(Revisión del Tema) SÍNDROME HIPERPRESIÓN URETRA PROSTÁTICA Dr Julio César Potenziani Bigelli Academia Nacional de Medicina de Venezuela SÍNDROME HIPERPRESIÓN URETRA PROSTÁTICA ‘Rebus in adversis animum submittere noli. Spem retine: spes una hominem nec morte reliquit’ ‘En las adversidades no desmaye tu ánimo. Conserva la esperanza, única compañera del hombre hasta la muerte’ Catonis, Liber II, 25 RESUMEN Hace varios años atrás en el libro publicado ‘Temas Actuales en Urología. Potenziani Bigelli Julio Cesar. Editorial Ateproca 2006. https://www.researchgate.net/publication/237841802_Libro_%27Temas_Actuales_en_Urologa%27. _2006?ev=prf_pub)’ hicimos mención de éste cuadro clínico, el cual se denominaba ‘síndrome hiperpresión uretra prostática’ descrito en el hombre jóven, entre 15 y 50 años, con una serie de características que describimos al igual que ahora, pero con adiciones y actualizaciones que sin duda le darán más resalte y claridad al tema. Se compone de dos componentes esenciales y de factores o circunstancias vitales que rodean a éstos pacientes, que los hacen propensos a padecer dicha entidad. El primer componente es una disfunción del cuello vesical o lisoesfinter que se mantiene cerrado o se entreabre de manera intermitente en la fase del expulsivo vesical, creando una serie de transtornos obstructivos que se reflejarán en la sintomatología. Es decir no es sincrónico con el mñusculo detrusor. El segundo componente es una disfunción del piso pélvico muscular, al no relajarse simultaneamente durante la fase del expulsivo vesical, ocasionando tambien una serie de síntomas urinarios que serán descritos en el presente ensayo. Por separado, es decir, tomando en cuenta sólo el componente del cuello vesical, a sido muchas veces descrita por numerosos investigadores, pero estamos añadiendo el componente del piso pelviano muscular hipertónico al momento del vaciamiento vesical, por razones inherentes al stress y angustia que se ha hecho muy frecuente en la vida actual, tanto en jóvenes como en adultos jóvenes. Por lo cual se trata de una ratificación del síndrome que en el trabajo original se describían cuarenta pacientes, pero que desde entonces han crecido a noventa pacientes. Es importante tenerlo en cuenta para no confundirlo con síndromes como prostatitis, espasticidad del piso pelviano muscular aislado, o trastornos del psicosomatismo del paciente en cuestión. La bibliografía sobre la disfuncionalidad del cuello vesical, ha crecido exponencialmente, lo que traduce que se ha aceptado, se han comprendido mejor sus aspectos etiopatogénicos, diagnósticos y terapeuticos. El tratamiento es multimodal y hoy en día con muchísimas más opciones que cuando se describió por primera vez. ABSTRACT Several years ago the book published in 'Current Issues in Urology. Potenziani Bigelli Julio Cesar. Editorial Ateproca 2006. https://www.researchgate.net/publication/237841802_Libro_%27Temas_Actuales_en_Ur ologa%27._2006?ev=prf_pub)’ made mention of this clinical picture, which 'hyper prostatic urethra syndrome' described in young men between 15 and 50 years, with a number of features we describe as now, but with additions to date, is called it will definitely they highlight and give more clarity to the issue. It consists of two essential components and factors or circumstances surrounding them that make patients prone to such entity. The first component is a dysfunction of bladder neck or lisoesfinter that remains closed or open intermittently in the expulsive phase of the bladder, creating a series of obstructive disorders that are reflected in the symptoms. The second component is a dysfunction of the pelvic floor muscle to relax simultaneously at the stage of bladder expulsion, also causing a number of symptoms which are described in the course of this trial. Separately, with only the component of the bladder neck, often have been described, for many investigators, but we are adding the component of the muscular pelvic floor hypertonic when bladder emptying, by inherent stress and anxiety reasons has become very common in the current life. Therefore it is a ratification of the syndrome in the original paper describing 40 patients, but has since grown to 90 patients. It is important to consider not to be confused with syndromes such as prostatitis, pelvic floor muscle spasticity isolated psicosomatism disorders or the patient in question. The literature on dysfunctional bladder neck has grown exponentially, which results has been accepted, you have better understanding of their pathogenetic, diagnostic and therapeutic. Treatment is multimodal and today with many more options than when first described. Palabras Claves Disfunción cuello vesical, obstrucción del cuello vesical, hiperpresión uretra prostática, trastornos piso pelviano muscular, disfuncionalidad lisoesfinter, trastornos de la personalidad. Key Words Bladder neck dysfunction, bladder neck obstruction, hyperpressure prostatic urethra, pelvic floor muscle disorders, lisoesfinter dysfunctionality, personality disturbances. Introducción Se ha querido resaltar una condición que hemos denominado síndrome hiperpresión uretra prostática en el varón joven (de 15 a 50 años) el cual está formado por dos componentes que son: la disfunción del cuello vesical (discinergia del esfinter interno-lisoesfinter) es decir presenta una falla en la coordinación que debería existir entre la contracción del detrusor al momento del vaciamiento urinario y la relajación o apertura o aplanamiento del cuello vesical, para garantizar la salida de orina de la vejiga. Al no producirse esto, o producirse de manera anormal, intermitente o inclusive quedandose cerrado, el paciente tendrá una obstrucción funcional a la salida de orina de la vejiga, acompañado de otros síntomas de vaciamiento urinario. El segundo componente del síndrome es la disfunción del piso pelviano muscular (hipertonía), es decir la contractura de grupos musculares que conforman el complejo piso pelviano muscular mostrando una ausencia o una incompleta relajación de dicha musculatura al momento del expulsivo urinario, con lo cual se dificultaría la salida de orina de manera expedita de la uretra prostática hacia el exterior. En ambos componentes no hay sincronismo entre el detrusor en expulsivo y el cuello vesical abriendose. Sabemos que el ápice de la próstata está inmerso en dicho piso pelviano muscular y cuando éste está contracturado, es una especie de tenaza que aprieta la próstata en su ápice y no deja que drenen sus líquidos prostáticos a la uretra y no deja que la orina fluya con naturalidad. Esto origina entonces la condición que estamos mostrando en éste síndrome que nos hemos aventurado en llamarlo síndrome hiperpresión uretra prostática, el cual tiene un ‘atrapamiento de orina’ al momento del vaciamiento urinario, ya que por detrás, el cuello vesical o lisoesfinter que debería estar aplanado para permitir la salida de orina espedita de la vejiga urinaria, está elevado y o no abre, o abre de manera intermitente, lo que conlleva a presiones elevadas de vaciamiento en el detrusor y por delante tenemos un componente muscular donde está inmerso también el esfinter externo del hombre o rabdoesfinter, que está contraído. Es como una especie de compartimiento donde sus dos únicas puertas están defectuosas y la que permite la entrada de orina se abre de manera intermitente, y la que cierra el compartimiento está cerrada, lo que llena el compartimiento de orina que se vá por presiones elevadas hacia los ductos eyaculadores, hacia los ductos de salida de los canaliculos glandulares de la próstata ocasionando sintomatología inflamatoria prostática y secundarismos a nivel de anexos testiculares. Aparte del hecho que la condición contracturante en la musculatura del piso pelviano muscular, ocasiona molestias dolorosas en diversos grados, de manera crónica, mimetizando un dolor crónico pelviano masculino, que muchas veces se agrega posteriormente al caso clínico. Como condición prioritaria deberemos tener un paciente sin patología neurológica alguna que ocasione transtornos urinarios y con ciertas características conductuales de su personalidad que las arrastra desde su infancia. Estos pacientes han sido llevados a consulta médica urológica por infecciones urinarias a repetición en la infancia, enuresis hasta la adolescencia incluso tardía, incontinencia urinaria o niños retencionistas urinarios, frecuente en la actualidad con los video-juegos y con el computer. Las características conductuales podrían corresponder a la personalidad tipo A, es decir, personas ansiosas, tensas, obsesivas y con repercusiones emocionales en varios órganos-sistemas del organismo (psicosomatismo) y que han sido equivocamente tratados a lo largo de su historia clínica debido a la carencia de diagnóstico preciso y definitivo. Usualmente son pacientes que presentan problemas del entorno afectivo, con divorcios, matrimonios disfuncionales, problemas de drogadicción de los padres y hermanos, o de ellos mismos, que los afecta profundamente en todos los ámbitos de su vida y ocasionan todo un sistema defensivo en su personalidad que termina ocasionándole hipercontractilidad o hipertonía del piso pélvico muscular del segundo componente de nuestro síndrome, por vía del stress Es un síndrome que no deberá ser confundido con la discinergia detruso-esfinteriana externa (rabdoesfinter) usualmente de origen neurológico ocasionado por diversas patologías neurourológicas. Ni tampoco con la sola discinergia del esfinter interno o lisoesfinter, afección que no es infrecuente en los hombres y cada día se diagnostica con mayor confiabilidad. Dibujo mostrando vejiga y la zona uretra prostática con ambos componentes esfinterianos masculinos Este paciente comienza con un discinergia del lisoesfinter, pero se le suma en el correr de la evolución clínica la espasticidad o hipertonicidad del piso pelviano muscular, mediada por stress y problemas emocionales y tenemos el síndrome hiperpresión uretra prostática. El tratamiento del síndrome mencionado, deberá adaptarse a las condiciones de cada paciente, al tipo de sintomatología que presenta, al tipo de repercusiones secundarias, al tipo de personalidad, a los tratamientos anteriormente recibidos y al grado de afectación sobre su calidad de vida al momento de la consulta médica. La secuencia terapéutica que se recomienda en éstos pacientes comienza con tratamiento farmacológico (medicamentos alfa-1 bloqueantes adrenérgicos), terapia de tipo conductual (cambios en el comportamiento del paciente en relación a sus vias urinarias), con reeducación vesical, cambios en los