Sección 3 Farmacología de la inflamación y de las alergias Capítulo 14 FÁRMACOS ÚTILES EN EL TRATAMIENTO DE LOS PROCESOS INFLAMATORIOS Rodolfo Rodríguez Carranza ASPECTOS BÁSICOS DE LA INFLAMACIÓN 4Inflamación La inflamación es la reacción (respuesta) de los tejidos vivos a todas formas de lesión (agresión) tisular. Se trata de una respuesta normal y, como tal, se espera que suceda cuando hay daño a tejidos; de hecho, si un tejido lesionado no exhibe signos de inflamación, se considera que existe una situación anormal. 4Frecuencia Si la inflamación es una de las respuestas fisiopatológicas fundamentales con las que el organismo se defiende frente a agresiones producidas por una gran variedad de estímulos (mecánicos, toxinas químicas, isquémicos, microorganismos, reacciones de hipersensibilidad), es entendible que se presente como manifestación aislada (traumatismo) o asociada con muy diversas patologías (enfermedades reumáticas, enfermedades de la colágena, neoplasias, infecciones, gota, dermatitis, colitis, neuropatías, etc.). 4Tipos La respuesta inflamatoria puede clasificarse en varias fases, en cada una de las cuales intervienen mecanismos muy complejos; aquí sólo consideraremos las fases aguda y crónica. La inflamación aguda comprende la reacción inmediata y temprana a un agente lesivo. Su duración es relativamente corta, de horas o días, y sus signos distintivos son vasodilatación local y aumento de la permeabilidad capilar. La inflamación crónica se origina por estímulos persistentes, a menudo semanas o meses, que originan infiltración de células mononucleares y proliferación de fibroblastos; se aprecian signos de degeneración y fibrosis de los tejidos afectados. Esta última es una manifestación de un proceso de reparación que sucede concomitantemente. 4Manifestaciones clínicas La inflamación aguda se manifiesta clínicamente por signos y síntomas característicos, que se presentan en mayor o menor grado: enrojecimiento, tumefacción, calor y dolor. Los signos y síntomas de la inflamación crónica son muy variados, dependen mucho del padecimiento de fondo (artritis reumatoide, neuropatía, dermatitis, colitis, etc.). 4Fisiopatología La inflamación comprende reacciones vasculares, neurológicas, humorales e histológicas en el sitio de lesión. Como ya se mencionó, la respuesta inflamatoria puede ser desencadenada por diversos estímulos, y los eventos más significativos que ocurren durante la respuesta inflamatoria son: a) aumento del flujo sanguíneo en la zona afectada; b) aumento de la permeabilidad capilar, y c) migración de leucocitos de los vasos capilares hacia los espacios intersticiales cercanos a los sitios de lesión. Esta respuesta es consecuencia de un proceso biológico y bioquímico muy complejo que involucra la participación del sistema inmunitario y de una gran variedad de mediadores químicos; entre ellos: a) aminas vasoactivas (histamina, serotonina); b) péptidos (citocinas); c) eicosanoides (prostaglandinas, prostaciclina, leucotrienos); d) productos de leucocitos (enzimas lisosómicas); e) radicales libres de oxígeno (óxido nítrico), y f) factor activador de plaquetas. Así, el principal enlace entre el estímulo 77 78 Sección 3 Farmacología de la inflamación y de las alergias lesivo y el inicio del fenómeno que constituye la inflamación son sustancias químicas derivadas del plasma o de los tejidos. Aquí sólo se hace referencia brevemente a eicosanoides y a citocinas. El término eicosanoide se aplica a una familia de lípidos biológicamente activos que se sintetizan en el organismo por la oxidación de ácidos grasos no saturados de 20 carbonos. El ácido araquidónico, que se encuentra presente en grandes cantidades en los fosfolípidos de las membranas celulares, es el ácido graso más utilizado en el organismo. Por acción enzimática, de este ácido se derivan las tres clases más importantes de eicosanoides: prostaglandinas, tromboxanos y leucotrienos, aun cuando también se forman otros productos como las lipoxinas. Todas las células humanas estudiadas tienen la capacidad de sintetizar por lo menos uno de esos eicosanoides. El paso inicial en la síntesis de eicosanoides es la liberación del ácido araquidónico mediante la acción de fosfolipasas celulares (fosfolipasa A2). Se postula que los estímulos antes citados hacen que penetre el ion calcio a las células al alterar su membrana y, así, activar las fosfolipasas participantes en este proceso. Una vez liberado, el ácido araquidónico se metaboliza por dos vías principales, ciclooxigenasa (sintetasa de prostaglandina) y lipooxigenasa. La vía de la ciclooxigenasa (COX) conduce a la producción de prostaglandinas (PG) y tromboxanos (Tx). Por su actividad biológica, en este grupo destacan las prostaglandinas G2, H2, I2 (prostaciclina) y D2, y los tromboxanos A2 y B2. La vía de la lipooxigenasa conduce inicialmente a la formación del primer leucotrieno, el A4 (LTA4), que a su vez da origen a otros leucotrienos denominados LTB4, LTD4 y LTE4. Los eicosanoides son productos endógenos que no están almacenados en las células, son sintetizados y liberados en función de una demanda, tienen una vida muy corta y actúan localmente. Su síntesis y metabolismo está regulado de manera muy estricta, ya que la mayor parte de ellos participan en actividades fisiológicas a nivel celular e histológico-orgánico. Por ejemplo, a nivel celular los prostanoides y leucotrienos actúan como segundos mensajeros para funciones esenciales como activación de los canales de potasio, activación de macrófagos y procesos de adhesión celular. Dentro de sus funciones histológicas-orgánicas (homeostásicas) se encuentran la citoprotección de la mucosa gástrica y la regulación del tono vascular renal; modulan diversos componentes de la respuesta inflamatoria, de la temperatura corporal, de la transmisión del dolor, de la agregación pla- quetaria y otras acciones fisiológicas. Los niveles de eicosanoides son generalmente muy bajos en los tejidos normales, pero aumentan rápidamente durante la respuesta inflamatoria aguda. Los niveles aumentan más con la infiltración celular y la producción local de citocinas. El estímulo inflamatorio causa los niveles altos de prostanoides en las lesiones inflamatorias crónicas. La participación de los eicosanoides en la respuesta inflamatoria, que actúan de manera sinérgica con otros mediadores, se pueden resumir de la siguiente manera: la prostaglandina E2 (PGE2) produce vasodilatación (eritema) e induce un estado de hiperalgesia; la prostaglandina I2 (PGI2) produce vasodilatación, induce un estado de hiperalgesia e inhibe la agregación plaquetaria; y los leucotrienos C4 (LTC4), D4 (LTD4) y E4 (LTE4) aumentan la permeabilidad capilar (edema). Todos estos productos actúan sobre receptores específicos, denominados