Manuel A. Torremocha Jiménez IES LAS MUSAS 2. El Románico en Europa. a. El Románico en Francia. En Francia se conserva el mayor número de monumentos, lo que da lugar a peculiaridades que da origen a la creación de escuelas. • Escuela de Borgoña. Es el gran centro creador y promotor y en donde se situaba el grandioso Monasterio de Cluny. Se caracteriza por sus edificios con tribunas, aunque su ejemplo más significativo, Santa María de Vezelay, no la tenga. Sí tiene una gran nave central y los arcos fajones muestran una alternancia de color en las dovelas, como en Italia. Iglesia de la Madeleine (Vézelay, Francia) (finales del siglo XI-siglo XII) A finales del siglo XI y ante el creciente número de peregrinos que acudían a venerar las reliquias de María Magdalena, se optó por construir un nuevo edificio sobre la antigua iglesia de origen carolingio que las albergaba. Un incendio, propagado hacia 1120, marcó una nueva etapa. Se empezó la reconstrucción por las naves, circunstancia excepcional si tenemos en cuenta que lo habitual era comenzar por la cabecera. Este hecho pudo obedecer a la conservación del primitivo presbiterio, salvado del incendio. A finales del siglo XII se construyó una nueva cabecera, totalmente gótica. La Revolución Francesa supuso el punto de partida para un paulatino abandono de la iglesia, al que puso freno la restauración llevada a cabo a finales del siglo XIX por Viollet-le-Duc, que rehizo o reinventó las bóvedas y la fachada principal. La iglesia, de planta basilical, presenta tres naves cubiertas con bóveda de arista, resultado de la confluencia de dos bóvedas de cañón y que no debe confundirse con la bóveda de crucería gótica. Esta última presenta nervios (cruceros) que atraviesan diagonalmente cada tramo de la bóveda, mientras que en la de arista solo se observan los pliegues resultantes de esa confluencia. Cada tramo viene marcado por sus correspondientes arcos fajones, siempre transversales al eje de la nave. Asimismo, se disponen los arcos formeros, paralelos al eje longitudinal de la nave. Los de la nave central se sitúan por encima de las ventanas abiertas sobre el lienzo de muro. Son más visibles los correspondientes a la nave lateral, al ser los que sirven de acceso o enlace con la central. Las dovelas de los arcos, todos de medio punto, están formadas por piedra caliza blanca y oscura, lo que produce una alternancia de color de posible influencia musulmana. Se apoyan sobre un pilar cruciforme con resalte y columnas adosadas. Es en esta estructura donde se puede apreciar el equilibrio buscado entre verticalidad y horizontalidad, esta última base del necesario sentido direccional de las naves hacia el altar, y que se percibe al entrar tanto en un templo románico como gótico. La nave central alcanza una altura de 11 metros. Para evitar el predominio de la verticalidad, el fuste de las columnas se divide en tres tramos mediante capiteles, de modo que se fragmenta así la posible visión continuada. Este artificio visual se refuerza a través de la disposición de un friso esculpido y continuo a lo largo de toda la nave. De esta forma, se consigue mantener el equilibrio entre líneas horizontales y verticales, patentizar la dirección de la nave y, por último, paliar la amenaza de un exceso de muro. Como ocurre con otros templos románicos, en Vézelay hay una celosa preocupación por la geometría y la búsqueda de una proporcionalidad que configure el templo. Manuel A. Torremocha Jiménez IES LAS MUSAS La nave central presenta una relación de 2 a 1 respecto a las laterales en anchura y altura. Es precisamente la altura de cada tramo de la lateral, 5,5 metros, la medida de cada uno de los tramos de la nave central y, por tanto, de las laterales. Esto conduce a la formación de un módulo cuadrado, forma geométrica que simboliza lo terrenal. Adelantándose a las campatas renacentistas, cada tramo lateral de esta iglesia repite la misma medida (5,5 m) en las tres dimensiones: altura, anchura y longitud. La originalidad de Vézelay queda manifiesta al recordar el absoluto dominio en la Borgoña francesa, región en la que se asienta, del modelo arquitectónico de Cluny. Esta abadía, sede matricial de la orden benedictina responsable de la reforma plenomedieval del monacato, fue, hasta la construcción en el siglo XVI de San Pedro del Vaticano, el conjunto más grandioso y poderoso de la cristiandad occidental. Durante la Revolución Francesa, todo el conjunto fue expropiado y vendido a un especulador que permitió una demolición sistemática. Esto explica que hoy en día solo quede algo del transepto y diversos capiteles. Manuel A. Torremocha Jiménez • IES LAS MUSAS Escuela de Normandía. Es característica la techumbre de madera en