1 UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE MAESTRIA EN DESARROLLO SOCIAL CURSO 1999: DESARROLLO HUMANO PROFESOR: Dr. Augusto PEREZ LINDO INDIVIDUOS, GRUPOS SOCIALES Y PUEBLOS: LA CUESTION DEL SUJETO DE LOS DERECHOS HUMANOS I. La trama de los derechos individuales y colectivos 1. Durante mucho tiempo, sobre todo en los últimos siglos, se han opuesto visiones contradictorias sobre el sujeto de la vida social. Lo individual y lo social, lo universal y lo singular, lo subjetivo y lo colectivo, las clases sociales y los individuos, la comunidad y el grupo, son categorías que se han visto frecuentemente antagonizadas. Estas tensiones se vinculan con los conflictos sociales y con la historicidad humana. El discurso omitir estos sobre problemas los derechos confiando en humanos una tiende a universalidad abstracta que trasciende las contradicciones. Trataremos de mostrar que un debate sobre el o los sujetos de los derechos humanos es fundamental para definir el alcance de los mismos. Gran parte de estas ideas fueron expuestas en el Coloquio Internacional de Expertos sobre Derechos de Solidaridad – Derechos de los Pueblos, realizado en San Marino en octubre de 1982. Ver: UNESCO: Droits de solidarité – Droits des peuples, Saint-Marin, 1983, pp.83-98. 2 2. Uno de los articulación objetivos de los de estas derechos notas es humanos analizar la individuales y colectivos. En diversos documentos las Naciones Unidas han reafirmado que esos derechos son “indivisibles”. ¿No es acaso redundante preocuparse por el fundamento de la relación entre los diferentes atributos de la dignidad humana? Cualquiera que haya tomado parte de los debates sobre los derechos humanos y de las acciones de solidaridad relacionadas con ellos, sabe que suelen delinearse dos campos: el de los que se atienen a la defensa de los derechos individuales y el de los que reivindican las causas de la solidaridad y la liberación colectiva. Antes de 1989, en la época de la Guerra Fría, la ex Unión Soviética, solía apoyar o liderar todas las reivindicaciones colectivas frente a los países capitalistas. Esta polarización proviene a veces de los compromisos ideológicos y políticos de cada Estado , pero otras veces se funda en una visión diametralmente distinta de cuáles son los sujetos de la historia y de la sociedad. Unos piensan que la realidad fundamental es el individuo, otros afirman que son las clases sociales, otros sostienen que los sujetos de la Historia son los pueblos, las naciones , los Estados o los grupos sociales (como el caso de las feministas). 3. La cuestión tiene su importancia en la medida en que la institución de los derechos fundamentales se relaciona casi siempre con sociedad. disputa, En a el tipo muchos veces de “contrato países de trágicamente, social” Europa, la que por funda ejemplo, preeminencia de una se los derechos comunitarios o étnicos frente al Estado-Nación, lo que suele poner en juego la identidad y la organización del país. Para unos, el derecho fundamental surge de las culturas ancentrales como principio que debe guiar la división del 3 país abriendo paso a las autonomías, e incluso al derecho de secesión segundo respecto grupo, al lo estado-nación importante es pre-existente. preservar los Para un derechos humanos individuales dentro de un estado-nación que forma parte del espacio económico transnacional europeo. La tercera alternativa pone el acento sobre la solidaridad social, sobre la identidad de intereses de los trabajadores por encima de las fronteras. 4. En este contexto podríamos entonces distinguir por lo menos tres enfoques que simplificando podríamos identificar como “etnocéntrico”, “liberal” y “socialista”. Cada uno de ellos invoca sociedad un ligado “sujeto” al y mismo. un En “acto fundacional” ciertas de la circunstancias se considerar que determinados tipos de derechos son los que instituyen el contrato social. consideran que reconocimiento sus derechos como Los palestinos, por ejemplo, humanos “pueblo” y están ligados a consiguientemente su al reconocimiento del derecho a un Estado y un territorio. Por lo tanto, no pueden aceptar que les ofrezca gozar simplemente de los mismos derechos individuales que los judíos en Israel (lo que de todos modos no incluiría el derecho que éstos últimos tienen de autodeterminarse como Estado-Nación). Los palestinos seguirán afirmando que no gozan de ningún derecho en tanto no tienen el derecho de existir como pueblo. En otros contextos, como en el intento de los “bantustanes” durante el período del Apartheid en Africa del Sur, los negros podían tener un territorio pero les era negados sus derechos individuales. Asimismo, en Estados Unidos, los negros fueron admitidos como ciudadanos desde el siglo XIX pero fueron discriminados como personas de color hasta la segunda mitad de este siglo. Como se verá el problema de 4 quién es sujeto y de cómo se es sujeto de los derechos encubre diversos tipos de dominación. 5. Existe un consenso aparente sobre los principios fundamentales de los derechos humanos. El pasaje de este consenso equívocos entonces, no aparente que a un rodean consenso ciertos real supone conceptos. superar los Necesitamos, plantear los puntos controvertidos u oscuros para ocultar las contradicciones que limitan la universalización de los derechos humanos. 6. Al referirse al problema del “sujeto” o de los “sujetos” de los derechos humanos al jurista François Rigaux rechaza la pertinencia de la discusión en estos términos: “... más bien que exigir una definición previa de un sujeto pretendidamente pre-existente a los derechos que se le confieren, la idea que se hace al jurista del pueblo deriva al contrario de los derechos que le son reconocidos. ... Del mismo modo que una imagen del hombre se delinea a partir de los derechos que los son reconocidos – a los ojos del jurista el sujeto humano no es otra cosa que la resultante de esos derechos – para configurar al pueblo basta con describir cómo se determina este a sí mismo” (1) 7. El mismo autor señala los equívocos que se encierran en las declaraciones sobre los derechos humanos. Sus reflexiones nos incitan a redefinir el marco convencional existente que parte de los estados y no de los pueblos como sujeto del derecho internacional. También nos alerta sobre las 5 confusiones del lenguaje y sobre la posibilidad de ver los derechos humanos en la perspectiva de una teoría que no se limite a los aspectos jurídicos: “Muchas confusiones lenguaje. Conceptos han nacido como de Estado, la ambigüedad Pueblo, derecho del y derechos, deberían ser tratados más como homónimos que como sinónimos. Una primera distinción que debería ser formulada y puesta en práctica de manera sistemática tiene por objeto la utilización del mismo concepto por la ciencia del derecho y por las otras ciencias humanas...” (2) 8. Lo que preocupa al autor en este caso es la utilización de un lenguaje riguroso e inequívoco dentro de la concepción jurídica de los derechos humanos. ¿Cómo lograr este objetivo sin analizar las cuestiones fundamentales de los derechos humanos en el plano más general de las ciencias humanas? La cuestión del “sujeto”, por ejemplo, puede comprenderse mejor si se recurre a los conocimientos sociológicos, sicológicos, históricos o filosóficos. Trataremos de ver pues en el plano más general de una “teoría de los derechos humanos” quien o quienes pueden ser los “sujetos” de esos derechos. 9. Los juristas que se ocupan del tema suelen distinguir varias “generaciones” de derechos humanos. Tendríamos así un sistema de principios constituidos por etapas y que se van acumulando: los derechos individuales primero, los derechos políticos, sociales, económicos y culturales luego. Desde 1948 a la fecha habría en el sistema de Naciones Unidas un encadenamiento de derechos humanos. Esta visión “acumulativa” es engañosa. En primer lugar porque nos hace suponer que esos 6 derechos se van articulando sistemáticamente. En segundo lugar porque nos impide ver las omisiones. Por ejemplo, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer fue aprobada en 1979, cuando todo hacía suponer que sus enunciados estaban implícitos en las Declaraciones de 1948 y 1966. A pesar de las buenas intenciones humanos las habían declaraciones soslayado universales las sobre condiciones de derechos un sujeto particular: nada menos que de las mujeres, o sea, más de la mitad de la población mundial. 10. Es usual distinguir entre los derechos individuales y los derechos colectivos. Este enfoque tiende a crear una disyunción entre lo individual y lo colectivo. Cabe tener en cuenta que la “individualidad” y la “identidad social ” varían mucho de una cultura a otra, de una sociedad a otra. Por ejemplo, cuando el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) habla de la igualdad de todos para acceder a la Educación Superior, “en función de los méritos respectivos” nos encontramos ante un problema que sólo la sociología de la educación puede elucidar. En efecto, sabemos que la selección “según el mérito” beneficia a los individuos que tienen un mayor “capital cultural” y estos provienen de las clases más altas. Entonces: ¿se puede decir que este artículo se refiere a todos los individuos sin distinción alguna o se puede decir que introduce un elemento (el “mérito”) que sólo se adquiere a partir de una identidad social? En ciertas sociedades no cuenta tanto la categoría social del individuo como su carrera escolar a los efectos de la selección. En este caso el “mérito” está determinado por las jerarquías diferentes en la calidad establecimientos. de (Ver la a enseñanza este de respecto los la 7 Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción, Unesco, Paris, octubre de 1998, Preámbulo y art. 3). 