receptores P (prostaglandinas) y LT (leucotrienos), de los cuales se han descrito numerosos subtipos. Como ya se mencionó, dentro de los mediadores más importantes de la inflamación se encuentran las citocinas, las cuales son liberadas de las células, al igual que los eicosanoides, por un estímulo lesivo. La familia de las citocinas está constituida por un grupo numeroso de péptidos cuya función principal es la comunicación célula a célula. Se han descrito más de 100 citocinas, y dentro de este grupo destacan los interferones (IFN), las interleucinas (IL), las quimiocinas (CC o CXC), los factores de crecimiento (growth-stimulating factor, GSF) y de necrosis tumoral (TNF). Algunas citocinas tienen actividades proinflamatorias, las más importantes son el TNF-α y la IL-1, las cuales participan en la reacción inflamatoria aguda y crónica, y en el proceso de reparación. Estas citocinas tienen varias acciones y pueden aumentar la expresión de las moléculas de adhesión, inducir la proliferación celular y estimular la presentación de antígenos, la expresión de enzimas degradantes, como la colagenasa, y estimular la síntesis de prostaglandinas (PGE2) en los fibroblastos. Son liberadas de los macrófagos y de otras células e inician la cascada de citocinas, entre ellas las quimiocinas, las cuales atraen a los leucocitos hacia el sitio de la lesión. En contraste, algunas otras citocinas tienen la función de inhibir el proceso inflamatorio (TGF-β, IL-4, IL-10, IL-13). Estas citocinas inhiben la producción de quimiocinas y las respuestas mediadas por las células Th1. La demostración de que los eicosanoides tienen una función importante en la respuesta inflamatoria, explicó las propiedades terapéuticas del grupo de fármacos denominados analgésicos antiinfla- Capítulo 14 Fármacos útiles en el tratamiento de los procesos inflamatorios matorios no esteroideos (AINES), y fundamentó el análisis cuidadoso de los procesos de síntesis y degradación de los eicosanoides. De interés clínico es el hecho de que hay por lo menos dos tipos de ciclooxigenasas, la COX1, que es la forma constitutiva, que se expresa en la mayor parte de los tejidos y tiene una función homeostásica, y la COX2, que es la forma inducible y que preferencialmente se expresa en los sitios de inflamación. De acuerdo con lo antes mencionado, la inhibición de la COX1 da lugar a los efectos adversos (daño de la mucosa gástrica), mientras que la inhibición de la COX2 da lugar a efectos clínicamente útiles (antiinflamatorios). FÁRMACOS ÚTILES EN EL TRATAMIENTO DE LOS PROCESOS INFLAMATORIOS Entre los fármacos capaces de reducir los signos y síntomas de la inflamación se encuentran los AINES y los glucocorticoides. El grupo de AINES está conformado por fármacos de muy diversa estructura química que comparten su capacidad de inhibir la actividad de la COX y, con ello, la síntesis de prostaglandinas y tromboxanos. Los glucocorticoides son fármacos con efectos metabólicos, antiinflamatorios e inmunosupresores muy poderosos. Dentro de este grupo se pueden distinguir a los glucocorticoides en los que predomina el efecto antiinflamatorio (betametasona, dexametasona, triamcinolona), los cuales no producen efectos mineralocorticoides o éstos son mínimos. Los glucocorticoides inhiben la formación de la fosfolipasa A2 y, en consecuencia, la liberación de ácido araquidónico, el principal precursor de prostaglandinas. Además de los inhibidores de la COX y de los glucocorticoides, en este capítulo se menciona otro tipo de antiinflamatorios que se utilizan principalmente en procesos inflamatorios crónicos (artritis reumatoide) y aquellos que se utilizan en el tratamiento de la gota (cuadro 14-1). 4Inhibidores de la ciclooxigenasa Este grupo (AINES) está constituido por numerosos miembros, entre ellos ácido acetilsalicílico (considerado prototipo), ácido mefenámico, diclofenaco, dipirona, fenilbutazona, fenoprofén, flurbiprofén, ibuprofén, indometacina, cetorolaco, nabumetona, naproxén, tenoxicam y tolmetín. Estos fármacos se caracterizan por tener propiedades analgésicas, Cuadro 14-1. 79 Fármacos útiles en el tratamiento de los procesos inflamatorios 1. Analgésicos antiinflamatorios no esteroideos Inhibidores de las COX1 y COX2 Ácido acetilsalicílico Ibuprofén Indometacina Naproxén Piroxicam Inhibidores de la COX2 Celecoxib 2. Glucocorticoides Betametasona Dexametasona Triamcinolona 3. Antirreumáticos Metotrexato 4. Antigotosos Alopurinol Colquicina Probenecid antiinflamatorias y antipiréticas. Como parte de este grupo también se incluye al acetaminofén, que se distingue de los anteriores porque sus efectos antiinflamatorios son mínimos o no se presentan. Se acepta que los efectos farmacológicos y tóxicos de los AINES dependen de su capacidad de inhibir a la COX y, en consecuencia, reducen las síntesis de prostaglandinas y tromboxanos. Dentro de los AINES es importante distinguir dos subgrupos: a) los inhibidores no selectivos de la COX (inhiben COX1 y COX2), que son la mayor parte de los fármacos antes descritos, los cuales reducen simultáneamente la fiebre, el dolor y la inflamación y, al mismo tiempo, la función fisiológica de los prostanoides. Por lo anterior, inhiben la agregación plaquetaria y producen efectos adversos gastrointestinales y renales; y b) los inhibidores relativamente selectivos COX2 (nimesulida, celecoxib, etodolaco); fármacos que mantienen los efectos primarios de los AINES pero que no modifican sustancialmente la formación de prostanoides en los tejidos gastrointestinal y renal, y en plaquetas. Si bien se ha observado que con estos fármacos se disminuye la incidencia de reacciones adversas, particularmente las gastrointestinales, todavía no se establecen claramente los riesgos de su administración crónica. Por ello, y por su mayor precio, su uso debe ser restringido. 