COMPARATIVA: TRES CAPITALES DEL ESTE. Son herederas del imperio Austro-húngaro. Han pasado por un régimen comunista y se han convertido en capitales de nuevas repúblicas en los noventa. Son ciudades casi desconocidas a pesar de sus innumerables atractivos. Bratislava y Ljubljana son nuevas capitales europeas y Zagreb en espera de serlo en el 2007. ZAGREB (Croacia) Con mil años de historia, Zagreb es una de las ciudades más antiguas de Centroeuropa. Está situada en un lugar privilegiado, protegida por altas montañas. Desde la independencia de Croacia, la capital ha experimentado un espectacular crecimiento. Aunque el centro histórico aglutina los principales puntos de interés con una zona alta de ambiente medieval y una parte baja que recuerda el esplendor de la Viena del XIX. ü ¿Cómo llegar? Swissair tiene vuelos diarios desde Madrid y Barcelona vía Zurích. Air France y Lufthansa también vuelan a este destino. ü ¿Cómo moverse? El mejor medio de transporte es el tranvía. Los billetes se compran al conductor o en kioscos (donde resultan más baratos). Para subir a la ciudad alta hay un servicio de funicular cada 10 minutos. Hay autobuses entre el aeropuerto (Pleso), que se encuentra a 17 kilómetros, y la estación central de autobuses. ü Situación política La República de Croacia o Hrvatska, se independizó de Yugoslavia en 1991. después de años de guerra con Serbia ha recobrado la totalidad de su territorio y disfruta de una época de prosperidad. ü Dormir. Entre sus 5 estrellas está el Hotel Esplanade construido en los años 20 y que mantiene un ambiente exclusivo, desde 230 euros. El Intercontinental ofrece habitaciones desde 180 euros. Otra alternativa es vivir en una casa privada, aunque la mayoría están fuera del centro, cuestan sobre 60 euros. Durante el verano las residencias de estudiantes aceptan turistas, ofreciendo precios muy razonables. ü Comer. El plato nacional es el pavo asado con Mlinci, una pasta típica de la zona. También se aprecia mucho la carne de oca, pato y cordero. Entre los restaurante típicos destaca Savski Mlin, desde 30 euros. Resultan más económicas las cervecerías, como Medvedgrad, desde 12 euros. ü Compras. Los croatas dicen que inventaron las corbatas, especialmente las de seda, y que su nombre viene de ellos, por lo que la compra se ha convertido en algo casi obligado. La mejor tienda de corbatas está en el pasadizo Octagon. Un recuerdo curioso es el Penkala, un lápiz quye no necesita afilarse ni recarga. También es popular el cristal de Samobor. ü Calles medievales, mercados y cafés Si sólo hubiera que visitar un barrio de la ciudad sería Kaptol. El principal edificio es la catedral. Reconstruida en el XIII en estilo gótico, interior barroco. Toda la zona conserva un marcado carácter medieval con murallas flanqueadas de inmensas torres circulares con cubiertas cónicas y callejuelas repletas de palacetes y capillas. La principal calle también se llama Kaptol y concentra las antiguas casa de los canónigos así como el seminario. La mayoría de las iglesias fueron construidas originariamente entre el XIV y el XV pero generalmente reformadas en el XVIII, introduciéndose elementos barrocos. Las más interesantes son Santa María de la Visitación, San Juan Evangelista y la adscrita a San Francisco Javier. Al mercado de Dolac, situado en pleno corazón de la ciudad antigua, se le conoce como el estómago de Zagreb, pero también como su verdadera alma. Cientos de puestos, donde se puede encontrar una enorme variedad de verduras y frutas de todos los rincones del país además de productos artesanales, aglutinan cada mañana gentes de cualquier condición. ü Museos en palacios Muchos de sus grandes edificios como la Opera o el Teatro Nacional fueron construidos por los mismos arquitectos que lo hicieron en Viena y son prácticamente idénticos. Por