11. Este tipo de problemas se podría plantear a propósito de otros temas. ¿Las mujeres están siempre comprendidas en todos los enunciados donde se dice que “toda persona” o “todo individuo” tiene “derecho a” ...? Teóricamente sí. Pero las feministas sobre han todo mostrado en el que implícitamente “hombre” con se minúscula, ha y pensado que por consecuencia se han omitido dimensiones existenciales típicas de la mujer. Los debates y declaraciones en torno a las discriminaciones por el género en las últimos décadas son por demás elocuentes. 12. Una manera de profundizar estas cuestiones sería ver cómo se pueden concebir los derechos humanos a partir de tres tipos de “sujetos”: el individuo, el grupo social y los pueblos. Desde el vamos esta triple perspectiva nos descubre problemas que quedan normalmente ocultos cuando suponemos que el “sujeto” de los derechos humanos es algo universalmente evidente. Contra esta visión ingenua debemos decir que la idea de los sujetos se va desvelando en la medida en que los mismos actores luchan por sus identidades y por sus derechos. 13. El enfoque tridimensional de los “sujetos” encuentra de entrada un concurrente de envergadura: el Estado, que se instituyó como sujeto y garante del orden internacional. Sin un Estado de Derecho, a escala nacional e internacional, podríamos hablar de derechos individuales y colectivos? hace suponer que los derechos humanos individuos, grupos sociales y Todo son inherentes a los pueblos. Pero el derecho 8 internacional actual está fundado sobre la existencia del Estado-Nación garante de como los sujeto derechos del orden humanos. internacional Si bien las y como doctrinas estatistas han perdido vigencia en los últimos años, todavía existen sistemas de gobierno donde predomina el derecho estatal sobre los derechos individuales. En 1975 las diversas interpretaciones en torno al Acuerdo de Helsinki sobre Seguridad y Cooperación en Europa pusieron de manifiesto que pese al “lenguaje común” subyacían conceptos radicalmente diferentes entre los países. (3) 14. Una consecuencia de este análisis en tres dimensiones es que mismo el nos permite identificar algunos problemas teóricos susceptibles de ser resueltos por distintas ciencias humanas. Justamente, “identidades” y a en los torno a “actores los “sujetos” sociales”, las , a las ciencias humanas han descubierto en los últimos años un horizonte de cuestiones que podrían alimentar este debate. II. La universalidad de los principios, la diversidad de interpretaciones 15. El enunciado de los derechos humanos se ubica en el plano de la “universalidad”. Es decir, habla de “toda persona” de “todo individuo”. humano en cuanto Se trata de los tal sin o derechos de todo ser prejuicios ideológicos, sin distinción de raza, religión, posición social o política. La idea del ser humano así formulada es el producto del más amplio consenso mundial que se haya en la historia de la humanidad. Sin embargo, todas las ideologías, filosofías o creencias, tratan de mostrar cómo desde su visión particular 9 se pueden “fundamentar” fundamenta a quién?. los derechos un budista, Para humanos. un ¿Quién marxista, un musulmán o un cristiano, es desde su punto de vista singular que se comprenden la condición humana universal. 16. Esta discusión, lejos de ser retórica, plantea serios problemas sobre las relaciones entre la conciencia universal y las particularidades detención Londres y el llevó, jurídicos culturales. enjuiciamiento una vez más, internacionales nacionales. No podemos del a con evitar A fines de dictador confrontar las que 1998 la Pinochet en los prácticas el valores jurídicas fundamento de los derechos humanos se convierta en una interpelación respecto al orden social y jurídico en que vivimos. Por de pronto, podemos intuir que no se puede encontrar una respuesta verdaderamente universal ni en una particularidad filosófica o religiosa, ni en una contenidos particulares religiones. Nuestra “humanidad” es visión de las experiencia el universalista ideologías, y nuestro producto de las sin los culturas concepto de o la interacciones contradictoria entre lo singular y lo universal. La máxima aspiración de un ser humano es llegar a ser, como dice “universalistas” han Sartre, un “universal singular” (4). 17. Sabemos que las concepciones ocultado casi siempre relaciones de dominación. Todos los imperialismos y los colonialismos son universalistas. Los antropólogos y los sociólogos contemporáneos han insistido sobre la crítica del “etnocentrismo” que subyace en casi todas las visiones universalistas, y en casi todas nuestras culturas. Autores como Lévy-Strauss (5), Roger Garaudy (6) o Jean Ladrière (7) han tratado de mostrar que el diálogo y la 10 comprensión nuestras entre las tendencias culturas todavía etnocéntricas. “globalización” no escapa El está limitado concepto por vigente de a estas contradicciones, porque mientras en nombre del mercado se propone la supresión de todas las fronteras y la internacionalización de los espacios económicos, por otro lado las fuerzas económicas dominantes tratan de mantener las asimetrías sociales y regionales para obtener mayores beneficios. La “globalización” debería evolucionar hacia la “universalización”, o sea, hacia una “sociedad mundial solidaria”. 18. Los principios de los derechos humanos son universales pero pueden ser invocados en función de ideologías e intereses particulares. El riesgo de toda idea y de toda palabra es que significación pueden por la ser siempre multiplicidad de tergiversados individuos en que su las vehiculizan. (El temor ancestral a la “dispersión” de la verdad, ilustrado en el mito de la Torre de Babel, es el que conduce a la imposición partidos, iglesias “eternas” e permanente para principios de o de “verdades estados “intocables”). crear los un Es deciden moral humanos. El que considerar necesario consenso derechos oficiales” pues, en torno “consenso los como luchar a los moral universal” no es algo dado, algo adquirido. Los intereses ideológicos particulares llevan a interpretar o a manipular tendenciosamente los temas de los derechos humanos. Pero, además, existen problemas de interpretación inherentes a la constitución misma de los principios de los derechos humanos. 19. En 1947 la Unesco organizó una encuesta para analizar los problemas teóricos implicados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Una de las treinta personalidades 11 que respondieron, el filósofo católico Jacques Maritain, señalaba entonces la siguiente paradoja: “las justificaciones racionales son indispensables y, sin embargo, impotentes para realizar el acuerdo de los espíritus ... las tradiciones filosóficas a las que se refieren son desde hace mucho tiempo contrastantes” (8). 20. La Unesco publica desde 1980 una revista especializada que se denomina “Enseñanza de los derechos del Hombre”. En ella se trata de profundizar problemas teóricos y metodológicos. En el n.1, vol. II de 1981, las diferentes religiones más representativas son invitadas a pronunciarse sobre sus concepciones de los derechos humanos. Es sin duda muy ilustrativo ver cómo los mismos principios pueden ser referidos a orígenes tan diferentes. Uno de los artículos el del profesor Saneh Chamarik expone el punto de vista del budhismo. Con la mayor franqueza el autor presenta las ideas contradictorias que pueden fundar los derechos humanos en Oriente y en Occidente: “... lo que se llaman derechos humanos y libertad no podían más adquisición que y estar de regidos posesión, es pro decir, el instinto por una de razón extraviada orientada únicamente a la auto-preservación (Rousseau), al hecho de actuar y de poder disponer de sus propios bienes a su antojo (Locke), o – peor aún – a la destrucción o la dominación mutua” (9). “Nosotros no podemos captar el sí mismo como algo concreto existente en el mundo exterior. El Yo no puede realizarse más que cuando actuamos según existencia humana” (9). las normas universales de la 12 21. El profesor Chamarik nos recuerda que para el budismo el hombre no es un fin en sí mismo. El Yo, el sí mismo, no tiene la misma significación que en Occidente. La existencia humana no se confina en el individuo, ni en los otros, ni en la Naturaleza: es una aceptación y una superación de todo eso. Este ejemplo nos muestra la distancia que media entre la racionalidad formalista occidental y las otras concepciones culturales o religiosas. Hay brechas aparentemente infranqueables, hay diferencias que deben declararse en lugar de ocultarlas detrás de palabras con significación equívoca. Hay que explicitar las diferentes perspectivas desde las que arrancan las diferentes concepciones de la dignidad humana. Tal vez no sean siempre incompatibles, tal vez no expresen más que diferentes posibilidades históricas del ser humano. Creo que esto es lo que ocurre a propósito de la valorización de los “individuos”, de los “grupos sociales” o de los “pueblos” como sujetos de la vida social y de la historia. III. Individuos historia y conciencia colectiva: del mito a la 22. Durante milenios el ser humano se sintió como parte de una Naturaleza inmutable a pesar de sus modificaciones aparentes. La “naturaleza humana”, o la “esencia del hombre” o las “leyes justificar la de la Naturaleza” resistencia al fueron cambio. Las invocada para concepciones religiosas “sacralizaron” casi toda esta identidad natural e inmutable de lo humano. Algunas, sin embargo, desarrollaron la conciencia de una relación personal con Dios. El judaísmo, el catolicismo y el protestantismo se inscriben en una 13 tradición que afirma la trascendencia espiritual del individuo respecto al mundo y a la historia. 