EDUCACIÓN, PIEDRA DE TOQUE DE LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO: ALGUNAS VARIABLES CLAVE EDUCATION, TOUCHSTONE OF THE KNOWLEDGE SOCIETY: SOME KEY VARIABLES Vladimir Jorge Pavel Mendoza Aguilar1 Resumen El artículo se propone destacar el rol fundamental que desempeña la educación en la construcción de lo que se ha denominado Sociedades del Conocimiento. En primer lugar, se examina la importancia relativa que las diferentes sociedades le otorgan al conocimiento como recurso estratégico del desarrollo. Luego, a partir de las variables función de producción de la educación, escuela eficaz y oportunidades de aprendizaje, se analiza el desempeño del sistema educativo para determinar su contribución a la sociedad. Palabras clave: educación, sociedad del conocimiento, función de producción de la educación, escuela eficaz, oportunidades de aprendizaje. Abstract The paper aims to emphasize the fundamental role that education plays in the construction of what has been called Knowledge Societies. In this regard, the relative importance of different societies has given to knowledge as a strategic resource development is examined. Then, from the production function variables of education, effective school, learning opportunities, educational system performance is analyzed to determine which both contribute to society. Keywords: education, knowledge society, production function of education, effective school, learning opportunities. 1 El texto recoge parte de los resultados de la investigación realizada, durante el 2014, por el Grupo de Estudio PAIDEIA de la Facultad de Educación de la UNMSM. El autor agradece a los estudiantes, miembros del grupo: Joselyn Rodriguez Almidon, Gianmarco Ibañez Segovia, Claudia Zavaleta Vásquez, Rebeca H’Ormaych Meza y Jeancarlo Velasquez Ruiz, por su colaboración en la elaboración del presente trabajo. Asimismo, al Dr. Gonzalo Pacheco Lay, asesor del grupo estudiantil, por las valiosas y motivadoras conversaciones que han servido de guía a la siguiente investigación. Email: paideia.unmsm@gmail.com Estudiante de pregrado en la especialidad de Filosofía, Tutoría y Ciencias Sociales por la Facultad de Educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Presidente del Grupo de Estudio PAIDEIA–UNMSM. Email: vlajop@hotmail.com 1 “Personas mejor educadas, exigen más” Grupo de Estudio PAIDEIA I. INTRODUCCIÓN Que el conocimiento es el principal activo con el que puede contar una sociedad para ampliar sus ventajas competitivas, es una cuestión harto sabida (véanse Schultz, 1961 y David & Foray, 2002). Si esto es así, ¿por qué solo ciertas economías dedican cuantiosos esfuerzos a las actividades vinculadas con el conocimiento, y por qué otras no? ¿Qué factores son los que estarían incidiendo en las sociedades para que éstas tomen, o no, al conocimiento como un recurso estratégico del desarrollo? Preguntas, sin duda, que están en la agenda política de muchas naciones, y no es para menos, se trata de decidir el curso de acciones que van a tomar para hacerle frente al Nuevo Orden mundial. En este contexto, se vuelve improrrogable una vieja sospecha: ¿qué tan preparado está el Perú para responder a los desafíos que trae el siglo XXI? Lamentablemente, la información que brindan los organismos supranacionales, como el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) o las evaluaciones PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), no es muy alentadora; pues no hace sino confirmar nuestra condición de “país en vías de desarrollo”: IDH que no varía, desigualdades que aumentan, resultados educativos deficientes; y todo, a pesar de la prodigiosa década de crecimiento que ha mantenido la economía. Frente a este aciago escenario, la preocupación por el futuro se hace más perentoria, lo que nos obliga a idear nuevas maneras de establecer los engarces entre la dimensión social, económica y educativa de tal modo que permita incorporarnos a un mundo que parece seguir una clara tendencia: las Sociedades del Conocimiento. En el presente artículo intentaremos discutir estos asuntos, dándole especial énfasis al carácter propulsor que tiene la educación, tanto a nivel social como económico, dentro de cualquier propuesta de desarrollo. Ya que, así como puede ser el motor que permita convertirnos, en el tiempo, en una Sociedad del Conocimiento; por lo mismo, la educación también puede tornarse 2 en la rémora que nos mantenga atados al subdesarrollo. La tesis central de nuestro planteamiento es la siguiente: los resultados