explotación, uso y difusión en época romana

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El marmor en Hispania: explotación, uso
y difusión en época romana
Marmor in Hispania: exploitation,
use and diffusion in Roman times
VIRGINIA GARCÍA-ENTERO
(Edición científica)
UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA
ARTES Y HUMANIDADES (0101026CT01A01)
EL MARMOR EN HISPANIA: EXPLOTACIÓN,
USO Y DIFUSIÓN EN ÉPOCA ROMANA
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por expertos ajenos a esta universidad por el método doble ciego.
Ilustración de cubierta: Virginia García-Entero
ISBN: 978-84-362-6593-4
Depósito legal: M-XX.XXX-2010
Primera edición: diciembre 2012
Impreso en España - Printed in Spain
Preimpresión: UNED
Imprime:
el marmor en hispania: explotación, uso y difusión en época romana
Las canteras romanas de mármol de Almadén de la Plata (Sevilla)/ The Roman marble quarries of
Almadén de la Plata (Sevilla). José Beltrán Fortes, Oliva Rodríguez Gutiérrez, Pedro López Aldana,
Esther Ontiveros Ortega y Ruth Taylor ....................................................................................................................................................................... 253
Explotación y uso de calizas ornamentales de la provincia de Málaga durante época romana/
Exploitation and use of ornamental limestone in the province of Malaga during Roman times.
María Luisa Loza Azuaga y José Beltrán Fortes .................................................................................................................................................... 277
Aproximación a los materiales pétreos de la gran arquitectura de Colonia Patricia Corduba/
Aproach to the stone materials from the great architecture of Colonia Patricia Corduba. María
Isabel Gutiérrez Deza ................................................................................................................................................................................................................. 299
Los marmora de Lusitania: su uso como soporte epigráfico/Marmora from Lusitania: its use in
epigraphy. Javier Andreu Pintado ................................................................................................................................................................................... 315
Marmora de las canteras de Estremoz, Alconera y Sintra: su uso y difusión/Marmora from the
Estremoz, Alconera, and Sintra quarries: use and diffusion. Irene Mañas Romero .............................................................. 331
8
Prólogo/Foreword
El presente volumen es el resultado del I Coloquio de Arqueología en Carranque, celebrado del 5 al 7
de marzo de 2009. La reunión de investigadores de prestigio internacional en torno al estudio de los marmora romanos es motivo de celebración por dos razones principales. Por un lado, ubica en un lugar destacado el yacimiento arqueológico de Carranque en el contexto de la arqueología romana pero, además, viene a cumplir con una de las obligaciones inherentes a su condición de Parque Arqueológico de Castilla-La
Mancha: el desarrollo de la investigación y divulgación científica.
Cuando en el año 2001 se promulga la Ley de Parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha en aplicación del artículo 18 de la Ley de Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha, el legislador establece dos
condiciones fundamentales que deben imbricarse en aquel yacimiento que sea merecedor de su declaración como Parque Arqueológico y son el disfrute público y el conocimiento científico. Entendiendo, además, que lo primero debe hacerse con una adecuada comprensión de lo segundo.
En este sentido, el equipo que dirige la investigación sobre Carranque realiza un trabajo ejemplar,
minucioso, razonado y avalado por la comunidad científica que acude a su convocatoria de la forma que
se aprecia en el índice de este volumen. La participación de los principales especialistas nacionales e internacionales sobre explotación, comercio, distribución y uso de los marmora de las canteras del arco mediterráneo y del ámbito hispano, es un éxito.
Este I Coloquio de Arqueología en Carranque, Marmora romanos en Hispania, viene a culminar los
años de estudio que el equipo de investigación de Carranque ha dedicado al material lapídeo documentado en el denominado edificio palacial. La trascendencia e interés del tema quedan de manifiesto en estas
páginas y abren nuevas vías de análisis e interpretación que serán a buen seguro reseguidas bajo la dirección de Carmen Fernández Ochoa y Virginia García-Entero.
En este camino contarán con el apoyo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que tiene entre sus objetivos prioritarios el impulso de la Red de Parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha
como centros de referencia en la investigación y puesta en valor del patrimonio arqueológico castellanomanchego.
Francisco Javier Morales Hervás
Director General de Cultura
Consejería de Educación, Cultura y Deportes
Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
9
Presentación/Preface
En este libro se recogen las aportaciones al I Coloquio de Arqueología de Carranque, celebrado en
dicha localidad de la provincia de Toledo, del 5 al 7 de marzo de 2009, centrado en el estudio de los marmora
en la Hispania romana.
La elección del tema se basa en la importancia de la utilización de materiales pétreos en la mayoría
de los edificios de época romana que, en el caso de la villa de Carranque, supone la presencia de más de una
treintena de variedades lapídeas procedentes de las más importantes canteras mediterráneas, lo que ha
llevado a parte del equipo de investigación del yacimiento a centrar su trabajo en el estudio de los marmora
de época romana.
La relevancia de dicha reunión viene avalada por su Comité Científico, formado por Patrizio Pensabene
(Università La Sapienza de Roma), Isabel Rodà de Llanza (UAB y directora del ICAC), Aureli Àlvarez (UABICAC), José Miguel Noguera (Universidad de Murcia), Sergio Vidal (Museo Arqueológico Nacional y UNED)
y Rebeca Rubio (UCLM) y los catedráticos de Arqueología de la UAM, Manuel Bendala Galán y Carmen
Fernández Ochoa quienes, desde 2004, dirigen la investigación desarrollada en el yacimiento de Carranque,
junto a Virginia García-Entero (UNED).
A lo largo de dichas jornadas se presentaron veintiuna ponencias, a cargo de diecinueve ponentes, y
cinco posters. El número de personas inscritas superó el centenar, siendo la mayoría técnicos de Patrimonio,
arqueólogos, restauradores, estudiantes de doctorado y máster, y estudiantes de la Licenciatura en
Geografía e Historia. Sus aportaciones suponen un importante impulso a los estudios sobre el tema de la
utilización de materiales lapídeos en la Hispania romana, desde los edificios más espectaculares a las más
sencillas inscripciones.
Referidos a la Península Ibérica, existen trabajos parciales, publicados durante la década de los
ochenta y noventa del pasado siglo. No obstante, será en los primeros años de la presente centuria cuando
alcancen verdadera relevancia. Así, la obra de A. Gutiérrez García-M., Roman Quarries in the Northeast of
Hispania (Modern Catalonia), publicado en 2009; el volumen editado en Roma por T. Nogales y J. Beltrán,
Marmora Hispana; el catálogo de la exposición Marbles and Stones of Hispania, con ocasión de la celebración
en Tarragona, en junio de 2009, de la IX Conferencia Internacional de ASMOSIA, o Tarraco Marmor. The
Quarryring, Use and Trade of Santa Tecla Stone in Roman Times a cargo de A. Àlvarez, V. García-Entero,
A. Gutiérrez e I. Rodà (2009). A estas imprescindibles publicaciones, se añade la que nos ocupa sobre El
marmor en Hispania: explotación, uso y difusión en época romana. En ella se recogen las aportaciones de los
principales especialistas y abarcan distintos aspectos y procedencias.
La importancia del estudio de los marmora no se circunscribe a su uso en la edilicia de época romana.
Supone también la búsqueda de las canteras de procedencia, los métodos de extracción, su transporte
y comercialización, talleres, etc. Todo ello implica una organización de gran envergadura que, en el
caso de Carranque, significa que los marmora que embellecían el edificio palacial, tuvieron que ser, una
11
el marmor en hispania: explotación, uso y difusión en época romana
vez extraídos de las canteras de origen, trasladados por mar a algún puerto peninsular, para luego ser
llevados hasta una considerable distancia. Para ello se requerían transportes especiales y una vía cuyo
firme aguantara el peso de dicho trasporte. Tenía, por tanto, importantísimas implicaciones económicas,
dada su riqueza cualitativa y cuantitativa, sin paralelos en la arquitectura civil tardorromana del Occidente
del Imperio.
Por todo ello, la celebración de este tipo de encuentros especializados es imprescindible en el avance
de la investigación, sobre todo en aspectos tan novedosos, por lo que a la Península Ibérica se refiere, y con
implicaciones que van mucho más allá del aspecto ornamental. De ahí la necesidad de que su publicación
vea la luz cuanto antes, gracias en este caso, a la Editorial UNED y al Decanato de Geografía e Historia de la
UNED, que no han dudado en apoyarla desde el primer momento.
No puedo finalizar sin agradecer a la profesora del Departamento de Historia Antigua de la UNED, la
Dra. García-Entero, su enorme esfuerzo. Desde la preparación del coloquio y durante su celebración, hasta
la revisión y corrección del manuscrito. La villa romana de Carranque tiene en ella su principal, y entusiasta,
valedora.
María J. Peréx Agorreta
Decana de la Facultad de Geografía e Historia, UNED
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A modo de introducción/As Introduction
La celebración del I coloquio de Arqueología en Carranque en 2009 en torno a los marmora romanos y
la publicación de sus resultados en el presente volumen tienen una notable significación, sobre todo de dos
aspectos principales: la consolidación de la villa de Carranque como monumento y como laboratorio de investigación histórica y arqueológica y la obtención de un paso importante más en la consagración del estudio de los marmora por su relevancia en la caracterización del paisaje cultural y construido en época romana,
ahora, precisamente, por la concreción de esa especial relevancia en la arquitectura de la gran villa toledana.
Es para nosotros una satisfacción comprobar hasta qué punto se ha convertido la villa romana de
Carranque en una referencia imprescindible para conocer la historia de los últimos siglos de la romanidad
en la península Ibérica. La notable extensión del yacimiento, la envergadura de sus restos arquitectónicos,
la riqueza, expresividad y belleza de sus mosaicos, otorgaron a este yacimiento, desde mediados de los
ochenta, un lugar destacado en la arqueología española.
