Rx La popular Tabla de Snellen que se utiliza para medir la agudeza visual fue desarrollada –en 1862– por el oftalmólogo holandés Herman Snellen. En su versión tradicional tiene 11 líneas de letras negras dispuestas en tamaño decreciente. Errores de refracción Fuera de foco foto orlando palencia La miopía, el astigmatismo y la hipermetropía son alteraciones muy comunes que afectan el funcionamiento normal del ojo. La evaluación oftalmológica temprana –y periódica– es clave para detectar y corregir a tiempo una visión distorsionada / María Ángela Valbuena 43+SALUD Rx errores de refracción Presbicia Condición degenerativa Con el proceso de envejecimiento el cristalino se hace menos flexible y el músculo ciliar va perdiendo elasticidad. En consecuencia, la capacidad del ojo para enfocar los objetos cercanos disminuye de forma lenta e irreversible. Llamada presbiopía o presbicia, es una condición degenerativa fisiológica –y no patológica– que comienza a manifestarse alrededor de los 40 o 45 años, progresa y se estabiliza a los 60. Aunque la presbicia afecta por igual a quienes tienen o no defectos de refracción, se manifiesta más temprano en los hipermétropes. Entre los síntomas se cuentan la dificultad para enfocar objetos cercanos, la necesidad cada vez mayor de luz para leer o realizar ciertas tareas, fatiga ocular y dolores de cabeza. La presbicia se puede corregir con anteojos o lentes de contacto (la prescripción debe cambiarse progresivamente), o mediante un procedimiento quirúrgico. Percibir el entorno en todas sus formas, colores y dimensiones es un proceso complejo que sigue una secuencia: la luz –reflejada en los objetos– pasa a través de la córnea, que la desvía o refracta al interior del ojo. El iris, por su parte, controla la cantidad que penetra regulando el tamaño de la pupila. Desde allí, la luz es captada por el cristalino, que enfoca la imagen en la retina, donde las células fotorreceptoras la convierten en señales eléctricas que viajan por el nervio óptico hasta el cerebro. Sólo entonces se produce la visión. Sin embargo, existen algunas condiciones, como los llamados errores de refracción –miopía, astigmatismo e hipermetropía–, que pueden afectar el funcionamiento del ojo y provocar una visión distorsionada. En estos casos, la imagen no se enfoca directamente en la retina (como ocurre en la emetropía o visión normal), sino delante o detrás de ella. Aunque no se conoce con precisión por qué ocurre, se sabe que el factor genético es una de las causas principales. Estados alterados M iopía. La visión de lejos es borrosa por- que la imagen es enfocada delante de la retina y no directamente sobre ella (la visión de cerca no supone dificultad). Se da en personas con globos oculares muy alargados o córneas de excesiva curvatura. Normalmente hereditaria, la miopía se manifiesta a menudo en la infancia –en la etapa escolar–, suele progresar durante la adolescencia y tiende a estabilizarse hacia los 20 años. Es el error de refracción que se observa con mayor frecuencia en los niños. Puede provocar dolor de cabeza y fatiga ocular. H ipermetropía. La visión cercana es defectuosa porque la imagen de los objetos hace foco detrás de la retina. Ocurre en quienes tienen globos oculares más cortos de lo 44+SALUD normal o una córnea muy plana. Generalmente congénita, la hipermetropía puede manifestarse en la infancia, pero tiende a corregirse durante el crecimiento. En el adulto joven es leve y se presenta con fatiga visual o sueño al leer. A stigmatismo. Es un problema de la curvatura de la córnea (tiene forma ovalada y no redonda) que hace que la luz y los objetos sean enfocados en varios puntos –delante o detrás– de la retina. Produce visión borrosa a cualquier distancia y distorsión de la imagen. Sus síntomas incluyen dolor de cabeza, fatiga ocular y cansancio. En los niños puede provocar dificultad en la lectura y el aprendizaje. La irregularidad de la córnea suele estar determinada