que obtiene un sistema educativo son los límites del desarrollo que alcanza una sociedad. Las secciones en las que se ha dividido el texto pueden concebirse como respuestas tentativas a las siguientes preguntas: En primer lugar, ¿cuál es la importancia que las diferentes sociedades le otorgan al conocimiento? Sabiendo esto, pasaremos a definir ¿qué son las Sociedades del Conocimiento?, para luego determinar ¿cómo impacta el conocimiento en países de desarrollo humano alto, medio y bajo? En segundo lugar, en aras de analizar el aporte de la educación al desarrollo, proponemos tres variables desde las que se puede hacer dicho examen. En este sentido, averiguamos ¿cuáles son los resultados de la función de producción educativa? y ¿cuáles son los factores estadísticamente significativos en el modelo escuela eficaz? en lo referente al desempeño de las Instituciones Educativas. Finalmente, a nivel del aula, nos interesa averiguar ¿qué papel tiene las oportunidades de aprendizaje? Como se puede apreciar, las tres primeras interrogantes dan cuenta de la realidad de un conjunto de naciones y del contexto en el que se están moviendo: las Sociedades del Conocimiento. Las tres restantes intentan evaluar hasta qué punto el sistema educativo está contribuyendo, o no, a los objetivos del desarrollo. II. IMPORTACIA DEL CONOCIMIENTO PARA LA SOCIEDAD El valor del conocimiento. La sociedad en la que nos ha tocado vivir, como se sabe, está cargada de cambios a nivel político, social y, sobre todo, económico. Y dentro de estos cambios hay un elemento que empieza a ser preponderante: el conocimiento y/o la información. En algunas sociedades (sobre todo las más desarrolladas) el conocimiento ha ido desplazando, paulatinamente, a los recursos naturales como principal fuente de productividad. Es decir, estos países obtienen sus recursos de la producción de mercancías con alto valor agregado, en vez de la producción de materias primas. Por otro lado, la irrupción del conocimiento también ha repercutido en los procesos de 3 aprendizaje en el aula. Gracias al desarrollo de las TIC´s, hoy en día se puede apreciar que la imagen del profesor “sabelotodo” se está desinflando. Internet es un recurso que pone el saber al alcance de la mano del estudiante (claro que depende de que uso se le dé). En todo caso, el solo hecho que el acceso a la información se halla facilitado, trastoca la idea del profesor “enciclopedia” y de la escuela como el “recinto del saber”. Como ahora se puede acceder al conocimiento ya no solo en la escuela, nos vemos en la necesidad de replantear las prácticas docentes y adecuarlas a las nuevas condiciones. Solo estos dos casos para dar cuenta de los cambios, en nuestra forma de vida, que se vienen dando a partir de la irrupción del conocimiento. ¿Pero qué tan novedoso resulta decir que el conocimiento ha penetrado en nuestras vidas? ¿No ha sido siempre importante el conocimiento? En todas las sociedades, el conocimiento siempre ha estado presente, y ha sido uno de los factores clave tanto para mejorar la producción como para elevar el nivel de vida de las personas. Sin embargo, el valor que las sociedades le han asignado, no ha sido siempre el mismo. Ha variado a través de la historia. Por ejemplo, los griegos del siglo V estimaban el conocimiento teórico-abstracto que se expresaba como una actividad básicamente reflexiva y contemplativa; a diferencia de la sociedad industrial, dónde la máxima es: “saber es poder”. Se ve al conocimiento como una forma de actuar sobre el mundo y se lo valora en tanto permite producir nuevos bienes, servicios o mejorar ciertos procesos. Debido a este “poder” que genera el conocimiento, su posesión, a través de la historia, siempre ha sido objeto de múltiples disputas. En un comienzo, en la sociedad antigua y medieval, el conocimiento estaba restringido para una élite o para ciertos iniciados (Por ejemplo, estaba prohibida la libre interpretación de la Biblia); el control o dominio de las sociedades se ejercía mediante el látigo (violencia) y la ignorancia (miedo). Con la modernidad cambia la idea. Gracias a la aceptación de un nuevo cuadro de creencias y valores (el racionalismo), se busca, por diversos medios, liberar al hombre de la esclavitud intelectual en la que estaba sumido. Kant (1941), síntesis del pensamiento moderno, lo dice así: “¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!” (p. 25), en otros términos, atrévete a pensar por ti mismo. Esto, como es de esperar, 4 supone dos cosas: a) confianza en la razón (para n-tipos de actividades: conocimiento, ciencia, desarrollo, valores) y b) la necesidad de “educar la razón”. Por ello es que se empieza a divulgar la información a todos los sectores, pues solo el conocimiento y la verdad nos harán libres. Este es un punto clave, pues el trabajo de investigación que hemos realizado nos ha permitido entender que, para ponderar, como sociedad, el conocimiento, debe haber un cuadro ideológico ad hoc. Es decir, deben estar presentes un conjunto de creencias y valores que estimulen la necesidad de producir conocimiento y, por ende, que fomenten actividades vinculadas a este: la lectura y la escritura. La historia muestra que, si no está presente este elemento cultural, difícilmente podremos tener al conocimiento como un recurso estratégico en el desarrollo del país. Newton escribió alguna vez: “Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes”; lo que significa que, para que una sociedad alcance el desarrollo, debe potenciar entre sus miembros la capacidad de codificar y descodificar información. Definición de Sociedades del Conocimiento. Entonces, ¿qué son las sociedades del conocimiento? Vendrían a ser aquellas sociedades en las que se tiene como principal fuente del desarrollo económico a las actividades relacionadas con la producción, almacenamiento, intercambio y difusión del conocimiento. En otras palabras, son sociedades en donde la prioridad es la educación, pues se ha comprendido que el desarrollo de un país depende de la preparación de su capital humano. Esto, en términos operativos, puede ser expresado como el Gasto Público en Educación, Inversiones en I+D o también mediante Registro de patentes, Exportación de productos de alta tecnología o Rendimientos estudiantiles en áreas básicas (matemáticas, comprensión o ciencias). Impacto de la educación en las Sociedad. En este contexto, en los últimos años, los Estados se han cuestionado el papel que estarían desempeñando sus diversas instituciones en el desarrollo del país, y en particular se han preguntado por el rol que actualmente cumplen las instituciones educativas (escuela y universidad). En el Perú, el sector educativo ha recibido duras críticas sobre su desempeño en 5 los últimos años. En los niveles más elementales, las críticas apuntan, sobre todo, al bajo rendimiento que muestran los estudiantes en áreas del conocimiento (matemáticas, comprensión lectora o ciencias) consideradas básicas para el desarrollo de un país (MINEDU, 2013). En el plano universitario, la situación tampoco es muy alentadora. Según algunos rankings internacionales, somos uno de los países que más universidades tiene, pero uno de los que menos producción científica genera y, por tanto, uno de los países que menos productos con alto valor agregado exporta. Gráfico N° 1 Varios Países: Diagrama de dispersión del rendimiento en matemática (PISA 2012) y Exportación de productos de alta tecnología. Elaboración: G.E. PAIDEIA 6 Por ejemplo, la evidencia empírica muestra (Gráfico N° 1) que existe una relación directa entre competencias en matemática y exportación de productos de alta tecnología. En otras palabras, a mayor exportación de productos de alta tecnología le corresponde un mayor rendimiento en matemática y, al revés, los países que obtienen bajas puntuaciones en matemáticas son lo que menos productos tecnológicos exportan. Como se aprecia en el diagrama de dispersión, el cuadrante superior derecho agrupa a los países que obtienen puntuaciones superiores al promedio en ambas variables, y que son precisamente los países que llamamos desarrollados. Aquí se encuentran Corea, China, Suiza, Francia, Irlanda, Noruega, Estados Unidos, Japón, Alemania, entre otros. En el cuadrante opuesto (inferior izquierdo) encontramos a los países con puntuaciones por debajo del promedio; en este grupo se encuentran los países sudamericanos como Colombia, Brasil, Uruguay, Chile, entre otros, y de entre ellos destaca Perú con la puntuación más baja en matemática. Consideramos que esta situación no es gratuita, sino que responde a una división internacional del trabajo: países desarrollados que exportan productos con alto valor agregado y países subdesarrollados que exportan materias primas o productos de escaso valor agregado. Este hecho, explica porqué nuestro sistema educativo tiene resultados sumamente bajos: el aparato productivo que tenemos no necesita de mano de obra calificada. Y si a esto le sumamos que somos una sociedad con un cuadro ideológico más a fin al pensamiento mágico-religioso, se