Lipoma intramuscular del músculo del toides

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Lipoma intramuscular del músculo del
toides. Presentación de cuatro casos.
Intramuscular lipoma in t h e deltoides
muscle, in f o u r patients.
D. NIETO LÓPEZ*. F.M. CANILLAS DEL REY*, M.A. HERNÁN PRADO**, P. DURAN GIMENEZ-RICO*
* HOSPITAL CRUZ ROJA. MADRID. ** HOSPITAL SANTA CRISTINA. MADRID
Resumen. Describimos cuatro casos de lipoma intramuscular
del músculo deltoides en cuatro pacientes, dos mujeres y dos
varones con una edad media de 62 años. Dos están situados
en el lado derecho y dos en el izquierdo. Las tumoraciones
tienen un tamaño que oscila entre 5 y 8 centímetros, produciendo un cuadro clínico de dolor y limitación funcional del
hombro. En tres de los cuatro pacientes se realiza tratamiento definitivo con extirpación quirúrgica de la tumoración. Con
un seguimiento mínimo de año y medio, no existe recidiva de
la lesión y los pacientes muestran una recuperación clínica y
funcional completa.
Correspondencia:
Daniel Nieto López.
C/ Augusto González Besada
28030. Madrid
e-mail: danidnl@yahoo.com
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Summary. We describe four intramuscular lipoma in the deltoides muscle, in four patients (two woman and two men), 62
years old. Two of the tumors were localizated in the right side
and two in the left side. The tumor size was between 5 and 8
centimeters, causing pain and funtional disability of the
shoulder. Three of the four patients were treated by surgical
extirpation of the tumors. 18 months after surgery, none of the
tumors have recurred and all patiens showed a total functional recovery.
Introducción. Los lipomas son los tumores más frecuentes del organismo, distinguiéndose dos variedades según su localización: los subcutáneos, que son los más
frecuentes, y los profundos o subfasciales
mucho más raros; a su vez podemos distinguir dos variedades de estos últimos, los intermusculares, situados entre dos músculos,
y los intramusculares, situados en el espesor
de un músculo de contracción voluntaria.
Desde el punto de vista diagnóstico, los lipomas profundos son interesantes ya que se
debe hacer el diagnóstico diferencial con tumores sarcomatosos, especialmente con los
liposarcomas y, desde el punto de vista terapéutico, son interesantes ya que pueden recidivar tras la cirugía. Están descritos con
más frecuencia en el tronco y muslo, siendo
rara la localización en el hombro. Presentamos cuatro casos de lipoma intramuscular
en el deltoides y hacemos una revisión bibliográfica sobre esta inusual variedad histológica.
Caso clínico 1. Paciente varón de 71 años
de edad, con antecedentes de cardiopatía isquémica y bronconeumopatía obstructiva,
remitido por presentar una tumoración dolorosa en el hombro derecho de 3 años de
evolución. Refiere dolor de tipo mecánico y
cierta limitación funcional. No relata antecedentes de esfuerzos ni traumatismos previos. No refiere antecedentes personales o
familiares de otras tumoraciones. A la ex-
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ploración física (Fig. 1), se aprecia una masa
en cara anterior del hombro derecho de 10
x 5 centímetros, de consistencia blanda y
adherida a planos profundos. El paciente
presenta una limitación en los últimos grados de la abducción activa y pasiva. En el estudio con tomografía axial computarizada
(TAC) se aprecia una tumoración de 7 por
6 centímetros, bien delimitada, de aspecto
homogéneo, situada en el espesor del músculo deltoides. Debido a la patología asociada, el paciente decide rechazar la cirugía,
continuando con revisiones periódicas, no
encontrándose aumento de tamaño ni de su
sintomatología.
Caso Clínico 2. Mujer de 49 años que refiere tumoración de crecimiento lento en
cara anterior del hombro izquierdo de dos
años de evolución. Inicialmente, fue tratada
por un cuadro de tendinitis crónica del
manguito de los rotadores, sin respuesta al
tratamiento con antiinflamatorios y rehabilitación. La paciente relata cierta sensación
de masa en cara anterolateral del hombro izquierdo. A la exploración física se aprecia
una tumoración poco definida, que se modifica con las maniobras de contracción
muscular. En la resonancia magnética se
aprecia una tumoración en el espesor del
músculo deltoides de 5 x 5 centímetros, de
aspecto homogéneo y de intensidad de señal
grasa. (Fig. 2) Se procede a la resección quirúrgica de la totalidad del tumor. El estudio
anatomo-patológico confirma el diagnóstico de lipoma intramuscular de deltoides.
