Colegios territorialmente competentes para la designación de

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JULIÁN
CABALLERO
AGUADO
L
Colegios territorialmente
competentes para la
designación de profesionales
de turno de oficio
D
Nº 85/Abril 2010
Jurisprudencia
Procurador
a eliminación del principio de territorialidad
en la Procura por la ley 25/2009 de 22 de
diciembre, de modificación de diversas leyes
para su adaptación a la ley sobre el libre
acceso a las actividades de servicios, pese
a los escasos meses de vigencia ha tenido
ya reflejo en la jurisprudencia por medio de
un auto de la Sala de lo Civil del Tribunal
Superior de Justicia de Valencia, de fecha
11 de febrero de 2010, bajo ponencia del
magistrado José Flors Matíes, para solucionar
un caso concreto de la realidad cotidiana de
nuestra profesión.
ESIGNADA procuradora por el
turno de oficio por el Colegio de Pro­
curadores de Elche para la interposición
de una querella contra un juez de 1ª
Instancia de Elche por hechos cometi­
dos en sus funciones, fue presentada y
repartida a un juzgado de instrucción
de dicha ciudad que, tras la oportuna
ratificación, acordó oír al Ministerio Fis­
cal sobre la sede del órgano jurisdiccio­
nal competente para el conocimiento
de tal proceso, dictando posteriormen­
te un auto por el que acordó inhibirse
del conocimiento del asunto a favor de
la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal
62
Procuradores
Superior de Justicia de la Comunidad
de Valencia, con sede en Valencia.
Tras ello, la procuradora designada
de oficio para representar al querellante
presentó un escrito ante el juzgado en
el que, ante la imposibilidad de repre­
sentar a aquél en Valencia, solicitaba
que se le relevara de la representación
que había asumido y se acordara la
designación de otro procurador de ofi­
cio para actuar ante los tribunales de
Valencia. Escrito que fue unido a las
actuaciones que serían seguidamente
remitidas a la secretaría del Tribunal
Superior de Justicia de Valencia.
Este tribunal, por el auto que ahora
se comenta, por un defecto esencial en
la capacidad de postulación del que­
rellante, inadmitió la querella y archivó
las actuaciones. Se expresa por el tri­
bunal en su fundamento jurídico único
que “cuando la parte que se propone
querellarse no actúa con procurador y
abogado de su libre designación y a
su costa, sino que pretende hacerlo
como beneficiaria de la asistencia jurí­
dica gratuita, valiéndose de un procu­
rador y de un abogado designados por
el turno de oficio, el mecanismo establecido a tal efecto por la Ley para obte­
vertirse, además, de que al supuesto
que se examina no le es de aplicación
lo establecido en la Ley 25/2009, de
22 de diciembre, sobre libre acceso a
las actividades de servicios y su ejer­
cicio, que faculta a cualquier colegiado para ejercer en todo el territorio es­
pañol si está incorporado a alguno de
los colegios territoriales en que se organice su profesión (art. 5.5, que mo­
difica el art. 3 de la Ley 2/74 sobre
­Colegios Profesionales), por las dos razones siguientes: primera, porque di­
cha Ley no estaba en vigor en la fecha
en que fueron designados aquellos
profesionales; y segunda, sobre todo,
porque la previsión contenida en di­
cha norma se refiere a la posibilidad
de ejercicio de la actividad profesional
en todo el territorio nacional por parte
de aquellos profesionales que hayan
sido designados por sus clientes y ha­
yan aceptado libre y voluntariamente
prestar sus servicios en un lugar di­
ferente al de su colegiación, pero de
ningún modo puede alcanzar a quienes hayan sido designados de oficio
para prestar sus servicios en un terri­
torio determinado, ya que a esos pro­
fesionales no se les puede obligar a
que los desempeñen obligatoriamente en un lugar diferente de aquel en el
que tienen fijada su residencia y abier­
tos sus despachos profesionales. Al
abogado y al procurador designados
por el turno de oficio para actuar ante
los órganos jurisdiccionales de Elche,
no puede obligárseles a que se despla­
cen y ejerzan su actividad en Valencia
o, llegado el caso, en Madrid”. q
Procuradores
Nº 85/Abril 2010
ner dicha designación consiste en que
el peticionario debe dirigir la correspondiente solicitud al colegio de abo­
gados del lugar en que se halle el juz­
gado o tribunal que haya de conocer
del proceso para el que dicho beneficio
se solicita, o bien ante el juzgado de
su domicilio, pero en este último caso
el órgano judicial debe dar traslado
de la petición al colegio de abogados
territorialmente competente, esto es,
al de la sede del órgano jurisdiccional
competente para el conocimiento del
proceso (art. 12 Ley 1/1996, de 10 de
enero, de Asistencia Jurídica Gratuita), siendo, en definitiva, la Comisión
de Asistencia Jurídica Gratuita de la
capital de provincia respectiva la que
debe efectuar en su correspondiente
ámbito territorial el reconocimiento del
derecho regulado en la expresada Ley
(art. 9 de la Ley citada)”.