23. En diferentes sociedades el hombre se afirmó como un ser capaz de superar a la naturaleza y de realizar un mundo conforme a sus necesidades y aspiraciones. Pero la idea, como parte de una nueva conciencia universal, forma parte sobre todo de la “modernidad” que se anuncia a partir del Renacimiento en la Europa del siglo XV y XVII. La nueva religiosidad afirma la trascendencia del individuo respecto a la Naturaleza, los avances del conocimiento científico hacen crecer la capacidad humana para forjar un mundo conforme a sus aspiraciones. La idea del individuo y del mundo, como la de sus relaciones se modifican radicalmente (10). 24. El filósofo alemán Hegel quiso resumir en el siglo XVIII todo este proceso. Su afirmación que “todo lo racional es real y todo perspectiva lo de real la es racional” humanidad sintetizaba construyéndose a la nueva sí misma partiendo del poder del Espíritu (cuya significación sigue siendo sin embargo trascendente a los individuos). Lo más importante, a nuestro entender, es que Hegel es el primero que exige pensar “históricamente” toda la experiencia humana. Desde su punto de vista incluso la Naturaleza está marcada por la presencia histórica del hombre (idea que a muchos en su época les pareció escandalosa y anti-científica). 25. Filósofos contemporáneos como Husserl o Popper reconocen que incluso condicionada nuestra por concepción nuestra básica experiencia del tiempo histórica está singular. Lobatchevsky descubrió una nueva geometría al descubrir la relatividad histórica de la noción del espacio impuesta por 14 la geometría de Euclides. Heisenberg, el físico alemán que contribuyó al desarrollo de la tecnología nuclear, afirma que nuestra idea de la Naturaleza es relativa a nuestra capacidad para dominarla y que la tecnología es una proyección de nuestro propio cuerpo (nuestra “naturaleza exogámica”). 26. Serge Moscovici, el sociólogo francés, muestra en un ensayo que lo que llamamos “Naturaleza” es un estado de nuestro desarrollo histórico. Se atreve entonces a hablar de una “historia humana de la Naturaleza” (11). Todas estas ideas en nos muestran históricos y la necesidad sociológicos de nuestras pensar concepciones términos sobre el hombre y la sociedad. ¿Por qué nos empeñamos entonces en pensar la individualidad, colectivas en términos la sociedad excluyentes y e las identidades inmutables? Si la “naturaleza humana” es histórica, debemos reconocer que la identidad existencial, social y cultural de los humanos es variable según los contextos históricos o sociales. 27. No se vaya a pensar que esta conclusión es evidente para la mayoría de los que piensan la realidad humana actual, al contrario. Los liberales piensan que el “individuo” es la realidad primera “pueblo” es la “organicistas” y fundamental. identidad tienen una En básica. muchas Los posición culturas “naturalistas” preponderante en el y el pensamiento contemporáneo. Es lo que muestra Ashley Montagu al criticar agresividad las concepciones humana” (12). sobre Todavía la no “naturaleza podemos concepciones dogmáticas, unidireccionales, que de superar la las nos impiden pensar la complejidad y la historicidad de la experiencia humana. 15 28. Retomando el punto de vista de Marx, Antoine Casanova, se formula la siguiente cuestión: “¿Es verdad (y si es así, cuáles son las razones) que los modos de ser y de percibirse como individuo humano viviente son, en un proceso largo, inestables, y que cambian profundamente cuando cambian las relaciones sociales?” (13). El autor lo reconoce: se trata de una vieja consiste cuestión. en tratar socialización La originalidad de explicar relacionándolas del las con planteo diferentes el marxista formas sistema de económico vigente en cada sociedad. 29. Para una gran parte del pensamiento occidental (liberales, individualistas, personalistas, anarquistas) el individuo es la realidad fundamental. Casi todos suponen que esto siempre ha sido así y que se trata de una experiencia universal. Nada parece más evidente que el hecho que todos los individuos son esencialmente iguales. (Sin embargo, ninguna evidencia ha sido tan resistida como esa por parte de los occidentales que se empeñaron en los últimos cinco siglos en tratar la “naturaleza” de los otros pueblos como algo “inferior”). En realidad, sólo aproximadamente una cuarta parte de la humanidad actual percibe su identidad individual como su identidad fundamental. sociedades existentes colectiva” o la el “Yo “identidad En la social” cósmica” mayoría o o la la de las “conciencia “personalidad espiritual comunitaria” u otros formas de identidad colectiva tienen mayor trascendencia que la individualidad. 30. Las imágenes que se pueden crear en torno al hombre son múltiples. Una de ellas concierne el conflicto entre el destino individual y el destino colectivo. Es un tema del que se encuentran muchos elementos en algunos relatos del Antiguo 16 Testamento, en las tragedias griegas o en los mitos fundadores de muchas religiones. Podríamos imitar a muchos de nuestros ancestros creando el siguiente mito sobre la identidad humana: “Al principio éramos un pueblo. La comunidad nos convirtió en especie. Los humanos se multiplicaron en infinitas singularidades. Cada uno quiso entonces devenir una Especie. Los humanos comenzzaron a perder su identidad universal. El Nosotros se hizo Yo, el Uno se hizo el Otro , los humanos crearon la lucha entre el Yo y el Otro. Y fueron llevados al borde de la destrucción. Los dioses se apiadaron de ellos y enviaron profetas para reorientarlos en la búsqueda del Nosotros Universal. Pero los humanos se resistieron a reconocer al Hombre Total”. 31. Detrás de muchas creencias antiguas y modernas podemos encontrar como en un paradigma casi todos los elementos de este mito imaginario. En la historia del pueblo judío o en el cristianismo podemos encontrar frecuentes conflictos entre las tragedias personales y el sentido religioso del destino común. Jesucristo aparece, en el decir de Hegel, como el “universal concreto” que intenta reconciliar los individuos con el Espíritu Absoluto de la Historia. Siempre ha existido una tensión o una contradicción entre la individualidad y la identidad colectiva. Se trata tal vez de la tensión más profunda y constante de las sociedades humanas. Es a través de ellas que se han producido rupturas y cambios en el proceso histórico. Ahora mismo, vemos aparecer junto a la globalización el etnocéntrismo, el tribalismo, el sectarismo religioso, el individualismo narcisista, como si 17 necesitáramos una fuerza contrapuesta a las tendencias homogeneizadoras. 32. En plena Edad Media europea el conflicto que opuso a los “nominalistas” que siguiendo a Ockham decían que lo único real era lo individual concreto, a los “conceptualistas” que siguiendo la tradición platónico-aristotélica decían que las ideas universales manera abstracta tienen una una tensión entidad propia, que a va refleja provocar de grandes cambios en todas las sociedades modernas. Lo individual, lo singular, lo “concreto”, serán de más en más el centro de interés en la vida política, científica, religiosa, económica e intelectual. El “mundo orgánico” de la Edad Media va dejando poco a poco el lugar a un mundo moderno en permanente transformación donde la individualidad, la subjetividad y la realidad singular de la materia aparecen como factores principales del cambio. 33. Es casi un lugar común para los que se interesan en el problema de la formación del hombre moderno el referirse al ya clásico estudio de Jacobo Burckhardt sobre la “Civilización del Renacimiento en Italia”. Haciendo honor a ese texto reproduzcamos una de las ideas centrales de su interpretación histórica: “En la Edad Media las dos fases de la conciencia, la faz objetiva y la faz subjetiva, estaban en cierto modo veladas... Era un velo tejido de fe, de ilusión y de prejuicios que hacía aparecer el mundo bajo extraños matices. El hombre no se conocía más que como raza, pueblo, partido, corporación, familia o bajo toda otra forma general o colectiva. Es Italia la que en primer término desgarra ese velo y que da la señal del estudio objetivo del Estado y de todas las cosas de este mundo; pero junto a esta manera de considerar los objetos se 18 desarrolla el aspecto subjetivo; el hombre deviene individuo espiritual y tiene conciencia de este nuevo estado” (14) 34. Ernst Cassirer, Fromm, y tantos otros han partido de esta constatación de Burdkhardt: la individualidad moderna es un fenómeno relativamente reciente cuyos orígenes pueden situarse en el Renacimiento italiano. Los marxistas, con Marx y Engels en primer término, interpretan que es el pasaje de la economía pre-capitalista feudal a la economía mercantil capitalista aparición internacionalizada del individuo. lo Estas que y ha determinado otras esta interpretaciones aportan elementos para comprender este proceso histórico pero al mismo tiempo monocausal que tienden no a reducirlo corresponde a la a una explicación complejidad de la antinomia de la formación de la individualidad moderna. IV. El individuo socialidad como sujeto y como 35. El debate no es nuevo, la subjetividad era vista con rasgos demoníacos en la Edad Media. Del mismo modo que en China, la ex_Unión Soviética, la Alemania Nazi, el Paraguay de Stroessner, experiencias el Irán fundamentalista