DOSSIER SEPARATISMO © 2013 Naciones Unidas no Representadas 1 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations COPYRIGHT SEPARATISMO Dossier Naciones Unidas no Representadas © 2013 Unrepresented United Nations Editora Expats Ebooks Corporation Dirección postal: Expats Ebooks P.O. Box 1987-0834 Panamá República de Panamá Servicio al cliente: Italia (39) 06-99335786 Panamá (507) 8327893 España (34) 93-1770557 Estados Unidos (1) 3055872495 Suiza (41) 91 -2087024 Servicio al público, entre las 15 y 20 horas, de lunes a viernes, hora de Panamá (GMT -6) info@expatsebooks.com www.expatsebooks.com 2 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations ÍNDICE Introducción 4 El Separatismo 6 El separatismo en África, Asia, Oceanía y América Latina 9 Separatismos en Europa 12 Motivaciones para el separatismo 15 Rebeliones separatistas 18 Manipulación en los movimientos separatistas 20 3 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations INTRODUCCIÓN Los movimientos separatistas consisten en corrientes sociales de carácter político que aspiran a la autonomía respecto a una institución política bajo la que está sometido un grupo concreto de ciudadanos. Las razones para la separación pueden ser regionales, étnicas, lingüísticas, culturales, religiosas, sexistas o la combinación de algunas de estas. El separatismo puede ser ficticiamente considerado una amenaza al Estado para acallar tensiones y problemas internos sociales y económicos, siendo esta la forma de crear un enemigo exterior o interior de irreal potencialidad, que fortalezca la conciencia nacional de dicho Estado. El separatismo político persigue la soberanía y la secesión de un territorio o comunidad (normalmente, formada por personas con una conciencia nacional) de otro mayor. El ejemplo más concreto lo hallamos en las colonias al independizarse de sus respectivas metrópolis. En ocasiones, los grupos separatistas rechazan dicha denominación por resultarles peyorativo. Comúnmente los movimientos separatistas emplean métodos estrictamente pacíficos y dentro de la legalidad constitucional. En tal sentido, la provincia canadiense de Quebec abriga un movimiento separatista absolutamente pacífico desde aproximadamente la década del sesenta del siglo XX. Otras asociaciones similares lograron sus objetivos en Checoslovaquia y la Unión Soviética, al igual que Singapur al escindirse de la Federación de Malasia. Para muchos otros, sobre todo en Latinoamérica, el separatismo es una ideología que promueve la disgregación de una o varias partes de una entidad. Los Estados Confederados de América solo acudieron a la guerra en 1861 tras una serie de secesiones constitucionalmente legales. En México hubo varios movimientos separatistas, algunos de ellos exitosos, permitiendo la existencia de la Republica de California, la Republica de Texas, la Republica del Río Grande, la República del Yucatán y Las Provincias Unidas de Centroamérica. Más reciente en el tiempo figura la rebelión del grupo armado Ejército Zapatista de Liberación Nacional que comenzó el 1 de enero de 1994 en Chiapas, dirigido por el autodenominado Comandante Marcos. El separatismo también puede asumir actitudes violentas como respuesta a un golpe militar; otros ven esta corriente como la “única” manera de conseguir su objetivo liberador. Está claro que nos referimos al IRA irlandés desde la década de 1910, a la organización terrorista vasca ETA en España y Francia, y a los separatistas Sij de la India durante la década de los ochentas. En ocasiones su estrategia de guerrilla desata guerras civiles, tal y como ocurrió en Chechenia. Por lo general, la violencia 4 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations disminuye cuando intervienen medios políticos empleados por los separatistas para conseguir mayor poder político y económico dentro del orden constitucional. Unas elecciones libres o un referéndum devienen opciones en aras de reducir la tensión. Sin embargo, muy pocos países son conscientes de su potencial divisibilidad. 5 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations EL SEPARATISMO La historia de las organizaciones separatistas está estrechamente ligada a la del nacionalismo, basándose en la conciencia de cierta identidad cultural y étnica. Básicamente, quienes integran estos movimientos luchan para que su pueblo se independice de determinado Estado nacional. Sin embargo, para quienes abrigan sentimientos separatistas ven en este la defensa de un principio de separación cultural, étnica, tribal, religiosa, racial, gubernamental o de género de todo el grupo. A pesar de que a menudo se refiere a la separación política plena, los grupos separatistas pueden buscar nada más que una mayor autonomía. Algunos proclaman que su organización busca la independencia, la autodeterminación, la partición o movimientos de descolonización en lugar de, o además de, el autonomismo, la independencia o la secesión. Algunos críticos equiparan el separatismo con la segregación religiosa, la segregación racial o la segregación sexual, pero comúnmente los separatistas dejan bien claro que la separación por elección no es lo mismo que el gobierno de segregación forzada (religiosa, racial, sexual) y sirve a