ETUPEFACIENTES. TEORÍA DE LA BAGATELA. PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN Rtro. S. III T.42f*80/84 //Plata, agosto 17 de 2005.VISTO: este expediente nro. 3477/III, caratulado: AZ., M. A. s/inf. Ley 23.737@, proveniente del Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal de Junín; CONSIDERANDO: El doctor Pacilio dijo: I. El caso 1. El (...)alrededor de las 2:50 horas, una patrulla policial que se encontraba constituida en la intersección de las arterias (...)interceptó e identificó a un individuo. Al revisarlo en presencia de dos testigos, halló que Z. tenía, en el interior del bolsillo delantero izquierdo de su pantalón, un envoltorio de papel blanco que contenía una sustancia vegetal de color verde pardusco, con olor característico de la picadura de marihuana. Por ello lo trasladó a la seccional y efectuó el test de orientación sobre la sustancia, que dió resultado positivo para marihuana (...). 2. En el trámite de la causa ratificaron su actuación los testigos del procedimiento (...)y se realizó la pericia química de la sustancia,determinándose que con la cantidad incautada se pueden obtener diez dosis umbrales de 3,5 miligramos con efecto estupefaciente (...). 3. Con esos elementos probatorios el juez de primera instancia entendió que la conducta del encausado se encuentra por debajo del umbral de ilicitud por no existir el peligro común y/o indeterminado requerido,. Estimó para ello que no hubo afectación ni peligro potencial para el bien jurídico tutelado por la Ley 23.737; que A...la cantidad de droga secuestrada hace presumir de manera palmaria que su destino no era otro que el consumo exclusivo de quien la tenía en su poder ...@(sin trascendencia a terceros); y que la cantidad de sustancia incautada A...no permite tener por acreditado el cuerpo del delito...@; disponiendo por ello el sobreseimiento del imputado (...). 4. El señor fiscal dedujo recurso de apelación (...), cuestionando la resolución del magistrado por entender que la cantidad de droga hallada excede la dosis umbral media, lo que hace prematuro considerar que no afecta la salud pública. II. Tratamiento de los agravios. 1. En primer lugar es necesario recordar que la ley 23.737 es una norma dirigida a tutelar CCesencialmenteCC a la salud pública, mediante la represión de un conjunto de conductas vinculadas al consumo y tráfico de estupefacientes, definidas como Adelitos de peligro abstracto@. En ese marco, el artículo 14 penaliza la tenencia de estupefacientes a través de dos modalidades: simple y para consumo personal. En relación a ésta última y a falta de una previsión normativa expresa, la jurisprudencia ha construido la idea de que basta para la tipificación de la conducta, la existencia de una dosis umbral de la sustancia (siendo ésta la que determina el momento desde el que el poder toxicomanígeno del material provoca cambios determinables en el organismo). 2. Por otra parte, y en relación al agravio puntual expuesto por la fiscalía sobre la cuantía de la sustancia, cabe señalar que esta Sala no adhiere a la Ateoría de la bagatela@ o Ainsignificancia@, en materia de la ley 23.737; criterio que coincide con el de la Cámara Nacional de Casación Penal(Cfr. Sala I, causa 402, "Echaide, A. A. y otro s/ Rec. de Casación", del 8 de mayo de 1995; Sala II, causa 412, "Reyes, D. s/ Recurso de casación", del 20 de junio de 1995; Sala III, causa 418, "Silvera, S. José G. s/ Rec. de casación", del 5 de mayo de 1995; Sala IV, causa 167, "Cejas, D. R. s/ Rec. de casación", del 18 de mayo de 1995). Y así lo ha decidido en las causas números 1802, AAires, Claudio Dario s/ Pret. Inf. ley 23.737@, del 30 de agosto de 2001; 1775, ALópez, Laura Inés s/ Inf. ley 23.737@, del 5 de marzo de 2001 y 734, "Bergara, Héctor Eduardo. Rojas, Nora Beatríz s/ Inf. art. 14, 1er. párrafo ley 23.737", del 23 de abril de 1998. 3. No se ha discutido en autos que la sustancia estupefaciente encontrada fuera de propiedad de Z., y está debidamente probado que se encontraba dentro de su esfera de custodia CCen una prenda que vestía al momento de la requisaCC, tanto como su aptitud toxicomanígena. Se encuentran entonces probados los elementos del tipo, ya que las conductas descriptas en el artículo 14 se concretan con la mera tenencia de la sustancia, sin que sea necesario evaluar su trascendencia a terceros. Siendo así, la consideración en el juicio de mérito de circunstancias y modalidades particulares no previstas por el legislador para determinar su adecuación al tipo, conlleva el riesgo de violentar los principios de legalidad e igualdad, además de importar una intromisión en la esfera de competencias de otro