hace comprensible porqué el conocimiento, sobre todo científico, no es valorado, en nuestro medio, como un recurso estratégico del desarrollo. Por ello, consideramos que para tener un rendimiento elevado en matemática se necesita una política económica que estimule la exportación de tecnología. En otras palabras, necesitamos dejar el modelo primario exportador que nos tiene anclados al subdesarrollo. El crecimiento económico que hoy ostenta el país, no es un crecimiento autónomo que tenga que ver con nuestras ventajas competitivas, sino que depende tanto del precio como de la demanda de commodities en el mercado internacional. Tampoco es un crecimiento sustentable: 7 el cobre, la plata, el oro se acaban. Y, como se puede apreciar en el cuadro, si no tenemos a la educación como un recurso estratégico del desarrollo sustentable, el boom que estamos viviendo hoy día, se terminará inevitablemente. Gráfico N° 2 Varios Países: Diagrama de dispersión del rendimiento en matemática (PISA 2012) y Coeficiente de GINI. Elaboración: G.E. PAIDEIA Por otro lado, vinculando el sistema educativo con el social (Gráfico N° 2), encontramos evidencia empírica que indica la existencia de una relación inversa entre competencias en matemática y coeficiente de Gini 2. Así, tenemos que los países con mayor desigualdad entre su población obtienen menores rendimientos en matemática, mientras que los países con población más homogénea obtienen los mejores resultados en matemática. 2 El coeficiente de Gini mide la desigualdad de los ingresos de las personas; en donde valores cercanos a 0 indican la perfecta igualdad y valores cercanos a 100 la total desigualdad. 8 ¿Qué está sucediendo aquí? Lo que pasa es que en los países donde las desigualdades son mayores (en este caso, el cuadrante inferior derecho, que una vez más agrupa a los países latinoamericanos), la educación deja de ser un medio para el desarrollo social y se convierte en un mecanismo ya sea de reproducción (la escuela pública) o de diferenciación social (la escuela privada). Pues al no haber equidad en el servicio educativo, la variable socioeconómica se vuelve determinante en el desempeño escolar. Es decir, mientras que la educación pública reproduce las diferencias socioeconómicas, la privada amplía las brechas entre los sectores de escasos recursos y los más pudientes. Prueba de ello, es el actual sistema educativo que tenemos. En este sentido, para tener un rendimiento elevado en matemática se necesita una política social que mejore la redistribución del ingreso. O sea, se requiere de políticas que ayuden a nivelar la calidad del servicio educativo, se requiere de programas que den prioridad a poblaciones más vulnerables y a los sectores con menos oportunidades, es decir el criterio que debiera adoptarse es el de discriminación positiva. III. ANÁLISIS SOBRE EL DESEMPEÑO EDUCATIVO Análisis de la función de producción educativa. Centrando la atención en el sistema educativo, una de las maneras de evaluar su efectividad es a través de la función de producción de la educación. Como sostiene Martin Carnoy (2006): Uno de los temas más importantes en la economía de la educación es el estudio de la producción de educación, es decir, la manera en que las escuelas utilizan una serie de entradas, como el personal docente, los libros de texto y los ordenadores, con el fin de producir un bien educativo, como las notas de los exámenes, el éxito escolar o la matriculación de estudiantes. La herramienta más relevante utilizada por los economistas, dentro de esta línea de trabajo, es la función de producción de la educación. Básicamente, estas funciones intentan mostrar el volumen de bienes educativos, o salidas, que se puedan producir a partir de unas cantidades concretas de un conjunto de entradas determinadas. (p.123) Se trata, entonces, de mostrar cuáles son los resultados o salidas (como el rendimiento académico –cualitativo- o la tasa de escolaridad –cuantitativo-) que se obtienen a partir de una serie de entradas o insumos (que podrían ser los libros de texto o los profesores). 