80 Sección 3 Farmacología de la inflamación y de las alergias Los efectos farmacológicos de los AINES son relativamente semejantes. Sólo se puede destacar al acetaminofén, que tiene propiedades antiinflamatorias muy discretas, y el caso de la indometacina y piroxicam, cuyas acciones antiinflamatorias son más poderosas que el resto del grupo. En contraste, sí es importante considerar que los AINES muestran diferencias respecto a su toxicidad y en el grado de aceptación por parte de los pacientes. Por su acción antiinflamatoria, los AINES son medicamentos muy útiles en el tratamiento de los procesos inflamatorios agudos (asociados a diversas causas) y crónicos, particularmente en el caso de las enfermedades reumáticas (artritis reumatoide, osteoartritis, espondilitis anquilosante, artritis bacteriana, lupus eritematoso sistémico, esclerodermia, miopatías inflamatorias, vasculitis, síndrome de Sjögren). Además de lo anterior, los AINES tienen amplias aplicaciones clínicas como antipiréticos; es notable su capacidad de reducir la fiebre, efecto que también depende de su mecanismo de acción principal, que se relaciona con un aumento en la disipación del calor originado por dilatación de los vasos sanguíneos. La antipiresis suele acompañarse de sudoración profusa. Los efectos de los AINES sobre plaquetas, en especial del ácido acetilsalicílico, se revisan en el capítulo 20. No debe olvidarse que los AINES son los analgésicos de uso más frecuente en la práctica clínica (véase cap. 7). A nivel clínico, los AINES de introducción más reciente son, en general, más potentes (que sólo implica el empleo de dosis menores) que el ácido acetilsalicílico, pero no son clínicamente más eficaces. Su ventaja sobre el ácido acetilsalicílico es la duración más prolongada de su efecto, lo que disminuye la frecuencia de administración y favorece la adherencia terapéutica. En el caso de los inhibidores de la COX2 se observa una relativa menor incidencia de efectos gastrointestinales. Sin embargo, algunos de ellos pueden tener efectos tóxicos más peligrosos (administración crónica) y todos son considerablemente más caros. Los AINES se absorben bien en el tracto gastrointestinal y sus concentraciones plasmáticas máximas se alcanzan en 1 a 3 h. Su unión a las proteínas plasmáticas es, en general, moderada y su distribución es amplia. Se metabolizan en el hígado y se eliminan en la orina. Los AINES tienen en común varios efectos indeseables. Las reacciones adversas más importantes y frecuentes, especialmente cuando se administran de manera crónica o en dosis altas, son irritación de la mucosa gastrointestinal, propensión a ulceraciones gástricas e intestinales y sangrado gastrointestinal. Ocasionalmente se puede presentar hemorragia masiva. Éste es un riesgo alto en bebedores crónicos y en pacientes con antecedentes de enfermedad gástrica. El daño histológico producido por estos fármacos se debe a una acción irritante local y a la inhibición de la síntesis de prostaglandinas (PGI2, PGE2), ya que estos productos endógenos tienen la función de inhibir la secreción ácida gástrica en el estómago y promover la secreción de moco citoprotector en el intestino. Otros efectos colaterales que dependen de la inhibición de la síntesis de prostaglandinas incluyen: inhibición de la agregación plaquetaria, inhibición de la motilidad uterina y, en consecuencia, prolongación de la gestación y del trabajo de parto, y cambios en la función renal mediada por prostaglandinas. Algunos lesionan el tejido hematopoyético (dipirona), otros pueden producir lesión renal, y todos pueden provocar reacciones de hipersensibilidad. Cabe subrayar que el ácido acetilsalicílico no debe administrarse en niños que sufran algún proceso viral, como influenza o varicela, ya que este fármaco puede inducir un síndrome de Reye. En estos casos el acetaminofén es el fármaco de elección. 4Glucocorticoides Los glucocorticoides son fármacos que tienen propiedades antiinflamatorias e inmunosupresoras muy poderosas. Previenen y suprimen las manifestaciones tempranas y tardías de los procesos inflamatorios. En este grupo destacan, por sus propiedades antiinflamatorias, los glucocorticoides de acción intermedia (prednisona, prednisolona, triamcinolona), cuyo efecto persiste por 18 a 36 h, y los de larga duración (betametasona, dexametasona), cuyos efectos pueden persistir de uno a tres días. Estos fármacos atraviesan la membrana celular y se unen a receptores citosólicos (GRα y GRβ); el complejo fármaco-receptor pasa al núcleo donde se une a sitios específicos en el DNA, lo cual reprime la transcripción o induce transcripción de genes específicos. La represión se lleva a cabo sobre varios factores de transcripción, entre ellos los genes de la COX, citocinas y sintasa de óxido nítrico. Así, inhiben la liberación de ácido araquidónico, disminuyen la formación de citocinas IL-1 a IL-8, TNF-γ, factores de adhesión, factor estimulante de la colonia de granulocitos-macrófagos, reducen la generación de óxido nítrico, la liberación de histamina y la producción de IgG. Por estos mecanismos, los glucocorticoides inhiben la formación de prostaglandinas, tromboxanos y leucotrienos, la migración de los neutrófilos a las áreas de inflamación, la permeabilidad capilar, el edema, y la acumulación de mastocitos en sitios de inflamación; asimis- Capítulo 14 Fármacos útiles en el tratamiento de los procesos inflamatorios mo, reducen la función de los fibroblastos y de los osteoclastos. También tienen propiedades inmunosupresoras muy importantes que parecen estar ligadas a su capacidad de interferir las funciones específicas de los leucocitos. Como parte de sus efectos metabólicos, los glucocorticoides inducen la gluconeogénesis, que aunada al uso disminuido de glucosa en la periferia, hacen que aumente el glucógeno hepático, la glucemia y la secreción de glucagon, e inducen resistencia a la insulina. También incrementan la lipólisis y movilizan los ácidos grasos del tejido adiposo, reducen la absorción del calcio y facilitan su excreción renal. Los glucocorticoides se absorben bien por vía oral y existen formulaciones farmacéuticas para su aplicación intramuscular, intravenosa, intraarticular o intralesional. Cuando se aplican tópicamente pueden absorberse y pasar al plasma en cantidades importantes. Su metabolismo en hígado y riñón es muy lento y su afinidad por las proteínas plasmáticas es muy baja en comparación con los glucocorticoides naturales. La vida media plasmática varía de 3 a 5 h, y la vida media biológica (tejidos) abarca de 36 a 54 horas. Los glucocorticoides se utilizan en el tratamiento de afecciones alérgicas o inflamatorias graves o incapacitantes que no responden al tratamiento convencional; en casos de cardiopatía reumática en pacientes graves o que no responden a los salicilatos; en enfermedades de la colágena durante su exacerbación o como terapia de mantenimiento, y en enfermedades oculares caracterizadas por procesos inflamatorios y alérgicos graves. Su administración crónica produce diversas reacciones adversas, entre ellas: aumento de peso, dolor muscular, sangrado gastrointestinal, facies lunar, aumento de la susceptibilidad a las infecciones, reactivación de la tuberculosis, manifestaciones de osteoporosis, edema de las extremidades, falta de cicatrización de alguna herida. Al suspender su administración se pueden presentar manifestaciones de insuficiencia suprarrenal. La administración prolongada hace que se suspenda el crecimiento y desarrollo de los niños. El uso concomitante de fenobarbital, rifampicina, fenitoína y efedrina favorece el metabolismo de los adrenocorticoides, lo que disminuye su eficacia terapéutica. 