ORIGINAL number of clinical, neurological, functional and mental variables were collected. On being discharged from hospital their functional situation (Barthel index) and institutionalisation were evaluated. Results. The 48 patients aged 85 and above presented a lower degree of overall and relative functional recovery on discharge from hospital. Nevertheless, 52% had gained more than 20 points on the Barthel index on being discharged with respect to their score when they were admitted; on discharge 44% had recovered over 50% of the functional loss they had suffered following the stroke. On including the other basal variables in a logistic regression analysis, a very advanced age was associated in an independent manner to a greater risk of being institutionalised, but not to a poorer functional prognosis at discharge. Severe functional impairment on admission and post-stroke depression were the factors that were independently associated to moderate-severe disability on admission; in addition, the more severe the neurological consequences were, the lower the level of functional recovery was. Conclusions. The capacity for functional recovery in very elderly stroke patients is mainly determined by the degree of functional and neurological repercussion. The functional prognosis should be individualised according to these factors, regardless of the age. [REV NEUROL 2007; 44: 577-83] Key words. Aged. Oldest old. Functional status. Geriatric assessment. Rehabilitation outcomes. Stroke. Secuencia de Moebius: hallazgos clinicorradiológicos M.C. Fons Estupiñá, P. Póo, J. Colomer, J. Campistol SECUENCIA DE MOEBIUS: HALLAZGOS CLINICORRADIOLÓGICOS Resumen. Introducción. El síndrome de Moebius es un trastorno congénito infrecuente y no progresivo, definido por una parálisis facial habitualmente bilateral y afectación oculomotora. Su espectro clínico es variable, afecta a otros pares craneales y se asocia con malformaciones múltiples. Pacientes y métodos. Se describen las características clínicas, neurológicas, de neuroimagen y evolución de 20 pacientes, 16 de sexo masculino y 4 de sexo femenino, que cumplen los criterios diagnósticos de la secuencia de Moebius. Resultados. El rango de edad en la primera consulta fue de 9 días a 23 meses. El 50% nació mediante parto eutócico. Todos los casos presentaron la afectación del nervio facial, el 70% bilateral. Otros pares afectados fueron el VI (85%), XII (40%), VIII (25%) y IX (60%). Un 35% presentó distrés respiratorio perinatal, apneas en un 25% y retraso del desarrollo en el 60% de los casos. Presentaron otras malformaciones asociadas como microrretrognatia, paladar ojival, pies zambos, malformaciones en manos y pies, y cuatro casos presentaron agenesia del pectoral mayor unilateral. El electromiograma mostró ausencia de la actividad espontánea, voluntaria y potenciales musculares evocados al estímulo del nervio facial, y en la resonancia magnética cerebral se observaron hipoplasia del tronco, agenesia de los pares craneales y anomalías de la fosa posterior en tres casos de los diez en los cuales se realizó. Conclusión. La asociación de malformaciones múltiples y la disfunción de los pares craneales sugieren una disrupción en la morfogénesis del tronco en el período embrionario, por lo que el síndrome de Moebius se considera una secuencia malformativa. [REV NEUROL 2007; 44: 583-8] Palabras clave. Agenesia de pares craneales. Diplejía facial. Paresia del VI par. Poland-Moebius. Secuencia de Moebius. Secuencia malformativa. INTRODUCCIÓN El síndrome de Moebius es un trastorno congénito poco frecuente y no progresivo, descrito por Moebius en 1892, que se define por la presencia de parálisis facial, frecuentemente bilateral, junto con la afectación de