la nave central, y encuadrar la fachada entre dos torres. Casi no hay decoración escultórica e influirá en el románico de Inglaterra. Es ejemplo la Catedral de San Esteban de Caen. San Esteban de Caen (Normandía, Francia) Característica fachada enmarcada entre dos torres. Casi no existe decoración escultórica. Techumbre de madera en la nave central. Gran Cimborrio. Doble tribuna. Influencia en Inglaterra. • Escuela de la Región Sudoeste. Se caracteriza por las torres cónicas con escamas, decoración abundante en la fachada, cúpulas sobre pechinas y tendencia a igualar las naves. Ejemplos significativos son Nuestra Señora de Poitiers o la Catedral de Angulema. San Pedro de Angulema (Angulema, Francia) Planta de cruz latina de nave única con crucero, cubierta con cuatro grandes cúpulas sobre pechinas. En el interior existe una gran abundancia decorativa, con torres cónicas recubiertas con escamas y arcos ciegos. Esta utilización de cúpulas es de influencia bizantina. Manuel A. Torremocha Jiménez IES LAS MUSAS b. El Románico en Italia. Las ruinas de los antiguos monumentos clásicos le van a dar al románico italiano una gran originalidad. Las características generales del románico en Italia son: • • • • • Galerías de arcos vivos en las fachadas, aunque en Lombardía, serán características hileras de arcos ciegos, denominados arquillos lombardos, que se difundirán por toda Europa. Importancia de la columna, tanto como elemento decorativo en las fachadas como elemento sustentante en el interior en lugar de los pilares compuestos. Sustitución de las esculturas de las fachadas por mármoles de colores. Separación del baptisterio y el campanile. Aparición de la fachada de elementos clásicos, como el frontón o las columnas clásicas. Conjunto de Pisa (Italia) (siglos XI-XII) La ciudad de Pisa experimentó un crecimiento económico a partir del siglo X, basado en el comercio con el Mediterráneo occidental. Esta situación favoreció un afán constructivo que se vio culminado con el cuantioso botín obtenido en 1062 durante la conquista a los sarracenos de la ciudad de Palermo. Parte de este botín se destinó al embellecimiento de la ciudad, con especial dedicación al conjunto de la Piazza dei Miracoli. El conjunto está formado por tres edificios independientes: basílica, baptisterio y torre campanile. Su datación es compleja, ya que la fecha de inicio de los tres es diferente y el plazo de conclusión alcanza el siglo XIV. El proyecto de la catedral se debe al arquitecto Buscheto, probablemente de origen o formación bizantina. En realidad, las obras habían comenzado antes de la llegada del botín, lo que supuso un replanteamiento del edificio. Al disponer de más recursos, se optó por agrandar el templo, que pasó a ser el símbolo de la ciudad y de la República. Se empezó hacia 1063, fue consagrada en 1118 y se dio por terminada ya en el siglo XIII. Se trata de una iglesia cruciforme; consta de cinco naves en el cuerpo occidental y de solo tres en un pronunciado transepto. Sobre el crucero se alza una gran cúpula elipsoidal apoyada en trompas, en la que se pueden apreciar los añadidos góticos. La cabecera cuenta con un único ábside y, como es habitual en Italia, no dispone de girola. En el interior destaca la presencia de tribuna y cubierta de madera para la nave central y de bóveda de arista para las laterales. En la fachada tiene lugar una presentación sistemática de las peculiaridades toscanas: la combinación en un mismo panel de arcos ciegos y vivos, el uso abusivo de la columna formando galerías –no siempre con función estructural– y el protagonismo del mármol en el aspecto decorativo. Los arcos ciegos ocupan el cuerpo inferior y se apoyan sobre columnas. Reproducen un esquema similar al de la iglesia florentina de San Miniato, que podemos enlazar con el clasicismo de los arcos triunfales. Por su parte, los arcos vivos se disponen en cuatro galerías superpuestas, que generan efectos de claroscuro al proyectar sombra sobre el muro. Destaca la férrea adaptación al marco de los pisos con terminación frontonal, donde las columnas de los extremos reducen su fuste pero mantienen el capitel. Debe observarse también que el fuste de las columnas superiores no coincide con las inferiores, sino que se sitúa sobre el centro del arco. Este aspecto subraya la verticalidad, al equilibrar la excesiva anchura del templo respecto a la altura. Tanto en la fachada como en los muros laterales, articulados mediante arquerías ciegas y pilastras, hay una ausencia total de escultura monumental que se compensa en lo ornamental, con la alternancia de mármoles blancos y oscuros, así como con mosaicos localizados en los tímpanos. El baptisterio fue iniciado en 1153 por Diotisalvi. Repite