propósitos útiles. A principios del pasado siglo, decenas de comunidades como la catalana, galesa, macedonia, armenia y albanesa, entre otras, revindicaron su derecho a la soberanía. Desde entonces y hasta hoy, los movimientos separatistas violentos y minoritarios recurren a tácticas de terrorismo, diferentes a la empleada por las guerrillas, en que la actuación violenta no se desarrolla en el terreno contra fuerzas oponentes, sino entre la población civil del territorio, y, en ocasiones, contra esta población civil misma. Los casos más paradigmáticos en este sentido son la organización vasca ETA (Euskadi Ta Askatasuna), tristemente célebre por sus atentados terroristas perpetrados en España y en Francia, y el Ejército Republicano Irlandés (IRA, por sus siglas en inglés), que continúa alternando períodos de enfrentamiento-tregua con su enemigo histórico: Albión. Desde la caída del Muro de Berlín y el desplome de la Unión Soviética, los movimientos separatistas han proliferado en el área antes conocida como “bloque comunista”. En algunos casos, el conflicto ha cobrado tal magnitud al extremo de involucrar a sus protagonistas en guerras étnicas, como la ocurrida en la antigua Yugoslavia a finales de la década del noventa, y como la que aún sigue enfrentando a rusos y chechenios, por citar solo dos casos. Ahora bien, el separatismo no siempre es sinónimo de violencia. En Canadá, por ejemplo, quienes habitan la región francófona de Québec siguen apostando a la vía 6 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations pacífica y legal (sea por medio de elecciones o a través del poder legislativo) para conservar cierta autonomía en relación con las provincias anglófonas. En la actualidad hay más de 60 conflictos separatistas en varios países, unos por motivos tribales, étnicos y religiosos, otros por discriminaciones y marginaciones en los repartos de los poderes políticos; algunos por inequidades en la distribución de las riquezas y los usufructos nacionales de la explotación de los recursos naturales. Por último, figuran los relacionados a tendencias nacionalistas e intereses económicos, geopolíticos y geoestratégicos de las potencias y empresas multinacionales. En la mayoría de los casos estos conflictos (pacíficos o armados) se concentran en África, Asia, Europa y en menor intensidad en América. En el Viejo Continente, España afronta los movimientos separatistas del país Vasco, Cataluña y Andalucía. Mientras, Francia aún tiene problemas separatistas en Córcega y Reino Unido también encara los deseos independentistas de Escocia. Entre tanto, la población flamenca de Bélgica exige autonomía y en Moldavia los pobladores de la región de Dniéster claman a gritos su independencia, a la vez que Rumania sortea el movimiento separatista de la minoría húngara en la región de Transilvania, la cual desde hace varios decenios demanda su independencia. Veamos en particular el caso de la República de Moldavia, situada entre Rumania al oeste y Ucrania al norte, este y sur. País sin litoral, tiene 4,4 millones de habitantes y una superficie de 33.843 kilómetros cuadrados, gran parte de ella está atravesada por dos grandes ríos, el Dniéster y el Prut, mientras que el Mar Negro se encuentra a solo 100 kilómetros de distancia. Luego de la desaparición de la Unión Soviética, en agosto de 1991, Moldavia se proclamó independiente. Ese mismo año, y con el objetivo de acomodar a las minorías rusa, ucraniana y gagauza, la nueva Constitución reconoció la creación de sus propias entidades territoriales dentro de la estructura nacional de la República de Moldavia, permitiendo la fundación de organismos legislativos propios, gobierno y competencias lingüísticas. Del mismo modo aprobaría la secesión de estos territorios, en caso de que Moldavia se uniese a Rumania. En diciembre del propio año Moldavia integró la Comunidad de Estados Independientes (CEI), al igual que la mayoría de las anteriores repúblicas soviéticas, y en julio de 2002 se incrementaron las autoridades del Parlamento luego de aplicar varias reformas. Sin embargo, en septiembre del 2006, las autoridades de Dniéster declararon su independencia de ese país, reclamando unirse a la Federación de Rusia. Se sucedieron entonces varias reuniones con Ucrania, Georgia y la República de Azerbaiyán para iniciar los intentos político-económicos de sus departamentos 7 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations occidentalistas, asignatura todavía pendiente por resolverse. Económicamente, Moldavia fue una de las repúblicas más pobres de la antigua URSS. La agricultura, siendo aún un importante motor económico, perdió peso a raíz de la acelerada industrialización; no obstante, ha conseguido recuperarse ante la crisis de su sector industrial. Con la independencia de Moldavia, las relaciones con Rumania se incrementaron. Por una parte, este fue el primer país en reconocer su independencia y, por otra, apoyó al establecimiento de su estabilidad interna, refrendada en 1994, cuando la gran mayoría del pueblo moldavo mostró su apoyo al mantenimiento de la independencia. Desde finales de los años 90, el país ha tenido inclinaciones hacia la Unión Europea (UE), lo cual representa expandir las fronteras de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hasta el este de Europa. Asimismo, sus relaciones con Rusia también son esenciales, aunque la solicitud moldava de integrar la UE no deja dudas sobre su inclinación hacia Occidente. En ese contexto, Rusia mantiene la zona de Dniéster como una herramienta para presionar, dado que la mayoría de la población en dicha región es rusa y quieren unirse a la Federación. 