) Marina Mercante CON LA INCORPORACIÓN DEL ‘SERVIOLA UNO’ SALVAMENTO MARÍTIMO AMPLÍA SU FLOTA AÉREA A CINCO AVIONES Vigilando el mar desde el cielo BEGOÑA OLABARRIETA FOTO: SASEMAR El Serviola Uno, un avión ligero de vigilancia y rescate, ha sido el último en incorporarse a la flota de aeronaves con las que la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (Sasemar) está reforzando sus intervenciones en las costas españolas. En lo que va de año ya se ha actuado en cerca de 4.500 emergencias, 346 de ellas relacionadas con la protección del medio ambiente, y se ha auxiliado a más de 10.700 personas. Noviembre 2011 L a incorporación de esta nueva unidad aérea, el Serviola Uno, es clave para cumplir la doble e importante función de Salvamento Marítimo: la seguridad en el mar y la prevención de la contaminación marina”. Así lo afirmaba el secretario de Estado de Transportes, Isaías Táboas, durante la presentación de esta nueva aeronave en el aeropuerto de Girona el pasado 9 de septiembre, en la que estuvo acompañado por la directora general de la Marina Mercante, Isabel Durántez. El Serviola Uno, un modelo Beechcraft Baron B-55, opera en el Mediterráneo norte y, junto con el resto de la flota ya en servicio (un aparato similar con base en Almería y tres aviones EADSCASA 235-300 radicados en Santiago de Compostela, Valencia y Las Palmas de Gran Canaria), tiene la misión de proteger vidas humanas –rescatando naves en dificultades–, preservar el medio ambiente –con la prevención de vertidos ilegales desde buques en tránsito– y la lucha contra la contaminación. Contemplado dentro del Plan Nacional de Seguridad y Salvamento Marítimo 20102018, la puesta en servicio del Serviola Uno avanza en el objetivo de aumentar la flota de aeronaves ligeras que aportan las ventajas de su velocidad y su capacidad para cubrir zonas más amplias. Más intervenciones Los cinco aviones de vigilancia se unen a los cuatro grandes buques polivalentes –Clara Campoamor (en el Mediterráneo), Miguel de Cervantes (en la zona del Estrecho), Luz de Mar (en Canarias) y Don Inda (en Galicia)– y al resto de medios de salvamento. Todo ello gestionado desde seis bases estratégicas repartidas por la costa española (A Coruña, Santander, Castellón, Cartagena, Sevilla y Tenerife). Este esfuerzo se ha traducido en un aumento de la actividad y los resultados de la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima. De enero a septiembre de este año se ha intervenido en 4.465 emergencias, 269 más que en 2010, habiendo auxiliado a 10.734 personas (748 más que en el periodo anterior). Labores de vigilancia y de enlace La última incorporación a la flota aérea de Salvamento Marítimo, el Serviola Uno, cubre una amplia zona del Mediterráneo Norte. Supervisa unos 400 buques cada 100 horas de vuelo. Desde su entrada en servicio ha sobrevolado y vigilado, tanto en labores de salvamento y localización como de patrullaje, unos 250.000 kilómetros cuadrados, el equivalente a más de 7 veces y media la superficie de Cataluña. Todo ello coordinado con el resto de medios de Salvamento Marítimo que operan en la zona: el avión Sasemar 101, un CASA 235 de superiores dimensiones que cubre toda la zona mediterránea española, el La mayoría de estas intervenciones de emergencia (3.446) ha correspondido a salvamento, es decir, atención y rescate a embarcaciones, tripulaciones y pasajeros en distintos tipos de incidentes, desde las pateras en la zona del Estrecho, hasta hundimientos, pasando por accidentes en actividades recreativas o el rescate de personas caídas al mar desde tierra. En segundo lugar en volumen (420) figuran las emergencias relativas a la seguridad marítima, como es el caso de la detección de objetos flotantes a la deriva e incluso de cetáceos (hecho que ha ocurrido en 19 ocasiones desde enero). Vigilancia ambiental En el capítulo de lucha contra la contaminación en los nueve primeros meses del año Salvamento Marítimo ha realizado 346 intervenciones relacionadas con el medio ambiente, bien por vertidos contaminantes, como los hidrocarburos, o de otro origen, como los vegetales, no helicóptero Helimer 204 y el buque polivalente Clara Campoamor. Porque, además de la labores propias de búsqueda y salvamento marítimo y las de lucha contra la contaminación, el Serviola Uno sirve de enlace entre el Centro de Control de Salvamento Marítimo y el resto de medios, gracias a su posición elevada, lo que favorece un mayor alcance en sus transmisiones, realizando igualmente labores de coordinación en el lugar donde se ha producido la emergencia. Todo ello gracias a la rapidez con la que pueden llegar al escenario de actuación, en unos 20 minutos. siempre con efectos negativos en el entorno. El origen de estas emergencias ha sido diverso: correspondientes a instalaciones en tierra (12), a plataformas fijas (4) o bien a buques varados (12), hundidos (5) o en navegación (37). Es en este último caso donde los aviones de vigilancia juegan un papel fundamental, ya que una de las fuentes más importantes de la contaminación en el mar está en los llamados sentinazos (la limpieza ilegal de los depósitos de los buques en alta mar). De hecho se calcula que el 80% de la contaminación marina por hidrocarburos no derivada de accidentes proviene de esta práctica. En estos casos la dificultad estriba en la localización e identificación de los buques infractores. “La vigilancia aérea permite detectar vertidos de los que no se conoce su origen (manchas aisladas no conectadas a la estela de un buque). Los análisis backtracking, que combinan estudios de modelos de deriva con el sistema de identificación de buques AIS, posibilitan determinar el bu- ACTUACIONES DE SALVAMENTO MARÍTIMO Tipo emergencia 2010 2011* Salvamento marítimo Seguridad marítima Servicio complementario Medio ambiente Total 3.864 580 329 491 5.264 3.446 420 253 346 4.465 *Datos de 2011 hasta 30 de septiembre. que sospechoso sólo en algunos casos”, asegura Laura de la Torre, del área de Gestión Medioambiental de Salvamento Marítimo. Pero más importante todavía es que “el patrullaje aéreo tiene un efecto disuasorio muy importante que, aunque difícil de cuantificar, es un hecho por la experiencia de otros países europeos que llevan muchos años con labores de vigilancia aérea para la lucha contra la contaminación”, afirma De La Torrre. ■ Los datos del ‘Serviola Uno’ ● Crucero: 180 nudos (360 km/h). ● Velocidad máxima.: 224 nudos (450 km/h). ● Autonomía: 7 horas de vuelo. ● Alcance: 1.000 millas (1.600 kilómetros). ● Techo: 16.000 pies (4.900 metros). ● Potencia: 260 bhp (por motor). ● Capacidad: 2 pilotos y 2 observadores. ● Operatividad: Gracias a la instrumentación con laque está equipado puede volar tanto durante el día como por la noche, tanto en condiciones visuales (VFR) como en condiciones instrumentales (IFR). Noviembre 2011