modelos anteriores: planta centralizada con una girola que rodea el cuerpo central, donde se ubica la piscina octogonal. En el exterior son evidentes los añadidos góticos (remates y gabletes), ya que su construcción se extendió hasta el siglo XIV. La popular torre inclinada, el campanile, lo fue ya casi desde sus inicios. Bonnano empezó su alzado hacia 1173. Cuando se levantaron los primeros pisos se detectó la constitución geológica del suelo, que provoca problemas de cimentación y que es causa de la imparable inclinación. A lo largo de los dos siglos siguientes continuaron las obras, desplazando y corrigiendo cada piso para, al menos, frenar y retardar el desplome de la torre. Manuel A. Torremocha Jiménez IES LAS MUSAS San Miniato al Monte (Florencia, Italia) (siglos XI-XII) Italia cuenta con la pervivencia de una tradición y un patrimonio clásico que difícilmente pueden ser olvidados. La herencia paleocristiana y las huellas de un pasado bizantino se unieron a las aportaciones de los vecinos meridionales islámicos y posteriormente normandos. Todo ello configuró un lenguaje formal peculiar donde prevalecieron la tendencia a la horizontalidad, el empleo de cubiertas ligneas, el rechazo a la girola y, consecuentemente, el mantenimiento de la cripta. Al mismo tiempo, se dio una renuncia –no absoluta– a la decoración escultórica, que benefició los valores ornamentales del mármol en cuanto al color y trazado. Existió también cierta regionalización, similar a la existente en el románico francés y español. En el siglo XI se desarrolló el pleno románico; tuvo su máximo esplendor en la región toscana, con Pisa y Florencia como centros más destacados. San Miniato al Monte es muestra de ello. La fachada, del siglo XII, se articula mediante arcos, vanos y, especialmente, a través de la disposición de los mármoles. Presenta dos cuerpos de trazado rectangular.El inferior consta de cinco arcos sobre columnas adosadas con sus correspondientes nichos; solo tres de ellos son vanos efectivos, mientras que los dos restantes forman parte de una arquitectura fingida, siempre presente en Occidente. Sobre el entablamento se sitúa el segundo cuerpo, otro rectángulo, en esta ocasión vertical. En la calle central se abre un nicho coronado por un frontón triangular y, sobre él, la única decoración figurativa existente: un mosaico de influencia bizantina (fondo dorado). El conjunto queda rematado por otro frontón triangular y por sendos triángulos que salvan las diferentes alturas de los dos cuerpos. La decoración se centra en la alternancia de mármoles blancos y verdes, que adoptan formas diversas: rombos, rectángulos, óculos, arcos, motivos florales, animales... La fachada de la iglesia de San Miniato ofrece un modelo arquitectónico que se mantuvo en Italia a lo largo del gótico y, posteriormente, durante el Renacimiento. No es de extrañar que haya sido considerada protorrenacentista, ante la similitud que presenta con Santa María Novella, obra del arquitecto del siglo XV, Alberti. Por su parte, el interior, de principios del siglo XI, mantiene la estructura basilical paleocristiana: tres naves, la central mucho más ancha que las laterales, columnas de acarreo con capitel vegetal, arcos de medio punto, techumbre de madera y altar elevado sobre una cripta. San Ambrosio (Milán, Italia) Influencia paleocristiana que perdura. Falta de decoración exterior, únicamente los arquillos ciegos, llamados lombardos, de gran éxito en Europa. Arcos de medio punto. Manuel A. Torremocha Jiménez IES LAS MUSAS c. El Románico en Alemania. Tiene influencias tanto de Francia, como de Italia. Son características las plantas con ábsides en la cabecera y en los pies, con dos cruceros y dos cimborrios, las arquerías rematando los muros (arquería renana) y las torres circulares. Son características las iglesias de San Miguel de Hildesheim y la de Worms. Catedral de Worms (Alemania) Tiene dos ábsides contrapuestos, típicos alemanes, enmarcados por esbeltas torres cilíndricas. Formas macizas características alemanas, torres circulares y arquerías renanas. Arcos ciegos lombardos. d. El Románico en Inglaterra. Inglaterra va a estar muy influida por los modelos procedentes de Normandía sobre todo tras la invasión normanda de 1066. Se caracterizarán sus construcciones por naves muy largas, enorme cimborrio, decoración geometrizada y, a veces, doble triforio. Ejemplo es la Catedral de Durham. Catedral de Durham (Inglaterra) Innovación en la bóveda de crucería de la nave central. El resto con los arcos de medio punto. Influencia de Normandía, con dos torres en la fachada. Doble triforio y decoración geometrizada. Naves muy largas y gran cimborrio. Manuel A. Torremocha Jiménez IES LAS MUSAS