Caso clínico 3. Mujer de 64 años, sin
antecedentes personales ni familiares de
interés, que presenta una tumoración en el
hombro derecho de tres años de evolución, que ha ido en aumento en los últimos seis meses, con clínica dolorosa y limitación funcional. En la exploración se
aprecia una masa en cara posterior del
hombro de consistencia dura, de 4 x 6
centímetros parcialmente adherida a planos profundos. La paciente tiene limitación de 15° en la rotación externa. En el
TAC realizado (Fig. 3) se aprecia una tu-
Figura 1. Imagen clínica de la tumoración del caso n°1.
moración homogénea de 8 x 6.5 centímetros en el espesor del músculo deltoides,
bien delimitada, de densidad grasa. La paciente es intervenida quirúrgicamente, resecándose la totalidad del tumor. El estudio anatomopatológico confirma el diagnóstico de lipoma intramuscular, con bordes libres de lesión en la pieza resecada.
Caso clínico 4. Varón de 64 años, con
antecedentes de ingesta crónica de alcohol,
remitido por presentar una tumoración en
cara anterior del hombro izquierdo, (Fig. 4)
con clínica de dolor moderado y limitación
parcial para la abducción y rotación interna.
En la resonancia magnética se aprecia una
lesión de 6 x 6 centímetros, de señal de intensidad grasa, con una cápsula que lo delimita perfectamente del espesor del músculo deltoides. El paciente es intervenido quirúrgicamente, resecándose la totalidad del
tumor. El estudio anatomopatológico confirma la existencia de un lipoma intramuscular de deltoides.
Discusión. El lipoma es un tumor benigno, constituido por adipocitos maduros,
generalmente bien delimitada por una delgada cápsula; es el tumor de partes blandas
más frecuente, representando entre 24 al
48% de todos los tipos histológicos, apareciendo fundamentalmente a partir de la
segunda mitad de la vida. La incidencia según el sexo es variable en las diferentes series (1,2).
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Figura 2. Resonancia magnética en secuencia T1, corte sagital del caso clínico n° 2. Se
aprecia tumoración con señal de imagen grasa, en el espesor del deltoides en contacto
con el húmero.
Figura 3. Preparación histológica del caso n° 2 visualizándose adipocitos maduros sin
signos de atipia o mitosis, con núcleos rechazados a la periferia. No hay lipoblastos. Se
objetivan fibras musculares estriadas en los márgenes del tumor. (H/E, x40)
Los lipomas se pueden dividir en dos
grandes grupos, los subcutáneos o superficiales y los profundos o subfasciales (3). Los
subcutáneos son los tumores más frecuentes
de partes blandas y tienen una incidencia
mayor en mujeres a partir de la segunda década de la vida. (2) La literatura médica ha
mostrado poca atención a los tumores grasos ya que tienen poca repercusión clínica y
poco atractivo desde el punto de vista histológico. Sin embargo, los lipomas profundos
o subfasciales tienen una implicación diagnóstica y terapéutica distinta ya que pueden
plantear problemas de diagnóstico diferencial con los liposarcomas.
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Podemos distinguir dos variedades de
lipomas profundos: los intermusculares y
los intramusculares. Los intermusculares,
menos frecuentes, están situados entre dos
músculos de contracción voluntaria, están
muy bien delimitados y presentan un porcentaje de recidiva muy bajo. Los intramusculares, más frecuentes, están situados
en el espesor del músculo; Fletcher (3) distingue dos variedades de lipoma intramuscular, los que invaden las fibras musculares
o lipomas intramusculares infiltrantes y los
que están perfectamente delimitados de las
fibras musculares, que denomina como lipomas intramusculares circunscritos. Ninguno de los dos están descritos antes de la
cuarta década de la vida y la edad media en
el momento del diagnóstico es de 54 años
con una incidencia mayor en el varón. El
diámetro medio en el momento del diagnóstico es de 9 centímetros, frente a los 3.9
centímetros del subcutáneo,
probablemente debido a que al estar más profundos
su repercusión clínica es menor. Los lipomas subfsciales suponen entre un 2 . 1 % (3)
a un 3.7% (1) de todos los lipomas, siendo
el tumor profundo más frecuente del organismo (4).
Los lipomas profundos están descritos
en casi en cualquier parte del organismo. La
localización más frecuente varía según la serie analizada, Kindblom (4) describe la parte proximal del muslo como la más frecuente (67%), mientras que en la serie de Fletcher (3) la localización más frecuente es el
tronco (87%), seguidos de la cabeza y cuello, siendo el hombro una localización rara.
Inicialmente estás lesiones suelen ser
asintomáticas. Cuando adquieren el tamaño
suficiente, debutan como una tumoración
de crecimiento lento, que en ocasiones provoca dolor por el propio efecto masa o bien
por compresión de estructuras neurovasculares próximas. En los cuatro casos presentados, la clínica venía dada por el efecto
masa debido al considerable tamaño de los
tumores.