En el verano de 2004 se inició, a petición de la Consejería de Patrimonio, Turismo y Artesanía de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, una nueva etapa de investigación del yacimiento bajo la tutela
científica de nuestro equipo de la Universidad Autónoma de Madrid. A partir de ese momento se planteó la
revisión de la documentación arqueológica recuperada durante las campañas precedentes y la actuación sobre las estructuras ya conocidas con el fin de determinar su cronología y definir su función, entonces muy seriamente cuestionada por algunos expertos. En el año 2005 se reanudaron las excavaciones sistemáticas con
el objetivo de esclarecer la secuencia estratigráfica del enclave mediante una rigurosa metodología de excavación. Los resultados obtenidos y dados a conocer en diversas publicaciones, han permitido proponer nuevos enfoques sobre el papel del complejo arqueológico de Carranque en el marco de la romanidad hispana.
Dentro del conjunto de materiales exhumados durante las primeras campañas de excavación, siempre destacaron por su variedad y abundancia los marmora, como bien hizo notar la profesora Isabel Rodà
en una aproximación al tema incluida en el catálogo de la exposición sobre la villa de Carranque publicado
el año 2001. Existe un acuerdo unánime acerca del papel desarrollado por Roma en el impulso dado tanto a
la importación como a la explotación de los materiales lapídeos de la península Ibérica. Los marmora, en el
sentido genérico aplicado en época romana a este término, formaron parte principal de la ornamentación
de los edificios, sirvieron de soporte a los documentos epigráficos y, a partir de un determinado momento,
se convirtieron en la materia prima de otros elementos entre los que los sarcófagos ocuparon, sin duda,
un lugar preferente. En este sentido, Carranque se ofrecía ante nuestros ojos como un ejemplo excepcional por los restos del edificio palacial, donde hallamos marmora de construcción y aplique con relieves, pavimentos y paredes de sectile junto con un rico elenco de piezas para mobiliario. Hoy en día, sabemos que
estos mármoles proceden de las canteras del interior de Anatolia, de Egipto, de Grecia continental e insular, de Túnez, de tantos otros lugares, y conformaron la rica decoración del gran edificio palacial. También
fueron empleados marmora de canteras hispanas, siendo muy abundante la utilización de las calizas de Espejón (Soria) y del valioso mármol de Estremoz (Portugal) como muestra la espléndida cubierta del sarcófago de Jonás encontrado en las excavaciones de la campaña del año 2009.
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el marmor en hispania: explotación, uso y difusión en época romana
Consecuentemente, entre los objetivos prioritarios de las nuevas investigaciones sobre el yacimiento, el estudio de los marmora ocupó siempre un lugar preferente impulsado por jóvenes investigadores
del equipo de Carranque, como Virginia García-Entero, Sergio Vidal, María Salán, Clara López Ruiz y Laura
Rodríguez que han contado con el apoyo incondicional del grupo de trabajo sobre mármoles que lidera la
Profesora Rodà en el marco del ICAC.
En el contexto de estas investigaciones adquiere pleno sentido que los mármoles hayan sido el tema
del I coloquio de Arqueología en Carranque con el título Marmora romanos en Hispania celebrado del 5 al 7 de
marzo del 2009 bajo la coordinación de la Dra. Virginia García-Entero. A su llamada ha acudido un nutrido grupo de especialistas, con el impagable liderazgo científico de Patrizio Pensabene, una primera autoridad en la
materia, compartido con Isabel Rodà y su equipo, representado por Aureli Àlvarez, Pilar Lapuente y Anna Gutiérrez Garcia-Moreno. A ellos se ha unido un conjunto muy representativo de investigadores, por la variada
gama de su perfil académico —desde investigadores veteranos y muy experimentados a jóvenes en fases ya
maduras de su actividad— y por la vinculación a yacimientos, ámbitos de presencia y cuestiones científicas
de importancia en relación con la explotación, el uso y la difusión de los marmora en época romana, el tema
de nuestro Coloquio. Matthias Bruno, Miguel Cisneros, José Beltrán, María Luisa Loza, José Miguel Noguera,
María José Madrid, Marilda De Nuccio, Oliva Rodríguez, Pedro López, Esther Ontiveros, Ruth Taylor, Javier
Andreu, Irene Mañas, Rosario Cebrián, Julia Sarabia, Begoña Soler, María Isabel Gutiérrez Deza, Sergio Vidal
y Virginia García-Entero, junto con los anteriormente citados, presentaron en el coloquio aspectos de gran
variedad e interés acerca de la explotación y el uso de los marmora, en lugares muy variados de Hispania y
según enfoques y problemáticas que han puesto de relieve la riqueza y expresividad social, económica y cultural del uso del mármol, objeto en muchas ocasiones de debates y reflexiones colectivas que dejaron en todos la complaciente sensación de que, con los temas abordados, se pulsaban teclas eficaces y sonoras en el
fantástico concierto cultural que hoy disfrutamos con partituras y libretos referentes a Roma.
Las sesiones se celebraron en la confortable sede de la Casa de Cultura de Carranque, una localidad
que vive apasionadamente la presencia en sus tierras de la villa romana. Los intervinientes y asistentes pudimos disfrutar de la hospitalidad del pueblo de Carranque, que se siente heredero de la villa y custodio de
su presente patrimonial. Cerca del pueblo, al otro lado del sereno curso del Guadarrama, la villa romana,
con la enorme variedad y riqueza de sus mármoles, llegados de los puntos más lejanos e insospechados del
Imperio y también de canteras hispanas —como desgranaron en su intervención Virginia García-Entero y
Sergio Vidal— servía de demostración de la luxuria privata que en los tiempos del Bajo Imperio inundó tantas villae en los campos de las ciudades romanas. Eran una contundente voz ciudadana, urbana, proyectada fuera de la urbs, para ratificación de la sempiterna conexión en la Antigüedad de la ciudad y el campo,
algo que expresa la célebre sentencia latina de urbs in rure. También una postrera manifestación de vigor
ciudadano en los tiempos difíciles de la Antigüedad Tardía. El uso intensivo del mármol era la mejor prueba
del propósito de trasladar a las residencias campestres, junto al «lujo privado» de las domus, la publica magnificentia desarrollada tradicionalmente en el interior del la urbe. El edificio palacial de Carranque vuelve en
esto a ser de una expresividad poco común.
Los intervinientes de la animada reunión recogida en el volumen que ahora presentamos gozaron de
la convicción de que, entre tantas otras cosas más, los marmora, con los vivos colores que tanto gustaron
a sus demandantes romanos, tuvieron la cualidad de ser componente destacado en la caracterización del
paisaje de las ciudades. Su estudio se convierte en un aspecto incorporado por derecho propio a algunas
de las corrientes más vanguardistas de la investigación actual, la Arqueología del Paisaje y la recuperación
del color de la arquitectura y la escultura antiguas. De un paisaje urbano o, mejor, urbanístico en blanco,
como representa simbólicamente la excepcional maqueta de Roma de Italo Gismondi, se ha pasado a una
búsqueda de su colorido originario, tantas veces debido al deliberado uso de piedras y mármoles de color. Lo quiso recordar con enorme éxito la magnífica exposición realizada en Roma (2002), sobre I marmi
14
virginia garcía-entero
colorati della Roma imperiale, comisariada por Marilda De Nuccio y Lucrezia Ungaro, según concepción de
Patrizio Pensabene y Lorenzo Lazzarini. En el seguimiento de las ponencias de nuestro coloquio se hacía
patente cómo la explotación de las canteras accesibles a cada ciudad determinaba aspectos esenciales del
color último de la misma, de la apariencia de su paisaje propio, convirtiéndose, por tanto, dado el carácter
de la ciudad construida como «autorrepresentación» material de la comunidad ciudadana, en elemento de
altísimo valor en el marco de las pulsiones y sentimientos de identidad urbana.
Por otra parte, el estudio de las canteras y el seguimiento de sus productos en los diferentes lugares
de uso, una investigación bien apoyada hoy día en modernos sistemas de análisis físico-químicos, aporta
un nuevo elemento para restablecer y conocer la compleja trama de relaciones económicas y de todo orden entre las comunidades y lugares de determinada provincia o región o del conjunto del Imperio, algo
que tradicionalmente se apoyaba, casi exclusivamente, en las producciones cerámicas. Muchas de las ponencias presentadas al coloquio trataron de este horizonte nuevo en la investigación arqueológica, aunque sea al placentero coste de hacernos, en tanto que arqueólogos, un poco más geólogos, y subrayando
una vez más la vocación de interdisciplinariedad de la Arqueología.
El coloquio, en fin, está lleno de novedades y aportaciones relevantes y constituye un paso firme en
las dos facetas citadas en el inicio. Con la dureza amenizada por su belleza y su colorido, los marmora tratados en él se confirman como un robusto componente de nuestro cuerpo científico, lo que es justo agradecer al coro de los investigadores intervinientes, a la estimulante coordinación desarrollada por Virginia
García-Entero, al frente de un entusiasta equipo de jóvenes colaboradores, y al patrocinio de instituciones
académicas y autoridades culturales y locales que siempre alentaron con su interés y con sus medios la
celebración de este coloquio: la Consejería de Cultura, Turismo y Artesanía de la JCCM a través de su Dirección General de Patrimonio Cultural, la Delegación de Cultura de Toledo, la Universidad Autónoma de
Madrid y el Ayuntamiento de Carranque, representado por su entonces Alcalde Alejandro Pompa.
A todos, el reconocimiento de quienes miramos todo este quehacer como celosos padrinos científicos de este acontecimiento con vértice en Carranque.
Manuel Bendala Galán y Carmen Fernández Ochoa
Catedráticos de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid
15
el marmor en hispania: explotación, uso y difusión en época romana, 2012, pp. 135-153.