4Antirreumáticos La artritis reumatoide es un padecimiento crónico, de etiología desconocida y naturaleza autoinmunitaria. Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica que se caracteriza por afectar la membrana 81 sinovial de varias articulaciones; con el tiempo, se presenta erosión ósea, destrucción del cartílago y puede ocurrir pérdida total de la articulación. También tiene manifestaciones extraarticulares graves. Es un padecimiento que predomina en la mujer, inicia con dolor, inflamación y rigidez articular de predominio matutino. La afección articular puede ser generalizada y abarcar varias articulaciones. El dolor y la inflamación son de carácter simétrico y afectan las articulaciones metacarpofalángicas (principalmente la segunda y la tercera), las muñecas y las articulaciones tarsometatarsianas y metatarsofalángicas. En general se acompaña de síntomas generales, principalmente fatiga, sobre todo cuando la enfermedad es activa. Después de meses o años, se presentan deformidades de los dedos; la atrofia de piel y músculos es común, así como sequedad de mucosas y manifestaciones oculares y pleurales. Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de complejos inmunitarios circulantes formados por la reacción de anticuerpos (factor reumatoide) de diferentes isotipos, que reaccionan con la fracción FC de inmunoglobulinas autólogas. Localmente, en las articulaciones, se caracteriza por vascularización de la membrana sinovial, infiltrado mononuclear de estirpe linfocítica. Aunque la etiología de la artritis reumatoide es desconocida, se piensa que es mediada en parte por las células T sensibilizadas a un antígeno y por macrófagos que producen citocinas, entre los que predominan los factores de crecimiento y diferenciación, como factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) e interleucina-1β (IL-1β), dos citocinas que por diversas vías liberan al medio (cavidad articular, membrana sinovial) otras moléculas proinflamatorias. Dentro del grupo de fármacos útiles en el tratamiento de la artritis reumatoide se encuentran metotrexato, penicilamina, cloroquina, sales de oro y sulfasalacina. Por su mayor utilidad en tratamiento de los procesos reumáticos resistentes a los tratamientos convencionales, aquí sólo se hace mención del metotrexato. El metotrexato (ametopterina) es un análogo del ácido fólico que tiene propiedades citotóxicas, inmunosupresoras y antirreumáticas poderosas. No se conoce el mecanismo por el cual tiene un efecto benéfico en los pacientes con artritis reumatoide. Una posibilidad, la más aceptada a la fecha, es que aumenta (por liberación) las concentraciones intracelulares de adenosina, un autacoide con marcadas propiedades antiinflamatorias. También se ha considerado su capacidad de reducir la producción de citocinas proinflamatorias a partir de las células T 82 Sección 3 Farmacología de la inflamación y de las alergias activadas. El metotrexato se administra por vía oral o por vía parenteral. Es un fármaco muy útil en el tratamiento de artritis reumatoide grave refractaria. Con su administración crónica, reduce la rigidez, el dolor articular y mejora el estado funcional de las articulaciones. Algunos estudios también señalan que aumenta la sobrevida de los pacientes con artritis reumatoide. Por sus propiedades citotóxicas, que dependen de su capacidad de inhibir la reductasa de deshidrofolato y, en consecuencia, la síntesis de purinas, también se le utiliza en la profilaxia y tratamiento de diversos tipos de leucemias, linfomas, carcinomas. Las reacciones adversas más importantes incluyen: depresión de la médula ósea y lesión del epitelio gastrointestinal. Es un fármaco que puede causar anormalidades congénitas graves, por lo que está contraindicado en mujeres embarazadas. 4Antigotosos La gota es una enfermedad metabólica familiar asociada a niveles altos de ácido úrico en la sangre (hiperuricemia). Se caracteriza por crisis de inflamación y dolor en las articulaciones (artritis) y cálculos urinarios, que son causados por depósitos de cristales de urato en las articulaciones, cartílagos y riñón. Las crisis (ataques) suelen presentarse bruscamente, con dolor en una sola articulación, más a menudo en la unión metatarsofalángica del dedo grande del pie. Este padecimiento se inicia generalmente después de los 40 años. La hiperuricemia (niveles de ácido úrico >7 mg/dl) puede ser originada por un defecto enzimático en el metabolismo de la purina (gota primaria), que representa la mayor parte de los casos (90%), o como parte de un proceso de producción y destrucción rápida de células (enfermedades mieloproliferativas y malignas, especialmente después de la quimioterapia o la radiación); en este caso se le denomina gota secundaria. El tratamiento de la gota depende de si el paciente se encuentra en un ataque agudo o es un caso de gota crónica. La inflamación y el dolor que se presentan durante el ataque agudo de gota puede tratarse con colquicina o con alguno de los AINES (indometacina, fenilbutazona); la gota crónica puede tratarse con agentes que aumentan la excreción renal de ácido úrico (uricosúricos), como el probenecid, o con fármacos que reducen la producción de ácido úrico, como el alopurinol. La colquicina tiene propiedades antiinflamatorias y alivia de manera notable el dolor y la inflamación aguda de la artritis gotosa en un lapso de 12 a 24 h después de su administración oral. Este fármaco se une a una proteína microtubular (tubulina), causando despolimerización y desaparición de los microtúbulos fibrilares en los granulocitos y otras células móviles; por este mecanismo inhibe la migración leucocítica y la actividad fagocítica, de lo que depende su efecto terapéutico; también inhibe la formación de leucotrieno B4. No modifica la excreción renal ni las concentraciones plasmáticas de ácido úrico. El efecto benéfico de los AINES, como la indometacina y la fenilbutazona, también depende de su capacidad de inhibir la migración leucocítica y la fagocitosis de cristales de ácido úrico. Por otro lado, la colquicina inhibe la liberación de histamina de los mastocitos, disminuye la temperatura corporal, deprime el centro respiratorio y produce vasoconstricción. La colquicina se absorbe bien en el tubo digestivo y las concentraciones plasmáticas máximas se logran entre los 30 y 120 min después de su administración. Se distribuye ampliamente y se metaboliza principalmente en el hígado. Su vida media plasmática por vía oral es de 90 minutos. La colquicina es útil en la prevención y tratamiento del ataque agudo de gota. De hecho, una respuesta inmediata a la administración de colquicina es indicativa de gota. Su administración puede producir trastornos gastrointestinales (vómito, dolor abdominal, diarrea). Como la colquicina