El INSS en Quiebra – ¿Súbito despertar? A mediados de Agosto en el Diario la Prensa abundaron noticias, comentarios y recomendaciones de economistas, lideres empresariales, sindicales y expertos en Seguridad Social, sobre la quiebra inminente del INSS. Esto sucedió después de las declaraciones hechas por Sr. Roberto López, Presidente Ejecutivo del INSS, a un canal de TV. Los comentarios sobre la reforma al sistema de pensiones definitivamente causaron tremendo revuelo por lo que significa para miles de pensionados y cotizantes, para las finanzas del gobierno y para la economía nacional. Me resulta interesante y sorprendente que tengamos una memoria corta y acomodaticia y que de repente nos sorprendamos de la “reciente noticia” sobre el INSS. Durante 1998, la administración del INSS hablo insistentemente sobre la quiebra actuarial del INSS, sobre el precario nivel de reservas para satisfacer los compromisos financieros de presentes y futuros Jubilados y Pensionados y de la incapacidad de pagar las pensiones en el futuro cercano provenientes de los ingresos de las cotizaciones de los actuales asegurados. En ese año comenzó un bombardeo, literalmente, casi continúo en todos los medios de comunicación sobre la deplorable situación financiera del INSS. Fue en este periodo que se incremento el por ciento de cotización del seguro de pensiones para darle sostenibilidad al sistema, oxigenándolo y dándole un alivio estrictamente temporal. Tal vez valdría la pena recordar que la mayoría, si no todos, de los sistemas de pensiones en el mundo se basaron en el concepto de Primas Escalonadas para financiar las pensiones a través del tiempo. Como su nombre lo indica, las primas o cotizaciones para financiar las Pensiones no permanecerían estáticas a través del tiempo; se tendrían que revisar periódicamente y ajustarse conforme las necesidades financieras para hacerle frente al pago de las pensiones actuales y venideras. Muchos sistemas de seguridad social no cumplieron con este cometido. Nicaragua no fue la excepción. Para hablar en terminología actual no era “políticamente correcto” subir el porcentaje de cotización para evitarse problemas serios con las organizaciones de empresarios y obreros y con el trabajador adscrito a la Seguridad Social. A nadie le gusta que le suban los impuestos y los gobiernos de turno, irresponsablemente, dejaron pasar su obligación de actuar y hacer lo correcto, pasándoles la bola a los siguientes gobiernos y/o autoridades. Posponer las reformas al Sistema de Pensiones es tomar el camino fácil y cegarse ante la dura realidad. El seguir retrasando las reformas, amargas pero necesarias, es un suicidio a mediano y largo plazo. Entre mas temprano le entremos será menos doloroso y estaremos actuando responsablemente como cotizantes, gremios, gobierno y nación y seremos solidarios con nosotros mismos, con nuestros hijos y nietos; futuros socios del sistema de pensiones; si es que sobrevive. La responsabilidad intergeneracional es un deber que debemos cumplir todos si queremos actuar dentro de los parámetros de una sociedad seria y comprometida. 1 A los economistas se les bromea que siempre están hablando del largo plazo y que en el largo plazo todos estaremos muertos; entonces para que preocuparse. En el asunto del sistema de pensiones siempre habrá vivos demandando las pensiones que a través de sus aportaciones tienen derecho a recibir y que se la han ganado con mucho sacrificio a través de su vida laboral; posponiendo el consumo inmediato para asegurarse, por medio de una Pensión, un ingreso futuro que les ayude a mantenerse cuando sean adultos mayores y no trabajen. Como sociedad seria, comprometida, consecuente y solidaria con las próximas generaciones, debemos asegurarnos la viabilidad financiera del sistema de pensiones a largísimo plazo. No es suficiente un horizonte de 10, 20, 30 años si no muchos mas. Las reformas a la edad de jubilación, numero de semanas cotizadas para obtener una pensión, aumentos al por ciento de cotización, numero de semanas consideradas para calcular el salario promedio salarial para determinar el monto de la pensión, tasas de reemplazo, periodos de carencia y demás; son medicinas amargas para curar la enfermedad y constituyen una terapia de “shock”; pero necesarias para curar al paciente. En mi humilde opinión, no se puede esperar más. Ya estamos bastante tarde. Ricardo Serrano Quant – Gerente General de Pensiones del INSS; 1999-2006. ricardoserranoq@yahoo.com 2