XXIV CONGRESO NACIONAL DE TRABAJO SOCIAL - FAAPSS 2007 Colegio de Trabajadores Sociales de Mendoza Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social Patricia Acevedo1 Gabriela Artazo2 Eliana López3 La concepción y nominación de los sujetos como manera de constituirlos Nuestra ponencia se inscribe entre el informe de investigación y el ensayo, ya que nos proponemos- tomando la información, análisis e interpretaciones del proyecto de investigación del cual formamos parte- cuestionarnos en torno a la incidencia que las concepciones de sujeto en trabajo social tienen en las relaciones que entablamos y las propuestas de intervención que llevamos adelante Cuestiones de método: Con relación a la investigación4 de referencia sintéticamente diremos que durante el año 2004 dimos inicio a una línea de investigación que se propone abordar los problemas de la intervención profesional en la compleja trama de las relaciones Estado/ sociedad. Dada la diversidad de ámbitos en los que se produce el ejercicio profesional, durante el primer año trabajamos en el ámbito estatal, ya que la profesionalización de esta práctica en nuestro contexto se realizó en estrecha relación con la gestión estatal de la cuestión social. Durante 2005 abordamos el sector no gubernamental, ámbito que se caracteriza por su pertenencia al conjunto de organizaciones denominadas civiles, organizaciones de bien público que trascienden con su acción a los miembros que la conforman y que se orientan, genéricamente, a la contribución -a partir del trabajo técnico profesional- al desarrollo social, a la consolidación de organizaciones populares y redes 1 Docente-investigadora Escuela de Trabajo Social. U.N.Cba. Estudiante de grado avanzado Escuela de Trabajo Social U.N.Cba 3 Estudiante de grado avanzado Escuela de Trabajo Social U.N.Cba 4 La Intervención Profesional En La Actual Relación Estado-Sociedad: El Caso Del Trabajo Social. Docentes-Investigadores: Aquin, Acevedo, Nucci, Rotondi, Custo, Zamarbide, Auxiliares: Artazo, López, Brarda, Veyrand, Amuchastegui, Torres, Lucero, Cocha Escuela de Trabajo Social UNC SeCyt 2004 a la fecha 2 sociales y a la lucha contra la pobreza. Durante el año 2006 exploramos el ejercicio profesional en el sector de servicios sociales mercantiles y por cuenta propia. Este sector ha cobrado relevancia en la última década, en estrecha relación con la privatización de numerosos servicios sociales y servicios públicos. Nuestro foco entonces está dirigido a indagar el mismo objeto de estudio en los tres sectores aludidos, con los siguientes objetivos: Describir las concepciones a través de las que se caracteriza a los sujetos de la intervención; y Analizar relaciones de autonomía y heteronomia en el proceso de toma de decisiones que afectan a la vida de los sujetos de intervención. Ahora bien, se plantea lo siguiente: si reconocemos que las concepciones no se expresan siempre en forma explícita, ya sea porque no hay una problematización expresa de los marcos de referencia en los que basamos nuestras interpretaciones o porque se nos “cuelan” subrepticiamente en nuestros discursos otras visiones, el estudio que venimos desarrollando presenta al menos, dos limitaciones: una es que nos basamos exclusivamente en lo dicho por los entrevistados en la situación de entrevista; la otra es que nuestras interpretaciones son también producto de una particular mirada y toma de posición desde la que irremediablemente entendemos a aquellos. Basamos nuestra mirada en la recuperación de las teorías que consideran que el comportamiento humano está fuertemente condicionado por las estructuras objetivas, pero que sin embargo los sujetos o agentes sociales pueden, en determinadas condiciones de existencia, discernir entre un conjunto de oportunidades limitadas según sea la posición que ocupan en el espacio social y el contexto particular en que desarrollan su vida. Los agentes sociales5 no son partículas sometidas a fuerzas mecánicas y que actúan bajo la imposición de causas; como tampoco son sujetos conscientes y avezados que obedecen a razones y que actúan con pleno conocimiento de causa, según plantea Bourdieu en debate con la teoría de la acción racional. “Los sujetos son en realidad agentes actuantes y conscientes, dotados de un sentido práctico, sistema adquirido de preferencias, de principios de visión y de división (lo que se suele llamar un gusto), de estructuras cognitivas duraderas (que esencialmente son fruto de la incorporación de estructuras objetivas) y de esquemas de acción que orientan la percepción de la situación y la respuesta adaptada”. Este es el habitus. Bourdieu entiende que el habitus es esa especie de sentido del juego, arte de anticipar el desarrollo futuro del juego que esta inscripto en punteado en el estado presente del juego. 5 Bourdieu, P. Razones Prácticas. Sobre la Teoría de la Acción. Anagrama. Barcelona. 