la musculatura oculomotora, principalmente el recto externo, atribuidos a la lesión de los núcleos de los pares craneales VII y VI [1,2]. La mayoría de los casos publicados son esporádicos y se afectan por igual ambos sexos. Se trata de un síndrome muy variable en cuanto a sus manifestaciones clínicas. Además de la afectación de los pares VII y VI, pueden estar implicados otros pares craneales como el hipogloso (XII), lo que origina una atrofia total o parcial de la lengua con fibrilaciones linguales; el glosofaríngeo (IX), que da lugar a Aceptado tras revisión externa: 28.03.07. la parálisis del abductor de la laringe y la incoordinación velopalatina; y el estatoacústico (VIII), que provoca sordera neurosensorial. Con menor frecuencia se afectan los pares III, IV y V. Otros problemas asociados son la ptosis palpebral, el retraso mental, la hipotonía generalizada y los trastornos de conducta, entre los que destaca el autismo. También presentan malformaciones orofaciales, como la microrretrognatia, el paladar ojival y la fisura palatina; malformaciones en manos y pies, aplasia unilateral del pectoral mayor (síndrome de Poland-Moebius) y signos piramidales. Además, se han descrito casos con cardiopatía congénita y anomalías genitales. El objetivo de este estudio consiste en describir las características clínicas y principalmente neurológicas de pacientes con secuencia de Moebius, los resultados del estudio electromiográfico y de neuroimagen, así como su evolución. Servicio de Neurología. Hospital Universitari Sant Joan de Déu. Esplugues de Llobregat, Barcelona, España. Correspondencia: Dra. M.C. Fons Estupiñá. Servicio de Neurología. Hospital Universitari Sant Joan de Déu. Passeig Sant Joan de Déu, 2. E-08950 Esplugues de Llobregat (Barcelona). E-mail: cfons@hsjdbcn.org © 2007, REVISTA DE NEUROLOGÍA REV NEUROL 2007; 44 (10): 583-588 PACIENTES Y MÉTODOS Se han revisado de forma retrospectiva las historias clínicas de 20 pacientes diagnosticados de secuencia de Moebius en los últimos 25 años en el servicio de neurología de un hospital pediátrico. 583 M.C. FONS-ESTUPIÑÁ, ET AL Tabla. Descripción de los datos clínicos más relevantes. Sexo Antecedentes Vasopresina por APP Parálisis facial Otros pares Dismorfias faciales craneales Malformaciones asociadas a Signos neurológicos Exámenes Otros complementarios Bilateral VI, IX Micrognatia – Signos piramidales, hipotonía, retraso en el lenguaje Disfagia (SNG) Caso 1 M Caso 2 M Unilateral VI, XII, IX Micrognatia, paladar ojival, PA dismórficos – Retraso cognitivo, trastorno de conducta Disfagia Caso 3 M Bilateral (Fig. 1) Microrretrognatia, paladar ojival Malformaciones en pies Signos piramidales, hipotonía Distrés respiratorio neonatal, criptorquidia bilateral Caso 4 M Unilateral VI, V, XII, IX Micrognatia, paladar ojival, displasia dentaria Aplasia pectoral Retraso psicomotor mayor unilateral, escoliosis Síndrome de PolandMoebius, criptorquidia bilateral Caso 5 M Padres Bilateral consanguíneos polihidramnios III, VIII, V, XII, Paladar ojival, IX displasia dentaria – Hipotonía PEAT alterados, EEG y RM anormales Distrés respiratorio neonatal, apneas, disfagia, exitus por IRA (3 meses) Caso 6 M Polihidramnios Bilateral SFA VI, VIII, XII, IX Micrognatia, fisura palatina Malformaciones Hipotonía en manos y pies PEAT alterados, TAC y RM alteradas Distrés respiratorio neonatal, apneas, disfagia Caso 7 M Bilateral VI, V Paladar ojival, displasia dentaria Malformaciones Hipotonía en pies, escoliosis Criptorquidia bilateral Caso 8 M Bilateral VI, XII, IX Micrognatia, paladar ojival Malformaciones en pies – Disfagia (SNG) Caso 9 F Unilateral VI, VIII, IX Displasia dentaria – Hipotonía, PEAT alterados retraso psicomotor Disfagia Caso 10 F Bilateral