8 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations EL SEPARATISMO EN ÁFRICA, ASIA, OCEANÍA y LATINOAMÉRICA Por su cantidad y complejidad, el continente africano sobresale en movimientos separatistas. Cientos de grupos étnicos de África se subsumen en 53 estados nacionales, lo que a menudo conduce a conflictos de toda índole. En África existen más de 25 movimientos separatistas, entre los que resaltan las luchas secesionistas de los Tuareg en Malí y en Níger, el de los Diola en Senegal y el del Sahara Occidental que reclama a Marruecos la independencia de su región norte. Igualmente se presentan problemas secesionistas en Mauritania, Argelia, Sudán, Sierra Leona, Angola, Kenia, Somalia, Togo, Ruanda, Congo, Uganda, Etiopia, Burundi, Liberia, Mauritania y Nigeria, entre otros. Las fiebres separatistas del continente africano tienen multiplicidades de causas, relacionadas unas con la manera en que las potencias coloniales delimitaron sus dominios, unificando territorialmente a tribus que habían tenido ancestrales disputas. Por eso después de la independencia, los países heredaron fuentes de rencillas y constantes discordias tribales y étnicas que han dado cuerpo a numerosas y sangrientas rebeliones separatistas. Otras causas están ligadas al tribalismo, la etnicidad y la religión, tres elementos claves en la política africana, debido a que tienen mayores fuerzas de cohesión administrativa en las poblaciones que las propias nacionalidades. Se trata de un continente donde los grupos tribales que compiten entre sí por la tierra y los recursos naturales estructuran sus organizaciones políticas sobre la base de lazos tribales, étnicos y religiosos. En África se da el caso de tribus cuyos líderes detentan desde hace décadas los poderes políticos y económicos en determinados países y los líderes de otras quedan relegados de los mismos. El mejor ejemplo lo tenemos en Malí, donde la etnia bambara, predominante en el sur y en los alrededores de la capital, Bamako, ha controlado desde que se independizó de Francia, el 22 de septiembre de 1960, el poder político y económico. Por el contrario, los tuareg, mayoritariamente en el norte, donde se concentran las principales riquezas del país, han sido relegados y discriminados de los círculos del poder. En conclusión: las manipulaciones políticas de lo étnico y lo religioso han desempeñado – y lo siguen haciendo- roles determinantes en los brotes separatistas. Esa es la razón por la que cada vez más proliferan en algunas naciones del continente negro los movimientos tribales y étnicos con ropajes religiosos y seudo separatistas, en franca pugna por las secesiones de sus feudos y en contra de los poderes centrales. 9 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations Otros ejemplos resultan más dramáticos, como la sangrienta guerra civil de Nigeria durante la década de 1960 entre los Igbo, Hausa-Fulani y Yoruba, y más reciente los conflictos étnicos en el Delta del Níger. A lo anterior se suman las rivalidades en Liberia entre afro-liberianos y américo-liberianos (africanos que emigraron a las Américas después de haber sido liberados de la esclavitud), o bien las luchas entre los zulúes y xhosa en Sudáfrica durante y después del apartheid. Por su magnitud son de importancia los movimientos separatistas de la India, incluyendo el grupo independiente de Telangana, los de Insurgencia en Jammu y Cachemira y las bandas sediciosas en el noreste de la India, como también los movimientos separatistas de Pakistán, incluidos los de Baluchistán y el movimiento Sindhudesh Pashtunistan. Por su lado, Turquía reprime con mano dura a los movimientos separatistas de los kurdos. En este contexto, China debe lidiar con el gobierno separatista del Tíbet en el exilio, junto con la ola de separatismo que asola a Xinjiang y Uigur; Tailandia sortea las disputas separatistas en las provincias de Pattani, Yala y Narathiwat; mientras que Filipinas enfrenta los conflictos islamistas por crear un nuevo Estado en Mindanao e Indonesia afronta las reclamaciones independentistas en Aceh (devastado por el terremoto seguido de un gigantesco tsunami el 26 de diciembre del 2004, que solo en Banda Aceh provocó la muerte a 61.065 personas) y Papúa Oriental. A ellos se suman los separatistas Jeju en Corea del Sur y los Maori en Nueva Zelanda, así como los de Anjouan en la Unión de las Comoras, ya que la isla deviene comunidad separada de las islas Comores. Aunque en menor medida que África, Asia u Oceanía, Latinoamérica también tiene movimientos separatistas. El más fuerte y mejor organizado se encuentra en el estado Zulia, en la República Bolivariana de Venezuela, una región fronteriza con Colombia y el Mar Caribe, famosa por sus amplios recursos naturales, especialmente el petróleo, ya que del Lago Maracaibo se extraen