poder. Por tanto corresponde revocar la resolución (...) debiendo proseguir la instrucción según su estado. El doctor Vallefín dijo: I. Antecedentes Conforme se desprende de las constancias de la causa, el señor juez de primera instancia resolvió sobreseer a Z. en orden al delito que se le reprochara, por entender que la conducta del imputado se encuentra por debajo del umbral de ilicitud al no existir el peligro común y/o indeterminado requerido por el tipo penal. Resaltando luego que A...la escasa cantidad de droga secuestrada hace presumir de manera palmaria que su destino no era otro que el consumo exclusivo de quien la tenía en su poder, por lo que no se puede inferir que su ingesta aislada trascienda a terceras personas, como requiere el bien jurídico tutelado por la norma en trato...@ (...). Contra dicha resolución el señor Fiscal Federal interpuso recurso de apelación, alegando que hubiera compartido la postura sustentada por el a quo A...solo si del informe pericial se desprende que con la cantidad secuestrada a un sujeto no se puede siquiera obtener una dosis umbral; lo que no sucede en este expediente donde con la cantidad incautada se pueden obtener diez dosis umbrales de 3,5 miligramos con efecto estupefaciente. Por lo tanto resulta prematuro afirmar que dicha tenencia o consumo no afecta al menos potencialmente la salud pública...@ (...). II. Consideración de los agravios. Comparto la decisión que mis colegas propician sobre el fondo del asunto. Sin perjuicio de ello, encuentro propicia la ocasión para realizar algunas consideraciones sobre la materia en debate. 1. La jurisprudencia de la Corte Suprema de la Nación. 1.1. La Corte Suprema ha atravesado por diversas etapas al momento de decidir sobre una cuestión que guarda íntima relación con la del sub judice: la punibilidad de la tenencia de sustancias narcóticas para consumo personal. En el caso ABazterrica, Gustavo Mario s/tenencia de estupefacientes@ y ACapalbo, Alejandro Carlos s/ tenencia de estupefacientes@ (Fallos 308:1392), declaró la inconstitucionalidad del art.61 de la ley 20.771 en cuanto incriminaba la simple tenencia de estupefacientes para consumo propio, por resultar contrario al art.19 de la Carta Magna. 1.2. Años después, retomando la línea expuesta in re AColavini, Ariel O.@ (Fallos 300:254), se afirmó que los motivos que tuvo en cuenta el legislador para penalizar la tenencia de sustancias prohibidas con los fines antes aludidos, se cimentan en razones de oportunidad, mérito o conveniencia, por lo que el Poder Judicial no puede inmiscuirse en tales motivos so riesgo de arrogarse funciones legislativas. Por lo que determinada por los poderes públicos la potencialidad dañosa de ciertas sustancias respecto de la salud pública, su tenencia constituye una acción que excede la intimidad de las personas y es susceptible de ser castigada (AMontalvo, Ernesto s/ Inf. Ley 20.771", Fallos 313:1333). 2. La jurisprudencia de la Cámara Nacional de Casación Penal. Sobre la base de los precedentes antes citados, la Cámara Nacional de Casación Penal expuso sus motivos para desestimar la aplicación de la teoría de la Ainsignificancia@ o Abagatela@ en materia de tenencia de estupefacientes. En lo que aquí interesa, en los autos ACejas, Daniel E.@(Sala IV, 18/03/95,@LL@ 1996-C,663), ha dicho: A...La diversa interpretación efectuada por los fallos dictados durante la vigencia de la ley 20.771 (C.S.J.N: Fallos ABazterrica@ y ACapalbo@ 308:1392) provocaron inseguridad jurídica. Fue esta circunstancia, junto con el avance de la drogadicción, lo que determinó al legislador de la ley 23.737 a establecer como conducta delictiva la tenencia de estupefacientes en escasa cantidad, inequívocamente destinada al uso personal, con lo cual ya no corresponde efectuar evaluaciones sobre el tema, y llegar a un casuismo no querido por la ley ni por la sociedad, la que espera la protección de sus derechos que atañen a la moral, salud y seguridad públicas. La tenencia de estupefacientes, cualquiera que fuese su cantidad, es conducta punible en los términos del art.14 parte 20, de la ley 23.737 y tal punición razonable no afecta ningún derecho reconocido en nuestra Ley Fundamental...@. Tiempo después, y en idéntico sentido, dicho Tribunal se expidió en lo autos AEchaide, Ariel y otro@ (Sala I, 08/05/1995, AJA@ 1996-I-485). III. Las circunstancias de la causa y la aplicación de los precedentes antes citados. 