El uso del marmor en el yacimiento de Carranque (Toledo)
The use of marmor in the archaeological
site of Carranque (Toledo)
Virginia García-Entero y Sergio Vidal Álvarez*
INTRODUCCIÓN
El conjunto de material lapídeo procedente del yacimiento romano de Carranque (Toledo)
viene siendo objeto de estudio desde hace varios
años en el marco del proyecto de investigación sobre este importante yacimiento que iniciamos en
20041. Con anterioridad a esta fecha, dos son las
autoras que se han ocupado del tema; Esther Pérez Olmedo e Isabel Rodà. La primera dedicó algunos párrafos a los marmora de Carranque en su
publicación de 1996, poniendo ya de manifiesto la
importancia del conjunto lapídeo que formó parte
de la decoración pavimental y parietal del edificio
entonces denominado como basílica2 e identificando la presencia de porfido rosso, serpentino y mármol blanco en su programa ornamental (1996, 183184). Esta autora llamó también la atención sobre
la presencia de revestimiento en mármol y de un
opus sectile parietal con una composición arquitec-
tónica elaborada con pequeñas piezas de mármol,
pizarra, serpentino, porfido rosso y ladrillo procedente de una de las salas de la casa de Materno, entonces denominada como oecus y en la que
creemos poder identificar el triclinium de la villa de
Materno (vid infra) (Pérez Olmedo, 1996, 183)3.
Un estudio más minucioso del marmor de Carranque pudo realizar Isabel Rodà en el marco de
la publicación surgida a raíz de la exposición sobre
el yacimiento llevada a cabo en el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid (27 de
abril-23 de septiembre de 2001) y en el Museu d’Arqueologia de Catalunya en Barcelona (27 de noviembre de 2001-3 de marzo de 2002)4. En este trabajo,
la Dra. Rodà puso de manifiesto la excepcionalidad
del conjunto de marmora empleados en Carranque,
especialmente en el edificio tardorromano entonces denominado como basílica5, y realizó la primera catalogación del material lapídeo identificando,
Departamento de Historia Antigua, UNED. vgarciaentero@geo.uned.es. Departamento de Antigüedades Medievales, Museo Arqueológico
Nacional. sergio.vidal@mecd.es.
1
Este trabajo se inscribe dentro de los proyectos de investigación «Los materiales arqueológicos de Carranque I: Los marmora y la decoración
arquitectónica del Edificio A. Fase I» y »El palatium del yacimiento de Carranque: Aristocracia y poder de la sociedad tardorromana y visigoda del
territorium de Toletum» subvencionados por el programa de subvenciones para la investigación del Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha
durante las convocatorias de 2006 y 2009 respectivamente y dirigidos por V. García-Entero. El yacimiento arqueológico de Santa María de
Abajo (Carranque, Toledo) forma parte de la red de Parques Arqueológicos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y de la red de
excavaciones sistemáticas de esta Comunidad Autónoma. La dirección científica de las excavaciones, bajo la dirección de Manuel Bendala
(UAM), Carmen Fernández Ochoa (UAM) y Virginia García-Entero (UNED) desde 2004, corre a cargo, desde 2009, de las dos últimas.
2
Nos referimos al gran edificio civil de representación surgido en la primera mitad del siglo V d.C. en el flanco septentrional del yacimiento de
Carranque hemos denominado como edificio palacial. El edificio, excavado prácticamente en su totalidad entre 1988 y 2003, está siendo objeto
de un estudio arqueo-arquitectónico en la actualidad.
3
Por su parte, Dimas Fernández-Galiano realizó, en 1999, una breve mención a los marmora del edificio por él identificado como basílica cristiana
de Carranque, aludiendo a la presencia de pórfido rojo, pórfido verde griego y marmora de Chemtou, Chíos y Afyon (Fernández-Galiano, D.,
1999: La villa romana de Carranque, en Hispania. El Legado de Roma, Zaragoza, 489).
4
La exposición dio lugar a la publicación de dos estudios monográficos: Carranque. Centro de Hispania Romana, Guadalajara, 2001 y Carranque.
Esplendor de la Hispània de Teodosi, Barcelona, 2001 respectivamente.
5
En este sentido, I. Rodà ya indicó en su trabajo las dudas que le planteaba la identificación del edificio como basílica cristiana (2001, 111).
*
virginia garcía-entero y sergio vidal álvarez
por observación macroscópica, hasta diez variedades: pavonazzetto, breccia corallina, portasanta,
verde antico, serpentino, porfido rosso, breccia de
Skyros, giallo antico y giallo brecciato6. Esta autora
estableció, así mismo, un primer elenco de los usos
entonces detectados para cada uno de los marmora identificados: columnas y pilastras (capiteles,
fustes y basas), cornisas, placas de revestimiento
o crustae, piezas de opera sectilia pavimentales y
parietales —identificando el uso de la técnica de
interrasum marmor— y mobiliario —un vaso y una
pata de mensa en porfido rosso— (Rodà, 2001).
loración del coste de construcción del edificio, siguiendo una línea de investigación que está dando
excelentes frutos en los últimos años9.
En este punto debemos hacer una importante apreciación que condiciona sobremanera el
desarrollo y resultados de nuestro estudio. La reanudación de la investigación en el edificio palacial
iniciada en la campaña de 2009 que contempla tanto la revisión minuciosa de toda la documentación
generada por la intensa excavación del edificio realizada entre 1988 y 2003 como la reanudación de
la intervención arqueológica en ciertos sectores
del complejo, ha puesto de manifiesto la dificultad,
cuando no imposibilidad, para acometer la reconstrucción de la decoración de este edificio. A la deficiente metodología arqueológica empleada en la
exhumación de esta importante construcción y carente de bases estratigráficas y topográficas que
hubieran permitido reconstruir la localización de los
marmora entonces recuperados, se suma la intensa
ocupación acontecida sobre la edificación tardorromana en momentos posteriores y especialmente
activa en épocas visigoda, islámica y medieval cristiana cuando gran parte del edificio palacial tardorromano resultó desmantelado, reutilizándose su
material lapídeo en las nuevas construcciones. Especialmente relevante en este sentido es la profusa reutilización del marmor producida en época visigoda, momento en el que surge una iglesia, aún
apenas conocida, en torno a la cual se generó una
amplia necrópolis a la que es posible vincular más
de un centenar de tumbas (Fig. 2.1). Los trabajos
de excavación desarrollados en 2009 y 2010 permiten confirmar la reutilización masiva del material
marmóreo tardorromano en la construcción de las
Sobre esta base, como hemos puesto de manifiesto en recientes trabajos7, iniciamos en 2004 el
estudio del importante conjunto lapídeo empleado
en los distintos edificios exhumados en el yacimiento de Carranque y conformado por decenas de miles de piezas y fragmentos que, en su inmensa mayoría, proceden de la decoración del edificio palacial
tardorromano, si bien también se detectaron algunos marmora en la excavación de la villa de Materno y en el mausoleo asociado a la misma (Fig. 1). A
la clasificación de los marmora empleados, realizada tanto por observación macroscópica como por
análisis de microscopía óptica de polarización y catodoluminiscencia8, ha seguido el inventario, catalogación y estudio del marmor que ha contemplado
la identificación de la función de cada fragmento y
el análisis de las dimensiones y peso de los mismos
con el objetivo de poder realizar tanto la reconstrucción de la decoración de cada una de las estancias y ámbitos del edificio palacial, del que procede
como decimos la inmensa mayoría del marmor del
yacimiento, como la cuantificación volumétrica de
los marmora empleados para aproximarnos a la va6
7
8
9
La Dra. Rodà llama así mismo la atención sobre la calidad de varios sarcófagos tardorromanos elaborados en un mármol blanco de gran calidad
para el que propone una primera identificación macroscópica como mármol de Afrodisias. Los análisis de microscopía óptica de polarización
realizados por la propia Dra. Rodà y su equipo de la Unitat d’Estudis Arqueomètrics del ICAC sobre estos fragmentos de sarcófago permiten
descartar esta primera identificación en favor del mármol blanco de la isla de Paros (vid infra).
García-Entero y Vidal, 2007 y 2008, García-Entero, Salán y Vidal, 2008.
Los análisis petrológicos han sido realizados en el marco del proyecto de investigación «Los materiales arqueológicos de Carranque I: Los marmora y la decoración arquitectónica del Edificio A. Fase I» ya aludido. Los análisis de miscroscopía óptica de polarización y catodoluminiscencia han
sido realizados en la Unitat d’Estudis Arqueomètrics del Institut Català d’Arqueologia Clàssica (ICAC), siendo las láminas delgadas de las muestras comparadas con los materiales de referencia de los que dispone el Laboratori per l’Estudi dels Materials Lapidis de l’Antiguitat (LEMLA) de
la Universitat Autònoma de Barcelona. Estos trabajos han sido realizados por el Dr. Aureli Àlvarez, la Dra. Isabel Rodà, la Dra. Anna Gutiérrez
Garcia-Moreno, la Dra. Pilar Lapuente, Àfrica Pitarch, Ana Domènech y Hernando Royo (Àlvarez, Gutiérrez Garcia-Moreno y Pitarch, 2006; Àlvarez, Rodà, Gutiérrez y Pitarch, 2007; Rodà, Àlvarez y Domènech, 2009 y 2010).
DeLaine, J., 1997: The Baths of Caracalla. A study in the design, construction, and economics of large-scale building projects in Imperial Rome,
JRA Inter. Series 25, Portsmouth; Barresi, P., 2000: Architettura pubblica e munificenza in Asia Menore. Ricchezza, costruzioni e marmi nelle
province anatoliche dell’impero, MedAnt 3, 309-368 y 2003: Province dell’Asia Minore. Costo dei marmi architettura pubblica e committenza,
Studia Archaeologica 125, Roma. En Hispania véanse los excelentes trabajos de Begoña Soler sobre la ciudad de Carthago Nova y su teatro Soler
2003, 2004, 2005, 2006, 2008 y la aportación de esta autora en este mismo volumen.