Microrretrognatia, paladar ojival, alteración dental – Hipotonía Disfagia Caso 11 Unilateral VI, VIII, IX Microrretrognatia, paladar ojival – Retraso cognitivo Caso 12 F Bilateral VI, XII, IX Micrognatia, paladar ojival Malformaciones en manos Inteligencia límite, TAC anormal trastorno en el lenguaje Distrés respiratorio neonatal, apneas, disfagia Caso 13 M Bilateral III Microrretrognatia, alteración dental Malformaciones torácicas, en manos y pies Retraso cognitivo Criptorquidia bilateral Caso 14 M Unilateral VI, VIII, V Microretrognatia, paladar ojival – Retraso cognitivo, hipotonía Caso 15 M Bilateral XII Paladar ojival, displasia dental Malformaciones Hipotonía en pies y manos Bilateral VI, XII Microrretrognatia, fisura palatina Malformaciones en pies Retraso psicomotor, hipotonía – Signos piramidales, retraso psicomotor Distrés respiratorio neonatal, cardiopatía (tetralogía de Fallot), apneas, disfagia F Caso 16 M Ritodrina por APP VI VI, IV, IX PEAT alterados, RM anormal Agenesia de CAI derecho, disfagia (SNG) PEAT alterados Criptorquidia bilateral, atrofia óptica TAC anormal Criptorquidia unilateral Caso 17 M Unilateral VI, XII, IX Microrretrognatia, paladar ojival Malformaciones en manos Caso 18 M Bilateral (Fig. 2) VI Micrognatia, paladar ojival Aplasia pectoral Retraso cognitivo, mayor unilateral, trastorno de conducta malformaciones en manos y pies, escoliosis Dextrocardia, criptorquidia unilateral Bilateral VI, XII, IX Retrognatia, displasia dentaria Aplasia pectoral – mayor unilateral, malformaciones en manos y pies Distrés respiratorio neonatal, disfagia, exitus a los 2 meses por apnea VI Microrretrognatia, paladar ojival Aplasia pectoral Trastorno de conducta mayor unilateral, malformaciones en manos Dextrocardia, agenesia testicular izquierda Caso 19 M Varicela en el octavo mes de embarazo Caso 20 M Mebendazol Bilateral por parasitosis en el embarazo a Malformaciones en pies y manos: pie zambo, braquidactilia, clinodactilia del quinto dedo bilateral, sindactilia, focomielia y artrogriposis. APP: amenaza de parto prematuro; CAI: conducto auditivo interno; EEG: electroencefalograma; IRA: insuficiencia respiratoria aguda; PA: pabellones auriculares; PEAT: potenciales evocados auditivos del tronco encefálico; RM: resonancia magnética; SFA: sufrimiento fetal agudo; SNG: sonda nasogástrica;TAC: tomografía axial computarizada. 584 REV NEUROL 2007; 44 (10): 583-588 SECUENCIA DE MOEBIUS Figura 1. Paciente afectado de parálisis facial y del VI par bilateral. Figura 2. Niño de 2 años, afectado del síndrome de Poland-Moebius (parálisis de los VII y VI pares bilateral y aplasia del pectoral mayor derecho). El diagnóstico se realizó sobre la base de la presencia de parálisis facial bilateral o unilateral congénita, asociada a: – Paresia de otros pares craneales (VI principalmente). – Rasgos faciales dismórficos. (dos bilateral y tres unilateral). El electroencefalograma (EEG) fue normal en todos los casos excepto en uno, que presentaba anomalías paroxísticas difusas con actividad irregular poco estructurada. El cariotipo fue normal en todos los pacientes. El estudio electromiográfico de los músculos orbicular de los párpados, de los labios y frontal mostró la ausencia de actividad espontánea, voluntaria y de potenciales musculares evocados en los músculos explorados, de forma bilateral en el 70% de los casos y unilateral en el 30% restante. En el estudio del reflejo trigémino facial o blink reflex, practicado en sólo tres de los casos con afectación bilateral, no se registró respuesta (ninguno de los tres componentes del reflejo). La tomografía axial computarizada (TAC) craneal se realizó en 10 casos y resultó patológica en tres de ellos; se observó una dilatación moderada de la