SISTEMA ECONOMICO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE 29

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SISTEMA ECONOMICO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE
29o Asamblea General de la Asociación Iberoamericana
de Cámaras de Comercio
Guadalajara, México, del 15 al 18 de septiembre de 2002
Latinoamérica y el Caribe: Desempeño Socio-Económico,
Crisis y Estrategia Alternativa
Ponencia presentada en la 29o Asamblea General de la Asociación
Iberoamericana
de Cámaras de Comercio, realizada en Guadalajara, México , entre el 15 y 18
de septiembre de 2002
Antonio F. Romero G.
Coordinador de Area
SELA
Introducción.
Latinoamérica y el Caribe experimenta en la actualidad una muy difícil
coyuntura económica y social, que está en la base de la frustrante percepción
de importantes sectores de la región acerca de la eficiencia y racionalidad del
proceso de reforma económica implementada en los pasados 15 - 20 años.
En esta presentación se realiza un balance general del desempeño
socioeconómico de la región en los últimos diez años, y se destacan algunos
factores de larga data - recrudecidos en los últimos tiempos - que estarían
explicando la persistente ocurrencia de crisis económicas en la región. Al final
se recogen algunos elementos que desde la perspectiva de la Secretaría
Permanente del SELA deberían considerarse en el necesario proceso de
rediseño de las estrategias y políticas de desarrollo en América Latina y el
Caribe.
I.- Balance crítico de la dinámica socio-económica en los últimos años.
•
•
La globalización ha marcado sin lugar a dudas el entorno económico -y
no sólo económico- de los últimos 20 años, y ha tenido disímiles
impactos en el panorama general de los países latinoamericanos y
caribeños:
Los países de la región procedieron a un acelerado proceso frecuentemente a un alto costo - de integración más estrecha con la
economía mundial. En términos generales, las expectativas de obtener
mayores niveles de crecimiento, mayores oportunidades de creación de
•
•
empleos y -como resultado de esto- una reducción de los niveles de
pobreza; se asociaron a las consideraciones relativas a las ventajas
derivadas de la globalización y por ende a una mayor integración a la
economía global.
Un poderoso consenso se fue forjando alrededor de la idea de "alinear
adecuadamente los precios de acuerdo a la racionalidad del mercado".
Esto implicó un replanteo radical en la concepción de manejo de la
economía en los países de la región.
La mayor integración a la economía mundial se persiguió a través de
una rápida liberalización del comercio, las finanzas y los flujos de
inversión; lo que se consideró como trayectoria o receta más idónea
para prevenir los retrocesos en el proceso de desarrollo causados
tradicionalmente por recurrentes crisis de pagos. Así; la liberalización
comercial aseguraría la mejor asignación de recursos de acuerdo a las
"ventajas comparativas", generando los ingresos de exportación
necesarios para importar bienes y servicios claves que garantizarían un
mayor crecimiento económico. La liberalización financiera atraería al
capital extranjero en busca de altos rendimientos hacia estos países con
"escasez de capital", permitiéndoles invertir más de lo que ahorran sin
enfrentar las restricciones financieras correspondientes. Un mayor flujo
de inversión extranjera directa (IED) aceleraría el crecimiento no solo
complementando los recursos domésticos para la acumulación de
capital, sino también a través de la transferencia de tecnologías y de
habilidades organizacionales.
Después de la experiencia acumulada en estos tiempos, comienza a
reconocerse que los complejos fenómenos aparejados al proceso de
globalización han evidenciado que el desarrollo no depende sólo de la voluntad
de Estados-naciones soberanos, si no que es también una función de la propia
globalización y de la aparición cada vez más amplia de formas de regulación
local1 . Sin embargo, el Estado todavía tiene que seguir jugando un rol central
en la definición de los patrones de acumulación y en la conducción de los
procesos económicos y sociales. Ello resulta compatible y funcional con la
necesaria construcción de la "institucionalidad de la globalización". También el
papel del Estado es crucial en la definición de las formas de regulación - bajo
nuevas modalidades y otorgando los grados de "libertad" requeridos - a los
territorios y espacios subnacionales.
El balance del desempeño económico y social de América Latina y el Caribe
(ALC) en el período más reciente, pudiera sintetizarse - en términos generales con los rasgos siguientes:
1. El ritmo de crecimiento económico regional entre 1992-2001 es inferior al
registrado en el período previo a la "crisis de la deuda" y resulta insuficiente
para reducir efectivamente la brecha que separa a ALC de los países
industrializados. Es más, desde fines de 1997 aproximadamente, el
desempeño económico regional - en términos de actividad global y per-cápita da cuenta ya de una "media década perdida" según CEPAL2 (Véase Anexo No.
1). Una visión de más largo plazo muestra que para varias naciones de la
región el desempeño de la última década ha sido inferior al promedio de
crecimiento para todo el período 1975-2000; (para 20 de un total de 32 países
computados en el Anexo No. 2).
