco.” Así surgió el Pátzcuaro precortesiano: Después, a mano de tierra, sacando por algunas partes las paredes de piedra para igualarle y allanarle, formaron la plazuela de la basílica en donde se encontraban ruinas de grandes edificios según refiere el padre Francisco Ramírez en su Historia del Colegio de Pátzcuaro; sus grandes rampas bajaban hasta el lago, y se convirtieron en arterias de la nueva ciudad; la gran plaza ceremonial se encuentra en el mismo sitio, aprovechado por los españoles como corazón de la nueva población. D o n V a s c o a p r o v e c h ó h á b i l m e n t e l a g r a n p l a z a c e re monial en que los tarascos enterraban a sus muertos, como se comprueba con los numerosos entierros encontrados. 5 La plazuela de la basílica, construida por los primitivos pobladores, fue el sitio escogido para su gran utopía arquitectónica: la catedral más grande de la cristiandad americana, concebida con cinco grandes naves en forma de mano y dominando el paisaje del lago. La cultura tarasca Don Vasco de Quiroga, el civilizador, tuvo la virtud de saber aprovechar la cultura tarasca y proyectarla hacia una nueva etapa de desarrollo. Cuando don Vasco llegó a la provincia, recogió la obra de fray Martín de Jesús y de fray Juan de San Miguel, pero l a e x t e n d i ó y l a r e a l i z ó e n f o r m a p r o d i g i o s a s e g ú n e l co mentario del cronista franciscano Larrea que hemos mencionado; los indígenas se habían remontado a la sierra, y por medio de la persuasión logró que iniciaran el regreso a sus antiguos poblados, y los reconstruyeran, rehaciendo pueblos que luego se convirtieron en ciudades. Los hospitales Funda tres grandes hospitales: en Santa Fe de México, que llegó a tener 3 000 habitantes; Santa Fe de la Laguna en Pátzcuaro, y Santa Fe del Río cerca de la región de La Pi e dad. * Es conocida la organización de sus ciudades hospitales: el trabajo en común era obligatorio seis horas; las cosechas se repartían en partes iguales, sacábanse los gastos del hospital de la comunidad, y el resto se distribuía entre los p o b r e s ; l o s m o r a d o r e s u s a b a n t r a j e s i g u a l e s ; t o d o s l o s re - * Estadística de Michoacán. J. Guadalupe Romero. 6 gidores eran electos por la comunidad, prohibiéndose la reelección. Los fondos en numerario se guardaban en una caja de t r e s l l a v e s , d e l a s c u a l e s u n a t e n í a e l r e c t o r , o t r a e l p r i n ci pal y otra el regidor más antiguo; al que tenia mala conducta se le arrojaba de la comunidad. En el pueblo nuevo de Guanajuato fundó cuatro ho spitales para organizar a los tarascos de la región, a los otomíes, mazahuas y mexicanos. Fundación de curatos Con inquietud colonizadora constituyó curatos que fueron p u n t o d e p a r t i d a p a r a n u e v a s f u n d a c i o n e s , y p u s o l a s ba ses de los pueblos de Indaparapeo con Charo, Huaniqueo, Teremendo, Copándaro, Chucándiro, Zitácuaro, centro importante de indios mazahuas; Tlazazalca y Ucareo. Luego sigue por Santana Tzirosto y allí funda el curato d e Z a m o r a , y c o m p l e m e n t a s u o b r a d e f u n d a c i o n e s a l establecer el curato de Guadalajara. Hasta el lejano y mo ntañoso Tancítaro llegó el fatigado obispo. B a j o s u i n f l u e n c i a b r i l l ó l a C a s a d e A l t o s E s t u d i o s d e Tiripitío, y le brindó confianza y admiración a fray Alonso d e l a V e r a c r u z , q u e t r a j o a l C o n t i n e n t e A m e r i c a n o s u sa b i d u r í a y u n a d e l a s p r i m e r a s g r a n d e s b i b l i o t e c a s ; l o s pa d r e s a g u s t i n o s , c o n s u i n t e r v e n c i ó n , c r i s t i a n i z a r o n a C u it zeo, Yuriria y Huango. Su provincia, como es sabido, se extendía hasta el actual Estado de Guanajuato, en donde fundó los curatos de Irapuato, Salamanca y su hospital, San Miguel Allende; Acámbaro y su hospital; Dolores, que llevó el nombre de Hidalgo y Valle de Santiago, según lo investigó don Gu a dalupe Romero, el gran geógrafo e historiador michoacano. 