diariamente más de un millón de barriles del llamado “oro negro”. El separatismo zuliano tiene varios antecedentes: en 1928 el financista estadunidense William Buckley promovió un complot aceitero para separar a Zulia; en 1916, el gobernador Venancio Pérez Soto derrotó una intentona secesionista promovida por las compañías petroleras de Estados Unidos; en 1869, tras desconocer al presidente José Ruperto Monagas, el gobernador Venancio Pulgar fue derrotado y acabó refugiándose en un navío británico. Pocos días después de que se hizo pública la independencia de Kosovo, el dirigente del movimiento separatista zuliano, Néstor Suárez, declaró que ellos tenían “un plan 10 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations separatista en Venezuela.” La idea de los separatistas zulianos es constituirse en un Hong Kong del Caribe, una zona económica y política especial distinta a las demás regiones. El proyecto contempla la autonomía fiscal y normativa, economía de libre mercado, capitalismo liberal y propiedad privada, incluyendo la privatización de la salud. La llamada “zulianidad” es representada por el grupo Rumbo Propio (RP) que ha logrado publicar vallas de publicidad, camisetas estampadas con mapas que presentan a la "república independiente", artículos de prensa, páginas web y declaraciones de prestigiosos académicos que defienden el proyecto y subrayan las semejanzas de Zulia con Quebec. 11 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations SEPARATISMOS EN EUROPA Recientemente los principales diarios europeos reproducían que, bajo el lema “Cataluña, nuevo Estado de Europa”, al menos 1,5 millón de personas desfilaron por las calles en Barcelona, en la mayor manifestación independentista de la historia catalana, que exigía al gobierno español un pacto que ayude a mejorar el financiamiento de las arcas regionales. Paralelamente, el periodista y militante de la berlinesa Unión Social Cristiana, Wilfried Scharnagl, hacía un llamado a favor de la autonomía de Baviera, y en Escocia se calculaba que en el referendo a efectuarse en el 2014, un 39% de la población vote a favor de la independencia, según un sondeo realizado por YouGov en enero de este año. Sin dudas los movimientos ciudadanos que expresan su respaldo a partidos cuya plataforma programática se apoya en una mayor autodeterminación están floreciendo en Europa, alentados, en gran parte, por la complicada situación económica del Viejo Continente. En un artículo aparecido en la revista estadounidense International Policy Digest, el analista Daniel Wagner señala que los movimientos separatistas florecen normalmente durante los períodos de crisis económica o política. “El crecimiento de estos movimientos en Europa es una indicación del impacto del aumento de la desigualdad en el ingreso, una tendencia que es natural a nivel global. Por lo que se puede esperar que aumente en el mundo a mediano o largo plazo”, añadió. Por su lado, el corresponsal de la BBC en Madrid, Tom Burridge asegura que la crisis económica que afecta a España se ha sentido “duramente” en Cataluña, y ha “impulsado a quienes hacen campaña por la independencia” en esa región. De hecho, esa comunidad autónoma española de 7,5 millones de habitantes tiene el mayor Producto Interno Bruto (PIB) del país. Según una encuesta del Centro de Estudios de Opinión, un 51,1% de los catalanes votaría a favor de la independencia. Sin embargo, pese a que los separatistas defienden que una Cataluña independiente sería una potencia económica de Europa, la región es la más endeudada de España -con 42.000 millones de euros- e incluso sus autoridades solicitaron en agosto de 2013 una ayuda financiera de emergencia al gobierno central de Madrid por unos 5.000 millones de euros para pagar la deuda. Otra situación ocurre en Baviera, considerado el más grande entre la mayoría de los países europeos en términos económicos. Tanto es así que con solo 12 millones de 12 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations personas (el total de Alemania es de 82 millones) ostenta una producción económica anual de 550.000 millones de dólares. Para Wilfried Scharnagl, autor del libro Bavaria Can Go It Alone (Baviera puede hacerlo sola), “Baviera no tiene el lugar (que merece) en el mundo, el rango ni el rol que sería apropiado debido a su historia, tamaño y población”. Como vemos, muchos movimientos regionales que claman autonomía o independencia se desarrollan en las zonas más ricas al interior de sus países, como también es el caso de los flamencos en Bélgica, cuyos deseos por gozar de una mayor autonomía en Flandes siempre han estado en el centro del debate de ese país. Emblemático resulta también lo que ocurre en el País Vasco, región de 2,1 millones de habitantes, un PIB de 82.000 millones de dólares anuales y un desempleo de 13,3% en el primer trimestre de 2013, una cifra muy por debajo del promedio nacional de 25%. ETA son las siglas que dividen radicalmente a España hasta nuestros días, asegurando la permanencia de una ideología y forma de resistencia, que lejos de morir en el caótico contexto de la Segunda Guerra Mundial y la dictadura de Francisco Franco, se mantuvo viva hasta derivar en violentas proporciones jamás imaginadas: el separatismo vasco. Los comienzos de este movimiento social, político y cultural son complejos, ya que la nación vasca - ubicada al norte de la Península Ibérica y conformada principalmente por ciudades como Bilbao, Barakaldo, Sestao, entre otras- no participó activamente en el proceso político y gubernamental para unificar a España en un solo país. Los vascos mantuvieron sus costumbres y prácticas sociales, su idioma (ikastola), la educación y el desarrollo cultural. El 26 de enero de 1865 nació Sabino de Arana y Goiri, figura máxima del sentir nacionalista vasco, quien infundiría entre sus compatriotas la esencia que sostiene el nacionalismo vasco: las profundas diferencias entre los vascos y el resto de los españoles. El movimiento separatista vasco volvería a resurgir en 1952 con “Euzko Gaztedi Indarra”, que luego pasaría por varias fusiones y alianzas hasta el año de 1957, cuando es expulsado José María Benito del Valle, quien junto a Julián Madariaga Aguirre y José Luis Álvarez Emparanza fundan E. T. A, cansados de la lucha independentista a través de un diálogo político y convencidos de la necesidad de tomar las armas para lograr el triunfo y la separación definitiva de la nación vasca. ETA eligió el terror como estrategia de lucha, pero la organización, que cometió decenas de crímenes, fue un fracaso. En la actualidad, el separatismo vasco tiene una gran fuerza, no precisamente a través de ETA, sino de partidos políticos que abogan 13 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations por la separación total del Pueblo Vasco de España. ETA anunció el cese al fuego total, en octubre de 2011; sin embargo, este proceso de pacificación continúa despertando no pocas dudas entre los españoles y la comunidad internacional. En el norte de Italia también existe un fuerte movimiento separatista, exactamente en la región de Padania, una de las zonas más ricas no solo de Italia sino de Europa. De acuerdo con los separatistas, el río Po, el más grande de Italia, delinea la frontera de la "nación padana". El territorio reivindicado por el nacionalismo padano incluye además del territorio denominado Padania en su acepción geográfica y lingüística, las regiones de Marcas, Toscana y Umbría. El nacionalismo padano propone como capital a Milán. El territorio reivindicado supone el 53,4% del territorio de Italia, y el 55,6% de su población. El nacionalismo padano nació impulsado por el partido político Liga Norte, formado en 1991, a partir de la fusión de varios partidos nacionalistas y autonomistas de las regiones del norte de Italia. En las diversas elecciones italianas, tanto municipales como regionales y nacionales, ese partido no ha logrado ser la opción política mayoritaria, aunque su peso político es considerable en varias provincias italianas. La independencia de la República Federal Padana fue anunciada en Venecia el 15 de septiembre de 1996 por Umberto Bossi, quien era el presidente de la Liga Norte. La idea era formar un gobierno independiente al que funciona en Roma. De acuerdo con Bossi, la política italiana estaba marcada por una línea centralista desfavorable a Padania y acusó de parásito al sur de Italia, una zona que es menos próspera que el norte. Como resultado de este movimiento independentista se constituyó una Asamblea Parlamentaria denominada Parlamento Padano, con sede en Bagnolo San Vito. También fue creado el Gobierno de la Padania, encabezado en su comienzo por Giancarlo Pagliarini (1996-97) y posteriormente por Vito Gnutti (1997-98), Manuela Dal Lago (1998-99) y Mario Borghezio (desde 1999), con sede en Venecia. La línea secesionista fue abandonada en el Congreso de Varese y la alianza entre Umberto Bossi y el ex primer ministro Silvio Berlusconi remarcó su inestable situación. El Parlamento posteriormente cambió su nombre por el de Parlamento del Norte. 14 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations MOTIVACIONES PARA EL SEPARATISMO Muchas son las motivaciones que los movimientos separatistas pueden tener y que casi siempre defienden por la vía armada. Comencemos citando el resentimiento emocional de las comunidades rivales, vinculado a la protección contra la limpieza étnica y el genocidio. Asimismo aparece la resistencia justificada por las víctimas de la opresión, incluyendo la denigración de su lengua, cultura y religión; la propaganda de quienes esperan ganar políticamente el conflicto y el odio que este desata entre grupos; la dominación económica y política de un grupo que no comparte el poder y el privilegio de una manera igualitaria. Otras motivaciones están dadas básicamente en el aspecto económico: poner fin a la explotación económica del grupo más poderoso o, por el contrario, para escapar de la redistribución económica del más poderoso en detrimento de la comunicad más pobre; preservación de los fundamentos religiosos, el idioma o tradición cultural; desestabilización de un movimiento separatista dando lugar a otro nuevo; vacío de poder geopolítico como consecuencia de la desintegración de los estados más grandes; continua fragmentación a medida que más y más Estados se quiebran; sensación de que la nación se ha convertido en Estado por medios ilegítimos; y la percepción de que el Estado