136
el uso del marmor en el yacimiento de carranque (toledo)
Figura 1. 1.1: Planta general del yacimiento de Carranque (2010). 1.2: Planta de la Casa de Materno con el torcularium al sur.
1.3: Planta del edificio palacial con indicación de todas las fases documentadas. (Planimetría: Equipo de Investigación de Carranque).
tumbas de la fase visigoda para las que se utilizan
no sólo crustae y piezas de opera sectilia, sino incluso fragmentos de la cama preparatoria de opus
signinum de estos sectilia pavimentales (Fig. 2.2,
2.3, 2.4 y 2.6). Junto a la mera reutilización del material marmóreo para la construcción de las tumbas, hemos detectado también la cuidada selección
de ciertas piezas que son incorporadas a la estructura de algunas tumbas en una acción que pode10
mos considerar como spolia de carácter simbólico.
Nos referimos a la reutilización en la estructura de
cierre de la tumba infantil n.º 7 de una tapa de sarcófago tardorromano obrado en mármol blanco de
Estremoz y en la que aparece representado el ciclo
iconográfico del profeta véterotestamentario Jonás10 (Fig. 2.7 y 10). En este mismo enterramiento
se reutilizaron varias crustae de verde antico y piezas de opera sectilia realizadas en giallo antico, por-
Sobre la pieza, véase, Fernández Ochoa, Bendala, García-Entero y Vidal, 2011. Sobre el análisis petrográfico, véase Rodà, Àlvarez y Domènech,
2009. Vid infra.
137
virginia garcía-entero y sergio vidal álvarez
Figura 2. 2.1: Vista del edificio palacial desde el SE. 2.2 y 2.3: Detalle de la tumba 102 (UE 10219) con reutilización de cama de opus signinum.
2.4, 2.5 y 2.6: Detalle de la tumba 25 (UE 10774) con reutilización de cama de opus signinum y capitel de pilastra.
2.7: Detalle de la tumba 7 (UE 10230) con cubierta de sarcófago tardorromano reutilizada. (Fotos: Equipo de Investigación de Carranque).
138
el uso del marmor en el yacimiento de carranque (toledo)
fido rosso, serpentino y mármol de Estremoz. En el
mismo sentido creemos poder interpretar la cuidada reutilización de un capitel de pilastra de mármol
pavonazzetto ubicado en el fondo de la estructura
de la también infantil tumba nº25 (Fig. 2.5 y 8).
La reutilización del material lapídeo tardorromano continuó en épocas posteriores, siendo
especialmente significativo su uso en la importante construcción surgida en la fase medieval
cristiana que, en el estado actual de la investigación, podemos datar en un momento aún impreciso entre la segunda mitad del siglo XII y el siglo
XIV. La documentación textual permite identificar
la creación de la iglesia de Santa María de Batres
atestiguada desde, al menos, el año 1136 a la que
se vincula, desde 1152, un monasterio. El análisis arqueo-arquitectónico del edificio nos permite ubicar esta iglesia en el sector norte del antiguo edificio palacial, que en este momento se mantenía aún
en pie, y establecer la vinculación con diversas estructuras murarias de gran calidad constructiva localizadas en el sector oriental del complejo tardorromano y toda una serie de muros situados en el
sector central y meridional que parecen configurar
una amplia zona de habitación anexa al lugar de
culto que creemos poder relacionar con las estructuras de habitación del citado monasterio, circunstancia que deberá ser confirmada en futuras campañas. Junto a esta construcción surgió una nueva
necrópolis a la que es posible vincular en este momento medio centenar de inhumaciones (Fig. 1.3).
Figura 3. Imagen de la excavación de 1998
en la que se aprecian parte de los pavimentos marmóreos
asociados al edificio medieval cristiano (arriba).
Detalle del área de pavimento hoy conservado en el Centro de
Interpretación del Parque Arqueológico de Carranque (abajo).
(Fotos: Equipo de Investigación de Carranque).
La revisión de la documentación fotográfica
generada durante las campañas de excavación de
1997 y 1998 permite confirmar la utilización de material marmóreo tardorromano en la pavimentación de sectores del nuevo edificio surgido en época medieval (Fig. 3) dentro de un fenómeno bien
conocido de reutilización de marmora antiguos en
edificios de culto cristiano durante la Edad Media11.
En el caso de Carranque, observamos la reutilización de diversas placas y piezas de opera sectilia en
un nuevo pavimento irregular en el que es posible
reconocer, al menos, un módulo constituido por
11
una composición de círculos concéntricos formados por caliza de Espejón, mármol pavonazzetto y
verde antico y enmarcados por listones y placas de
mármol blanco y grisáceo. El resto de piezas identificables a través de la fotografía no parecen seguir una composición determinada más allá de la
Veánse, entre otros, Pensabene, 2004; Claussen, 2004. El caso de Barcelona ha sido analizado en Mayer, M., Àlvarez, A. y Rodà, I. 1987: Los
materiales lapídeos reaprovechados en construcciones medievales en Cataluña. La ciudad de Barcelona y su entorno, en Barral, X. ed.: Artistes,
artisans et production artistique au Moyen Âge, vol. II, Paris, 529-558.
139
virginia garcía-entero y sergio vidal álvarez
Figura 4. 4.1 y 4.2: Imagen del hallazgo del
fragmento de fuste de columna de verde antico
en el relleno de un basurero contemporáneo
(UE 10373) y detalle de la pieza.
4.3: Fotografía tomada en 1962 en el callejón
Folique del municipio de Carranque con fuste
y basa de columna al fondo (de Carranque: un
siglo en imágenes. El legado de la tierra.
I volumen de fotografías antiguas de Carranque
(1875-1979), Carranque 2005, p. 122).
4.4: Imagen de la excavación de 1995 donde se
aprecia la localización de un capitel de pilastra
de pavonazzetto.
4.5: Imagen de la excavación de 1988 donde
se aprecia la aparición de uno de los fustes
de columna de pavonazzetto y un capitel de
mármol blanco.
4.6: Imagen de la excavación de 2001 donde se
aprecian los fustes de columna hallados en el
patio del edificio palacial.
(Fotos: Equipo de Investigación de Carranque)
140
el uso del marmor en el yacimiento de carranque (toledo)
mera colocación de placas de marmor cuyo estado de conservación hacía factible su reutilización
en su nueva ubicación. En origen, estos marmora
formaron parte de motivos decorativos más o menos complejos e, incluso, de posibles emblemas, a
tenor del diámetro de los discos documentados12.
da reutilización de los marmora de la decoración
del edificio tardorromano producida desde el siglo
VII en adelante, confirmando las grandes dificultades que comporta la reconstrucción de la decoración interior de este edificio.
En las páginas que siguen no pretendemos
otra finalidad que centrar nuestra atención en la caracterización de los tipos de marmora detectados
hasta el momento en Carranque incorporando, a
lo ya publicado, los últimos hallazgos y resultados
de análisis petrográficos que permiten matizar, en
algún caso, y completar los tipos de marmora empleados en la decoración de los edificios hasta ahora conocidos del yacimiento y que proceden, en su
gran mayoría, de la ornamentación del edificio recientemente interpretado como palacial. Así mismo indicamos los usos identificados para cada uno
de los marmora13.
A esta reutilización medieval, debemos sumar el expolio de material lapídeo constatado también en época moderna y contemporánea, fases en
las que, tras el abandono de la ermita de Santa María de Batres mencionada en la Relaciones Topográficas de Felipe II, gran parte del edificio tardorromano estaba ya arruinado y fue cobijo para una
serie de ocupaciones marginales de diversa índole y caracterizadas por la sucesión de hogueras, rebuscas de los suelos de uso antiguos y la creación
de basureros. En uno de estos basureros documentamos en 2009 un fragmento de fuste de columna elaborado en verde antico (Fig. 4.1 y 4.2) que,
aunque fragmentado, permite constatar la presencia de, al menos, una columna realiza en este material que se suma a los fustes de pavonazzetto y
marmor numidicum ya documentados con anterioridad y que formaron parte de la decoración arquitectónica del edificio palacial tardorromano.
EL MARMOR DEL EDIFICIO PALACIAL
Como ya hemos puesto de manifiesto en recientes trabajos, el conjunto lapídeo que conformó la decoración del edificio palacial tardorromano de Carranque es uno de los más destacados en
el Occidente mediterráneo, no sólo por la cantidad
de material recuperado sino, principalmente, por
la gran diversidad de marmora empleados (Fig. 5).
De ellos destaca la presencia de una gran variedad
de materiales procedentes de Egipto, principalmente del desierto oriental pero también del sur
del país. Muy abundante es el porfido rosso (Lapis
Porphyrites) (Fig. 5.1) que se empleó en la decoración del edificio palacial donde lo hemos reconocido en piezas que formaron parte de opera sectilia
pavimentales y parietales. También con este prestigioso material se realizaron piezas de mobiliario
como un recipiente con decoración vegetal en relieve14 y una magnífica pata leonina de una mensa15
El acarreo al municipio de Carranque de material constructivo de diversa índole procedente
del yacimiento, del que dista 5 km, debió producirse de manera continuada a lo largo de la historia
reciente. Muestra de ello es una fotografía tomada
en 1962 (Fig. 4.3) en la que, tras los personajes retratados, aparecen un fuste y una base de columna
cuya ubicación actual desconocemos.
En cualquier caso, las evidencias fotográficas de las campañas de 1997 y 1998 y los resultados de las intervenciones arqueológicas de 2009 y
2010 ponen de manifiesto una intensa y continua-
12
13
14
15
A este pavimento hace alusión I. Rodà, 2001, 113-114. Agradecemos a la Dra. Begoña Soler las indicaciones realizadas sobre el mismo. El fragmento
de pavimento se encuentra expuesto en el Centro de Interpretación del Parque Arqueológico de Carranque.