2. Los bajos ritmos de crecimiento económico general de ALC se han
verificado simultáneamente a una disminución o niveles deprimidos del
coeficiente de inversión en capital fijo para la mayoría de los países
latinoamericanos y caribeños. Esto sin lugar a dudas, tiene implicaciones no
sólo para el corto plazo en tanto limita la capacidad de crecimiento potencial de
estas economías, que además enfrentan serios rezagos tecnológicos, sociales
y de competitividad.
3. Otro de los rasgos característicos del desempeño económico y social de la
región en este período ha sido la mayor heterogeneidad estructural y
consiguientemente una mayor concentración de los ingresos y del poder
económico en la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños.
4. La flexibilización de las políticas monetarias como respuesta oficial ante el
deterioro de la coyuntura a partir de los últimos años de los 90s, no ha tenido
los efectos positivos esperados. La caída en los niveles de tasas de interés
internas que se observa en algunas economías latinoamericanas, no ha
implicado una recuperación del crédito interno; y pudieran ser
contraproducentes teniendo en cuenta los limitados montos de ahorro interno
que históricamente se han experimentado en la región. La depreciación en las
monedas provocadas entre otros factores por la política monetaria más laxa, ha
exacerbado la inestabilidad financiera y presionado sobremanera a los
sistemas bancarios, sin que se observen ganancias importantes en cuanto a
competitividad externa3 .
5. La conjunción del magro crecimiento en la actividad económica con las
restricciones presupuestarias que han impedido una activa política fiscal anticíclica, ha estado en la base del cuadro general negativo que han
experimentado el empleo y los niveles de salario medio en estos tiempos. Ello
ha determinado el mantenimiento en condiciones de pobreza de una parte
mayoritaria de la población latinoamericana y caribeña. Esto unido a los
crónicos perfiles de distribución de los ingresos caracterizados por su extrema
inequidad, explica las enormes presiones sociales que han padecido varios
países en el período más reciente.
6. En el cuadro social de la región, la estructura de política fiscal
predominante ha tenido implicaciones negativas importantes. Por una parte - y
a pesar del mejoramiento en los saldos fiscales de los gobiernos de la región
hasta 1998 - hay consenso en el sentido de que los bajos niveles de ingresos
públicos en ALC son el resultado de muy reducidas tasas de tributación. La
base tributaria se concentra en varios países latinoamericanos en impuestos
indirectos, cuya incidencia distributiva tiende a ser regresiva. El aumento del
gasto público en el largo plazo sólo es posible ampliando la base tributaria; y al
mismo tiempo hay una recurrente tendencia pro-cíclica del gasto social, lo que
es contradictorio con las necesidades sociales apremiantes durante los
períodos de crisis.
7. El sistema educativo de la región también contribuye a la segmentación
social. En efecto, persisten rezagos de cobertura en la educación primaria más elevados en los niveles secundarios y universitarios - altas tasas de
repetición de estudiantes provenientes de los hogares de menores ingresos, y
una fuerte segmentación entre estratos socio-económicos en el acceso a una
educación de calidad4.
8. La región ha mantenido una muy vulnerable integración a la economía
mundial. El peso relativo de las economías de ALC dentro de los totales
mundiales, sigue siendo muy reducido y con una tendencia a su disminución.
Por otro lado, el avance de los países de la región en cuanto a los niveles de
intensidad tecnológica de sus exportaciones - indicador que refleja la calidad de
la inserción internacional - manifiesta desventajas evidentes en el período.
9. Varios de los análisis que se han venido realizando, confirman que el
balance entre los procesos de deterioro y las transformaciones adecuadas para
establecer patrones de desarrollo ambientalmente sostenibles en ALC sigue
siendo negativo. A lo largo de los 90 se advertían señales de deterioro del aire,
el agua y los suelos; y la región había sido víctima de una serie de desastres
naturales, en parte atribuibles a los efectos de la acción humana. A lo anterior
habría que agregar un ordenamiento territorial inadecuado, construcciones e
infraestructura mal diseñadas, y falta de mecanismos eficaces de reducción de
riesgos y de "alerta temprana".
II.- Factores explicativos de la recurrente inestabilidad y crisis.
En los últimos diez años, las economías de ALC han experimentado una
persistente volatilidad en sus ritmos de crecimiento. A lo largo del período,
varias economías importantes y/o sub-regiones; han enfrentado caídas
pronunciadas en la actividad económica con los consiguientes efectos sociales
negativos.
Producto de la leve recesión estadounidense de inicios de la década, el PIB
regional cayó en 1991. Luego tuvo lugar una importante disminución de la tasa
de crecimiento del PIB regional en 1995 como resultado de la crisis mexicana y
sus efectos sobre otras naciones del continente. En 1999, se produce una
marcada disminución en la actividad económica regional, en gran medida como
manifestación del "contagio" de la crisis financiera internacional sufrido por
varios países de ALC. Más recientemente, desde fines del año pasado, la casi
totalidad de las economías sudamericanas enfrentan una dinámica crítica, cuyo
"detonador inicial" lo constituyeron el deterioro de la coyuntura económica
mundial desde mediados del 2000 y los efectos regionales de la crisis
argentina.