detiene la división celular en metafase, tanto en las células normales como en las cancerosas, con su uso crónico se pueden presentar agranulocitosis y anemia aplásica. Está contraindicada durante el embarazo y la lactancia. El alopurinol es un análogo sintético de la hipoxantina y sus efectos benéficos dependen de su capacidad de reducir la producción de ácido úrico. Específicamente, inhibe la acción de la oxidasa de xantina, enzima que cataliza las etapas finales de la síntesis de ácido úrico, y que convierten la hipoxantina en xantina y ésta en ácido úrico. Por este mecanismo reduce las concentraciones plasmáticas y la excreción urinaria de ácido úrico. En los pacientes gotosos la disminución de las concentraciones plasmáticas de ácido úrico hasta cifras inferiores al límite de solubilidad favorece la disolución de tofos, impidiendo que aparezca o empeore la artritis gotosa aguda. Asimismo, reduce la posibilidad de la formación de cálculos de ácido úrico, lo que impide el desarrollo de nefropatía. No tiene propiedades uricosúricas, antiinflamatorias, ni analgésicas. Se absorbe bien en el tubo digestivo; las concentraciones plasmáticas son máximas entre los 30 y 60 min posteriores a su administración oral y su Capítulo 14 Fármacos útiles en el tratamiento de los procesos inflamatorios vida media biológica es de 2 a 3 h, principalmente por conversión metabólica a aloxantina, metabolito activo con una vida media de 18 a 36 h, el cual se acumula en el organismo durante la administración crónica de alopurinol y contribuye de manera importante a los efectos terapéuticos de este medicamento. El alopurinol es muy útil en el tratamiento de la artritis gotosa crónica, y en el tratamiento y profilaxia de la hiperuricemia asociada a otros padecimientos. En general, es bien tolerado pero puede causar reacciones de hipersensibilidad y molestias gastrointestinales. Está contraindicado durante embarazo y lactancia, y en casos de insuficiencia renal o hepática. Puede desencadenar ataques agudos de gota durante las etapas iniciales de su administración, lo que hace necesario un tratamiento profiláctico con colquicina. Como ya se mencionó, el probenecid es un uricosúrico, que en dosis terapéuticas aumenta la excreción urinaria de ácido úrico porque inhibe de manera competitiva su resorción en el túbulo proximal del riñón. Por este mecanismo disminuye las concentraciones séricas de uratos. En gotosos produce excreción de ácido úrico suficiente para exceder la formación de éste, impide la formación de nuevos tofos, promueve la disminución del tamaño y la desaparición de los ya formados; después de varios meses de tratamiento reduce los ataques agudos de gota. No tiene propiedades analgésicas ni antiinflamatorias. Se absorbe rápido y por completo a través de la mucosa gastrointestinal y alcanza una concentración plasmática máxima en 83 2 a 4 h. Se une a las proteínas plasmáticas y se distribuye ampliamente en el organismo. Es un fármaco útil en el tratamiento de la gota crónica (evita los ataques) y en la hiperuricemia grave. No está indicado en tratamiento de los ataques agudos. Como reacciones adversas puede producir molestias gastrointestinales y dermatitis alérgicas. Su administración puede provocar episodios de artritis gotosa aguda. No debe empezarse el tratamiento con probenecid sino hasta que el ataque agudo haya cedido. LECTURAS RECOMENDADAS Frolich JC. Classification of NSAIDs according to the relative inhibition of cyclooxigenase isoenzymes. Trends Pharmacol Sci 1997;18:30-4. Rang HP, Dale MM, Ritter JM, Moore PK. Pharmacology. 5th ed. New York: Churchil Livingstone, 2004. Rankin JA. Biological mediators of acute inflammation. AACN Clin Issues 2004;15:3-17. Rhen T, Cidlowwski JA. Antiinflammatory action of glucocorticoids. New mechanisms for old drugs. New Eng J Med 2005;353:1711-23. Rodríguez R y cols. Vademécum Académico de Medicamentos. 4ª ed. México: McGraw-Hill-Interamericana, 2005. Smoak KA, Cidlowski JA. Mechanisms of glucocorticoid receptor signaling during inflammation. Mech Ageing Dev 2004;125:697-706. Van Miert A. Present concepts on the inflammatory modulators with special reference to cytokines. Vet Res Comm 2002;26:111-26. Capítulo 15 FÁRMACOS ÚTILES EN EL TRATAMIENTO DE LAS ALERGIAS Nelly Ramírez Chanona ASPECTOS BÁSICOS DE LAS ENFERMEDADES INMUNOALÉRGICAS 4Alergias Se define como una respuesta exagerada del organismo ante un estímulo mediada por reacción antígeno-anticuerpo, o como reacción de hipersensibilidad iniciada por mecanismo inmunológico específico. 4Tipos Los padecimientos alérgicos más frecuentes son: rinitis, asma, dermatitis atópica, urticaria, alergia a medicamentos o alimentos, prúrigo por insectos y choque anafiláctico; ésta es la expresión máxima de una alergia. En este capítulo sólo se hace referencia a rinitis alérgica, urticaria y dermatitis atópica. 4Epidemiología Un porcentaje alto (10 a 30%) de la población general ha presentado o presenta una reacción alérgica, de piel o de vías respiratorias. La rinitis es la causa número uno por la que se consulta al especialista, seguida del asma. Si bien la rinitis se considera un padecimiento trivial, su sintomatología altera la calidad de vida del paciente y si no se trata adecuadamente provoca complicaciones importantes como son sinusitis, faringitis, otitis, asma. MANIFESTACIONES CLÍNICAS DE LAS ENFERMEDADES INMUNOALÉRGICAS 4Rinitis alérgica La rinitis alérgica (fiebre de heno, polinosis, resfrío de verano, rinitis alérgica estacional) es un padecimiento crónico de la mucosa nasal, secundario a la 84 exposición a sustancias alérgicas en individuos genéticamente predispuestos a un padecimiento alérgico. Sus manifestaciones clínicas incluyen: rinorrea, obstrucción nasal, estornudos, prurito nasal, saludo alérgico (por la manera en que el paciente se talla la nariz) y cuya consecuencia es la aparición del surco nasal, ensanchamiento de la nariz, ojeras por el edema nasal que impide el retorno venoso adecuado, mala oclusión dentaria debido a la respiración oral persistente, alteraciones del olfato y gusto. Además, se presenta mucosa nasal pálida, edematosa y brillante, y en algunos casos conjuntivitis y prurito ocular. La rinitis alérgica se ha clasificado como estacional y perenne. Con base en parámetros sintomatológicos, calidad de vida y duración, en la actualidad se subdivide en enfermedad intermitente o persistente. Se considera intermitente cuando los síntomas están presentes menos de cuatro días a la semana y cuatro semanas; persistente, cuando los síntomas están presentes más de cuatro días a la semana y más de cuatro semanas. Según la gravedad, se subdivide en leve y moderada-grave, dependiendo de los síntomas y de la calidad de vida. Leve cuando el sueño es normal y no hay impedimento de las actividades diarias; moderada-grave si hay alteraciones del sueño e impedimento para realizar las actividades diarias. En caso de sospechar una causa alérgica, es necesario practicar pruebas con los diferentes alergenos; si éstas son positivas, debe tratarse a los pacientes con vacuna antialérgica o inmunoterapia, además de administración de antihistamínicos y antileucotrienos. 