región preóptica, IV ventrículo y ventrículo lateral izquierdo (caso 12), atrofia cortical de predominio anterior (caso 6) y un moderado ensanchamiento de los espacios subaracnoideos y de la cisterna interpeduncular (caso 15). La resonancia magnética (RM) cerebral fue normal en siete casos de los 10 en que se realizó, y en los tres en los que resultó patológica, se observaron alteraciones que consistieron en: malformación del tronco con agenesia de los núcleos de los pares VII y VIII izquierdos en una paciente (caso 11) con clínica unilateral (Figs. 3 y 4); megacisterna magna e hipoplasia del tronco encefálico (caso 5); y atrofia córtico-subcortical y de tronco, con aumento de las cisternas interpeduncular y superior (caso 6). Los pacientes se siguieron hasta los 18 años de edad, con un tiempo medio de seguimiento de 13 años (exceptuando dos casos que fallecieron a los dos y tres meses, respectivamente, a causa de un cuadro de insuficiencia respiratoria aguda, y otros dos casos que se siguieron hasta la edad actual de 12 meses). En nuestra serie, el 60% presentó retraso psicomotor en los primeros años de vida. En un 27% se constató un retraso cognitivo a lo largo de la evolución. El trastorno de conducta, basado en síntomas depresivos y episodios de auto y heteroagresividad, se evidenció en tres casos. Se recogieron datos referentes a: – Embarazo, parto y período perinatal. – Antecedentes familiares. – Pares craneales afectados. – Malformaciones asociadas. – Desarrollo psicomotor. – Estudios neurofisiológicos: electromiograma (EMG), potenciales evocados visuales (PEV) y potenciales evocados auditivos del tronco encefálico (PEAT). – Estudios neurorradiológicos. RESULTADOS La serie revisada consta de 20 pacientes diagnosticados de secuencia de Moebius, con edades, en la primera consulta, comprendidas entre 9 días y 23 meses. El 80% (n = 16) de los pacientes eran de sexo masculino y el 20% (n = 4) femenino. La tabla resume los antecedentes personales y los datos clínicos más relevantes de los pacientes (Figs. 1 y 2). No había antecedentes familiares de enfermedades neuromusculares. Sólo un caso era hijo de padres consanguíneos. Como antecedentes del parto, hay que señalar que el 50% nació mediante un parto eutócico, el 25% mediante cesárea (dos de ellos por polihidramnios) y el 25% restante mediante fórceps (n = 3), ventosa (n = 1) y vacuum (n = 1). Exámenes complementarios Los PEAT fueron patológicos en los cinco casos con afectación del VIII par REV NEUROL 2007; 44 (10): 583-588 585 M.C. FONS-ESTUPIÑÁ, ET AL Figura 3. Resonancia magnética cerebral, en secuencia T1, corte sagital: hipoplasia del tronco encefálico y vermis cerebeloso en un paciente con secuencia de Moebius. Figura 4. Resonancia magnética cerebral, corte axial: malformación del tronco con agenesia de los VII y VIII pares izquierdos, en una paciente con clínica unilateral. De los dos pacientes que fallecieron, en un solo caso se realizó un estudio anatomopatológico y se observó la presencia de lesiones destructivas en el tegmento del bulbo y la protuberancia, que afectaba a los núcleos VI, VII, XII y la oliva superior, así como atrofia de los nervios VI, VII y XII. me de Poland; posteriormente, en 1973, Sugarman y Stark describieron un paciente con la combinación clínica del síndrome de Moebius y de Poland, de donde surgió el nombre de PolandMoebius. Lo observamos en cuatro casos de nuestra serie y en todos ellos la afección fue unilateral [10-12]. La etiopatogenia del síndrome no está clara. Las dos teorías patogénicas más aceptadas actualmente son la teoría genética [13] y la teoría vascular. Aunque se trata de un trastorno esporádico, se han descrito casos con herencia autosómica recesiva, autosómica dominante y