totalitarias ,donde y se tantas considera otras la individualidad como un “peligro” o como una “desviación”. Ya desde la Edad Media europea, sin embargo, se podían reconocer los signos de una mutación que harían del individuo un sujeto autónomo y de la individualidad una forma histórica de la realización del ser humano. Tratemos de señalar manifestaciones más significativas de este proceso. las 19 36. En plena Edad Media (1215) la sanción de la Carta Magna en Inglaterra instituyó los primeros mecanismos jurídicos modernos para proteger al individuo y a los grupos sociales de la arbitrariedad del poder absoluto del Gobierno. Notemos aquí la importancia insoslayable de un “estado de derecho” en el surgimiento de las libertades individuales y colectivas , porque de otro modo, como ya lo señalara Hegel, sólo el Soberano era libre. Aunque socialmente limitados a la nobleza y el clero, estos derechos abrieron el camino a las modernas concepciones sobre la descentralización del poder y sobre la protección de los derechos individuales y colectivos. Hacia el siglo XIII los franciscanos comenzaron a valorizar el mundo sensible (la naturaleza, la experimentación) y lo singular concreto (contra las palabras y las denominaciones genéricas). Estas fundadas en concepciones místicas y en el nominalismo semillas de Ockham, del comenzaron experimentalismo, individualismo. Francis Bacon a sembrar del las primeras empirismo (1561-1626) y consolidó del estas tendencias en el mundo británico con la “Instauratio Magna” y el “Novum Organum”. Sin este interés por lo concreto y por la investigación empírica de los fenómenos particulares la ciencia moderna hubiera carecido del modelo de pensamiento necesario para su desarrollo posterior. 38. Toda desviación individual o subjetiva seguía siendo vista como un atentado pecaminoso contra el orden natural y divino en gran parte de las sociedades medievales europeas. La civilización árabe de entonces sin las limitaciones del dogmatismo organicista católico había desarrollado con mucha libertad nuevas concepciones en filosofía, biología, matemáticas y otras disciplinas. El contacto con la cultura árabe permitió la “actualización” de los europeos, pero 20 también suscitó el deseo de explorar los horizontes intelectuales de las otras culturas. El Obispo Nicolás de Cusa (1401-1469) fue uno de los primeros que intuyó la ruptura que se iba a producir en la cosmovisión medieval, y el primer moderno ecuménico, que intentó científico y sintetizar transcultural, con espíritu las múltiples posibilidades de la búsqueda de la Verdad. De Cusa descubre que el Cosmos y el microcosmos son los horizontes fundamentales del ser humano en su relación con el medio. Rompe así el mundo cerrado y limitado de la Edad Media. Abre paso a la conciencia de la realidad que será dominante sólo cinco siglos más tarde. 38. Nicolás Maquiavelo (1469-1527) fue uno de los primeros pensadores modernos que comenzó a “desnaturalizar” la idea del poder mostrando que el mismo depende no tanto de la voluntad divina o de las leyes naturales intenciones de los actores sociales. popular” como el trasfondo como de las Descubrió la “soberanía de la lucha por el poder. El Príncipe necesita tanto como sus adversarios legitimarse y fortalecerse por bajo la invocación del poder popular. Este proceso dio lugar al nacimiento de de la “individualidad política”, al surgimiento de lo que comenzó a denominarse como el “ciudadano”. Maquiavelo mostró que las clases dirigentes no están investidas por Dios o por la naturaleza para gobernar intereses sino que particulares están y por movidas las por las luchas de pasiones (la “cupiditas principatus”, o sea, el deseo del poder). 39. En otro contexto Lutero (1483-1546) reivindicó el “libre exámen”, o sea, la libertad para interpretar subjetivamente la verdad revelada, la Biblia. También cuestionó la 21 sacralización de ciertos poderes y abusos de la Iglesia Católica. Introdujo pues en el cristianismo una perspectiva subjetiva e historicista. La invención de la imprenta (1440) reforzó la personal posibilidad de pensamiento los se de textos orientó una lectura filosóficos hacia el e o investigación religiosos. análisis del El sujeto cognoscente, mientras que la ciencia se encaminaba al dominio de las realidades materiales concretas. 40. En el Discurso del Método, el filósofo Descartes, parte de una intuición fundamental: “pienso, luego existo”. Con ello inaugura la tradición racionalista, mecanicista según algunos, subjetivistas según otros. Lo que importa es la “institución” del “sujeto” individual (la conciencia) como poder constituyente de la verdad. Es esencialmente la misma convicción que desembocará en el idealismo de Hegel y que explica su famosa afirmación: “todo lo real es racional, todo lo racional es real”. (Sin embargo, Hegel desembocará en una visión totalizadora donde el sujeto individual desaparece para convertirse en un momento engañoso de la marcha de la Historia; de este modo se reintroduce en el siglo XIX la vigencia de las “cosmovisiones”). 41. Cada uno de estos acontecimientos constituye una revelación de las potencialidades de la individualidad y la subjetividad humanas. Es probable que la emancipación de los artesanos y los comerciantes en las prósperas ciudades de los Países Bajos, Bélgica e Italia, haya creado nuevas condiciones históricas a fines de la Edad Media. Esta es al menos la opinión de historiadores como Ferdinand Braudel, Henri Pirenne o burgos respecto Léopold Genicot. La independencia de los a los señores feudales anticipa las 22 libertades comunales. La organización corporativa de los artesanos es el anuncio de los sindicatos y de los derechos laborales. Es en ese contexto que la eclosión del individualismo toma la forma de la competencia económica más descarnada. El capitalismo del libre mercado hacía estragos hacia el 1300-1400 entre los productores de textiles. El flamenco van Maerlant escribía entonces en reacción a la competencia desenfrenada: “hay dos palabras funestas en el mundo, lo tuyo y lo mío. Si se pudiera suprimirlas, en todas partes reinaría la paz y la concordia. Hombres y mujeres, todos serían libres y no habría más esclavos”. (15) 42. No podemos acontecimientos ver que como fenómenos producen la aislados emergencia de los la individualidad moderna. Los pensadores católicos integristas como Hilaire Belloc o Monseñor Lefèvre, piensan que el “antropocentrismo” que se impone desde el Renacimiento nace on los errores teológicos y filosóficos del “nominalismo”. En el otro extremo Marx (ver: “La ideología alemana”, “La cuestión judía”, o el “Manifiesto Comunista”) señala que el individualismo es una abstracción creada por la burguesía emergente para legitimar sus intereses en el marco de un nuevo modelo de producción. Toda otra clase de interpretaciones han sido elaboradas. Lewis Mumford, Oswald Spengler o Augusto Comte creen descubrir en la evolución de la tecnología y la ciencia el núcleo de las grandes mutaciones. Rousseau, Locke, Tocqueville y otros colocan como motor de las transformaciones políticas y del Estado de derecho. las nuevas concepciones 23 43. Toda mutación profunda de una civilización resulta ininteligible para sus contemporáneos. La “opacidad” teórica de las mutaciones que producen en la sociedad moderna proviene del hehco que nosotros estamos implicados en ellas. Vivimos desde hace 500 años un conjunto de transformaciones que han modificado tanto nuestra individualida como nuestra “exterioridad” (es decir, nuestra proyección sobre el entorno material). (PEREZ LINDO: 1996) ¿Cómo reducir esas y otras transformaciones a un principio generador simple? 44. Lo que importa es reconocer que el ser humano moderno ha descubierto dimensiones de su individualidad que no está dispuesto a sacrificar. De este descubrimiento surgen nuevas libertades (que no son más que la explicitación de libertades inherentes a la condición humana). La “libertad de pensamiento” no es, en este sentido, una invención moderna, sino el desarrollo de una posibilidad que siempre estuvo presente en la naturaleza humana. La “libertad de asociación” no es una invención burguesa sino la actualización de algo que podemos encontrar en las primitivas asociaciones humanas. La “individualidad” deformación: es en una de fin, no las es ni un dimensiones pecado ni esenciales de una la existencia humana. 45. Hay dos confusiones en las dispuestas ideológicas modernas: la primera identifica el “individualismo” con la “individualidad” y la segunda amalgama la “conciencia colectiva” con la “socialidad”. El pleno desarrollo de la individualidad individualista. no La significa defensa tener de la como meta conciencia una sociedad colectiva no implica postular la masificación de las conciencias. Este falso debate viene del fin de la Edad Media y ha servido para 24 pintar en términos apocalípticos las posiciones antagónicas. Joseph de Maistre, el primer pensador de la contra-revolución moderna, describía, en las “Veladas de San Petesburgo”, la revolución francesa como una disolución total de la unidad orgánica, natural y sagrada del Antiguo Orden feudal. 46. De Maistre, introdujo la idea de un “proceso histórico”, donde los actores ineluctables del no hacen devenir más que humano. Esta responder idea hizo a leyes posible concebir la historia, la economía, la política y más tarde la sociología como “ciencias”. Aunque nadie, o casi nadie, tiene interés en reivindicar esta genealogía, lo cierto es que tanto los tarde el positivistas punto utópicos, de como partida libertarios o los marxistas, “organicista”. cristianos, retomaron Los fueron más socialistas en cambio reticentes a la idea de que la emancipación colectiva estaba determinada naturaleza por , de un proceso la evolutivo historia o de que la surgía economía. de la (En la actualidad volvemos a encontrar la tentación reduccionista en el “pensamiento único” neo-liberal que coloca al mercado y a la competitividad como productores de la sociedad). 