4Dermatitis atópica La dermatitis atópica es una dermatosis inflamatoria crónica, recurrente, pruriginosa. Sus manifestaciones clínicas son tan variables que un mismo paciente puede mostrar diferentes cuadros clínicos en la evolución del padecimiento. Los pacientes Capítulo 15 con dermatitis atópica presentan dos alteraciones constantes, xerosis (piel seca) y prurito. La xerosis es una manifestación constante, aumenta la susceptibilidad al prurito y abarca la piel cabelluda. Clínicamente se manifiesta por eccema o descamación fina con acentuación folicular, lo que le da a la piel un aspecto áspero tanto a la vista como al tacto. La presencia de hipocromía es un hallazgo frecuente. El prurito es un síntoma muy constante y cuya ausencia descarta el diagnóstico; suele ser tolerable durante el día, empeora por la noche, puede ser muy perturbador y tan intenso que sus consecuencias varían de un paciente a otro, con manifestaciones clínicas que incluyen excoriaciones, liquenificación y eccema. Los pacientes con dermatitis atópica presentan diferentes reacciones cutáneas en la fase aguda: eritema, pápulas, vesículas, excoriaciones y piel llorosa con prurito intenso. En la fase crónica se observan placas de piel engrosada con aumento, exageración, o ambos, de los pliegues cutáneos (liquenificación) claros u oscuros y costras hemáticas. Se considera que 50% de las dermatitis atópicas son de origen alérgico cuando se presentan simultáneas con otros padecimientos atópicos: asma (30%), rinitis (25%) y ambas (15%). Por lo tanto, el control de los síntomas y signos de inflamación y prurito son el objetivo principal del tratamiento. 4Urticaria La urticaria se caracteriza por ronchas pruriginosas cuyo tamaño varía desde el de la cabeza de un alfiler, hasta verdaderas placas, que pueden estar localizadas en cualquier parte del cuerpo. Las ronchas tienen la particularidad de ser fugaces, aparecen y desaparecen en cuestión de horas, pueden estar acompañadas de dermografismo, angioedema o ambos. Su causa puede ser inmunológica o alérgica, y no inmunológica o no alérgica. La urticaria se clasifica en aguda y crónica, según persista durante menos o más de seis semanas. La reacción urticariana puede ser causada por alimentos y medicamentos; la no alérgica por trastornos digestivos, focos de infección, enfermedad del tejido conjuntivo, agentes físicos (frío, calor) o por factores emocionales, que es lo más frecuente. FISIOPATOGENIA DE LAS ENFERMEDADES INMUNOALÉRGICAS La histamina es una sustancia endógena que desempeña un papel central en la alergia, en la hipersensi- Fármacos útiles en el tratamiento de las alergias 85 bilidad inmediata, en la secreción gastrointestinal y en la neurotransmisión. Se trata de una amina biogénica primaria de estructura imidazólica ampliamente distribuida en el organismo. La mayor parte de la histamina se forma y se encuentra almacenada en los mastocitos del tejido conectivo y en las células basófilas. Los mastocitos son particularmente abundantes en sitios de lesión histológica potencial (nariz, boca), superficie corporal y vasos sanguíneos. Los sitios de formación y almacenamiento también incluyen células epidérmicas, neuronas, y tejido de regeneración o crecimiento rápido. Existen al menos tres tipos distintos de receptores a la histamina (H1, H2, H3). Los receptores H1 se encuentran en la membrana de células musculares lisas de vasos, bronquios, tracto gastrointestinal, tejido de conducción del corazón, en algunas células secretoras y en terminaciones de nervios sensitivos. Estos receptores desempeñan una función central en las manifestaciones alérgicas inmediatas, como secreción nasal, estornudos, picor en la nariz y garganta y, en menor grado, en las molestias derivadas de la conjuntivitis y de la dificultad respiratoria. Los receptores H2, que participan de manera importante en la regulación de la secreción ácida gástrica, se hallan principalmente en la membrana de las células parietales de la mucosa gástrica, en células musculares lisas de vasos, en células miocárdicas, en leucocitos y en los propios mastocitos y células basófilas, donde participan como autorreceptores. Finalmente, los receptores H3, que son predominantemente presinápticos, inhiben la liberación de una gran variedad de neurotransmisores, entre ellos la propia histamina. Los receptores H1 y H2 pertenecen a la superfamilia de receptores acoplados a las proteínas G. Los primeros se encuentran acoplados a la fosfolipasa C y su activación aumenta la formación de trifosfato de inositol, diacilglicerol y la concentración intracelular de calcio; los segundos estimulan la formación de cAMP y, en consecuencia, tienen relación con la proteincinasa dependiente de cAMP en la célula blanco (véase cap. 4). La histamina se libera normalmente en el curso de diversos procesos fisiológicos, como la secreción de jugo gástrico, pero el mecanismo fisiopatológico de liberación más importante de los mastocitos y basófilos es el inmunitario. Si los mastocitos y los basófilos han sido sensibilizados por los anticuerpos IgE que se encuentran unidos a sus membranas superficiales, se desgranulan cuando son expuestos al antígeno adecuado. Este tipo de liberación requiere de energía y calcio. La liberación de histamina 86 Sección 3 Farmacología de la inflamación y de las alergias también conduce a la liberación simultánea de otros productos almacenados juntos en los gránulos de secreción (heparina, factores quimiotácticos de eosinófilos y neutrófilos, hidrolasas). Ya que es uno de los mediadores preformados y almacenados en las células cebadas, su liberación, como consecuencia de la unión antígeno-anticuerpos IgE de la superficie de dichas células, es determinante en las respuestas de hipersensibilidad inmediata y alérgica. Las manifestaciones clínicas de la rinitis alérgica, dermatitis atópica y urticaria, dependen de reacciones de hipersensibilidad tipo I, mediadas por IgE. Cuando un paciente ha sido sensibilizado a un determinado antígeno, reacciona con la IgE específica, forma el complejo antigénico IgE que se une al receptor que se encuentra en los mastocitos y basófilos, da lugar a su desgranulación y se liberan mediadores de los gránulos preformados, como histamina, tripsina y factores quimiotácticos de neutrófilos y de eosinófilos. al prurito que se presenta en la dermatitis atópica, es evidente la participación de la histamina, pero no es el único mediador involucrado. 