s II OPERACIONES PREVIAS A LA DESECACION PROPIAMENTE DICHA Re^co^leccián y escoq^ldo. El rigor y meticulosidad del escogido varían según la clase de producto que se desea obtener; en el caso de frutas, no suelen deatinarse. a la desecación más que las calidades medias e inferiores, pues las mejores encuentran siempre mayor ^oportunidad de venta en estado fresco. La recolección, en todo caso, debe ser cuidadosa, evitando choques, golpes y presiones que dan Iugar a tocaduras patentes luego cuando el fruto se pela. Ui^ extremo que se debe vigilar cuidado ^amente es el grado de madurez, el cual debe ser completo, pero sin ningún-síntoma de fruto pasado. Es frecuente que no se pueda someter a la desecación la totalidad de frutos recogidos en el día, en cuyo caso se debe gúardar el excedente en sitio seco y ventilado. Es aconseja- -- 37 -- ble efectuar la recolección por la mañana, per^o después que el rocío se haya evaporado, a fin de no recoger el fruto húmedo. Una vez efectuada ]a recoleccidn, se somete el fruto a un escogido previo, separando todos lAS dafiados o muy maduros, q ^e no se tiran, pues se dedican por lo general a otra clase de canservas. En la grandes explotaciones se emplean clasificadores que separan el fruto por tamaños, peso, etc,, lo que resulta muy conveniente para someter a la acción de las diversas máquinas lotes uniformes. Estos clasíficadores resp^onden a modelos variados, en todo análogos a los empleados en la clasificación de naranja, almendra, ete.; bien se basan en un sistema de zarandas oscilantes cor^orificios cada vez menores, o en el de cilindro inclinado giratorio, con graduación ta^mbién decreciente de los orifici^os. Cada clase de frutos precisa de zarandas o cilindros especiales con arreglo a la graduación de tamaños que le sea peculiar. Pelax^o. Aunque álgunos frutos se desecan con la piel, muclíos se pelan ; esta operación suele realizarse a mano pero, a poca importancia que tenga ]a instalación, es conveniente realizarla a máquina. Describiremos algunas de las que n^os parecen más útiles. La fi^ura 1.• muestra una máquina para -sapequeña explotación, apta para el pelado de manzanas; la máquina al mismo tiempo quita el corazón y saca una tira espiral de toda la carne del fruto, que luego, por un corte de cuchillo en sentido transv^ersal, queda con- Flg. 1.-Peladora de fruta para ínstalaciones de pequeflo rendimíento. vertida en rodajas. La fruta se sujeta sobre una especie de arpón y, por medio de la manivela y tornillo sin fín de que va provisto el aparato, se imprim^e ^un giro a, la fruta y ai mismo tie^mpo una traslación;- la presión de la cuchilla sobre la superficie del fruto, asf como la inclinación conveniente de ésta, se consiguen por su propio peso o por la acción de un muelle, - sa La máquiha indicada en la figura 2° funciona fundamentalmente lo mismo que la anterior, pero elfruto se sujeta por sus dos extremos, imprimiéndole un movimiento de g•iro, mientras que la cuchilla peladora y la que va cortando la fr.uta en espiral tienen un Fig. 2.-Mítquína peladora para instalacíonea de mediano rendimiento. movimiento de traslación; esta máquina da rnás rendimiento que la anterior; es apropiada para explotaoi^ones medianas. En las grandes explotaciones americanas se empl^ean máquinas accíonadas mecánicamente; damos a continuación (Fig. 3 8) el dibujo de una de ellas; dicha máquina tiene tres" garfios, que efectúan sucesivaménte las operaciones, mientras un operario coloca una manzana, (al pelado de las cuales se dedica espe^ialmente esta máquina) en un garfio, en - 40 -- el segundo se está mondando ótra fruta, inientras en el tercer^o se quita el centro y se termina la operación; así el aparato funciona de un modo casi continuo. Algunos de estos aparatos llevan. también equipo para e] desbaste ; esto es, para el acab^do de las imperfecciones inevitables en un trabajo mecá- Fig. 3.-Peladora para inatalaciones de gran rendimiento. nico sobre superficies más o 7rienos irregulares ; pero lo cierto es que siempre se precisa un repaso por obreros especiales. Tra^ceu^do. Después de pelados muchoa frutos se dividen en trozos, cuartos, discos, etc., para lo que existen diversas máquinas. La figura 4 s da idea de una prensa para cortar el fruto en = 41 - sectores radiales (los trozos varían según el molde usado, y es tan sencilla, que no necesita explicación) . La figura 5 8 muestra ^una máquina para cortar las manzanas en rodajas, análoga a las que en los menajes domésticos • Fíg. 4.-Prensa para trocear frutos. sirven para cortar legumbres, patatas, etc. La figura 6.8 muestra un rebanador o troceador de gran capacidad de los llamados de corte por bajo, en el cual las cuchillas en gran númex•o van dispuestas radialmente, como las aspas de un ventilador, y van cortando la fruta en secciones; ésta se dispone cn una bandeja circular sobre el disco de 1as - 42 _. Fig, 5.-Cortadora, dg manzana Qn rodajas, -48- cuchillas, que tiene oficios radiales y un movímiento de giro contrario al del disco citado. b'ig. 6.