Bush frena en San Petersburgo la entrada de Rusia en la OMC

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Bush frena en San Petersburgo la entrada de Rusia en la
OMC
• El presidente de EEUU se justifica diciendo que la oferta rusa es insuficiente
• Washington y Moscú amplían su cooperación ante el terrorismo nuclear
DMITRI POLIKÁRPOV
SAN PETERSBURGO / ENVIADO ESPECIAL
No es nada personal, son solo negocios. El presidente de EEUU, George Bush, ha sido el autor de la
mayor decepción que enturbió el inicio de la cumbre del G-8, inaugurada ayer en San Petersburgo bajo
la presidencia de la Federación Rusa.
Tras una cena de amigos, celebrada el viernes, y varias horas de negociaciones oficiales el sábado,
previas a la inauguración formal de la cumbre, Bush frustró la gran ambición de su homólogo ruso,
Vladímir Putin, de conseguir en San Petersburgo el "sí, quiero" de EEUU para la entrada de Rusia en la
Organización Mundial de Comercio (OMC).
NI UNA MIRADA
Durante la fase inicial de la rueda de prensa conjunta, los dos líderes mundiales ni se miraron. Bush
explicó la tensión al declarar que no habrá acuerdo sobre la OMC, tan esperado y anunciado por el
Kremlin en la víspera de la cumbre. "Somos duros negociadores porque deseamos que el acuerdo que se
firme sea aceptado por el Congreso", declaró Bush, quien indicó que la oferta rusa ha sido insuficiente
para tener una respuesta inmediata.
EEUU es el único país que aún falta por ratificar la entrada de Rusia a la OMC. Ambos países no se ponen
de acuerdo sobre el derecho de los bancos extranjeros a instalar sucursales en territorio ruso, así como
sobre temas de agricultura y de defensa de la propiedad intelectual.
Se trata de un duro revés para Putin, que esperaba obtener este éxito durante la reunión de las ocho
mayores economías mundiales. El líder ruso había advertido de que si no había acuerdo comercial con
Washington, se sentiría liberado de los compromisos que ha asumido en las negociaciones. Ante la
rotunda negativa de Bush, Putin prefirió paliar el revés. "Seguiremos trabajando", declaró.
DECEPCIÓN DE MOSCÚ Los comentarios del ministro de Desarrollo Económico, German Gref, han sido
mucho más pesimistas: "Sentimos una cierta decepción". Según Gref, se prevé que el protocolo de
acuerdo se firme a finales de octubre, mientras que las negociaciones continuarán hasta marzo de 2007.
"Estos plazos han sido marcados por los dos presidentes", afirmó.
Para dorarle la píldora a Putin, Bush anunció la firma de una declaración conjunta para combatir el
terrorismo nuclear internacional. Este proyecto plantea la creación de un sistema internacional de
"centros de enriquecimiento de uranio, bajo el control de la Agencia Internacional de la Energía Atómica
(AIEA) que facilite un acceso estable y fiable a ese tipo de energía a todos los países y que al tiempo
reduzca la amenaza de la proliferación nuclear", según explicó Putin.
El pacto amplía la ya existente
"Iniciativa contra la Proliferación Nuclear", un acuerdo multilateral, encabezado por EEUU. Los 12 países
integrantes se comprometieron a mejorar el control de los materiales nucleares, así como a responder
de manera conjunta a los actos de terrorismo nuclear y a colaborar contra el tráfico ilícito de estas
armas.
Noticia publicada en la página 16 de la edición de 16/7/2006 de El Periódico - edición impresa. Para ver la página
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