1997. Por su parte para Guidens6 “el dominio de la actividad humana es limitado. Los hombres producen la sociedad, pero lo hacen como actores históricamente situados, no en condiciones de su propia elección”. Se refiere a una dualidad de las estructuras: “Las estructuras no deben conceptualizarse simplemente como imponiendo coerciones a la actividad humana, sino en el sentido de permitirla”. Con la ayuda de Giddens, podríamos decir que debemos reconocer una frontera porosa y flexible entre conciencia discursiva y conciencia práctica de los sujetos, esto es, entre el informe discursivo sobre intenciones y razones de su actuar, y el actuar mismo, la capacidad de "ser con" en las rutinas de la vida social. A partir de lo cual somos autores de muchas cosas que no nos proponemos como objetivo, y que no queremos producir, a pesar de lo cual las hacemos, y a la inversa, podemos fijarnos objetivos a lograr y en efecto alcanzarlos, aunque no directamente por nuestro obrar. El trabajo social y La preocupación por los sujetos: En consonancia a uno de los objetivos planteados en nuestro estudios: “describir concepciones a través de las cuales se caracteriza a los sujeto” es que partimos de la base de que ninguna conceptualización que se haga de este, es inocente sino que esta impregnada de un marco teórico político sustentando en cierta medida en algunos de los paradigmas de la teoría social, que siempre encubre, consciente o inconscientemente, determinados intereses que tienden a reproducir o cuestionar el orden de las “cosas”. Es dable preguntarse en que nos cabe este debate a los trabajadores sociales; a nuestro criterio, el mismo se torna imprescindible en la medida que interpela a nuestra intervención profesional, como una intervención fundada en la teoría. De manera inmediata a tal afirmación nos volvemos a preguntar: ¿fundada en que teoría? , y surge la necesidad de preguntarnos ¿para que conocemos e intervenimos? ¿como conceptualizamos a los sujetos de nuestra intervención, si tal cosa existe?.Que concepciones de sujetos prevalecen o imperan en el campo del trabajo social? Y finalmente, que incidencia tendrá un tipo de conceptualización u otra en la constitución e intervención profesional? Para una profesión cuyas intervenciones se dirigen expresamente a asuntos que atañen a los seres humanos en aspectos relativos a las relaciones que establecen en diferentes ámbitos y a los problemas que se les presentan para desenvolverse en el campo de lo social, el debate acerca de la concepción de la vida social, los sujetos, los comportamientos, las posibilidades de transformación de sus condiciones de vida, son, entre otras cuestiones, 6 Guidens, A. (1993). Las nuevas reglas del método sociológico. Amorrortu Editores. ineludibles. No considerarlo implica aceptar como dadas, como las únicas posibles, aquellas consideraciones que expresan el modo en que se interpreta la vida social reproduciendo los discursos hegemónicos que generalmente son incorporados en forma naturalizada y que se instalan como parte del sentido común. De aquí la necesidad de hacer evidentes los marcos de referencia que -aunque muchas veces en forma no declarada, o hasta no consciente-, definen el carácter de nuestras acciones profesionales, el modo en que nos relacionamos con los demás, las explicaciones sobre nuestras propias acciones y las estrategias que desarrollamos en nuestras intervenciones Las preocupaciones e interrogantes enumerados, se ligan de manera directa a la existencia de la profesión, ya que la historia y el presente del trabajo social revelan la presencia de los sujetos como insustituible. Podríamos incluso afirmar que la misma no existe escindida de unos determinados sujetos, portadores de problemas o necesidades que demandan de alguna intervención para su resolución. No existe solo la pobreza, existen los pobres, la discriminación no es solo una categoría analítica, existen los discriminados, la problemática del hábitat no esta constituida por la cantidad de viviendas faltantes, son las personas sin techo, no solo hablamos de violencia familiar, al trabajo social llegan niños y mujeres golpeadas. Los efectos de abortos ilegales y en malas condiciones, son mujeres que mueren por esa causa, los T.S. no solo nos topamos con la desocupación, sino con su rostro más crudo; los desocupados “...no hay lectura inocente, es decir toda interpretación del mundo toda forma de conocimiento de lo real, esta indefectiblemente situada por el posicionamiento de clase, la perspectiva político ideológica, los intereses materiales, los condicionamientos culturales o la subjetividad (consciente o inconsciente) del interprete” (Eduardo Gruner). Exponiendo nuestros marcos de referencia: De lo aquí recorrido en la trayectoria de la constitución de la profesión hemos asistido y de acuerdo a las distintas momentos históricos, a una multiplicidad de discursos que impregnan nuestro corpus teórico y empírico. Por ello nos ha resultado interesante plantear como puntapié inicial esta frase de Gruner ya que en un condensado