4Urticaria Las células cebadas o mastocitos participan de manera importante en la urticaria, ya sea por mecanismo inmunológico o no inmunológico; su activación provoca liberación de mediadores químicos preformados, siendo la histamina el más importante y causativo de las ronchas y el prurito característicos de la urticaria. Otros factores liberados incluyen: quimiotácticos de los neutrófilos, proteasas como tripsina, calicreína y carboxipeptidasa. En las células cebadas se activa la fosfolipasa A2, la que actúa sobre los fosfolípidos de la membrana celular y libera ácido araquidónico, el cual se metaboliza a prostaglandinas y tromboxanos (ciclooxigenasa) y a leucotrienos (lipooxigenasa). Estos mediadores químicos, secundarios o neoformados, producen vasodilatación y aumento de la permeabilidad vascular. 4Rinitis alérgica En la etiología de la rinitis alérgica están comprendidos factores genéticos y ambientales, entre ellos presencia en el aire de pólenes, hongos, polvo de casa, ácaros o dermatofagoides (parásitos microscópicos) que se encuentran fundamentalmente en el polvo y colchones, ya que se alimentan de la descamación humana. La rinitis alérgica se caracteriza por un infiltrado compuesto por diferentes células: eosinófilos, linfocitos T, mastocitos y células epiteliales. La respuesta orgánica al alergeno incluye quimiotaxis, reclutamiento selectivo, migración transendotelial de células, y liberación de citocinas y quimiocinas. Los mediadores liberados por estas células activadas son histamina y cisteinileucotrienos. La histamina tiene una función muy importante en la fisiopatología de la rinitis alérgica, especialmente en la respuesta alérgica temprana. Su unión a receptores H1 es la causa de un gran número de sus manifestaciones clínicas (estornudos, prurito nasal, prurito ocular y faríngeo, etc.). 4Dermatitis atópica En la etiología de la dermatitis atópica también parecen estar comprendidos factores genéticos y ambientales; entre éstos, la causa pueden ser alimentos, polvo facial, caspa de animales y otros alergenos ambientales. Con relación a la xerosis, se ha propuesto que se trata de una manifestación subclínica de inflamación, o bien, que sea la expresión de ictiosis vulgar asociada; asimismo, que la piel seca es un marcador fenotípico de la predisposición genética de la dermatitis atópica. En cuanto FÁRMACOS ÚTILES EN EL TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES INMUNOALÉRGICAS El tratamiento de las enfermedades alérgicas debe de ser integral y contempla tres principios fundamentales: a) eliminación del alergeno. Las medidas del control ambiental son una parte fundamental en el tratamiento de los pacientes con enfermedades inmunoalérgicas para mantener una buena calidad de vida; evítese el polvo de casa por ser la principal fuente de alergia. Los ácaros o dermatofagoides representan el alergeno principal del polvo y colchones; también son frecuentes cucarachas y animales domésticos (perros, gatos, pájaros); b) terapia farmacológica sintomática, y c) inmunoterapia contra el alergeno específico. El tratamiento farmacológico tiene los siguientes propósitos: a) inhibir la liberación del mediador de las células cebadas; b) inhibir la acción del mediador sobre las células blanco, y c) controlar la respuesta inflamatoria de los tejidos blanco. Esto se logra con fármacos que pertenecen a algunos de los siguientes grupos: antihistamínicos, glucocorticoides, estabilizadores membranales, antileucotrienos (cuadro 15-1). 4Antihistamínicos Este grupo está constituido por una larga serie de productos de muy diversa estructura química que se Capítulo 15 Cuadro 15-1. Fármacos útiles en el tratamiento de los procesos inflamatorios Fármacos útiles en el tratamiento de las enfermedades alérgicas Antihistamínicos Clorfeniramina Levocetirizina Loratadina Glucocorticoides Betametasona Hidrocortisona Prednisona Estabilizadores de membrana Cromoglicato de sodio Antileucotrienos Montelukast Inmunoterapia Alergenos suelen agrupar en: a) antihistamínicos de primera generación (clorfeniramina, tripolidina, hidroxizina, meclizina, difenhidramina, doxilamina, antrazolina, pirilamina, prometazina, ciproheptadina, misolastina, carebastina); b) antihistamínicos de segunda generación (acrivastina, astemizol, cetirizina, clemastina, loratadina, terfenadina, epinastina), y c) antihistamínicos de tercera generación (levocetirizina, desloratadina, fexofenadina). Todos estos fármacos tienen en común su capacidad de antagonizar de manera competitiva los efectos de la histamina sobre los receptores H1. Esta acción no es del todo selectiva, ya que algunos de ellos también se unen a otro tipo de receptores (colinérgicos, serotoninérgicos) y producen, en mayor o menor grado, depresión del sistema nervioso central; los antihistamínicos de segunda y tercera generaciones tienen de particularidad que no atraviesan, o lo hacen en proporciones muy bajas, la barrera hematoencefálica; por tanto, estos medicamentos no provocan sueño. Por su acción antihistamínica, antagonizan eficazmente la permeabilidad capilar, prurito, broncoconstricción y contracción intestinal producidas por la histamina; sólo antagonizan parcialmente la hipotensión y el edema secundarios a la vasodilatación. De sus efectos centrales destacan su capacidad de producir sedación e hipnosis, efecto que varía con el grupo de fármacos y que tiene cierta relación con sus acciones anticolinérgicas. Como ya se mencionó, el efecto sedante que caracteriza a los antihistamínicos de la primera 87 generación depende de su capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica. Las características más importantes de los antihistamínicos de la segunda generación es: a) su escasa o nula capacidad para atravesar la barrera hematoencefálica, y b) ausencia de efectos anticolinérgicos. Todos los antihistamínicos se absorben bien por vía oral y, en general, sufren efecto de primer paso. Sus concentraciones plasmáticas máximas se alcanzan en 2 a 3 h, se metabolizan extensamente en el hígado, y en algunos casos se generan metabolitos activos. En general, la duración del efecto es de 4 a 6 h para los antihistamínicos de la primera generación y de 12 a 24 h para los de la segunda y tercera generaciones. Los antihistamínicos son útiles en procesos de carácter alérgico, especialmente de tipo alérgico exudativo. Su efecto es paliativo y está restringido a la supresión de los síntomas derivados de la histamina liberada. Su eficacia es manifiesta en casos de rinitis y conjuntivitis alérgicas, urticaria aguda, dermatitis atópica. Tienen cierta utilidad en casos de angioedema, reacciones anafilácticas leves y en enfermedad del suero. Las reacciones adversas más frecuentes de los antihistamínicos de la primera generación se derivan de sus acciones sobre el sistema nervioso central y de tipo anticolinérgico; incluyen somnolencia, sedación, cansancio, insomnio, visión borrosa, midriasis. En algunos pacientes se pueden presentar alteraciones cardiovasculares (taquicardia, hipotensión) y gastrointestinales (náusea, vómito). 