De lo anterior se pudiera concluir que la transformación estructural
experimentada por la región, no ha generado los esperados efectos que
garantizarían una trayectoria de mayor estabilidad en el crecimiento, ni
tampoco un sostenible "avance económico" . Es más, varios de los "obstáculos
estructurales" que tradicionalmente se señalaban como explicativos de la
incapacidad de los países de la región para generar tasas de crecimiento altas
y sostenidas, mantienen una plena incidencia sobre las estructuras socioeconómicas de ALC. Algunos estudios y percepciones de importantes
especialistas y entidades que han estado ganando terreno en la opinión pública
regional e internacional sobre el futuro de Latinoamérica y el Caribe, incluso
demuestran que dichos obstáculos se han agudizado en estos tiempos.
Sobre la base de una visión analítica que comprende la dinámica económica y
social como resultado de la interacción dinámica entre la estructura de los flujos
productivos, el perfil de distribución de los ingresos y los términos de relaciones
económicas externas, en lo que sigue se señalarán algunos factores o
procesos que explicarían la recurrencia de tales períodos de crisis en las
naciones de ALC.
1.
Debilidades/desequilibrios macroeconómicos.
A pesar de las modificaciones en el panorama de los presupuestos públicos de
ALC en estos tiempos, muchos de los países de la región presentan sistemas
fiscales muy poco sólidos. Sin lugar a dudas, un importante papel en el
"saneamiento" de las finanzas públicas de los gobiernos de la región en los
noventa lo tuvieron los ingresos extraordinarios derivados de los procesos de
privatización de activos. Por tal motivo, no es de extrañar que al cambiar la
coyuntura (interna y externa), muchos de los países comenzaron a manifestar
un rápido deterioro en sus saldos presupuestarios.
Los niveles de tasas de interés en muchas ocasiones son no realistas y a
veces, están manejadas bajo criterios que sólo intentan garantizar "equilibrios
macroeconómicos" de las variables no reales. Por ello resulta imprescindible el
logro de tasas de interés reales moderadas.
Al mismo tiempo, la variabilidad de los tipos de cambio de las economías de la
región afecta permanentemente los necesarios grados de predictibilidad de las
transacciones económicas y la competitividad externa.
La definición de políticas económicas tiene, por tanto, que incorporar
mecanismos e instrumentos orientados al crecimiento, que estimulen el ahorro
y la inversión productiva y social; lo que no se limita sólo al logro de necesarios
"equilibrios macroeconómicos". Por ello, tiene que rescatarse la necesaria
"centralidad" de las estrategias dirigidas a las dinámicas meso y
microeconómicas.
2.
Inequidad distributiva.
ALC ha exhibido históricamente niveles muy altos de concentración de los
ingresos y de exclusión social. Esta "regularidad" del desarrollo latinoamericano
se ha acentuado en varios países de la región en los últimos años (Véase
Anexo No. 3).
Estructuras de distribución de ingresos en extremo concentradas (y por tanto
excluyentes) tienen impactos contraproducentes desde el punto de vista de la
dinámica de la demanda, y por ende sobre el crecimiento. Ello determina la
configuración de flujos productivos para satisfacer una estructura de demanda,
basados en perfiles de consumo imitativos, muy diversificados en cuanto a
composición material; pero con una dimensión reducida en términos sociales.
Por consiguiente, dicha inequidad distributiva condiciona la existencia de un
alto componente de importaciones; y al mismo tiempo una demanda de fuerza
de trabajo que perpetúa la desigualdad.
El mantenimiento de una proporción importante de la sociedad expulsada de
los circuitos económicos y políticos dinámicos, constituye un elemento central
en el cuestionamiento de la legitimidad de los sistemas políticos democráticos.
Por ello, la gobernabilidad democrática está también ligada estrechamente al
diseño e implementación de políticas económicas que tengan como prioridad la
atención a las necesidades de los sectores sociales más vulnerables. La
cuestión no es sólo qué modelo económico puede integrar al sector excluido,
sino qué tipo de sistema político es capaz de darle participación efectiva y
protagónica a dicho sector en las actuales condiciones.
3.
Tejido productivo no competitivo.
Los últimos años muestran la configuración de tejidos productivos muy
heterogéneos y con importantes limitaciones en términos tecnológicos y
competitivos en ALC. Ello ocurre a pesar de que en varios países se ha
acelerado la aparición de nuevas empresas - fundamentalmente micro,
pequeñas y medianas - las que en muchos casos tienen reducida capacidad de
supervivencia. En casi todas las economías de la región son notorios los
limitados encadenamientos virtuosos tanto a nivel intra como intersectorial.