párrafo expresa muchas de las cosas que hoy, aquí nosotras trataremos de explicitar. Trataremos de ser lo más explicitas posibles y perdonen si hay complicidades aun no develadas que se escapan en los siguientes párrafos, partiremos de decir que nuestro método de análisis es el materialismo dialéctico, ya que entendemos a la sociedad o mejor dicho a lo social, como un orden de cosas establecido en movimiento dinámico dialécticohistórico, que tiene una “existencia autónoma” pero que a su vez esta mediatizada por complejo aparato lingüístico- simbólico que al decir de Gruner de manera alguna es individual sino que es el resultado de un complejo proceso cultural, social e histórico. Se trata de romper con visiones teóricas que fragmentan la lectura de lo “social” y sostendremos la necesidad de interpretar lo social, como una totalidad7 histórica, dinámica , dialéctica, contradictoria, que existe8 y es producida reproducida por los complejos aparatos simbólicos que se construyen colectivamente vinculados a una de las clases fundamentales de la sociedad. Nos parece relevante destacar un párrafo de Gruner que echa luz sobre cuestiones fundamentales, el mencionado autor plantea la necesidad de romper con el “discurso binario” que piensa la cuestión del conocimiento en pares mutuamente excluyente como sujeto/objeto, material/ simbólico, pensamiento/ acción, individuo/ sociedad , y plantea que se trata de pensar más bien en cada caso en una tensión dialéctica, el conflicto entre esos polos que solo pueden ser percibidos como tales precisamente porque la relación entre ellos es la que los constituye, la que les asigna su lugar. En relación a nuestra profesión, y siguiendo con la lógica de Grunner, resulta necesario reconocer a nuestra intervención como esencialmente dicotómica 9 y relacional que interviene en la contradicción fundamental capital-trabajo. “El TS tiene la particularidad de intervenir en dos polos dicotómicos. Por un lado produce y da cauce a los intereses de la clase capitalista reproduciendo el orden social vigente, pero a su vez también responde a necesidades legítimas de los sectores populares consagradas fundamentalmente en los derechos sociales. Estos polos dicotómicos son propios de nuestra intervención profesional y se refieren a la posición que ocupamos dentro de las instituciones en donde nos desempeñamos como trabajadores asalariados (con los condicionamientos que esto conlleva), propias de nuestro campo profesional. A su vez, esto se remite a nuestro posicionamiento en la misma intervención profesional, es decir, asumimos la contradicción y la esclarecemos y jugamos el juego que nos toca jugar, por 7 No se trata de la ilusión hiperherudita de saberlo todo sobre los contenidos de la realidad sino del establecimiento de una lógica- basada en la praxis- de producción de mecanismos de saber (Gruner) 8 En un determinado modo de producción y reproducción de relaciones sociales 9 Insumo tomados de ensayo teórico presentado en el marco de la Cátedra de Trabajo Social V: FORO DEBATE: “Posición y posicionamiento de los Trabajadores Sociales en el escenario institucional” (G. Artazo, L. Herrera) supuesto, esto direccionado por nuestra opción política en la llamada contradicción”.10 Y de este planteo se desprende necesariamente la idea de hacer explicito nuestro posicionamiento teórico-político, a la hora de construir categorías conceptuales que dan cuenta tanto de los sujetos, como del objeto de intervención ,como así también de las técnicas y funciones, estos como elementos constitutivos de la profesión. Partimos de entender a los sujetos como sujetos, históricos inmersos en un movimiento dialéctico, mutables, contradictorio y de clase, planteando la necesidad de diferenciarlo, al decir de Gruner, como categoría teórica y como realidad sociológica realmente existente. Como categoría teórica “se lo define como aquélla clase hombres y mujeres desposeídos de todo medio de producción y tan solo propietarios de su fuerza de trabajo, esa mercancía que están obligados a vender al capitalista, a fin de producir en consecuencia , una cuota de plusvalía”11 y como categoría sociológica realmente existente “se trata de una realidad empírica extraordinariamente compleja y cambiante con un alto grado de determinaciones concretas que varían de sociedad en sociedad, articulándose con igualmente variables condiciones socioeconómicas, políticas culturales y aún psicológicas”1213 Las referencias y conceptualizaciones en torno a los sujetos: Las colegas del espacio estatal: En la mayoría de nuestras entrevistadas (no encontramos acá diferencias sustanciales), cuando hay que identificar que se dice y como sobre los sujetos, es escaso el discurso que existe. En cambio, son ejemplificados, llenos de detalles, los testimonios cuando se trata de hablar de los otros; los funcionarios de turno, los políticos, los otros profesionales, e incluso en ocasiones a los colegas de la profesión. En búsqueda