Omitimos indicar aquí las referencias bibliográficas de cada uno de los marmora ya publicados en trabajos previos y remitimos al lector a lo ya
expuesto en este sentido en García-Entero y Vidal Álvarez, 2007 y 2008.
Nos referimos a cinco fragmentos que pudieron formar parte del mismo recipiente hallados en las campañas de excavación de 1997 y 1998. Los
números de inventario de estas piezas son CA96/P47/VI/920, CA98/A47N/1373 y CA98/R48/IV/d706.
Esta pieza fue hallada en septiembre de 1986 en el pasillo que da acceso al cubiculum situado en el ángulo noroeste de la Casa de Materno. La
escasa presencia de este material lapídeo en la decoración de esta residencia, prácticamente inexistente, y el hecho de que la pieza apareciera
en un nivel de tierra cenicienta, permite plantear la posibilidad de que la mensa de porfido rosso hubiera formado parte del mobiliario del edificio
palacial, siendo trasladada posteriormente al lugar en el que fue hallada en 1986.
141
virginia garcía-entero y sergio vidal álvarez
Figura 5. Catálogo de los
marmora documentados en la
decoración del edificio palacial
tardorromano de Carranque.
Diferentes escalas. (Fotos:
Equipo de Investigación
de Carranque).
142
el uso del marmor en el yacimiento de carranque (toledo)
Figura 6. Fragmentos de, al menos, un recipiente de porfido rosso y pata leonina de mensa en el mismo material.
(Fotos: Equipo de Investigación de Carranque).
(Fig. 6). De las mismas canteras de Gebel Dokhan
proceden el porfido nero y el porfido verde egiziano (Lapis Hieracites) (Fig. 5.2 y 5.3), materiales que
estuvieron presentes de manera muy reducida en
la decoración del edificio en forma de pequeñas
placas de opus sectile. Del desierto oriental egipcio
son también varios fragmentos del conocido como granito verde della sedia di San Lorenzo (Lapis
Ophytes) (Fig. 5.4) de las canteras de Uadi Umm
Wikala —Mons Ophytates— y de granito bianco e
nero —di Santa Prassede— (¿Marmor Tiberianum?)
(Fig. 5.5) de las canteras de Wadi Barud. En ambos
casos hemos documentado su uso para la fabricación de finas piezas de opera sectilia parietales.
16
También de Egipto está presente el granito rosso
de Asuán (Lapis Pyrropoecilus) (Fig. 5.6) en un único fragmento que avala su uso para un fuste de
una pequeña columna (Fig. 7.1). Por último, debemos mencionar la presencia de dos piezas de opus
sectile realizadas en un granito verde cuyas características macroscópicas y microscópicas permiten
identificarlo como granito verde a erbetta precedente también de canteras egipcias16 (Fig. 5.7).
Otro grupo importante de materiales que
formaron parte de la decoración del edificio palacial
lo constituyen aquellos de origen griego. Entre ellos
destaca, por su abundancia, el serpentino (Lapis La-
Se trata de un material (roca plutónica holocristalina), del que se conocen pocos ejemplos de uso romano y que fue utilizado en el Tardo Imperio.
Véase al respecto Gnoli, 1971, 134 y 1988, 160; Mielsch, 1985, 70 nº 810; Borghini, 1989, 228 nº 76 (A. Sironi). Agradecemos a Matthias Bruno, Paolo
Pallante y Lorenzo Lazzarini las apreciaciones al respecto de este material.
143
virginia garcía-entero y sergio vidal álvarez
cedaemonius) (Fig. 5.8) procedente de las canteras
de Krokeai, en el Peloponeso. Este material fue empleado en la elaboración de piezas de opus sectile
parietales y pavimentales. Así mismo hemos documentado la presencia de la variante del Lapis Lacedaemonius conocida como porfido vitelli (Fig. 5.9)
extraída en las mismas canteras; se trata de una variedad poco representada en la decoración del edificio y empleada para piezas de opera sectilia. Así
mismo hemos podido atestiguar la presencia de la
variante de serpentino cuya matriz es de color violáceo oscuro, tonalidad obtenida, según algunos
investigadores, mediante la acción del fuego17. En
nuestro caso, este serpentino «bruciatto» fue empleado en la elaboración de piezas de opus sectile.
De la misma región griega procede la breccia verde
di Sparta (Fig. 5.10) identificada en algunas piezas
de opus sectile de la decoración del edificio palacial18. También procedente del Peloponeso, en este
caso de las canteras del Cabo Matapán, es el Rosso Antico (Marmor Taenarium) (Fig. 5.11) que formó
igualmente parte de la decoración del edificio tardorromano en forma de piezas de opus sectile. De
las mismas canteras procede el Cipollino rosso Taenarium (Fig. 5.12) que hemos podido identificar en
Carranque en varias piezas de opera sectilia19. Por
otra parte, debemos subrayar la presencia de varias piezas pertenecientes a algún elemento escultórico calado y opera sectilia parietales elaboradas
con una caliza recristalizada de grano muy fino, de
color gris oscuro con pequeñas vetas blancas que
macroscópicamente identificamos como bigio
morato/nero antico (Lapis Taenarius) (Fig. 5.13) que
procede del cabo de Tenario en el Peloponeso griego20 (Fig. 7.4).
Figura 7. Detalle de alguno de los usos atestiguados
para los marmora del edificio palacial.
7.1: Fragmento de fuste elaborado en granito rosso de Asuán.
7.2: Fragmento de fuste de columnilla elaborado en pavonazzetto.
7.3: Fragmento de fuste elaborado en breccia corallina.
7.4: Fragmentos de pieza/s calada/s elaborados
en bigio morato/nero antico.
(Fotos: Equipo de Investigación de Carranque).
17
18
19
20
Lazzarini, 2002, 255 y Zezza y Lazzarini, 2002, 259-260.
Este material fue inicialmente catalogado como breccia verde pavonazza minuta procedente del desierto oriental egipcio (García-Entero y Vidal,
2007). Sin embargo la reciente revisión, tanto macroscópica como microscópica realizada por Lorenzo Lazzarini, Patrizio Pensabene y Mathias
Bruno, permite confirmar la identificación del material como breccia di Sparta. Véase Gnoli, 1971, 96-97 y 1988, 121; Mielsch, 1985, 66-67; Borghini,
1989, 196 nº 49 (A. Sironi); Blanco, 1999, 49.
A este material pertenece la muestra CRQ-296 (nº inventario CA97/R47/Id1ª). A pesar de las grandes dificultades existentes para la identificación
de este marmor frente al iassense, la revisión de la microscopía óptica de luz polarizada de la muestra por parte de L. Lazzarini, confirma que se
trata de material griego y no iassense. Véase también Àlvarez et alii, 2007, 10-11.
Los análisis de microscopía óptica de polarización realizados a la muestra CRQ-630 (nº inventario CA99/Q47/I) han determinado que, al no concordar sus características con los principales materiales empleados en la Antigüedad, podría tratarse de una caliza de origen local. Rodà et alii,
2010, 12. No obstante Matthias Bruno y Patrizio Pensabene revisaron macroscópicamente las piezas, coincidiendo con nuestra identificación como bigio morato/Nero antico. Sobre este material, véanse, entre otros, Gnoli, 1971, 165-166 y 1988, 192-193; Dworakowska, 1975; Mielsch, 1985,
nº544, 57; Blanco, 1999, 37. Sobre los problemas de identificación de este material, véase también Pensabene, P. y Lazzarini, L., 1998: Il problema del bigio antico e del bigio morato: contributo allo studio delle cave di Teos e di Chios, en Pensabene, P. (a cura di): Marmi Antichi II. Cave e
tecnica di lavorazione provenienze e distribuzione, Studi Miscellani 31, Roma, 141-173; Bruno, M. y Pallante, P., 2002: The «Lapis Taenarius» quarries
of Cape Tairaron, en Lazzarini, L. ed.: ASMOSIA VI. Proceedings of the Sixth International Conference of The Association for the Study of Marble and
Other Stones in Antiquity (Venice, 15-18 june 2000), Padova, 163-176 donde se indican las principales procedencias (actuales Grecia y Turquía) de
los mármoles y calizas recristalizadas de color gris y negro denominadas como bigio antico y bigio morato/nero antico respectivamente.
144
el uso del marmor en el yacimiento de carranque (toledo)
En abundancia se empleó el verde antico de
Larissa (Marmor Thessalicum/Atracium), tanto en
su variante de matriz verde claro como en la de verde oscuro (Fig. 5.14). En este caso hemos documentado su uso preferentemente para crustae aunque
de manera muy ocasional también para elaborar
pequeñas piezas de opus sectile parietal cuyos perfiles, dadas las propias características de la piedra,
resultan irregulares. En la campaña de 2009 hallamos, como se ha mencionado líneas arriba, un
fragmento de fuste de columna de verde antico
(Fig. 4.1 y 4.2).
sectilia parietales23 además de en varios fragmentos de sarcófago (vid. infra).
Procedentes del territorio de la actual
Turquía está presente el pavonazzetto (Marmor
Phrygium) (Fig. 5.21) de Iscehisar (Afyon). Este material fue empleado de manera muy profusa en la
decoración del edificio, tanto en la elaboración
de placas de revestimiento parietal —crustae— y
pavimental, como en piezas molduradas. También
fue utilizado en la elaboración de la mayoría de
los fustes monolíticos de las columnas de los
pórticos del espacio central del edificio palacial24
(Fig. 4.6) y, al menos, en un fuste de una pequeña
columna (Fig. 7.2). Debemos destacar el uso del
pavonazzetto para la elaboración de pilastras
—capiteles, fustes y basas— que formaron parte
de la decoración de los pórticos que flanquean el
patio central. En este sentido queremos subrayar
que hemos podido identificar 8 de estos capiteles
y numerosos fragmentos que pertenecen a este
tipo de piezas (Fig. 8).