otro lado, el Museo Municipal ocupa un antiguo Monasterio de clarisas de mediados del SXII. Igual que una torre defensiva (Popov Toran) del siglo XIII. El palacio más grandioso de la ciudad antigua, construido a finales del XVII por la familia Orsic Rauch, es la sede del Museo Nacional de la Historia de Croacia, mientras que la antigua residencia de los Kulmer se ha transformado en el Museo de Arte Moderno. En estilo Art Nouveau, no te pierdas el Museo Etnográfico. En el Museo Arqueológico hay una momia etrusca cuyos vendajes contienen una de las inscripciones más antiguas de Europa. El museo más popular es el dedicado al escultor Ivan Mestrovic, que ocupa la casa del siglo XVII donde trabajó desde 1922 a 1942. ü Castillos y Balnearios. La ciudad está rodeada de tres collares, uno de montañas, otro formado por 50 castillos y un tercero de balnearios. Hoy en día hay 11 balnearios que forman la Riviera Zagorje y son aprovechados por gran parte de la población como lugar de veraneo. Los más antiguos son Stubica y Krapina, mientras que hay otros como Zelina donde puedes compaginar las virtudes termales con un buen vino. Aquí están las bodegas con más solera de toda Croacia. Por otro lado, la zona está salpicada de hermosos castillos de los siglos XV y XVI. Los más imponentes son los de Miljana, Novi, Dvori y Oroslavjede. Klenovnic es el castillo más grande, tiene 90 habitaciones y hoy es un hospital. ü Dos ritmos y una ciudad. Todos los que han conocido Zagreb antes y después de la independencia croata coinciden en una cosa: la ciudad sigue manteniendo su centro, su corazón, dividido en dos. En las colinas (la ciudad alta y Kaptol), el ambiente es romántico y todo marcha lenta y sosegadamente. En cambio, en la ciudad baja, en los alrededores de la Plaza Ban Jelacic, el ritmo es frenético y emula cualquiera de los grandes centros económicos europeos. Se han abierto muchas y nuevas tiendas en la calle Ilica, la más antigua y larga de la ciudad, con precios similares o superiores a España, pero se mantiene un arraigado culto a pasarse horas en los cafés hablando de política y cultura. Entre las verdaderas novedades destaca la recuperación de las calles Radiceva y Tkalciceva. Ahora son las arterias preferidas por los jóvenes, donde se concentran cervecerías y tiendas de moda. A pesar de sus orígenes eslavos la población se siente europea. ü Medvenica, la montaña. A muy popcos kilómetros del centro se alzan las estribaciones del Medvenica, popularmente conocido como la montaña de Zagreb, donde la población disfruta de la naturaleza durante los fines de semana. Cerca se encuentra la ciudadela medieval de Medvedgrad, recientemente restaurada y situada en un lugar espectacular. ü Guía. - Papeles: Pasaporte, debes llevarlo contigo en todo momento. Idioma: croata, se habla mucho inglés y alemán. Sanidad: recomendable llevar seguro privado. Clima: continental moderado. En otoño y primavera las temperaturas oscilan entre los 10 y 20 grados, en invierno entre 0 y 5, en verano se superan los 20 grados. Moneda: la Kuna. Diferencia horaria: la misma que en España. Llamadas: desde España 00 385 1 más el número. A España 00 34 más el número. Las cabinas funcionan con tarjetas que se adquieren en kioscos y oficinas de correos. Electricidad: 220 v. LJUBLJANA (Eslovenia) Ciudad sofisticada, donde corrientes italianas, eslavas y germánicas se han mezclado con facilidad, creando un ambiente cosmopolita, amante de la cultura. Excelentes arquitectos y urbanistas han contribuido a su belleza a lo largo de los siglos. ü ¿Cómo llegar?. Swissair tiene vuelos diarios desde Madrid y Barcelona con escala. Iberia y Lufthansa también vuelan a este destino. ü Cómo moverse. El centro de la ciudad es pequeño y se puede ir a todos sitios a pie. Hay una buena red de autobuses, se puede