patrones miccionales, diuresis horaria, y alternativas añadidas como electroestimulación y biofeedback para que el paciente “aprehenda” a relajar la musculatura del piso pelviano muscular y con ello eliminar uno de los dos factores que ocasionan el síndrome, pero además la terapia conductual ayudará también a prevenir las pérdidas urinarias contrayendo voluntariamente los músculos del piso pelviano muscular y ser él quien comande a la vejiga y no lo contrario, a aumentar gradualmente la capacidad vesical (al aumentar su distensibilidad) y con ello disminuir la frecuencia y la urgencia urinaria, a coordinar mejor su acto volitivo de la micción, a mejorar la calidad de vida del paciente, a tener plena conciencia de sus problemas urinarios y comprender que su actitud cambiará positivamente su calidad de vida urinaria. Esta condición que estamos describiendo la denominan micciones disfuncionales con alta presión. Turner Warwick hace cuarenta y un años (A urodynamic view of the clinical problems associated with bladder neck dysfunction and its treatment by endoscopic incision and transtrigonal posterior prostatectomy. Turner-Warwick R, Whiteside CG, Worth PH, Milroy EJ, Bates CP. Br J Urol. 1973 Feb;45(1):44-59) revisando mas de seis mil pacientes con micciones disfuncionales en su laboratorio de clínica urodinámica en el Hospital Middlesex de Londres y tomando todos los aspectos diagnósticos en un paciente con obstrucción de la salida vesical llegaron a conclusiones tan interesantes que pareció importante mencionarlos, ya que existen muchos puntos en común con los pacientes que en éste momento tratamos de presentar y que hemos englobado dentro de la denominación de síndrome hiperpresión uretra prostática. En ése trabajo el componente era básicamente el del cuello vesical y por eso el tratamiento por los investigadores propuestos era las incisiones endoscópicas del cuello vesical y en la región trigonal. Autores reconocidos como Webster, Kaplan, Yalla, Appel, Ikeguchi, Gosling, Mayo, Crowe, Bates, Norlen, Blaivas y Wein, entre otros han hablado de ésta condición muy frecuente en la vida diaria y muy poco conocida por la mayoría de los urólogos del mundo entero, exceptuando aquellos que han tenido que trabajar en áreas uroneurológicas. Es una condición cuya fisiopatología todavía no está totalmente entendida a pesar que existen teorías bastante logicas para su explicación, pero no hay la menor duda que es una entidad totalmente aparte de lo que la mayoría de los urólogos conocen como discinergia detruso-esfinteriana externa que se refiere a la falta de coordinación entre la contracción enérgica del músculo detrusor y la relajación y apertura de las fibras del rabdoesfinter (esfinter distal en el hombre) al momento de tener que vaciar la orina (fase expulsiva) y tambíen en la fase de almacenamiento urinario donde los eventos se invierten pero siempre de manera coordinada. La discinergia o disfunción del cuello vesical (lisoesfinter) es considerado un verdadero dilema diagnóstico a pesar de que en nuestra casuística la sospecha clínica, la clínica del paciente, el residuo urinario, la videoendoscopia, asi como el estudio videourodinámico con uroflujometría, cistometría y electromiografía, podría llevar al diagnóstico, como veremos mas adelante. Con el correr de éstos últimos treinta y dos años, se han visto muchos pacientes que cuando se les interroga sobre su calidad de chorro urinario, calidad de vaciamiento urinario, muchas veces comparado con personas de la misma edad en circunstancias del dia a dia, y síntomas extraños que no logra explicar referidos a su área urinaria miccional y a su área sexual, acude al médico urólogo quien lo estudia, llegando al diagnóstico de que tiene una disfuncionalidad miccional que precisándolo se descubre que es el ‘cuello vesical o lisoesfinter’ el que no está funcionando bien. Caracteristicas detruso-esfinterianas y del piso pélvico muscular al momento de la fase de vaciamiento vesical Google Images+Potenziani Art Los estudios de Flujo-Presión asi como la video-urodinámica con todos sus componentes, proporcionarán la evidencia del comportamiento anómalo del cuello vesical al no abrirse satisfactoriamente. Sin embargo una simple flujometría con morfología intermitente ‘en sierra’ y un residuo urinario postmiccional por arriba de 100 ml (y más fidedigno aún, por arriba de 150 ml), medido por ecografía suprapúbica o por scan bladder, nos darán la confianza de saber que éste paciente tiene un trastorno del vaciamiento vesical, dado posiblemente por el factor ‘cuello vesical’. Pero por sobre todos los argumentos anteriores, la mejoría del cuadro clínico en aspectos como disminución del residuo urinario postmiccional, y una uroflujometría morfológicamente con curva normal, con mejoría clínica-sintomática por la administración de fármacos alfa-1 bloqueantes adrenérgicos (argumento terapéutico-diagnóstico) darán la confianza del diagnóstico correcto. Sin embargo éste diagnóstico se referirá exclusivamente al cuello vesical. Cuando se le añade el componente hipertónico del piso pélvico muscular, se podrá notar que el fármaco alfa-1 bloqueante adrenérgico, no dará los buenos resultados que dá cuando sólo el cuello vesical es el afectado. Eso debe colocar al médico en guardia para buscar ‘ése’ componente extra, que usualmente estará ubicado en el piso pélvico muscular. La casuística recolectada es de aproximadamente noventa pacientes en los últimos treinta años que presentan la característica de tener la combinación de disfunción del cuello vesical (lisoesfinter) con aperturas incompletas o discinérgicas al momento del vaciamiento urinario, unido a estados de hipertonía del piso pelviano muscular, debido a estados emocionales-psicosomáticos, o por hábitos conductuales, la mayoría de las veces, aprendidos desde la infancia, del tipo retencionista urinario, que llevan con el tiempo, a crear un patrón de relajación muscular ‘ineficaz’ al momento que se está produciendo el vaciamiento urinario, como parte de la reactividad a la vida moderna de alta exigencia y tensión emocional y presentan en la mayoría de los casos, sobre todo en jovenes de más edad, estados de hipertonía del piso muscular pelviano. TODO ESTO CREARA UNA HIPERPRESIÓN EN LA URETRA PROSTÁTICA QUE HEMOS DENOMINADO COMPARTIMIENTO URETRAL POSTERIOR, YA QUE DICHA URETRA QUEDARA ENTRE DOS ZONAS QUE NO ESTAN FUNCIONALMENTE BIEN, A SABER PROXIMALMENTE TIENE UN CUELLO VESICAL QUE NO SE RELAJA ADECUADAMENTE CREANDO NO SOLO PRESION MICCIONAL ELEVADA EN VEJIGA SINO QUE TAMBÍEN AYUDARA CON SU APERTURA PARCIAL E INTERMITENTE A CREAR UNA BARRERA PROXIMAL Y LA NO RELAJACION DEL PISO PELVIANO MUSCULAR AL MOMENTO DE LA MICCION SE CONVERTIRA EN LA BARRERA DISTAL URETRAL PROSTÁTICA A NIVEL DEL ÁPICE PROSTÁTICO CON LO QUE SE CIERRA DICHO COMPARTIMIENTO Y SE ELEVARAN LAS PRESIONES AL MOMENTO DE LA MICCION (FASE EXPULSIVA)AUMENTANDO LA APARICION DE REFLUJO URINARIO A LOS CONDUCTOS EYACULADORES CON LA POSIBLE APARICION DE PROSTATITIS, VESICULITIS SEMINAL, DEFERENTITIS, EPIDIDIMITIS, ORQUITIS Y LAS CONSECUENCIAS QUE SOBRE LA ESFERA DE LA FERTILIDAD PODRIAN TENER (INFLAMACIONES CRÓNICAS DE VIAS SEMINALES, CON EL DETERIORO DE LA CALIDAD DEL ESPERMOGRAMA) ASI COMO REPERCUSIONES EN EL ÁREA SEXUAL (POR LAS INFLAMACIONES SEMINALES ANTES MENCIONADAS) COMO EYACULACION PRECOZ, DISFUNCIÓN ERECTIL DE VARIOS GRADOS Y DISMINUCION DE LA LÍBIDO. Es necesario mencionar que el funcionamiento anómalo del cuello vesical (lisoesfinter) ocasionará sus consecuencias en la vejiga, dadas básicamente por un comportamiento hiperactivo, referido tambien por Ji en su estudio (Study on the neurophysiologic of detrusor overactivity due to partial bladder outflow obstruction]. Ji HX, Wang YQ, Jiang HH, Pan JH, Li WB, Shen WH, Feng JL, Song B, Fang Q. Zhonghua Wai Ke Za Zhi. 2010 Dec 1;48(23):1781-4), donde menciona la neurofisiología de la hiperactividad vesical debido a la obstrucción del flujo urinario parcial, otra denominación de la disfunción del cuello vesical. La incidencia de la hiperactividad vesical fue del 62,5% en la fase de llenado de la cistometría. Durante el mismo, hay dos tipos de contracción de la hiperactividad vesical de acuerdo a los cambios de las señales de fibra aferente pélvica, las respuestas de los nervios y músculos correspondientes: una de presión de contracción leve y otra de presión de contracción elevada. Esto es importante tenerlo en cuenta, porque los síntomas clínicos de la hiperactividad vesical (frecuencia urinaria, nocturia, urgencia urinaria, en ocasiones incontinencia urinaria de urgencia) se suman a los que el síndrome hiperpresión uretra prostática tiene ‘per sé’. La Disfunción del Cuello Vesical en la Historia de la Urología Guthrie en 1834 describe la obstrucción del cuello vesical como ‘Independiente de procesos orgánicos determinantes, que provocan contractura muscular del cuello vesical y pérdida de su elasticidad’ Mercier, de la escuela francesa, en 1841, sugirió que los problemas para iniciar y mantener un vaciamiento urinario normal, ‘en ausencia de un tumor o de un cálculo en la vejiga’, eran debidos a una ‘atonía y atrofia de la musculatura vesical, que disminuía la fuerza del chorro miccional’. Young en 1913, padre de la urología norteamericana describe la ‘disuria sin causa’ tanto en varones ancianos como en jóvenes. Chetwood en 1913, propone la teoría de que ésta disfunción es debida a una contractura del cuello vesical y la denominó ‘prostatismo sin próstata’. Legueu en 1922, denominó ‘enfermedad del cuello vesical’ o ‘disectasia del cuello vesical’ a la obstrucción del cuello vesical, sin causa orgánica que la justificara, obstruyendo el curso de la orina originando síntomas obstructivos. Marión en 1927, francés de fama mundial, describió la enfermedad que lleva su nombre, como dificultad miccional que se inicia en la juventud (enfermedad congénita) debida a ‘hipertrofia de la musculatura y fibrosis del cuello vesical’, capaz de dar los mismos síntomas que la hipertrofia prostática en los hombres de mayor edad’. En los siguientes sesenta años hubi una oleada de cirugías de cuello vesical de tipo extirpativa, siguiendo los designios del galeno galo. Se había convertido en una operación de moda. Trabucco en 1931, escribe su Tesis sobre ‘Cuello de Vejiga’ y realiza la descripción del músculo propio del cuello vesical, como un arco muscular, que ‘disponiéndose en forma de herradura, rodea al cuello de la vejiga por detrás, actuando como un esfínter hipertrofiado, provocando disuria y obstrucción’. La idea del francés Maríon de que la obstrucción primaria del cuello de la