rechaza al grupo que lo llevó al poder o luego de traicionar los intereses nacionales. Desde el punto de vista de los gobiernos, estos también tienen muchas interrogantes. Por ejemplo, ¿hasta qué punto las demandas separatistas se destinarán a la plena independencia? ¿El movimiento separatista adoptará la lucha pacífica o la armada, generadora de violencia, muertes y destrucción? ¿Tienen bien definidos a lo que aspiran en el plano económico, político, social y cultural, incluido el liderazgo del movimiento? Los gobiernos pueden responder de diferentes formas, como acceder a las demandas separatistas, mejorar la situación de las minorías desfavorecidas, ya sea religiosa, lingüística, territorial, económica, política o adoptar el denominado "federalismo asimétrico" en diferentes estados, mediante relaciones heterogéneas por parte del gobierno central en función de las demandas o consideraciones del movimiento separatista. A lo anterior se suma permitir a las minorías, mediante el voto parlamentario, referéndum u otras vías, tener presencia en el gobierno, como también poder conformar una confederación o una relación de mancomunidad donde solo haya vínculos limitados entre los Estados. 15 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations Paradójicamente, algunos gobiernos suprimen cualquier movimiento separatista en su propio país, pero apoyan el separatismo en otros países. En sentido general, algunos movimientos separatistas practican una forma de política de la identidad que, según ellos, se apoya en "la actividad política y teorización fundada en las experiencias compartidas de la injusticia de los miembros de ciertos grupos sociales." Según este concepto, consideran que los intentos de integración con los grupos dominantes “ponen en peligro su identidad y su capacidad de perseguir una mayor autodeterminación. Sin embargo, por lo general los factores económicos y políticos son fundamentales en la creación de fuertes movimientos separatistas en lugar de movimientos identitarios menos ambiciosos. En materia religiosa, se trata de grupos separatistas y sectas que quieren retirarse de algunos grupos religiosos más grandes y/o creen que deben interactuar principalmente con correligionarios. En tal sentido devienen ejemplos los católicos en Irlanda del Norte o el sionismo que buscaba la creación del Estado de Israel como patria judía. Esto dio como resultado el separatismo religioso entre los israelíes judíos y musulmanes y cristianos palestinos a raíz de la Declaración Balfour. Dada a conocer el 2 de noviembre de 1917, esta Declaración fue la manifestación formal del Gobierno británico mediante la cual el Reino Unido se declaraba favorable a la creación de “un hogar nacional judío” en el Mandato Británico de Palestina, documento firmado por el entonces secretario de Relaciones Exteriores, Arthur James Balfour, y dirigido al barón Lionel Walter Rothschild, líder de la comunidad judía en Gran Bretaña, para su transmisión a la Federación Sionista de Gran Bretaña e Irlanda. La declaración está considerada como el primer reconocimiento de una potencia mundial de los derechos del pueblo judío sobre “la Tierra de Israel”, y fue incorporada en el Tratado de Paz de Sèvres entre Turquía y el Mandato Británico de Palestina. El separatismo étnico se basa más en las diferencias culturales y lingüísticas que diferencias religiosas o raciales, que también pueden existir. En este contexto se incluyen el Movimiento independentista de Puerto Rico con el objetivo de obtener la independencia de los Estados Unidos; los kurdos, cuyas tierras y pueblos se dividieron entre Turquía, Siria e Irak después de la Primera Guerra Mundial. Asimismo, la región kurda en Irán; los separatistas tuareg de Níger y Malí; la disolución de la Unión Soviética en sus grupos étnicos originales que formaron sus propias naciones de Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Estonia, Georgia, Kazajstán, Kirguistán, Letonia, Lituania, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán; el separatismo checheno en el Cáucaso, puesto que en la actualidad la República de Chechenia es parte de la Federación de Rusia; el separatismo Silesia en Polonia y 16 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations República Checa; los separatistas armenios de Nagorno-Karabaj en Azerbaiyán; y los de Osetia del Sur y Abjasia en Georgia. En España existen movimientos separatistas menores en Andalucía, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla, León, Navarra y Valencia. De igual modo, las auto tituladas “naciones celtas" en las Islas Británicas han creado varios movimientos separatistas, como son los casos de los independentistas escoceses, el nacionalismo galés, el republicanismo irlandés y el nacionalismo Cornish. Otros movimientos separatistas, pero también de escasas fuerzas, son los del país Vasco francés, catalán, corso, bretón y de Saboya; los de Venecia y los de Cerdeña; y los movimientos separatistas del norte de Italia llamado Padania. En los Países Bajos algunos grupúsculos codician un país autónomo o área como la división de Suiza en cantones a lo largo de líneas geográficas, religiosas y lingüísticas. 