DESCRIPCIÓN DEL ESTRATO DOMINANTE DE LAS MASAS

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DESCRIPCIÓN DEL ESTRATO DOMINANTE DE LAS MASAS NATURALES DE Quercus
petraea EN EL NOROESTE PENINSULAR
P. Vila Lameiro, I. J. Díaz-Maroto Hidalgo, J. Fernández Parajes
Departamento de Ingeniería Agroforestal, Escuela Politécnica Superior de Lugo, Campus
Universitario s/n, Universidad de Santiago de Compostela, 27002 Lugo, España, Tel.: +34-982223996, Fax: +34-982-285926, e-mail: pablovl@lugo.usc.es
Resumen
Los trabajos de análisis de troncos han constituído y constituyen aún hoy en día una
preocupación constante en la investigación forestal, datando las primeras referencias de hace más de
200 años, en concreto en estudios llevados a cabo en Centroeuropa (AMORINI & FABIO, 1988;
VILA, 2003).
Esos trabajos son la base de la modelización forestal, y, en este sentido, es el estudio
dendrocronológico, el cual aporta la información necesaria para llevar a cabo el análisis de troncos.
De este modo, el objetivo del presente trabajo se concreta en analizar las características de una
población de 96 árboles tipo apeados para la posterior elaboración de modelos definitorios de la
calidad de las masas en el noroeste peninsular. La elección del estrato dominante se debe a que en él
se encuentran los pies fenotípicamente mejor formados, los cuales son seleccionados posteriormente
en los trabajos de mejora selvícola delas masas.
Como resultado del trabajo se puede afirmar que estos pies presentan una edad media próxima
a los 80 años, con diámetros por encima de los 30 cm y un volúmen individual que se aproxima al
metro cúbico de madera.
Palabras clave: Dendrocronología; Árbol tipo, Roble albar; Modelización, Volúmen.
Mesa temática: 1. Caracterización, dinámica y biodiversidad de los ecosistemas forestales
1. INTRODUCCIÓN
Son ya más de dos siglos de investigación en el campo del análisis de troncos desde que se
dieron los primeros pasos en las escuelas de investigación forestal de Alemania (AMORINI &
FABIO, 1988), y la base de esos trabajos la constituye la dendrocronología.
Desde sus inicios, la dendrocronología no fue más que una herramienta que permitiese datar la
edad de los árboles e interpretar su evolución en el tiempo, para, posteriormente, interrelacionar los
resultados con otras fuentes informativas, tales como ecología, climatología, dasometría, xilología,
etc…(SMELKO & SCHEER, 2000; SPLECHTNA et al., 2000).
Estos estudios multidisciplinares se han llevado a cabo durante todo el siglo XX, evidenciando
las diferentes áreas en las que la dendrocronología tiene cabida como fuente de información. Esas
implicaciones con otras áreas van, como ya se ha comentado, desde la climatología con los trabajos
de principios de siglo de DOUGLASS (1920) y SCHULMAN (1938), hasta los más recientes de
ROZAS (2001) o GONZÁLEZ & ECKSTEIN (2003). Del mismo modo, puede analizarse la
evolución de la dendrocronología con la arqueología, geomorfología, procesos glaciares…
Sin embargo, paralela a todas estas investigaciones y progresos en el conocimiento, se
produce una evolución en los procedimientos metodológicos de estudio del análisis de troncos,
pasando de metodologías anticuadas y manuales a la aplicación de herramientas informáticas,
precisamente el ámbito de este estudio (GUAY et al., 1992; ROZAS, 2003; VILA, 2003).
Son múltiples los programas informáticos desarrollados durante las dos últimas décadas del
siglo XX en este sentido. En todos ellos, se trabaja en la manera de optimizar la gestión de imágenes
para su interpretación dendrocronológica mediante herramientas informáticas, pero en todas ellas, la
forma y manera de obtener y gestionar esas imágenes es muy diferente, variando desde la inexistencia
de la misma (uso de un microscopio implementado con un ratón cuyo desplazamieto y pulsaciones
marcan la anchura de anillo), hasta la utilización de imágenes digitalizadas por escáner o cámara de
video ((GUAY et al., 1992; SCHMIDT et al., 1996; CONNER et al., 2000; VILA, 2003).
