Proyecto Ozono, un gran aporte.

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Proyecto Ozono,
un gran aporte
Texto y fotos: Lorena Castellano Rivero
El Monitoreo de la Capa de Ozono en la
Base Científica Antártica Artigas, más conocido como Proyecto Ozono, surgió por un
convenio de investigación científica en 1998,
entre el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y el Instituto Antártico Uruguayo, que hizo posible la
instalación en la Base Científica Antártica
Artigas de una Estación Ozonométrica, inaugurada el 5 de mayo de 1998.
Gestionada por el Servicio Meteorológico de la Fuerza Aérea Uruguaya, la denominada Estación Isla Rey Jorge Nº 351
ingresó el 31 de julio de 1998 al Sistema
Mundial de Observaciones de Ozono de la
Organización Meteorológica Mundial. La
estación cuenta con un Espectrofotómetro
Brewer MKII como instrumento de medición
y una computadora asociada con software
específico para su operación. Por razones
de índole económica, su ejecución debió ser
suspendida a principios de 2002. Luego de
gestiones a nivel nacional e internacional, se
logró el financiamiento necesario para reiniciar las actividades en diciembre de 2007.
Esto fue posible gracias al apoyo económico del gobierno de Canarias y técnico
del Instituto Nacional de Meteorología de
España, a través de su Observatorio Atmosférico de Izaña en Tenerife. Durante la misión
de mayo en la base uruguaya, el equipo se
desarmó y trasladó a Montevideo. Ahora
comienza la búsqueda de financiamiento
para costear nuevamente la calibración del
equipo, que obligatoriamente debe hacerse bianual. “Si no hacemos la calibración,
salimos de los estándares internacionales.
La calibración la hemos hecho en Canadá
y en Tenerife. Ya cumplimos los dos años,
lo venimos a desmantelar y vamos a hacer
las negociaciones para poder calibrarlo,
porque tiene un costo importante”, explicó
el responsable del proyecto, coronel (Met.)
Raúl García, director del Servicio Meteorológico de la Fuerza Aérea Uruguaya.
Destacó la importancia del equipo:
“Cuando hay un dato de ozono de la isla
Rey Jorge, es suministrado por este equipo
en la base uruguaya”.
El Monitoreo de la Capa de Ozono es
uno de los principales proyectos que
se llevan adelante en la Base Científica Antártica Artigas. Brindando
datos al Centro Mundial de Datos de
Ozono y Radiación Ultravioleta, Uruguay aporta su grano de arena a la
investigación sobre la capa de ozono.
El agujero antártico
El adelgazamiento de la capa de ozono
en la Antártida posee características especiales. Comienza a registrarse en agosto,
cuando el retorno del sol primaveral combinado con vientos estratosféricos helados activa las reacciones químicas que
liberan los átomos de cloro y bromo que
destruyen las moléculas de ozono. En un
corto período de tiempo, el ozono existente entre los 13 y 20 kilómetros de altitud
queda totalmente destruido. Los más bajos valores suelen darse a comienzos de
octubre; a partir de ese momento las temperaturas crecientes comienzan a forzar la
dispersión del aire empobrecido de ozono
y a renovarlo con aire enriquecido de este
elemento proveniente de más bajas latitudes. A partir de diciembre, los valores de
ozono en la Antártida se aproximan más
a los normales.
El proyecto posee casi seis años de datos, con medición continua durante todo
el año. “Todos los años encontramos disminución del ozono por debajo de los va-
Espectrofotómetro Brewer MKII, retirado en la misión de mayo para su calibración.
Coronel (Met.) Raúl García.
lores mínimos, que son de 200 Unidades
Dobson –que miden la cantidad de ozono
presente en la atmósfera terrestre--, que
se da sobre todo en agosto, setiembre y
octubre. Después, por un tema meteorológico, vuelve a la normalidad. Es decir,
que el agujero de ozono coincide con la
primavera austral y hemos encontrado
valores mínimos, 100 o 120 Unidades Dobson”, señaló García. Durante la década
del ‘90, los niveles promedio de ozono en
la Antártida resultaron un 20% menores
que en los años ‘60.
El monitoreo busca ver cómo evoluciona el agujero de ozono. “Debe haber
siempre un monitoreo en tierra, independientemente del satelital. Hay un protocolo
internacional que dice que los países no
pueden emitir más clorofluorocarbonos,
que son los que afectan la capa de ozono.
Pero todo lo emitido está en el aire y sigue
afectando. De no haber más emisiones, se
estaría recuperando los valores normales
de la década del ‘50 y ‘60 en el año 2050.
Pero a esto se le sumó ahora el cambio
climático y algunos científicos extienden
esta fecha al 2070”, añadió.
El proyecto recibió en 2009 un reconocimiento de las autoridades del Centro
Mundial de Datos de Ozono por la labor
desempeñada. “No solo reconoció la seriedad del trabajo sino también la continuidad”, dijo García. Procurarán reinstalar el
equipo el próximo año porque la labor deja
muy bien posicionado a nuestro país. “Esta
entidad emite informes que hacen científicos de todo el mundo y para nosotros es
un orgullo que con este proyecto Uruguay
figure como un importante eslabón de la
cadena de esfuerzos, que la comunidad
toda está llevando adelante en esta preocupante temática”, aseguró.
Quinto Día /3
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