EL PATRÓN ORO En este punto cabe exponer que aunque han existido también el patrón plata y el bimetalismo, el sistema más característico de tipos de cambio fijo es el del patrón oro. El funcionamiento de este sistema requiere que el país que desee integrarse establezca un precio oficial del oro en su moneda y se comprometa a comprar y vender a ese precio todo el metal que se le ofrezca o se le demande, permitiendo a la vez su libre importación y exportación. Los tipos de cambio quedan determinados por la relación entre los precios oficiales del oro en cada divisa. La principal virtud del patrón oro era su capacidad de reajustar automáticamente los desequilibrios en las balanzas de pagos. Si las exportaciones de un país eran superiores a sus importaciones, recibía oro (o divisas convertibles en oro) como pago y sus reservas aumentaban provocando a la vez la expansión de la base monetaria. El aumento de la cantidad de dinero en circulación corregía automáticamente el desequilibrio por dos vías, haciendo crecer la demanda de productos importados y provocando inflación lo que encarecía los productos nacionales reduciendo sus exportaciones. Si, por el contrario, el comercio exterior del país era deficitario, la disminución de las reservas de oro provocaba contracción de la masa monetaria reduciendo la demanda interior de bienes importados y abaratando los productos nacionales en el exterior. Pero el sistema tenía también serios inconvenientes. El país cuyo déficit exterior provocaba contracción de la masa monetaria sufría una fuerte reducción de su actividad económica generalizándose el desempleo. Los países con superávit podían prolongar su privilegiada situación "esterilizando el oro", impidiendo que el aumento en sus reservas provocase crecimiento en la circulación monetaria e inflación. Sin embargo, no parece que sean del todo concluyentes los argumentos que eliminan la posibilidad de explicar el Comercio Internacional acudiendo a las propuestas de la VA. No se observa a nivel mundial el equilibrio que se predice a partir de la VC, sino que, por el contrario, lo que se observa es cada vez una mayor brecha, una mayor desigualdad entre países y una no corrección de los déficit, unos países estructuralmente deficitarios. Así que vale la pena seguir el hilo argumental de Smith, esbozado posteriormente por Marx y más formalizado por autores recientes como A. Shaikh (1990) y D. Guerrero (1995), en su intento de poner al día la teoría del valor trabajo, y, en particular, lo que sería la teoría del Comercio Internacional de Carlos Marx. En esencia, la propuesta de Shaikh es la siguiente: • En primer lugar, hablar en términos de la Ley de los Costes Comparativos (LCC), abarcando ésta el principio de la VC9, una teoría del dinero adecuada que proporciona el mecanismo de ajuste monetario y un rechazo a la teoría del valor trabajo. • Presentar la teoría del valor de Marx y una teoría del dinero que configuran lo que sería la teoría del CI apuntada en el Tomo III de El Capital. 9 Principio de la VC: "los costes absolutos no tienen importancia; lo que importa son los costes relativos". Ley de costes Comparativos: "si se posibilita, el comercio libre terminará siendo regulado por el principio de la VC, no absoluta, y los beneficios que resulten del comercio serán compartidos por los participantes". • Por último, confrontar ambas teorías para criticar la LCC, concluyendo que es el libre comercio la causa fundamental del desarrollo desigual. Analizar el papel que juega, en este marco, la exportación de capital así como las transferencias de valor que se producen. Cuando en el conocido ejemplo de Ricardo, dirigido a analizar las pautas de especialización más ventajosas entre Portugal y el Reino Unido, se concluye que la desventaja absoluta del segundo llevará a que éste exporte oro al primero, entra en juego en cada país la teoría del dinero que vincula los cambios en la oferta monetaria con cambios en los precios, lo que se conoce como el mecanismo de David Hume. Horas de trabajo necesarias para obtener una unidad de cada mercancía en cada país Portugal Inglaterra Vino 1 5 Paño 2 4 Esto abre la vía hacia el equilibrio, hacia la nivelación de déficit y superávit. Aquella mercancía inglesa de menor desventaja será la primera en dar alcance a su rival portuguesa y dará comienzo el comercio bilateral. Esta idea de vincular los movimientos de los metales, del oro o la oferta monetaria con los precios tiene versiones modernas10 como la del enfoque de los saldos monetarios, o la que vincula el nivel de precios al nivel de salarios monetarios. Podemos