Esto indudablemente determina la calidad de la oferta productiva y al mismo
tiempo el perfil de especialización internacional de las naciones de ALC.
Existe hoy día un alto nivel de exigencia de cara a la configuración de las
condiciones de localización de industrias y de competitividad. Las estrategias
de reducción de costos - que se han privilegiado en la región - representan un
primer paso para mejorar tales condiciones. Sin embargo, son aún más
importantes las estrategias nacionales de innovación orientadas hacia la
inversión de futuro en educación, ciencia y tecnología. Las debilidades de ALC
a este respecto explica muchos de los obstáculos al desarrollo en la actualidad.
Si a lo anterior se añade que en muchos países de ALC hay ausencia de un
sistema político-institucional que, por un lado, mejore la calidad del entorno y,
por otro, permita al Estado nacional perseguir metas socio-políticas a pesar de
la apertura externa y el poder de actores económicos regionales ("locales") y
globales, se comprende entonces la magnitud del desafío que enfrentan la
mayoría de los países de la región.
Especialmente en períodos como el actual, resulta imprescindible perfilar
modelos económicos (que persigan el crecimiento de la producción con
eficiencia, competitividad y equidad) específicos para cada nación. Dichos
perfiles deben incluir de manera coherente las innovaciones tecnoorganizacionales, las estrategias empresariales, las condiciones del entorno
regional y nacional, etc; lo que determinará también las características de sus
estructuras sociales.
Lograr una configuración adecuada de los anteriores elementos para promover
el desarrollo, exige la atención no sólo de los problemas derivados de la
macroeconomía, si no también las cuestiones muy importantes vinculadas a la
estructura sectorial-regional y los relativos a la microeconomía.
4.
Desequilibrios/vulnerabilidad externa.
La participación de ALC en los flujos de comercio mundial, no evidencia
avances en cuanto a calidad de la "inserción comercial". En gran medida ello
es el resultado del mantenimiento durante los últimos años de un perfil de
especialización internacional basado en producciones y servicios de muy bajo
contenido tecnológico, frecuentemente intensivos en recursos naturales y en
fuerza de trabajo con bajos niveles de calificación. (Véase Anexo No. 4)
Al analizar la relación entre los niveles de crecimiento económico de los países
de ALC y sus saldos de comercio exterior se constata que en casi todos se
continúa observando una clara tendencia a la ampliación de los déficit
comerciales durante períodos de tasas positivas de crecimiento económico. En
los momentos en que se manifiestan balances comerciales mejorados, ocurre
una reducción perceptible en el crecimiento económico y en las importaciones.
Entre los países que tuvieron éxito en la pasada década (años 90s) en términos
de tasas de crecimiento mayores a los registrados en los 70's y 80's, la
inmensa mayoría experimentaron un deterioro en sus balances de comercio
exterior, financiados por entradas de capital privado del exterior. Sin embargo,
dichos flujos no pudieron siempre ser sostenidos y eventualmente condujeron a
crisis monetarias, contracción económica y masivos recortes en las
importaciones.5
Las razones que explican la anterior "correlación perversa" entre balances
comerciales y ritmos de crecimiento económico en ALC son indudablemente
muy complejas. Sin embargo, la evidencia muestra que una combinación de
deterioro marcado en los términos de intercambio, el lento crecimiento en los
países industrializados y la liberalización del comercio y de la cuenta de capital
en los países latinoamericanos y caribeños, han sido factores decisivos en la
explicación de tales determinaciones.
Como corolario de ello, los últimos años vuelven a mostrar una muy alta
dependencia al capital extranjero para garantizar la reproducción económica,
simultáneamente a un deterioro perceptible en los indicadores que miden la
carga del endeudamiento externo de la mayoría de las economías de la región.
5.
Déficit institucional.
El sistema de valores e instituciones prevaleciente en ALC se ha caracterizado
por:
a) Una tendencia recurrente al irrespeto a las leyes junto a sistemas legales
poco desarrollados, con sistema judiciales poco profesionales y sin los recursos
necesarios para hacer cumplir la legalidad;
b) Poco espacio institucional para el análisis y la autocrítica, lo que limita el
proceso de aprendizaje que supone la permanente búsqueda del consenso;
c) Poca preeminencia de la responsabilidad individual al tiempo que se
deterioran la mayoría de las instancias estatales, partidistas, sindicales y las
demás organizaciones que deberían garantizar la cohesión social;
d) Normativas económicas y de regulación de la competencia; sobre la base
de reglas muy poco transparentes;
e) Muy generalizadas formas activas y pasivas de corrupción.
Es lugar común reconocer que la construcción de una institucionalidad
compatible con el desarrollo también forma parte de la necesaria
transformación en la región. En ALC con frecuencia no han sido los distintos
sectores interesados/afectados por las medidas aplicadas partícipes en el
proceso de diseño e implementación de las políticas y reformas emprendidas.