pagar al conductor pero sale más económico comprar los billetes en el kiosco. ü Situación política. La República de Eslovenia se independizó de Yugoslavia en 1991. Hoy es uno de los nuevos países de la Unión Europea. ü Dormir. Entre hoteles de 4 estrellas destacan el Holiday Inn, desde 120 euros con piscina y todo tipo de comodidades. El Slon Best Western desde 150 euros. Bellevue desde 75 euros, es un establecimiento con encanto que ocupa un palacete en lo más alto del Parque Tívoli y goza de buenas vistas. ü Comer. Macek es uno de los mejores restaurantes de pescado a un precio moderado. En la ribera del río el más elegante es Porto especializado en nueva cocina eslovena. Pri Vitezu tiene un ambiente más popular y la comida es típica. ü Compras. Encontrarás objetos de cristal procedentes de Rogaska Slatina y dulces en forma de corazón. Explora las nuevas tiendas de diseño contemporáneo del casco antiguo. ü Con sabor latino. Ljubljana parece una ciudad del Norte de Italia, una mezcla de Milán con Vizenza o Bérgamo. Sus habitantes gozan de una alta calidad de vida, semejante al del resto de Europa Occidental. Sus orígenes son romanos y de ello quedan algunos trozos de muralla, más tarde recibiría oleadas de mercaderes y artistas italianos, aunque es en el siglo XVIII cuando la ciudad cae rendida ante el barroco italiano, estilo que configuraría para siempre el aspecto del casco antiguo. Se construyeron iglesias como la de los franciscanos o la misma Catedral. Se edificaron grandes Palacios como el Arzobispal o el Gruber. Pero quizás lo más notable fueron los nuevos espacios urbanísticos que se crearon alrededor de fuentes y estatuas monumentales como la erigida frente a la Iglesia de la Santa Trinidad, que culmina en el triple puente que reúne los cauces de los ríos Sava, Krka y Ljubljanica. Hoy este barrio bulle de actividad, especialmente al atardecer cuando cafés y galerías se llenan de gente joven atraído por un ambiente cargado de resonancias mediterráneas. ü El mundo de Plecnik. Arquitecto genial e inclasificable que ha llenado la ciudad de soluciones urbanísticas revolucionarias. Sube al castillo siguiendo el nuevo camino que diseñó para realzar sus valores estéticos, o admira la muralla romana desde su particular punto de vista. Insuperable. Su obra maestra es la Bilioteca Nacional, con su desconcertante columnata. Entre las iglesias visitar la de San Miguel de la Ciénaga, y entre los edificios civiles, la antigua sede de la aseguradora Vzajemma. También podemos apreciar su ingenio cerca del río, pero su proyecto más imaginativo es el Cementerio Municipal. ü Cuando cae la noche. En el casco viejo encontrarás gran variedad de tabernas, vinarma, que ofrecen distintas variedades de vino: pide un “crno” si lo quieres tinto, y “belo” si prefieres blanco. Más tarde se pueden encontrar bares ultramodernos. True Bar es uno de los favoritos para quienes les gusta la música techno. Orto Bar es el colmo de la sofisticación, reproduce el interior de un submarino. Roza es más tranquilo y atrae a gente mayor. Kud France Preseren reune a pintores y a una parte de los intelectuales eslovenos. ü La nieve más blanca. Uno de los secretos mejores guardados de Eslovenia son sus excelentes estaciones de esquí, muchas a menos de 1 hora de la capital. La más cómoda y cercana es Krvavec, a la que te puedes acercar en autobús. ü La gruta de la salamandra. Visita las Grutas de Postojna, considerada de las mayores y más espectaculares de Europa. Puedes ir en tren, aunque es más cómodo el autobús que sale de la estación. La complejidad de las cuevas exige que se le dedique todo el día. En el interior hace mucho frío y tendrás que andar varios kilómetros. En las cuevas vive una salamandra adaptada a temperaturas bajo cero. Si tienes tiempo visita cerca el Castillo de