recesiva ligada al cromosoma X [14,15], pero sin localizarse el gen responsable. Slee et al [16] relacionaron el síndrome de Moebius con una deleción en el cromosoma 13 q12.2-13. La teoría vascular mantiene que posiblemente se debe a factores tóxicos ambientales que ocasionan una interrupción de la circulación sanguínea en el territorio de la arteria basilar o de la arteria subclavia hacia el tronco del encéfalo durante el desarrollo embrionario precoz, lo que provoca zonas de isquemia en el tronco del encéfalo, en la zona donde se localizan los núcleos del III al XII pares [17-20]. Esta susceptibilidad a la isquemia de la línea media del tronco del encéfalo puede deberse a que permanece avascular durante ciertos períodos de la vida fetal, lo que dificulta la formación de anastomosis en este nivel y origina zonas de isquemia ante un evento que provoque hipoperfusión; además, las neuronas de los núcleos del tronco del encéfalo presentan una gran actividad oxidativa, por lo que son vulnerables a la hipoxia [21]. Los factores teratogénicos se consideran importantes en ambos mecanismos patogénicos. Entre ellos, la ingesta de ergotamina [22] en el primer trimestre de embarazo, por su efecto vasoconstrictor y el aumento del tono uterino. Marques-Dias et al [23] encontraron una fuerte asociación entre el uso prenatal del misoprostol (prostaglandina sintética utilizada para el tratamiento de la úlcera gástrica y también como abortivo) y la DISCUSIÓN La secuencia de Moebius es un complejo trastorno neurológico caracterizado por una parálisis facial congénita, junto con afectación de otros pares craneales [1-3]. Von Graefe y Moebius definieron una entidad caracterizada por la parálisis del nervio facial y motor ocular externo bilateral y que recibiría posteriormente el nombre de síndrome de Moebius. En 1939, Henderson modificó la descripción del síndrome e incluyó los casos con parálisis facial unilateral congénita. Por otra parte, algunos autores consideran la presencia de diplejía facial congénita aislada suficiente para su diagnóstico [4]. Los casos con afectación facial unilateral se pueden confundir con una parálisis de causa obstétrica, aunque la afectación de otros pares craneales y las características del estudio electromiográfico del nervio facial permiten diferenciar ambos procesos. Se han descrito episodios de distrés respiratorio y apneas con relativa frecuencia en estos pacientes [5,6], al igual que lo observado en nuestra serie. Gillberg et al [7] detectaron una elevada frecuencia de trastorno dentro del espectro autista en niños y adultos jóvenes afectados del síndrome de Moebius, lo cual contrasta con la ausencia de este trastorno en nuestra serie. Las alteraciones del desarrollo psicomotor son muy comunes; sin embargo, la frecuencia de retraso mental es del 10-15% [8,9]. En nuestra serie, el 60% presentó retraso psicomotor en los primeros años de vida y de éstos, en el 27% se constató un retraso cognitivo a lo largo de la evolución. Poland, en 1841, describió el caso de un paciente con aplasia unilateral del músculo pectoral mayor y lo denominó síndro- 586 REV NEUROL 2007; 44 (10): 583-588 SECUENCIA DE MOEBIUS isquemia en el tronco en las fases precoces de la gestación. El consumo de cocaína durante el primer trimestre de embarazo también se ha asociado con el síndrome de Moebius [24]. Ambos mecanismos patogénicos se basan en escasas observaciones post mortem, en las que se ha encontrado agenesia o hipoplasia de los núcleos de los pares craneales, necrosis focal del tronco del encéfalo con pérdida neuronal, gliosis y calcificaciones [25,26]. Es posible que tanto la hipoplasia nuclear como la necrosis nuclear constituyan un espectro de la misma enfermedad, y que se manifieste