pensar también en términos de regímenes de tipo de cambio flexibles en los que el ajuste se efectúa vía movimientos del tipo de cambio, en particular depreciaciones/devaluaciones de la divisa del país deficitario. En cualquier caso, desde la postura clásico-ricardiana, se dará la secuencia representada en la primera horizontal del siguiente diagrama: 10 Shaikh (1990), pp. 184 a 186. Desde la teoría económica marxista se niega esta secuencia, en concreto, la conexión última entre demanda efectiva y precios. Es decir, siguiendo a Shaikh: "…Marx niega expresamente cualquier vínculo entre cambios en la oferta de oro y el nivel de precios"11. Así, volviendo al ejemplo de Ricardo, el mecanismo monetario que permite al Reino Unido ser competitivo en el sector de la tela respecto a Portugal, es el que Marx niega. Para éste, la salida de oro desde Inglaterra provocará, en principio, una caída de la oferta y demanda de capital dinero prestable y, al venderse menos tela y vino ingleses, llegará el momento en que se frenará la caída de la demanda, en tanto que la oferta seguirá cayendo con el resultado de un aumento del tipo de interés. 11 En términos de la teoría cuantitativa del dinero diríamos que lo que se niega es la causalidad entre las variables implicadas: P = (v/Q)·M , es decir que el nivel de precios (P) dependa de la cantidad de oro monetario (M) que circula en el interior del país, siendo Q cantidades físicas y V la velocidad de circulación del dinero. (Guerrero, 1995, pág. 33). Hay que entender oro en sentido de divisas que respaldan la oferta monetaria de un país (dólares, Derechos Especiales de Giro, oro,…). El sistema de patrón oro ha adoptado diversas formas durante el período de su vigencia, más de siglo y medio. La forma más pura, el Patrón-moneda oro, fue el más extendido durante el siglo diecinueve y hasta la Primera Guerra Mundial. Después aparecieron diversas variedades como el Patrón-lingote y los Patrones de cambios, entre ellos el sistema del FMI. En 1973 se añadió una enmienda al Convenio del FMI por la cual se autorizaba a los países miembros a adoptar el sistema cambiario que mejor se adaptase a sus circunstancias particulares. De hecho la mayoría de los países permitieron que sus monedas fluctuasen libremente en los mercados de divisas aunque, eso sí, con la intervención de los bancos centrales tratando de suavizar las tendencias y de evitar fluctuaciones excesivamente bruscas. Es el sistema llamado de flotación "sucia". Este sistema fue utilizado por muchos países durante los recesivos años 70 y aún sigue siendo el utilizado por muchos países incluyendo al Japón y a los Estados Unidos. Entre sus ventajas está permitir que las políticas monetarias de los países se diseñen atendiendo a la situación interna, con mucha menor dependencia de los problemas que puedan aparecer en los mercados cambiarios. Permanece el inconveniente de que la inseguridad en la evolución futura de los tipos desalienta la expansión del comercio internacional. La aparición de mercados de futuros muy eficientes ha permitido subsanar en parte ese inconveniente. La flexibilidad del sistema actual y la diversidad de situaciones concretas en que se encuentran muchos países, algunos muy endeudados, otros escasos de reservas, otros con fuerte dependencia tecnológica o de materias primas, hace que se multipliquen los sistemas de pagos internacionales recurriendo incluso con cierta frecuencia a formas que, como el trueque, parecían haber quedado obsoletas. Algunos países han decidido fijar estrechamente el valor de su moneda al de otra. En otras ocasiones aparecen tipos de cambio fijos y múltiples, un tipo de cambio para el pago de deudas, otro para inversiones, otro para importaciones. Algunos grupos de países han llegado a acuerdos mutuos sobre sistemas cambiarios particulares, el más avanzado de los cuales es el Sistema Monetario Europeo. La proposición alternativa a la teoría monetaria utilizada por Ricardo consiste en vincular los movimientos en la oferta monetaria con los tipos de interés. Es decir, con esta proposición teórica se genera una asociación entre país abocado a la importación (en este caso España) y tipos de interés altos, y país eminentemente exportador (Francia) y con tipos de interés bajos. Esta propuesta no se queda en el ámbito de la heterodoxia. "Ricardo confiaba en la acción correctora del mecanismo regulador de ajuste automático. No obstante, está por ver que tal mecanismo actúe con la eficacia (y la plenitud) que la teoría presupone. Tal no sucede si el mecanismo de ajuste apela, total o parcialmente, a una vía