Abdera ó a leyenda de Abdera ó a leyenda neopúnica La existencia de Abdera en la antigüedad así como su fundación de origen fenicio está recogida en muchos autores clásicos. La cita más antigua sobre Abdera nos llega como un periplo escrito a finales del s. VI a. C. y que no se conserva en su original, sino por medio de la obra del romano Rufo Festo Avieno “Ora Marítima”, que es una obra literaria del siglo IV d. C. Avieno cita a Abdera en su libro como una fundación fenicia, tras consultar los escritos de varios autores anteriores que la visitaron entre los siglos V y II a. C. La primera cita donde aparece Abdera, en una obra de un autor conocido se halla en la obra de Artemidoro de Efeso. Este griego escribió su obra hacia el 100 a. C. Esta es un viaje que describe la costa en dirección Este, ha llegado por medio de fragmentos de obras de otros autores como Estrabón. Estrabón, nacido en Capadocia (actual Turquía) hacia el 65 a. C. Escribió un extenso libro llamado “Geografía”. Su libro III es el que se ocupa de la Península Ibérica y sus islas y en él relata que “Abdera, también ella fundación fenicia” es una de las principales poblaciones de la costa sur: “Después viene Abdera, Tipos de escritura fenicia del nombre Abderat ó Abdera también fundación fenicia. Por encima de estos parajes, en la montaña, se exhibe una ciudad llamada Odysseia y, en esta ciudad, el santuario de Atenea...” Estrabón vincula el santuario a Abdera, por donde salía el metal procedente de la Alta Andalucía, una vez abandonada la ruta que seguía el Guadalquivir. Pomponio Mela, posterior a Estrabón, de origen hispano pues nació en Tingetera cerca del Estrecho de Gibraltar nombra en su libro “De Chorographia” a Abdera junto con otras ciudades costeras. Esta obra fue escrita a mediados del siglo I d. C. C. Plinio, coetáneo de Mela, del siglo I d.C. escribe hacia el año 70 su “Naturalis Historiae” se refiere en su libro III a la ciudad de Abdera. La siguiente fuente donde aparece la ciudad es en la obra de Claudio Ptolomeo (178 d. C.) que vivió en Alejandría (Egipto). Escritos, científico y astrónomo, escribió una “Guía Geográfica” compuesta de ocho libros, siendo el tomo II donde hace la referencia de Abdera, que aparece como “Abdara” y localiza su posición y coordenadas y la sitúa dentro de la etnia de los Bástulos o Cartagineses. Atheneo de Naucratis (170-.230 d.C. en el siglo III) escribe el libro “Deipnosophistae”, con una curiosa manera de explicar a un amigo por medio de un banquete las comidas, pescados y vinos de las regiones. En esta obra el autor ensalza a los mújoles de Abdera “y similares a éstos son los Sinopic y cuando se echan en salmuera son sanos”. La procedencia de Egipto del autor puede dar una idea de la influencia de los salazones de Abdera en ese momento. Una fuente algo imprecisa sobre Abdera es el acta del Primer Concilio de Sevilla en el año 590, donde aparece la firma del obispo Pedro de Abdera. Esteban de Bizancio en el siglo VII d. C. recoge en su libro “Ethnika” una cita de Artemidoro de Efeso, en el que señala que “Abdera: hay dos ciudades con este Recuperación del Patrimonio Cultural de Adra © 2008 www.adracultural.es nombre. La segunda es la de Iberia cerca de Gades, como cuenta Artemidoro en el segundo libro de su descripción geográfica. El ciudadano allí se llama Abderita”. En el siglo VII d. C. también la obra del Anónimo de Rávena cita a Abdera como ciudad que integra la vía costera entre Malaca y Cartago Nova, parte de la antigua vía Heraklea. Abdera tiene tambíen la particularidad de ser un nombre que comparten desde antiguo dos ciudades:la nuestra y la que fundan en la Tracia griega el pueblo de los Klazomenios procedente de la actual Turquía, que sería la patria de filósofos como Demócrito y Protágoras. Las actuales Abderas (Adra y Avdira) fueron hermanadas con diversos actos conmemorativos que se desarrollaron en ambas ciudades en el verano de 1985. Una tercera Abdera está localizada según el mapa de Ptolomeo en la Tingitania, al Norte de Africa junto a la ciudad púnica de Cartago, dentro del actual país de Túnez. En el mapa referido aparece la ciudad con el nombre de "Abdeira". La leyenda del topónimo Cbdrt (Abderat) coincide con un teofórico relacionado con el nombre de Abderos, con el significado de amante de Melkart. Otros interpretan el nombre como sierva de Melkart. La mitología griega recoge de dónde procede el nombre de Abdera y la fundación de la ciudad Tracia del mismo nombre. En el octavo trabajo de Hércules, es requerido para llevar a Micenas las yeguas del Tracio Diómedes. Diómedes poseía unas yeguas tan salvajes que tenían que tenerlas atadas en pesebres de hierro con cadenas del mismo metal. Se alimentaban de la carne de los extranjeros que tenían la desgracia de llegar a sus costas. Hércules prendió al inhumano monarca y los echó a sus propias yeguas que se lo comieron. Hércules tuvo que ausentarse y dejó a su lugarteniente Abdero, hijo de Hermes, al cuidado de las yeguas. Pero en ausencia de Hércules las yeguas volvieron a tener ansias de comer carne humana. Cuando Hércules regresó Abdero había sido muerto por las bestias. En su honor y recuerdo Hércules fundó la ciudad a la que llamó Abdera. Consiguió reducir a las yeguas y las llevó al rey de Micenas Euristeo, el cual las consagró a la diosa Hera (diosa madre esposa de Zeus). La raíz “abd” significa adepto o siervo en los idiomas más antiguos, lo que justificaría la existencia en Abdera de un culto primitivo a esa diosa. Los topónimos alpujarreños próximos a Adra, también recogen la existencia de yeguas “la laguna de las Yeguas”, “El cerro de las Yeguas”. Los romanos permitieron, a cambio del control del comercio de las ciudades fenopúnicas del Sur de Hispania, el uso de la escritura y la lengua fenicia. La existencia de una oleada migratoria de artesanos cartagineses que, tras la destrucción de Cartago, se instalaron en las ciudades del extremo Occidente del Mediterráneo, propició esa convivencia cultural de una población mayoritariamente semita bajo el dominio de Roma. Recuperación del Patrimonio Cultural de Adra © 2008 www.adracultural.es