MESA DE DIALOGO: "¿Quién puede traducir? En torno a la

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MESA DE DIALOGO: "¿Quién puede traducir? En torno a la definición del traductor en el proyecto de Ley de traducción autoral" SPET, IES en Lenguas Vivas “Juan R. Fernández”, 24 de abril de 2015 Andrés Ehrenhaus (LDTA), Ana María Gentile (FaHCE, UNLP), Elena Marengo (Lenguas Vivas), Natalia Lobo (SíntesisFL, UNC) Moderación: Griselda Mársico (SPET), Federico Gianotti (CETLV) y Milagros Vilar (CETLV) El viernes 24 de abril tuvo lugar finalmente (después de un primer intento frustrado en diciembre de 2014) la mesa de diálogo que reunió a la mayoría de las partes involucradas en el debate sobre la definición de traductor propuesta en el proyecto de Ley. El debate, al que en nuestro blog dimos en llamar "¿Quién puede traducir?", se desarrolló hacia fines del año pasado entre docentes de diversas casas de estudio, apoyados a su vez por traductores, estudiantes y otros profesionales. Ante una gran cantidad de asistentes, en su mayoría estudiantes de las diversas carreras de traductorado del Lenguas Vivas, docentes y traductores, y con la ausencia de uno de los sectores interesados, los traductores públicos nucleados en la Federación Argentina de Traductores (FAT), que no respondieron a esta segunda invitación de los anfitriones, se discutió con amabilidad y firmeza sobre diversos aspectos vinculados en mayor o menor medida con el eje del intercambio. Entre los aspectos a los que se volvió con cierta recurrencia, a pesar de que no atañen directamente al núcleo de la cuestión, cabe mencionar la relación de los traductores con las editoriales (en especial, las condiciones de trabajo y los honorarios, las distintas realidades locales) y la calidad de la formación (fundamentalmente, si la formación terciaria o universitaria prepara efectivamente para desempeñarse en el ámbito de la traducción editorial, cómo se garantiza una formación prestigiosa, etc.). Si los mencionamos es porque su reiterada aparición en el debate revela el peso que tienen entre las preocupaciones de los traductores y de los formadores de traductores y consideramos que merece la pena registrarlos. El centro del debate, no obstante, lo siguen constituyendo ‐aun después de la mesa de diálogo‐ dos problemas en torno a los cuales hay visiones distintas, que quedaron claramente expresadas en la mesa y hasta el momento no parecen conciliables. El primero de ellos es la relación entre traducción y formación, es decir, cómo se forma o debe formarse un traductor. Allí, una de las posiciones es que el traductor debe formarse en el seno de instituciones especializadas (aun reconociendo la necesidad de mejorar las formaciones o adecuarlas a los requisitos del mundo laboral); para la otra posición, el traductor se forma adentro y también afuera de las instituciones especializadas, en otras instituciones o aun en ámbitos no institucionales, e incluso es bueno y necesario que así sea. El segundo problema concierne a la naturaleza de la ley proyectada. Lo que está en discusión es a quién protege o debería proteger la ley: si es una ley de carácter laboral, realista, que protege los derechos de quienes trabajan como traductores, tengan o no un título; o si la ley debe proyectar en su texto una figura de traductor a la que se aspira: el traductor profesional en el sentido de un traductor que posea un título expedido dentro de instituciones especializadas que garanticen una formación específica. Los argumentos en uno y otro sentido para uno y otro problema están suficientemente expuestos en los documentos elaborados por las partes involucradas, y fueron esgrimidos y discutidos largamente en la mesa y con los asistentes. De los temas conexos que se tocaron queremos dejar registrados dos que nos parecen relevantes para pensar el destino del proyecto y la situación futura de los traductores dedicados al ámbito editorial en Argentina: por un lado, el papel de actores que en principio no parecen afectados por el proyecto de Ley, pero cuyo lugar dentro del campo de la traducción debe ser puesto sobre la mesa y dilucidado: los colegios de traductores públicos y las características de las leyes provinciales que regulan la actividad de ese sector. Por otro lado, el rol de las asociaciones profesionales, en particular, el papel que asumirá o se permitirá asumir la Asociación Argentina de Traductores e Intérpretes ( AATI) de aquí en adelante, con un panorama que ya está cambiando, más allá de lo que ocurra con el proyecto de Ley. Informe y comentario: Griselda Mársico LDTA agradece a Ana María Gentile, Elena Marengo y Natalia Lobo por haber aceptado compartir la mesa con nosotros, y a los anfitriones (el SPET y "Malas Lenguas", actual conducción del Centro de Estudiantes del Terciario en el Lenguas Vivas). 
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