alternativa a los precios, como son los tipos de interés. A continuación desarrolla brevemente el argumento expuesto aquí en el diagrama y la tabla anteriores. EFECTOS DE LOS MOVIMIENTOS DE METALES SALIDA DE ORO DE MEXICO ENTRADA DE ORO EN ESTADOS UNIDOS DISMINUYEN LAS RESERVAS BANCARIAS AUMENTO EN LA RESERVAS BANCARIAS FRENO A LA PRODUCCIÓN AUMENTO DE LA PRODUCCIÓN TASA DE INTERÉS MÁS ALTA TASA DE INTERÉS MÁS BAJA La teoría de Bettelheim del Intercambio desigual, dice que este es originado por la composición orgánica diferente entre países que tienen el mismo nivel de salarios. La desigualdad a la que se hace referencia aquí se mide con relación a lo que habrían sido los términos del intercambio en el caso en que los productos se hubieran intercambiado en su valor-trabajo. Los países de bajos salarios están especializados en una, dos o tres producciones pero desde el punto de vista de su producción total no lo están. Sus técnicas de producción atrasadas sobreviven en razón de los bajos salarios que se pagan en esos países. Por ejemplo, el intercambio desigual se da entre los países centrales (composición orgánica alta) y los países periféricos (composición orgánica baja). La economía internacional de los neoclásicos establece una «dicotomía» entre la economía real y la monetaria, tanto a nivel nacional como internacional. La consideración del dinero como un «velo» que oculta el funcionamiento real de la economía, lleva a tratar separadamente los fenómenos reales y monetarios, si bien se admite que estos últimos pueden «perturbar» temporalmente el equilibrio de los primeros. Esta posición se refuerza con la adopción del modelo de EEG -que requiere tratar la oferta y demanda de cada bien en un mercado diferente- y de la ley de Walras que articula todos los mercados para que alcancen el equilibrio simultáneamente. En ese esquema se puede introducir el dinero (como medio de pago) en un mercado específico, aunque análogo a los mercados de bienes y servicios, con una oferta y demanda de dinero. LA TEORÍA NEOCLÁSICA El periodo clásico se cierra en los primeros años de la década de 1870, cuando irrumpe en la escena una nueva escuela que, denominada más tarde neoclásica12, dominará la ciencia económica hasta la década de 1930 y nuevamente, y hasta nuestros días, después de la "revolución" keynesiana. La escuela neoclásica aporta una nueva teoría del valor (basada en la utilidad de los bienes y no en el trabajo que incorporan) y un modelo, el de equilibrio económico general, en el que todas las variables económicas consideradas relevantes (oferta, demanda y precios de los bienes y servicios productivos) aparecen interrelacionadas en un sistema de ecuaciones, cuya solución arroja unos valores que se denominan de equilibrio. 12 La denominación «escuela neoclásica» ha acabado por imponerse debido principalmente a su utilización por la mayor parte de los economistas. El término neoclásico es, sin embargo, algo equívoco porque algunos de sus fundamentos constituyen una ruptura con los de los clásicos. La presencia de la figura de A. Marshall entre los principales autores de la nueva escuela contribuye a explicar la adopción del término neoclásico para denominarla, pues es conocida la posición ecléctica de Marshall respecto a sus antecesores clásicos y su frecuente defensa de los mismos (se le atribuye el dicho "todo está en Adam Smith"). La nueva teoría de la utilidad fue expuesta, de forma casi simultánea, por tres autores de distinto origen (Jevons, Menger y Walras)13. Es una teoría del comportamiento del consumidor, si bien su importancia rebasa ese ámbito y penetra en los de la producción y la formación de rentas. La teoría de la utilidad había sido desarrollada por los autores escolásticos, quienes, siguiendo a Aristóteles, analizaron el valor y el precio a partir de la utilidad y la escasez. Más tarde, en el S. XVIII, la teoría se mantenía viva y «la paradoja del valor» -que los diamantes tuvieran mayor valor que el agua pese a la mayor utilidad de este último- era resuelta satisfactoriamente. El valor de uso junto con la escasez determinaban el valor de cambio. Con los clásicos el desarrollo de la teoría se paralizó. Como vimos, estos autores centraron su atención en el valor de cambio, convencidos de las escasas posibilidades que ofrecía el concepto «valor de uso» para construir una teoría del valor a partir de él. 13 W.S. Jevons (1835-1882) publicó su obra principal: Theory of Political Economy, en 1871. C. Menger (1840-1921) publicó la suya : Grundsätze der Volkswirtschaftslehre, el mismo año. L. Walras publicó sus Elements