Ello se reconoce como factor que explica la ineficiencia de las medidas
implementadas y el inadecuado proceso de formulación de las estrategias de
desarrollo. Al mismo tiempo, se ha subestimado la requerida descentralización,
dado el dominio que posiciones centralistas han tenido históricamente en la
idiosincrasia latinoamericana y caribeña.
La descentralización debe ser comprendida como la transferencia directa a los
municipios y gobiernos locales de la responsabilidad y capacidad de ejecución.
Es necesario comprender la descentralización en el sentido político y no
solamente administrativo del término, es decir, la transferencia de recursos
fiscales, autoridad y responsabilidad del poder central hacia unidades
subnacionales.
Obviamente, la calidad del "capital humano" de ALC es esencial para producir
la necesaria transformación de la administración pública - y en términos
generales de todo el "capital social" - lo cual tiene implicaciones determinantes
en el rediseño de la "estructura institucional" para el desarrollo de la región.
III.- La necesaria construcción de una estrategia alternativa de desarrollo
en América Latina y el Caribe.
Se asiste entonces a un cuestionamiento de los supuestos optimistas que
habían prevalecido desde hace más de 15 años en ALC, en el sentido de que
el logro de los equilibrios macroeconómicos internos, junto a la apertura
externa y la reducción del papel del estado en la conducción económica,
garantizarían un crecimiento estable y dinámico. Los avances en cuanto a
estabilidad de precios y control en los balances fiscales de varios de los países
de la región hasta fines de los años de la década anterior, se han dado
simultáneamente a variaciones a la baja de los ritmos de crecimiento y
frecuentes crisis financieras.
Revertir la situación antes descrita, exige un compromiso explícito y voluntad
política de los gobiernos, sector empresarial y sociedad civil de ALC, para
formular, definir e implementar una coherente estrategia de desarrollo que
persiga el crecimiento económico con eficiencia y equidad. Esta tiene que
reconocer la dependencia de los seres humanos de la naturaleza y la necesaria
viabilidad a largo plazo del medioambiente para el sostenimiento de la vida en
la tierra.
Si bien es cierto que terminó una época caracterizada en la región por
procesos de desarrollo nacionales "hacia adentro", en los que el Estado era el
agente indiscutible, muchas de las contradicciones y procesos perversos que
se han agudizado en estos últimos años se asocian al privilegio que se ha
otorgado a las fuerzas del mercado y a la inserción en el mundo globalizado
como fin del desarrollo. Por ello, resulta imprescindible rescatar la significación
de la acción estatal, lo que supone la modificación de sus formas de
organización e intervención y la redefinición de sus relaciones con los otros
actores sociales y económicos.
En definitiva, resulta necesario articular coherentemente los tres pilares del
desarrollo sostenible (desarrollo) - económico, social y ambiental - en las
estrategias y las políticas que se implementen en las naciones de la región. Ello
implicaría la consideración - entre otros - de los siguientes elementos:
1. Resulta imprescindible generar tasas satisfactorias y sostenibles de
crecimiento económico, para lo cual hay que crear un entorno macroeconómico
que promueva adecuados niveles de inversión y ahorro y minimice las
distorsiones de precios relativos6 . Esto resulta fundamental para la creación de
puestos de trabajo, aunque no siempre el crecimiento es capaz por sí solo de
generar una demanda de fuerza de trabajo en la cantidad y calidad como la
requerida para la transformación económica y social de ALC.
2. Tienen que revisarse las concepciones dominantes respecto al manejo de
la economía y al horizonte temporal de las políticas económicas. El diseño e
implementación de políticas debe incluir al conjunto del ciclo económico
incorporando deliberadamente políticas anti-cíclicas activas y el crecimiento de
largo plazo debe reconocerse como objetivo explícito de las políticas
económicas.
3. Por otra parte, el crecimiento económico tiene que concebirse como
resultado de la interacción de diversas dinámicas: la acumulación de capital, la
acumulación de conocimientos aplicados a la producción, el cambio estructural
y el desarrollo institucional7 .
4. El avance hacia mayores grados de continuidad educativa dentro de la
región y la garantía de una mejor calidad en la oferta educativa; tienen que
considerarse como elementos esenciales de la transformación para garantizar
el desarrollo. Esto resulta pertinente desde tres puntos de vista dado que:
•
La necesaria labor de concientización respecto al desarrollo, supone
incrementar los niveles de instrucción y cultura de las sociedades;
•
•
Los efectos positivos de la educación son claves para modificar a largo
plazo los perfiles inequitativos de distribución de los ingresos y también
para reducir la pobreza;
En un mundo en el que los crecientes desafíos de la competitividad son
un rasgo dominante, mejorar la calidad y pertinencia de la educación
secundaria y superior es particularmente importante.