vejiga era una enfermedad congénita, fue compartida por Badenoch en 1948, quien la comparó con la hiperplasia pilórica y el cardioespasmo de los recién nacidos. El español de fama mundial Gil Vernet, en ‘Patología Urogenital’, en 1953 y García y Casal y Guzmán, en 1963, describen al cuello vesical como un área de transición entre la vejiga y la uretra, rodeada de dos asas musculares transversales, que la rodean respectivamente por delante y detrás en forma de dos herraduras enfrentadas entre si. Bodian en 1957, analizando piezas operatorias, señaló que en la obstrucción no tumoral del cuello vesical, se encontraba una fibroelastosis del tejido conjuntivo que reemplazaba a las fibras musculares a ese nivel. Young, en 1965, sugirió que el cuadro histológico descrito por Bodian, era una reacción intersticial secundaria a procesos infecciosos locales derivados de la próstata inflamada. Kaplan y King en 1970, describen como un proceso en el que participan el tejido muscular normal, la musculatura hipertrofiada y el reemplazo del tejido elástico por fibrosis intersticial . Presman en 1972, atribuyó esta obstrucción urinaria a hiperplasia fibromuscular más que a un proceso conjuntivo de fibroelastosis. Bates y Woodside en 1980, demostraron mediante la urodinámica que la musculatura del cuello de la vejiga no se relaja suficientemente durante la micción, fenómeno que denominaron ‘discinergia de cuello vesical’ (Monografías .com Juan Manuel Guzman(http://www.monografias.com/trabajos93/obstruccionprimaria-del-cuello vesical/obstruccion-primaria-del-cuello-vesical.shtml) Etiología Hace mas de cuarenta años atrás la obstrucción del cuello vesical era considerada mas orgánica que funcional, al punto que se creía era debida a un exceso de tejido fibroso en el cuello vesical, que mostró ser un concepto equivocado luego de extensos estudios histológicos (Unsuspected proximal urethral obstruction in young and middle-aged men. Norlen LJ, Blaivas JG.J Urol. 1986 May;135(5):972-6). Por dicha consideración se hacía muy frecuente la resección, ablación o incisión del cuello vesical. Era la denominada ‘Enfermedad de Marión’, por cierto el mismo urólogo francés que vino a Venezuela a intentar operar al dictador Gómez. Vale la pena mencionar lo referido por ésta última pareja de grandes investigadores, Norlen y Blaivas, en el trabajo mencionado, cito textualmente: ‘La Obstrucción uretral proximal, una causa común de prostatismo en hombres jóvenes y de mediana edad, a menudo se diagnostica erróneamente como la prostatitis, vejiga neurogénica o un trastorno de la micción psicógena. Estudios urodinámicos simples (flujometría y cistometría) no distinguen un flujo pobre debido a la obstrucción del cuello de la vejiga de la causada por una mala contractilidad del detrusor en estos pacientes. Sólo la medición simultánea de la presión del detrusor y flujometría puede hacer esta distinción. Un total de 23 pacientes con obstrucción de la uretra proximal insospechada se sometieron a estudios de electromiografía vídeo-presión-flujo síncrónicos y fueron tratados y seguidos durante un mínimo de un año. El tratamiento mediante resección transuretral de próstata o incisión en el cuello de la vejiga, casi siempre fue curativa, en nuestra casuística los agentes bloqueadores alfa-adrenérgicos no han sido eficaces. Todos los pacientes que se sometieron a la resección transuretral de próstata o incisión en el cuello de la vejiga (hora 5 y 7) han tenido eyaculación retrógrada, pero los pacientes que se sometieron a la incisión unilateral del cuello vesical, reportaron eyaculación anterógrada’. (Unsuspected proximal urethral obstruction in young and middle-aged men. Norlen LJ, Blaivas JG.J Urol. 1986 May;135(5):972-6) Otros investigadores han mencionado el factor de exceso de terminaciones aferentes simpáticas en el cuello vesical, por ejemplo Crowe (Crowe R, Noble J, Robson T, Soediono P, Milroy EJ, Burnstock G. An increase of neuropeptide Y but not nitric oxide synthase-immunoreactive nerves in the bladder neck from male patients with bladder neck dyssynergia. J Urol. 1995 Sep;154(3):1231-6) ha demostrado la presencia del neuropeptido Y, en la zona del cuello vesical lo que aumentaría el influjo simpático “ocluyente” de la zona de la salida vesical con las consecuencias ya mencionadas. Sin embargo existe una duda y es que muchos pacientes con disfunción del cuello vesical, no responden siempre a los alfa-1 bloqueantes adrenérgicos, lo que abre la posibilidad de otros mediadores neuroquímicos en la zona. Una teoría menciona al psicosomatismo-stress emocional como determinante de la disfuncionalidad del cuello vesical (personalidades tipo A), usualmente personas aprensivas, nerviosas, con temperamento perfeccionista, obsesivas. Podría estar unido no sólo a aspectos de repercusiones emocionales-angustia-stress sobre la normal coordinación detrusor-cuello vesical, sino a aspectos adquiridos de malos hábitos de vaciamiento urinario, que se “aprenden” desde la infancia (por video-juego, computadora, entre otros) con la consecuencia de una relajación inadecuada del piso pelviano muscular, con hábitos retencionistas urinarios, hábitos de contraer el piso pélvico para retardar el momento de la micción, cruzando y sentandose sobre sus piernas (posición de Vincent o Signo de la Reverencia), descritos tambien en el Síndrome de Hinman en la infancia (vejiga neurogénica no neurogénica). Posición de Vincent o curtsy sign (Google Images) Ikeguchi menciona que de hecho en la infancia podría ser debido a una respuesta negativa a ciertas sensaciones asociadas al acto miccional como por ejemplo dolor. Dicho autor refiere síntomas crónicos de las vías urinarias inferiores en hombres jóvenes se atribuyen equivocadamente a prostatitis no bacteriana crónica. Ellos analizaron la etiología de la disfunción miccional crónica en los hombres menores de cincuenta años de edad. La distribución de las alteraciones urodinámicas incluyó a 54% de los pacientes con obstrucción vesical primaria de cuello, 24% con obstrucción localizada en la uretra membranosa, la denominada por ellos pseudo-discinergia, 17% con una alteración de la contractilidad vesical y 5% con la vejiga acontráctil. La vejiga hiperactiva estaba presente en 49% de los hombres. La disfunción miccional entre hombres jóvenes es común y a menudo se diagnostica equivocadamente. La evaluación videourodinámica es útil para establecer el diagnóstico correcto y para una terapia adecuada (Etiology of voiding dysfunction in men less than 50 years of age. Kaplan SA, Ikeguchi EF, Santarosa RP, D'Alisera PM, Hendricks J, Te AE, Miller MI. Urology. 1996 Jun;47(6):836-9). Grafstein, refiere que la disfunción primaria del cuello de la vejiga es un trastorno miccional no neurógenico, comúnmente diagnosticado en los hombres jóvenes y adultos de mediana edad, pero frecuentemente se podría pasar por alto en los niños. Debido a que estos niños suelen presentar síntomas urinario bajos, que también podrían están asociados con otras formas más comunes de disfunción miccional, el diagnóstico podría pasarse por alto y se tratan con una variedad de modalidades empíricas, que tienden a fracasar. Aunque la patogenia subyacente sigue siendo objeto de debate, el sello distintivo del diagnóstico, es una disfunción del cuello vesical para abrir correctamente y permitir que la orina fluya sin obstáculos. La evaluación video-urodinámica es la única herramienta diagnóstica que puede documentar urodinámicamente los parámetros de presión/flujo obstructivas de la condición disfuncionante del lisoesfinter, al mismo tiempo que la localización de la obstrucción funcional del cuello vesical por fluoroscopia, donde se verá un cuello estrecho, no abierto en embudo. Los fármacos antagonistas alfa-adrenérgicos, son el enfoque actual en la terapia médica (Primary bladder neck dysfunction: an overlooked entity in children. Grafstein NH, Combs AJ, Glassberg KI. Curr Urol Rep. 2005 Mar;6(2):133-9. Review) Esto es una parte fundamental en el síndrome hiperpresión uretra prostática, ya que la falta de relajación del piso pelviano muscular es el sustrato fisiopatológico del segúndo componente obstructivo del síndrome, estrechando u ocluyendo el segmento distal de la uretra prostática (ápice) impidiendo un vaciamiento urinario expedito, asi como tambíen impidiendo un normal “desalojo”o expulsión de las secreciones intraprostáticas con las consecuencias inflamatorias de la misma a corto, mediano o largo plazo. Diokno (Clínical Neurourology- Krane R, Siroky MB eds 2 Little Brown & company, Boston 1991) describe la obstrucción neurogénica a nivel del esfinter liso muscular (lisoesfinter) como causada por una inapropiada actividad de los receptores adrenérgicos localizados en la zona del cuello vesical. Refiere que se vé con inusitada frecuencia en paraplégicos, cuadriplégicos con vejigas hiperreflexicas con coordinación de esfinteres y en vejigas hipoactivas o hiporefléxicas con denervación esfinteriana. Esto es en el caso de pacientes neurológicamente afectados, pero en cambio, en pacientes neurológicamente intactos o sanos, se presentan usualmente con síntomas semejantes a los síntomas de afecciones prostáticas y es éste último el caso que nos atañe. Según Hald y Bradley (Urinary Bladder: Neurology and Dynamics Hald T, Bradley WE. Williams & Wilkins, 1982) hay dos teorías para ésta condición. La primera se refiere a un arreglo anómalo de la musculatura lisa a nivel del cuello vesical, causando un estrechamiento del cuello vesical cuando la vejiga se contrae para vaciar la orina. La segunda teoría es un aumento anormal del tono en el lisoesfinter debido a una hiperactividad alfa simpática. Refieren que cuando la condición se une a un crecimiento prostático se habla de próstata atrapada (A urodynamic view of the clinical problems associated with bladder neck dysfunction and its treatment by endoscopic incision and trans-trigonal posterior prostatectomy. Turner-Warwick R, Whiteside CG, Worth PH, Milroy EJ, Bates CP. Br J Urol. 1973 Feb;45(1):44-59). Fisiopatología Pues bien en la discinergia del esfinter liso (lisoesfinter) o esfinter del cuello vesical, tambíen llamada obstrucción primaria del cuello vesical o como lo llama Webster ‘Disfunción del cuello vesical’ (Webster GD, Lockhart JL, Older RA. The evaluation of bladder neck dysfunction. J Urol. 1980 Feb;123(2):196-8) o Woodside que denomina ésta condición como ‘Obstrucción disfuncional del cuello vesical’ (Woodside JR. Urodynamic evaluation of dysfunctional bladder neck obstruction in men. J Urol. 1980 Nov;124(5):673-7), que sucede usualmente al momento del vaciamiento (fase expulsiva urinaria)….. EL CUELLO VESICAL NO SE APLANA (es decir desciende) Y POR ENDE NO PERMITE EL PASO FACIL DE LA ORINA HACIA LA URETRA PROSTÁTICA PROXIMAL Y EL RESTO DE LA URETRA PARA SALIR AL EXTERIOR Y EL NO APLANARSE NO SUCEDE DE MANERA TOTAL EN EL PACIENTE AFECTADO, EL CUELLO HACE INTENTOS POR APLANARSE Y ABRIRSE Y LO HACE DE MANERA INTERMITENTE Y ESTO QUEDA FIELMENTE REFLEJADO EN LA MORFOLOGIA FLUJOMETRICA Y CON VOLUMENES SIGNIFICATIVOS DE ORINA RESIDUAL CON TODOS SUS SECUNDARISMOS Y SE ACOMPAÑA DE GRADOS DIVERSOS DE DISFUNCIONALIDAD DEL PISO PELVIANO MUSCULAR, EVIDENCIADOS POR POTENCIALES DE EVOCACION, AL MOMENTO DE LA MICCION Y POR BIOFEEDBACK. PODRIA ASOCIARSE A GRADOS VARIABLES DE INCOORDINACION CON EL RABDOESFINTER POR SU CORRELACION CLÍNICO-FUNCIONAL CON EL PISO PELVIANO MUSCULAR Y COMPARTIR EL ESTADO HIPERTONICO, LO CUAL FAVORECERIA LA HIPERPRESIÓN EN LA URETRA PROSTÁTICA. TODO SE PRODUCE EN LA FASE EXPULSIVA VESICAL. Describimos en el síndrome hiperpresión uretra prostática la mezcla de disfunción del cuello vesical (lisoesfinter) con aperturas incompletas o discinergicas en relación a la contracción miccional del detrusor con hiperactividad-espasticidad del piso pelviano muscular de diversas etiologías sobre todo la de tipo emocional-psicosomática por mala tecnica de relajación muscular del piso pelviano muscular, al momento del vaciamiento urinario o por hábitos conductuales de tipo retencionista que llevan con el tiempo a crear un patrón de relajación muscular ineficaz al momento de la fase de vaciamiento vesical. Son pacientes que se acostumbran a retener la orina, en momentos en que la vejiga presenta una contracción inminente de vaciamiento y las obliga a ir al baño. Esto lo logran con el acto de ‘apretar’ el piso pelviano muscular, cruzando las piernas, haciendo presión en el periné y ocupandose en otras actividades (video-juegos, trabajos de muchas responsabilidad, etc). Esto vá retardando patologicamente el acto de la micción creando un estado de disfuncionalidad muscular tanto de los musculos estriados como de la musculatura lisa, característico del área de vaciamiento urinario, donde sabemos que existen representaciones de ambos en el aparato esfinteriano masculino. Pero además vá creando pacientes ‘retencionistas’ que tendrán al final vejigas grandes y perezosas, denominadas en inglés ‘Lazy Syndrome’. Estas vejigas convertidas en grandes bolsas sin una buena capacidad contractil, serán objeto de vaciamientos urinarios incompletos, parciales, dejando residuo urinario postmiccional, que a su vez será el responsable de episodios de infecciones urinarias a repetición y no pocas veces responsable tambien de repercusiones en el sistema urinario superior. Se crea entonces un aumento de la presión en la uretra prostática (compartimiento uretral posterior) puesto que la presión aumentará o quedará “atrapada” entre dos áreas que no funcionan adecuadamente. Al aumentarse las presiones en la uretra prostática habrá reflujo urinario por los conductos eyaculadores con la posible aparición de prostatitis, vesiculitis seminal, deferentitis, epididimitis, orquitis y las consecuencias que dichas inflamaciones producirán en el área de la fertilidad (deterioro de la calidad seminal), y la aparición de trastornos de la esfera sexual (eyaculación precoz, disfunción eréctil de grados diversos, y disminución de la líbido, aparte de molestias dolorosas en el área hipogastrica, perineal, genital, lumbar baja y urinaria. El paciente podría tener síntomas de vaciamiento urinario y síntomas de llenamiento urinario lo cual abre un vasto panorama diagnóstico. Canalículos Intralobulillares prostáticos (Google) Hallazgos endoscópicos urinarios sobre todo de la salida vesical y del interior de la vejiga, podrían tambíen confundir al urólogo puesto que dependerá en qué momento de la vida del paciente (en relación a su edad y evolución del caso clínico) logra ser examinado y diagnosticado por su médico. No es lo mismo examinar y estudiar a un paciente a los veinte, treinta años que a los cuarenta o cincuenta años, ya que la patología o condición de su cuello vesical habrá tenido mas tiempo para ocasionar secundarismos que podrían no ser vistos en el pacientes más jóvenes. Los hallazgos radiográficos y ecográficos son controversiales, ya que dependerá del tiempo de duración del síndrome de hiperpresión uretra prostática, de las repercusiones orgánico-funcionales en órganos del sistema urinario, por arriba del nivel de disfuncionalidad (vejiga y riñones), o de las vesículas seminales y anexos epididimarios y testículos unidos por los conductos eyaculadores a la uretra prostática. Hald y Bradley (Hald T, Bradley WE. Urinary Bladder: Neurology and Dynamics. Williams & Wilkins, 1982) refieren que la obstrucción funcional del cuello vesical es más frecuente que la orgánica y refieren que no debe ser confundida con el diagnóstico de discinergia detrusoesfinteriana externa y que un tercio de los pacientes de treinta a cincuenta años, se quejan de síntomas de prostatitis, 10% de cistitis o epididimitis pero la mayoría de los pacientes tendrán quejas de chorro débil, chorro entrecortado, tenesmo vesical, frecuencia y urgencia urinaria de larga data, en ocasiones acompañados de incontinencia de urgencia. Según Chapple y Turner Warwick (Mundy AR, Stephenson TP, Wein AJ editores, Obstrucción de la salida vesical en el varón, de la 2a edición de urodynamics. Principios, Practica y Aplicación Churchill Livingstone Cap 17, 1994, 233-256), definen la obstrucción del cuello vesical como grados variables de fracaso o disfuncionalidad del cuello vesical para abrirse normalmente cuando simultaneamente exista una contracción del músculo detrusor en la fase miccional o expulsiva. Gosling (Gosling JA, Dixon JS, Jen PY. The distribution of noradrenergic nerves in the human lower urinary tract. A review. Eur Urol. 1999;36 Suppl 1:23-30), demostró que la inervación del cuello vesical y de las vesículas seminales en los hombres es adrenérgico mientras que en las mujeres es colinergico. Las fibras musculares lisas de la parte distal del cuello vesical son distintas morfológicamente de las fibras del detrusor, mas pequeñas, agrupadas en pequeños hace musculares y separados por mucho colágeno, a diferencia de lo que sucede en el propio músculo detrusor. Se derivan de la capsula prostática y evitan la eyaculación retrogada al momento de la eyaculación. Esta diferencia organica-funcional en relación al hombre podría explicar por qué la disfunción del cuello vesical se vé en hombres y no en mujeres. Raramente el comportamiento del lisoesfinter o cuello vesical cambia con el tiempo. Dicha disfuncionalidad se arrastra desde la infancia hasta la adultez (agravándose con la edad). Los factores generadores de stress y de hipertonía muscular del piso pelviano, eran vistos hasta no hace mucho en la edad adulta; sin embargo hoy en día, las generaciones de niños y jóvenes están entrando en las estadísticas de los secundarismos del stress y la angustia vital y también se presentan con síndromes como el que estamos describiendo en el presente ensayo. La presentación clínica urinaria de los pacientes con lisoesfinter o cuello vesical discinérgico son: lento comienzo miccional, chorro delgado y lento y goteo terminal, con urgencia urinaria y en ocasiones incontinencia urinaria de urgencia. Cuando se compara con personas de su misma edad, refieren que su chorro urinario ha sido siempre diferente (más lento, más delgado y menos vigoroso). Chapple refiere que dichos transtornos no deberán ser atribuidos a transtornos funcionales, hasta tanto no hayamos descartado causas orgánicas evidentes. Muchas veces todo comienza con una retención de orina o una imposibilidad de cateterizar facilmente a un paciente joven, despues de un acto quirurgico de cualquier naturaleza. Chapple (Chapple CR. Alpha-adrenergic blocking drugs in bladder outflow obstruction: what potential has alpha 1-adrenoceptor selectivity? Br J Urol. 1995 Jul;76 Suppl 1:47-55), menciona que el cuello vesical puede no abrirse satisfactoriamente en varias circunstancias como por ejemplo cuando existe un detrusor hipocontractil o acontractil, cuando exista la imposibilidad por parte del paciente de iniciar una contracción del detrusor lo cual repercutirá en que el cuello no se relajará, por ende no se abrirá; tambíen menciona que una contracción vesical no sostenida adecuadamente resultará en un cierre precoz del cuello vesical, el cual inicialmente se habia comportado estupendamente bien. Cuando hay contracciones de la vejiga de baja presión habrá aperturas del cuello vesical bizarras y anormales. Otra posibilidad para que el cuello vesical no se relaje bien, es cuando existan antecedentes quirúrgicos sobre el cuello vesical. En las mujeres sucede directamente relacionado con afecciones neurológicas. En relación a los hallazgos urodinámicos es indispensable como lo decía Turner-Warwick hace más de treinta años, pensar en el diagnóstico, de lo contrario podría suceder que jamás podamos llegar a una conclusion clínica acertada, con las consiguientes repercusiones en la calidad de vida del paciente afectado y la frustación no sólo del paciente sino del médico(s) responsable del caso, ya que no logra dar con el diagnóstico preciso y ésto se traduce en tratamientos ineficaces, en esperanzas de curación truncadas para el paciente y en repercusiones animicas de diversos grados que deberan alertarnos sobre la importancia de no sólo llegar al diagnóstico, sino de hacerlo de manera rápida, ya que podríamos tambíen tener repercusiones orgánico-funcionales irreversibles. Características Clínicas La clásica manera de presentación de éste síndrome es un hombre joven (15-50 años), inclusive en ocasiones mas jóvenes aun, que se presenta al urólogo porque “siente que no orina bien” y cuando le preguntamos el por qué, nos responde que ‘nunca en su vida ha orinado igual que sus compañeros de clase’, incluso nunca desde niño ha orinado con chorro grueso como refieren tener sus amigos o hermanos. Sienten que orinan “entrecortado” de manera intermitente, con chorro delgado y lento y en ocasiones presentan urgencia urinaria al tener contacto con liquido) lavarse las manos, sentir agua correr, o tocar algo frío. Se puede presentar con molestias suprapúbicas (en el área de proyección de la vejiga urinaria), sobre todo al momento de orinar o postmiccional, que se exacerban con estados de tensión emocional, o con estados infecciosos urinarios, o también con estados climáticos de frío y/o lluvia. Las molestias pueden tambien estar ubicadas a nivel del pene, como sensaciones