48. Antoine “individuo” Casanova, dentro del intenta replantear pensamiento la marxista. cuestión Sobre del todo, trata de hacer comprender que no se trata de una invención de la economía burguesa capitalista sino de una evolución más profunda: “el individuo humano viviendo y pensándose como individualidad individualista ... es un producto extremadamente tardío del movimiento histórico multimilenario” (16). 25 48. Para una gran legión de marxistas y anti-marxistas un punto de referencia obligado es la crítica de Marx a la concepción burguesa e individualista de los derechos humanos. (Ver: C. Eymar: Karl Marx, crítico de los derechos humanos, Madrid, Tecnos, 1987). En “La cuestión judía” (1843)la actitud de Marx es lapidaria: “los derechos del hombre, derechos de los miembros de la sociedad burguesa, no son otros que los del hombre egoísta, del hombre separado del hombre y de la colectividad”. También en los Manuscritos de 1844 aparece una clara tendencia a reivindicar la identidad orgánica del individuo con su especie frente a la explotación capitalista que separa los individuos entre sí. La propiedad privada de los medios de producción sería, según Marx, el núcleo central de la disociación social y de la injusticia. No es el primero en señalar la estrecha vinculación entre el desarrollo de la propiedad privada egoísta. En San y el Pablo nacimiento de o comunidades en las una individualidad cristianas primitivas, en los reformadores cristianos de la Edad Media, en los utopías reformadores de cristianos Campanella o de de la Tomas Edad Media, Moro en las durante el Renacimiento, aparece la misma asociación de ideas y la misma alternativa: la solidaridad comunitaria. 49. Pero la interpretación histórica y sociológica de Marx trasciende (nó desde el punto de vista ético sino desde el punto de vista establecer las epistemológico) las utopías del ideas que se encuentran pasado al magistralmente sintetizadas en El Manifiesto Comunista (1848) : 26 “La historia de toda sociedadd hasta nuestros días no sido más que la historia de la lucha de clases. hombre libre y esclavo, patricio o plebeyo , barón y siervo ... en una palabra opresores y oprimidos, han llevado una guerra ininterrumpida, a veces aberta, a veces disimulada, una guerra que terminaba siempre sea por una transformación revolucionaria de la sociedad entera, sea por la destrucción de las dos claes en lucha”. ... Sin embargo, el carácter distintivo de nuestra época de la época de la burguesía, es el haber simplificado los antagonismos de clase. La sociedad se divide de más en más en dos vastos campos enemigos, en dos grandes clases diametralmente opuestas: la burguesía y el proletariado”. 50. El texto continúa mostrando cómo la evolución de los distintos sistemas económicos a determinando la aparición de través de la diferentes tipos historia va de clases sociales y de conflictos con el modo de producción dominante. Más tarde, algunos marxistas privilegiaron el análisis de clases, mientras que otros pusieron el acento en los determinismos económicos. Lo importante, en nuestro caso, es saber si resulta pertinente sostener que los derechos humanos son atributos inherentes a clases sociales en lucha o si corresponden a un proceso histórico más complejo donde la conquista de derechos individuales y sociales coincide con formas de individuación y de socialización específicas de cada época y cultura. 51. Marx, como los socialistas de su época, se situaron frente a la revolución industrial y criticó la explotación descarnada de la burguesía dominante que no se detenía ni 27 ante la explotación salvaje de los niños ni ante el genocidio de otras civilizaciones. Trató de descubrir la “lógica” de la lucha de clases de su época y la encontró en la evolución de la moderna organización capitalista de la economía y la sociedad. Fundadores del pensamiento sociológico como Saint Simon o Augusto Comte vieron también en el individualismo triunfante una perversión de la socialidad humana. De allí que pensadores sociales de diferentes tendencias coincidieran en formular la antinomia: o el individuo o la sociedad. 52. La cuestión es de tal importancia que durante más de un siglo el pensamiento social estuvo entretenido en discutir si lo real era el individuo o si lo real era la sociedad. En uno y otro campo se alinean corrientes ideológicas de todo tipo, incluso contradictorias. Hay marxistas, budhistas, nacionalsocialistas, cristianos o musulmanes para quienes el “individuo” es una abstracción. Hay liberales, anarquistas, darwinistas, cristianos, budhistas, etc., para quienes la sociedad no es más que las relaciones entre los individuos, algo que carece de sustancia propia. La confrontación y la interacción de los dos puntos de vista ha dado lugar a grandes replanteos en la sicología y la sociología en las últimas décadas. Nada más sintomático de esta evolución como la experiencia del sicoanálisis que se afirma primero como un adentramiento en la subjetividad humana para terminar preguntándose con Lacan si soy yo el que habla o si somos hablados por el lenguaje social que utilizamos. 53. Las fronteras entre lo subjetivo y lo social seguirán siendo confusas y no porque haya un misterio especial en ello. Simplemente porque en cada contexto la individualidad y las relaciones sociales dan lugar a configuraciones 28 originales. ¿Acaso la individualidad de un norteamericano puede ser la misma que la del japonés aunque ambos coexistan en un mismo régimen capitalista? ¿La socialidad del sueco es la misma que la etnia hutu de Burundi? ¿La conciencia colectiva china puede ser la misma que la de los argentinos? 54. Lo importante es reafirmar la existencia del individuo y de la socialidad humano. El orgánica de como individuo las no bases es necesidades fundamentales una del abstracción: fundamentales modo: la individualidad no es la humanas, sujeto primario de toda actividad política o mismo es proyecto un base es el social. Del pecado ni una deformación. Es una posibilidad de expresión del ser humano. Es una forma de realización plena de la humanidad. Si no se aceptan estas premisas el “sujeto” de los derechos humanos se desplazará necesariamente de los individuos al Estado o a otro conjunto colectivo. V. Las identidades sociales y los sujetos colectivos de los derechos humanos 55. La mayor parte de los enunciados de los derechos humanos (Declaración Universal, 1948) suponen que el “sujeto” de la vida social es el individuo. Ahora bien, sólo en las sociedades occidentales industrializadas la mayoría de las personas vive la “individualidad” como punto de referencia dominante en sus comportamientos. En la mayoría de las otras sociedades el referente principal de la existencia personal es alguna forma de conciencia o de identidad colectiva. 29 56. Nadie puede dudar que los enunciados de los Derechos Humanos tienden a proteger esferas de la vida humana que finalmente se remiten a la persona individual. El artículo 3 de la Declaración Universal dice: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. ¿Cómo puede tener “derecho a la vida” una mujer si en la mayoría de las sociedades las mujeres colectivamente no tienen derecho a disponer de su propio cuerpo? ¿Cómo puede tener derecho a la libertad un indio peruano o boliviano si a causa de la marginación colectiva de que es objeto su grupo él no puede participar libremente en la vida política del país? ¿Qué seguridad puede encontrar individualmente un palestino en Israel si el Estado no reconoce la identidad y la autodeterminación del pueblo palestino? Preguntas semejantes se pueden formular a propósito de los kurdos, los saharahouis y muchos otros pueblos inmersos en complejas y contradictorias tramas dentro de los que no estados-naciones existentes. 57. Hay derechos individuales pueden ejercerse plenamente sin reconocer los sujetos colectivos que los hacen posibles. Los partidarios de una interpretación liberal y occidental dirán que esto supera el marco de la filosofía de los derechos humanos. Desde un punto de vista literal la Declaración de 1948 habla de personas e individuos pero elude la cuestión de las identidades colectivas. Pero las convenciones posteriores sobre derechos económicos y sociales sí implican la introducción de sujetos colectivos. También podemos mencionar el caso de las mujeres que han luchado y luchan por obtener el reconocimiento específico de sus derechos. Como resultado de esta acción ya han obtenido en 30 1979 la firma de la Convención contra toda forma de discriminación respecto a las mujeres. 58. En muchas sociedades hay una resistencia cultural, ideológica o religiosa al reconocimiento del individuo como sujeto de la existencia humana. Del mismo modo, en otras sociedades existe una tendencia a rechazar la posibilidad de reconocer los actores sociales, los sujetos colectivos a través de los cuales pueden encontrar su plena realización los derechos individuales. No se puede impulsar la vigencia universal de los derechos humanos si no se toma en cuenta la identidad existencial, social y cultural de los humanos. Porque es a partir de esta “identidad” que cobran sentido esos derechos. 