En la literatura revisada sólo encontramos un artículo con series exclusivas de lipomas intramusculares de deltoides. Warner (5) describe dos lipomas en varones de
41 y 36 años con un diámetro de 8 y 3.5
centímetros. Clínicamente presentan dolor
de hombro producido por compresión local
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del lipoma en el espesor del deltoides. Ninguno de los dos casos recidivó tras la cirugía. Le Huec (6) describe cuatro casos de lipoma en el hombro, dos intramuculares,
uno intermuscular y un cuarto caso no especificado. En la serie de Carpintero (7), de
los 10 lipomas profundos de todo tipo que
se describen, sólo 1 aperece en deltoides en
una mujer de 61 años, pero es de tipo intermuscular.
Aunque el diagnóstico definitivo sólo
puede establecerse histológicamente, datos
complementarios como la localización,
edad y estudios de imagen permiten una
aproximación diagnóstica, en la mayoría de
los casos con bastante exactitud. Rydholm
(1) establece una relación entre el tamaño
de los lipomas y la posibilidad de ser un sarcoma; así, si el tumor es inferior a 5 centímetros de diámetro la relación lipoma-sarcoma es de 150 a 1, disminuyendo de 20 a
1 cuando la lesión tiene un diámetro entre
5 y 10 centímetros y de 6 a 1 cuando es mayor de 10 centímetros. Cuando el tumor se
localiza en el muslo la relación es de 6 a 1, y
cuando es subfascial es de 4 a 1. El autor
concluye que en tumores profundos, de más
de 5 centímetros de diámetro o localizados
en el muslo nos deben hacer sospechar la
existencia de un sarcoma de partes blandas.
El estudio radiográfico, ecográfico o la
TAC aportan poco en el diagnóstico diferencial de los lipomas, por el contrario, la
resonancia magnética (RM) puede ofrecer
datos útiles en el diagnóstico. Einarsdottir
(8) determina el porcentaje de contenido
graso en el volumen del tumor, así, ninguno
de los 18 liposarcomas contenían grasa
identificable en la RM; en 32 de 38 lipomas, el contenido de grasa era del 95% al
100 % del volumen del tumor y sólo dos lipomas no contenían grasa identificable en
la RM. El autor concluye que una lesión
que contenga más de un 75% de su volumen de tejido adiposo corresponderá con
mucha probabilidad a un lipoma y cuando
el contenido es inferior al 75% de tejido
adiposo, el diagnóstico sólo se puede establecer mediante el estudio histológico;
cuando la imágenes de RM no muestran
Figura 4. Imagen de TAC del caso clínico n° 3.
Figura 5. Imagen clínica del caso n° 4.
grasa la lesión puede corresponder a un lipoma, un liposarcoma o cualquier otro tipo
de tumor de partes blandas. (8,9) Los lipomas presentan además un aspecto homogéneo tanto en T1 como en T2, y con las imágenes T2 con supresión de grasa se consigue
una supresión total del tumor. Por el contrario, aunque los liposarcomas suelen presentar un aspecto menos homogéneo en T1
y T2, no se consigue suprimirlos con las
imágenes T2 con supresión de grasa. (10)
También es útil valorar el aspecto de los
tabiques en la RM, mientras que en los liposarcomas los tabiques muestran un claro
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aumento de señal con la administración de
Gadolinia-DTPA en las imágenes T1 con
supresión de grasa, en los lipomas el aumento de señal es muy pequeño. (11)
El tratamiento de estos tumores consiste
en la extirpación quirúrgica, generalmente
facilitada al tener un plano de clivaje por la
cápsula que los delimita. En nuestra serie,
en la revisión al año y medio, ningún lipoma ha recidivado. En la bibliografía revisada, el porcentaje de recurrencia oscila entre
un 0-62.5 % según las series. En la revisión
de Fletcher, encuentra 5 recidivas entre los
26 lipomas intramusculares tipo infiltrante
revisados, lo que refleja una insuficiente extirpación quirúrgica, y ningún caso recidivó
de la variedad intramuscular circunscrita ni
en los intermusculares. (3,4).
El interés de estas lesiones radica en el
diagnóstico diferencial, hay que distinguirlos de los sarcomas de partes blandas, especialmente de los liposarcomas. Los lipomas
están formados por adipocitos maduros,
univacuolados, con núcleo pequeño y situado periféricamente. Están bien delimitados
del tejido circundante, habitualmente por
una delgada cápsula y están lobulados con
finos tabiques fibrosos entre ellos. No presentan signos de atípia como pleomorfismo,
mitosis, adipoblastos o células multinucleadas, que si muestra el liposarcoma bien direferenciado también llamado lipoma-like.
Histológicamente, también hay que hacer el
diagnóstico diferencial con el hemangioma
intramuscular o mal llamado angiolipoma
intramuscular (4).
En conclusión, la valoración conjunta
del tamaño del tumor, localización, duración de los síntomas, edad del paciente y la
imagen aportada por la RM puede hacernos pensar que estamos ante una lesión potencialmente maligna, que requiera un
abordaje terapéutico distinto al de la lesión
benigna.
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