punzantes. Son pacientes que se tienen que levantar dos o mas veces a orinar de noche (nocturia). Motivados por su incapacidad de orinar toda la orina contenida en la vejiga, presentarán frecuencia urinaria. En ocasiones, motivado por sus secundarismos a nivel de uretra prostática, tienen disuria, molestias o dolor perineal haciendo el diagnóstico erróneo de prostatitis algo frecuente, sobre todo si se tiene molestias al tacto prostático. Otras molestias que se pueden presentar en dicho pacientes, son molestias testiculares, epididimarias o prostáticas, con sus zonas de proyección correspondiente del dolor. Pacientes con epididimitis, orquioepididimitis, u orquitis solamente, funiculitis, quistes epididimarios, quistes en vesículas seminales, quistes en conductos eyaculadores, no son infrecuentes. Todo ésto concomitante con historia de infertilidad usualmente secundaria, o con historias de disfunción erectil o transtornos de la eyaculación. Estos últimos hallazgos son ocasionados por la hiperpresión del compartimiento uretral posterior con aumento en la incidencia de reflujo urinario por los conductos eyaculadores e inflamación posible en dicha área, área de vesículas seminales, área de conducto deferente, área de epididimos y área de testiculos . Wesselmann de la Universidad Johns Hopkins en el Departamento de Urología en conjunto con el de Fisiatria, menciona los síndromes de dolor rectal y urogenital aclarando que son bien descritos pero pobremente entendidos. Sus denominaciones son multiples por ejemplo, vulvodinia, orquialgia, síndrome uretral, dolor peneano, prostatodinia, coccigiodinia, dolor perineal, proctodinia, prostalgia fugaz. La etiología de éstos síndromes no son bien conocida. A menudo se presentan con trastornos anímicos como depresión. Se están revisando los aspectos etiológicos, sus relaciones con aspectos emocionales, y se ha determinado que deben ser enfocados por un grupo multidisciplinario y su mejoría es a través de analgesicos, terapia fisica y soporte psicologico. Próstata en su anatomia canalicular (Google Images) Roberts (Roberts RO, Jacobson DJ, Girman CJ, Rhodes T, Lieber MM, Jacobsen SJ. Prevalence of prostatitis-like symptoms in a community based cohort of older men. J Urol. 2002 Dec;168(6):2467-71), menciona en su trabajo sobre la prevalencia de síntomas como prostatitis en hombres entre cuarenta y setenta y nueve años, que las prostatitis crónicas son condiciones incapacitantes que están asociadas primariamente con dolor-molestias en el área urogenital, con disturbios en la función urinaria y molestias en la eyaculación. Las hipótesis que la explican son debidas a infección, inflamación en la glandula prostática o en algunos casos a espasmos de la musculatura pélvica, siendo éste uno de los factores que hacen perseverar la sintomatología y por ende convertirse en un factor de deterioro emocional con sensación de fracaso tanto para el paciente como para el médico tratante, recomendando relajantes musculares y otras medidas alternativas. Hay consecuencias que se presentna de manera habitual en hombres y mujeres cuando tienen una obstrucción de la salida vesical, como es el caso de la disfunción del cuello vesical, o en este caso del síndrome de hiperpresión uretra prostática y es la posibilidad de afectar el funcionamiento de la vejiga, que puede ser de dos tipos, o bien hipertrofiando sus paredes con la consecuencia lógica de disminución de la capacidad funcional vesical, disminución de la distensibilidad-compliance vesical y por ende con la aparición de hiperactividad vesical con todo su cortejo sintomático y la segunda consecuencia sobre la vejiga es la descompensación vesical (luego de haber pasado por la primera etapa ya mencionada) con perdida de la tonicidad vesical característica llevando a una vejiga de gran capacidad, muchas veces perezosa y con dificultad en lograr un vaciamiento eficaz y satisfactorio con volumenes variables de orina residual (usualmente por arriba del 25% de la capacidad funcional total) y con el cortejo sintomático que acompaña ésta condición (frecuencia urinaria, incontinencia urinaria por rebosamiento, nocturia y afectación de la calidad de vida diaria del paciente) (Blaivas,Ikeguchi, Wein,Kaplan, Potenziani, entre otros). Lo que se refiere a transtornos de fertilidad es debido a las inflamaciones crónicas o crónicas reagudizadas de las áreas seminales antes mencionadas, que llevan a un deterioro de la calidad seminal con disminución de la capacidad fecundativa del espermatozoide. En la práctica es un motivo bastante frecuente de contajes bajos de espermatozoides y de mala calidad de movimiento y de traslación y vitalidad espermática y por supuesto de parejas infértiles. Además el hecho de que la glándula prostática y las vesículas seminales puedan inflamarse podría ocasionar disfunción erectil leve, moderada o grave, sobre todo si al hecho orgánico se le agrega el hecho psicológico. Son pacientes que usualmente son tratados equivocadamente pensando en otros diagnósticos. Diagnóstico Esencialmente dependerá de evidencias objetivas de obstrucción de la salida vesical, tanto por Uroflujometría, por estudio de flujo presión, por volumenes elevados de orina residual, por cistouretrografía miccional (ya no utilizado en la ràctica diaria), por electromiografía del piso pelviano muscular y a través de respuestas clínicas satisfactorias con la utilización del medicamentos alfa-1 bloqueantes adrenérgicos, relajantes musculares y tranquilizantes menores. Pero sobre, todo el diagnóstico se hará de manera deductiva, por exclusión de patologías orgánicas y/o patologías neurológicas. Describiré los antecedentes más importante por renglones: Antecedentes Urinarios Nunca ha orinado bien “con fuerza” Chorro urinario débil Chorro urinario fino Chorro urinario entrecortado Flujometría con patrón intermitente Goteo urinario terminal Inicio miccional lento y dudoso Frecuencia urinaria Urgencia urinaria Nocturia Incontinencia de urgencia Hematuria (rara) Nunca ha orinado rápido y fuerte (como sus amigos o familiares más cercanos) Infecciosos Antecedentes de “infecciones” urinarias bajas y raras veces altas Antecedentes de “infecciones” prostáticas agudas y crónicas Antecedentes de “infecciones” epididimarias agudas y crónicas Antecedentes de “infecciones” vesiculares seminales Antecedentes de “infecciones” o inflamaciones testiculares Sexuales Grados diversos de disfunción eréctil Episodios aislados o permanentes de eyaculación precoz Alteraciones de la calidad de la eyaculación (disorgasmo) Ardor y dolor al eyacular Disminución de la líbido Hemospermia Secreción uretral de origen prostato-vesicular Antecedentes de Tratamientos recibidos Antibioticoterapia Antiinflamatorios Relajantes musculares Analgésicos Fitoterapia Tratamientos alternativos diversos (acupuntura, calor local, entre otros) Antecedentes de Exámenes complementarios Exámenes de orina y urocultivos Test de Patrones de Localización Bacteriana o Test de Meares-Stamey Urografia de eliminación Uretrocistografía miccional Videoendoscopia urinaria inferior Estudio urodinámicos simples o complejos Ecosonografía renal, vesical, prostática y escrotal Rx simple de abdomen, Rx simple de columna vertebral RMN abdominopélvico TAC abdominopélvico Biopsias prostáticas Antecedentes en el Área de la Fertilidad Estudios de Espermograma y Espermocultivo Estudios o Perfiles Hormonales Síntomas Clínicos Área Urinaria Chorro urinario débil Chorro urinario fino Chorro urinario entrecortado Goteo urinario terminal Inicio miccional lento y dudoso Nunca ha orinado bien “con fuerza” Frecuencia urinaria Urgencia urinaria Nocturia Incontinencia de urgencia Hematuria (rara) Secreción prostatica-vesicular seminal Síntomas de hiperactividad vesical Incontinencia urinaria por rebosamiento Área Genital-Anexial Grados diversos de disfunción erectil Episodios aislados o permanentes de eyaculación precoz Disminución de la líbido Disorgasmo Hemospermia Molestias en el área de los anexos epididimarios Molestias peneanas Molestias testiculares alternas Área Componente Doloroso Molestias dolorosas en el área hipogastrica Molestias dolorosas en el área lumbar Molestias dolorosas en el área flanco y fosa iliaca Molestias dolorosas en el área genital Molestias dolorosas en el área perineal Molestias dolorosas en la zona sacrococcigea Molestias dolorosas al orinar Molestias dolorosas al eyacular Área Psicológica Ansiedad Depresión Imsomnio Agresividad Hallazgos en la videoendoscopia urinaria El hallazgo mas común en la videoendoscopia es un cuello vesical anormalmente alto, con una salida vesical reducida, que al pedirle al paciente que orine, no se aplana, es decir no se abre de manera satisfactoria. Hallazgos en la Imageneología urinaria Urografía de eliminación En el cistograma a baja, mediana y máxima replección vesical se pueden observar signos radiológicos de vejiga de esfuerzo (trabeculaciones, divertículos, sáculos) En la fase cistográfica a baja replección se observa el cuello vesical elevado, a más de 1 cm por arriba de la sínfisis pubica. En la placa simple de la urografia de eliminación se podrían ver imágenes radiopacas tipo cálculos en el área de proyección de las vesículas seminales y de la glandula prostática Si se hacen placas miccionales podriamos ver adelgazamiento del embudo normal que se debería formar en el área del cuello vesical y de la uretra prostática Cistouretrografía miccional (ya no realizado en la practica diaria) Aumento de la distancia verumontanum-cuello vesical Elevación del cuello vesical, visto con poco contraste o bien al principio del estudio o bien al final del estudio cuando la vejiga ha desalojado el contraste. Adelgazamiento de la uretra a nivel de la uretra membranosaprostática apical. Ecosonografía Vesical Lo primero que llamará la atención es la presencia de orina residual significativa, con más del 25% de la capacidad funcional máxima, es decir más de 100 a 150 ml. Se podrían observar signos ecograficos de vejiga de esfuerzo, con aumento del grosor de la pared vesical, saculos vesicales, divertículos e irregularidad de la pared vesical en su contorno externo, sobre todo en pacientes de más de 40 años. Ecosonografía prostática endorectal Se podrían ver varios de los secundarismos del síndrome hiperpresión uretra prostática, como vesiculitis seminal crónica, quistes en vesículas seminales, quistes en los conductos eyaculadores, quistes intraprostáticos, prostatitis crónica con todas sus características ecográficas, con o sin focos de reagudización. Salida vesical con embudo estrecho o inclusive sin la presencia ecográfica de embudo. Ecografía