de algunas pistas y explicaciones a estas ausencias, nos hemos estado preguntando cuan naturalizado está el supuesto que no hace falta nombrar los sujetos con que intervenimos, quizás porque ya hemos internalizado una nominación , una conceptualización ,una explicación sobre quienes son los que llegan y por que a requerir de nuestro servicios. Esta preocupación ha 10 Op cit. Gruner 12 “La diferencia entre ambos registros es homologa a la que hace el mismo Marx entre modo de producción y una formación económico social” (Gruner) 13 Gruner (op cit) 11 dado origen y fundamento a una hipótesis14: la construcción de un discurso disciplinar sobre los sujetos con que trabaja y las problemáticas que aborda el trabajo social, podrían ampliar la brecha, estirar los límites a la autonomía profesional. Otra pista de análisis sospecha que existe una aparente contradicción ética entre la importancia que otorgamos al sujeto y el modo como nuestras prácticas lo reducen a la significación que le otorga su condición de asistido. En general los registros de los sujetos se orientan en el sentido de designarlos como usuarios, beneficiarios, pacientes. Solo en dos casos, son designados como sujetos de derechos. En consecuencia con lo anterior, observamos que en general, los sujetos de la intervención, en su mayoría no son ni están siendo, sino que se configuran, por la oferta, por los políticos, por los programas, por los recursos existentes en ese momento. Entonces, el que llega, en su mayoría es el que viene, digamos diagnosticado, esto es, un puntero le dio un papelito, la funcionaria de turno le lleno el formulario, el vecino lo derivó. Como caso extremo, paradigmático en relación a este tema: en algunos casos es el sujeto quien se autodiagnostica, y sabe lo que necesita y como se consigue (solo les falta que la asistente le firme el certificado). En este punto hemos encontrado una diferencia significativa: las colegas con mayor trayectoria en el espacio institucional, con estabilidad laboral, se resisten y argumentan por que lo hacen a volver a este papel de la que firma certificados. Las expresiones discursivas vertidas en las entrevistas acerca de los sujetos y sus condiciones de vida tienden a reproducir el “sentido común”, en el que se reflejan concepciones hegemónicas incorporadas y naturalizadas mas que construcciones y elaboraciones que develan las relaciones que subyacen a la realidad y permiten explicar los problemas y circunstancias de vida de los sujetos con los que se vinculan. Los enunciados respecto de los sujetos, cómo son nombrados y cómo son explicadas sus condiciones de vida reflejan frecuentemente la adopción –deliberada o no- de las concepciones que sustentan las políticas sectoriales e institucionales. Estos se traducen no solo en el discurso, sino también en el modo en que se relacionan con los sujetos: he aquí que prevalece una modalidad verticalista, “desde arriba”, que no otorga “al otro” la posibilidad de ser diferente, de exponer sus problemas y sus interpretaciones, sus 14 No nos atrevemos aun a aseverar la misma, más bien nos orienta en el análisis y es motivo ya de futuros trabajos. expectativas de resolución. En coincidencia con otros estudios similares 15 , hemos encontrado ciertas concepciones tutelares en las referencias a los sujetos con que se trabaja. La simplificación de la intervención a los términos de tramitación de recursos (mayormente recursos materiales), es afín a la modalidad asistencial que caracteriza a las políticas sociales en las últimas décadas. Incluso la modalidad de atención, burocratizada y hasta computarizada en algunos casos, se corresponde con ello. Lo mismo sucede con la incorporación de las prácticas clientelares que invadieron las prácticas institucionales. La institución crea y organiza la demanda, los sujetos se acomodan a ella, y los TS se convierten en instrumentos de aplicación sin capacidad de distinguirse como espacio de intervención. Esto es así fundamentalmente en aquellos casos de intervención que se inscriben en las macro-instituciones de acción social. Al nombrar y caracterizar a los sujetos emplean categorías como Línea de Pobreza, Línea de Indigencia, NBI, familias en riesgo, vulnerables, beneficiarios, clientes, a lo que se agrega la denominación propia del sector donde se interviene: paciente , interno, usuario, menores. En las menciones a los sujetos y las relaciones que establecen con ellos se evidencian expresiones de afecto, de hartazgo, de conmiseración. “Gente que perdió el trabajo”, “mamás que trabajan en el servicio doméstico”, “papás en la cárcel”, “sectores humildes”, “familias numerosas”, “sujeto que aprendió el discurso del mangueo”. El subcampo de las ONGs Los trabajadores sociales de algunas ONGs entrevistadas tienden a describir a los sujetos desde un marco referencial ligado a los marcos conceptuales fundantes de las organizaciones, esto es, fundamentaciones religiosas, políticas, ideológicas que avalan su