d'économie politique pure en 1874. El concepto de utilidad marginal está presente en la obra de Dupuit, A. Walras, Gossen y otros; también lo están las discusiones sobre cómo se relacionan necesidades -o deseos- y utilidad con valor. El desarrollo moderno del concepto de utilidad y la elaboración de una teoría del valor basada en el mismo arranca de los tres autores arriba mencionados, quienes lo redescubrieron para la teoría económica. Trataron la utilidad satisfacción de necesidades- como "causa" del valor; no se preocuparon mucho de su medibilidad y consideraron que la utilidad de una mercancía depende solamente de la cantidad de la misma. La nueva teoría del valor se sustenta en dos principios (leyes de Gossen, en honor a su precursor); el primero, de la utilidad marginal decreciente, lo expresa así Marshall: "La utilidad marginal de una cosa para un individuo disminuye con cada aumento de la cantidad de la misma que tiene ya el individuo". Marshall la llamó ley de necesidades saciables. La segunda ley de Gossen es un teorema: para maximizar su satisfacción total, el individuo debe asignar cada bien susceptible de usos alternativos de forma que su utilidad marginal sea igual en todos ellos. Los primeros autores neoclásicos quisieron demostrar que el principio de la utilidad marginal bastaba para deducir las razones de cambio entre mercancías. Es decir, consideraron -en oposición a sus predecesores clásicos- que los valores de uso de las mercancías explicaban -y no eran meramente condición necesaria como para aquellos- los valores de cambio. Lo esencial de la nueva teoría era que "el análisis de la utilidad marginal creaba una herramienta analítica de aplicabilidad general a los problemas económicos". Además de ser fundamento del valor de cambio de los bienes de consumo -y servir de base, por lo tanto, a la teoría de la demanda- "El principio de la utilidad marginal se aplica al fenómeno del coste y a la lógica de la asignación de recursos" . Partiendo del principio de utilidad marginal, L. Walras creó un sistema de análisis económico que denominó el Equilibrio Económico General (EEG). El EEG es un sistema económico estático -todas las variables toman sus valores en un mismo tiempo t- en el que ciertas variables económicas (precios y cantidades de bienes de consumo y de producción y de servicios productivos) aparecen interrelacionadas determinadas recíprocamente- en un sistema de ecuaciones simultáneas. Cuando ese sistema determina un conjunto de valores de las variables que no muestran tendencia a variar por la influencia de las propias relaciones incluidas en el sistema, decimos que el sistema está en equilibrio. La teoría neoclásica es ante todo una teoría del equilibrio. Es, asimismo, fundamentalmente estática. Y lo mismo puede decirse de la rama de la teoría que trata del comercio internacional. El modelo neoclásico de comercio internacional se ha desarrollado por dos vías distintas, aunque hasta cierto punto complementarias. Una vía centra el análisis de la especialización en los productos; la otra lo centra en los factores. La primera vía es una reformulación de la teoría ricardiana (ventaja comparativa), completada con otra de la de Mill (demanda recíproca), adecuándolas a las hipótesis del nuevo modelo; la otra, mas innovadora encuentra la condición para la existencia de ventaja comparativa en las diferencias de dotación factorial. Es la teoría Heckscher-Ohlin, que lleva el nombre de los dos economistas suecos que la formularon. Esta teoría constituye una alternativa de la versión neoclásica de la teoría ricardiana. El modelo Heckscher-Ohlin (H-O) resuelve la ambigüedad que subyace en la causa última del comercio internacional expuesta por Ricardo y ampliada por los neoclásicos. Si es la diferencia de productividad de los factores (trabajo y capital) la que explica la diferencia de costes y, en consecuencia, de precios relativos -sin tener en cuenta la demanda-. Las hipótesis generales comunes a ambos modelos pueden resumirse así: a) El intercambio se realiza entre dos espacios (llamados habitualmente países o resto del mundo), separados por una frontera que 1) permite, sin traba alguna, el libre paso de mercancías (no hay aranceles ni otras barreras); y 2) impide el paso de los factores de producción (trabajo y capital). b) Como en los clásicos, todo el análisis se realiza en términos reales: el intercambio es un puro trueque de mercancías. Se supone asimismo que la balanza comercial de los dos espacios-países está siempre equilibrada c) Hay competencia perfecta en los mercados de bienes y de factores. d) En los