59. La Revolución Francesa (1789) en sus diferentes declaraciones proclamó los derechos humanos universales del individuo y del ciudadano. Pero la ley Le Chapelier de 1791 prohibía la reivindicación colectiva de los derechos, sobre todo cuando privada. se Por afectaban la misma al principio razón, las de la mujeres propiedad no podían reivindicar en tanto tales derechos especiales (que no eran otra cosa que el derecho de ser iguales a los hombres en su condición de ciudadanas). Las burguesías capitalistas dominantes supieron explotar muy bien la ambigüedad de este “estado de derecho” donde a grupos sociales mayoritarios se les negaba lo que la ley proclamaba para todos los ciudadanos. La misma ambigüedad fue hábilmente utilizada en las dominaciones colonialistas. El “nativo” de la colonia no era reconocido como sujeto de derechos en el mismo grado que los ciudadanos de las metrópolis. 31 60. La identidad colectiva no es una abstracción. Si los obreros europeos pudieron obtener su participación en el voto y en los beneficios del progreso económico, si pudieron conquistar formas dignas de bienestar y de seguridad, es porque en sus luchas pusieron de manifiesto que eran colectivamente discriminados y oprimidos. En la revolución rusa y en la revolución china de este siglo, los campesinos tuvieron que librar todo tipo de batallas para ser reconocidos como “sujetos” de la liberación colectiva. La doctrina marxista del “proletariado” colocaba en efecto a los obreros industriales como actores dominantes de la revolución comunista. Esta contradicción se prolongó en las revoluciones anticolonianistas del Tercer Mundo , donde muchos dirigentes buscaron un proletariado industrial o moderno que no existía. 61. La promoción de los derechos humanos y las luchas de liberación deberían tener en cuenta pues el principio de identidad que individuales y define la colectivos existencia en cada de los sociedad. actores Tanto el individualismo liberal como el clasismo marxista (y toda otra forma de universalización abstracta del concepto del hombre) pueden conducir a ocultar formas de opresión y de explotación que afectan a amplios sectores de la sociedad. 62. El enfoque sociológico se vuelve indispensable para situar el alcance de ciertos derechos humanos. El artículo 26 de la Declaración Universal dice en su acápite 1.: “Toda persona tiene derecho a la educación. ... el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos”. La sociología de la educación nos enseña que el “mérito” es algo socialmente determinado, que 32 en la mayoría de los casos los estudiantes más “capaces” provienen de los medios culturales y son los estudiantes más “capaces” provienen de los medios culturales y sociales más privilegiados. El principio de la igualdad de oportunidades en educación no puede asegurarse si no se practica una política “diferencial” que tomen en cuenta los desequilibrios provocados por las diferencias sociales y culturales. Esto es lo que han hecho muchos países: en Estados Unidos con la “educación exUnión compensatoria” Soviética para cuotas negros obligatorias y minorías, de en la estudiantes de origen obrero y campesino. Pero en la mayoría de los países la selección escolar sigue realizándose según “el mérito”, es decir, según la inercia de las desigualdades sociales. 63. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y las organizaciones sindicales se ocupan de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. Tanto éstas como otras organizaciones enunciados genéricos han de puesto los de manifiesto derechos humanos que no los pueden aplicarse sin apuntar a las situaciones concretas de grupos sociales explotados. En Brasil una parte de la élite política habla de los derechos individuales como si viviera en Europa Occidental. A su vez una parte de la izquierda habla de la “clase obrera” compusiera de como si la trabajadores mayoría de industriales. los Los explotados se trabajadores rurales son en realidad mayoritarios dentro del proletariado, pero no tienen un reconocimiento equivalente al resto de los trabajadores. Por otro lado existen grupos tales como los trabajadores rurales migrantes, los campesinos pobres, los indios, las mujeres que trabajan en el servicio doméstico (muchas veces bajo una forma de dependencia cercana a la servidumbre). ¿Cómo afirmar los derechos humanos del pueblo 33 brasilero sin designar por su nombre la identidad de los grupos oprimidos y explotados? ¿Cómo luchar eficazmente contra estas las formas de dominación sin tener una idea realista de cuáles son los actores sociales? En América Latina todavía se habla de una manera abstracta de los grupos y clases sociales. El crecimiento de los grupos sociales excluídos o marginados no ha hecho más que agravar este problema. 64. Ninguna clase, ningún grupo puede encarnar eternamente la identidad de una sociedad o de un pueblo. En este sentido la “democracia liberal de los ciudadanos” libres resulta ser una democracia restringida que sólo se puede ampliar con la emancipación de los grupos sociales marginados y oprimidos. Del mismo modo, “partido la “dictadura revolucionario” del proletariado” equivale a una o del “liberación restringida” de todo un pueblo. La revolución no suprime por decreto todas las formas de dominación y todas las jerarquías de poder. mantener Al eludir esas indefinidamente situaciones la opresión se de puede ayudar grupos a sociales subordinados. La lectura profunda de los derechos humanos nos lleva a exigir dominación. opresiones Pero y la para supresión lograrlo explotaciones que de todas es preciso padecen las formas de reconocer las colectivamente los hombres y mujeres en cada situación concreta. 34 VI. El pueblo como sujeto de la Historia y como ideología de Estado 65. La identidad cultural o la identidad nacional constituye otra dimensión esencial posible del hombre como “sujeto” de derechos. La idea del “pueblo” parece definir de manera general esta forma de identidad. En muchos casos los derechos humanos no podrían tener vigencia sin el reconocimiento del derecho de los pueblo. François Rigaux va más lejos aún: “El ejercicio efectivo de los derechos del hombre tiene por necesaria condición el ejercicio colectivo del derecho de los pueblos a la autodeterminación. La libertad de los humanos pasa por la liberación de los pueblos. Sólo el reconocimiento mutuo de estos derechos fundamentales permitirá la edificación de un nuevo orden mundial”. (17) 66. En la tradición humanista y racionalista, que viene del Renacimiento pasa por Kant y llega al existencialismo contemporáneo, la autonomía del individuo representa la idea límite que funda la moral y el respeto de la dignidad humana bajo todas sus formas. Pero junto a esta tradición tenemos la historia moderna del socialismo que puso a la liberación de los explotados como fundamento de toda sociedad justa. Una tercera tradición a su vez, reivindico la autodeterminación de los pueblos como principio de las luchas emancipadoras. El romanticismo alemán, desde el siglo XIX, alimentó la imagen del “espíritu del pueblo” (folkgeist), del pueblo como unidad orgánica que los nacional-socialistas de Hitler suuieron explotar siniestramente. (Y allí tenemos una de las razones por las cuales las potencias triunfantes de la Segunda Guerra Mundial se negaron a incluir en la Declaración de 1948 conceptos sobre la identidad colectiva.). Las luchas anticoloniales del Tercer Mundo dieron a su vez connotaciones 35 especiales a la idea de “pueblo” (por ejemplo: el “populismo latinoamericano”, el “nacionalismo árabe”, el “tribalismo” africano). pueblos La Declaración universal de los derechos de los (Argelia, julio de 1976) intentó formular jurídicamente los contenidos de este enfoque. 67. Los participantes de la conferencia de Argelia “persuadidos de que el respeto efectivo de los derechos del hombre implica el respeto de los derechos de los pueblos” adoptaron una serie de principios entre los cuales podemos mencionar los siguientes: - Todo pueblo tiene derecho a existir (art.1) - Todo pueblo tiene derecho al respeto de su identidad nacional y cultural (art.2) - Todo pueblo tiene el derecho imprescriptible e inalienable a la autodeterminación (art.5) - Todo pueblo tiene derecho de liberarse de toda dominación colonial o extranjera directa o indirecta y de todos los regímenes racistas (art.6) - Todo pueblo justamente tiene derecho evaluado, y a a que que su los trabajo sea intercambios internacionales se hagan en condiciones de igualdad y equidad (art.10) - Cuando en el seno de un Estado, un pueblo es una minoría, tiene derecho a que se respeten su identidad, sus tradiciones, su lengua y su patrimonio cultural (art.19). 68. Estos enunciados y el conjunto de la Declaración de Argelia crearon rechazos y reticencias. Rechazos en sectores liberales europeos y norteamericanos que ven el “derecho de 36 los pueblos” como un avance sobre los “derechos individuales”. Reticencias en gobiernos del Tercer Mundo y en países comunistas porque la autodeterminación de los pueblos obliga a replantear las relaciones de ciertos pueblos con los estados vigentes. Reticencias en los países industrializados capitalistas instrumento que ven para la Declaración fundamentar de acciones Argelia como un de los defensivas países del Tercer Mundo frente al orden económico mundial. 69. La Declaración sistema de internacional Argelia, haya aunque sido su limitado alcance en contiene el varias ideas fundamentales.