En el asunto en cuestión, al tratar­
se de la interposición de una querella
para exigir responsabilidad criminal a
un juez por hechos cometidos en el
ejercicio de sus funciones en la Co­
munidad Valenciana, el único órgano
competente para conocer de la misma
es esta Sala de lo Civil y Penal del Tri­
bunal Superior de Justicia, con sede
en Valencia, de modo que el colegio
profesional competente para efectuar
la designación de abogado y de procu­
rador que debiera asumir la defensa y
la representación del solicitante del be­
neficio para la interposición de aquella
querella, son únicamente los de Valencia, a los que debió dirigirse o remi­
tirse, en su caso, la oportuna solicitud
para que llevaran a cabo la ­designación
en el ejercicio del cometido que la Ley
les confiere. “Las designaciones de pro­
curador y de abogado realizadas en su
día por los respectivos colegios pro­
fesionales de Elche, a favor de la pro­
curadora, y de la abogada, fueron ma­
nifiestamente improcedentes, hasta tal
punto que, tras concretarse el órgano
competente para el conocimiento de
la querella, esos mismos profesionales
se han visto en la situación de tener
que solicitar del juzgado que se les
­releve del cometido que les fue conferido por aquellas corporaciones y que
se proceda a la designación de otros
que asuman sus funciones por parte
de los colegios ­territorialmente com­
petentes; y esto es algo que no resulta
posible, no tanto por no ser de la in­
cumbencia de esta Sala, sino funda­
mentalmente por no permitirlo el es­
tado de las actuaciones, pues no cabe
la designación de unos profesionales a
posteriori para sostener de oficio una
querella que no se ha redactado por
los mismos.
Para concluir, la resolución comen­
tada analiza el caso planteado a la
vista de la reciente eliminación del
­principio de territorialidad en la Procura por la ley 25/2009 de 22 de di­
ciembre, manifestando que “ha de ad­
Jurisprudencia
“
A los profesionales no
se les puede obligar
a que desempeñen
sus funciones
obligatoriamente en
un lugar diferente
de aquel en el que
tienen fijada su
residencia y abiertos
sus despachos
profesionales
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Compatibilidad del Arancel en
las costas del procurador con
el derecho de la competencia y
la libre prestación de servicios
Nº 85/Abril 2010
Jurisprudencia
S
entencia del
Juzgado Mercantil
nº 3 de Barcelona
en la que su
magistrado titular,
Juan Manuel de
Castro Aragonés,
analiza desde
el prisma de
las costas
una alegada
incompatibilidad
de nuestro Arancel
con el derecho
de la competencia
y la libre
prestación
de servicios.
64
Procuradores
P
RACTICADA la tasación de
las costas derivadas de un procedi­
miento ordinario, por la parte conde­
nada a su pago se impugnaron los
derechos del procurador al conside­
rarlos indebidos, entre otros ­aspectos,
por entender que existía incompa­
tibilidad del Arancel de los procura­
dores (Real Decreto 1373/2003) con
los artículos 10, 49, y 81 del Tratado
de la Comunidad Europea, en cuanto
que la aplicación automática de aran­
celes obligatorios atenta contra el
derecho de la competencia y la libre
prestación de servicios, por lo que
solicitaba del juzgador que plantease
una cuestión prejudicial ante el Tri­
bunal de Justicia de las Comunidades Europeas como paso previo a entrar a resolver la cuestión de fondo,
según prevé el artículo 234 del Tra­
tado de la Comunidad Europea.
Los artículos invocados por la im­
pugnante se refieren, por una parte,
a la libre prestación de servicios en
el marco comunitario (art. 49 TCE),
a la necesaria adopción por los Esta­
dos miembros de medidas para ga­
rantizar el cumplimiento del Tratado
(art. 1O TCE) y a los acuerdos entre
empresas que garanticen el juego del
mercado, es decir, que no falseen,
restrinjan o impidan dicho juego, en
el marco de la libre competencia a
través de prácticas colusorias o abu­
so de posición dominante, también
reconocida en la Constitución Espa­
ñola (arts. 81 y 82 TCE). Si bien en
el concepto del Derecho comunita­
rio, “empresa” es toda persona física
o jurídica que realice una actividad
económica dentro del territorio co­
munitario y que llegue a acuerdos
colusorios con otra “empresa”, no es
posible, a juicio del juzgador, iden­
tificar un acuerdo entre la impugnante y el procurador impugnado,
sino que éste está solicitando el pago de unas costas impuestas como
consecuencia de la finalización de
un proceso judicial, no como conse­
cuencia de un acuerdo entre ambos
que la impugnante rechace. Para que
haya práctica colusoria o situación
que impida la libre competencia debe
producirse un acuerdo entre empre­
sas o, al menos, una recomendación
a realizar tal práctica. Y, a mayor
abundamiento, las costas que soli­
cita el procurador son costas de sus
propios clientes, los cuales, en nin­
gún caso, han llegado a un acuerdo
con la impugnante en referencia a
esta cuestión.
