El BANCO DE ALIMENTOS DE IGUALADA El Banco de Alimentos de Igualada es un lugar donde se ayuda a las personas dándoles alimentos de fácil conservación durante todo el año, incluso verano. El espacio físico del Banco va mejorando. El local es bastante amplio. Está ubicado en lo que era la cocina del antiguo hospital. Se ha adecuado una puerta grande con una rampa para entrar los alimentos con una caretilla elevadora. Se puso una nevera más grande para los yogures, queso, fruta, etc. Los alimentos están distribuidos a los lados del local y en medio queda un espacio para ir buscando los víveres que se han de repartir. Los beneficiarios reciben la misma cantidad de alimentos tanto si hay niños como si son mayores. Vienen familias de parte del Ayuntamiento de Igualada y de Càritas. Este Banco de alimentos es sólo para Igualada. En otras poblaciones de la comarca lo organiza, por ejemplo, Càritas. No hay ninguna tienda que suministre alimentos gratis. Vienen del Plan de Ayuda CE. Y del ayuntamiento también. Las familias se enteran sobre la existencia del Banco a través de Càritas, Ayuntamiento o hablándolo entre ellos. Los alimentos se reparten a los beneficiarios durante los tres últimos jueves de cada mes, pero el Banco recibe los alimentos una vez cada mes. La recogida por parte de los beneficiarios se hace en una mesa, allí se llenan las bolsas que traen ellos. Si hay un producto que está abierto no se entrega. Si hay algo estropeado se tira. Nadie se ha intoxicado nunca hasta ahora. Aunque los beneficiarios pidan más, no se les da más de lo que les corresponde. El Cola-Cao sólo se da si hay niños. Los pañales para bebés sólo se entregan una vez al mes. Los beneficiarios no pueden escoger los alimentos a no ser por motivos de enfermedad. De frutas solo se dan manzanas y también patatas, porque no se estropean rápidamente. Las manzanas se ponen en bolsas de cinco, si los beneficiarios son pocos les dan sólo una bolsa, si son más, varias. Los alimentos perecederos son los que más se reparten, por ejemplo: fideos, harina, azúcar, queso, atún, alubias, melocotón en almíbar, y arroz. A veces los alimentos que se entregan a las familias no son suficientes, por ejemplo se dan sólo cuatro litros de leche al mes. Aquí no se soluciona la compra, sino que sólo se ayuda. Cuando llegan los beneficiarios han de enseñar el DNI o el pasaporte, llevan una cartilla con su nombre y el número de personas que conviven. Según los que sean, reciben más o menos. Los beneficiarios han de firmar conforme se les ha hecho la entrega. Hay, más o menos, seis repartidores de alimentos a la hora punta. Todos son voluntarios y del Ayuntamiento viene una asistente social. Observamos a un beneficiario al que le cargan una gran bolsa con los alimentos. También vemos a una mujer con un bebé y dos niños saliendo del banco cargada con lo que le han dado. Los beneficiarios vienen de Europa, África, Sudamérica y también de nuestro país. Cada semana acuden de 80 a 90 familias al Banco, algunas de ellas son familias numerosas.