(18). En primer lugar, intenta articular los principios reconocidos de los derechos humanos con los derechos colectivos perspectiva se de redactó los una pueblos. parte Siguiendo sustancial de la esta Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos. En segundo lugar, al definir a los pueblos como sujetos del orden internacional la Declaración de Argelia invita a repensar el derecho internacional hasta ahora estructurado en función de los estados. En tercer lugar, diversos principios aprobados definen acciones legítimas de resistencia de los pueblos frente a la opresión política, la explotación económica o la dominación Declaración internacional. retoma la Desde este tradición punto del de vista “derecho a la la resistencia” enunciada en la Declaración de la Independencia de Estados Unidos (1776) y en las Declaraciones de la Revolución Francesa (1789). 70. A pesar de este avance en la conciencia internacional todavía no está claro cómo pueden articularse los diferentes niveles de autonomía de los sujetos individuales, de los grupos sociales y de los pueblos. Para ello debería poder 37 analizarse, en la perspectiva de un proceso de liberación individual y colectiva, el aporte positivo de las tendencias humanistas, liberales, socialistas, nacionalistas, populistas, feministas, ecologistas y otras. Lamentablemente, el proceso de globalización actual tiende a la transformación de todos los individuos en clientes o usuarios de la sociedad capitalista de consumo. La homogeneización de la economía, de la cultura y del pensamiento (que Herbert Marcuse criticara anticipadamente en El hombre unidimensional, de 1967) bajo la forma de un economicismo inhumano viene siendo criticada por todos los sectores. Pero sería un error ver en ello el resultado de un mero predominio ideológico (en este caso del neo-liberalismo): se trata de un proceso histórico y cultural que necesitamos enfrentar con mucha lucidez y decisión. 71. Dos objecciones importantes podrían presentarse al movimiento del “derechos de los pueblos”. La primera es que en derecho internacional los estados y no los pueblos constituyen el sujeto de las relaciones internacionales. La segunda se refiere “pueblo”. A la a la indefinición del concepto de primera cuestión se podría responder como Richard Falk que la “legitimidad” o el “reconocimiento” de la Declaración de Argelia dependerá sobre todo de los pueblos que asuman como suyos esos principios y que intenten hacerlos respetar en el plano internacional. ¿Puede un pueblo negarse a pagar una deuda externa contraída por un gobierno ilegítimo y cuya finalidad población? Al derrocamiento sandinista se era tomar de la negó contraria el a poder en dictadura de (en 1979) a los intereses Nicaragua Somoza reconocer de luego el las la del gobierno deudas pendientes por ventas de armas que habían realizado la Junta Militar de Argentina y el gobierno de Israel. Situaciones 38 parecidas se plantearon en Irán luego del derrocamiento del Sha en 1979. Empréstitos de multinacionales que sólo beneficiaban a las potencias occidentales, ventas de armas en función del interés estratégico de Estados Unidos, dieron lugar a litigios de todo tipo que aún se ventilan en La Haya. El punto de vista iraní estaba muy cercano a los postulados de la Declaración de Argelia. 72. En cuanto a la definición del concepto de “pueblo” lo que sorprende es la polisemia del mismo. Tanto en la Conferencia de Argelia como en la reunión de expertos de San Marino (19) no se pudo llegar a una definición que pudiera presentarse como universal y coherente con los principios de liberación y de los invocada derechos por los humanos. nazis, La noción como de señalara “pueblo” Peter pudo ser Leuprecht, Director de Derechos Humanos en el Consejo de Europa. Alguien que ha reflexionado suficientemente sobre el “derecho de los pueblos” como el profesor Rigaux confiesa por un lado la laguna de la “definición” y por otro lado intenta aproximarse a un concepto práctico del “pueblo”: “La Declaración no contiene una definición de la noción de pueblo. Semejante definición era peligrosa y sin duda incluso imposible. Pero hay realmente una laguna en este punto? La noción de pueblo no surge acaso del contenido de toda la Declaración?... Tres aspectos pueden distinguir. El pueblo es una comunidad humana que se identifica por diferencias suficientemente significativas respecto a otros pueblos. El pueblo es el conjunto o la mayoría de la población de un Estado ... El pueblo es a veces un pueblo homogéneo estructurado en Estado, a veces una minoría nacional cuyos derechos colectivos son reconocidos al interior de ese Estado” (20) 39 73. Es posible que desde el punto de vista jurídico esta caracterización sea suficiente. Pero parece evidente que la misma no basta en una teoría general de los derechos humanos. José Echeverría intentó por su parte presentar algunos criterios socio-políticos para definir la noción de pueblo (21). Este “Estado”, autor distingue “Nación” y claramente “pueblo”. En los cuanto conceptos a la idea de de “pueblo” su enfoque contiene estos rasgos fundamentales: la identidad con las clases dominadas y el proyecto de autodeterminarse superando esta dominación. El pueblo es pues la mayoría que no forma parte de las clases dominantes y que tiene una visión prosprectiva de su liberación. En términos semejantes podríamos encontrar la noción de “pueblo” en la teología de la liberación. 74. Esta visión “progresista” del “pueblo” pasa por alto la ambigüedad que nos revela la experiencia histórica y social. En un primer nivel el pueblo puede ser analizado desde el punto de vista de su “identidad cultural”. Todo pueblo comporta una comunidad de ideas y creencias, una identidad cultural. Esta tiene al menos dos dimensiones esenciales: una tradición común (religiosa, lingüística, histórica) y un proyecto de liberación. A veces el proyecto de liberación supera la identidad tradicional (como en China o como en Cuba), otras veces el proyecto es la voluntad de afirmar la tradición frente a la invasión extranjera (como en Afganistán, como en Polonia), y otras veces se conjugan ambos elementos (como en Nicaragua sandinista). 75. En un segundo nivel, la idea de “pueblo” distingue a la mayoría de la población o a las clases dominadas de las clases dominantes. En el primer caso (el pueblo = mayoría) la 40 idea de “pueblo” se asimila a delante una extranjero clase (como dominante las la de Nación extranjera oligarquías o si se tiene al servicio latinoamericanas). En de el segundo caso, el pueblo puede identificarse con las clases oprimidas, con el proletariado, o con los pobres. (En la Teología de la Liberación el “pueblos” se identifica con los “pobres” y los “dominados”; en el marxismo “pueblo” equivale a clases explotadas). 76. En un tercer nivel, podemos “pueblo” en torno al proyecto buscar la identidad del político. Cuando las trece colonias norteamericanas se independizan en 1776 tenían en claro el proyecto de “Nación”, pero no eran “un” pueblo ni tenían un Estado. Eran trece colectividades con un fondo cultural heterogéneo lingüística) pero con (diversidad afinidades religiosa, históricas diversidad (tuvieron la misma dependencia colonial sobre un mismo territorio). La idea de Nación permitió cristalizar la idea del “pueblo” norteamericano. Algo semejante ocurrió con la liberación del pueblo de Argelia autodeterminación hacia nacional 1960. forjó La la lucha por la de una conciencia identidad nacional que antes no existía de manera homogénea. Hay pueblos que buscan una autonomía relativa sin pretender constituirse en Nación (como las federaciones suizas), hay pueblos que quieren ser Nación pero que no reclaman un Estado (algunas “naciones” indias de América) y hay pueblos que quieren autodeterminarse como Nación y como Estado (los palestinos). 77. La noción de “pueblo” es pues polivante. En la misma podemos comprender al pueblo de indios de América, a los Finlandia, a los pueblos pueblos de Rusia o al pueblo 41 norteamericano. En el siguiente cuadro tratamos de resumir los aspectos ya señalados pero relacionando la identidad de los pueblos, y sus proyectos políticos posibles. 78. La noción de “pueblo” ha sido también a menudo utilizada como sinónimo claras las de “colectividad” fronteras entre o los “comunidad”. conceptos. No La están noción de “identidad” parece ser la más fundamental para reconocer a un pueblo como “sujeto” histórico o político. A menudo el concepto de “estado-nación” se identifica con el de “pueblo”. Esto se plantea sobre todo del lado de las sociedades dominantes (con proyecto expansionista o imperialista) y de las sociedades colonial por dependientes ejemplo, o permite dominadas (la situación la identidad amalgamar “popular”, la identidad “nacional” y el proyecto de un estado independiente. 