Periódico Institucional de la Alcaldía de Medellín El 71% del territorio de Medellín es rural y está lleno de riquezas humanas y naturales Ciudad y campo a la vez “Si no fuera por la vegetación de los corregimientos, no tendríamos la eterna primavera, pues el clima de Medellín sería seco y húmedo”, cuenta Álvaro Bocanumenth, Gerente de Corregimientos. “En San Sebastián de Palmitas, San Cristóbal, Altavista, San Antonio de Prado y Santa Elena está el soporte ambiental de la ciudad, pues allí nacen las aguas y está la fauna y la flora silvestre que cumplen el papel de regulador climático”. Y estos corregimientos, que suman el 71% del territorio de Medellín, cuentan con la Política Pública de Desarrollo Rural, iniciativa posible gracias al Acuerdo 16 de 2007 y presentada el pasado mes de junio, y que contempla aspectos del desarrollo del campo en las dimensiones ambiental, territorial, política, social y económica, además de que fortalece espacios como el Sistema Municipal de Desarrollo Rural, el Comité Intersectorial Rural y fortalece la Gerencia Corregimental. “Nuestra tarea principal es lograr la articulación de las dependencias que van a realizar acciones en los corregimientos, pues en este cuatrienio se invertirán cerca de $500 mil millones en estos territorios y es necesario organizarnos para que el desarrollo llegue de manera eficiente y coherente”, agrega Bocanumenth, quien explica que los más importante es que la Política Pública se ocupa especialmente de la ruralidad, permitiendo que los campesinos, sin salir de su vereda, tengan “derecho a la ciudad”, con la satisfacción de sus mínimos vitales y con la prestación de los servicios que garanticen su desarrollo humano. Actualmente, hay asentamientos urbanos grandes en Altavista (Nuevo Amanecer), San Antonio de Prado (Limonar y Barichara) y San Cristóbal (Pajarito), sin embargo la fortaleza de los corregimientos radica en el positivo impacto ambiental que generan sobre las comunas; en las más de 5.000 hectáreas con producción agropecuaria, que nos aportan en seguridad alimentaria; y en que nos nos sirven de lazo con los valles del Cauca (por Palmitas) y del Magdalena (por medio de Santa Elena, que tiene contacto con el Alto de San Nicolás) y para recordar que Medellín es ciudad y campo a la vez. Norte