Numerosas son también las variantes marmóreas procedentes del ámbito insular griego.
De la isla de Eubea hemos documentado la presencia de cipollino de Karystos (Marmor Caristium) (Fig. 5.15) y, de las canteras de Calcidia, el
fior di pesco (Marmor Chalcidicum) (Fig. 5.16), en
ambos casos utilizado de manera muy escasa para piezas de opera sectilia parietales. De Skyros
procede la Breccia di Sciro o di Settebassi (Marmor Scyrium) (Fig. 5.17) que hemos documentado
en la elaboración de crustae además de en varios
fragmentos de fuste de columna y en numerosos
fragmentos informes cuya función no podemos
determinar. De la isla de Chios procede el portasanta (Marmor Chium) (Fig. 5.18), material utilizado en piezas de opus sectile y en elementos moldurados. De la isla de Tassos procede el marmor
Thasium21 (Fig. 5.19) identificado en varias piezas
de opera sectilia parietales que formaron parte
de la decoración del edificio tardorromano. De la
isla de Paros procede el marmor parium cuya variedad de lapis lychnites22 (Fig. 5.20) hemos identificado en Carranque en varias piezas de opera
21
22
23
24
25
De manera moderada fue empleada la breccia
corallina —recientemente identificada con el
Marmor Sagarium25— de Vezirhan-Bileçik (Fig.5.22)
identificada en un fuste liso de columna (Fig. 7.3)
además de en placas de revestimiento parietal y
pavimental y en otros fragmentos informes. De
manera escasa fue empleado el mármol africano
(Marmor Luculleum) (Fig. 5.23) de las canteras de
Kara Göl y Beylerköy en Teos, que hemos identificado
en fragmentos de crustae y piezas de opus sectile.
También de la península de Anatolia procede
el Marmor carium o iassense de las canteras de
Kiyikislacik (Mugla) (Fig. 5.24), en las proximidades
Gnoli, 1971, 226-227 y 1998, 262-263; Mielsch, 1985 nº 658-659, 61; Borghini, 1989, nº 100, 253 (M. C.Marchei); Blanco, 1999, 142; Pensabene, 2002b, 208-212.
Blanco, 1999, 140; Pensabene, 2002b.
Este material ha sido analizado por la Unitat d’Estudis Arqueomètrics del ICAC. Se trata de la muestra CRQ-629 (nº inventario: CA99/T47/IV pardo) analizada por microscopía óptica de polarización y catodoluminiscencia. El informe de dicho análisis indica que los datos de la pieza concuerdan con las características propias del mármol Paros Lichnites, existiendo coincidencias de composición y textura con las muestras de origen
griego conservadas en el ICAC. No obstante, en el informe se indica que la catodoluminiscencia no es la típica de las muestras de mármol de Paros de tal modo que, aunque petrográficamente concuerda con los materiales de Paros, no puede confirmarse con total seguridad la identificación del material de Carranque con marmor parium. Rodà et alii, 2010, 10-11.
De las ocho columnas documentadas durante el proceso de excavación, siete presentan fustes monolíticos de pavonazzetto mientras que la
octava es de marmor numidicum. Como ya se ha indicado, en 2009 hallamos parte de un fuste realizado en verde antico. Sobre las inscripciones
talladas en los collarines de las columnas monolíticas véase lo expuesto en Mayer y Fdez.-Galiano, 2001, 126-131 y Mayer, 2005 citado en nota 44.
Si bien se venía reconociendo el marmor sagarium como el occhio di pavone rosso (Gnoli, 1971, 180 y 1988, 210; Mielsch, 1985, 42; Borghini, 1989,
260 (A. Sironi)), L. Lazzarini ha demostrado recientemente que debe identificarse con la breccia corallina; siendo el occhio di pavone rosso identificado por este autor como el marmor triponticum recogido en el Edicto de precios de Diocleciano (Lazzarini, 2002, 251, 2002b y 2004, 90-91).
Para la breccia corallina ver también Gnoli, 1971, 203-205; Mielsch, 1985, 45-46; Gnoli, 1988, 238-240; Borghini, 1989, 166-167, nº 22 (A. Sironi); Blanco, 1999, 40-41
145
virginia garcía-entero y sergio vidal álvarez
Figura 8. Capiteles de pilastra obrados en marmor pavonazzetto procedentes del edificio palacial.
(Fotos: Equipo de Investigación de Carranque).
de la antigua Iasos. En Carranque hemos atestiguado
la variedad «brechada» o rosso brecciato utilizado en
la elaboración de piezas de opus sectile26. De la isla
de Marmara procede el Marmor proconnesium27 que
hemos identificado en Carranque al menos en un
fragmento de un sarcófago (vid. infra).
26
27
Sin duda, junto con el pavonazzetto, el marmor más abundantemente utilizado en la decoración del edificio palacial de Carranque fue el giallo
antico (Marmor Numidicum) de Chemtou (Túnez),
que hemos documentado en sus variantes amarilla (giallo antico propiamente dicho) (Fig. 5.25),
Corroboramos los usos ya atestiguados para este material (Andreoli et alii, 2002; Gorgoni, Lazzarini y Pallante, 2002).
Gnoli, 1971, 227-228 y1988, 263-264; Dworakowska, 1983; Mielsch, 1985 nº 649-652, 60-61; Borghini, 1989, nº 99, 152 (M. C. Marchei); Blanco, 1999,
138-139; Pensabene, 2002b, 203-205.
146
el uso del marmor en el yacimiento de carranque (toledo)
La decoración de los ambientes y estancias
del edificio palacial tardorromano de Carranque
no se realizó exclusivamente con marmora procedentes de canteras extrapeninsulares. También
se emplearon de manera muy profusa mármoles
y calizas de canteras hispanas. Hemos identificado la presencia de mármol del anticlinal de Estremoz (Évora)31 en diversas variantes cromáticas,
tanto para la fabricación de crustae, en piezas de
opera sectilia parietal y pavimental como en elementos arquitectónicos. En el primero de los casos, hemos documentado el uso abundante de
este material en forma de placas de color blanco,
blanco-grisáceo, blanco-rosáceo y gris32 (Fig. 5.2932). Este mármol, en su variante de color blanco y
blanco con venas rosáceas, fue utilizado para elaborar basas y capiteles de columna33. En mármol
blanco de Estremoz se realizaron también varios
sarcófagos (vid infra).
«brechada» (giallo brecciato) (Fig. 5.26) y color
avellana (Fig. 5.27), denominado por algunos autores como giallo antico carnacino28. Este material
sirvió para confeccionar placas de revestimiento
parietal (crustae) y piezas para opera sectilia pavimentales y parietales. En este caso, al margen
de pequeñas piezas de distintas formas, hemos
atestiguado el empleo del marmor numidicum en
la confección de placas según la técnica del interrasum marmor29. Este preciado material fue también utilizado como soporte arquitectónico, como
así atestigua su uso en al menos uno de los fustes
monolíticos de columna del pórtico oriental del
edificio.
Para finalizar con los marmora de procedencia no ibérica debemos mencionar la presencia de
algunos materiales cuya procedencia es, no obstante, por el momento dudosa o indefinida. Nos
referimos a una pequeña pieza de opus sectile parietal que por observación macroscópica identificamos como pietra nefrítica o ponderaria (Lapis
aequipondus o Lapis martyrum) (Fig. 5.28), de origen tirrénico30.
28
29
30
31
32
33
34
35
Junto con el mármol blanco lusitano, en
Carranque estuvo también presente el mármol de
Almadén de la Plata (Sevilla)34 identificado en, al
menos, un fragmento de capitel35 (Fig. 5.33).
Del Bufalo, 2003, 160.
Rodà, 2001, 114. Se trata de una técnica basada en el rebaje de parte de la superficie de la placa para insertar en su interior otros marmora y/o
elementos varios —nácar, pasta vítrea, etc.—. Sobre esta técnica véase Bonanni, A., 1998: Interraso marmore (Plin., N.H., 35,2): esempi della
tecnica decorativa a intarsio in età romana, en Pensabene, P. (ed.), Marmi Antichi II, Cave e tecnica di lavorazione, provenienze e distribuzione,
Studi Miscellanei 31, Roma, 259-292; Guidobaldi, F., 1990: L’Intarsio marmoreo nella decorazione parietale e pavimentale di età romana, en Dolci,
E. (a cura di), Il marmo nella civiltà romana. La produzione e il commercio, Internazionale marmi e macchine Carrara, 55-81. Para los materiales de
la domus del Gianicolo, véase Filippi, F., 2005: Gli intarsi, en Filippi, F. (a cura di), I colori del fasto. La domus del Gianicolo e suoi marmori, Roma,
78-79; para los de villa Adriana Adembri, B., 2002: I marmi colorati nella decorazione di Villa Adriana, en De Nuccio, M. y Ungaro, L. (a cura di),
I marmi colorati della Roma Imperiale, Venezia, 470-481; para los capiteles de lesena de los Horti Lamiani del Esquilino realizados en esta misma
técnica, Cima, M., 2002: Serie di capitelli di lesena in opus sectile, en De Nuccio, M. y Ungaro, L. (a cura di), I marmi colorati della Roma Imperiale,
Venezia, 418-420.
Para este marmor ver Gnoli, 1971, 131; Mielsch, 1985, 63; Gnoli, 1988, 161; Borghini, 1989, 269, nº 112 (A. Sironi).