5. En todo programa de inversiones y creación de infraestructuras para el
desarrollo en ALC, tiene que considerarse como prioridad que ello no ocurra en
desmedro de la calidad del ambiente en que operan las actividades productivas
y de servicios.
6. El incremento de la capacidad de negociación internacional de ALC es
esencial para reducir la vulnerabilidad externa y también para coadyuvar a
modificar las asimetrías presentes en el sistema internacional que son
perjudiciales para el desarrollo. En este contexto el avance hacia una
integración económica latinoamericana y caribeña es un reto directamente
vinculado al futuro económico y político de la región.
En definitiva de lo que se trata es de ir paulatinamente, pero con decisión,
estableciendo un nuevo pacto ciudadano en torno al desarrollo en las
sociedades latinoamericanas y caribeñas.
Resumen
•
•
•
•
La actual crisis regional evidencia los límites y contradicciones del
modelo de crecimiento que se había venido implementando en ALC
desde principios de los años 80; y la no superación de las crónicas
debilidades estructurales que han caracterizado históricamente a las
economías latinoamericanas y caribeñas.
Como comienza a reconocerse ampliamente, las políticas económicas
del "Consenso de Washington" han fracasado en generar el esperado
crecimiento sostenido, la prometida generación de progreso social y una
mejor estructura de inserción internacional. En verdad, la experiencia de
la última década en América Latina y el Caribe muestra tendencias
evidentes hacia mayores niveles de inestabilidad, desigualdad, pobreza
y vulnerabilidad externa. En gran medida ello ha sido el resultado de "...
concepciones erróneas respecto a lo que hace funcionar bien a una
economía de mercado, y a un análisis inapropiado de la correlación que
debe existir entre mercado, estado e institucionalidad en la conducción
de los procesos económicos y sociales".
La necesaria reforma de las reformas económicas en ALC, además de
replantear las bases para el logro del equilibrio y la estabilidad
macroeconómica, tiene que reconocer la importancia de los niveles
meso y micro-económicos en la reproducción económica. Igualmente
tiene que incorporar coherentemente las dimensiones social,
institucional y política de los procesos de desarrollo.
La ineludible reducción de la vulnerabilidad externa de las economías de
Latinoamérica y el Caribe tiene un lugar central dentro del rediseño
estratégico. Como parte de ello, la región tiene que avanzar
decididamente hacia la construcción de un bloque integrado
latinoamericano y caribeño. Esto es condición no sólo para viabilizar los
cambios en las estructuras internas, si no también para lograr mejores
condiciones de negociación en los foros extrarregionales y
modificaciones positivas en el asimétrico entorno internacional vigente.
Anexo No. 1.
"América Latina y el Caribe: Desempeño Económico. 1992-2002"
(tasas anuales de crecimiento)
Producto Interno Bruto
PIB por habitante
(PIB)
PAIS
1999 2000 2001 1992- 1999 2000 2001
2001
(a)
(a)
3.9
0.4
2.8
-1.1 2.3
-1.1
AMERICA 0.5
LATINA Y
CARIBE
Antigua y 4.9
2.6
4.3
3.5
3.2
2.6
3.7
Barbuda
Argentina -3.4 -0.8 -4.5 2.6
-4.6 -2.0 -5.6
Barbados 3.0
3.1
-2.2 1.3
2.6
3.1
-2.6
Belice
6.0
10.5 4.7
4.7
3.6
8.5
2.5
Bolivia
0.3
2.3
1.3
3.4
-2.0 0.1
-0.9
Brasil
0.9
4.2
1.5
2.7
-0.4 2.8
0.2
Chile
-0.7 4.4
2.8
5.5
-2.0 3.1
1.6
Colombia -3.8 2.2
1.5
2.5
-5.5 0.4
-0.2
Costa Rica 8.0
2.2
1.0
5.0
5.4
0.0
-1.2
Cuba
6.8
5.3
2.5
0.0
6.4
4.9
2.1
Dominica 1.3
9.7
-5.2 1.2
1.4
0.8
-5.2
Ecuador
-7.9 2.3
6.0
1.9
-9.7 0.4
4.1
El Salvador 3.4
2.1
1.9
4.3
1.3
0.1
0.0
Granada
7.5
6.5
-3.3 3.1
7.2
6.2
-3.7
Guyana
5.0
-2.3 2.3
5.0
4.6
-2.8 1.8
Guatemala 3.9
3.4
1.8
4.0
1.2
0.7
-0.8
Haití
2.9
1.9
-0.7 -0.9
1.1
0.1
-2.5
Honduras -1.5 4.8
2.7
3.2
-4.1 2.1
0.1
Jamaica
0.6
1.0
1.8
0.9
-0.2 0.2
1.0
México
3.7
6.8
-0.4 3.0
2.1
5.2
-1.9
Nicaragua 7.4
6.0
3.1
4.0
4.5
3.2
0.4
Panamá
3.5
2.6
0.4
3.7
1.9
1.0
-1.1
19922001
1.2
3.1
1.3
0.9
2.6
1.0
1.3
4.0
0.5
2.2
-0.5
1.3
-0.1
2.2
2.8
4.5
1.3
-2.7
0.4
0.1
1.3
1.1
1.9
Paraguay -0.1
Perú
0.9
Rep.