Todos estos trabajos permiten extraer la información necesaria para valorar la evolución, bien
de un árbol o bien de una masa, en el tiempo. En el presente trabajo, se han aplicado metodologías
informáticas mediante el uso del programa WindendroTM para canalizar la información obtenida en
monte con el fin de extraer conclusiones sobre el estado y la evolución de los robledales de Q.
petraea en el noroeste peninsular.
Los resultados que aquí se presentan resumen los aspectos más importantes del estrato
superior de estas masas, ya que se han referenciado únicamente a los árboles tipo apeados.
2. MATERIAL Y MÉTODOS
2.1. Descripción del área de estudio
La zona de estudio se corresponde con las sierras orientales de la provincia de Lugo (Os
Ancares y O Courel), y con vertientes septentrionales de la Cordillera Cantábrica con amplios valles
mineros (Villablino, Ponferrada,…) y poblados por Quercus petraea (ver Fig. 1), abarcando
extensiones de Galicia, Asturias y León en la zona más oriental de la Provincia Orocantábrica
(RIVAS-MARTÍNEZ, 1987).
En esta zona, el conjunto de factores edáficos, geomorfológicos y climáticos, origina suelos
ácidos, pobres en nutrientes, aunque ricos en materia orgánica, y que, según el diferente grado de
evolución se manifiestan como Regosoles, Leptosoles, Podsoles o Cambisoles húmicos (RUIZ DE
LA TORRE, 1996; GUITIÁN et al., 1982 y 1985; ITGE, 1995).
Figura 1. Localización del área de estudio
2.2. Descripción de los trabajos de campo
Los trabajos de campo desarrollados se encaminaron a la obtención de rodajas de madera de
Quercus petraea que permitiesen el análisis del ancho de anillo de crecimiento de la especie en el
área de estudio descrita anteriormente, para lo cual se siguieron las recomendaciones sobre parcelas
experimentales del Code of Sample Plot Procedure, de la Comisión Forestal Británica (HUMMEL,
1969).
Se replantearon 53 parcelas rectangulares con superficies comprendidas entre los 375 y los
2
1200 m , según la edad y la densidad, de manera que el número de Quercus petraea adultos (mayores
de 5 cm de diámetro) superase los 50 (MADRIGAL, 1992; DÍAZ-MAROTO, 2001). En una muestra
representativa mayor de 30 pies por parcela se midió la altura total (MADRIGAL, 1992; DÍAZMAROTO, 1997 & 2001).
Luego se seleccionaron dos árboles tipo por parcela cuyo diámetro y altura difiriese menos de
un 5 % del promedio de diámetro y altura de los dominantes (MADRIGAL et al., 1999) y se apearon
para extraer las rodajas de madera comentadas (MADRIGAL, 1992; DÍAZ-MAROTO, 2001; VILA,
2003). De estos árboles tipo y de la interpretación de sus características diametrales, de altura y de
edad, surgen los resultados plasmados al final del presente documento.
2.3. Descripción del trabajo de laboratorio y gabinete
Las muestras fueron extraídas a diferentes alturas del tronco y luego analizadas en laboratorio
para obtener la edad, la altura del árbol entero, así como la edad a la que el árbol alcanzó
determinadas alturas (AMORINI & FABIO, 1988; GADOW et al., 1999).
La aplicación de herramientas informáticas al análisis de troncos y a la medición del ancho de
anillo de crecimiento, permite la obtención de la misma información que con procedimientos
tradicionales, pero de una forma más sencilla y más precisa. En concreto, se ha utilizado el software
de Regent Instruments, Windendro™ (REGENT INSTRUMENTS, 2002) que permitió la elaboración
de una base de datos con información del ancho de anillo, la edad y el espesor de corteza para cada
árbol tipo (VILA, 2003), información analizada en función de la fisiografía y el clima.