existencia y prácticas interventivas, así como a los problemas sobre los que intervienen. Establecen diferencias entre los sectores sociales caracterizados como pobres históricos / estructurales / excluidos / marginados, por una parte; y por la otra los “empobrecidos” o “nuevos pobres”. Para ello se utilizan fundamentalmente dos tipos de rasgos: uno ligado a las disponibilidades de recursos culturales, capacidades, experiencias de vida que posibilitan la promoción de acciones (individuales o colectivas) para enfrentar situaciones adversas. Otro ligado al tipo de necesidad sobre la que se interviene, constituya la misma o 15 Ética y trabajo social: la dimensión ética en la intervención profesional. Trachitte, Lera, Ludi, Arito, Martínez, González. FTS-UNER- no una demanda al TS o a la organización. En esto último se incluyen consideraciones sobre la predisposición a resolverla. Algunas organizaciones caracterizan a los sujetos con los que se relacionan como sectores no pobres estructurales: empobrecidos, nuevos pobres o provenientes de diversos sectores sociales. Otros distinguen su trabajo con dos tipos de sujetos: los mas pobres, los mas postergados, excluidos, los pobres históricos, carentes de oportunidades, y por otro lado aquellos que siendo nuevos pobres se identifican por alguna característica respecto del trabajo, área, temática por la que se vinculan: emprendedores, jóvenes, población dispersa, población de villas. Respecto a las causas analizadas o interpretaciones sobre lo que origina las situaciones de vida de los sujetos observamos que los trabajadores sociales de este sector apelan a argumentaciones respecto de la caracterización de los sujetos. La elaboración de diagnósticos, informes, etc. es una práctica constante de la labor profesional. Sin embargo las expresiones tienden a ser más descriptivas que explicativas de las causas de las situaciones. La consubstanciación con la organización, que desdibuja las diferencias disciplinarias en la intervención trae aparejada una referencia a los sujetos según el aspecto de su vida que motiva el vínculo: emprendedor, paciente, población de villas, población dispersa, multiplicadores, líderes, tomadores de decisión. Respecto a los demandas / problemas de los sujetos por los que se establece la relación, Los TS entrevistados reconocen una cierta “adecuación” de las demandas de los sujetos a los recursos que las organizaciones pueden proveer. En este aspecto parece haber un grado de correspondencia entre los profesionales / organizaciones y las demandas de los sujetos que representa una diferencia sustancial con los TS del sector público, ya que estos últimos suelen sentirse desbordados por la imposibilidad de proveer recursos para satisfacer las innumerables y diversas demandas que llegan a las instituciones estatales. Sin lugar a dudas esta distinción contribuye al logro de cierta satisfacción a nivel del ejercicio profesional (en las ONGs) y además al fortalecimiento de posiciones que podrían redundar en mayores niveles de autonomía en tanto requieren un alto grado de especialización y desarrollo de la intervención para sostener y hacer efectiva la misma. Lo que se dice sobre los sujetos, cómo se vinculan los TS con ellos, cómo se desarrollan las intervenciones, son cuestiones que remiten al análisis de las relaciones de fuerza que se establecen en los espacios de intervención profesional. En ese marco analizamos la interdependencia entre los miembros de una ONG y los sujetos. Caracterizan esa interdependencia: el desarrollo de un saber sobre los sujetos y sus problemas; la creación y evaluación permanentes de procedimientos y mecanismos para asegurar la eficacia de las acciones, la búsqueda de “proyectos”, una práctica militante, una disposición plena a “estar con los sujetos” e interactuar horizontalmente con ellos. Como en todo campo de juego, los sujetos luchan por mantener o mejorar sus posiciones en el mismo. La interdependencia estalla cuando se diluyen las diferencias entre ser profesional y ser sujeto de intervención, aquí colisionan los propósitos y estilos de intervención de algunos miembros de las organizaciones (incluidos los TS) con el resultado de sus propias prácticas16. Cierto es que el perfil adecuado a las expectativas de trabajo de las ONGs es el de un sujeto activo, con predisposición a la acción colectiva, a la superación de las situaciones problemáticas, etc. y ello puede constituirse en un acicate a la recreación permanente del ejercicio profesional. A diferencia de ello, y a los efectos comparativos, tomamos como opuesto el caso de algunos TS del sector estatal, que trabajan encuadrados en programas asistenciales dirigidos a sujetos individuales17 mas que a sujetos colectivos, aislados de los sujetos en sus espacios territoriales; alejados, por lo tanto, de los espacios de la vida cotidiana donde pueden gestarse movimientos, organizaciones, acciones colectivas; demandados por infinitos problemas para los