-Rebanador de "corte por debajo" de gran capacidad. Gorta así el fruto con gran rapidez en trozos de espesor variable, según la graduación, Deshu,esa^do. Algunas frutas, como los melocotones, ciruelas y cerezas, son deshuesados antes de sufrir la desecación; la operación se suele -- 44 hacer a mano o con aparatos muy sencillos, que se asemejan a las taponadoras mecánicas de boteltas; ei fruto queda sujeto por una arandela, mientras que un punzón del tamaño conveníente a la magnitud del hueso atraviesa la fruta y empuja el hueso sacándolo de la fruta después de la perforacíón consiguiente^ Lejiado escculialaáa. Es esta una operacíón muy importante que se realiza con muchos frutos, bien para pelarlos posteriormente oon mayor facilidad o a fin de disolver la cera que recubre el tegumento y hacerlo permeáble, con lo que se facilita la evaporación a través de ella durante el secado• La operación se efectúa sumergiendo la fruta en lejía caliente, cuya concentración se regula más o menos cuidadosamente, así camo la duración del tratamiento. A título de ejemplo, citaremos el escaldado que se efectúa como operación previa a la pasifica ^ión de 1a uva en Denia {Alicante), la cual se escalda poniendo los racimos en unos cazos de alambre de 6 a 8 kilógramos de cabida y sumergiendo éstos en una caldera que contiene agua hirviente con un 5 por 100 de lejía de sosa. Esta se consigue filtrando agua a través de una mezcla de seis partes de ceniza y una de cal víva; esta lejía, cuya ooncentración (dado el modo de prepararlaj no. es muy constante, es añadida en la proporción del 5 por 100 al agua. La duración del escaldado es de ocho a diez segundos ; pero es muy variable, según la clase de fru^os que se tratan. Ya se describirán más adel^nte las particularidades de este tratamiento en cada caso. BlamtQfueo. OpEración fundamentál, que se réaliza casi siempre, y tiene la finalidad de decolorar los frutos, especialmente los troceados, cuya carne tiende a oscurecer en contacto del aire por la oxidación de ciex•tas materias, como ya se ha explicado. Se aplica a todos los frutos, hortalizas y legumbres, que se desecan troceados y algunos enteros. Aquéllos, además del oscureci^miento por la acción del aire, lo experimentan por su contacto con las partes metálicas de los aparatos peladores y troceadores, ya que los ácidos del fruto forman, más o menos rápidamente, compuestos de color oscuro con los metales. El agente blanqueador por excelencia es el gas sulfuroso, éuyas propiedades decola rantes son bien conocidas. Para ello se somei ^ ten los frutos a la aceión de este gas en cámaras cerradas donde, después de introducido, se crea una atmósfera de este gas que.mando azufre. . Las legislaciones sanitarias de distintos ,46^ países consideran perjudicial la acción del gas sulfux^oso en exceso, que, absorbido por el fruto, pasa a ácido sulfúrico, y limitan las cantidades de este ácido tolerables en los frutos desecados. llebido a las dificultades de regular la cantidad de gas absorbido por ^el fruto cuando se pone en contacto con una atmósfera de dicho gas, se recurx•e a su^mergir el fruto en s^oluciones tituladas de sales sulfurosas (bisulfito sódico y otras), en vez de gasearlos dxrectámente; pero lo cierto es que como mejor se consigue el blanqueo es por contacto directo con el gas, y así, aun con las dificultades dichas, el tratamienbo por gas sulfux•oso sigue siendo el procedimiento más utilizado, y la dosificación del tratamiento. un arte que se adquiere por la experiencia. Los azufradores más corrientes consisten en un cajón de bastante altura y anchura, para contener las bat^eas en que se pone el fruto, y de longitud suficiente para contener de 6 a 10 de tales bateas col^ocadas unas junto a otras. En sus^extremos tiene puertas que ajustan perfectamente. El azufre (de flor generalmente) se quema en una calderita colocada en un extremo del cajón y los humos re conducen fuera por una chimenea colocada en el otro extremo desembocando en la general del equipo calorífioo del desecador. Lo mismo en esencia, pero provisto de movimiento para. el transporte automático de las bateas de un extremo a otro del aparato, -- 48 -- es el que representa la figura ?.^ Los frutos troceados son conducidos por el transportador a un extremo del interior de la caja de] azufrador y caen sobre una correa sin fín formada de tablillas en serie que, por medio de una rueda dentada y un tornillo sin fín, se xnueve muy despacio, de manera que la fruta recorra la longitud del cajón en unos treinta o cuarenta minutos, cayend^o después por el extrgmo opuesto al interíor de un depósito o directamente a la tolva del rebanador (cuando el blanqueo se hace inmediatamente despuéa del pelado) . El azufre se quema en una caldera de hierro colocada en la part.e exterior, y debajo del orificio de entrada del fruto, y en el extremo opuesto, una pequeña chimenea conduce los humos fuera. La construcción del azufrador debe ser cuidadosa, con objeto de que los vapores de gas sulfuroso n,o escapen, pues atacan el ^metal; por ello para la conducción de hurrios debe emplearse tubería de .barro vidriado o gres, o bien tubería gruesa de hierro crolado, proscribiendo la chapa en absoluto. Los empa]mes deben hacerse con albayalde. La tubería debe conectarse con una de las chimeneas de las estufas, para conducir los humos muy por encima del tejado. Si se emplea tubería de hierro, debe^revestirse interiormente de pintura de albayalde antes de ser colocada.