38. Seguridad jurídica respecto a la imposición de penas y multas.

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38. Seguridad jurídica respecto a la imposición de penas y multas.
Normatividad
En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos este derecho se encuentra
garantizado en:
Artículo 21.
La investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público y a las
policías, las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquél en el
ejercicio de esta función.
El ejercicio de la acción penal ante los tribunales corresponde al Ministerio
Público. La ley determinará los casos en que los particulares podrán ejercer la
acción penal ante la autoridad judicial.
La imposición de las penas, su modificación y duración son propias y exclusivas
de la autoridad judicial.
Compete a la autoridad administrativa la aplicación de sanciones por las
infracciones de los reglamentos gubernativos y de policía, las que únicamente
consistirán en multa, arresto hasta por treinta y seis horas o en trabajo a favor
de la comunidad; pero si el infractor no pagare la multa que se le hubiese
impuesto, se permutará esta por el arresto correspondiente, que no excederá
en ningún caso de treinta y seis horas.
Si el infractor de los reglamentos gubernativos y de policía fuese jornalero,
obrero o trabajador, no podrá ser sancionado con multa mayor del importe de
su jornal o salario de un día.
Tratándose de trabajadores no asalariados, la multa que se imponga por
infracción de los reglamentos gubernativos y de policía, no excederá del
equivalente a un día de su ingreso.
El Ministerio Público podrá considerar criterios de oportunidad para el
ejercicio de la acción penal, en los supuestos y condiciones que fije la ley.
El Ejecutivo Federal podrá, con la aprobación del Senado en cada caso,
reconocer la jurisdicción de la Corte Penal Internacional.
La seguridad pública es una función a cargo de la Federación, el Distrito
Federal, los Estados y los Municipios, que comprende la prevención de los
delitos; la investigación y persecución para hacerla efectiva, así como la
sanción de las infracciones administrativas, en los términos de la ley, en las
respectivas competencias que esta Constitución señala. La actuación de las
instituciones de seguridad pública se regirá por los principios de legalidad,
objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos
humanos reconocidos en esta Constitución.
Las instituciones de seguridad pública serán de carácter civil, disciplinado y
profesional. El Ministerio Público y las instituciones policiales de los tres
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órdenes de gobierno deberán coordinarse entre sí para cumplir los objetivos
de la seguridad pública y conformarán el Sistema Nacional de Seguridad
Pública, que estará sujeto a las siguientes bases mínimas:
a) La regulación de la selección, ingreso, formación, permanencia, evaluación,
reconocimiento y certificación de los integrantes de las instituciones de
seguridad pública. La operación y desarrollo de estas acciones será
competencia de la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los municipios
en el ámbito de sus respectivas atribuciones.
b) El establecimiento de las bases de datos criminalísticas y de personal para
las instituciones de seguridad pública. Ninguna persona podrá ingresar a las
instituciones de seguridad pública si no ha sido debidamente certificado y
registrado en el sistema.
c) La formulación de políticas públicas tendientes a prevenir la comisión de
delitos.
d) Se determinará la participación de la comunidad que coadyuvará, entre
otros, en los procesos de evaluación de las políticas de prevención del delito
así como de las instituciones de seguridad pública.
e) Los fondos de ayuda federal para la seguridad pública, a nivel nacional
serán aportados a las entidades federativas y municipios para ser destinados
exclusivamente a estos fines.
Comentario
Corresponde al artículo 21 Constitucional, tutelar la seguridad jurídica en materia de
penas y multas, así como establecer la configuración del Ministerio Público, en su carácter
de representación social e institución encargada de perseguir los delito, y de manera más
reciente fijar los principios para las tareas relativas a la seguridad pública, en los tres
órdenes de gobierno.