cuales escasamente hay respuestas (ni en número ni en calidad de prestaciones – tampoco en la posibilidad de una interacción), constreñidos por fuertes estructuras administrativas, clientelares y burocráticas. En todos los casos, y mas allá de las particularidades de las Ongs. Y el tipo de problemática que se aborde: hemos encontrado coherencia en relación a la descripción y los análisis de los sujetos. Pero además no observamos –como si aparecía en el caso de las colegas del ámbito estatal- el cansancio o la falta de expectativas en relación a los sujetos. Acá se los describe con potencialidades, con posibilidades de salir, se habla de modificaciones, de cambios, de transformación. Lo que para las colegas del estado era un recuerdo o se hablaba con nostalgia, acá parece funcionar como el motor de las iniciativas de las ongs y de los profesionales. 16 Podría considerarse también el modo en que tienden a asemejarse incluso en la apariencia física, vestimenta, modos de hablar y hasta el propio lenguaje, algunos miembros de organizaciones con los sujetos de la intervención y viceversa. 17 Individuos que en el campo de relaciones de poder suelen adoptar la posición del “pobre sujeto”, replegados a ella por los propios procesos de victimización a que los someten las estructuras institucionales. En el sector de servicios sociales mercantiles y el ejercicio profesional por cuenta propia Si bien la diversidad ha caractirazado los relatos, nunca como en este subsector esta se convierte en heterogeneidad . De llai que nos resulte mas dificultososo poder esbozar generalizaciones . Una de las escasa tendencias es que aparece con fuerza un cierta visión particularista de la concepción que se posee de los sujetos; en líneas generales la misma es sesgada y acorde a la misión intitucional que los contiene, con cierta predominancia al direccionamiento que la lógica de mercado impera en ellas. Es marcada la ausencia de la concepción de sujeto como “ciudadano”, como sujetos “de derechos”. En las ocaciones donde se utiliza el término “ciudadano”, aparece fuertemente vinculada a una visión de lucro cuyo fin, en definitiva, termina siendo la ganancia y productividad.De esta forma encontramos conceptualizaciones como “consumidor”, “paciente”, “cliente”, “afiliado”, “residente”, etc... todos desde lógica empresarial que termina empapando la mirada del profesional. Sin embargo en ciertos sectores, como es el caso de los Geriatricos (La atención geriátrica en clínicas e instituciones privadas), la visión se torna más técnica y menos impregnada del marco institucional del cual parte. En relacion a los TS, que estan dentro del desarrollo del denominado espacio de Responsabilidad Social Empresarial, se expresan discursos y acciones que estan directamnte ligadas a crear necesidades en los sujetos, a la hora vender y legitimar diferentes productos a consumir. En las AFJP, clara estan las acciones de exito comercial, y como esto lleva a la relacion con los sujetos de la intervecion. - Lo anterior llega a tal punto que el causante de satisfacción profesional emerge de esa “retención” del sujeto, esta idea de que “siga eligiendo la empresa”. En estas practicas, el sujeto aparece claramente como sinónimo de clienteEn el caso de las fundaciones empresas, donde los sujetos de la intervención son organizaciones sociales, como es el caso de las redes barriales; la conceptualización que emplea esta entrevistada es de “actores” o “beneficiarios”. En general impera la lógica mercantilista de costo-beneficio sobre la intervención profesional, ya que la población destinataria de las acciones sociales se determina de acuerdo al producto que comercializa la empresa que da origen a la fundación. Es decir que podría equivalerse a pensar a los sujetos como los “consumidores” de un producto. Sujetos que terminan reflejando una imagen empresarial orientada hacia el aumento de la productividad. Las organizaciones territoriales más allá de utilizar sus recursos resisten a esta lógica focalizada de los proyectos trabajados. En las intervenciones profesionales en centro de diálisis: aparece la idea de “pacientes” con dificultades, apelando fuertemente a su condición de asistidos, dependientes, etc. Donde la intervención profesional reconoce esta situación, pero se orienta hacia la promoción de la autonomia del paciente en pos del acceso a los derechos. La clasificación de sujetos parece estar dividida de acuerdo al rol profesional del cual se parta (médicos o demás disciplinas).La caracterización de las condiciones de vida de los sujetos nuevamente se produce de acuerdo al nivel socio-económico que se posea, donde la intervención parte del reconocimiento de una demanda / necesidad en la que el “paciente” transita por un proceso. Hay restricciones al ingreso (cupo): Donde el derecho a la salud es visto como un beneficio y no como un derecho de acceso universal Dentro de las intervenciones profesionales en el marco del convenio entre el Colegio