una u otra en función del momento en que se produce el daño durante la gestación. De esta manera, durante el primer trimestre el tronco del encéfalo respondería a la agresión con cambios malformativos, como hipoplasia de los núcleos de los nervios craneales, y solamente aparecerían necrosis y gliosis al final del segundo trimestre [27]. La asociación de malformaciones en las extremidades junto con la disfunción de los pares craneales sugiere una disrupción del proceso de morfogénesis de estas regiones durante un período critico en el desarrollo embrionario, aproximadamente entre las semanas cuarta y séptima de gestación. Ante tales hallazgos, se ha propuesto la clasificación del síndrome de Moebius como una secuencia malformativa [28,29], que se puede presentar aislada o formando parte de cuadros polimalformativos, y se ha sugerido que deje de utilizarse el término síndrome de Moebius por generar confusión, ya que al constituir una secuencia malformativa existe una notable heterogeneidad en las manifestaciones clínicas de los niños afectados, así como en las causas, en el pronóstico y en el riesgo de recurrencia. Existen otras entidades que pueden presentarse con debilidad facial congénita y que deben excluirse antes de confirmar el diagnóstico de secuencia de Moebius, como algunas miopatías congénitas, varias formas de distrofia muscular congénita y la forma infantil del síndrome facioescapulohumeral, entre otras. El diagnóstico diferencial con la parálisis facial congénita hereditaria [30], entidad autosómica dominante, es neuropato- lógico; en ésta no se observan signos de degeneración neuronal o necrosis con pérdida neuronal, gliosis o calcificaciones ni hipoplasia del tronco y de las vías largas, así como tampoco la afectación de otros pares craneales. La mayoría de los pacientes con secuencia de Moebius tienen una TAC craneal normal; sin embargo, un estudio reciente describe la presencia de calcificaciones en el tronco en cinco niños de una serie de siete [31,32]. En nuestra serie, ninguno de los casos en que se realizó TAC craneal presentó calcificaciones en el tronco. Hay pocos estudios publicados acerca de los hallazgos en la RM craneal de pacientes con secuencia de Moebius. En tres estudios detectaron hipoplasia del tronco del encéfalo y en un caso también de cerebelo, además de la ausencia de núcleos de los pares VII y VI [33-35]. En nuestra serie, la RM fue patológica en tres casos de los diez en los cuales se realizó, y en todos ellos se encontraron malformaciones en el tronco. Existe un subgrupo de pacientes con secuencia de Moebius y riesgo de apnea que corresponde a los casos con mayor afectación de esta región del rombencéfalo. Se ha publicado un caso en el que la RM craneal mostró una alteración en la intensidad de la señal en el tegmento paramediano del tronco del encéfalo. Los autores consideran que la presencia de este hallazgo en la RM craneal en un paciente con secuencia de Moebius puede ser un indicador de riesgo para apnea [36]. En todo caso, el riesgo de apneas existe por lo que se debe descartar esta posibilidad, y en caso de duda, se debería monitorizar al paciente. Algunos pacientes con secuencia de Moebius pueden tener una buena calidad de vida y, aparte de los problemas estéticos, no presentan otras complicaciones. Los casos graves fallecen a los pocos días o meses de vida, a menudo a causa de problemas respiratorios, tal y como ocurrió en dos de nuestras observaciones. La diversidad de malformaciones que se pueden presentar en la secuencia de Moebius requiere una valoración multidisciplinaria que incluye al neuropediatra, oftalmólogo, ortopeda, cirujano plástico, logopeda y psicólogo para tratar de forma integrada los diferentes trastornos asociados que presenta. BIBLIOGRAFÍA 1. Sudarshan A, Goldie WD. The spectrum of congenital facial diplegia (Möbius syndrome). Pediatr Neurol 1985; 1: 180-4. 