7 Los pueblos fueron desenvolviéndose con una nueva organización, con ejidos, y muchos de ellos con industrias regionales que todavía contribuyen a salvar de la pobreza a nuestro pueblo. Las artesanías C o m o u n r e c u e r d o d e b e r á d e c i r s e q u e S a n t a C l a r a d e l Co bre fue lugar para los cobreros; la cerámica policroma se trabajó en Tzintzuntzan, Patamba, Capula, Panícuaro y Santa Fe de la Laguna; las bateas y baúles pintados, en Cucupao (Quiroga); en Teremendo y Azajo nació la i ndustria de la curtiduría; las esteras de tule se fabricaron en Zirándaro e Ihuatzio; la carpintería floreció en Cuanajo; en Paracho se hicieron los instrumentos musicales y se pe rfeccionó la tintorería; en San Felipe, la herrería; en San Juan Parangaricutiro se produjeron las colchas hechas con e l v i e j o s i s t e m a d e l a p a t a c u a o t e l a r p r i m i t i v o d e l o s t a r a scos; los deshilados, en Aranza; en Nurio se desarrolló la sombrerería. En Pátzcuaro brilló el artesanado en todos sus aspectos; fue el centro de sus maestros. Después de la desaparición de la Casa de Altos Estudios en Tiripitio, en Pátzcuaro se encontraban los artistas que hicieron los Cristos de caña; a l l í s e f a b r i c a b a n l o s i n s t r u m e n t o s m u s i c a l e s d e l a t ó n , es pecialmente las chirimías, las telas, las cobijas; se practicó la platería y la industria de las lacas pintadas con pincel, en las cuales se introdujo el oro como motivo decorativo, y finalmente, se dominó la técnica del vidrio soplado. S e r í a l a r g o e l h a b l a r d e l a s a n t i g u a s i n d u s t r i a s q u e autorizaron el elogio del cronista Larrea: “Son eminentes (los i n d í g e n a s ) e n t o d o s l o s o f i c i o s , d e t a l m a n e r a q u e s u s cu r i o s i d a d e s h a n r e c o r r i d o t o d o e l m u n d o c o n a p l a u s o g e ne ral.” 8 Las instituciones educativas Fijó el día de mercado para cada pueblo; fundó el ilustre Colegio de San Nicolás, en donde se educaron don José María Morelos, don Miguel Hidalgo y los próceres que realizaron la Independencia; el Colegio de Niñas de Santa Marta para doncellas españolas e indígenas; las escuelas de primeras letras, y las instituciones que se multiplicaron en la historia de los pueblos. El bibliógrafo Beristáin publicó la nota de las trece obras escritas por don Vasco de Quiroga, en que se disti nguen las reglas de ordenanzas para el gobierno de los h o s p i t a l e s d e S a n t a F e e n M é x i c o y M i c h o a c á n , d o n d e pu so las bases de una nueva organización social inspirada en l o s h u m a n i s t a s d e l s i g l o X V I, p o r q u e a n h e l a b a u n m u n d o de igualdad pero con raíces claramente indígenas. Dejó 635 libros, pasión de su sabiduría, y 10 mapas geográficos que hizo de Guanajuato y Michoacán. A l o s n o v e n t a y c i n c o a ñ o s e m p r e n d i ó s u ú l t i m a c a mi nata rumbo al pueblo de Uruapan; llegó a la huatapera extenuado, y bajó de la mula. Al entrar en la sacristía del pequeño templo colgó su capa negra en lo que creyó ser un cirial atravesado en la ventana. Los indios se postraron d e h i n o j o s , p o r q u e d e s c u b r i e r o n q u e d o n V a s c o h a b í a dejado su capa sobre un rayo de luz. La relación de los milagros forman su leyenda porque el hombre cuando tiene la grandeza de los salvadores de los pueblos, se confunde con el mito. En el templo de la Compañía de Jesús, en Pátzcuaro, existía una pintura que lo representa muerto, pálido y consumido por el cansancio y las grandes vigilias; a los noventa y cinco años la muerte le atajó las marchas. Se discute por el padre Warren el lugar de su muerte; pero cuando falleció don Vasco de Quiroga, la historia cerró un capítulo, y los pueblos siguen recordando y pen- 9 sando que un día reencarnará don Vasco en un nuevo apóstol que los salvará de la pobreza y la ignorancia, porque su corazón fue de padre y no de encomendero, y porque mereció ser llamado, más bien que ilustrísimo señor Obispo don Vasco de Quiroga, dulce y sencillamente: “Tata Vasco.”