de Profesionales y el ERSEP18, las coelgas manifiestan que realizan las “encuestas” para que otros decidan el acceso al servicio o no. Se observa una clara delimitación de la población con la cual trabaja y su situación social, sin embargo carece de una categorización técnica en el desarrollo de su discurso: “Familias con problemáticas muy complejas, problemáticas expuestas, situación social expuesta.” Donde la profesional hace una clasificación de los sujetos según su trayectoria de vida en relación a la obtención de planes sociales. Así menciona un primer grupo, donde los sujetos, pueden justificar su situación, su carencia para percibir el beneficio y que, por lo tanto, tienen la percepción del derecho que les corresponde. Sin embargo pareciera diferenciar otro gran sector de gente que manifiesta “vergüenza” de tener que pedir, aquellos “nuevos pobres”. Otro grupo importante que a mi me parece que el que sí ha vivido siempre de distintos planes, que se van trasladándose y mudándose de planes sociales de distinto tipos y que tiene la percepción que le corresponde. Aparece la noción de “invento” o “engaño” de parte de los sujetos para conseguir el beneficio, desde lo cual podría leerse como posibles estrategias ante tanta complejidad y burocratización que requiere la institución. 18 Ente Regulador de Servicios Públicos Algunas conclusiones: Los enunciados respecto de los sujetos, cómo son nombrados y cómo son explicadas sus condiciones de vida reflejan frecuentemente la adopción –deliberada o node las concepciones que sustentan las políticas sectoriales e institucionales. Estos se traducen no solo en el discurso, sino también en el modo en que se relacionan con los sujetos: he aquí que prevalece-en general- una modalidad verticalista, “desde arriba”, que no otorga “al otro” la posibilidad de ser diferente, de exponer sus problemas y sus interpretaciones, sus expectativas de resolución19 En ámbitos laborales en donde la profesión no tiene trayectoria, por el contrario “vienen siendo nuevas posibilidades” (más allá que no estemos de acuerdo) que sean espaciasen donde “lo social sea materia opinable”20 y las formas de relacionarse y producir los otros en este caso sujetos de la intervención sean mas que un mix entre beneficiario- cliente. Algunos colegas-profesionales constituyeron en estos últimos años una forma de ver la profesión, y su lugar en la sociedad, modificando su subjetividad –profesional- así han llevado ya a estar entrampados en la lógica mercantil, la cual ya no piensa en la constitución de su profesional- en un proyecto profesional critico- sino llegan a concebirla y a concebir sus acciones y relaciones desde otro lugar. No aparecen los sujetos de derechos, sino los clientes, no aparece la información para exigir sino para comprar o permanecer en un sistema, hasta constituir acciones que legitimen en la sociedad consumidora a grandes empresas. En cuanto se evidencia una intención por escapar del sentido común en las interpretaciones de los sujetos y sus condiciones de vida, la generalidad apela a la incorporación, sin mediaciones, del discurso de la institución o del programa social que vehiculiza, o del discurso impuesto por la línea tecnocrática. Siguiendo a Bourdieu (1997), cada espacio de intervención se conformaría como un campo de fuerzas en el que los agentes se enfrentan con medios y fines diferenciados según su posición en la estructura, contribuyendo de ese modo a conservarla o a transformarla. Queremos decir con esto que abría una interdependencia entre los sujetos 19 Citado por Patricia Acevedo La tensión entre el orden moral policial y la dimensión ética política del trabajo social. La nominación de los sujetos desde el trabajo. 20 Denominación analizada en: Opinabilidad de los social: su impacto en la autonomía profesional de los trabajadores/as Sociales. Por Aquin, Acevedo, Rotondi, Custo, Nucci. Foro 2006 ETS y ECI. UNCba que interactúan y los espacios institucionales u organizacionales (en nuestro caso) que generaría un habitus diferente para cada uno de ellos. Habitus que jugaría a la vez el papel de instituyente y de institución de determinadas prácticas y concepciones que caracterizan cada espacio de juego. Si en nuestras intervenciones no podemos dar cuenta de las diferencias entre los sujetos, entonces estos serán tratados como iguales, indiferenciados. Cuando nos atamos a categorías y esquemas clasificatorios, que nada dicen de la singularidad en el modo en que cada uno organiza su existencia, entonces olvidamos el interés emancipador que podría tener nuestra intervención. Dentro de esta lógica nos movemos prácticamente desde el surgimiento de nuestra profesión, el diferente es el que se aparta de la norma, el que se aparta de las concepciones es el excluido, ese sujeto en quien opera un dispositivo de disciplinamiento puesto por nuestro ejercicio profesional, que ponen en marcha nuestra intervención cuando esta pensada desde la inmediatez. En