17 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations REBELIONES SEPARATISTAS La mayoría de las rebeliones separatistas se concentran en África, Asia, Europa y en menor intensidad en América. Unos son alzamientos pacíficos y otros armados y, desde luego, algunos son señalados como eslabones del terrorismo. Se calcula que en la actualidad hay alrededor de 60 conflictos separatistas en el mundo, motivados unos por liderazgos tribales, lingüísticos, étnicos y religiosos, y otros por discriminaciones y marginaciones en los repartos de los poderes políticos. Figuran también los originados por discrepancias en las distribuciones de las riquezas y los usufructos nacionales de las explotaciones de los recursos naturales, y algunos por razones nacionalistas e intereses económicos, geopolíticos y geoestratégicos de grupos de ciudadanos inconformes, de ciertas potencias e incluso hasta empresas multinacionales. La desintegración de la URSS desencadenó el resurgimiento de varios movimientos separatistas que el régimen socialista había proscrito. De ahí, por ejemplo, que las regiones rusas de Chechenia e Ingushetia se revelaron buscando su autodeterminación. Idéntica situación se vive en Georgia, donde los territorios de Abjasia (dominados por una mayoría musulmana) desean su anexión a Rusia, y los de Osetia del sur su anexión a Osetia del Norte, amén de otros separatismos que han surgido en otras ex repúblicas soviéticas. Ejemplo tácito de las triquiñuelas diplomáticas que lamentablemente conducen a conflictos armados, mientras los amigos de Rusia vetan el ingreso de Kosovo a las Naciones Unidas, los de Estados Unidos hacen lo mismo con Abjasia y Osetia del Sur, sobre la base de que ambas fracturas no son reconocidas por las repúblicas de las que habían formado parte (en el caso de la primera Serbia, cristiana ortodoxa como Moscú, y en el de la segunda, Georgia, aspirante ex soviético a entrar en la OTAN). Pero si de rebeliones separatistas se trata, el sur de Sudán ocupa un lugar preponderante en cuanto a la sangre, sudor y lágrimas vertidos en guerras separatistas. Sin embargo, el sur de Sudán no es el único. Precisamente al sureste de esta nación se encuentra Etiopía, de la cual se escindió Eritrea (una ex colonia musulmana de Italia que ese país cristiano fracasó en reabsorber), la cual en 1993 fue la última nación africana en ser admitida en la ONU. Dos fuertes movimientos regionalistas dominan el escenario etíope: Gambelia y Oromia, mientras que en la zona de Ogaden muchos de los somalíes que la dominan 18 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations piden la separación o la reunificación con el resto de sus congéneres de la vecina Somalia. Todavía hoy esta nación está dividida tras una de guerras de clanes. Hay poderes o repúblicas locales en las regiones suroeste: Jubalandia, Maakir y Puntlandia. El Norte es independiente, aunque nadie le reconoce, pese a que se basa en el nombre y las fronteras de la antigua Somalilandia británica que en un lapso de tres décadas (19611991) se unificó con la ex colonia italiana de Somalia. Mientras, al sur de Sudán están Uganda (que tiene otra guerra interna entre el norte y el sur), Rwanda-Burundi (quienes padecieron el genocidio de los tutsis y en donde los pigmeos twa reclaman hoy sus tierras) y Congo (que ha sufrido la peor guerra civil de la posguerra con más de cuatro millones de muertos, así como varios intentos separatistas, incluyendo el de Katanga de los años sesentas, animado por corporaciones belgas interesadas en los ricos recursos minerales de territorio). Al norte de Sudán está Egipto, donde el 10% de sus habitantes son cristianos coptos dentro de quienes hay corrientes nacionalistas. El oeste de Sudán ha sido escenario de la guerra de Darfur donde han muerto 200.000 personas y más allá está Chad, que tuvo otra guerra entre los separatistas del norte y del sur. Asimismo, en el norte árabe de África existen dos importantes movimientos nacionalistas. Uno es el de los kabiles de Argelia, quienes hablan su propia lengua berebere y son mahometanos más seculares; el otro es el de la antigua Sahara Española, cuyos nativos saharauis son los únicos musulmanes de lengua hispana y quienes tienen su propia república que resiste la ocupación de Marruecos. Hoy la República Árabe Saharaui Democrática controla un 20% del territorio de la antigua colonia castellana y ha sido reconocida por 58 países, aunque muchos de ellos hayan retirado o condicionado ese apoyo a la realización de un referendo. 