LUNES 4 de Junio de 2007 - ENVIAR POR E-MAIL La vareniclina llegó al país Otro remedio para abandonar el cigarrillo http://www.lanacion.com.ar/cienciasalud/nota.asp?nota_id=911271 Por Nora Bär De la Redacción de LA NACION Se calcula que de cada 100 fumadores que intentan dejar el cigarrillo, 60 retoman el hábito a los tres días, 93 lo hacen a los tres meses y sólo dos o tres logran mantenerse alejados del tabaco al año de haberlo abandonado. Así de despiadado es este hábito-enfermedad-adicción que todos los años se cobra la vida de 40.000 argentinos, de los cuales 6000 mueren por enfermedades relacionadas con la exposición al humo ajeno. En este panorama sin concesiones, se informó ayer que ya está disponible en el país un nuevo recurso farmacológico que puede ayudar a disminuir los síntomas de la cesación tabáquica, la vareniclina. "No elimina la idea de fumar -dijo durante la presentación el doctor Hayden Mc Robbie, investigador de Estudios Clínicos de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda-, pero ayuda a reducir los síntomas de abstinencia, la irritabilidad y otros trastornos que uno experimenta cuando abandona el cigarrillo. También reduce la satisfacción que obtiene del tabaco." Pero inmediatamente agregó: "Tenemos que darles ayuda a los que la necesitan, pero quiero subrayar que no hay curas mágicas. Lo mejor que se puede hacer es usar una combinación de fármacos y apoyo especializado". Según explicó el doctor Fernando Müller, director del proyecto Medef (Médico Especialista en Dejar de Fumar), el tabaquismo es un hábito generado socialmente que rápidamente se transforma en adicción. "Fumar es una enfermedad crónica recurrente -subrayó-, sostenida por una triple dependencia química, biológica y social. El fumador tiene en promedio 22 años menos de vida. Sus tasas de morbilidad triplican las de los no fumadores. El tabaquismo está relacionado con 24 enfermedades mortales." La dependencia que crea la nicotina es implacable. Al inhalar el humo, esta sustancia llega a receptores del cerebro que activan los centros de placer en diez segundos. "El cigarrillo es la manera más eficaz de «lanzar» la nicotina -dijo McRobbie-. Si la inyectáramos por vía endovenosa no lograríamos un efecto tan veloz." Pero así como actúa en forma casi instantánea, su efecto disminuye también rápidamente, lo que provoca intensas ansias de volver a fumar. El ciclo se repite una y otra vez sin solución de continuidad y, cuando se interrumpe, la falta de nicotina provoca un síndrome de abstinencia. "Dejar de fumar no es sencillo -dijo Pedro Cofman, coordinador de los cursos de cesación del tabaquismo y de los grupos de autoayuda del Chau, Pucho Club, de la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec)-. No importa el motivo por el cual se apagó el último cigarrillo, se siente una gran ansiedad y siempre se está sujeto a una recaída. Soy un ex fumador. Empecé a los 12 o 13 años en la puerta de la escuela. A los 48 , fumaba más de 60 cigarrillos diarios. Dejé un 8 de junio, hace casi una década, y ahora me doy el gusto de caminar, de correr. Dejar de fumar es posible." Quienes buscan ayuda para hacerlo, pueden encontrarse con múltiples opciones. "Hay tantas cosas allí afuera -dijo McRobbie-. Si uno busca en Google, encuentra cientos de miles de ofertas, pero muchas de ellas no funcionan. Por ejemplo, la acupuntura y los remedios herbales no tienen efecto comprobado. Tenemos que ajustarnos a lo que sabemos y ser cuidadosos acerca de lo que recomendamos." Y lo que los especialistas aconsejan es encarar un tratamiento integral, con terapias conductuales, consejería presencial y telefónica, y medicación. "El breve consejo del médico es muy importante. Tenemos que aconsejar a cada fumador que deje de fumar, y a los que necesitan ayuda, ofrecerles respaldo basado en evidencias", agregó. Hasta ahora, entre los fármacos que prometían ayuda para liberarse del tabaco estaban la terapia de reemplazo nicotínico (parches y chicles) y el bupropion, un antidepresivo. La vareniclina es un nuevo recurso que se suma a este abanico de opciones. "Se mostró que es efectiva, más que el bupropion, y por suerte segura -dijo McRobbie-. Como otras medicaciones, tiene algunos efectos adversos, de los cuales la náusea parece ser el más común, aunque sólo moderada. Es fácil tomarla y no tiene interacciones graves. Pero tendremos que ver cómo funciona en la vida real." "Es un recurso útil, sin ninguna duda, pero no debe considerarse una panacea -opina, por su parte, la doctora Verónica Schoj, del Grupo Antitabaco del Hospital Italiano-. Todas las evidencias muestran que triplica la efectividad del placebo a doce semanas, pero esto no es tan claro en el mediano y largo plazo. Por otro lado, todavía no hay recomendaciones para la práctica clínica." "Hay que tomar estas cosas con cautela -agrega Schoj-. Las principales conclusiones del metaanálisis de la base Cochrane son que la vareniclina es el triple de efectiva que el placebo, y que es superior al bupropion a la luz de la evidencia actual, pero que se necesitan estudios independientes (dado que todos los ensayos clínicos fueron financiados y manejados por la compañía que la produce). También concluyen que es necesario realizar estudios de vareniclina contra sustitutos nicotínicos, y más estudios contra bupropion para determinar la efectividad comparada con mayor certeza." Y concluye: "¿Es una droga para usar ahora y dejar de lado todo lo demás? ¿La seguridad social va a cubrir los tratamientos? Porque en el país la principal limitante es el costo (entre 800 y 1200 pesos por doce semanas)... A mí me parece que abre un horizonte muy interesante, pero que no hay que generar falsas expectativas, como si ahora dejar de fumar estuviera garantizado. Todo tratamiento es muchísimo más efectivo y contundente si se incluye dentro de una política integral del control del tabaco, con ambientes libres de humo, profesionales que dan consejos, prohibición de publicidad del cigarrillo...."