Predjiamski. ü Arte contemporáneo. Cada verano se celebran dos importantes Festivales donde se mezcla música, artes escénicas con plástica, poniendo énfasis en las últimas tendencias. La ciudad antigua está llena de galerías, centros de arte y teatros. La Bienal de Arte Contemporáneo (Julio y Agosto) es una refencia en el calendario internacional. ü Guía. - Papeles: no se necesita visado, sólo pasaporte en vigor que deberás llevar contigo en todo momento. - Idioma: esloveno. El segundo idioma es inglés. - Sanidad: recomendable llevar seguro médico privado. - Clima: continental templado. En otoño y primavera las temperaturas oscilan entre los 10 y 20 grados, en invierno entre 0 y 5, en verano se superan los 20 grados. - Moneda: el Tolar Esloveno. - Diferencia horaria: la misma que en España. - Llamadas: desde España 00 386 1 más el número. A España 00 34 más el número. Las cabinas funcionan con tarjetas que se adquieren en kioscos y oficinas de correos. - Electricidad: 220 v. BRATISLAVA (Eslovaquia) La joven capital de Eslovaquia recuerda a Praga, Budapest y sobre todo a Viena, aunque en una escala mucho más reducida, indudablemente más pobre y rodeada de mastodónticas edificaciones de la era comunista. Comparte con todas su amor a la música, al buen vino, a la arquitectura barroca, y con las dos últimas, al paso del Danubio que la atraviesa por el centro. ü ¿Cómo llegar?. Puedes ir a Viena (a 1 hora de Bratislava) con Austrian Airlines. Iberia tiene vuelos diarios. Desde Viena hay autobuses cada dos horas a Bratislava. ü Cómo moverse. El centro histórico es relativamente pequeño, por lo que se puede ir a pie a todas partes. Los barrios periféricos no tienen interés para el visitante salvo el Barrio de las Embajadas, que rodea la estación de tren. Hay una buena red de transporte público a través de autobuses, trolebuses y tranvías. Los billetes que pueden ser para un solo viaje o para 24 horas, se adquieren tanto en los medios de transporte como en kioscos. ü Situación política. La nueva República de Eslovaquia se creó en 1993 al separarse de la República Checa. ü Dormir. Holiday Inn desde 120 euros. El tradicional Meydan Danube cerca del río desde 115 euros. Eva es una pensión bastante correcta desde 36 euros. El albergue más céntrico es el Nesporak. Hay casas particulares que ofrecen habitaciones, se anuncian como Zimmer frei, la calidad varía y el precio, 15 euros por persona. ü Comer. La cocina eslovaca utiliza patatas, col, judías, lentejas, pollo y oca como principales ingredientes. Entre los restaurantes elegantes destaca Arkadia, edificio renacentista y especializado en platos de la zona desde 18 euros. Muy cerca, como curiosidad, Chez David, conocido por incluir antiguas recetas judías, desde 24 euros. ü Compras. En los anticuados almacenes puedes encontrar gangas. En artesanía lo más típico es comprar cerámica Modra. Otra compra interesante es el cristal de calidad similar al de bohemia. Aprovecha para traer alguna botella de los curiosos aguardientes y coñac de la zona, el más cotizado es el Slivovice, hecho con ciruelas. ü El Danubio puerta de entrada. La vida de esta ciudad gira alrededor del río. El hotel más original de la ciudad está precisamente en un barco “Hotel Gracia”. La construcción más discutida del país es el nuevo puente SNP, y no te puedes venir sin realizar un paseo por el Danubio. Hay cruceros temáticos para todos los gustos, desde los dedicados a visitar los castillos a las veladas nocturnas con música folclórica. A lo largo del río se encuentran las grandes instituciones culturales como el Teatro Nacional, la sede de la orquesta sinfónica y los dos grandes museos, la Galería Nacional y el Museo Nacional. ü Entre nuevos ricos, punkies y jesuitas. Después de años de abandono, la ciudad comienza un lento despertar que está dando