dos países se producen dos bienes (A y B). Las condiciones de la producción son tales que la relación marginal de transformación sustitución entre los dos bienes es creciente en ambos países. e) Los gustos del conjunto de la colectividad se pueden representar en un "mapa de indiferencia social". La relación marginal de sustitución entre los dos bienes es creciente y las curvas del mapa, que representan niveles crecientes de renta real, son convexas. Su forma depende de la elasticidad-precio de la demanda de ambos bienes. f) En cada país, los productores minimizan sus costes y los consumidores maximizan su utilidad. El equilibrio se encuentra donde se igualan las relaciones marginales de sustitución en la producción y en el consumo. En este nuevo marco analítico, la teoría de la ventaja comparativa mantiene su vigencia. Los efectos son los mismos: aumenta la producción y el consumo de los dos países. Las condiciones de la oferta quedan alteradas en dos sentidos, principalmente. Primero, la introducción de un segundo factor de producción, el capital o la tierra, junto al trabajo -único contemplado por Ricardo en su ejemplo teórico- y el abandono de la teoría del valor-trabajo, reemplazada por la teoría del valorutilidad. Segundo, la sustitución del supuesto de productividad constante por el de productividad marginal decreciente. Al ser las productividades (del trabajo y del capital) decrecientes, el coste relativo -coste de oportunidad-, ya no es constante cualquiera que sea la combinación de los dos bienes que se produzca, sino que es creciente. Por el lado de la oferta, el modelo neoclásico se dota de un aparato analítico frecuentemente expresado geométricamente- que incluye las siguientes herramientas: curvas de «transformación» o de «posibilidades de producción» cóncavas ahora respecto al origen, por los costes crecientes-, «funciones de producción» con coeficientes de producción fijos o, más frecuentemente, variables. La introducción de la demanda completa el nuevo modelo, que incluye así las dos caras del fenómeno económico. La demanda se expresa mediante un «mapa de indiferencia social», representativo de una función de utilidad social. El precio relativo ya no queda fijado exclusivamente por el coste relativo -coste de oportunidad- sino en conjunción con la demanda de los dos bienes. Así, puede haber muchos precios relativos diferentes; sin embargo, uno solo maximizará el valor de la producción y el consumo simultáneamente: es el denominado precio de equilibrio. Las causas de la diferencia de precios relativos se amplían al venir estos, ahora, fijados por las condiciones de la oferta y de la demanda. Por un lado, la diferencia de los costes relativos puede deberse a diferencias de productividad del trabajo pero también del capital (o de otro factor); es decir, las funciones de producción pueden ser diferentes. Por otro, gustos distintos en los dos países pueden determinar precios relativos distintos en los mismos. La segunda vía ofrece un planteamiento diferente. En la vía anterior las posibilidades de producción de cada país vienen dadas y es, como en Ricardo, la diferencia entre dichas posibilidades en unos y otros países -que se expresa en precios relativos diferentes- la que explica el comercio internacional. Más concretamente, si en el modelo ricardiano la causa última del comercio internacional radica en la diferente productividad del factor trabajo en los dos países y en la producción de uno y otro bien, en la reformulación neoclásica la causa se encuentra en la diferencia entre las funciones de producción o los gustos en uno y otro país. En el planteamiento alternativo se trata de determinar qué es lo que origina diferencias en las posibilidades de producción relativas de los países. Y para buscar la respuesta parten de una hipótesis opuesta a la conclusión dada por los autores de la primera vía: las funciones de producción son iguales en todos los países. El modelo Heckscher-Ohlin (H-O) resuelve la ambigüedad que subyace en la causa última del comercio internacional expuesta por Ricardo y ampliada por los neoclásicos. Si es la diferencia de productividad de los factores (trabajo y capital) la que explica la diferencia de costes y, en consecuencia, de precios relativos -sin tener en cuenta la demandaEn 1919, al analizar los efectos del comercio internacional sobre el precio de los factores de producción (tierra, trabajo y capital), Heckscher enuncia la propuesta básica de su modelo: lo que explica el comercio internacional es la diferente escasez relativa de los factores de producción en unos y otros países