9 En los últimos años la educación ha ido cobrando importancia. Esta importancia se expresa en la evaluación constante a la que están sometidas las instituciones educativas. Sin embargo, a pesar de la importancia que ha cobrado la educación, se hacen patentes las enormes desigualdades que existen en nuestra sociedad, en el sentido que no todos tienen acceso a una educación de calidad. Es decir, cuántos son, en términos poblacionales, los que se benefician de los altos resultados en materia educativa. Una pequeñísima cantidad. En el Perú, por ejemplo, solo 4 de cada 100 estudiantes alcanzan niveles altos en comprensión lectora según las pruebas internacionales PISA. Mientras que la inmensa mayoría obtienes desempeños bajos o muy bajos. La evidencia muestra que el factor más determinante en el proceso de enseñanzaaprendizaje es el docente y su perfil (una variable tipificada como entrada, según el modelo). Por ello, es fundamental darle una adecuada formación inicial a los futuros docentes, de lo contrario, “si tenemos malos docentes, entonces tendremos malos estudiantes” (Mendoza, 2014:140). El enfoque escuela eficaz. A nivel de la institución educativa, tenemos el modelo de escuelas eficaces, que recomiendan evaluar el desempeño de la escuela en términos del promedio de los rendimientos de los estudiantes al finalizar un periodo escolar. La evidencia muestra que los factores relacionados a los rendimientos altos son: el liderazgo profesional, la comunidad de objetivos, adecuados ambientes de aprendizaje, alta calidad de enseñanza y aprendizaje, etc. El esquema básico de este enfoque tiene que ver con relacionar las entradas, los procesos, las salidas y el contexto. Sin embargo, como lo que se busca es una variable de salida: el rendimiento académico estudiantil; la dificultad que aparece es cómo se asegura que las salidas son resultado de los procesos. Es decir, ¿qué nos garantiza que en este proceso no estén interviniendo otras variables que afecten los resultados? ¿Cómo sabemos si los rendimientos académicos es un producto exclusivo del proceso educativo? Si tomamos en cuenta que los estudiantes no están todo el día en el colegio o que, hoy en día, las TIC´s han facilitado el acceso a la información o que padres con algún grado de nivel educativo estimularán el 10 aprendizaje de sus hijos; si tomamos en cuenta esto, ¿podemos decir que el rendimiento académico es resultado exclusivo del proceso educativo dentro de la escuela? Y si consideramos que lo es, ¿qué tanto de los rendimientos académicos le corresponde a la escuela y que tanto es explicado por otras variables? Estas son solo algunas de las preguntas que nos planteamos a partir del estudio del enfoque escuela eficaz. Como verán, el rendimiento académico encierra todo un conjunto de factores que normalmente no se discuten, pero que debiera hacerse. Y, estudios como este, nos da luces sobre la complejidad de la tarea educativa, pero además, confirman también muchas de nuestras ideas intuitivas sobre la educación. Como por ejemplo la consideración de que el proceso educativo no es solo una actividad que se desarrolla dentro de las cuatro paredes de la escuela, sino que se desarrolla también en la familia, en la comunidad, a través de los medios, etc. Y que si todos estos agentes se involucraran en el proceso educativo, esto es, si asumieran su corresponsabilidad en la educación de los más jóvenes, los resultados definitivamente mejorarían. Pero podríamos ir más allá y averiguar, por ejemplo, qué actividades dentro del proceso educativo se deberían potenciar para mejorar los rendimientos de los estudiantes. Esto es, hay que identificar, por un lado, las variables que, en términos de resultados, hacen más eficaz a la escuela; y por otro lado, debemos identificar también qué variables están afectando negativamente los resultados educativos para minimizar su presencia lo más que se pueda. Esto, da pie al siguiente y último tema de reflexión: Las oportunidades de aprendizaje. Estudio sobre oportunidades de aprendizaje. La variable educativa oportunidades de aprendizaje da cuenta de los sucesos que ocurren en el aula, y que permiten entender cuáles son las actividades que el docente estaría realizando que contribuirían o no en la mejora de los aprendizajes de los estudiantes. Por ejemplo, uno de los indicadores sugiere averiguar si lo que se hace en el aula corresponde a lo que realmente debería 11 hacerse. Otro se relaciona con la demanda cognoscitiva en la resolución de problemas. En palabras de Cueto, Ramírez, León y Pain (2003): Vistos de manera global, los resultados del presente estudio (oportunidades de aprendizaje y rendimiento en matemática) sugieren que lo que ocurre en los salones de clase dista mucho de lo que debería ocurrir de acuerdo con el currículo vigente y con principios básicos de equidad y calidad en educación. Por ejemplo, es común que se enseñen temas que no corresponden con el currículo del grado; más de la mitad de