En cuanto a la libre prestación
de servicios, es una norma genérica
que debe ser implantada y prote­
gida, en su caso, por las leyes que
puedan dictarse al amparo del poder
legislativo y ejecutivo que tienen el
Parlamento y el Gobierno, pero no
a través de una resolución judicial
ni del planteamiento de una cues­
tión prejudicial que en nada, a juicio
esta cuestión responda al interés
general y exista una protección
de los consumidores suficiente
para evitar la vulneración del ar­
tículo 49 TCE.
Los precedentes planteamientos
conducen al juzgador a la decisión
de no plantear la cuestión prejudicial
interesada al fundarse las cuestiones
que la impugnante pretende que se
planteen en una dicotomía o relación
libre entre empresarios o empresas
que él no reconoce que se den en el
caso analizado. q
AVISO A NUESTROS LECTORES
En la Web del Consejo General
de Procuradores,
www.cgpe.es, pueden consultar
los textos íntegros de las sentencias
que se citan en este artículo. Si
tienen conocimiento de alguna
sentencia o resolución judicial
que pueda ser de interés para la
profesión, les rogamos que nos la
hagan llegar por fax
al nº 91 637 21 16 o a la dirección de
correo electrónico crada@crada.es
Muchas gracias
por su colaboración.
Procuradores
Jurisprudencia
de quien resuelve, aclarará las dudas
surgidas para dirimir las cuestiones de
fondo planteadas.
Aun cuando la decisión se cen­
traba en determinar si se planteaba
o no la cuestión prejudicial, señala
la resolución comentada que “los ar­
tículos 10 y 81 del Tratado CE no se
oponen a que un Estado miembro
adopte una medida legislativa o re­
glamentaria que aprueba, basándo­
se en un proyecto elaborado por un
consejo de colegios de abogados, un
baremo que fija los límites mínimos y
máximos para los honorarios de los
miembros de la profesión” (sentencia
C-35/1999 del TJCE de 19 de febrero
de 2002, caso Arduino). Asimismo,
“la prohibición de apartarse contrac­
tualmente de los honorarios mínimos
fijados por el baremo (…) puede di­
ficultar el acceso de los abogados
establecidos en un Estado miembro
distinto (…) en consecuencia, esta
prohibición constituye una restric­
ción a efectos del artículo 49 CE (…)
Sin embargo, tal prohibición puede
estar justificada si responde a razones imperiosas de interés general,
“
A mayor
abundamiento,
las costas que solicita
el procurador son
costas de sus propios
clientes, los cuales,
en ningún caso,
han llegado a
un acuerdo con
la impugnante
Nº 85/Abril 2010
“
No es posible
identificar un acuerdo
entre la impugnante
y el procurador
impugnado, sino que
éste está solicitando
el pago de unas costas
impuestas como
consecuencia de
la finalización
de un proceso judicial
siempre que sea adecuada para ga­
rantizar la realización del objetivo que
persigue, la protección de los con­
sumidores (…) Corresponde al órgano jurisdiccional remitente comprobar
si tal normativa responde verdadera­
mente a los objetivos de protección
de los consumidores y de buena administración de justicia que ­pueden
justificarla y si las restricciones no resultan desproporcionadas respecto a
estos objetivos” (sentencia 0-94/2004
del TJCE de 5 de diciembre de 2006,
caso Cipolla).
Tras todo lo anterior, el juzgador
llega a las siguientes conclusiones:
1. Teniendo en cuenta la naturaleza
y finalidad genérica de la cuestión
prejudicial, las cuestiones de fon­
do planteadas en el procedimien­
to se refieren a la aplicación del
arancel en un procedimiento de
tasación de costas que nada tie­
ne que ver con un acuerdo entre
procurador y cliente, por lo que el
supuesto de autos no influye en
la consideración general de si los
aranceles de procuradores supo­
nen una práctica colusoria o un
atentado al principio de libre circu­
lación de bienes y servicios.
2. Que la normativa contenida en
el Real Decreto 1373/2003, que
aprueba los aranceles de los pro­
curadores de los tribunales en España, está elaborada por el Con­
sejo General de Procuradores y
aprobada por el Ministerio de Justicia, por lo que la falta de partici­
pación del Estado en su elabora­
ción supone que pueda señalarse
que no existe acuerdo entre em­
presas o asociaciones de empre­
sas o profesionales o recomen­
daciones colectivas que puedan
infringir la competencia en el mercado común, al amparo de los ar­
tículos 81 y 82 TCE.
3. Que si bien el Arancel que se
aprueba fija un límite máximo y
mínimo y las partes no pueden
apartarse de él contractualmente, la posibilidad de aumentar o
disminuir el mismo por voluntad
bilateral y el hecho de que ese
pacto no se vea limitado, hace que
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