79. Las identidades sociales y culturales son necesariamente relativas y transitivas. Las clases sociale varía de una sociedad a otra, del mismo modo las identidades culturales. El “individuo” o el “Estado” como sujetos parecen más estables y más definible. En la realidad, la problemática de los derechos humanos tiene como polos dialécticos justamente esas dos maoyoría realidades: de los el individuo especialistas y el Estado. occidentales los Para la derechos humanos tienen como sujeto básico al individuo. En los países comunistas el Estad es el fundamento de los derechos humanos (estos no son pues inherentes a las personas). Por eso se comprende la insistencia de los especialistas soviéticos en afirmar que “las custiones que conciernen los derechos y libertades humanas pertenecen a la jurisdicción interna de los estados...” (22) 42 VII. Individuos, “sujetos” 80. Nuestro encontramos grupos análisis ahora sociales, se con ha pueblos evidentemente cuatro “sujetos” y estados como complicado. de los Nos derechos humanos: los individuos, los grupos sociales, los pueblos y los estados. Podemos resolver esta diversidad de sujetos afirmando que el destinatario último de cualquier libertad o beneficio es el indiviuo. Pero ya vimos que los individuos necesitan a veces ser reconocidos en grupos para existir como tales. La “personalidad” femenina existe en la medida en que las mujeres constituyeron movimientos sociales o políticos para ser reconocidas y para obtener la misma autonomía del hombre. Otro tanto podemos decir del “obrero”, o del “negro”, o del “indio”. Grupos sociales o pueblos (como los palestinos, los kurdos, los irlandeses, los judíos, etc.) que permiten a determinados grupos humanos mantenerse unidos, sea para conservar una identidad común, sea para obtener la liberación del grupo. A menudo, sin liberación colectiva no hay libertades personales. 81. De los cuatro “sujetos” enunciados, me parece muy difícil defender el estatuto de tal para el “Estado”. En primer lugar, porque una parte importante de los derechos humanos tiende a proteger a los individuos contra los abusos de los estados y de los gobiernos. En segundo lugar, porque en lo que hace a los “derechos positivos” (bienestar, seguridad, educación, etc.) la función del Estado es proteger o asegurar la realización de esos derechos, pero no recibirlos como “sujeto”. Sólo en las sociedades más arcaicas se confunde la identidad del Estado con la de los súbditos (y allí el estado 43 sacralizado recibe las ofrendas del trabajo y los individuos celebran en su honor los ritos o ceremonias que preceden a la distribución de los beneficios como “donaciones” del Estado). Es cierto, salvaje como no dice está Levy-Strauss, tan lejos contemporánea pero al menos de que el “pensamiento nuestra experiencia teóricamente casi todas las sociedades distinguen las necesidades de los individuos de la necesidades del Estado.” contemporáneas franquismo del español, Sin embargo, las diferentes formas estado totalitario autocracia de los (Alemania Duvalier en nazi, Haití, China Comunista, URSS, el Paraguay de Stroessner, Irán, ...) nos muestran que el lema fascista de Mussolini, “todo dentro del Estado, nada fuera del Estado”, ha tenido una vigencia dramática en el siglo XX. (A su vez, podríamos entender muchas reacciones anti-estatistas de las últimas décadas como un rechazo a las formas del estado autoritario). 82. Por otra parte, el Estado ha sido un instrumento, o una mediación necesaria, para la emancipación de grupos sociales, naciones o pueblos. Esto aparece claro en la Revolución Francesa, luego en ls revoluciones latinoamericanas, en las revoluciones socialistas y en las guerras e liberación del Tercer Mundo. ¿Pero cuál es tema común de casi todas las revoluciones o fenómeno la de procesos revolucionarios? anarquía o la Por un desintegración lado, social el que amenaza la exitencia misma de la sociedad. Por otro lado, (y a veces como consecuencia de lo primero) la concentración del poder en mano de la nueva clase dirigente que instituye un estado autoritario. La soberanía popular suele desembocar luego del proceso revolucionario en la soberanía absoluta de un partido único o de un dirigente vitalicio.(23) Los casos del PRI en México ,de Fidel Castro en Cuba o del Partido 44 Comunista en China constituyen algunas ilustraciones. ¿Cómo evitar esto? Algunos, o más bien casi todos, de los observadores del fenómeno revolucionario son fatalistas: casi siempre el grupo o el movimeinto revolucionario será llevado a establecer un “sujeto común” bajo formas autoritarias porque el nuevo estado estará amenazado por todas partes. Robespierre en Francia, Bolívar en Améria del Sur, Lenín en Rusia, Mao en China, todos llegan en diferentes contextos a conclusiones semejantes. Jean-Paul Sartre, en La crítica de la razón dialéctica, contradictorio analiza largamente este desenlace de las revoluciones que comienzan con la participación activa de todos los individuos y termina en la hegemonía de un soberano absoluto (Partido, Dictador, Estado). 83. Los partidarios objetivo histórico e del estado ideológico absolutista lo que convierten puede ser bajo determinadas circunstancias un recurso para mantener unido un país o resistir una agresión. La experiencia contemporánea de países como Argelia, Cuba, Tanzania, Nicaragua y de otros estados surgidos independentistas, fatalmente el en muestra ciclo que procesos que no conduce revolucionarios es de la necesario disolución o repetir de un régimen perimido al estado totalitario. A todos los efectos (tanto desde el punto de vista de la consolidación de un régimen revolucionario como desde el punto de vista de sus posibilidades de resolver las demandas económicas y sociales) nos parece que el reconocimiento de los diferentes “sujetos” (individuos, grupos sociales, pueblos) así como la definición precisa de los roles del Estado dentro de un estado de derecho, puede permitir alcanzar con mayor éxito una sociedad justa y equilibrada. Es lo que han estado tratando de lograr 45 los movimientos democráticos latinoaericanos en los 80 y en los 90. 84. Los pueblos existen, tanto como los individuos y los grupos sociales. La cuestión no es crear una jerarquía de conceptos. La cuestión es reconocer las identidades a través de las cuales se realiza la existencia de los seres humanos. Para darle toda su dignidad a un indio hay que dársela a todo su pueblo, para acordarle las libertades individuales a un palestino Podemos hay decir que reconocérselas otro tanto de a todos las los clases palestinos. marginadas u oprimidas. Una cuestión central en la teoría de los derechos humanos es la autonomía de los individuos, la autodeterminación de los pueblos. Todo esto supone definir los “sujetos”. Cuanto más avanzada es una sociedad en el desarrollo de los derechos humanos, más se percibe la diferenciación y autonomía de los diferentes actores sociales y políticos. El rol del Estado no sería entonces de sustituirse a esos actores sino de crear las condiciones para que los mismo puedan interactuar en busca de objetivos comunes tales como la igualdad, el bienestar o la liberación. 46 NOTAS (1) RIGAUX, François, “Le droit, la libération des peuples et l´édification d´un nouvel ordre mondial”, en: La Pensée, n.227, mai-juin 1982, p.70-71 (2) RIGAUX, François, “Réflexions en vue d´un nouvel instrumento international relatif au droit des peuples”, en: Droits de solidarité – Droits des peuples, SaintMarin, 1983, p.106. El autor realiza en este artículo un riguroso examen de la identificación del Estado con el derecho internacional. Muestra por un lado la tendencia a amalgamar Estado-Nación y, por otro lado, la verdadera legitimación del orden jurídico a partir del “pueblo” como sujeto. (3) Desde el punto de vista “occidental” ver: BUERGENTHAL, Thomas (de.), Derechos humanos, derecho internacional y el Acuerdo de Helsinki, Montevideo, de. Centenario, 1979. Ver el punto de vista soviético en KARTASHKIN, V., Droits de l´homme et coopération internationale, Moscú, Agencia Novosti, 1977 (4) Ver: SARTRE, J-P., “L´universel singulier”, en: JeanPaul Sartre, Situations IX, Paris, Gallimard, 1972, pp.152-190 (5) Ver: LEVI-STRAUSS, Claude, Antropología estructural, México, Siglo XXI, 1981, Cap. VIII: Raza e historia 47 (6) Ver: GARAUDY, Roger, Pour un dialogue des civilisations, Paris, Denoël, 1977 (7) Ver: LADRIERE, Jean, Las enjeux de la rationalité. Le défi de la science et de la technologie aux cultures, Paris, Unesco-Aubier Montagne, 1977 (8) Citado por Gustave Thils, Droits de l´homme et perspectives chrétiennes, Louvain-la-Neuve, Cahiers de la Revue Théologique de Louvain, 1981, n.2, p.51 (9) Ver: UNESCO, Enseignemen des droits de l´homme, Vol.II, n.1, 1981, p.17 (10) Ver: CASSIRER, E., Individuo y cosmos en la filosfía del Renacimiento, Buenos Aires, 1951; DILTHEY, G. Hombre y mundo en los siglos XVI y XVII, México, Fondo de Cultura Económica, 1944; MARTIN, A., Sociología del Renacimiento, México, Fondo de Cultura Económica, 1946 (11) MOSCOVICI, Serge, Essai sur l´histoire humaine de la nature, Paris, Flammarion, 1968 (12) MONTAGU, Ashley, La naturaleza de la agresividad humana, Madrid, Alianza Universidad, 1981 (13) CASANOVA, A., “Individualité, biographie, société”, en: La Pensée, n.228, juillet-août 1982, pp.44-57 (14) Ver: BURCKHARDT, Jacob, La civilisation de la Rennaissance en Italie, Lausanne, de. Gonthier, 1958, p.102 48 (15) Citado por Lépold Génicot, Les lignes de faite du Moyen Age, Tournai, Casterman, 1966, p.253 (16) Ver: A. Casanova, ob.cit., p.32 (17) RIGAUX, F., “Le l´édification droit, la libération desp euples et d´un nouvel ordre mondial”, La Pensée, n.227, 1982, p.70 (18) Ver comentarios sobre los alcances de la Declaración de Argelia en: A. Cassese; E. Jouve (directores), Pour un droit des peuples, Paris, Berger-Levrault, 1978 (19) Droits de solidarité – Droits des peuples, ob.cit. (20) F. Rigaux, “Remarques générales sur la Déclaration d´Alger”, en: Pour un droit des peuples, ob.cit., p.46 (21) José Echeverría, “Le peuple comme communauté du manque. Eléme nts pour une définition”, en Pour un droit des peuples, ob.cit. p.95 ss. (22) Ver: KARTASHKIN, Droits de l´homme et coopération internationale, Moscú, Novosti, 1977, p.17 (23) Ver: Gérard Chaliand, Mythes révolutionnaires du tiers monde, Paris, Seuil, 1979 y Carrère d´Encausse, Lénine, la révolution et le pouvoir, Paris, Flammarion, 1979