los ejercicios de los cuadernos de trabajo quedan sin resolver; se da alta prioridad a un tema del currículo (numeración) en desmedro del resto; los ejercicios son tratados por los docentes con bajos niveles de profundidad (o baja demanda cognitiva); y la escasa retroalimentación que dan los docentes a las respuestas de los estudiantes es a menudo equivocada. Adicionalmente, los estudiantes de escuelas polidocentes completas tienen mayores oportunidades de aprendizaje que sus pares de escuelas multigrados, y estas mayores oportunidades de aprendizaje son significativas en la explicación del rendimiento en las pruebas. (p. 6) La evidencia nos dice que las oportunidades de aprendizaje se relacionan positivamente con los rendimientos en matemática. CONSIDERACIONES FINALES Se necesita de un cuadro ideológico (creencias y valores) ad hoc que pondere el conocimiento como recurso estratégico del desarrollo del país. Se precisa de políticas sociales que redistribuyan más equitativamente el ingreso. Se precisa de políticas económicas que estimulen la industrialización del país. Hace falta un modelo que evalúe al sistema educativo en sus múltiples relaciones con el sistema social, tecnológico y, sobre todo, económico. En resumen, si evaluamos al sistema educativo peruano bajo el modelo que hemos presentado, caemos en la cuenta de que falta mucho camino por recorrer si aspiramos a convertirnos en una Sociedad del Conocimiento. El paso previo para el desarrollo es el paso por la educación. Los países desarrollados han revolucionado sus sistemas educativos antes de convertirse en potencias. Algunos de ellos han tenido esta etapa de cambio –que casi siempre es conflictivahace muchos años (Francia, Alemania, el Reino Unido), otros más recientemente (EEUU, Brasil, Chile). Lamentablemente, hay un tercer grupo de países, en el que estaría incluido el Perú, en los que aún no se ha iniciado este proceso. 12 Se considera conflictivo pues, este proceso de cambio, significa pasar de un cuadro ideológico a otro, y esto no es gratuito ni fácil. Cambiar el conjunto de creencias y de valores de una sociedad toma años. Es decir, hacer que las personas tomen conciencia de que el modelo social vigente no es funcional con el de un país desarrollado, toma su tiempo. Si fuera verdad que en el Perú ya se ha iniciado este proceso, hoy estaríamos como en Chile saliendo a las calles a exigir una educación pública, gratuita y de calidad. Pero no es así. Como sociedad, cuál ha sido nuestra respuesta ante los resultados de las evaluaciones internacionales donde aparecemos últimos en todo. Al parecer ninguna o por lo menos ninguna relevante. En nuestro país no se valora de manera adecuada la función que tiene la educación, y por ende, tampoco el rol que cumple el conocimiento en el desarrollo de la nación. Mientras no entendamos que la educación es la clave para el desarrollo, seguiremos condenados a una situación de subdesarrollo. Por supuesto, la educación no es la panacea. La educación por sí sola no basta para alcanzar el desarrollo, digamos que es una condición necesaria, mas no suficiente del desarrollo. De todas maneras tienen que haber propuestas a nivel de política social y económica que acompañen y coadyuven a la educación en la consecución de sus metas. Lo que interesa destacar simplemente es que mientras no se instale un cuadro ideológico que pondere al conocimiento, no vamos a salir de las eternas vías del subdesarrollo. Aunque, quizá esto es lo que se busca. Como se ha discutido en trabajos anteriores (Mendoza, 2014), parece que nuestra educación no está mal, sino que funciona perfectamente con el tipo de sociedad que tenemos. Es decir, ¿no será que nuestro sistema educativo está diseñado para garantizar una especie de subdesarrollo sustentable, hecho que se manifiesta en la tendencia a perpetuar los privilegios de pocos y las desventajas de las crecientes mayorías? Es una pregunta interesante que dejaremos para la reflexión y discusión del lector. 13 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS AYUSTE, Ana, FLECHA, Ramón, LÓPEZ PALMA, Fernando & LLERAS, Jordi. (1998). ¿Tenemos motivos para ser personas críticas? Componente educativo del darwinismo social. En Planteamientos de pedagogía crítica. (pp. 13-22). Barcelona, España: Graó. BAMCO MUNDIAL. (2003). Construir sociedades de conocimiento: Nuevos desafíos para la educación terciaria. Washington, DC: Banco Internacional de reconstrucción y fomento/ World Bank. 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