este sujeto nos referenciamos también nosotros, cuando el peso de lo instituido parece indicarnos el modo de hacer las cosas según lo que prescriben otros en forma acrítica. De forma consciente o no, objetivada o no, funcionan en nuestra interacción y relación con los sujetos, modelos de alteridad, modelos que no escogemos caprichosamente a partir de un conjunto de opciones. Si nos pensamos como sujetos (tanto nosotros profesionales del trabajo social como los individuos en situación de pobreza) con determinadas posiciones en el campo social podemos entender que las relaciones que hay entre unos y otros existen más allá de las individualidades (no son sólo interacción o vínculo), esa relación se trama a partir de los lugares que ocupamos, lugares construidos sobre la base de nuestros capitales desigualmente distribuidos. Es a través y desde estas imágenes que construimos nuestra intervención, imágenes que ofrecemos/imponemos como espejo a los sujetos, imágenes que no son habladas o no sólo se expresan en la palabra, sino y fundamentalmente en la acción. Lo que propongo como acción al otro dice de qué cosas lo creo capaz o no, que cosas le son propias o impropias, designo cuál es su lugar (y en consecuencia el lugar propio). Si en el caso de los TS que se desempañaban en el ámbito estatal hubo una tendencia generalizada a explayarse y hablar de los sujetos refiriendo a otras profesiones y-o a punteros políticos, acá el sujeto de la intervención ha ocupado un lugar importante. Para referiremos entonces a la relación que se establece hemos considerado los siguientes tópicos. En el caso de las Ongs, el sujeto es determinante de la existencia de la misma, de allí que en ocasiones el vínculo que se establece ha sido definido por algunos colegas como cautivo, lo que implicaría una relación que en cierta medida es coactiva, en la que los que se relacionan no son plenamente libres, pero que a la vez hay en dicha relación seducción, placer, atracción. En la mayoría de los casos el sujeto es un sujeto colectivo, no demanda, sino que en todo caso es contactado por la organización no gubernamental. Acá encontramos particularidades en un grupo de ONGS21 diversas situaciones: en los casos en que la relación ya tiene su tiempo los sujetos pueden competir y-o cuestionar al profesional. Parafraseando a Isella Firpo y articulando sus palabras y las mías, y a modo de cierre provisorio de estas pocas reflexiones, me atrevo a sostener que: Las ciencias sociales en general y el trabajo social en particular cuenta con un recurso básico: la palabra, la propia y la del otro. Y cuenta, con algunas tradiciones y herencias como la capacidad de escuchar al otro; de cómo y cuanto escuchemos, de cómo nominemos a ese otro, de cómo visibilicemos a esos otros, dependerá la fuerza que adquiera la instauración de eso otro en el espacio de lo público, como sujeto de derecho, y responsabilidades, o como sujetos de dádivas; como sujeto individual y aislado, o como sujeto colectivo, en fin como un sujeto pasivo que merece ser ayudado, educado, concientizado, o como un sujeto que tiene límites pero tiene fortalezas, posibilidades, y puede y debe asumir responsabilidades. 21 Si bien somos conscientes que no estamos estudiando las ONGs, por esta simbiosis ideológico-política que hemos encontrado en algunos profesionales, se muestra una indiscriminación entre ambos discursos. Bibliografía: AQUIN, ACEVEDO, NUCCI, Construcción de discurso disciplinar y autonomía profesional BOURDIEU P, CHAMBOREDON J.C Y PASERON El oficio del Sociólogo Edit. Siglo XXI México 1987 BOURDIEU, P. Razones Prácticas. Sobre la Teoría de la Acción. Anagrama. Barcelona. 1997. Cifuentes Gil, R.M. (2003): Conceptos para leer la intervención en Trabajo Social. Aporte a la construcción de identidad. Memorias del XI Congreso Colombiano de Trabajo Social. Manizales. Colombia. FIRPO ISELLA Las relaciones entre practica profesional y discurso el fascinante enigma de las palabras en confluencias Año 9 39 –Sep. 2001 Publicación del Colegio de profesionales en Servicio –social de la provincia de Córdoba GIDDENS, A., Consecuencias de la modernidad, Madrid, Alianza, 1994 HELER, M., “Dispositivos de clausura en las reflexiones sobre el ethos contemporáneo”, en AAVV, Miradas sobre lo urbano. Reflexiones sobre el ethos contemporáneo, Bs. As., Antropofagia, 2006, Jeannine Verdès-Leroux. Trabajador Social. Práctica, hábitus, ethos, formas de intervención. Cortez, 1986. Queirós Maria José Tensões Presentes na Acção Profissional (*) O presente artigo faz parte faz parte de um trabalho apresentado para Programa De Pós-Graduação Em Serviço Social Disciplina: Paradigmas Contemporâneos E Prática Profissionalprofessora: Dra: Maria Lúcia Rodrigues Pontifícia Universidade Católicade São Paulo Santana Marta, Pretensiones de mayoría en un sujeto disculpado en Trabajo social y las nuevas configuraciones de lo social-Maestría en Trabajo Social UNER-Espacio Editorial – Bs.As.octubre 2003.-