sus frutos en el casco antiguo. Va despojándose de su pasado socialista totalitario y recobra su antiguo esplendor. No alberga ninguna obra maestra de la arquitectura y perdió su Judería (destruida para permitir la construcción de una autopista), pero la Ciudad Vieja o Stare Mesto reúne un interesante conjunto urbano con excelentes ejemplos de todos los grandes estilos europeos. Casi todo el centro es peatonal y el ambiente está lleno de contrastes. Alrededor del viejo ayuntamiento o Stara Radnice, s. XIV y gótico, conviven jóvenes ejecutivos, pobres y otras gentes profundamente eslavas que no parecen haber tenido la oportunidad de subirse al carro de los nuevos tiempos. En cambio, en los aledaños del barrio de los monasterios las calles están llenas de sacerdotes y monjas católicas con sotana y hábito, respectivamente. Visita el monasterio de los Trinitarios y la Iglesia de los Jesuitas frente a la magnífica Fuente de San Jorge. Entre los palacios barrocos no es raro encontrarse con nuevas tribus urbanas que incluyen punkies, ecologistas y comunistas reciclados. La sorpresa es continua, y a nivel arquitectónico lo más espectacular es quizás la llamada pequeña iglesia azul, estilo art nouveau. ü En una colina. Dominando la ciudad se encuentra el Hrad, el castillo de Bratislava, su edificio más carismático y desde donde se puede seguir su dramática historia paso a paso. Su existencia como asentamiento se remonta al 907 en plena desmembración de la Gran Moravia, a partir del S. XII se convierte en fortaleza. En el XVI fue baluarte inexpugnable frente a los turcos. En el XVII remodelado por Giovanni Battista adquiriendo su aspecto actual, con 4 torres en las esquinas, para transformarse en la residencia oficial de la familia real húngara. Hasta el 1784 fue depositaria de los tesoros de la monarquía magiar. Posteriormente ha sido seminario, cuartel, cárcel y ahora hace las veces de sede oficial de la Presidencia de la República y museo arqueológico. ü Culto al vino. Si el resto de Eslovaquia bebe mayormente cerveza, la capital rinde culto al vino...cuando se puede, ya que mientras los precios se acercan peligrosamente al de países vecinos, los sueldos permanecen en general anclados en el subdesarrollo. Por tradición no se bebe cualquier vino sino sólo el que se produce en los Montes Cárpatos, un blanco suave, afrutado y ligeramente ácido. En el barrio antiguo destacan la antigua bodega de los Franciscanos, cuya historia se remonta al siglo XIV y donde llama la atención su impresionante claustro gótico, y la bodega Senkvicka Viecha, uno d elos lugares favoritos entre los eslovacos para disfrutar de una típica comida. En el Palacio Apponyi se ha instalado uno de los museos de vino más completos del mundo. ü A la sombra de la corona húngara. La Catedral de San Martín fue escenario de las ceremonias de coronación de los soberanos húngaros desde 1563 hasta 1830. El interior de la iglesia muestra todavía excelentes obras de arte escultórico magiar de época barroca. Entre las capillas destaca la de San Juan Postulante, diseñada por el gran arquitecto Fidcher Von Erlach en el siglo XVIII: ü Guía. - Papeles: pasaporte en vigor que deberás llevar contigo en todo momento. - Idioma: eslovaco. En oficinas de turismo y organismos oficiales hablan alemán o inglés. - Sanidad: recomendable llevar seguro médico privado. - Clima: continental templado. En otoño y primavera las temperaturas oscilan entre los 10 y 20 grados, en invierno rondan los 0 grados, en verano se superan los 20 grados, siempre con un alto grado de humedad. - Moneda: la Corona Eslovaca. - Diferencia horaria: la misma que en España. - Llamadas: desde España 00 421 7 más el número. A España 00 34 más el número. Las cabinas funcionan con tarjetas que se adquieren en kioscos y hoteles. - Electricidad: 220 v.