3. RESULTADOS
3.1. Resumen de diámetros, alturas y edades
El reparto de muestras no fue equitativo entre las distintas zonas estudiadas, sino proporcional
al número de parcelas inventariadas. De este modo se apearon 40 árboles tipo en el Principado de
Asturias, 28 en Galicia y 23 en León. En la Tabla nº 1 se resumen las mediciones iniciales de los
árboles tipo apeados: edad, diámetro normal (DN) y diámetro a 4 metros (D4).
La edad es uno de los parámetros básicos en un proceso de análisis de troncos, fundamental y
punto de partida para estudios posteriores. En el conjunto de árboles apeados y posteriormente
analizados en laboratorio, la edad media osciló entre los 46 años de Suárbol (León) y los 160 de
Cerredo (León), lo cual arroja un rango de variación de 114 años que, en un principio, se antoja
suficiente para poder lograr una correcta descripción de la especie (MADRIGAL et al., 1999).
En este sentido, en trabajos llevados a cabo con esta especie en Francia, el rango de variación
es mayor, pudiendo superar la edad de los árboles apeados los 200 años (BARY-LENGER &
NEBOUT, 1993; INRA, 2002 ), aunque en los estudios llevados a cabo en el entorno peninsular con
otras especies del género Quercus, las edades no superan esos 160 años y el rango de variación es
sensiblemente menor (BALBOA, 2001; DIAZ-MAROTO, 2001).
El valor medio de la edad en el conjunto de las 53 parcelas se sitúa en los 81 años y es el rango
de edades entre 60 y 120 años las de mayor frecuencia. Si el análisis se realiza por zonas, destaca la
similitud en la media de edad de las parcelas de Asturias y Galicia (alrededor de 75 años), aunque
más uniformes en el caso gallego y, aunque en los dos casos destaca la clase 60, en Asturias lo hace
de forma más aparente. Por su parte, en León la mayoría de las edades corresponden a las clases
superiores, elevando la edad media a más de 90 años.
Esas diferencias de edad pueden servir de referencia hacia cómo interpretar el uso que, en el
pasado se dio a estos montes. En el caso gallego y asturiano, de vocación más agrícola y ganadera,
estas masas han sido frecuentemente manejadas para la extracción de leñas o para el pastoreo y luego
abandonadas, derivando en los robledales ahora analizados. Sin embargo, la orientación
preferentemente minera de las zonas leonesas descritas, explica el hecho de que estas masas tengan
mayor edad debido a un abandono o “permiso” por parte del hombre a desarrollarse sin ser
aprovechadas o explotadas.
Edad
(años)
DN
(mm)
D4
(mm)
N de Árb. Tipo
40
40
40
Media
78
347,7
295,2
Mínimo
48
224,0
148,0
Máximo
160
487,0
438,0
Rango
112
263,0
290,0
Asturias
Desv. típica
27,8
70,5
65,0
Varianza
774,8
4964,1
4218,7
Castilla-León
N de Árb. Tipo
23
23
23
Media
94
348,3
299,4
Mínimo
46
219,0
199,0
Máximo
145
464,0
382,0
Rango
99
245,0
183,0
Desv. típica
28,9
67,1
59,0
Varianza
832,5
4508,0
3477,9
N de Árb. Tipo
28
28
28
Media
75
325,0
266,6
Mínimo
49
178,0
140,0
Máximo
130
558,0
436,0
Rango
81
380,0
296,0
Galicia
Desv. típica
22,0
80,2
68,5
Varianza
482,3
6433,0
4697,3
Total
N de Árb. Tipo
91
91
91
Media
81
340,9
287,5
Mínimo
46
178,0
140,0
Máximo
160
558,0
438,0
Rango
114
380,0
298,0
Desv. típica
27,3
72,8
65,5
Varianza
743,8
5296,7
4285,7
Tabla nº 1. Estadística descriptiva de los árboles tipo de las masas de Q. petraea analizadas
En cuanto a la altura dominante esta muestra un comportamiento con una diferencia, muy
acusada entre Asturias y las demás zonas. El motivo radica en que, a la hora de obtener el valor de
altura dominante, los pies dañados (copas rotas, torcidos,…) carecen de influencia, pies que, por otra
parte, tienen una altura individual pequeña y sí influyen notablemente en el valor final de la altura
media aritmética por parcela. Sin embargo, al calcular la altura dominante sólo intervienen los árboles
de mejores dimensiones, hecho por el cual la variabilidad entre ellos disminuye notoriamente, y más
aún en masas de rodales selectos como son algunos asturianos. Los valores de altura dominante para
las parcelas de Asturias, León y Galicia son, respectivamente, 17,5; 19,2 y 16,6 m.