genéticamente, pero también puede ser consecuencia de una intervención quirúrgica ocular. El astigmatismo puede presentarse solo (poco frecuente) o asociado a la miopía o a la hipermetropía. Rx errores de refracción Glosario Córnea: membrana transparente, de forma convexa, que cubre la parte anterior del ojo. Iris: membrana circular coloreada. Ubicada justo detrás de la córnea, regula la cantidad de luz que entra en el ojo a través de la pupila. Pupila: abertura situada en el centro del iris –luce como un Examen a la vista “Es indispensable la evaluación oftalmológica a temprana edad, porque la presencia de defectos de refracción no detectados puede conducir a la pérdida visual”, alerta Gisela Merchán, médico oftalmólogo de la Clínica El Ávila. Los adultos deben examinarse la vista por lo menos una vez entre los 20 y los 29 años, dos veces de los 30 a los 39, cada dos años entre los 40 y los 65 y, a partir de esa edad, cada uno o dos años. Para medir la agudeza visual de lejos el especialista utiliza la Tabla de Snellen (formato que contiene varias hileras de caracteres de distinto tamaño), en la que el paciente debe identificar, a una distancia de 6 metros, una fila de diminutas letras, números o símbolos. La visión cercana se mide con la lectura de textos a una distancia de 35 centímetros. Los ojos se evalúan en conjunto y por separado. Mediante el examen de refracción (con lentes de diferentes potencias) se determina el grado de corrección apropiado. Si el paciente usa lentes la prueba se efectúa con y sin ellos. La visión 20/20 –visión normal– es una medida estándar que viene dada por el resultado obtenido en la lectura de la tabla: a 20 pies (6 metros) la persona lee correctamente la línea que corresponde a esa distancia. Un resultado de 20/40 significa que sólo alcanza a leer a 20 pies lo que otro con visión normal leería a 40. La magnitud del error de refracción se expresa en dioptrías, una medida que indica el poder necesario para enfocar las imágenes directamente en la retina. Corrección visual Hay opciones para compensar y, en algunos casos, estabilizar los errores de refracción. La prescripción de anteojos o lentes de contacto dependerá de la edad del paciente, el estilo de vida, sus necesidades y preferencias y del im- diminuto círculo negro– que aumenta de tamaño cuando necesita más luz y disminuye cuando hay mucha. Cristalino: ubicado justo detrás del iris, es el lente natural del ojo (enfoca la luz para crear imágenes nítidas). Retina: capa interna del globo ocular. Convierte la luz en señales eléctricas y las envía –a través del nervio óptico– al cerebro. pacto que cause el defecto refractivo en su vida cotidiana. Los lentes de contacto tienen algunas ventajas sobre los de montura. La más significativa es que los objetos se ven a tamaño real, mientras que los anteojos producen imágenes más pequeñas (en el caso de los miopes) o más grandes (en los hipermétropes). Con los lentes de contacto no hay distorsión al mirar hacia los lados, el campo visual es totalmente definido y no existen cortes de línea o zonas ciegas. Además, estéticamente pasan desapercibidos y no interfieren con la práctica de actividades deportivas. Sin embargo, advierte Merchán, no son recomendables en niños o personas poco cuidadosas, porque tienen la desventaja de aumentar el riesgo de infecciones oculares si no son manipulados adecuadamente. Aunque la opción quirúrgica se puede aplicar prácticamente a cualquier defecto refractivo, lo más aconsejable es evaluar con detenimiento cada caso en particular. La elección depende de la magnitud del defecto, la edad del paciente y de si padece o no una enfermedad ocular o sistémica. Las técnicas empleadas van desde la modificación de la forma de la córnea con láser hasta la colocación de lentes intraoculares. • ( F u e n tes c o n s u lt a d a s º Gisela Merchán, oftalmólogo. Clínica El Ávila. º National Eye Institute. º www.medlineplus.gov / www.presbicia.org ) 45+SALUD