2. Campistol J, Molina V, Gonzalez A, Rissech M, Baraibar R, Krauel J. Hypoglossia-hypodactylia. Apropose of a case associated with Moebius syndrome and temporomandibular ankylosis. Pediatrie 1980; 35: 257-60. 3. Kumar D. Möbius syndrome. J Med Genet 1990; 27: 122-6. 4. Martí-Herrero M, Cabrera-López JC, Toledo L, Candela V, Bonnet D. Síndrome de Möebius. Tres formas diferentes de presentación. Rev Neurol 1998; 27: 975-8. 5. Gilmore RL, Falace P, Kanga J, Baumann R. Sleep-disordered breathing in Möbius syndrome. J Child Neurol 1991; 6: 73-7. 6. Igarashi M, Rose DF, Storgion SA. Möbius syndrome and central respiratory dysfunction. Pediatr Neurol 1997; 16: 237-40. 7. Gillberg C, Steffenburg S. Autistic behaviour in Moebius syndrome. Acta Paediatr Scand 1989; 78: 314-6. 8. Briegel W. Neuropsychiatric findings of Mobius sequence, a review. Clin Genet 2006; 70: 91-7. 9. Verzijl HT, Van Es N, Berger HJ, Padberg GW, Van Spaendonck KP. Cognitive evaluation in adult patients with Mobius syndrome. J Neurol 2005; 252: 202-7. 10. Jones M, Cabrera M, Quijano G, Drut R. Síndrome de Möebius por lesiones del tronco cerebral en un lactante con defectos congénitos múltiples. Rev Neurol Argent 1990; 15: 52-8. 11. Kuklik M. Poland-Moebius síndrome and disruption spectrum affecting the face and extremities: a review paper and presentation of five cases. Acta Chir Plast 2000; 42: 95-103. 12. Parker DL, Mitchel PR, Holmes GL. Poland-Moebius syndrome. J Med Genet 1981; 18: 321-3. REV NEUROL 2007; 44 (10): 583-588 13. MacDermot KD, Winter RM, Taylor D, Baraitser M. Oculofacialbulbar palsy in mother and son: review of 26 reports of familial transmission within the ‘Möbius spectrum of defects’. J Med Genet 1991; 28: 18-26. 14. Criado GR, Aytes AP. Möbius sequence, hypogenitalism, cerebral and skeletal malformations in two brothers. Am J Med Genet 1999; 86: 492-6. 15. Journel H, Roussey M, Le Marec B. MCA/MR syndrome with oligodactyly and Möbius anomaly in first cousins: new syndrome or familial facial-limb disruption sequence? Am J Med Genet 1989; 34: 506-10. 16. Slee JJ, Smart RD, Viljoen DL. Deletion of chromosome 13 in Moebius syndrome. J Med Genet 1991; 28: 413-4. 17. Govaert P, Van Haesebrouck P, De Praeter C, Frankel U, Leroy J. Moebius sequence and prenatal brain stem ischemia. Pediatrics 1989; 84: 570-3. 18. Bavinck JN, Weaver DD. Subclavian artery supply disruption sequence: Hypothesis of a vascular aetiology for Poland, Klippel-Feil, and Möbius anomalies. Am J Med Genet 1986; 23: 903-18. 19. D’Cruz OF, Swisher CN, Jaraden S, Tang T, Konkol RJ. Möbius syndrome: evidence for a vascular etiology. J Child Neurol 1993; 8: 260-5. 20. Sarnat HB. Watershed infarcts in the fetal and neonatal brainstem. An aetiology of central hypoventilation, dysfagia, Moebius syndrome and micrognathia. Eur J paediatr Neurol 2004; 8: 71-87. 21. Leong S, Ashwell KW. Is there a zone of vascular vulnerability in the fetal brain stem? Neurotoxicol Teratol 1997; 19: 265-75. 22. Smets K, Zecic A, Willems J. Ergotamine as a possible cause of Mobius sequence: additional clinical observation. J Child Neurol 2004; 19: 398. 23. Marques-Dias MJ, González CH, Rosenberg S. Mobius sequence in children exposed in utero to misoprostol: neuropathological study of three cases. Birth Defects Res A Clin Mol Teratol 2003; 67: 1002-7. 587 M.C. FONS-ESTUPIÑÁ, ET AL 24. Puvabanditsin S, Garrow E, Augustin G, Titapiwatanakul R, Kuniyoshi KM. Poland-Moebius syndrome and cocaine abuse: a relook at vascular etiology. Pediatr Neurol 2005; 32: 285-7. 