Puntualizar que las clases de alturas más frecuentes en general son la 16 y la 19, excepto en
Asturias donde la 22 también es importante y en Galicia donde la 16 y la 13 se equiparan.
3.2. Descripción multivariante del estrato dominante
En este caso se han utilizado variables aportadas para análisis de masas de forma general más
las variables dasométricas que aportan información sobre los árboles tipo. Es decir, edad, diámetro
normal, diámetro a 4 metros, altura del árbol tipo y datos de volúmenes del pie individual con y sin
corteza. En consecuencia, se aportaron al ensayo un total de 25 variables.
De esas 25 variables iniciales, al final del análisis únicamente quedan 4, albergando con ellas
un total de casi el 80 % de la variabilidad total, como refleja la Tabla nº 2. Este análisis resulta
altamente significativo, según los parámetros de esfericidad de Barlett. Además, en este caso el
análisis si resulta adecuado ya que el valor de la medida de adecuación muestral de Kaiser-MayerOlkin es de 0,742.
En este caso, la primera de las variables de reciente creación tiene como componentes de
mayor influencia las mediciones diametrales del árbol tipo, las de altura, ya sea media de masa,
dominante o del propio árbol tipo, y, especialmente, los volúmenes individuales de los árboles tipo.
Es decir, todas aquellas que tienen relación con la producción de madera a nivel de pie individual. En
consecuencia, esta nueva variable puede ser definida como volúmen de masa.
La segunda de las variables originadas por el análisis está formada, exclusivamente, por
factores descriptores de las características de la estación que se han manejado en el presente trabajo,
entre los que destacan, por su peso, la precicpitación anual y el índice de termicidad de forma
positiva, y, con signo negativo la temperatura media y la evapotranspiración (ver Tabla nº 2). Este
vector explica un 19,8 % de la variabilidad total y su interpretación orienta su significado hacia la
duración del período vegetativo.
El tercer vector, con sólo un aporte del 11,8 % a la explicación de la variabilidad (ver Tabla nº
2), tiene en el índice de Hart-Becking su único elemento constituyente de importancia, hecho por el
que se puede identificar con la esbeltez de la masa. Lo mismo ocurre con el último vector, en el que
únicamente la precipitación estival tiene relevancia (ver Tabla nº 3).
Por lo tanto, se puede interpretar que, las características de los estratos superiores viene
condicionada, de manera impotante, por la ausencia de sequía estival o, en cierto sentido, de déficit
hídrico. Su aporte a la explicación final es de escasamente el 7,8 %.
En conclusión, se puede decir que la variabilidad del estrato dominante de las masas de
Quercus petraea en las masas analizadas puede ser explicada hasta un nivel del 80 % por cuatro
variables que se pueden identificar respectivamente con el volúmen de masa, la duración del período
vegetativo, la esbeltez de los pies de la masa y la ausencia de déficit hídrico.
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