8.0
Dominicana
Saint Kitts3.5
Nevis
3.6
San
Vicente
y
Granadinas
Santa
2.8
Lucía
Suriname -3.5
Trinidad7.8
Tobago
Uruguay
-2.9
Venezuela -5.8
-0.6
3.0
2.4
0.2
1.8
3.8
-2.6
-0.8
-3.1
1.4
-0.1
-1.4
-0.9
2.0
7.8
2.7
6.1
6.1
6.0
1.1
4.3
5.0
2.0
4.2
4.3
5.8
2.0
4.9
1.8
...
3.3
2.9
1.2
...
2.6
0.3
-5.0
1.4
1.4
-1.1
-6.4
0.2
-1.2
9.2
1.9(*) 0.0
4.3
4.1
-3.8
7.3
-1.7
8.8
...
3.8
-0.3
3.4
-1.8
3.8
-2.9
2.8
-3.6
-7.7
-2.5
1.8
-3.6
0.9
1.6
-0.5
2.3
1.6
Fuente: CEPAL (2002). Situación y Perspectivas. Estudio Económico de
América Latina y el Caribe. 2001-2002.
Notas: (a). Preliminar; (*) Según IMF (2001); (...). No disponible.
Anexo No. 2.
"América Latina y el Caribe. Desempeño económico a largo plazo".
PAIS
PIB percápita
(PPA en
US$).
2000
Antigua y
Barbuda
Argentina
Barbados
Belice
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Tasa de crecimiento
anual del PIB percápita (%)
PIB per-cápita
Mayor
Año de
valor
mayor
durante
valor
19751975-2000 1990-2000 2000.
(PPA US$)
10541
4.6
2.8
10541
2000
12377
15494
5606
2424
7625
9417
6248
0.4
1.3
2.9
-0.5
0.8
4.1
1.6
3.0
1.7
1.6
1.6
1.5
5.2
1.1
13204
15494
5606
2721
7625
9417
6653
1998
2000
2000
1978
2000
2000
1997
Costa Rica
Cuba
Dominica
Ecuador
8650
...
5880
3203
El Salvador 4497
1.1
...
...
0.2
-0.1
3.0
3.7
...
-0.3
2.6
8691
...
...
3561
5018
1999
...
...
1997
1978
Granada
7580
Guyana
3963
Guatemala 3821
Haití
1467
Honduras 2453
Jamaica
3639
México
9023
Nicaragua 2366
Panamá
6000
Paraguay 4426
Perú
4799
Rep.
6033
Dominicana
Saint Kitts- 12510
Nevis
San Vicente 5555
y
Granadinas
Santa Lucía 5703
3.9
0.3
...
-2.0
0.1
0.5
0.9
-3.5
0.8
0.7
-0.7
1.7
2.9
5.0
1.4
-2.7
0.4
-0.4
1.4
0.6
2.3
-0.4
2.9
4.2
7580
4016
3917
2423
2601
3981
9023
5284
6000
5149
5442
6033
2000
1999
1980
1980
1979
1975
2000
1977
2000
1981
1981
2000
5.7
4.7
12510
2000
3.9
2.6
5555
2000
4.4
0.9
5703
2000
Suriname
TrinidadTobago
Uruguay
Venezuela
3799
-0.1
3.0
4298
1998
8964
0.5
2.3
9005
1982
9035
5794
1.4
-0.9
2.6
-0.6
9557
7845
1998
1977
Fuente: PNUD. Informe sobre Desarrollo Humano, 2002.
Nota: La estadística aquí contemplada toma como base la "paridad de poder
adquisitivo" (PPA), expresado en dólares estadounidenses.
Anexo No. 3
"América Latina (17 países): Distribución del ingreso de los hogares".
1990-1999.