renal Solamente en casos muy esporádicos se podrían observar repercusiones en el sistema urinario superior, como dilataciones del sistema pielocaliciano en grados diversos por la obstrucción funcional del cuello vesical Hallazgos en el estudio urodinámico Estudio uroflujométrico Se verá muy frecuentemente morfología flujométrica multipicos o en sierra, con patrón intermitente, usualmente tienen una Qmax normal (por arriba de 12 ml/seg) y un Qave bajo (por debajo de 10 ml/seg). Se debe interpretar muy acertadamente el estudio, ya que un patrón intermitente no sólo es indicio de posible obstrucción sino tambíen podría ser indicio de débilidad o disfuncionalidad del músculo detrusor (vejiga hipoactiva descompensada) o ser debido a disfunción o discinergia del esfinter interno (lisoesfinter). Como parte del estudio flujométrico tendremos un volumen alto de orina residual asi como un escore o cuestionario elevado de síntomas urinarios y/o molestias urinaria. Videourodinámica Cistometría multicanal Nitti (Nitti VW. Primary Bladder Neck Obstruction in Men and Wome. Rev Urol 2005; 7(Suppl 8): S12-S17) refiere en su trabajo sobre obstrucción primaria del cuello vesical, que es una condición en la que el cuello vesical no se abre correctamente o completamente durante la micción. Aunque la prevalencia real de la obstrucción primaria del cuello vesical es difícil de determinar, los estudios en los hombres y las mujeres con disfunción miccional demuestran una marcada prevalencia de la afección. Los síntomas causados por la obstrucción primaria del cuello vesical incluyen síntomas de almacenamiento (frecuencia, urgencia, incontinencia de urgencia, nocturia) y síntomas de vaciamiento (fuerza del chorro urinario, retardo en iniciar y terminar la micción, vaciado urinario incompleto). Hay varias teorías en cuanto a la etiología de la obstrucción primaria del cuello vesical, incluyendo la disfunción y fibrosis muscular y neurológica. El diagnóstico de la obstrucción primaria del cuello vesical puede hacerse precisamente con video-urodinámica, estudios urodinámicos con medición de presión-flujo simultáneo y la visualización del cuello de la vejiga durante la micción. Los tratamientos varían desde la terapia médica hasta la cirugía, dependiendo de la severidad de los síntomas, los hallazgos urodinámicos y la respuesta al tratamiento farmacológico. El sello distintivo de la condición es vaciamiento vesical a alta presión, micción de bajo flujo con evidencia radiográfica de obstrucción a nivel del cuello vesical, con la relajación del esfínter estriado y sin evidencia de obstrucción distal. Como se puede ver ésta es la condición que usualmente se estudia en el mundo entero, no así el síndrome propuesto en éste estudio, que asocia la falta de ralajación de piso pélvico muscular al momento del expulsivo. En varias series con casos de obstrucción primaria del cuello vesical, la presión del detrusor en el flujo máximo oscila entre 20 cm de H2O a 70 cm de H2O con tasas de flujo máximo (Qmax) de menos de 15 ml/s. Nitti and colleagues (Nitti VW, Lefkowitz G, Ficazzola M, Dixon CM. Lower urinary tract symptoms in young men: videourodynamic findings and correlation with non-invasive measures. J Urol. 2002;168:135–138). La obstrucción primaria del cuello vesical es clasificada de tres tipos: de presión alta vesical, con vaciamiento de bajo flujo; de presión normal, vesical con vaciamiento de bajo flujo, con un estrechamiento en el cuello vesical y el tercer tipo es mostrando retraso en la apertura del cuello vesical. Perfil de presión uretral miccional La obstrucción primaria del cuello vesical ha sido diagnosticada con el perfil de presion uretral miccional. Donde se vé una súbita caida de la presión entre la presión del detrusor y la presión del cuello vesical Obstrucción del cuello vesical primaria en el hombre con síntomas urinarios bajos, refractarios a tratamiento médico: Representa clásico de alta presión, dinámica miccional de bajo flujo, con obstrucción del cuello de la vejiga, que no se abre normalmente durante la micción (Google Images) Disfunción del cuello vesical en el hombre con síntomas urinarios bajos refractario a tratamientos médicos conservadores. Se observa presión normal, bajo flujo de dinámica miccional con mala apertura del cuello de la vejiga durante la micción (Google Images) Donahue, hace controles sin cistometría sólo con EMG más uroflujometría, y refiere que poco se mencionado la disfunción primaria del cuello vesical en el paciente pediátrico, especialmente en lo que se refiere al uso de la terapia con alfa-bloqueantes, el pilar de la terapia médica en adultos. Diagnosticada en video-urodinámica, la disfunción primaria del cuello vesical se caracteriza por el tiempo prolongado de apertura, la incompleta canalización del cuello vesical, la electromiograma sin disturbios sdel piso pélvico muscular durante la fase del expulsivo vesical y los parámetros de flujo-presión anormales (Primary bladder neck dysfunction in children and adolescents II: results of treatment with alpha-adrenergic antagonists. Donohoe JM, Combs AJ, Glassberg KI. J Urol. 2005 Jan;173(1):212-6) Electromiografía piso pelviano muscular El piso pélvico muscular situado por debajo del diafragma pelviano. Se encuentra en el estrecho inferior de la pelvis. Sus relaciones anatómicas lo conforman la parte posterior del triángulo anal que tiene el conducto anal, las fosas isquiorectales a cada lado y el músculo esfínter externo del ano; la parte anterior o triángulo urogenital contiene los genitales externos y los conductos urogenitales en su región distal; el estrecho inferior de la pelvis se encuentra cerrado, pero lo atraviesa el conducto anal, la uretra y la vagina en la mujer. La parte posterior está cerrada por el diafragma pelviano y la parte anterior del estrecho inferior de la pelvis está cerrada por el diafragma urogenital. Los dos componente de los elevadores anales y los dos músculos coccígeos forman el diafragma pélvico y cierran el estrecho inferior o salida de la pelvis formando un gran embudo. El diafragma pélvico divide la cavidad pelviana en dos partes: la superior para las vísceras de la pelvis y la inferior que contiene grasa y se denomina fosa isquiorectal. El diafragma urogenital es una hoja de músculo estriado que se extiende entre las dos caras del arco del pubis y recubre la porción anterior del estrecho inferior o salida de la pelvis donde las fibras más anteriores y más posteriores siguen un curso transverso (músculo transverso), así como las fibras más mediales rodean la uretra (músculo esfínter externo de la uretra). Concluyendo tenemos que los músculos del piso pélvico lo conforman el esfínter anal externo, elevador del ano, coccígeo, bulboesponjoso, isquiocavernoso, esfínter uretral, transverso superficial y transverso profundo (Itza F. et al. Síndrome de dolor miofascial del suelo pélvico: una patología urológica muy frecuente. Actas Urol Esp [online]. 2010, vol.34, n.4, pp. 318-326. ISSN 0210-4806. http://dx.doi.org/10.4321/S021048062010000400003). Una variedad de técnicas se utilizan para medir la función muscular del piso pélvico, incluyendo la manometría de presión, los estudios por imágenes (como la resonancia magnética, ultrasonido o fluoroscopia), las pruebas neurofisiológicas (como potenciales de latencia neurológica evocados) y electromiografía. Sin embargo, las pruebas de urodinamica estándar utilizan la electromiografía para evaluar la actividad muscular del piso pélvico. Piso Pélvico Masculino (Google Images) Combs (Primary bladder neck dysfunction in children and adolescents I: pelvic floor electromyography lag time--a new noninvasive method to screen for and monitor therapeutic response. Combs AJ, Grafstein N, Horowitz M, Glassberg KI. J Urol. 2005 Jan;173(1):207-10) refiere que una de las conclusiones más importantes para lograr el diagnóstico de la disfunción primaria del cuello vesical en videourodinámica es la prolongación del tiempo entre el inicio de una contracción del detrusor voluntaria y el inicio del flujo de orina (tiempo de apertura). Dado que normalmente este evento dinámico es precedido inmediatamente por la relajación del piso pélvico muscular, se determinó si el intervalo entre la relajación del piso pélvico muscular en la electromiografía del piso pélvico y el inicio del flujo. El tiempo de retraso en la electromiografía del piso pélvico, es un tiempo que se correlaciona con el tiempo de apertura y cuando se prolonga y se asocia con la flujometría anormal, es altamente sugestiva de disfunción primaria del cuello vesical, por lo tanto, lo que justifica una evaluación más invasiva con video-urodinámica o la iniciación de la farmacoterapia con medicamentos alfa-1 bloqueantes adrenérgicos de manera empírica. Donde observaremos un incremento en la actividad de los grupos musculares que conforman el piso pélvico muscular (musculatura rojavoluntaria) al momento del expulsivo, habrá una hiperactividad de la actividad muscular, cuando en realidad, como dice Combs, debería existir una relajación del piso pélvico muscular, inmediatamente posterior a producirse una contracción vesical para el expulsivo urinario, para permitir el paso libre de la orina al exterior. Contracción voluntaria muscular del piso pélvico evaluado por EMG en espejo durante los estudios urodinámicos (Google Images) Es importante aclarar que debido a que el síndrome hiperpresión uretra prostática puede ser una patología de ‘malos hábitos miccionales y retencionistas urinarios, aprendidos muy temprano en la vida de los pacientes’, el segundo componente de hiperactividad o disfuncionalidad del piso pélvico muscular es tambíen un componente inusual, de mal hábito, promovido en la infancia tardía, adolescencia y adultez temprana por estados de angustia y stress, u otros síndromes psicológicos. La electromiografía del piso pélvico masculino es un componente valioso pero difícil de precisar en la prueba urodinámica. La electromiografía proporciona información esencial acerca de la respuesta de la rabdoesfínter y los músculos del piso pélvico con el llenado de la vejiga y la micción Diagnóstico diferencial Si el síndrome de Prostatitis es denominado por algunos investigadores la “cesta de la ignorancia médica” en virtud de la cantidad de síntomas variados con que puede manifestarse clínicamente, y que logran confundir numerosas veces a los médicos que atienden a éstos pacientes, qué podriamos decir de un síndrome tan poco conocido como es el síndrome hiperpresión uretra prostática, donde se combinan la disfunción del cuello vesical con la disfunción del piso pelviano muscular. Por