25. Lammens M, Moerman Ph, Fryns JP, Schoder JM, Spinnewyn D, Casaer P, et al. Neuropathological findings in Möbius syndrome. Clin Genet 1998; 58: 136-41. 26. Towfighi J, Marks K, Palmer E, Vannucci R. Möbius syndrome. Neuropathologic observations. Acta Neuropathol (Berl) 1979; 48: 11-7. 27. Verzijl HT, Van der Zwaag B, Criysberg JR, Padberg GW. Möbius syndrome redefined: a syndrome of rhombencephalic maldevelopment. Neurology 2003; 61: 327-33. 28. Roig M. Disgenesia troncoencefálica: los síndromes de Möbius, Cogan y Pierre Robin en revisión. An Pediat (Barc) 2005; 62: 346-51. 29. Martínez-Frías ML. Anomalía de Möbius y el concepto de secuencia malformativa: Importancia del conocimiento y uso adecuado de la terminología. Bol ECEMC Rev Dismor Epidemiol 2003; 5: 4-10. 30. Verzijl HT, Van der Zwaag B, Lammens M, Ten Donkelaar HJ, Pad- berg GW. The neuropathology of hereditary congenital facial palsy vs Mobius síndrome. Neurology 2005 22; 64: 649-53. 31. Matsunaga Y, Amamoto N, Kondoh T, Ohtsuka Y, Miyazoe H, Kamimura N, et al. A severe case of Möbius syndrome with calcification on the fourth ventricular floor. J Hum Genet 1998; 43: 62-4. 32. Dooley JM, Stewart WA, Hayden JD, Therrien A. Brainstem calcification in Möbius syndrome. Pediatr Neurol 2004; 30: 39-41. 33. Pedraza S, Gámez J, Rovira A, Zamora A, Grive E, Raguer N, et al. MRI findings in Möebius syndrome: Correlation with clinical features. Neurology 2000; 55: 1058-60. 34. Kuhn MJ, Clark HB, Morales A, Secar PC. Group III Möbius syndrome: CT and MR findings. AJNR Am J Neuroradiol 1990; 11: 903-4. 35. Verzijil HT, Valk J, De Kries R. Radiologic evidence for absence of the facial nerve in Moebius syndrome. Neurology 2005; 64: 849-55. 36. López-Laso E, Pérez JL, Marín C, Camino R, Ibarra I, Velasco MJ. Síndrome de Möbius y episodio aparentemente letal. An Pediatr (Barc) 2005; 62: 373-7. MOEBIUS SEQUENCE: CLINICO-RADIOLOGICAL FINDINGS Summary. Introduction. Moebius syndrome is an infrequent congenital, non-progressive disorder that is defined by facial palsy (usually bilateral) and oculomotor compromise. Its clinical spectrum is variable but it affects other cranial nerves and is associated with multiple malformations. Patients and methods. We report the clinical, neurological and neuroimaging features and the progress of 20 patients (16 males and 4 females) who satisfied diagnostic criteria for Moebius sequence. Results. Ages at the first visit ranged from 9 days to 23 months. Births had been normal in 50% of the patients. Facial nerve compromise was observed in all cases, 70% being bilateral. Cranial nerves VI (85%), XII (40%), VIII (25%) and IX (60%) were also involved. Perinatal respiratory distress was seen in 35% of the patients, apnoeas in 25% and retarded development in 60% of cases. They also presented other associated malformations such as microretrognathia, ogival palate, club foot, hand and foot malformations, and four cases presented unilateral agenesis of the pectoralis major. An electromyogram study showed absence of spontaneous and voluntary activity and muscle evoked potentials on stimulating the facial nerve; magnetic resonance imaging of the brain showed hypoplasia of the trunk, agenesis of the cranial nerves and abnormalities in the posterior fossa in three of the ten cases in which the scan was performed. Conclusions. The association of multiple malformations and dysfunction of the cranial nerves suggests a disruption in the process of morphogenesis during the embryonic period, and therefore Moebius syndrome is considered to be a malformative sequence. [REV NEUROL 2007; 44: 583-8] Key words. Agenesis of cranial nerves. Facial diplegia. Malformative sequence. Moebius sequence. Paresis of the sixth cranial nerve. Poland-Moebius. 588 REV NEUROL 2007; 44 (10): 583-588