Por qué las mujeres se deprimen más que los hombres? Según las últimas estadísticas difundidas en Estados Unidos, entre un 15% y 25% de ellas padecen esta enfermedad, mientras que sólo entre el 5% y 12% de los hombres la sufren La depresión es una enfermedad biopsicosocial que afecta al 15% de la población mundial. Uno de cada 10 adultos la padecen en el mundo, presentando las mujeres una incidencia 2-3 veces mayor que el hombre. Según las últimas estadísticas difundidas en Estados Unidos, entre un 15% y 25% de las mujeres padecen esta enfermedad, mientras que sólo entre el 5% y 12% de los hombres la sufren. En la mujer aparece más temprano (13 a 15 años) teniendo su máxima prevalencia durante los años fértiles, con picos en los períodos de mayor cambio hormonal: pubertad, postparto y menopausia. Diferencias culturales Para Adriana Rivetti, médica psiquiatra, las estadísticas mencionadas no son tan demostrativas porque, en su opinión, la mujer consulta mucho más por esta enfermedad porque se permite estar deprimida, no así el hombre. “Para el hombre el estar deprimido lo siente como un signo de debilidad o verguenza y suele ser habitual que lo tapen con el trabajo. Muchos de ellos lo hacen por más de 12 horas al día y cuando llegan a su casa no hacen otra cosa que dormir y los fines de semana se la pasan encerrados y jamás accedieron a una consulta”, aseguró la especialista. Estas diferencias obedecen a una cuestión cultural que tienen que ver con los roles que desempeñan desde la antigüedad los hombres y las mujeres, pese a que en los últimos años ellas también ocupan un rol activo en el mundo laboral. "Pese a ese avance se las sigue considerando como el sexo débil, más sensibles y vulnerables. En el siglo 21 el hombre no puede dejar un trabajo dos meses por estar en la cama”, agregó la especialista que dirige el Centro de Diagnóstico, Investigación y Tratamiento en Depresión (CEIDEP). Diferentes síntomas según el género Los síntomas en el hombre suelen ser la irritabilidad, se enojan, tienen episodios de impulsividad, se desconcentran en el trabajo y no lo reconocen y por eso es que no consultan, explicó Rivetti. La mujer es más común que lo asuma, llora con más afinidad y no tiene vergüenza de angustiarse ante un evento exterior. Al independizarse los hijos ellas manifiestan esa tristeza y los conflictos que le surgen por el llamado“Síndrome del nido vacío”. Además, las mujeres tienen mayores tasas de trastornos fóbicos, pánico, intentos de suicidio y la tendencia a la cronicidad y recurrencia está aumentada respecto de los hombres. La especialista afirmó que los factores psicosociales también juegan un papel muy importante en la sociedad actual donde la mujer moderna muchas veces tiene que llevar el peso de mantener el hogar y la independencia económica “junto a los roles típicamente femeninos como crianza de los hijos, cuidado de padres ancianos y atención de su hogar, generando esto un nivel elevado de estrés y exigencia extrema”. Otras situaciones como malas relaciones vinculares cotidianas con maltrato, abuso o abandono, que a veces conducen a separaciones o divorcios y su consecuencia directa, la soledad, relaciones conflictivas con hijos adolescentes o padres crónicamente enfermos que requieren de atención permanente también pueden ser los factores que originan la enfermedad