PAIS
AÑO
Participación en el ingreso total del:
Relación
40 %
más
pobre
30 %
20 %
10 %
siguiente anterior más
al 10 % rico
más rico
1990
1999
1989
1999
1990
1999
1990
2000
1994
1999
1990
1999
1990
1999
1995
1999
1989
1998
1990
1999
1989
1998
1993
1998
1991
1999
1990
1999
1997
14.9
15.4
12.1
9.2
9.5
10.1
13.2
13.8
10.0
12.3
16.7
15.3
17.1
14.1
15.4
13.8
11.8
12.8
10.1
11.8
15.8
15.1
10.4
10.4
12.5
12.9
18.6
13.1
14.5
23.6
21.6
22.0
24.0
18.6
17.3
20.8
20.8
21.3
21.6
27.4
25.7
25.4
22.8
24.8
25.0
20.9
20.9
19.7
22.9
22.5
22.7
22.8
22.1
22.9
22.4
25.7
23.0
23.6
26.7
26.1
27.9
29.6
28.0
25.5
25.4
25.1
26.9
26.0
30.2
29.7
27.0
26.5
26.9
29.1
26.8
26.1
27.0
28.9
25.1
25.6
28.4
27.1
28.8
27.7
26.9
27.8
26.0
34.8
37.0
38.2
37.2
43.9
47.1
40.7
40.3
41.8
40.1
25.6
29.4
30.5
36.6
32.9
32.1
40.6
40.3
43.1
36.5
36.6
36.7
38.4
40.5
35.9
37.1
28.9
36.2
36.0
del
ingreso
medio
percápita (a)
13.5
16.5
21.4
48.1
35.0
35.6
18.4
19.0
35.2
25.6
13.1
15.3
12.3
18.4
16.9
19.6
27.3
22.9
30.7
26.5
16.9
18.5
37.7
33.1
24.3
21.6
10.6
22.6
17.6
1990
1999
1990
Venezuela
1999
20.1
21.6
16.7
14.6
24.6
25.5
25.7
25.1
24.1
25.9
28.9
29.0
31.2
27.0
28.7
31.4
9.4
9.5
13.4
18.0
Argentina
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
República
Dominicana
Uruguay
Fuente: CEPAL (2001). Panorama Social de América Latina, 200-2001, Cuadro
II.1, p. 69. NOTAS: (a): coeficiente Q5/Q1, que relaciona el nivel de ingreso de
los hogares del quintil más rico dividido entre el ingreso de los hogares situados
en el quintil de más bajos ingresos.
Anexo No. 4
"América Latina y el Caribe. Estructura exportadora según categorías de
intensidad tecnológica en 1985 y 2000".
(En porcentajes de las exportaciones)
País
América
Latina y
Caribe
Product
os
primario
s
Manufactur
Manufactur
Producto
Manufactur
as basadas Manufactur
as de
s no
as de baja
as de alta
en
tecnología
clasificad
tecnología
tecnología
recursos
media
os
naturales
198 200
198 200
1985 2000 1985 2000 1985 2000 1985 2000
5
0
5
0
50. 27. 23.5 17.0 7.9 14.0 12.1 24.6 4.3 14.0 2.2 3.1
0
3
53.
4
MERCOS 42.
UR
6
59.
CAN
8
71.
MCCA
6
41.
CARICOM
7
41.
Chile
0
México
11.
7
34.
7
59.
5
27.
7
37.
4
40.
3
10.3 5.8
5.8
14.7 18.0 38.5 9.9
25.3 2.6 3.9
23.9 24.1 12.8 11.0 15.8 21.2 2.7
6.6
2.1 2.4
32.8 24.5 2.8
6.3
2.9
6.4
0.3
0.9
1.4 2.4
10.9 9.2
8.5
39.7 4.4
6.6
3.7
14.5 0.9 2.2
39.3 34.9 5.4
10.2 5.7
11.6 6.0
1.4
1.9 4.6
50.9 48.6 1.3
3.0
5.7
0.7
2.9 1.7
3.6
0.4
Fuente: CEPAL sobre la base de la información obtenida del Programa
Computacional CAN (versión 2002)
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Aportes: Revista de la Facultad de Economía-BUAP, Año VI, Num. 18, Puebla,
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productivas globales: consideraciones acerca del papel de las estructuras
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seguimiento. Resumen Ejecutivo. Caracas, mayo. (SP/Di No. 15 - 02)
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retos del desarrollo de América Latina y el Caribe. Caracas, septiembre. (SP/Di
No. 19 - 02)
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Geneva, april.
- UN-Commission on Sustainable Development, (2002). Draft Plan of
Implementation for the World Summit on Sustainable Development, June, 12.
(Advance Unedited Text).
- UN-Commission on Sustainable Development, (2002a). Chairman's
Summary of the High-Level Segment, June, 7. (A/CONF.199/PC/CRP.3)
Notas
1
Monreal, P. (2002). Inserción internacional en un mundo de cadenas
productivas globales: consideraciones acerca del papel de las estructuras
globales y territoriales. Ponencia presentada en el Taller Internacional
"Crecimiento y Desarrollo en condiciones de
globalización", CIEI, Universidad de La Habana, marzo 6 - 8.
2
Véase al respecto CEPAL (2002a)
3
CEPAL (2002). Crecimiento económico de América Latina y el Caribe será
negativo en 2002. Comunicado de Prensa, 1 de agosto de 2002.
4
CEPAL .
5
UNCTAD. Trade and Development Report, 1999.
6
Ello supone estructurar sistemas fiscales sólidos, mantener tasas de interés
reales moderadas y tipos de cambios realistas pero competitivos.
7
CEPAL (2002).
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