4Glucocorticoides Según se mencionó en el capítulo 14, los glucorticoides, como la hidrocortisona, tienen propiedades antiinflamatorias e inmunosupresoras poderosas. Inhiben tanto las manifestaciones tempranas, como las tardías de la inflamación, y reducen la iniciación y generación de la respuesta inmunitaria. De sus acciones específicas se puede mencionar que: a) reducen la salida y actividad de los neutrófilos; b) inhiben la actividad de los macrófagos, células T, fibroblastos y osteoblastos; c) disminuyen la producción de prostanoides (prostaglandinas, tromboxanos); d) reducen la generación y acción de varias citocinas (interleucinas, factor de necrosis tumoral, factor estimulante de la colonia de macrófagos); e) disminuyen la liberación de histamina de los basófilos, y f) disminuyen la producción de IgG. Como ya se mencionó en el capítulo anterior, los efectos farmacológicos de los glucocorticoides dependen de su capacidad de interactuar con receptores intracelulares que pertenecen a la superfamilia de receptores que controlan la transcripción génica. 88 Sección 3 Farmacología de la inflamación y de las alergias Los glucocorticoides se pueden administrar por diversas vías. La mayor parte son activos por vía oral, y algunos se pueden administrar por vía intramuscular e intravenosa. También se pueden aplicar tópicamente, ya sea de manera intraarticular, por aerosol en el tracto respiratorio, o administrados en forma de gotas en los ojos, nariz, o como cremas en la piel. Las aplicaciones clínicas de los glucocorticoides son muy amplias. Destaca su utilidad en casos de reacciones de hipersensibilidad, enfermedades autoinmunitarias y asma. Por vía tópica son muy eficaces en casos de procesos inflamatorios de la piel, oído y nariz (rinitis alérgica). El uso clínico de los glucocorticoides se ve limitado por sus reacciones adversas (véase cap. 14). Algunas de las soluciones acuosas disponibles son activas por vía local y se metabolizan rápidamente (fluticosona, mometasona, triamcinolona, budesónido, dexametasona), por lo que en dosis adecuadas no llegan a ocasionar supresión importante del eje hipotálamo-hipófisissuprarrenal. Ocasionalmente pueden producir irritación local, epistaxis y perforación del tabique. 4Estabilizadores membranales El cromoglicato de sodio (cromolín) y el nedocromilo tienen propiedades profilácticas en los procesos inmunoalérgicos. No se conoce con detalle su mecanismo de acción, que parece guardar relación con su capacidad de inhibir la liberación de mediadores químicos, como la histamina de los mastocitos. En general se acepta que actúa como estabilizador membranario en las células cebadas, inhibiendo la liberación de histamina. Sin embargo, el cromoglicato también deprime los reflejos neurales exagerados que son desencadenados por estimulación de los receptores que responden a las sustancias irritantes. Estos fármacos no antagonizan los efectos de la histamina y no tienen efectos directos sobre el músculo liso. El cromoglicato se utiliza en la profilaxis del asma (véase cap. 25) y del broncoespasmo inducido por ejercicio o por exposición a alergenos. El nedocromilo se utiliza únicamente en la rinitis. Ambos fármacos, se administran por inhalación en aerosol. sentes en las células inflamatorias (basófilos, mastocitos, eosinófilos, macrófagos). Estos mediadores tienen propiedades broncoconstrictoras marcadas y se reconocen como componentes primarios de la reacción lenta de la anafilaxis (SRS-A). También aumentan la secreción de moco y la permeabilidad capilar. Se acepta que los leucotrienos y sus receptores correspondientes están relacionados con la fisiopatología del asma (edema, broncoconstricción, inflamación). Los antileucotrienos son antagonistas competitivos de los receptores de leucotrienos, en especial del receptor CysLT1 (cisteinileucotrieno-1) localizados en el músculo liso, linfocitos T, eosinófilos y monocitos de las vías respiratorias. Por sus acciones antagonistas, los antileucotrienos inducen broncodilatación y tienen propiedades antiinflamatorias. Entre éstos se encuentran montelukast, zafirlukast y pranlukast, los cuales son de introducción reciente para el tratamiento de asma bronquial, rinitis, dermatitis atópica y urticaria. 4Inmunoterapia Las inyecciones repetidas de alergenos origina la producción de anticuerpos de la clase IgG, los cuales se pueden combinar con el alergeno y bloquear su acceso a las células sensibilizadas, impidiendo la inducción de una reacción atópica. La producción de estos anticuerpos es la causa de la desensibilización de los pacientes atópicos que se someten a inyecciones de cantidades crecientes del alergeno. La inmunoterapia repetida específica con alergenos es el procedimiento que se utiliza para la hiposensibilización cuando se practican pruebas de alergia y éstas resultan positivas. El tratamiento se lleva a cabo administrando gradualmente cantidades crecientes de un extracto de alergenos a los que el paciente es alérgico. Con esta inmunoterapia se han demostrado diversos cambios en el sistema inmunológico, entre ellos: aumento de anticuerpos IgG específicos, que son los llamados anticuerpos bloqueadores, y la reducción de IgE. La inmunoterapia subcutánea ha resultado efectiva para el manejo de la rinitis y asma, y también en algunos casos de dermatitis atópica y urticaria. Las pruebas de alergia y la inmunoterapia deben llevarse a cabo por especialistas en este campo. 4Antileucotrienos Como ya se mencionó en el capítulo 14, el ácido araquidónico y sus productos metabólicos son mediadores importantes de la inflamación; asimismo, que la vía metabólica de la lipooxigenasa forma una serie de productos denominados leucotrienos (LT). Los leucotrienos más estudiados son los generados por la 5-lipooxigenasa (LTC4, LTD4, LTE4), que están pre- LECTURAS RECOMENDADAS Bousquet J, Van Cauwenberge P, Khaltaev N. Allergic rhinitis and its impact on asthma. J Clin Immunol 2001;108;S147-334. Del Río-Navarro B, Blandón-Vigil MV, Escalante-Domínguez JA, Baeza-Bacab M, Sienra-Monge JJL. Impor- Capítulo 15 Fármacos útiles en el tratamiento de los procesos inflamatorios tancia de la intervención temprana sobre los factores de riesgo para desarrollar enfermedades alérgicas en niños. Bol Med Hosp Infant Méx 2002;59:379-88. Greaves MW. Chronic urticaria in childhood. 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