lo antes mencionado se hace dificil encontrar antecedentes de enfoques diagnósticos adecuados en éstos pacientes. Al no saber el diagnóstico es evidente que los tratamientos dados son muchas veces equivocados y no cumplen con los objetivos terapeuticos en éste tipo de condición patologica. Son tratados como infecciones urinarias, como prostatitis, como patologías psicosomaticas, como transtornos psicologicos de diversa índole, como procesos de tipo inflamatorio entre otros. En la variedad de Prostatitis crónica denominada Prostatodinia, se menciona que hombres con dolor prostático pero que no arrojan resultados positivos en sus pruebas bacteriologicas (como el Test de Meares-Stamey o el Test de los 4 vasos (VB1, VB2, EPS, VB3), o el Test de los 2 vasos (EPS y VB3), o el Espermocultivo, tienen dolor pélvico-perineal que esconde muchas veces una etiología de disturbios músculo-esqueléticos que se asocian en numerosas ocasiones con “aparente obstrucción funcional del cuello vesical y de la uretra prostática”. Se recomienda en casos de mialgia del piso pélvico muscular, diatermia, relajantes musculares, fisioterapia con o sin fármacos ansiolíticos y consultas psicológicas clínicas. Hallazgos tacto prostático El tacto prostático podría ser de gran ayuda en el diagnóstico basado en el hecho que al tener el paciente síntomas urinarios bajos de tipo irritativo (de llenamiento vesical) u obstructivo (de vaciamiento vesical) podriamos inferir que se trata de una prostatitis o de una infección urinaria y tenemos la sorpresa que al palpar la próstata ésta está normal y no hay en el sedimento urinario patología infecciosa alguna. Sabemos por supuesto que éste es el caso quizas menos frecuente ya que los pacientes usualmente se presentan con secundarismos inflamatorios-infecciosos de diversa indole como lo mencionamos anteriormente y con sedimento urinario alterado por el hecho de tener volumenes residuales altos. Pero aun así debemos utilizarlo siempre como parte de nuestro examen físico, ya que de no hacerlo podriamos obviar un diagnóstico que nos conduciría a otro esquema diagnóstico y terapeutico. Hallazgos Bacteriologicos Test de Meares-Stamey Cuando el paciente tiene un síndrome de prostatitis de la variedad que fuera (como parte de secundarismos del síndrome hiperpresión uretra prostática) podremos diagnosticarlo con el Test de Meares-Stamey sumándole un espermocultivo. Ya en la oráctica diaria no se está haciendo el Test de los 4 vasos sino el de 2 vasos (EPS y VB3) con el espermocultivo. Test de Meares-Stamey Patrones de Localización Bacteriana Uretro-Prostático (Google Images) Urocultivo Usualmente negativo. La excepción al tenemos en los exámenes simples de orina y el analisis del sedimento urinario donde podriamos conseguir datos que nos lleven al diagnóstico de que hay una inflamación de las vias urinarias (leucocituria leve, piocituria incipiente, hematuria mínima, mucina abundante, bacterias escasas, nitritos negativos) Espermocultivo Usualmente son negativos para infección a menos que haya pasado mucho tiempo con el síndrome de hiperpresión uretra prostática y ésto haya ocasionado una prostato-vesiculitis con hallazgos probables de infección seminal y dando entonces espermocultivos positivos. Dentro del Test de Meares-Stamey la tercera muestra (EPS) y la cuarta muestra (VB3) podrían ser positivos para infección. De hecho en la actualidad se ha reducido a éstas dos muestras. Hallazgos en exámenes Psicológicos Cuando el paciente tiene tiempo con las repercusiones o secundarismos del síndrome hiperpresión uretra prostática podriamos tener hallazgos positivos en los exámenes psicológicos ya que el no saber que se tiene, el ir de médico en médico sin obtener mejoría y el hecho de que pasa el tiempo y muchas veces se agrava la condición hace que se entre en un transtorno psicológico del cual solo con ayuda especializada podria obtener mejoria. Tratamiento Medicamentos alfa-1 bloqueantes adrenérgicos Doxazosin Terazosin Alfuzosin Prazosin Tamsulosin Van Batavia, refiere que la disfunción primaria del cuello de la vejiga es un trastorno miccional no-neurogénico pasado por alto con frecuencia en pediatría. El diagnóstico se realiza clásicamente por video-urodinámica pero también se puede hacer con los estudios no invasivos uroflujoemtria con electromiografía del piso pélvico muscular. Nuestros resultados a largo plazo con el uso de ử-bloqueantes en pacientes con disfunción del cuello vesical primario. Batavia revisó cincuenta y un niños neurológicamente normales (edad media de 11.6 años) que cumplen los criterios para la disfunción primaria del cuello de la vejiga que se sometieron a terapia de ửbloqueante durante al menos de un año. Todos los pacientes fueron sintomáticos con parámetros de flujo anormales y un tiempo de retraso electromiograma de seis segundos o más en inicial uroflow/electromiografía. Tasas de flujo urinario máximo y el promedio, los tiempos de retardo electromiograma y volúmenes residuales post-void fueron comparados. Después de un seguimiento medio de 46.2 meses significaría tasas media y máxima uroflujo mejoraron 7.0 a 12.4 cc por segundo y 12.4 a 20.3 cc por segundo, respectivamente, mientras que el tiempo medio de retraso electromiograma disminuyó desde 30.8 hasta 5.8 segundos. De los pacientes el 85% reportó alivio sintomático subjetiva. Un total de 29%, interrumpieron el tratamiento ử-bloqueante, por diversas razones, ninguno relacionado con los efectos secundarios. La repetición del estudio flujométrico fuera de tratamiento/electromiograma mostraron que los parámetros medidos volvieron a los valores de pretratamiento Ocho de estos quince pacientes finalmente se reanuda la terapia ử-bloqueante, mientras que sólo tres de ellos, permanecieron asintomáticos fuera de la terapia ử-bloqueante. Con ésta terapia continúan beneficiándose niños con vejiga con disfunción primaria del cuello incluso después de tres años de tratamiento. Pocos pacientes pueden salir de la terapia ử-bloqueante sin tener que regresar a su estado pre-tratamiento, lo que sugiere que la condición es crónica probablemente en la mayoría de los pacientes (Van Batavia JP, Combs AJ, Horowitz M, Glassberg KI. Primary Bladder Neck Dysfunction in Children and Adolescents III: Results of Long-Term ử-Blocker Therapy . The Journal of Urology. 183(2):724–730, Feb 2010). En el síndrome hiperpresión uretra prostática asi como en casos de síndromes de prostatitis crónica habrá un aumento de la presión máxima de cierre uretral causada por hipertonia estromal prostática debido a una sobreactividad adrenérgica existente en ambos síndromes (para muchos las prostatitis serán consecuencia del síndrome hiperpresión uretra prostática). Li, menciona en su trabajo (Long-term safety, tolerability, and efficacy of ử1adrenergic blocker in young men with primary bladder neck obstruction: results from a single centre in China. Li B, Gao W, Dong C, Han X, Li S, Jia R, Xiao C. Int Urol Nephrol. 2012 Jun;44(3):711-6), cito textualmente 'La Obstrucción primaria del cuello vesical es un trastorno miccional no-neurogenico y con frecuencia se vé en en hombres jóvenes. Los resultados a largo plazo el uso de terapia ử1bloqueante en los hombres jóvenes con 'Obstrucción primaria del cuello vesical. Entre enero de 2005 y diciembre de 2009, la 'Obstrucción primaria del cuello vesical se diagnosticó en treinta hombres jóvenes en nuestra institución. La doxazosina 4 mg una vez al día se administró durante al menos doce meses. La seguridad y tolerabilidad se evaluaron, y la eficacia se evaluó a partir de International Prostate Symptom Score (I-PSS), calidad de vida, flujometría y residuo urinario postmiccional, durante los doce meses de tratamiento. El éxito del tratamiento se definió como al menos 3 ml por segundo aumento en la tasa de flujo máxima y más de un 40% de disminución en el I-PSS. En los treinta pacientes, la duración de los síntomas fue de 3 a 65 meses. Los síntomas más comunes fueron la vacilación (93.3%), el chorro débil (76.7%), y la frecuencia (66.7%). Un total de veinticuatro pacientes (80%) completó con éxito los doce meses de tratamiento. El período de medicación fue de 15.2 meses y la duración del seguimiento fue de 16.3 meses. La doxazosina fue segura y bien tolerada. La eficacia de la doxazosina se mantuvo durante el período de tratamiento de doce meses. En relación con la línea de base, hubo una reducción en el número de medio I-PSS (de 17.7 ± 4.2 a 10.4 ± 4.8), la media de la calidad de vida (de 4.2 ± 1.1 a 2.4 ± 1.3), y la media de la orina residual postvaciado (de 79.3 ± 33.4 a 47,1 ± 21.3), y un aumento en la tasa de flujo máxima media (de 11.4 ± 2.9 a 15.1 ± 3.2 ml) después de tratamiento de doce meses. El tratamiento tuvo éxito en deiciseis pacientes (66.7%) de acuerdo con la mejora en los síntomas y el flujo urinario máximo. Terapia ử1-bloqueante muestra un favorable perfil de seguridad, tolerabilidad y perfil de eficacia durante el tratamiento de doce meses en los pacientes varones jóvenes con obstrucción primaria del cuello vesical. Este aumento de presiones intrauretrales sera el responsable del reflujo uretroprostático que ocasionará síntomas en el área glandular prostática y en las áreas seminales (vesículas seminales, área deferencial y área epididimaria-testicular). Inclusive Osborn (Osborn DE, George NJ, Rao PN, Barnard RJ, Reading C, Marklow C, Blacklock NJ. Prostatodynia--physiological characteristics and rational management with muscle relaxants. Br J Urol. 1981 Dec;53(6):621-3) describe una incompleta tunelización del cuello vesical asi como un adelgazamiento de la zona esfinteriana uretral. Por todo lo antes mencionado cuando se disminuye la sobreactividad alfa-adrenérgica de dicha zona a través de los medicamentos alfa-1 bloqueantes adrenérgicos tendremos una sustancial mejoría en los síntomas percibidos por el paciente y una mejoría en los scores no solo de síntomas sino en los scores de calidad de vida. Tratamiento Quirúrgico Incisión(es) endoscópicas (transuretrales) de cuello vesical Resección endoscópicas (transuretrales) de cuello vesical Incisiones transuretrales de próstata Dichos procedimientos han demostrado superioridad sobre los tratamientos farmacológicos con medicamentos alfa-1 bloqueantes adrenérgicos. Pero la(s) incisión(es) del cuello vesical han demostrado superioridad sobre la resección de cuello y sobre las incisiones de próstata. Alivian de manera segura la fase expulsiva urinaria es decir disminuyen la presión vesical de vaciamiento y la presión del detrusor. mejoran los parametros objetivos (flujometría, determinacion de residuo, estudios