Incluimos dentro de este amplio grupo las canteras del área de Estremoz, Borba-Vila Viçosa y Pardais. Alarcão y Tavares, 1989, Cabral et alii, 1992;
Lapuente, 1995; Álvarez, 1998; Nogales, Barrera y Lapuente, 1999; Álvarez, Mayer y Rodà, 2000; Lapuente y Blanc, 2002; Fusco y Mañas, 2006;
21-24 y 2008, Canteras de Lusitania. Análisis arqueológico, en Nogales Basarrate, T. y Beltrán Fortes, J. (eds.) 2008: Marmora Hispana: explotación
y uso de los materiales pétreos en la Hispania romana, Roma, 483-522; Lamberto, V. y Sá Caetano, P., 2008: Marble Stones from Lusitania: The
Quarries of the Estremoz anticline, en Nogales Basarrate, T. y Beltrán Fortes, J. (eds.) 2008; Marmora Hispana: explotación y uso de los materiales
pétreos en la Hispania romana, Roma, 467-481.
Las excavaciones del edificio han proporcionado una gran cantidad de fragmentos de este mármol en estas cuatro variantes cromáticas. En muchos casos, se trata de fragmentos informes para los que resulta difícil establecer una función concreta.
Conocemos, al menos, dos fragmentos de basa de columna así como un capitel corintio completo y fragmentos pertenecientes a varios capiteles obrados, según la opinión de I. Rodà y A. Àlvarez, en este material. Esta identificación no ha sido corroborada por el momento con análisis
petrográficos sobre muestras de estas piezas que esperamos poder realizar próximamente. Sobre los capiteles de Carranque véase Domingo
Magaña, 2011.
Rodà, 1997, Àlvarez, 1998; Mayer y Rodà, 1998; Àlvarez, Mayer y Rodà, 2000; Ontiveros, E., 2008: Análisis petrográficos de los mármoles de
la cantera de La Loma de los Castillejos y su aportación al estudio arqueométrico de las canteras romanas de Almadén de la Plata, en Nogales Basarrate, T. y Beltrán Fortes, J. (eds.) 2008, Marmora Hispana: explotación y uso de los materiales pétreos en la Hispania romana, Roma,
365-376.
Se trata de una caliza diagenitizada de color blanco cuyas características parecen apuntar, según el análisis microscópico, a un origen en la zona
de Almadén de la Plata (Àlvarez et alii, 2007, muestra CRQ-0307, nº inventario CA96/Ext9/NI). El avance en el estudio de los marmora de color
blanco, blanco-grisáceo y blanco-rosáceo de Carranque permitirá avanzar en el conocimiento del uso del mármol de Almadén de la Plata y su
concurrencia con el mármol de Estremoz.
147
virginia garcía-entero y sergio vidal álvarez
ración de la villa de Materno. Este edificio, la pars
urbana de una villa romana que ocupa el flanco meridional del yacimiento de Carranque y a la que es
posible vincular también un mausoleo, un amplio
torcularium y toda una serie de estancias y estructuras de servicio (Fig. 1.1), fue descubierto en 1983
y excavado a lo largo de tres campañas de excavación en 1985, 1986 y 1993. La planta hoy conocida de esta domus de campo fue construida, a tenor
de la investigación desarrollada recientemente, en
el último tercio del siglo IV d. C. sobre cimentaciones y estancias de una casa precedente de la que
apenas conocemos alguna estructura muraria relacionada con una importante instalación productiva
vinculada con la elaboración de aceite y vino situada en el costado sur de la vivienda40 (Fig. 1.2). Esta
primera residencia resultó, como decimos, profundamente transformada por Materno, único propietario hasta ahora conocido del complejo, que, enriquecido por el negocio de la elaboración de aceite,
invirtió importantes recursos en la remodelación
de su vivienda rural, adaptándola a los gustos y
necesidades del momento. La casa de Materno es
una amplia vivienda erigida en una única planta que
sigue los modelos de las casas señoriales romanas
organizadas en función de un espacio ajardinado
central —peristilo— circundado por amplios corredores pavimentados con mosaicos y al que, como
También de procedencia peninsular es la caliza de Espejón (Soria)36 que en el edificio palacial
de Carranque fue empleada abundantemente tanto en su variedad rojiza, como en la amarilla y en
la «brechada» con ambos colores (Fig. 5.34-38). Este marmor se utilizó para placas de revestimiento,
molduras y piezas de opus sectile.
Queremos aludir también a la presencia de
diversos materiales pétreos de posible origen local37, sin que por el momento se haya identificado
su lugar de procedencia. Entre ellos destaca una
caliza de muy buena calidad. De color blanquecino y grano fino, es un material que fue empleado
en la elaboración de elementos de decoración arquitectónica, tanto en el programa decorativo del
edificio tardorromano como en su fase visigoda38
(Fig. 5.39). También de procedencia indeterminada
es un granito de fondo verdoso cuya composición
parece indicar que pudo ser extraído en las sierras
próximas a la zona de Carranque, circunstancia
que ha de ser confirmada en el futuro39.
EL MARMOR DE LA VILLA DE MATERNO
El marmor recuperado en el yacimiento no
procede, sin embargo, exclusivamente del edificio
palacial sino que también formó parte de la deco-
36
37
38
39
40
Las canteras de esta caliza están situadas en las localidades de Espejón, Espeja y Cantalucía, en la provincia de Soria. Véase al respecto Cisneros, 1988,
61; Mayer, 1992; Àlvarez et alii, 2010, 54-59. Abundantemente empleada en Clunia (Gutiérrez Behemerid, Mª A., 2003: La decoración arquitectónica
en la Colonia Clunia Sulpicia, Studia Archeologica 92, Valladolid), esta caliza estuvo presente en la decoración de otras ciudades como Uxama, Legio
(Morillo, A. y Salido, J., 2010: Labrum romano procedente de las termas del campamento de la Legio VII Gemina en León, Zephyrus LXV, 167-178),
Asturica Augusta —donde se ha detectado al menos en el pavimento del frigidarium del balneum de la Domus del Gran peristilo, ver Sevillano, M. A. y
Vidal, J., 2002: Ubs magnifica. Una aproximación a la Arqueología de Astúrica Augusta (Astorga, León), Museo Romano (Guía-Catálogo), León, 49-50—,
Complutum (Durán Cabello, 1998), Segobriga (Àlvarez, A., Cebrián, R. y Rodà, I., 2009: El mármol de Almadén de la Plata y los marmora importados
del foro de Segóbriga, en Nogales Basarrate, T. y Beltrán, J. (eds.), Marmora Hispana: Explotación y uso de los materiales pétreos en la Hispania
Romana, Roma, 101-120) o Coca, además de en numerosas villae entre las que cabe destacar Los Villares de Quintana del Marco (León) y La Olmeda
(Palencia). Al menos en Clunia, León y la villa de La Olmeda se ha detectado el uso de la variedad brechada conglomerado o jaspe de Espejón para la
elaboración de placas de revestimiento pavimental (Clunia) y fustes de columna (Legio y La Olmeda), variedad que está ausente de la decoración de
Carranque. Sobre este material y su uso en época romana, véase también lo expuesto por M. Salán en las Actas del Congreso ASMOSIA IX.
Aunque no incluíble dentro del grupo de los marmora, queremos señalar el uso de Lapis Specularis procedente de las canteras de Segobriga.
Bernández Gómez, M. J. y Guisado di Monti, J. C., 2004: La minería romana del «Lapis Specularis». Una minería de interior, en Investigaciones
arqueológicas en Castilla-La Mancha 1996-2002, Salamanca, 245-256 y 2002: Las explotaciones mineras de «Lapis Specularis» en Hispania, en Artifex.
Ingenieria romana en Hispania, Madrid, 173-298.
Nos referimos a varios fragmentos de capitel, así como, de época visigoda, a diversos fragmentos de placas de cancel, cruz calada, pilastrillas
y cimacios.
Se trata de la muestra CRQ-0303 (nº inventario: CA97/R47/Or/Niv II/derrumbe/2ªcapa) (Àlvarez et alii, 2007). La revisión de la microscopía de la
lámina delgada de esta muestra por parte de L. Lazzarini confirma que se trata de una roca local. Es una brecha volcánica ácida con cemento
muy fino dónde se observan microclina y epidoto. A este respecto, el estudio que en la actualidad está realizando Ana de Mesa en el marco de
su Tesis Doctoral «Los marmora de Toletum: estudio de los granitos y calizas del centro peninsular empleados en la ciudad romana y tardoantigua de
Toledo» bajo la dirección de Isabel Rodà, permitirá concretar importantes aspectos sobre el uso del marmor en la zona de estudio.
Sobre este aspecto del yacimiento de Carranque, veánse García-Entero, Peña Cervantes, Fernández Ochoa y Bendala Galán, 2009 y García-Entero,
V., Peña Cervantes, Y., Fernández Ochoa, C. y Zarzo Martínez, E., 2012: La producción de aceite y vino en el interior peninsular. El ejemplo de la
villa de Carranque (Toledo), en Noguera Celdrán, J. M. y Antolinos Marín, J. A. (eds.), De vino et oleo Hispaniae. Áreas de producción y procesos
tecnológicos del vino y el aceite en la Hispania romana. Coloquio Internacional (5-7 de mayo, 2010), Murcia, AnMurcia 27-28, 155-172.
148
el uso del marmor en el yacimiento de carranque (toledo)
fuente de luz y aire fresco, abren la mayor parte de
habitaciones de la residencia entre las que es posible destacar un amplio triclinium, situado en el flanco septentrional, y un oecus localizado al oeste, en
eje con la entrada de la vivienda constituida en una
fachada torreada orientada hacia el este donde discurre el curso del río Guadarrama.
Junto con la decoración musiva de la residencia de Materno, aspecto bien conocido del yacimiento, cabe también destacar la presencia de
varios fragmentos de material lapídeo que formaron parte de la decoración parietal de alguna de las
estancias de la casa, en forma de crustae y de una
composición de opus sectile, y de mobiliario, si bien
este último aspecto es, como se ha mencionado líneas arriba, discutible.