19 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations MANIPULACIONES EN LOS MOVIMIENTOS SEPARATISTAS Las manipulaciones de lo étnico y lo religioso están jugando roles determinantes en el control del poder en ciertos países y por eso cada vez proliferan más movimientos tribales con ropajes religiosos que luchan por la secesión de sus feudos en contra de los poderes centrales. "Kosovo es un caso aislado y no se puede comparar con otras regiones de Europa", aseguran numerosos analistas. Muchos gobiernos de la Unión Europea han hecho hincapié en la particularidad del caso, pero no han podido disipar la sospecha de que la independencia de la provincia serbia dará nuevos impulsos a los movimientos separatistas existentes en diversos lugares de la vieja Europa. Tradicionalmente en estos casos se actuaba afirmando que la invulnerabilidad de las fronteras era uno de los pilares de la estabilidad. En el tema Kosovo, la UE decidió que este principio no tenía vigencia, y dio paso a lo que puede convertirse en un precedente para otras regiones. Después de Kosovo cabe preguntarse: ¿se les puede negar a los turcos de Chipre, a los vascos, a los serbobosnios o a los escoceses lo que sí se les permitió a los kosovares? Para el historiador y especialista en Europa de la Universidad de Barcelona, Francisco Veiga, "Kosovo es tan solo el comienzo". Rusia también advirtió que estas decisiones políticas podrían causar un efecto dominó en la zona del Cáucaso y del Mar Negro. Hoy en el Viejo Continente existen numerosos movimientos que luchan por la independencia de determinadas regiones o por establecer nuevos límites. En los Balcanes, la independencia de Kosovo genera nuevas tensiones, y estos acontecimientos podrían reforzar la demanda de los serbios en Bosnia y en el norte de Kosovo, que quieren ser anexados a Serbia. En Macedonia, la población albanesa podría exigir pasar a formar parte de Kosovo, con lo cual harían peligrar la existencia del país. El temor a que se produzca un efecto dominó en los Balcanes fue lo que llevó a algunos países miembros de la UE como Grecia y Rumania a rechazar la independencia de Kosovo. Chipre, por su parte, también teme que Kosovo sea tomado como ejemplo en el norte de la isla, ocupada por tropas turcas. Incluso Eslovaquia, que surgió de la división de Checoslovaquia, se declaró en contra de la separación de Kosovo de Serbia. "No rechazamos la idea de un Kosovo independiente, pero queremos que haya un acuerdo al respecto", afirmó un diplomático eslovaco. 20 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations Por su parte, España considera que la independencia de Kosovo viola el derecho internacional y teme que por ello los movimientos separatistas del País Vasco, Cataluña y Galicia se sientan confirmados en su lucha. Antes de concluir este breve recorrido por los movimientos separatistas, cabe recordar que, en ocasiones, el separatismo puede perseguir sus objetivos a través de la legalidad constitucional, normalmente con una representación parlamentaria. La India es el clásico ejemplo del uso de la resistencia pasiva para promover el separatismo y la independencia política. La filosofía y metodología de Mahatma Gandhi demostró su valía en este campo. También el separatismo apoyado por intelectuales ha surgido en diversos lugares como Cascadia, una porción de la costa oeste de Norteamérica particularmente rica en diversidad natural. De igual modo el separatismo de las micronaciones no es considerado una amenaza seria para la unidad de los territorios. Lugares como la Provincia del Río Hutt o Sealand declararon su independencia formando parlamentos y promulgando constituciones, emitieron sellos y papel moneda, pasaportes; pero no fueron tomados en serio por el poder metropolitano. Estos casos pudieron servir como vehículo de protesta económica o política sin necesariamente amenazar la integridad de facto del Estado nación. Finalmente, con el proceso independentista de Latinoamérica se produjo la desintegración de las unidades político-administrativas en que estaba dividido el subcontinente bajo la férula española, brotando un buen número de Estados independientes. A lo largo del siglo XIX, dicha región continuó fragmentándose en un proceso disgregador que amenazó la integridad territorial de estos nacientes países, y a la vez dio paso a sentimientos separatistas que añadieron otro elemento desintegrador al espectro político de la zona. Durante los tres siglos de colonialismo español, América, en la descripción geopolítica hispanoamericana, no existió realmente como entidad política de orden internacional. Sin embargo, con la independencia latinoamericana, el subcontinente se dividió en un crisol de naciones que velozmente entraron en un precario proceso político caracterizado por las luchas caudillistas, guerras intestinas, movimientos separatistas, gobiernos inestables y crisis sociales, políticas y económicas. Transcurridos casi 13 años del tercer milenio, resulta útil analizar la ingeniosa estrategia geopolítica que supone el fenómeno separatista, con el cual las potencias estatales y las organizaciones internacionales buscan incrementar su poder, formulando un contexto internacional donde los valores de cooperación e integración 21 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations podrían, tarde o temprano, sucumbir ante la sustancial conflictividad entre los bloques de poder. Tanto la marcada globalización existente hoy entre las naciones como el displicente interés de los países más poderosos en pos de consolidar e intensificar su hegemonía, sirven de pasto a una posible reactivación de la guerra fría “fallecida y sepultada” con la desaparición de la Unión Soviética, aunque esta vez, lamentablemente, en un marco mucho más riesgoso y donde la manipulación de los movimientos separatistas pudiera desempeñar un factor detonante, obedeciendo intereses, en algunos casos muy poco racionales. 22 Separatismo © 2013 Unrepresented United Nations