de flujo-presión y subjetivos de calidad de vaciamiento (cuestionarios de calidad de vida). Comentario aparte es aquel caso que se demuestre la coexistencia de crecimiento prostático con la disfunción del cuello vesical siendo entonces preferible las incisiones de cuello vesical más las incisiones prostáticas o de manera definitiva la resección transuretral prostática. Tratamiento Hipertonicidad Muscular del Piso Pelviano Biofeedback con Reeducacion Neuromuscular del piso pelviano muscular Utilizado para reducir o inhibir la actividad exacerbada de la musculatura estriada de piso pélvico y con ello reducir los síntomas asi como los efectos secundarios de la hipertonia del piso pélvico, entre otros los procesos inflamatorios cronicos a nivel de la glandula prostática. Desde el año 1981, Osborn mencionaba el tratamiento de una variedad crónica inflamatoria prostática denominada prostatodinia con relajantes musculares debido a los eventos fisiologicos que rodeaban a las prostatitis crónicas, sea cual fuere su variedad. El mencionaba que en muchos casos se veían estados de espasticidad de la musculatura del piso pélvico (Osborn DE, George NJ, Rao PN, Barnard RJ, Reading C, Marklow C, Blacklock NJ. Prostatodynia--physiological characteristics and rational management with muscle relaxants. Br J Urol. 1981 Dec;53(6):621-3) Todos hemos tenido en nuestras consultas hospitalarias y privadas, pacientes con cuadros de prostatitis crónica que han tenido evoluciones clínicas muy irregulares, sobre todo en lo referente al aspecto dolor, ya que son pacientes que refieren síntomas molestos o dolorosos ubicados en áreas como el periné, la zona glutea, la zona hipogástrica, la zona lumbosacra, el área de proyección de las estructuras seminales, que no ceden de manera rápida y mucho menos con el enfoque terapéutico utilizado normalmente, como son antibióticos, antiinflamatorios, fitoterápicos, calor local, entre otros y si nos comenzarán a dar resultados aquellos tratamientos que dirijan sus efectos farmacologicos hacia el alivio de la hipertonia muscular sea lisa (a través de fármacos alfa-uno bloqueantes adrenérgicos como la Doxazosina, Tamsulosina, Terazosina o Alfuzosina) o estriada, como la del piso pelviano muscular, a través de fisioterapia, biofeedback anorectal, relajantes musculares estriados y ansioliticos de diversas estructuras químicas, así como alternativas tipo relajación con ejercicios en piscina. El biofeedback se presenta como una alternativa menos definitiva que la cirugía, sobre todo cuando sabemos que una de las consecuencias lógicas de la cirugía sobre el cuello vesical (sea cual sea la modalidad de cirugía utilizada) provocará eyaculaciones secas (por eyaculación retrógada) con las consecuencias normales sobre el área de la fertilidad, sobre el área de la sexualidad de la pareja y sobre el área emocional del paciente. No nos olvidemos que los aspectos de la sexualidad de cada ser humano son imprevisibles y las repercusiones sobre ésta área no deben ser obviados por el médico tratante. Nadler (Bladder training biofeedback and pelvic floor myalgia. Nadler RB.Urology. 2002 Dec;60(6 Suppl):42-3; discussion 44. Review) refiere la utilizacion del biofeedback con reeducación neuromuscular del piso pelviano muscular, cuando el paciente presenta hipertonía muscular del piso pélvico como factor contribuyente al síndrome de prostatitis crónica variedad síndrome de dolor crónico pelviano masculino con excelentes resultados. Esto por supuesto efectuado en ambientes especiales con urólogos, fisioterapeutas para asociar a dichas alternativas, técnicas de calor local en piso pélvico, ultrasonido y ejercicios con la fisioterapeuta para lograr el objetivo deseado, que es la relajación del piso pelviano muscular, que sabemos es de una complejidad estructural tal, que lo hace todo un reto para la persona que se proponga relajar todos esos componentes musculares. Por lo tanto las alternativas no quirúrgicas son a mi parecer las más adecuadas para intentar una verdadera mejoría clínica, sobre todo si las combinamos con las Terapias de tipo Conductual, las cuales definimos a continuación (Potenziani Bigelli Julio César-Alternativas no quirurgicas en el tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo en la mujer). Ver la Guía de cambios de comportamiento y reeducación vesical y rehabilitación del piso pelviano muscular del Dr Julio César Potenziani Bigelli en Research Gate (https://www.researchgate.net/publication/237837618_Guia_de_Cambios_de_Comporta miento_Reeducacin_Vesical_y_Rehabilitacin_del_Piso_Plvico_Muscular_en_pacientes_con _Trastornos_Urinarios?ev=prf_pub) Calor Local en el piso pelviano muscular A través de aditamentos como mantas eléctricas, bolsas plasticas calientes entre otros, termoterapia, ablación transuretral de próstata. Farmacoterapia Fármacos relajantes musculares esqueléticos Fármacos ansiolíticos Fármacos antinflamatorios Fármacos antimicrobianos Fármacos analgésicos Fitoterapia Fármacos Hipouricemiantes Terapia Física En servicios de Fisiatria y Rehabilitación con diatermia, electroestimulaciones cutaneas, ultrasonido, masajes, ejercicios, relajación corporal en piscinas, ejercicios fisiátricos específicos para el piso pelviano muscular, baños termales. Interacciones Mente-Cuerpo (con ejercicios de relajación progresiva, con diferentes modalidades existentes en la actualidad) Reeducación Vesical. Terapias Conductuales Ver la guía de cambios de comportamiento y reeducación vesical y rehabilitación del piso pelviano muscular del Dr Julio César Potenziani Bigelli en Research Gate (https://www.researchgate.net/publication/237837618_Guia_de_Cambios_de_Comporta miento_Reeducacin_Vesical_y_Rehabilitacin_del_Piso_Plvico_Muscular_en_pacientes_con _Trastornos_Urinarios?ev=prf_pub) Apoyo Psicoemocional Es imprescindible asociar nuestros esfuerzos en el área de la terapéutica para aliviar o inclusive curar el síndrome de hiperpresión uretra prostática, con sesiones de psicoterapia que ayuden a mejorar los efectos nocivos que la personalidad particular, con rasgos obsesivosansiosos, presentes en éstos pacientes, sea un factor de entorpecimiento en el camino hacia su recuperación. La presencia de un psicólogo clínico es fundamental. Comentario Final Hemos querido destacar una condición patológica denominada síndrome de hiperpresión uretra prostática en el varón joven de quince a cincuenta años, formado por dos componentes uno, la disfunción del cuello vesical (discinergia del esfinter interno-lisoesfinter) con fallas en la coordinación entre la contracción del detrusor al momento del expulsivo urinario y la relajación o apertura del cuello vesical, para garantizar la salida de orina de la vejiga. El paciente tendrá una obstrucción funcional a la salida de orina de la vejiga El segúndo componente del síndrome hiperpresión uretra prostática es la disfunción del piso pelviano muscular, es decir la no relajación de dicha musculatura al momento del expulsivo urinario, con lo cual, de éstar funcionando normalmente se obtendría la salida de orina de manera expedita de la uretra prostática hacia el exterior, pero al funcionar mal, habrá una rémora de orina con presiones elevadas en ésa àrea uretral. Debe ser un paciente sin patología neurológica alguna y con ciertas características conductuales como personalidad tipo A, personas ansiosas, tensas y con repercusiones emocionales en varios órganos y sistemas del organismo (psicosomatismo) y que han sido equivocamente tratados a lo largo de su historia clínica, debido a la carencia de diagnóstico preciso y definitivo. Son pacientes que han sido vistos en consultas médicas urológicas por infecciones urinarias a repetición en la infancia, enuresis, incontinencia urinaria o son niños retencionistas urinarios, que la madre se dá cuenta de que casi no orinan. En ocasiones han visitado muchos especialistas, sin obtener resultados favorables. El síndrome hiperpresión uretra prostática no deberá ser confundido con la discinergia detruso-esfinteriana externa (rabdoesfinter) usualmente de origen neurológico. El tratamiento del síndrome hiperpresión uretra prostática deberá adaptarse a las condiciónes de cada paciente, tipo de sintomatología que presenta, tipo de repercusiones secundarias, tipo de personalidad, tratamientos anteriormente recibidos y que grado de afectación en su calidad de vida tiene al momento de la consulta médica. La secuencia terapéutica que debe usarse en éstos pacientes son: tratamiento farmacológico (medicamentos alfa-1 bloqueantes adrenérgicos), terapia de tipo conductual (cambios en el comportamiento del paciente en relación a sus vias urinarias), biofeedback para que el paciente “aprenda” a relajar la musculatura del piso pelviano muscular y con ello eliminar uno de los dos factores que ocasionan el síndrome, pero además la terapia conductual ayudará tambíen a prevenir las pérdidas urinarias contrayendo voluntariamente los músculos del piso pelviano muscular y ser él quien comande a la vejiga y no lo contrario, a aumentar gradualmente la capacidad vesical (al aumentar su distensibilidad) y con ello disminuir la frecuencia y la urgencia urinaria, a disminuir la frecuencia urinaria, a mejorar la calidad de vida del paciente, a tener plena conciencia de sus problemas urinarios y comprender que su actitud cambiará positivamente su calidad de vida urinaria y por último a coordinar mejor su acto volitivo de la micción. Uno de los aspectos mas devastadores de éste síndrome como es el dolor, que no es intenso pero si molesto, persistente y resistente a numerosas formas de terapia, ocasiona un deterioro importante de la calidad de vida de los pacientes afectados y es uno de los objetivos fundamentales que debe perseguir todo urólogo que enfrente éste gran reto de pacientes con síndrome de hiperpresión uretra prostática. Lo que hace la diferencia en éste síndrome es el componente del piso pelviano muscular. Discinergia del lisoesfinter o del cuello vesical ha sido estudiada por numeroos investigadores, pero el añadido del piso pelvico muscular en fase hipertónica, que no se relaja al ‘desencadenarse’ un vaciamiento urinario es la diferencia. Hoy en día no es infrecuente ver en las consultas hospitalarias y privadas, pacientes masculinos de todas las edades, pero sobre todo jóvenes, que tienen trastornos urinarios de vaciamiento y cuando uno interroga bien al paciente, se dá cuenta que tiene problemas emocionales de índole variada. Afortunadamente, aparte de contar con los fármacos alfaadrenolíticos, se cuenta tambien con muchos argumentos médicos y alternativos que servirán para mejorar al paciente afectado.