La mayor parte del marmor procedente de
la villa de Materno fue hallado durante la campaña
de 1985, año en el que se excavó parte del sector
norte de la casa donde se halla el triclinium. Aunque no existe diario de excavación, el inventario de
material realizado permite localizar en esta habitación hasta 164 piezas enteras o fragmentadas descritas como
Figura 9. Reconstrucción de la decoración parietal del oecus de la
villa de Materno con la representación de fachada arquitectónica
tripartita. Centro de Interpretación del Parque Arqueológico de
Carranque. (Foto: Equipo de Investigación de Carranque).
sentación de una fachada arquitectónica tripartita
(Fig. 9), siguiendo modelos bien conocidos de época tardorromana (Pérez Olmedo, 1996, 183 nº 135).
«... barras y pequeñas piezas de forma romboidal,
trapezoidal, triangular, cuadrangular y rectangular
elaboradas en mármol blanco, mármol blanco veteado en gris o en rosa, mármol blanco veteado de
color púrpura o malva, granito jaspeado verde, granito jaspeado púrpura, pizarra, caliza y cerámica».
Junto con esta decoración, la excavación de
1986 y 1993 en la villa permitió documentar la presencia de, al menos, tres placas y varios fragmentos de placas de revestimiento parietal realizadas
en mármol blanco localizadas en la estancia nº 20,
situada al sur del oecus, y en el interior del peristilo.
A pesar de la parca descripción de las piezas,
es posible identificar el uso de mármol blanco, mármol pavonazzetto, serpentino, porfido rosso, pizarra
y caliza. Este material, junto con 25 pequeñas piezas geométricas elaboradas con nácar, fue empleado para realizar una composición de opus sectile parietal que decoró el comedor de la casa de Materno.
La presencia de cuatro pequeñas piezas identificadas como capiteles y basas de columna elaboradas
en mármol blanco y un fragmento de una pequeña inscripción del mismo material41 fue la base para
la reconstrucción de este conjunto como la repre41
42
A estas evidencias de la decoración marmórea de la villa de Materno, debemos sumar el hallazgo, en 1986, de la magnífica pata de mensa leonina realizada en porfido rosso (Fig. 6) a la que ya
se ha hecho alusión líneas arriba42. Para terminar
con la relación de material lapídeo documentado
en la villa de Materno, hemos de mencionar la localización de varios fragmentos de placas de revestimiento parietal halladas en distintos puntos del
torcularium y vinculadas con niveles relacionados
Mayer y Fernández-Galiano, 2001, 124-125.
Ver nota 15.
149
virginia garcía-entero y sergio vidal álvarez
Figura 10. Cubierta de sarcófago con decoración del ciclo de Jonás hallada en la tumba n.º 7 de la necrópolis visigoda instalada
sobre el edificio palacial. (Foto A. Cañadas. Equipo de Investigación de Carranque).
con la gran reforma llevada a cabo por Materno a
finales del siglo IV d. C. Cabe destacar en este sentido la presencia de un fragmento de placa de breccia corallina y una placa de pavonazzetto43 halladas
en los vertidos de amortización de las dos cubetas
de recepción de mosto vinculadas con las estructuras vitivinícolas que resultaron ahora desmanteladas y que relacionamos con la profunda remodelación llevada a cabo por Materno que, en la zona
residencial, supuso la transformación de la antigua
casa donde, entre otros cambios, fueron amortizadas las termas de la villa.
gráfico por parte de M. Mayer y D. Fernández-Galiano44. A falta de realizar sobre estas piezas los análisis petrográficos pertinentes, M. Mayer propuso, a
partir de la observación macroscópica, que se trataban de dos inscripciones elaboradas posiblemente en mármol de Saint-Béat, cinco más realizadas
sobre un mármol blanco indeterminado y once labradas en los collarines de los fustes de columnas
de mármol pavonazzetto que formaron parte del
patio central del edificio palacial.
Por lo que respecta a los sarcófagos, los
fragmentos y piezas hasta ahora recuperados permiten afirmar que éstos fueron obrados en mármol griego de la isla de Paros, mármol proconesio
y mármol de Estremoz. Se trata de 30 fragmentos de sarcófago hallados durante las excavaciones realizadas en el yacimiento entre 1989 y 200145
y una cubierta completa de otro sarcófago hallada en 200946 (Fig. 10) que pertenecen, al menos, a
tres cajas y una cubierta. De estas piezas, hemos
realizado análisis petrográficos de microscopía
óptica de polarización (mop) y/o catodoluminiscencia (ct.) a 14 de ellos cuyos resultados presentamos en la siguiente tabla.
EL MARMOR EN LA EPIGRAFÍA Y LOS
SARCÓFAGOS
Al margen de los marmora empleados en la
decoración del edificio palacial y de la villa de Materno, no podemos dejar de mencionar la presencia
en el yacimiento de varias inscripciones realizadas
sobre mármol y de varios fragmentos pertenecientes, al menos, a tres sarcófagos de cronología tardorromana. Los epígrafes lapídeos fueron hallados
en distintos puntos del yacimiento entre los años
1985 y 1998 habiendo sido objeto de estudio mono43
44
45
46
La placa de breccia corallina (CA98/4196/51) conserva unas dimensiones de 19,4 X 13,6 X 2 cm mientras la placa de pavonazzetto (CA98/4191/48)
presenta unas dimensiones de 41 X 46 X 2,8 cm.
Mayer, M. y Fernández-Galiano, D., 2001: Epigrafía en Carranque, en AAVV: Carranque. Centro de Hispania romana, Guadalajara, 121-134 (= id.,:
Carranque. Esplendor de la Hispània de Teodosi, Barcelona, 107-120). Con posterioridad a esta fecha, M. Mayer ha publicado las inscripciones de
Carranque en Mayer, M., 2004: Las inscripciones de los mosaicos de la villa de Carranque (Toledo, España), Mvsiva et Sectilia 1, Pisa-Roma, 109-125
y 2004-2005: Algunas consideraciones sobre la epigrafía de la villa de Carranque (Toledo, España), Rendiconti della Pontificia Accademia Romana
di Archeologia serie III, LXXVII, Roma, 189-217.
Vidal, 2008.
Fernández Ochoa, Bendala, García-Entero y Vidal, 2011.
150
el uso del marmor en el yacimiento de carranque (toledo)
Tabla 1. Resultados de los análisis realizados a fragmentos de sarcófagos de Carranque.
Nº Inventario
Muestra ICAC
CA99/H2Est/52
CRQ-636
[mop y ct.]
CA99/H2 Ab/48
CRQ-308
[mop]
CA98/Q49/III/T/1348
CRQ-314
[mop]
CA99/Q51/III/1
CRQ-313
[mop]
CA97/Q49/II/7
CRQ-316
[mop]
CA89/H8a/d/35
CRQ-315
[mop]
CA/89/H8a/d/1040
y CA/89/H8a/d/1038
CRQ-304
[mop]
CA/BAS/12
CA89/H8c/d4/65
CA89/H8a/d/75
CRQ-312
[mop]
CRQ-635
[mop y ct.]
CRQ-633
[mop y ct.]
CRQ-305
[mop]
CRQ-632
[mop y ct.]
Identificación
Marmor proconnesium
marmor parium
marmor parium
marmor parium
marmor parium
Cronología
Bibliografía
Constantiniana
(315-330/340)
Vidal, 2008, I.1.2, 250-251.
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Teodosiana
(fin. IV / in. V)
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Rodà, 2001, 115,
Vidal, 2008, I.2.1, 257-258.
Teodosiana
(fin. IV / in. V)
Teodosiana
(fin. IV / in. V)
Fdez.-Galiano et al., 2001, nº 59, 172,
Rodà, 2001, 115,
Vidal, 2008, I.2.2, 259.
Fdez.-Galiano et al., 2001, nº 57, 172,
Vidal, 2008, I.2.9, 267.
Teodosiana
(fin. IV / in. V)
Fdez.-Galiano et al., 2001, nº 58, 172,
Vidal, 2008, I.2.4, 261.
Teodosiana
(fin. IV / in. V)
Vidal, 2008, I.3.4, 272 notas 59 y 60.
Mármol de Estremoz
Teodosiana
(fin. IV / in. V)
Rodà, 2001, 115,
Vidal, 2008, I.2.3, 259-260.
Mármol de Estremoz
Teodosiana
(fin. IV / in. V)
Vidal, 2008, I.2.5, 261-263.
Mármol de Estremoz
Teodosiana
(fin. IV / in. V)
Vidal, 2008, I.2.6, 263-265.
¿marmor parium?
marmor parium
CA01/P49/Hab III-IV/Abs. E/III
CRQ-637
[mop y ct.]
Mármol de Estremoz
Teodosiana
(fin. IV / in. V)
Vidal, 2008, I.3.1, 267-269.
CA95/Q46-R46/I/59
CRQ-634
[mop y ct.]
Mármol de Estremoz
Teodosiana
(fin. IV / in. V)
Vidal, 2008, I.3.2, 269-270.
CA95/Cata A3/P47-P48/I/10
CRQ-638
[mop y ct.]
Mármol de Estremoz
Teodosiana
(fin. IV / in. V)
Vidal, 2008, I.3.3, 270-271.
CA09/P1008/T-7/UE10230/1
CRQ-596
[mop y ct.]
Mármol de Estremoz
Teodosiana
(fin. IV / in. V)
Fdez. Ochoa et alii, 2011.
*Aunque inicialmente propusimos una cronología constantiniana para este fragmento, la identificación del marmor en que fue obrado como mármol de Paros permite establecer la
posibilidad de que se trate de una pieza de cronología teodosiana que pudo haber formado parte del sarcófago de esta cronología obrado en este mármol griego.
151
virginia garcía-entero y sergio vidal álvarez
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