Antes de la Constitución de 1857, existieron intentos por crear la figura del fiscal o
promotor fiscal, para que actuara en defensa de la hacienda pública y como órgano de
acusación dentro del proceso penal, pero sin que se materializara una institución con
unidad y estructura jerárquica. El Ministerio Público comenzó a mostrar su perfil en la
Constitución de 1857, en el artículo 97, en donde previó junto con los demás funcionarios
de la Suprema Corte de Justicia, un Procurador General. En el Código de Procedimientos
Penales para el Distrito Federal y Territorio de Baja California, de 1880, ya se menciona al
Ministerio Público, y se le define como una magistratura instituida para pedir y auxiliar la
pronta administración de justicia en nombre de la sociedad. Una reforma constitucional
de 1900, además de incorporarlo al Poder Ejecutivo, lo plasmó como una institución
jerárquica y unitaria, bajo la dependencia del procurador general de la República. Lo
anterior se terminó de definir, con la promulgación de la Ley Orgánica del Ministerio
Público Federal, de 1908, en cuya exposición de motivos se remarcó que el Ministerio
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Público, debe tener existencia propia, ser independiente y separado por completo de los
tribunales.
El debate del Constituyente de 1917 en torno al artículo 21, se enfocó en las funciones
persecutorias del Ministerio Público y al surgimiento de la policía judicial bajo el mando
del primero, como organismo de investigación, tomando como referente el esquema del
Ministerio Público Federal de los Estados Unidos.
Al respecto, se vivió una intensa discusión entre los diputados Constituyentes, además de
una extensa explicación en la exposición de motivos del proyecto de Venustiano Carranza.
Finalmente, el artículo 21 estableció que la persecución de los delitos era incumbencia del
Ministerio Público y la policía judicial, a la cual colocó bajo su autoridad y mando
inmediato, además de definir que a la autoridad administrativa le correspondía el castigo
de las infracciones de los reglamentos gubernativos y de policía, consistiendo en multa o
arresto hasta de treinta y seis horas; pero añadió que si el infractor no pagara la multa
impuesta, ésta se permutaría por el arresto correspondiente, que no habría de exceder en
ningún caso de quince días. También se añadió que si el infractor fuese jornalero, obrero o
trabajador, no podrá ser sancionado con multa mayor del importe de su jornal o salario de
un día.
El artículo 21 Constitucional, ha sido objeto de diversas reformas, de suyo trascendentes,
publicadas en el Diario Oficial de la Federación, el 3 de febrero de 1983; el 31 de
diciembre de 1994; el 3 de julio de 1996; el 20 de junio de 2005 y, la más reciente, el 18 de
junio de 2008. En su texto se han ido introduciendo elementos orientados al
fortalecimiento de las tareas de seguridad en los tres órdenes de gobierno. Por ejemplo, el
reconocimiento de que la seguridad pública es una función a cargo de la Federación, el
Distrito Federal, los Estados y los Municipios, que comprende la prevención de los delitos;
la investigación y persecución para hacerla efectiva, así como la sanción de las infracciones
administrativas, en los términos de la ley, en las respectivas competencias que esta
Constitución señala. Además de fijar que la actuación de las instituciones de seguridad
pública debe estar regida por los principios de legalidad, objetividad, eficiencia,
profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos reconocidos en esta
Constitución, con lo que se ubica el numeral dentro de la tesitura de considerar la
protección de dichos derechos fundamentales, como principio toral de nuestro sistema
constitucional.
Por otra parte, se establece que las instituciones de seguridad pública deben tener un
carácter civil, disciplinado y profesional, además de ordenar que entre el Ministerio
Público y las instituciones policiales de los tres órdenes de gobierno, debe haber
coordinación, a fin de cumplir los objetivos de la seguridad pública y así conformar el
Sistema Nacional de Seguridad Pública, sujeto a bases mínimas, tales como a regulación
de la selección, ingreso, formación, permanencia, evaluación, reconocimiento y
certificación de los integrantes de las instituciones de seguridad pública; el
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establecimiento de las bases de datos criminalísticos y de personal; formulación de
políticas públicas tendientes a prevenir la comisión de delitos; participación de la
comunidad en los procesos de evaluación de las políticas de prevención del delito, así
como de las propias instituciones de seguridad pública; y la existencia de fondos de ayuda
federal para la seguridad pública, que a nivel nacional se aportarán a las entidades
federativas y municipios, para que se destinen exclusivamente a estos fines.
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