1. Pues bien, de las constancias del expediente surge que el (...), en poder de Z. fue hallado un envoltorio de papel color blanco, conteniendo en su interior una sustancia vegetal de características similares a la comúnmente conocida como Amarihuana@ (...). Tanto la prueba orientativa como la pericia química realizadas sobre el material en tela de juicio arrojaron resultados positivos para la presencia de cannabis sativa linneo, pudiéndose obtener con la cantidad secuestrada hasta diez dosis umbrales de 3,5 miligramos con efecto estupefaciente (...). 2. Sentado ello, es menester recordar que he adherido al criterio que aconseja sujetarse a los precedentes de la Corte Suprema. En efecto, dicho Tribunal ha resuelto en el caso de AFallos@ 307:1094, ACerámica San Lorenzo@, que Ano obstante que la Corte Suprema sólo decide en los procesos concretos que le son sometidos, y su fallo no resulta obligatorio para casos análogos, los jueces inferiores tienen el deber de conformar sus decisiones a aquéllas (conf. doc. de Fallos 25:364). De esta doctrina y de la de Fallos: 212:51 y 160, emana la consecuencia de que carecen de fundamento las sentencias de los tribunales inferiores que se apartan de los precedentes de la Corte sin aportar nuevos argumentos que justifiquen modificar la posición sentada por el Tribunal, en su carácter de intérprete supremo de la Constitución Nacional y de las leyes dictadas en consecuencia (confr. causa >Balbuena, César Aníbal s/ extorsión= resuelta el 17 de noviembre de 1981), especialmente en supuestos como el presente, en el cual dicha posición ha sido expresamente invocada por el apelante@ (AFallos@ 307:1094, cit., consid. 2°, en p. 1096 y 1097; véase, también, Sagüés, Néstor Pedro, Derecho procesal constitucional. Recurso extraordinario, 2da edición, Buenos Aires, Astrea, 1989, tomo I, p. 177 y siguientes). 3. Teniendo presente lo expuesto, no existiendo dudas sobre el hallazgo del elemento incriminatorio en poder del imputado, y no encontrando motivos en el sub judice que permitan apartarse de los precedentes jurisprudenciales citados, estimo que debe revocarse la decisión del a quo en cuanto sostuvo que la conducta de Zini no ponía en peligro el bien jurídico tutelado por la normativa vigente, y que no tenía motivos para tener por acreditado el cuerpo del delito. 4. Ello es así porque una vez comprobado el poder narcótico que la sustancia secuestrada puede producir en el organismo, resulta irrelevante para la ley si la ingesta de la droga puede o no trascender la esfera individual del consumidor. Lo que se encuentra penalizado es tener -en la esfera de poder propio- estupefacientes, aunque los mismos sean -por su escasa cantidad y demás circunstanciaspara consumo personal. 5. Por otro lado, tampoco puede compartirse la alegada imposibilidad de determinar si la aptitud tóxica de la sustancia ilícita hallada reúne o no los parámetros reclamados por la norma en cuestión, tal como lo expuso el a quo. Porque precisamente del informe pericial se destaca con meridiana claridad que de aquélla se puede obtener una cantidad de dosis sensiblemente superior a la que -conforme lo avalan los estudios cientí- ficos- alcanza para causar una modificación funcional en el organismo de las personas. 6. Debiéndose destacar, a todo evento, que la reprochabilidad de la conducta típica tampoco hace distinciones a aspectos cuantitativos para su configuración, y que en ocasiones anteriores el Tribunal ha desestimado la llamada Ateoría de la insignificancia@ en materia de estupefacientes, tal como se expuso in re APIRANI, Diego Eugenio s/ Inf. Ley 23.737" (expte.3160, sentencia del 03/03/05). En consecuencia, corresponde revocar la resolución del señor juez de grado por la que se dispuso el sobreseimiento de Z., debiendo seguir adelante con el trámite de la causa según su estado. Conclusión. En poder de Z. fue hallado un envoltorio de papel color blanco, conteniendo en su interior cannabis sativa linneo en cantidad suficiente para obtener más de una dosis umbral con efecto estupefaciente. En consecuencia, resultando irrelevante para la ley si la ingesta de dicha sustancia puede o no trascender la esfera individual del consumidor, y desestimando la aplicación de la doctrina de la Ainsignificancia@ con sustento en la jurisprudencia antes citada, corresponde revocar la sentencia del a quo por la que se sobreseyó al imputado, debiendo continuar las presentes actuaciones según su estado procesal. Así lo voto. El doctor Nogueira dijo: Me adhiero a los votos coincidentes de los doctores Antonio Pacilio y Carlos Alberto Vallefín. Por tanto, el TRIBUNAL RESUELVE,: Revocar la resolución (...)y ordenar que prosiga la instrucción según su estado. Regístrese, notifíquese y devuélvase.Fdo.Jueces Sala III Dres.Antonio Pacilio.Carlos A. Nogueira.Carlos A. Vallefín (según mi voto). Ante mi:Dra. Sandra María Pesclevi.Secretaria.