220-13947 Ref: Créditos en una liquidación voluntaria Se recibe su

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220-13947
Ref:
Créditos en una liquidación voluntaria
Se recibe su escrito radicado con el número 259.856-0, a través del cual plantea varios interrogantes relacionados
con una persona jurídica que se encuentra en proceso liquidatorio voluntario y a la cual se le va a rematar un bien
dentro de un juicio ejecutivo.
Las preguntas serán resueltas en el orden planteado por usted, previas unas notas aclaratorias:
Señala el artículo 89 de la Ley 222 de 1.995 que las modalidades del trámite concursal pueden consistir en:
Un concordato o acuerdo de recuperación de los negocios del deudor, o
Un concurso liquidatorio respecto de los bienes que conforman el patrimonio del deudor.
De otro lado, cuando las compañías queden incursas en causal de disolución y se reconozca tal circunstancia, habrá
lugar a la liquidación de su patrimonio social, para lo cual se aplicarán las reglas previstas por el estatuto mercantil
en los artículos 218 y siguientes.
Entrando en materia, y partiendo de la base que las relaciones de crédito vinculan exclusivamente al acreedor y al
deudor, se toman medidas de diversa índole entre los interesados, tendientes a que se dé solución a los conflictos
patrimoniales que se derivan de las relaciones de crédito o para el recaudo de las acreencias. Han de considerarse
válidos y protegibles por el derecho privado, sin tener en consideración los privilegios pactados y sus efectos
respecto de otros acreedores, pues en la liquidación, además del desaparecimiento de la compañía del mundo
jurídico, se busca producir el menor perjuicio a aquellos.
Como la situación de liquidación es este caso es voluntaria, podemos decir lo siguiente en relación con los
interrogantes planteados.
1)
El artículo 234 del Estatuto Mercantil señala que en el inventario para la liquidación se deben incluir en
forma pormenorizada los distintos activos sociales y las obligaciones de la sociedad, con especificación de la
prelación u orden legal de su pago, incluyendo, entre otras las exigencias litigiosas.
Esta última expresión corresponde a aquellas que no han sido determinadas en cuanto a su existencia y apremio,
pero que pueden afectar eventualmente el patrimonio de la sociedad. Por tanto, se debe hacer la provisión
respectiva y ser ella suficiente para garantizar la deuda que puede resultar de esa obligación contingente.
La norma comercial obliga a que se hagan las respectivas provisiones por parte del liquidador de la sociedad, pues
pueden los fallos que se dicten ser contrarios a los intereses de la sociedad convirtiendo en exigibles las
obligaciones que de ellos se deriven, y que ante la falta de previsión, sencillamente no se pueda hacer efectiva,
haciendo por tanto al liquidador responsable de los perjuicios que se causen a los asociados o a terceros por
violación o negligencia en el cumplimiento de las labores que por ley le competen, artículo 255 ibidem.
Debe tenerse en cuenta que en los procesos liquidatorios voluntarios no se aplica el artículo 100 de la Ley 222 de
1.995, pues los ejecutivos a que allí se
refiere deben llegar al concordato o a un trámite liquidatorio pero obligatorio. Precisamente, ese es el sentido
expresado por el artículo 151 (5) idem cuando señala que dentro de los efectos de la liquidación obligatoria se
encuentra el de remitir e incorporar a dicho trámite todos los procesos de ejecución que se siga contra el deudor,
para lo cual se debe por la Entidad oficiar a los jueces que pueden conocer de procesos ejecutivos contra el deudor.
La liquidación voluntaria supone igualmente la universalidad que tienen como fin primordial la pronta realización de
los activos y el pago gradual y propio de los pasivos a cargo de la respectiva entidad, hasta la concurrencia de sus
activos, pero ante la carencia de una aplicación procesal, pues la tarea no está radicada en cabeza de ninguna
autoridad, sino en cabeza del liquidador por lo cual tienen carácter privado, no hay lugar a la remisión o
incorporación de los procesos ejecutivos.
Sencillamente se reitera que no existe regla expresa para que las demandas ejecutivas se detengan sino que siguen
hasta su terminación.
2) Es viable que un acreedor de tercera categoría, a pesar de lo reglado en la norma mercantil citada, concordante
con la civil, satisfaga su obligación en detrimento de las obligaciones laborales y fiscales?
La respuesta es positiva. Si bien la ley reconoce estas obligaciones como de primera clase, no es menos cierto que
el proceso ejecutivo en la liquidación voluntaria no se paraliza.
En estos términos se responden las inquietudes planteadas, y se recuerda que los alcances del texto son los del
artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.
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